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ARTÍCULO 106 COMENTADO: HOMICIDIO

SIMPLE
1. TIPO PENAL
El tipo básico del homicidio que aparece como el primer delito específico regulado
en el código sustantivo, se encuentra tipificado en el artículo 106 de la manera
siguiente:

El que mata a otro será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis
ni mayor de veinte años.

2. TIPICIDAD OBJETIVA

La conducta típica del homicidio simple consiste en quitar la vida dolosamente a


una persona, sin la concurrencia de alguna circunstancia atenuante o agravante
debidamente establecida en el Código Penal como elemento constitutivo de otra
figura delictiva. Si bien, en el tipo penal no se hace referencia a la forma de
aniquilar la vida de otro, se entiende que puede ser por acción u omisión, en este
último supuesto será de aplicación el artículo 13 del Código Penal que regula la
omisión impropia.

Para calificar el delito de homicidio simple resulta irrelevante determinar la


modalidad empleada por el agente, así como los medios utilizados (revólver,
cuchillo, golpe de puño, etc.) para consumar el hecho punible.

El artículo 106 constituye el tipo básico del homicidio de donde se derivan otras
figuras delictivas que han adquirido autonomía legislativa y sustantiva propia a
haber sido reguladas en forma específica y con determinadas características
(asesinato u homicidio calificado, parricidio, infanticidio, etc.).

En otro aspecto, bien señalan Bramont-Arias Torres y García Cantizano, cuando


afirman que según la doctrina penal moderna, para que el comportamiento cumpla
el tipo, se requiere no solo el nexo de causalidad, sino, además, que dicha conducta
sea imputable jurídicamente a una persona. Ello conlleva a considerar que el nexo
de causalidad entre el resultado muerte y la acción u omisión no es suficiente para
considerar a una conducta como típica. Se requiere, además, la relevancia del nexo
causal que permita comprobar que ese resultado puede ser objetivamente imputado
al comportamiento del autor.

2.1. Bien jurídico protegido

Se pretende tutelar la vida humana independiente, entendida desde la perspectiva


natural y biológica. Esto es, se pretende proteger la vida de la persona, la misma
que comprende según nuestra sistemática desde el momento del parto hasta la
muerte de aquella. En efecto, en el homicidio simple, el bien jurídico es la vida
humana independiente, en tanto que el objeto material del ilícito es la persona
humana naturalmente con vida contra la que se dirige el ataque y se produce el
resultado letal.
2.2. Sujeto activo

El tipo legal de homicidio simple indica de manera indeterminada al sujeto activo,


agente o autor, al comenzar En los casos de omisión impropia, el sujeto activo solo
puede ser quien está en posición de garante respecto del bien jurídico lesionado. Si
en el caso concreto no puede determinarse que el sujeto tenía la posición de garante
sobre el fallecido, resultará imposible atribuirle el resultado letal a título de
omisión.

2.3. Sujeto pasivo

Al prescribir el tipo penal la expresión Claro está, se exceptúa a los ascendientes,


descendientes, cónyuges o concubinas del agente, quienes solo son sujetos pasivos
del delito de parricidio. El sujeto pasivo tiene que ser una persona con vida. El que
procura la muerte de un cadáver creyéndole vivo, de ningún modo puede ser
imputa do el hecho ilícito de homicidio simple.

3. TIPICIDAD SUBJETIVA

Para configurarse el homicidio simple es requisito sine qua non la concurrencia del
dolo en el actuar del agente. El dolo exige el conocimiento y voluntad de realizar las
circunstancias del tipo objetivo, es decir, el
sujeto activo debe actuar con conocimiento de dar muerte a su víctima
y querer hacerlo.
Es admisible el dolo directo, dolo indirecto y el dolo eventual. El dolo directo
presupone el gobierno de la voluntad. En él, las consecuencias que el agente se ha
representado mentalmente fueron voluntariamente buscadas y queridas. El autor
quiere matar, emplea el medio elegido y mata.

En el dolo indirecto se producen consecuencias que son necesarias al resultado


querido directamente. Además del resultado deseado, el autor se representa la
generación de otro porque esta inseparablemente unido al primero.

ejemplo de la bomba colocada para matar al Jefe de Estado (resultado querido


directamente) cuya explosión mata al mismo tiempo a los acompañantes
(consecuencia necesaria que no forma parte del propósito original). El autor quiere
matar al Jefe de Estado pero al mismo tiempo, se representa que con su acción
matará necesariamente a sus acompañantes y, frente a esa representación, actúa.

En el dolo eventual se requiere, además de la previsibilidad del resultado como


posible, que el autor se haya asentido en él, esto es, que lo haya ratificado o
aceptado. El agente, a pesar de representarse la muerte como posible, no se detiene
en su actuar, continúa su acción hacia ese resultado, en definitiva, lo acepta

. Por ejemplo, comete homicidio con dolo eventual quien disparó una sola vez en la
dirección en la que iba caminando la víctima. Y si bien no es posible soslayar que lo
hizo desde un vehículo en movimiento y a una distancia considerable, también hay
que considerar que acepto el resultado, porque cualquier persona que dispara
contra otra se representa la posibilidad de herirla o matarla.

