Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MC 0073312
MC 0073312
Afio III -
Núm. 109 WALLACE REÍD
3 de Junio de 199.0 Precio: 0.60 Cts.
13 _ LA SEMANA CINEMATOGRÁFICA
toras que deseen elegir un buen marido invención, podréis hacer desde luego, y sin
mayores estudios, las dos cosas que necesi
variados son los táis: descubrir al hombre que os conviene y
y muy
rido, pero hay uno de ellos que supera en ajedrez juego que requiere
es un in
conste
un torreón a bastante altura sobre el nivel vestido o bien peinado que pasa por la ca
del mar y que tengo el balcón abierto para lle. Al ver, pues, a un hombre apasionado
mirar hacia fuera, —
es merecida,
por cuanto hasta hoy el sistema para «atraparlo».
Las mujeres aborrecen por lo general el
que vengo dando a conocer ha sido poco
usado y aún puede decirse que permanece ajedrez, porque carecen casi siempre de es
absolutamente ignorado de las doncellas, de píritu reflexivo y constructivo. No les gusta
las mamas, de las tías y de todas las innu recapacitar, pensar, elaborar las cosas: pro
merables señoras ceden impulsivamente. Por eso, cuando
casamenteras que andan hay
desparramadas por el mundo.
una
mujer que juega al ajedrez y sobresale
Desde punto de vista, en él, en el y por este solo hecho,
ese
puede decirse acto,
que soy un verdadero inventor, y tentado pasa a ser, a los ojos de todo hombre inte
me sentiría a
pedir privilegio exclusivo, se ligente, una
mujer superior, una verdadera
guro de hacerme muy pronto millonario, si maravilla.
el gran cariño que profeso a mis lectoras de Calculad ahora qué sucederá cuando un
La Semana Cinematográfica no me hiciese hombre de mérito, buen jugador de ajedrez,
confiarles gratuitamente y sin mayor tardan se encuentra en
presencia de una mujer her
este secreto
za
que puede serles tan útil en mosa, que ama como él este juego, que se
la vida. él y que todavía lo bate
distingue en en una,
hace actualmente una joven de diez
¿Qué dos o tres partidas sucesivas... ¡El matri
y seis diez y ocho años para
a monio viene solo!
elegir un
buen marido? Apuradillas se verían la ma ¿No lo creéis? ¿Os sonreís? Pruebas al
yoría de las lectoras para contestarme. Las canto.
más francas me dirán: «no hacemos nada Vivía yo en un
pueblo lejano, muy leja
sino esperar tranquilamente que vengan a no, tan lejano, que cuando pienso en él, mi
pedirnos, y si le gusta el novio a mi papá y corazón se
oprime de tristeza.
mi
con un
algo
a
mamá, nos casaremos». Vivía allí yo, siendo muy joven: tendría
Esta la quin
verdad, amigas lectoras; no fa
es
ce años
apenas. Era el momento en que mi
céis nada, porque no sabéis
qué hacer. Sois corazón se abría al amor. Amaba. Amaba
demasiado jóvenes e inexpertas para
juzgar con ese amor tímido y reconcentrado del
a un hombre mirada. No poseéis la
con una
adolescente que no se atreve a declarar su
ciencia de la fisonomía, no sabéis
juzgar por amor. Ella era
hermosa, hermosa y pálida,
LA SEMANA CINEMATOGRÁFICA
con esa
palidez nacarada y mate que tienen Gambito de Evans, y consideraba poco se
las mujeres de ciertos países vecinos al tró menos
que imbatiblepartida. Pero en esa
pico. Ella no se daba cuenta de mi amor o
yo, uno de sus rivales la había estudiado
fingía ignorarlo. Eramos amigos, muy ami muy bien en las series de Morphy, que él
gos, amigos de toda confianza. Ella me con no conocía, y me sentía capaz de hacerlo
taba sus
penas, sus
esperanzas y hastas sus amo morder el polvo de la derrota. De ahí nació
res. Amaba a un
joven rubio, muy simpático mi idea de enseñar a María el
ajedrez.
y de gran inteligencia. Ella era muy viva, A los tres meses justos, María me dio el
muy loca, muy inconsciente, y el joven la primer «mate» y celebramos esta victoria
miraba como quien mira a un he rmoso ale estrecho abrazo. ¡Qué contenta esta
y con un
gre pajarillo. ¿Por qué ella lo amaba, tenien ba ella y qué bien comprendía
que iba tenien
do ambos caracteres tan
opuestos? Quién sa do ya los medios de vencer a su
«enemigo»!
be. Misterios del amor. Pero es el hecho
que Llegó
por fin, algún tiempo después, el
ella lo amaba, y lo amaba de veras, con el tan deseado día. Fué en la casa de ella
que
alma. Yo, su confidente, yo lo sabía muy ambos se encentraron, en una noche de ter
bien, porque los sufrimientos que ella me tulia íntima. ¡Ah! cómo me latía el corazón
conraba, sus ansias, sus inquietudes, sus tor mientras ellos el tablero y colo
arreglaban
turas, eran los sufrimientos, las ansias, las caban las piezas.
inquietudes y las torturas mías. Como yo lo había previsto,
Jorge, que
Un día que la vi llorar mientras hablába
ignoraba en absoluto que María había teni
mos, compadecido, le dije: do un profesor, dio muy poca importancia
María, ¿quieres que te ayude
—
hermano...
vulgarmente.
—
Pero, ¿serás capaz de hacer todo lo La felicito, señorita. Es Ud. una buena
—
que yo te
diga? mano. Veamos ahora aun
juego serio».
—
¡Todo! ¡todo! —
pregun
—
primeros días. ¡Oh poder del amor! ¡Cómo calma y sangre fría, sin nerviosidades, tran
aquella criatura tan loca y juguetona, pen quila, lúcida, aguerrida jugadora.
como una
saba y repensaba en todos
los problemas ¡Ah, cómo admiraba yo a mi discípula! Esa
que yo le iba presentando! Y qué momentos calma, esa tranquilidad, esa contracción, ese
más dulces y al mismo
tiempo más melancó despliegue de energía, de inteligencia y de
lieos para mi corazón enamorado: tenerla carácter, eran míos, míos, míos, nada más
allí, tan cerca de mí, y pasarme las horas y que míos ¡y yo los había hecho brotar en
que es hipocresía.
ra, de inteligencia y de bondad. Yo sería
muy dichoso si me diese Ud. la esperanza La neutralidad entre dos amigas que no
de poder llegar a ser un día uno de sus lo son entre sí, llega a ser insostenible: hay
amigos preferidos... que decidirse por una de ellas o perder las
¿Para qué proseguir? Un mes
después dos.
¡desventurado de mí! ella y Jorge se casaron.
Ahora yo estoy lejos Ellos están allá La mayor parte de las mujeres no tienen
¿Qué será de ellos?... principios y se conducen por el corazón;
Lectoras, lectorcitas mías: ya veis todo lo dependen por sus costumbres de los que
útil que es este precioso juego. No retar ellas aman.