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Aprender a

VIVIR
MEJOR

Lecciones sencillas de éxito


Alberto Araújo Merlano
Alberto Araujo Merlano

COMO
APRENDERA
VIVIR MEJOR
LECCIONES DE VIDA

"...Cuando descubrí las lecciones fue como si hubiere


encontrado un tesoro. Me fasciné con ellas, las seguí con
entusiasmo y perseverancia y pronto empecé a disfrutar de sus
primeros beneficios. Me cambiaron la vida...” Alberto Araujo
Merlano
COMO APRENDER A VIVIR MEJOR
Alberto Araujo Merlano
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN ....................................................................................... 3
1. REVISE SU VIDA ACTUAL.................................................................. 6
2. EL SUBCONSCIENTE, UNA AYUDA PODEROSA.......................... 8
3. LA AUTODISCIPLINA, LA AGENDA Y LA PUNTUALIDAD..............10
4. SÓLO TÚ PUEDES LOGRARLO. MISIÓN DE VIDA PERSONAL... 13
5. TALENTO PREDOMINANTE Y REDESCUBRIMIENTO DE LA
MISIÓN........................................................................................................ 16
6. ¿CÓMO DESARROLLAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?........... 21
* CUESTIONARIO SOBRE INTELIGENCIA EMOCIONAL........................25
7. LA PROACTIVIDAD, LA LLAVE MÁGICA............................................ 26
8. LA ADMINISTRACIÓN DE UNO MISMO............................................. 30
9. CLAVES PARA UNA VIDA PROSPERA Y FELIZ............................... 35
10. EL SECRETO DE UNA MENTE “GENIAL”. LA CAPACIDAD DE
OBSERVACIÓN....................................................................................... 40
11. LA RICA IMAGINACIÓN DE UNA MENTE GENIAL...................... 45
12. LA VOLUNTAD DE UNA PERSONA “GENIAL”............................ 49
13. LAS LEYES NATURALES Y LOS CUATRO - HÁBITOS PARA LA
EXCELENCIA........................................................................................ 53
14. VIVIR EL AMOR................................................................................ 57
15. LA FAMILIA, EL AMBITO DE LA FELICIDAD............................. 60
16. CAMBIAR DE OCUPACION........................................................... 62
17. EL SENTIDO DE LA VIDA. REFLEXIONES SENCILLAS PARA
TEMAS COMPLEJOS........................................................................... 66
18. EL ORIGEN DE LA CONCIENCIA.................................................70
19. LA FORMACIÓN DE UN BUEN CIUDADANO............................ 72
20. El PERFIL DE UNA PERSONA MADURA................................... 75
21. EL ARTE DE VIVIR LA FELICIDAD.............................................. 78
22. MI MEDITACIÓN DIARIA................................................................ 82
INTRODUCCIÓN.

Si alguien me preguntara cuál ha sido la influencia más


poderosa que haya recibido en mi edad adulta desde el punto
de vista de mi salud física, mental, espiritual, emocional y que
más repercusión haya tenido en la consecución del éxito en
mis diferentes empresas, no vacilaría en contestar que fue el
encuentro con “Las 20 lecciones de cultura síquica o leyes
eternas del éxito”, de W. R. Borg.

La metódica y persistente aplicación de cada una de las 20


lecciones modificó para bien el rumbo de mi existencia, pues
yo había venido equipado con muchos defectos de
temperamento y muchas fallas sicológicas.

Nací con un carácter muy emotivo, con poco espíritu de


observación, dificultades en la concentración y una pésima
memoria, entre otras muchas limitaciones; pero en cambio,
vine dotado de una fuerte motivación hacia la superación
personal y de mucha disciplina.

Cuando descubrí las 20 lecciones fue como si hubiere


encontrado un tesoro. Me fasciné con ellas, las seguí con
entusiasmo y perseverancia y pronto empecé a disfrutar de
sus primeros beneficios. Me cambiaron la vida.

Poco a poco aprendí a controlar mis emociones, a vencer mi


timidez, a utilizar mi espíritu de observación para
relacionarme en profundidad con el mundo exterior,
obteniendo sensaciones más precisas, más completas y más
rápidas de mis cinco sentidos, descubriendo el porqué de las
cosas y cuál era su significación cabal. Empecé a conocer
mejor a las personas colocándome en los zapatos de cada
cual y detallando cada una de sus particularidades.
Lentamente me fui haciendo más perspicaz y revisando la
exactitud de mis apreciaciones.
Diría que nací casi ayuno de memoria, como si en mi cerebro
faltara parte de esa pieza esencial. Pero el desarrollo de mi
espíritu de observación fue supliendo esa carencia y el
decidido cumplimiento de las instrucciones de Borg me
llevaron a otra realidad. Conocí cuáles son las leyes que
presiden la memoria natural y la mejor manera de reproducir
un recuerdo.

Esta lección la trabajé con ahínco. Además, ella me enseñó


unos trucos de nemotecnia que me permitieron realizar con
éxito alardes de buena memoria que parecían cosa de magia.
Por ejemplo, podía repetir cincuenta palabras después de
haberlas escuchado una sola vez. Podía repetirlas
ordenadamente, de atrás para adelante o en el número de
orden en el cual me la hubieren dictado. ¿Cuál fue la número
20, o la 14 o la 50...?

Este truco me sirvió, entre otras cosas, para manejar mi


agenda diaria, para retener los capítulos de un libro que
estaba leyendo o los discursos que pronuncié en el Congreso
de la República y que merecieron muchos elogios.

Con un espíritu de observación mejorado y una memoria


afilada, me fue más fácil aplicar las lecciones para desarrollar
la imaginación o para razonar con mayor exactitud, concentrar
mi pensamiento en la tarea correspondiente y mejorar otras
actividades mentales.

Fueron muchos los beneficios adicionales que recibí de la


aplicación esmerada de cada una de las 20 lecciones, y
también de las enseñanzas aprendidas de los 7 HÁBITOS DE
LAS PERSONAS ALTAMENTE EFICACES, de Stephen
Covey. Con el ánimo de compartir mi propia experiencia de
vida, escribí en el periódico El Universal de Cartagena una
serie de artículos exponiendo los elementos más benéficos de
esas lecciones.
Ahora, a petición de muchos de mis lectores, me decido a
convertir mis reflexiones en un Taller llamado “Aprender a
vivir”, con el fin de ayudar a personas que seguramente tienen
más condiciones naturales que yo. Este Taller forma parte del
material que utiliza la Fundación GENIALES, organización sin
ánimo de lucro con la cual colaboro y que busca el
mejoramiento de las personas.

Más que leer estas Lecciones de corrido, lo que importa es la


meditación de las mismas y la práctica de los ejercicios
colocados en “Aplicación práctica”. Conviene dedicar al
menos 10 días, antes de pasar a la lección siguiente, para
que se incorporen como hábitos cotidianos y se logren
verdaderos cambios en la vida. Al pasar a la siguiente lección
se deben seguir practicando las anteriores.

Estas herramientas, si se aplican con disciplina, pueden


ayudarle a mejorar como persona, logrando que se hagan
realidad sus sueños y proyectos, y permitiéndole incidir
positivamente en la cultura y el comportamiento de la
comunidad.