3.1. La categoría del error en homicidio


En el delito de homicidio simple muy bien puede invocarse el error de tipo, pero
este debe ser invocado en forma adecuada como argumento de defensa cuando las
circunstancias en que ocurrieron los hechos indiquen que el imputado actuó en
error de tipo, caso contrario, la figura no funciona.

No es de recibo la posición de Villavicencio pues aparte de ser benevolente con la


conducta de un sujeto criminal peligroso para el conglomerado social la mayoría del
as veces puede servir para que personas inescrupulosas saquen provecho, llevando
agua a su molino, y decididamente aleguen .q la conducta homicida del agente, solo
es a título de tentativa de homicidio que concurre con homicidio culposo. La pena
lógicamente es mucho mayor con el comentario negativo del ciudadano de a pie
sobre nuestra administración de justicia penal.

4. ANTIJURIDICIDAD

Al haberse determinado que en la conducta analizada concurren todos o elementos


objetivos y subjetivos que conforman la tipicidad del homicidio simple previsto en
el artículo 106 del Código Penal, el operador jurídico pasará inmediatamente a
analizar el segundo elemento o nivel denominado antijuridicidad. Es decir, entrará
a determinar si la conducta es contraria al ordenamiento jurídico o, en su caso,
concurre alguna causa de justificación de las previstas y sancionadas en el artículo
20 del Código Penal. De ese modo, el operador jurídico analizará si en el homicidio
concreto concurre la legítima defensa o el estado de necesidad justificante o el
agente actuó por una fuerza física irresistible o impulsado por un miedo
insuperable o en cumplimiento de un deber.

Si se concluye que en el homicidio concurre alguna causa de justificación, la


conducta homicida será típica, pero no antijurídica y, por lo tanto, será irrelevante
pasar a analizar el tercer elemento del delito conocido como culpabilidad.

5. CULPABILIDAD

Si después de analizar la conducta típica de homicidio se llega a la conclusión que


no concurre alguna causa o circunstancia que lo justifique frente al ordenamiento
jurídico, el operador jurídico inmediatamente entrará a determinar si aquella
conducta homicida puede ser atribuida o imputable a su autor. En consecuencia,
analizará si la persona a quien se le atribuye la conducta típica y antijurídica es
imputable penalmente, es decir, goza de capacidad penal, para responder por su
acto homicida. En este aspecto, por ejemplo, tendrá que determinarse la edad
biológica del autor del homicidio. "La minoría de edad constituye una causa de
inimputabilidad criminal, cuya importancia normativa supone una presunción legal
iure et de jure que incide en una dimensión biológica de la persona, por lo que
bastará la sola constatación de que el sujeto no haya alcanzado la mayoría de edad
para fundar la exclusión de su responsabilidad penal".

6. CONSUMACIÓN

Entendemos que existe consumación de un hecho punible cuando el sujeto activo


da total cumplimiento a los elementos constitutivos descritos en el tipo penal. En
ese sentido, el homicidio simple alcanza su consumación cuando el agente,
actuando dolosamente, ha puesto fin a la vida del sujeto pasivo. Esto es, haya
agotado el verbo matar.
Aun cuando el tipo penal se refiere en forma singular al agente, es perfectamente
posible la participación de varios sujetos en la comisión del hecho criminal. En
estos casos, aplicando la teoría del dominio del hecho se diferenciará entre autores
y partícipes (ya sean en nivel primario o secundario). Para ello se tendrá en
consideración lo prescrito en los artículos 23, 24 y 25 del CP.

7. TENTATIVA

De acuerdo con el artículo 16 del Código Penal sustantivo, existe tentativa c ando el
agente comienza la ejecución de un delito que decidió cometer, .s n consumarlo. De
modo que al ser el homicidio simple un hecho comisivo d carácter doloso y de
resultado necesariamente lesivo, la tentativa es posible.
Villavicencio afirma que "la tentativa de homicidio comienza con aquella actividad
con la que el agente según su plan delictivo se coloca en relación inmediata con la
realización del tipo delictivo". Ejemplo: Juan Quispe premunido de un revólver
calibre 38 ingresa al domicilio de Pánfilo Pérez con intención de darle muerte,
siendo el caso que en circunstancias que se disponía disparar fue reducido con un
golpe de palo de escoba en el cráneo por Rudecinda Márquez, doméstica de Pánfilo
Pérez, quien al ver el peligro en que se encontraba su empleador con cuidado y a
espaldas del agente actuó, evitando de ese modo la comisión del homicidio.

8. PENALIDAD

Al verificarse la consumación del homicidio, de acuerdo al tipo penal en


hermenéutica, al sujeto activo se le impondrá una pena privativa de la libertad no
menor de seis ni mayor de veinte años. La pena variará de acuerdo con la forma,
modo, circunstancias y grado de culpabilidad con que actuó el autor, todo ello
probado durante un debido proceso penal.

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