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ha Semana Cinematográfica

Afio III -
Núm. 109 WALLACE REÍD
3 de Junio de 199.0 Precio: 0.60 Cts.
13 _ LA SEMANA CINEMATOGRÁFICA

las facciones, ni por la expresión del rostro,


ni por el modo de andar, ni por el timbre
de la voz, ni siquiera por la letra. Estáis
desarmadas ante el enemigo y no os
queda
otra cosa que el dictamen del papá o de la
Jugando Ajedrez mama.
Más, no tengáis cuidado; porque, merced
Artículo que dedico a aquellas de mis lec a descubrimiento, o mejor dicho, a mi
mi

toras que deseen elegir un buen marido invención, podréis hacer desde luego, y sin
mayores estudios, las dos cosas que necesi
variados son los táis: descubrir al hombre que os conviene y
y muy

MUCHOS medios de que


para elegir un buen ma
una mujer
puede echar mano atraparlo.
¿Cómo? Vais
El
a verlo.

rido, pero hay uno de ellos que supera en ajedrez juego que requiere
es un in

eficacia a todos los demás: me refiero al teligencia, paciencia, prudencia, espíritu re

de flexivo y otras varias nobles cualidades que


juego ajedrez.
raras veces las posee
cualquier tipoide bien
Ya, desde
aqui, y que escribo en

conste
un torreón a bastante altura sobre el nivel vestido o bien peinado que pasa por la ca
del mar y que tengo el balcón abierto para lle. Al ver, pues, a un hombre apasionado
mirar hacia fuera, —

desdeaquí, digo, veo por este juego y, sobre


todo, que sobresalga
sonreírse a más de alguna lectora, al oírme en él, podéis seguras de haber descu
estar

recomendar bierto a un hombre de cierto mérito.


ese juego, tan odiado de las mu
jeres, como un medio seguro para la pesca ¿Veis cómo el ajedrez puede serviros para
este importantísimo primer
más difícil que haysobre la tierra: la pesca punto, o sea el
del marido. de «descubir al hombre»? Veamos ahora
cómo puede servir para el segundo, o sea
Comprendo perfectamente que la sonrisa os

es merecida,
por cuanto hasta hoy el sistema para «atraparlo».
Las mujeres aborrecen por lo general el
que vengo dando a conocer ha sido poco
usado y aún puede decirse que permanece ajedrez, porque carecen casi siempre de es
absolutamente ignorado de las doncellas, de píritu reflexivo y constructivo. No les gusta
las mamas, de las tías y de todas las innu recapacitar, pensar, elaborar las cosas: pro
merables señoras ceden impulsivamente. Por eso, cuando
casamenteras que andan hay
desparramadas por el mundo.
una
mujer que juega al ajedrez y sobresale
Desde punto de vista, en él, en el y por este solo hecho,
ese
puede decirse acto,
que soy un verdadero inventor, y tentado pasa a ser, a los ojos de todo hombre inte
me sentiría a
pedir privilegio exclusivo, se ligente, una
mujer superior, una verdadera
guro de hacerme muy pronto millonario, si maravilla.
el gran cariño que profeso a mis lectoras de Calculad ahora qué sucederá cuando un
La Semana Cinematográfica no me hiciese hombre de mérito, buen jugador de ajedrez,
confiarles gratuitamente y sin mayor tardan se encuentra en
presencia de una mujer her
este secreto
za
que puede serles tan útil en mosa, que ama como él este juego, que se
la vida. él y que todavía lo bate
distingue en en una,
hace actualmente una joven de diez
¿Qué dos o tres partidas sucesivas... ¡El matri
y seis diez y ocho años para
a monio viene solo!
elegir un
buen marido? Apuradillas se verían la ma ¿No lo creéis? ¿Os sonreís? Pruebas al
yoría de las lectoras para contestarme. Las canto.
más francas me dirán: «no hacemos nada Vivía yo en un
pueblo lejano, muy leja
sino esperar tranquilamente que vengan a no, tan lejano, que cuando pienso en él, mi
pedirnos, y si le gusta el novio a mi papá y corazón se
oprime de tristeza.
mi
con un
algo
a
mamá, nos casaremos». Vivía allí yo, siendo muy joven: tendría
Esta la quin
verdad, amigas lectoras; no fa
es
ce años
apenas. Era el momento en que mi
céis nada, porque no sabéis
qué hacer. Sois corazón se abría al amor. Amaba. Amaba
demasiado jóvenes e inexpertas para
juzgar con ese amor tímido y reconcentrado del
a un hombre mirada. No poseéis la
con una
adolescente que no se atreve a declarar su
ciencia de la fisonomía, no sabéis
juzgar por amor. Ella era
hermosa, hermosa y pálida,
LA SEMANA CINEMATOGRÁFICA

con esa
palidez nacarada y mate que tienen Gambito de Evans, y consideraba poco se
las mujeres de ciertos países vecinos al tró menos
que imbatiblepartida. Pero en esa
pico. Ella no se daba cuenta de mi amor o
yo, uno de sus rivales la había estudiado
fingía ignorarlo. Eramos amigos, muy ami muy bien en las series de Morphy, que él
gos, amigos de toda confianza. Ella me con no conocía, y me sentía capaz de hacerlo
taba sus
penas, sus
esperanzas y hastas sus amo morder el polvo de la derrota. De ahí nació
res. Amaba a un
joven rubio, muy simpático mi idea de enseñar a María el
ajedrez.
y de gran inteligencia. Ella era muy viva, A los tres meses justos, María me dio el
muy loca, muy inconsciente, y el joven la primer «mate» y celebramos esta victoria
miraba como quien mira a un he rmoso ale estrecho abrazo. ¡Qué contenta esta
y con un