Se puede observar que hay ideas que se repiten a menudo a


lo largo de estas páginas. Es apenas lógico, pues son los
pensamientos centrales que el Autor propone para fijar en la
memoria y en el corazón de sus lectores.
1. REVISE SU VIDA ACTUAL

Antes de comenzar a leer las distintas reflexiones, lo invito a


plantearse diversas cuestiones personales:
• ¿Le ha concedido la vida todo lo que usted esperaba de
ella?
• ¿Conoce usted su talento predominante?
• ¿Tiene usted clara su misión de vida?
• ¿Es usted dueño de sus sentimientos y emociones, o ellas
lo gobiernan?
• ¿Se considera usted aplomado y seguro, o tímido?
• ¿Ha aprendido a utilizar las ayudas mentales para hacer
germinar en usted las cualidades que le permitirán
transformar su vida de manera exponencial?
• ¿Ha incorporado a su manera de ser, a su carácter, el
ejercicio permanente de los hábitos de la prudencia, de la
justicia, de la fortaleza y la templanza?
• ¿Sabe usted observar y sacar provecho de sus
observaciones?
• ¿Está satisfecho de su memoria?
• ¿Tiene usted una imaginación fecunda y original?
• ¿Resultan acertadas las soluciones que encuentra a sus
problemas de cada día?
• ¿Puede fijar su atención fácilmente?
• ¿Conoce usted los secretos que le permiten tener una
buena relación con su cónyuge, hijos, socios, subalternos
y amigos?
• ¿Sabe usted obtener de los demás lo que necesita de
ellos?
• ¿Se ha mostrado usted siempre a la altura de las
circunstancias?
• ¿Conoce usted los secretos del liderazgo?
Aplicación práctica:

Le sugiero que escriba algunas metas que se deriven de


sus expectativas de estas lecciones, de acuerdo a las
respuestas del cuestionario inicial.
Al meditar las 20 lecciones y realizar los ejercicios
sugeridos en “Aprender a vivir”, seguramente sus
respuestas serán más positivas y logrará resultados más
óptimos en todos estos campos. Además, al practicar con
disciplina las sugerencias, surgirán cambios favorables,
muy importantes para la propia vida y la de quienes le
rodean.
Como ya lo mencioné en la introducción, otro autor, entre
muchos otros de cuyas recomendaciones quise
aprovecharme, fue Stephen Covey. Leí sus libros,
empezando por “Los 7 Hábitos De La Persona Altamente
Eficaz”, con mucha atención, y de sus lecciones me valgo
en el presente taller.
2. EL SUBCONSCIENTE, UNA AYUDA
PODEROSA

Antes de entrar en materia quiero poner a disposición del


lector una herramienta que fue como el talismán que, en mi
caso particular, me ayudó eficazmente en la tarea de mejorar
mis actitudes y mi conducta:

Somos lo que sean nuestros hábitos.

Buenos hábitos nos conducen al éxito, malos hábitos nos


llevan al fracaso. El subconsciente es el jardín donde se
cultivan los buenos hábitos.
Un pensamiento, cuando ha convencido a nuestro
subconsciente, cobra una fuerza prodigiosa. Y un
pensamiento, repetido convenientemente, es la semilla de los
buenos hábitos en el subconsciente.

Cuando uno utiliza la mente subconsciente para cultivar


buenos hábitos en ella, comienza a observar cambios
dramáticos en su vida y se convence de que lo que la mente
subconsciente puede creer, puede lograrse. Así de sencillo.

El subconsciente opera sobre nuestro espíritu, no sobre la


materia. El buen uso del subconsciente nos permite cultivar
cualidades, hábitos, que nos hacen señores de nosotros
mismos, dueños de nuestro destino.

Para sembrar con éxito buenos hábitos y para sustituir viejos


malos hábitos, señálese una cualidad específica que quiera
adquirir, una sola, por ejemplo, la serenidad, que va a
ayudarlo en sus relaciones con la familia, con sus socios, con
sus subordinados, con sus amigos.
Redacte una frase sencilla de no más de 20 palabras que
exprese que ya usted posee la cualidad que se propone
adquirir. Así, para la serenidad, puede utilizar “mi calma es
imperturbable” o “voy a mantener mis pensamientos y mi
actitud tranquilos y gozosas desde este mismo instante” o la
que usted considere más apropiada para su uso personal.

La frase debe ser positiva, evite hablar en ella del defecto que
quiere sustituir, pues no haría otra cosa que arraigarlo más.
Este no es un ejercicio de voluntad; debe practicarse con
buen humor, con optimismo, seguro de que conquistará la
nueva cualidad. La frase debe repetirse en voz baja antes de
dormirse o en medio de la noche si usted se despertare, y dos
o tres veces durante el día, en momentos de tranquilidad o
cuando tenga que enfrentarse con una dificultad.

Aplicación práctica:

Escoja las cualidades que considere necesarias para su


triunfo, por ejemplo, la incorporación a su manera de ser de
los hábitos de la prudencia, de la justicia, de la fortaleza y de
la templanza. O las que usted considere.

Redacte la fórmula de la primera de ellas y apréndasela de


memoria, practíquela durante 15 o 20 días, actuando cada día
como si ya la hubiera adquirido. Después haga lo mismo con
cada nueva cualidad que quiera usted adquirir. Una después
de la otra, se asombrará de los resultados que logre en el
camino hacia el éxito, de su salud mental, física, espiritual y
emocional, y en fin, de su felicidad y la de quienes le rodean.
3. LA AUTODISCIPLINA, LA AGENDA Y LA
PUNTUALIDAD

Alcanzar la serenidad y la prudencia son logros importantes


para enriquecer la personalidad, así también muchos otros
valores, pero ¿qué hacer para conseguirlos? Para conquistar
los buenos hábitos, cualesquiera que ellos sean, lo primero es
haberse autodisciplinado. Esta es la llave que abre la puerta a
todas nuestras potencialidades, la que nos coloca frente al
primer peldaño de la escalera que conduce al sitio de la vida
al que queremos llegar.

La autodisciplina es la administración de nuestra persona, el


bien más valioso que poseemos. ¿En qué consiste? En la
voluntad de cumplir los compromisos que hagamos con
nosotros mismos. Esto se escribe y se dice muy fácilmente;
pero ejecutarlo es otra cosa.

El poder ¡limitado de la autodisciplina puede ayudarnos a


crear buenos hábitos que nos permitan potencializar al
máximo nuestras aptitudes naturales. Por eso es conveniente
empezar haciéndonos compromisos sencillos, como por
ejemplo, levantarnos a una hora determinada para hacer
ejercicios. Si somos capaces de cumplir este primer
compromiso durante 10 o 15 días, habremos creado un
primer buen hábito de autodisciplina, que nos resultará
provechoso y gratificante de por vida.

Posteriormente podría elaborar y cumplir seriamente una


agenda personal. De cinco a ocho horas para dormir; 8 horas
para trabajar; y el resto para disfrutarlo en nuestro solaz
diario, solos, con nuestra familia o nuestros amigos.

La persona que acostumbra pasar más de ocho horas


trabajando, o no ha aprendido a elaborar su agenda o no
sabe delegar y, por tanto, difícilmente será un líder eficiente.
Para conseguirlo hay que escribir para cada ocupación un
espacio de tiempo. Para facilitarnos la tarea hay AGENDAS
impresas que señalan horarios completos desde las 7 de la
mañana hasta las 7 de la noche durante todas las semanas
de cada año. Yo utilizo la AGENDA de mi celular.

Una de las características de las sociedades desarrolladas es


el aprecio de la puntualidad. Las personas sobresalientes
suelen ser puntuales. Las que no lo son, suelen acabar
frustradas, desperdician su mayor tesoro, el tiempo, y se lo
hacen perder a quienes obligan a esperarlos. Si estoy
comprometido a asistir a una reunión con 10 personas y llego
30 minutos tarde, he despilfarrado en total 5 horas de
quienes se quedaron esperándome.

Los ciudadanos de los países desarrollados cumplen sus


citas con puntualidad inglesa. En Suiza apuestan a que el tren
llega a la hora, minuto y segundo programados. En Colombia
se cita a las 4 de la tarde para iniciar la sesión vespertina del
Congreso, y generalmente no hay quorum antes de las 5 y 30
ó 6 de la tarde. Cuánto tiempo desperdiciado para quienes
fueron puntuales. ¡Qué ejemplo tan nefasto para la sociedad
colombiana!

