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DERECHO PENAL I

CASO DE TENTATIVA.

Un francotirador contratado para matar a una alta personalidad política, efectúa un disparo con su
rifle con mira telescópica, súbitamente su víctima se inclina para recibir una ofrenda floral, como
consecuencia de ello el tipo yerra a la cabeza por escasos centímetros.

 Resolver el caso analíticamente a fin de determinar si la conducta del francotirador es punible


por el art. 105 del Código Penal.

RESOLUCIÓN DEL CASO

 TIPICIDAD: La conducta del francotirador es típica. El hecho punible se encuadra


dentro de las disposiciones del art. 105 del Código Penal, en concordancia con el art. 29 y 26 del
mismo cuerpo normativo. Para encuadrar su conducta se tuvo en cuenta los siguientes factores.

 TIPO OBJETIVO: La norma penal prevé en el art. 105 lo siguiente: “El que matara a
otro será castigado con pena privativa de libertad de cinco a veinte años” . Sin embargo, el
hecho de muerte no se produjo, teniendo en cuenta que la víctima ha realizado una acción que el
autor del hecho no previo, cual es el movimiento del cuerpo inclinándose hacia un lado y así evita
que el disparo le impacte en su humanidad. Lo que ocasiona que el francotirador yerre el disparo.
Empero, el francotirador tuvo la intención de matar a una persona, entonces, nos remitimos a lo
dispuesto en el art. 26 del Código Penal que refiere: “Hay tentativa cuando el autor ejecutara la
decisión de realizar un hecho punible mediante actos que, tomada en cuenta su
representación del hecho, son inmediatamente anteriores al fin de la ejecución de la acción
descripta en el tipo legal”.-

 TIPO SUBJETIVO: El autor del hecho es un francotirador, contratado para matar a una
persona, el mismo realizó todos los actos necesarios para ejecutar el crimen, pero no consigue el
efecto (la muerte de una persona), por una causa fortuita que no previo. Es decisiva la forma como
se ha manifestado la voluntad del autor, ha realizado el disparo con fin de impactar en la humanidad
de una persona para producir su muerte. Debe entenderse que se había dado comienzo a la
ejecución del crimen cuando se había realizado parte de la acción típica. El peligro en que se situó la
vida del político fue extremo y que quien lo desencadenó llevó a cabo toda la actividad adecuada
para perfeccionar el homicidio, tendríamos que añadir desde la perspectiva del dolo eventual, es
decir, la creación del riesgo fue suficiente para producir el resultado previsto en el tipo de homicidio.-
Por lo que se concluye que el crimen ha sido subjetivamente consumado, es decir, lo es con relación
al hombre que lo comete, pero no lo es objetivamente, ello es, con relación al objeto contra el cual se
dirigía y a la persona que hubiera perjudicado.
 ANTIJURIDICIDAD: Siendo típica la conducta del francotirador, se considera la
existencia de la antijuridicidad del hecho, lo cual atenta contra el orden jurídico; además, al no
hallarse amparado por ninguna causa de justificación, dicha conducta deviene antijurídica. También
se puede afirmar que el francotirador era plenamente capaz y sin ningún tipo de deficiencia mental,
que pueda dificultar el conocimiento de la antijuridicidad de la norma o que le imposibilitara
comportarse acorde a ese conocimiento, por tanto, la antijuridicidad toma consistencia real; en ese
sentido el hecho punible cumple con los presupuestos del tipo legal (Art. 14 inc. 1 numeral 4 del
Código Penal).

 REPROCHABILIDAD: La conducta del francotirador es reprochable, en razón de que el


mismo tenía suficiente capacidad de conocer la antijuridicidad del hecho realizado, por su condición
subjetiva (francotirador).

 PUNIBILIDAD: Sobre las bases apuntadas, se deduce que se hallan reunidos los
presupuestos de la punibilidad y en virtud de los mismos se puede inferir que la conducta del
francotirador se determina teniendo en cuenta que se encuentra amparada en la norma penal (Art.
105 en concordancia con los arts. 26 y 29 del Código Penal), hallándose reunidos todos los
elementos objetivos y subjetivos del tipo penal. También nos hallamos ante una conducta
antijurídica, puesto que el acusado no obró amparado por causa de justificación alguna, por lo tanto,
se concluye que la conducta analizada del sujeto es típica y antijurídica. Es igualmente reprochable
la conducta del sujeto (francotirador). No se observa en el hecho en cuestión exceso en los límites
de la legítima defensa o una inexigibilidad de conducta diferente a la observada, que son las
eximentes previstas por el legislador para situaciones especiales de las que pueden derivar daño a
bienes jurídicos propios o ajenos. Consecuentemente el hecho no se halla amparado por ninguna
excusa legal absolutoria u otra circunstancia que excluya su punibilidad, por lo que el delito se halla
plenamente configurado, al hallarse reunidos los presupuestos requeridos.

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