gre pajarillo. ¿Por qué ella lo amaba, tenien ba ella y qué bien comprendía
que iba tenien
do ambos caracteres tan
opuestos? Quién sa do ya los medios de vencer a su
«enemigo»!
be. Misterios del amor. Pero es el hecho
que Llegó
por fin, algún tiempo después, el
ella lo amaba, y lo amaba de veras, con el tan deseado día. Fué en la casa de ella
que
alma. Yo, su confidente, yo lo sabía muy ambos se encentraron, en una noche de ter
bien, porque los sufrimientos que ella me tulia íntima. ¡Ah! cómo me latía el corazón
conraba, sus ansias, sus inquietudes, sus tor mientras ellos el tablero y colo
arreglaban
turas, eran los sufrimientos, las ansias, las caban las piezas.
inquietudes y las torturas mías. Como yo lo había previsto,
Jorge, que
Un día que la vi llorar mientras hablába
ignoraba en absoluto que María había teni
mos, compadecido, le dije: do un profesor, dio muy poca importancia
María, ¿quieres que te ayude

a con a rival y se defendió débilmente,


su
seguro
quistar el corazón' de Jorge? de vencerla. Pero María se
aprovechó in
¡Ay!^ me contestó, echándome con

mediatamente de aquella circunstancia, y en


transporte los brazos al cuello, —te querría un
ataque terriblemente cerrado y vigoroso,
tanto... tanto... te más lo hizo «arar por el suelo», como se dice
querría que a un

hermano...
vulgarmente.

¿Más? Un ligero rubor asomó a las mejillas de


■—

Más... Jorge mientras decía:


Pero, ¿serás capaz de hacer todo lo La felicito, señorita. Es Ud. una buena

que yo te
diga? mano. Veamos ahora aun
juego serio».

¡Todo! ¡todo! —

¿Entonces este no fué serio? —

pregun

¿Por difícil que sea? tó ella con una


ligera ironía, suavizada por

Aunque fuese lo más difícil del mundo. la ternura de la voz.


Al día siguiente nos instalamos en el jar El no contestó.
dín de su casa con un tablero de ajedrez. Comenzaron de esta vez tocó a
nuevo, y
Contra lo que yo creía, mi discípula co Jorge la partida. Naturalmente, adoptó el
menzó a
progresar enormemente desde los Gambito de Evans. María se defendió con

primeros días. ¡Oh poder del amor! ¡Cómo calma y sangre fría, sin nerviosidades, tran

aquella criatura tan loca y juguetona, pen quila, lúcida, aguerrida jugadora.
como una
saba y repensaba en todos
los problemas ¡Ah, cómo admiraba yo a mi discípula! Esa
que yo le iba presentando! Y qué momentos calma, esa tranquilidad, esa contracción, ese
más dulces y al mismo
tiempo más melancó despliegue de energía, de inteligencia y de
lieos para mi corazón enamorado: tenerla carácter, eran míos, míos, míos, nada más
allí, tan cerca de mí, y pasarme las horas y que míos ¡y yo los había hecho brotar en

los días mirándola, adorándola, acariciando ella para otro!


con los
ojos su negra cabellera, su frente ¿Para qué entrar en detalles? El gambito
nacarada, sus manos pálidas. Momentos inol de ataque no le dio a Jorge resultados: fué
vidables del primer amor ¡qué lejos estáis vencido. Comenzaron de nuevo, por tercera
en la sucesión del vez, y en esta ocasión fué María la que lo
ya tiempo y que cerca,
sin embargo, aquí el de mi co atacó el el
en secreto con
gambito, con propio juego
razón! favorito de su rival, con su gran juego, y
Jorge, el que ella amaba, era un apasio también lo batió. Lo batió, pues, en el ata
nado jugador de ajedrez y un fortísimo ad que y en la defensa, en sus propias trinche
versario. Notable era su manera de jugar el ras y con sus propias armas.
15 —
LA SEMANA CINEMATOGRÁFICA

Entonces'Jorge, levantándose y ofrecien Hay una falsa modestia que es vanidad,


do el brazo a María, le dijo con voz emo una falsa
grandeza que es pequenez, una
cionada, mientras se alejaban lentamente: falsa gloria que es ligereza, una falsa virtud
Señorita, es Ud. un ángel de hermosu

que es hipocresía.
ra, de inteligencia y de bondad. Yo sería
muy dichoso si me diese Ud. la esperanza La neutralidad entre dos amigas que no

de poder llegar a ser un día uno de sus lo son entre sí, llega a ser insostenible: hay
amigos preferidos... que decidirse por una de ellas o perder las
¿Para qué proseguir? Un mes
después dos.
¡desventurado de mí! ella y Jorge se casaron.

Ahora yo estoy lejos Ellos están allá La mayor parte de las mujeres no tienen
¿Qué será de ellos?... principios y se conducen por el corazón;
Lectoras, lectorcitas mías: ya veis todo lo dependen por sus costumbres de los que
útil que es este precioso juego. No retar ellas aman.

déis un minuto más su aprendizaje. Obten


dréis con él honra y provecho. ¡A cuántas jóvenes les ha servido la be
Scout. lleza únicamente para esperar!

GLORIA SWANSON en una de «Un


escena
consejo a los Hombres»
Esta cinta, gemela de «Un consejo las
a
Mujeres», es una
producción de Cecil de Mille sobre tema matrimonial.
Se estrenará próximamente en el Cine Alhambra.

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