En los países civilizados la puntualidad no solo rige para los


horarios laborales, se aplica también para las actividades
sociales. Las invitaciones suelen señalar hora de inicio y
final. Por ejemplo, Coctel de 7 a 9 p.m. A las 7 todos los
invitados están llegando y a las 9.05 minutos solo quedan en
casa el anfitrión y su familia. Entre nosotros, a una invitación
para almorzar a las 12 se puede llegar a la y 1 ó 2 de la tarde
y permanecer en el “almuerzo” hasta altas horas de la noche.
Son cosas aparentemente insignificantes pero que marcan la
diferencia entre personas, organismos o sociedades
eficientes, y quienes permanecen subdesarrollados.
Aplicación práctica:

Escriba el compromiso que se va a plantear para los próximos


10 días, y piense en que sea uno que se pueda convertir en
un hábito que le ayude a crecer en autodisciplina.

Los compromisos y metas siempre se escriben de manera


positiva y motivadora. Si va a eliminar un mal hábito, se debe
escribir el hábito positivo por el cual lo va a reemplazar;
inclúyalo en la agenda especificando las actividades que
piensa realizar. Haga un balance diario de cómo vivió la
puntualidad.

Ejemplo: Me voy a levantar a las 5:30 A.M. y voy a realizar 45


minutos de ejercicio diario. Además cada día reviso como
está mi puntualidad para todos los compromisos en los que
participo.

Frase utilizada por mí.


Para cultivar la disciplina:
• Soy disciplinado y ordenado.
4. SÓLO TÚ PUEDES LOGRARLO. MISIÓN
DE VIDA PERSONAL

Sí, nadie puede hacerlo por ti. ¿De qué estoy hablando?
Estoy hablando de la posibilidad de conocerse a fondo, de
mejorar dramáticamente la relación contigo mismo, con la
pareja, con los hijos, con la comunidad. No importa dónde te
encuentres ahora ni cuales sean tus orígenes, en tus manos
tienes las herramientas que te pueden convertir en una
persona sana, próspera y feliz.

Dejar de ser una persona irascible, descontenta contigo


misma, una veleta sin rumbo o manejada por los demás. Los
científicos han comprobado que, además de las leyes de la
herencia, la experiencia que vivimos durante nuestros
primeros siete años marca nuestro subconsciente con
paradigmas que afectan nuestro comportamiento actual.

Mucho de lo que somos se explica por la cantidad de amor,


atención y cuidados de que fuimos objeto antes de que
empezáramos a razonar. Los hijos no deseados,
desatendidos, maltratados, padecerán las consecuencias del
desafecto por el resto de sus vidas. A menos que decidan
sanar esas cicatrices mediante procesos voluntarios que les
permitan superarlas.

A mi juicio, en la mayoría de los casos, esos procesos se


inician con el desarrollo de la inteligencia emocional, pero
esto requiere la determinación y el compromiso de quien
desee lograrlo. Nadie se lo puede imponer a otro. Además,
las personas que más lo necesitan son las más rebeldes a
hacerlo. Sin embargo, una vez que lo aceptan y que
empiezan a disfrutar las bondades de la serenidad, de la
ecuanimidad y del aplomo, cuando la razón se hace cargo de
la conducción de su vida, su existencia empieza a
transformarse para bien en el plano personal y en el de sus
relaciones.
Todos nacemos provistos de una vocación singular que nos
permite hacer algunas cosas mejor que quienes nos rodean,
hacerlas sin mucho esfuerzo y disfrutando lo que hacemos.
Por lo general, los seres humanos no nos percatamos
fácilmente de ese don natural. Pero quienes tienen la fortuna
de descubrirlo y valorarlo y hacen del mismo su forma de
ganarse la vida pueden ascender a la cima del éxito, de la
riqueza y de la fama.

Pero el ascenso a esas cumbres no siempre es fácil y está


rodeado de profundos precipicios. Para alcanzarlas con
acierto y mantenerse en ellas con felicidad, es indispensable
haber adquirido los hábitos de la serenidad, de la prudencia,
de la justicia, de la fortaleza y de la templanza. Con su ayuda,
la existencia terrenal se vuelve maravillosa. ¡Y todo depende
de nuestra propia decisión!

Quienes están más en el hoyo. Quienes se sienten frustrados,


amargados, deprimidos, quienes más necesitarían aplicarlo,
son frecuentemente los menos motivados a intentarlo,
prefieren quedarse como parte del montón, rumiar sus males
y envidiar a los más exitosos.

Pero quienes anhelan realizar sus sueños, cambiar su


situación y se deciden a lograrlo, empiezan por motivarse, por
auto disciplinarse, para vislumbrar la cristalización de sus
sueños y con renovado entusiasmo recorrer el camino que los
conducirá a deleitarse con una mejor salud física, mental,
espiritual y emocional, con el logro de la prosperidad, con las
delicias de vivir la plenitud del gozo que puede ofrecer el
Universo.

Trazarse por escrito un plan de vida, con una misión personal


acorde con nuestros talentos, con visión clara y optimista del
propio futuro requiere motivación y disciplina pero vale la
pena. Te hace feliz y “un fuera de serie”.
Aplicación práctica:

Escriba su misión personal que incluye de manera integral


todas las áreas de su vida y todos sus roles. Escriba con el
máximo detalle aquellas cualidades o hábitos que quiere
afianzar para hacer realidad sus sueños.

¡Sólo usted puede lograrlo. Pero para realizarlo primero tiene


que soñarlo, después, peldaño a peldaño los hará realidad!

Ejemplo de Misión: Descubro y perfecciono mi talento


predominante y lo utilizo en mi trabajo. Desarrollo mi
inteligencia emocional y cada una de mis facultades mentales.
Incorporo a mi vida diaria el ejercicio de los hábitos
relacionados con las cuatro virtudes cardinales: la prudencia,
la justicia, la fortaleza y la templanza, para alcanzar
prosperidad y la plenitud de mi salud física, mental, espiritual
y socio -emocional. Conozco mis roles y tengo escritas mis
metas. Con lo anterior busco lograr excelentes relaciones con
mi familia, asociados, dependientes y amigos, e influir
positivamente en la sociedad.

Frases utilizadas por mí.


Para lograr mi misión de vida:
• Tengo escritas en mi mente y en mi corazón mi misión,
mis roles y mis metas

• Empiezo con el fin en la mente: mi misión, mis roles y


mis metas.
5. TALENTO PREDOMINANTE Y
REDESCUBRIMIENTO DE LA MISIÓN.
Hay que aprender a conjugar el verbo atreverse a... Ante todo
atreverse a ser uno mismo. Lo que requiere conocernos en
profundidad.
Sin un análisis detenido y paciente de cuáles son nuestros
talentos sobresalientes, de qué es lo que nos resulta más fácil
hacer, nos complace realizar y solemos hacer mejor que los
demás, nunca sabremos cuáles son las dotes especiales que
poseemos y cuál es la clase de inteligencia que predomina en
nosotros. Pero una vez descubierto nuestro talento
predominante empezamos a crear nuestra misión de vida
pensando en grande y buscando la excelencia.

No siempre “el hijo de tigre sale pintado”, esto es, con


frecuencia no se heredan los talentos que le permitieron
sobresalir a los padres. El hijo de un pintor famoso no
necesariamente hereda la inteligencia propia de los pintores;
puede, en cambio, poseer una inteligencia brillante para los
negocios o para la medicina o para la música, entre muchas
otras.

Si se deja influir por los éxitos de su padre pintor y trata de


imitarlo, puede convertirse en una persona mediocre, cuando
en su lugar pudo haberse convertido en un extraordinario
empresario, un médico sobresaliente o un músico genial, si
hubiere descubierto cuál era su talento predominante, lo
hubiere perfeccionado y lo hubiere convertido en el
instrumento apropiado para ganarse la vida.

