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El anuncio evangelizador en el contexto escolar

La evangelización es la principal tarea de la Iglesia, como anuncio y testimonio del Evangelio del Reino. La
comunidad eclesial «no tiene pleno sentido, más que cuando se convierte en testimonio, provoca la admiración
y la conversión, se hace predicación y anuncio de la Buena Nueva» (Evangelii nuntiandi, 1975, 15). Así, en el
proceso evangelizador, la Iglesia comprende la «primera evangelización» como un momento de sensibilización
trascendente, abierta a todos, donde se inician diálogos sobre interrogantes existenciales. El desafío de la
Educación Religiosa Escolar Católica es generar un ambiente que despierte interés hacia los valores del
Evangelio. Según la Congregación para la Educación Católica, «el corazón de la educación católica es siempre la
persona de Jesucristo. Todo lo que sucede en la escuela católica y en la universidad católica debería conducir al
encuentro del Cristo vivo» (Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva, 2014). Para que los niños y
jóvenes tengan esta experiencia de encuentro en un mundo diverso y multirreligioso, debemos considerar al
ser humano en sus diversas dimensiones, integrándolas de modo armónico en el desarrollo del currículum
educativo. La V Conferencia del Episcopado Latinoamericano señala que estas dimensiones son las siguientes: •
Dimensión humana y comunitaria, que permite asumir la propia historia y su identidad en vista de la
maduración personal en el marco de un contexto social, cultural y religioso específico. • Dimensión intelectual
que se abre a la reflexión y al pensamiento, al discernimiento y diálogo con la realidad, y al conocimiento de las
ciencias humanas, sociales, científicas y teológicas. • Dimensión espiritual que «funda el ser cristiano en la
experiencia de Dios, manifestado en Jesús, y que lo conduce por el Espíritu a través de los senderos de una
maduración profunda». • Dimensión pastoral y misionera como camino de vida del cristiano al servicio del
mundo, propiciando la responsabilidad social y evangélica en la construcción del Reino de Dios (Documento de
Aparecida, 2007, p. 280). Ante esta multidimensionalidad de la persona y acogiendo la diversidad del ámbito
educativo, la evangelización que se construye, en el contexto de la Educación Religiosa Escolar Católica,
desarrolla la dimensión religiosa y espiritual de la persona, potenciando la construcción y búsqueda del
proyecto de vida y su sentido a través del crecimiento de la interioridad y del respeto irrestricto de la dignidad
humana. Un proceso educativo evangelizador es aquel que logra encarnar en lo cotidiano de la escuela la
vivencia concreta y esperanzadora de Jesús, Buen Pastor. Por ello, «la educación no es solo conocimiento, es
también experiencia», que acoge lo afectivo y emocional (Educar hoy y mañana. Una pasión que se renueva,
2014).

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