Nuestra verdadera misión de vida no se inventa, se descubre:


está muy ligada al ejercicio de nuestra inteligencia
predominante. Quien logra descubrirla y se empeña en
perfeccionarla, pronto empieza a soñar despierto con lo que
será cuando la haya ejercitado bien, se traza metas
intermedias y poco a poco las va remontando hasta escalar la
cima del éxito.
Cuando se trata de escoger el arte, profesión u oficio al que
dedicarle nuestra existencia, no hay que pensar en cuál nos
producirá mejor posición social o nos permitirá ganar más
dinero, sino cuál de esas actividades es la más conforme con
nuestras aptitudes naturales, pues si la escogemos como
medio de ganarnos la vida, con el tiempo nos saldremos del
montón y recibiremos excelentes recompensas.

Mucha gente se encuentra en el lugar equivocado. Si este


fuere su caso, haga el ejercicio, busque el lugar que le
corresponde en la vida y atrévase a empezar a ser usted
mismo. El tiempo lo recompensará. Lo digo con cierta
autoridad pues después de haber dedicado muchos años a
estudiar ciencias económicas y jurídicas, después de haber
ejercido la abogacía con relativo éxito, descubrí mi
verdadera vocación de empresario y decidí olvidarme de los
códigos y empezar a crear empresas, que es para lo que vine
al mundo, lo que hago gozosamente y lo que me ha producido
grandes beneficios, a mi familia y a quienes han obtenido un
trabajo en esas empresas.

Si se aburre haciendo lo que viene haciendo, si se siente


viviendo en cuerpo ajeno, atrévase a vivir su propia misión de
vida, analice con detenimiento lo que le conviene hacer para
dar un salto exitoso, prepárese, asocíese si fuere el caso, y
atrévase a saltar alto con los pies firmemente plantados en el
suelo, pero con la mirada en el firmamento.

El atreverse a... no se conjuga fácilmente. La incertidumbre,


el miedo a fracasar, nos aprisiona los músculos mentales.
Dejar un sueldo magnífico y perspectivas de ascenso en una
compañía exitosa, no es cosa fácil. Exige buena preparación
y mucho coraje.
Algunos lectores de estas reflexiones tomaron en serio
nuestra propuesta, se prepararon, y después de un período
relativamente corto de vivir su nueva experiencia nos dicen
encontrarse felices y generando ganancias muy superiores a
los altos sueldos que antes devengaban.
Una lectora de mis columnas me dijo sentirse “literalmente
hastiada de ser empleada, de hacer lo que no le gusta” y que
desearía hacer algo que pueda disfrutar, e independizarse
De manera sencilla yo le diría a mi corresponsal que se
pregunte qué es lo que más le gusta hacer y quién le gustaría
ser dentro de algunos años. Esto implica conocer su talento
sobresaliente, que es una habilidad especial que tiene toda
persona para hacer algo mejor que los demás, de forma fácil
y gozosamente.

Cuando uno hace algo mejor que los demás y lo disfruta, el


pensamiento se concentra en lo que hace, empieza a ver
matices que al principio no veía, innova, visualiza resultados
que se convierten en objetivos, se concede plazos para
realizarlos, metas parciales y sueños de maestría que forjan
su misión y su visión de vida.

Es un don que Dios pone en cada uno para que pase la vida
laborando de un modo saludable, exitoso y feliz. Cuando se
ha descubierto la misión de vida, lo que sigue es reflexionar
sobre los medios que se van a emplear para realizarla y
alcanzar sus metas.

Para cada persona la inteligencia se manifiesta de diferente


manera, dando lugar a diferentes talentos: la inteligencia
verbal o lingüística, la lógica-matemática, la visual-espacial, la
corporal o cenestésica, la musical, la interpersonal, la
intrapersonal, la naturalista, la estética, etc.

La posesión de una o de la combinación de varias


inteligencias en una persona determina cuáles son sus
talentos y posiblemente cuál predomina en ella. En el caso
de Leonel Messi y Falcao García, reconocidos futbolistas, por
ejemplo, es evidente que predomina la inteligencia corporal o
cenestésica, quizás complementada con otra u otras. Igual
sucede en otras actividades laborales.
Si se tratare de una actividad comercial o empresarial, y se
quiere fundar una empresa, además de la vocación natural,
habría que estudiar qué capital mínimo requeriría para
empezar a estructurarlo. (Se afirma que Luis Carlos
Sarmiento, considerado hoy el hombre más rico de Colombia,
inició su empresa independiente con diez mil pesos de
entonces. Hoy es dueño de 12 billones 600 millones de
pesos, representados en bancos y múltiples grandes
empresas). Si su decisión es independizarse y crear su propia
empresa, antes de lanzarse al agua, prepárese. Pregúntese si
puede esperar racionalmente alcanzar su objetivo. Elabore
concienzudamente un plan de negocio.

Hoy, tanto entidades del gobierno como algunas entidades


bancarias facilitan capital para proyectos bien estructurados
por personas responsables. A veces es conveniente buscar
un socio adecuado que aporte experiencia o capital. Piense
cada vez que pueda en su nuevo emprendimiento, en las
ventajas que su realización le procurará; disfrute sus primeros
éxitos; autosugestiónese con la idea de que le aguarda un
triunfo completo. La determinación de su misión de vida le
suscitará un poderoso interés, multiplicará su energía y le
impulsará gozosamente hacia delante en dirección al éxito.
Dentro de un tiempo razonable disfrutará las mieles de su
realización personal.

Aplicación práctica:

Revise la misión que escribió y piense si comprende su


talento predominante. Enriquézcala con la meditación de esta
lección si ha descubierto algo nuevo respecto a usted mismo
y a sus talentos naturales. Aunque aún no vea totalmente
factible dedicarse a desarrollar sus talentos naturales como
medio para ganarse la vida, puede expresarlo en su misión
como si ya fuera un hecho, y eso ayudará a despejar sus
caminos mentales primero y luego, si se empeña y trabaja
por lograrlo, podrá hacerla realidad.
¡Atrévase a soñar en grande, decía Walt Disney: “Si lo puede
soñar, lo puede realizar”!

Frase utilizada por mí


Para cultivar mi talento predominante:
• Soy un empresario eficaz porque gozo de una
imaginación fecunda y original para los negocios, veo las
oportunidades y me aprovecho de ellas en beneficio
propio, de mi familia y de la comunidad.
6. ¿CÓMO DESARROLLAR LA
INTELIGENCIA EMOCIONAL?

Bienaventurados quienes gozan de una inteligencia


emocional desarrollada. Ellos pueden disfrutar de buenas
relaciones con sus semejantes. Pero quienes padecemos de
timidez o somos propensos a los arrebatos de ira, llevamos
por dentro a nuestro peor enemigo.

¿Cómo reconciliarnos con nuestras emociones? ¿Cómo


podemos reorientarlas positivamente? La cosa no es de poca
monta pues de ello depende la estabilidad de nuestro
matrimonio, las buenas relaciones con nuestros hijos, socios,
subalternos y amigos, Y en buena parte nuestro éxito en la
vida y nuestra prosperidad. Lo digo con autoridad, pues vine
al mundo dotado de un temperamento hiperemotivo y me
sacaban de casillas con facilidad. Pero cuando caí en la
cuenta de la desventaja que eso me significaba, me di a la
tarea de buscarle solución.

Y me la dio el profesor Borg, quien me dijo: “Toda emoción


depende del ritmo de nuestra respiración, mientras
respiramos con calma, impedimos que la emoción nos
perturbe profundamente y somos dueños y señores de la
marcha de nuestros pulmones.” En seguida me enseñó un
ejercicio sencillísimo, que consiste en caminar a ritmo algo
rápido, aspirando profundamente durante cierto número de
pasos (seis o siete tan solo al principio) y luego espirando
también durante el mismo número de pasos, sin interrupción.
Al cabo de veinte minutos se encuentra uno en un estado
especial de bienestar y de calma que jamás ha tenido, y ese
estado maravilloso durará varias horas.
Poco a poco se aumenta el número de pasos con que se
hace el ejercicio, hasta llegar a diez pasos (veinte por
respiración completa). Nunca se debe aumentar el número de
pasos hasta perder el aliento. Una sensación de euforia
maravillosa y permanente debe compensar la moderación.
Esto facilita y estimula nuestra persistencia. La práctica de
esta gimnasia respiratoria regularmente, dos veces al día, por
espacio de veinte minutos, sin dejar de practicarla nunca y
cada vez que uno se sienta expuesto a una emoción fuerte,
nos convertirá en una persona serena, ecuánime y dueña de
nuestras emociones.

(Quienes sufren de enfermedades cardíacas deben consultar


con su médico antes de practicar este ejercicio).

Sin embargo, cuando la emoción explosiva está muy


arraigada o la aprendimos de nuestros padres y amigos y la
hemos padecido durante muchos años, erradicarla de nuestro
comportamiento no es tarea fácil. Es casi como dejar de
fumar o abandonar cualquier vicio. Se requiere de una fuerte
motivación y de disciplina. Pero vale la pena. Los resultados
son estupendos.

Para reemplazar los malos hábitos es preciso sustituirlos por


otros mejores conscientemente adoptados. Por tanto, para
alcanzar la serenidad debemos actuar como si ya fuéramos
serenos deliberadamente y meter en nuestro subconsciente
una afirmación positiva y corta que se convierta en nuestro
nuevo paradigma, como por ejemplo: “mi calma es
imperturbable” u otra equivalente que nos inventemos.

Si nos repetimos esa frase varias veces al día, sobre todo


antes de dormirnos, poco a poco nos ¡remos transformando
en lo que queremos sery habremos atesorado algo invaluable:
la llave que nos abre las puertas a las buenas relaciones y a
la prosperidad. Nada logramos con conocer la solución a
nuestros problemas si no la ponemos en práctica. Los
cambios trascendentales que deseamos en nuestras vidas
solo se logran viviéndolos. Pongamos manos a la obra
inmediatamente.
Las cualidades que más admiro y que contribuyen a la
inteligencia emocional, son la serenidad y la prudencia.
¡Cuánto ganaríamos las personas, la familia y la sociedad, si
nos dedicáramos a cultivarlas! La persona serena y prudente
rige sus actos por la razón y la búsqueda de resultados
concretos, no por la emoción ni por la explosión de sus
sentimientos, siempre sabe lo que quiere y suele aplicar los
medios convenientes para conseguirlo, sin que las
circunstancias lo desvíen de su objetivo.

La persona que logra alcanzar un alto grado de madurez


emocional, de serenidad, obtiene como fruto el hábito de
pensar tranquila y gozosamente sobre cada uno de los
asuntos que caen bajo su consideración, en cualquier
circunstancia; sopesa los pros y los contras de las posibles
soluciones a los problemas que afronta, a veces consulta con
otros, y decide con acierto en todas las circunstancias, aún en
las más difíciles y tempestuosas. Su meta es lograr los
objetivos convenientes. Este es el dominio de la prudencia.

Por supuesto, una persona así, logra dominio sobre sí misma


y suele ejercer una influencia benévola en quieres lo rodean.
Vemos muchos casos de personas exitosas que tocan la
fama y la gloria con sus manos pero por falta de madurez
emocional se convierten en drogadictos, alcohólicos o
comienzan a sufrir de otros problemas.

Para el destino de las familias, de las empresas y de las


naciones, es muy importante la madurez emocional de sus
líderes, ya que ésta va a repercutir notoriamente en sus
comportamientos y decisiones. Por eso afirmo que la persona
que logra conocer su talento predominante, hace de él su
modo de vida y, además, logra la serenidad, la madurez
emocional y la prudencia, no sólo escala las cumbres más
altas sino que puede permanecer en ellas sano, triunfador y
feliz. Y este objetivo está al alcance de todos los mortales de
todas las razas y todas las condiciones económicas y
sociales.
Aplicación práctica:

1. Haga dos veces al día el ejercicio de respiración


sugerido, dedicando mínimo 20 minutos a caminar en
la forma sugerida y cada vez que en el transcurso del
día se sienta expuesto a alguna emoción fuerte. Esta
práctica puede acompañarlo durante toda su vida.
2. Revise sus respuestas al cuestionario inicial y defina
metas para desarrollar su inteligencia emocional.
Frases utilizadas por mí.

Para desarrollar mí inteligencia emocional:

• Soy aplomado. Mantengo mi serenidad en todas las


circunstancias y ante cualquier persona sin importar su
rango, condición u oficio.

• Voy a mantener mis pensamientos y mi actitud tranguilos


y gozosos desde este mismo instante amando a Dios
sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo.

• El dominio de mi mente, el hábito de mantener en ella


pensamientos saludables, positivos, alegres y felices, es
mi mayor tesoro.

• Practico la ciencia de la paz. Soy paciente. El tiempo es


mi aliado para hacer las cosas bien.

• Gozo de una personalidad agradable, simpática y


carismática porgue soy sencillo, sereno, servicial, leal y
altamente eficaz, eficiente y afectivo.

• Vivo tranquilo, gozoso, feliz porgue sé que el reino de


Dios, que es un reino de amor, está dentro de mí.
CUESTIONARIO SOBRE INTELIGENCIA
EMOCIONAL

¿Es usted irascible o calmado?

¿Durante discusiones apasionadas levanta la voz, grita,


manotea o conserva la serenidad y razona con cabeza fría?

¿Durante una conversación escucha y procura comprender a


su interlocutor antes de darle a entender su punto de vista?

¿En sus relaciones con su cónyuge procura cambiarle su


manera de ser y de actuar o trata de comprenderlo, le
demuestra comprensión, admiración y apoyo, y procura
demostrarle que es una persona valiosa que merece su
amor?

¿En sus relaciones con sus hijos usted les da claras muestras
de amor, los escucha con atención y procura que se
conozcan así mismos en profundidad, mostrándoles el
enorme potencial de que son dueños?

¿Procura que en su hogar prevalezca un ambiente de


tranquilidad, de confianza recíproca?

¿En el trabajo con sus socios, superiores y subalternos, usted


mantiene una relación madura o existen muchas fricciones en
la relación?

En sociedad, con sus amigos y conocidos ¿cultiva una


relación de confianza o permite que florezcan la rivalidad, las
envidias y los recelos?
7. LA PROACTIVIDAD, LA LLAVE MÁGICA

La persona reactiva -el contrapunto de la persona proactiva-,


no asume el control de su destino, ni se responsabiliza por los
resultados de sus acciones ni de sus emociones. Siempre
encuentra a otros o a las circunstancias, como los
responsables de lo que le sucede. Actúa movida por los
criterios que heredó de sus abuelos o que le sembraron en la
mente de palabra o con el ejemplo sus padres y quienes le
rodearon durante sus primeros años, o por hábitos que forjó
durante su desarrollo. Sus reacciones están predeterminadas
y dependen de esos condicionamientos. No ha desarrollado
suficientemente su autonomía, escogiendo lo que favorece a
sus logros y cambiando lo que le perjudica.

Por eso, cuando comete un error y alguien le corrige, suele


responder “es que yo soy así”, “es que en mi familia actuamos
de esa manera”. O cuando afronta un problema grave dice
“no puedo hacer nada” o “esto me vuelve loco”, etc.

La proactividad, en cambio, es el hábito que nos permite


hacernos dueños de nuestras vidas, artífices de nuestro
destino. La persona proactiva hace todo lo que esté a su
alcance para lograr lo que se propone, tanto en su propio
carácter como en sus realizaciones.

Quienes han logrado analizarse, conocer cuál es el arte, oficio


o profesión en que se sienten más a gusto, el que
desempeñan con facilidad y placer, y que han podido
observar cuáles son sus fortalezas y cuáles sus debilidades,
se encuentran en condiciones óptimas para ejercer la
proactividad, cuyo primer ejercicio es trazar su plan de vida.
La persona proactiva reflexiona tranquilamente en quién
quiere llegar a ser y qué quiere lograr en determinado período
de tiempo, y con esas ¡deas claras, redacta su misión y su
visión de vida. Muy pocas personas, por pereza mental, se
toman el trabajo de practicar este sencillo y esencial ejercicio,
pero quienes lo hacen, suelen conseguir lo que se proponen,
por aventurado y difícil que pueda parecerle a los demás.

El ejercicio es fascinante. Nos enseña a soñar despiertos y a


disfrutar gozosamente cada uno de los logros que vamos
conquistando.

En principio, todos estamos influidos muy fuertemente por los


genes heredados y por los puntos de vista con los cuales se
forjó nuestro criterio, desde nuestra más tierna infancia
cuando todavía no teníamos uso de razón o no la teníamos
debidamente formada. Por tanto, creíamos ciegamente
cuanto veíamos e íbamos asimilando ingenuamente cuanto
nos decían los mayores, y aprendíamos del ejemplo de
nuestros padres y de las personas con quienes convivíamos,
para formar nuestro criterio y nuestra manera de
comportarnos.

Seguramente nos enseñaron cosas maravillosas y esas


debemos conservarlas. Pero también debemos reconocer
que, probablemente, no todo en ellos fue digno de ejemplo.
Sus enseñanzas no fueron siempre positivas y sanas. Por lo
regular ellos también las heredaron de sus mayores y las
convirtieron en sus patrones de vida.

En nuestras manos está romper la cadena. Afortunadamente


gozamos de la facultad de auto valorarnos, de conocernos en
profundidad y de la libertad esencial de ratificar o modificar
esos criterios y esos comportamientos heredados y
aprendidos inconscientemente, que han sido parte
fundamental de nuestra manera de ser y actuar.
El buen uso de esa libertad se llama proactividad y es la llave
mágica que puede cambiar dramáticamente nuestra
existencia y la de quienes nos rodean o dependen de
nosotros.

De las personas proactivas se dice que tienen iniciativa,


saben lo que quieren y utilizan los medios convenientes para
conseguirlo. Además, utilizan provechosamente su libertad,
se hacen independientes y se convierten en líderes en su
área de acción.

Ante un problema cualquiera, el proactivo dirá:


“examinaremos nuestras posibilidades”; “yo elijo esta
alternativa”; “controlo mis emociones”; “prefiero tal cosa”; “lo
conseguiré pase lo que pase”, etc. Y se desempeñará
conforme a lo que ha elegido como su misión de vida.
Muchísimas personas actúan de manera reactiva.
Disponemos de una sola existencia terrenal. Ella puede
transcurrir como un corcho, sobreaguando a merced de las
corrientes, o podemos transformarla en un barco y hasta en
un poderoso transatlántico que puede conducirnos al puerto
que nosotros elijamos, y cuyo piloto y dueño es uno mismo.
Podemos transformar muchos corchos en majestuosos
transatlánticos que nos lleven con seguridad al maravilloso
puerto de nuestros más encumbrados sueños.
Aplicación práctica:

1. Piense en algunas reacciones automáticas que le


gustaría cambiar. Por ejemplo: “Pérdidas de paciencia
en una relación importante con un ser querido”. Haga
el propósito de poner el “botón de pausa” y cambiar la
forma de reaccionar inspirado en mejorar la relación.
Redacte una frase positiva para que al leerla pueda
visualizarse con el nuevo hábito adquirido. Por
ejemplo: “Ante cualquier estímulo externo respondo
serenamente y con tranquilidad de ánimo preservando
mis buenas relaciones con los demás”. Anote sus
logros diarios hasta que se convierta en un nuevo
hábito.
2. Relea su misión y piense si quiere agregarle algo, una
vez que ha decido ser más proactivo.
Frases utilizadas por mí.

Para ser más proactivo:

• Soy un manantial de iniciativas porque practico la


proactividad.

• Soy proactivo, siempre responsable de mí mismo y de


mi destino.
8. LA ADMINISTRACIÓN DE UNO MISMO.
No existe inversión tan provechosa como la que hacemos en
nuestro propio perfeccionamiento. En ella radica la diferencia
entre un aficionado y un campeón, entre un comerciante
cualquiera y el creador de un negocio grande, entre un
artesano y un gran fabricante, entre un profesional y un “fuera
de serie”.

La administración de uno mismo depende en buena parte de


la administración de nuestro tiempo. El tiempo vale más que
el oro y de su buena administración depende en buena parte
nuestro éxito o nuestro fracaso, la realización de nuestra
misión de vida o su frustración.

Todos los mortales disponemos de 24 horas por día. Lo que


nos diferencia a unos de otros es la manera como
administramos esas 24 horas. Del mismo tiempo diario
dispone un mendigo que un emperador. Lo ordinario es que
de ellas, 8 horas las dediquemos a trabajar, 8 horas a dormir
y 8 horas a nuestro aseo personal, nuestra recreación, o
nuestro ocio. Las personas sobresalientes distribuyen
maravillosamente bien tanto las 8 horas laborales como las
otras 16.

Stephen R. Covey construyó una matriz especialmente eficaz


para la administración superior de nosotros mismos, en un
sencillo cuadrante fundado en dos conceptos concretos: lo
importante y lo urgente, y la combinación de ambos.

Sostiene que la mayoría de las personas se pasan la vida en


actividades que son importantes y urgentes, o en actividades
que no son importantes pero sí urgentes, o en actividades que
ni son importantes ni son urgentes y, por tanto, no les queda
tiempo para concentrarse en las actividades que son las más
importantes, las esenciales para nuestro desarrollo, pero que
no son urgentes.
Quienes se pasan el día atendiendo actividades importantes y
urgentes, andan corriendo para entregar los proyectos antes
de que se venzan las fechas, atendiendo problemas
apremiantes o resolviendo crisis. Viven agotados, tensos,
estresados. No les queda tiempo para las actividades
realmente importantes y no urgentes, como descubrir su
vocación personal, elaborar su misión de vida con base en
principios correctos, prevenir crisis, establecer prioridades,
dedicarse a lo que de verdad le apasiona, perfeccionarse,
ocuparse de su salud, de su familia, construir amistades,
planificar su semana, cumplir cabalmente cada uno de sus
roles, recrearse.

La pereza más perniciosa, y de lejos la más común, es la


pereza de pensar. El mayor tesoro que todos poseemos es la
capacidad de reflexionar, de conocernos íntimamente, de
saber qué es lo que más nos gusta, de planear, de construir
nuestra misión de vida, de visualizar lo que queremos ser,
hacer y poseer, de ordenar nuestras vidas para hacer de ellas
lo mejor que podamos. Pero muchos de nosotros
despilfarramos ese tesoro sin caer en cuenta del desperdicio,
como el que siendo dueño de una mina de oro, la abandona
por pereza de explotarla.

En cambio, el que reflexiona para conocerse, para formar su


carácter, el que sabe lo que quiere, planea como adquirirlo y
se decide a lograrlo, es como el capitán de un barco que sabe
a cuál puerto quiere llegar y dispone de un plano de ruta
precisa para alcanzarlo exitosamente. Hablar de
administración de uno mismo es un enfoque trascendental,
esto es, puede trascender toda la existencia de la persona y
hasta puede extender sus efectos benéficos más allá de ella
misma.

Si queremos formar buenos líderes en las diferentes áreas de


acción ciudadana, debemos incluir este concepto en el niño,
en el joven y en el adulto, pues con él se le otorga una brújula
que lo conduce a realizarse plena, física, mental, espiritual y
socioemocionalmente.
Buena parte de los habitantes del planeta se limitan a existir.
Son como balsas a la deriva a quienes las circunstancias los
llevan de un lugar para otro sin destino conocido: crecen a la
buena de Dios; estudian para lograr un cartón; trabajan en lo
que les ofrecen; se casan sin pensarlo dos veces; no se
ocupan de hacer feliz a su pareja ni de la buena formación de
los hijos; fuman, beben y se divierten porque los demás lo
hacen; se desentienden de los deberes cívicos y sociales,
pero son los primeros en criticar lo que otros hacen con la
suficiencia propia de los ignorantes. Por lo general se vuelven
amargados y envidiosos y culpan a los demás por sus
desgracias y frustraciones.

Quienes se toman el trabajo de autoadministrarse empiezan


por conocerse a sí mismos, averiguan para qué Dios los hizo
buenos y una vez que tienen ese concepto claro, escriben su
misión de vida, su visión y sus metas. Se hacen dueños de su
destino.

Las personas ineficaces se pasan la vida correteando las


cosas urgentes o haciendo lo que ni es importante ni es
urgente y nunca tienen tiempo para ocuparse de lo que para
ellas es realmente importante aunque no sea urgente: su
persona, su familia, su trabajo, su comunidad.

Según Covey, las personas eficaces se concentran en lo


importante pero no urgente, en lo que está de acuerdo con la
Misión de vida que la persona se ha trazado en el plano
individual, familiar, laboral y social; todo lo demás puede ser
urgente o importante para otras personas y carecer de
importancia para uno mismo o para los demás, y sólo implica
pérdidas de tiempo que se le sustrae a lo que
verdaderamente vale la pena.

De ahí lo milagroso que resulta LA AGENDA SEMANAL que


nos permite ser puntuales, atender cumplidamente lo que es
realmente importante para nuestra realización como seres
humanos, conseguir los resultados que buscamos, cultivar
excelentes amistades, divertirnos sabiamente, descansar
plácidamente y eliminar el estrés.
Quien no tenga una conciencia clara de cuál es su Misión, su
Visión y sus metas, pasará casi toda su vida haciendo lo que
es urgente sin ser importante para él o lo que ni es importante
ni es urgente ni para él ni para nadie. Se la pasará apagando
incendios, administrando crisis, cansado y abrumado. O
vagando sin saber qué hacer. Es lamentable que verdades
tan simples sean tan ignoradas cuando si se practicaran
podrían producir tantos beneficios a la comunidad.

Aplicación práctica:

1. Relea su misión de vida. Sí aún no la tiene escrita, no


lo postergue más, escríbala. Escriba su agenda
semanal dando en ella un lugar para cada uno de los
asuntos importantes y no urgentes para usted: su
desarrollo personal, sus roles como cónyuge, padre,
hijo, socio, amigo, etc. La prevención de crisis, el
aprovechamiento de las oportunidades. Sus metas.
2. Analice diariamente cómo está distribuyendo su
tiempo, y concrete como puede dedicar más tiempo a
los asuntos importantes pero no urgentes.
Frases utilizadas por mí:
• So/ un líder centrado en principios. Conozco los
principios del liderazgo y los practico. Conozco a las
personas con sus fortalezas, sus debilidades y sus
intereses y sé delegar en ellas, señalando los objetivos
gue deseamos alcanzar y los beneficios gue de ello se
derivan para cada uno de los participantes.

• Aplico mi inteligencia, mi tiempo y mi dinero para la


excelente realización de mi misión y de mis roles y para la
búsgueda y logro de mis objetivos y metas.

• So/ proactivo, siempre responsable de mi mismo y de mi


destino.
9. CLAVES PARA UNA VIDA PROSPERA Y
FELIZ
Ser prósperos implica el deseo de progresar, tener objetivos
claros, proponerse metas intermedias, y ahorrar para crear la
semilla de nuestra autonomía e independencia económica.
Es frecuente que en las empresas haya empleados
excelentes que hacen su oficio con maestría pero llevan diez
o quince años haciendo lo mismo, ganando poco más que su
primer sueldo.

En cambio existen otros que llevan cinco años y han ido


escalando desde los primeros peldaños en su organización
hasta ocupar cargos altos de mayores responsabilidades, con
salarios que han venido subiendo en la medida que lo
merecen sus nuevos oficios.

Hay otros que aprovecharon la experiencia en la organización


en la que trabajan como si ésta fuera su escuela o su
universidad. Desde un principio ahorraron por lo menos el
10% de cuanto ganaban como semilla de su independencia,
cada año mejoraban su posición y sus ingresos y un buen día
decidieron aprovechar lo aprendido y utilizar sus ahorros y
sus prestaciones para crear con su cónyuge o con un socio,
un pequeño negocio que pronto les permitió dar las gracias a
su empleador e iniciar su vida independiente.

Esa en realidad ha sido la experiencia de muchos de los


grandes empresarios de todas partes, de las personas que
han progresado, que han sido prósperas.

Uno de los defectos de nuestra sociedad es el conformismo.


La ausencia de deseos de prosperar. La falta de ambición y
de la conciencia de una misión y de una visión de vida.
La persona puede ganar un buen sueldo pero si gasta más de
lo que gana nunca será independiente. Es lo que ocurre la
mayoría de las veces por no decir casi siempre. Las personas
no tienen un presupuesto de gastos, compran lo que les
apetece y la tarjeta de crédito se convierte en su celestina.

Es difícil creerlo pero el deseo de prosperar, el anhelo de ser


independiente junto con el hábito de ahorrar por lo menos el
10% de cuanto uno gane es el fundamento de la
independencia económica, y si esto se acompaña de un
proyecto de vida, se logra la prosperidad.

Una persona puede ser rica y sin embargo no ser próspera.


Muchos ricos heredaron su fortuna y no supieron ser
prósperos. Cada día se la fueron gastando hasta cuando la
agotaron y dejaron de serlo.

Para ser próspero no se requiere una inteligencia excepcional


ni mucha academia. Lo que sí se requiere es ambición sana,
deseos de superación, un plan de vida y crearse el hábito del
ahorro. Además, si la persona logra trabajar en el área de su
talento predominante, su actividad laboral se le hace
placentera, aumenta su energía y se concentra fácilmente en
lo que hace. Su trabajo se convierte en su mejor pasatiempo.

En ese caso lo importante es tener claros los diferentes roles


para no descuidar el rol de cónyuge, de padre, etc., sino
darle a cada uno el espacio que le corresponde.
Estas son consideraciones simples, sencillas, pero son el
abecedario de la independencia económica, de la
prosperidad, la cual no tiene misterio. Pero no es simple
teoría, hay que ponerla en práctica, creándose buenos
hábitos. El resultado final nos llenará de alegría y hará más
fácil el camino hacia la felicidad.
Porque la prosperidad sostenida poco a poco se convierte en
riqueza y la riqueza en poder: poder para cuidar la salud y
alimentarnos bien, para vestir adecuadamente, para mejorar
nuestra vivienda, para tener un vehículo confortable etc.
Poder para educar bien a los hijos, para complacer al
cónyuge, para atender a los amigos, para servir a la
comunidad, etc.

La riqueza bien habida y bien empleada es un buen


instrumento para forjar nuestra felicidad y la de quienes nos
rodean.
He tenido la oportunidad de encontrar ejemplos de lo anterior
en participantes de un programa de liderazgo en el que
participo, llamado Red GENIALES. Uno de ellos confesó que
le tocó empezar desde el primer peldaño pues cuando salió
de la Universidad y se disponía a comenzar a trabajar, su
padre le espetó su consigna: “que cada palo aguante su vela,”
esto es, arréglatelas como puedas y si quieres salir adelante
piensa bien cómo lo vas a hacer para desarrollar tus talentos
y alcanzar tus metas.

Por supuesto, como no tenía ni cinco para emprender un


negocio independiente, tuvo que empezar aceptando un
empleo, pero con el firme propósito de ingeniárselas para
lograr cuanto antes ser su propio empleador, así que fabricó
una fórmula mágica: “Voy a economizar el 30% de todo lo que
gane para invertirlo en negocios donde yo pueda cuidar mi
inversión bien sea como gerente, como miembro de algún
comité o de la Junta Directiva”.

Aunque su primer empleo no era muy bien remunerado, pues


apenas si le alcanzaba para sufragar los gastos de la familia,
se amarró el cinturón y cada mes apartaba ese 30% para su
fondo de inversión y planeaba cómo iba a invertirlo. Nada
para acciones de la Bolsa o en ningún fondo donde él no
participara para hacerlo productivo. Un año después se
estaba asociando con un grupo de amigos que compartían la
misma visión: ayudarse unos a otros y crear empresas
novedosas.
La primera criatura de esa concepción fue una “Promotora de
Empresas”, que pronto sumó otros 70 socios para unir a las
personas de su ciudad con aquella visión y crear nuevos
negocios, y de ella fueron brotando, una tras otra, muchas
iniciativas exitosas.

Como él carecía de capital semilla y sus ahorros eran todavía


de poca monta, concibió la ¡dea de acudir a banqueros
amigos que le prestaran las sumas necesarias para cada
nuevo emprendimiento y con el 30% de sus ahorros pagaba
puntualmente los intereses, y cuando le exigían la devolución
de las sumas del capital prestado, se iba donde otro banquero
amigo para que le prestara lo necesario para cancelarle al
primer banquero, y a este nuevo le seguía pagando los
intereses con el monto de sus ahorros, hasta cuando le
tocaba cancelarle la suma prestada y así, tapando un hueco
con otro, pudo crecer en sus inversiones hasta hacerse
completamente independiente.

Hoy es socio de un buen número de empresas exitosas tanto


en su ciudad como en otras ciudades, y ha podido hacer
inversiones bien pensadas en busca de un futuro confiable
para él y su familia.

El otro componente de su fórmula mágica es el trabajo


perseverante. Cuando uno hace lo que le gusta hacer, goza
trabajando 8 horas diarias hasta conseguir lo que quiere.
La lectura de “Yo estoy bien, tú estás bien”, le facilitó la
manera de relacionarse positivamente con los demás.

También ayudó la aplicación de la filosofía empresarial de


“Calidad total y mejoramiento continuo”, pues le enseñó a
delegar en los empleados la responsabilidad de asumir la
solución de los problemas que afrontaba en su trabajo.

Por último, “Los 7 hábitos de la gente altamente eficaz”, le


enseñó, entre muchas otras verdades, el encontrar la felicidad
en cada uno de los actos de su vida diaria, esto es, vivir la
consciencia constante de su propia felicidad, tanto en el
trabajo como en su vida familiar y social.
Esta vivencia personifica de manera ejemplar lo que se quiere
trasmitir en estas líneas.

Aplicación práctica:

1. Escriba sus deseos en cuanto a la prosperidad física,


mental, socio-emocional, espiritual, laboral y económica.
Piense en el mejor escenario posible y describa su
realidad en todos estos aspectos imaginándose gozar de
prosperidad en todos ellos y contribuyendo con la de los
demás en cada uno de los roles en los que se
desempeña.
2. Revise su misión-visión y agréguele lo que haya surgido
como base de esta reflexión, con miras a conseguir la
independencia económica, el desarrollo de los talentos y
prosperidad en todas las áreas de la vida.

Frases utilizadas por mí.

Para la prosperidad:
• Siempre sé lo que quiero y utilizo los medios
convenientes para conseguirlo porque soy efectivo.

• Busco lo que quiero con paciencia, con determinación,


con tesón, con perseverancia, hasta conseguir lo que
quiero, porque tengo firmeza de carácter y practico la
fortaleza.
10. EL SECRETO DE UNA MENTE
“GENIAL”. LA CAPACIDAD DE
OBSERVACIÓN.
Todos podemos desarrollar una mente “Genial” porque todos
nacemos con el embrión de un talento sobresaliente. Si lo
descubrimos, lo valoramos y lo perfeccionamos, nos servirá
como herramienta para ganarnos la vida.
Es interesante observar que la curiosidad y el sentido de
observación, conectados a la especial inteligencia que
subyace tras ese talento, atrae hacia ella todo lo que le
conviene.

La mente es selectiva y la observación de todo cuanto se


relaciona con dicho talento, como si fuere un imán, lo fija en
nuestra memoria y enriquece el arsenal de nuestra
imaginación. Es fácil concentrar la atención en asuntos que
verdaderamente interesan. La reflexión se vuelve agradable y
fructífera y el pensamiento se mantiene adherido a su objeto,
las ideas acuden en abundancia y aportan soluciones
originales.

Esa es la clave del éxito de los que alcanzan la cima de la


fama, de la gloria o de la riqueza, de quienes desarrollan sus
talentos a plenitud. Es que cada uno de ellos alcanza la
perfecta concentración de pensamiento cuando está en su
tarea realizando su vocación y esa es la clave.

Cuando se dice de alguien que tiene visión de futuro o que


está inspirado, es que sus facultades mentales están
alineadas como consecuencia de estar viviendo su vocación,
y su concentración es perfecta.
El interés es el gran motivador de la mente, lo que origina la
concentración. Es indispensable para fecundar la
imaginación, y la aplicación metódica de la imaginación es la
que encuentra las respuestas a los problemas más
intrincados.
Es muy grande el desperdicio que padecemos cuando por
pereza no la utilizamos debidamente. En la práctica,
mentalmente, es como si el mundo que nos rodea no existiera
para nosotros, como si fuéramos sonámbulos.

Por el contrario, para aquellos que tienen el hábito de


observar bien, la vista, el oído, el olfato, el tacto y el gusto son
vehículos permanentes para atraer material precioso a sus
facultades mentales, pues una imagen profundamente
grabada es la clave del recuerdo y el alimento de la
imaginación.

Quienes carecen del espíritu de observación, el pasear por


entre un jardín florido los deja sin admirar la textura de las
hojas, el hermoso colorido de las flores o el aroma que se
desprende de ellas. O pueden caminar, indiferentes, sobre las
suaves arenas de una playa, sin sentir su textura, sin percibir
la belleza del mar ni la indescriptible hermosura de la puesta
de sol cuando se sumerge en el infinito, cambiando los
colores del cielo como un calidoscopio.

Claro que para una persona así, la memoria no registra nada


y la imaginación queda ayuna de esa experiencia
desperdiciada.

Entonces uno se queja de no tener buena memoria y de


carecer de imaginación; pero el espíritu de observación se
puede cultivar, y poco a poco ir fortaleciéndolo hasta recobrar
la enorme capacidad que tuvo durante sus primeros años de
existencia, cuando nos asombrábamos a la vista de una
mariposa o gozábamos intensamente el sabor de una
golosina. Pongámonos a prueba, cerremos los ojos y
describamos minuciosamente lo que contiene la habitación
donde nos encontramos, o una cualquiera de las habitaciones
de la casa donde vivimos.

Con demasiada frecuencia recorremos nuestro camino sin ver


y sin oír las sabias enseñanzas de la vida. Necesitamos
recuperar la capacidad de sentir intensamente, de
maravillarnos y de procurar comprender.
Utilizando ejercicios convenientes podemos decidirnos a
lograr sensaciones más exactas de nuestros cinco sentidos y
a que, las procuradas por uno de los sentidos, complementen
y verifiquen las registradas por los demás. Tenemos que
adoptar la costumbre de conducir metódicamente nuestras
observaciones, descomponiendo el objeto de las mismas en
sus diferentes componentes.

Una vez que recibamos las informaciones que nos


suministran nuestros sentidos, tenemos que someterlas al
trabajo de reflexión de nuestra inteligencia, para investigar las
causas de las cosas y descubrir su verdadero significado.
Como si fuera un músculo que se fortalece con el ejercicio, el
espíritu de observación puede vigorizarse extraordinariamente
y transformar el curso de nuestra existencia.

La extrema curiosidad es el denominador común de los


sabios y de quienes sacan el mayor provecho de sus
observaciones: los artistas, los poetas, los deportistas y los
grandes empresarios.

Después de crear el hábito de observar bien, la vida es más


rica, interesante y placentera. Compruébelo.

Aplicación práctica:

Adquiere el hábito de focalizar la atención en “el aquí y el


ahora”, para abastecer de recuerdos la memoria; para darle
alas a la imaginación; para agudizar la eficacia de los sentidos
y convertir el simple ver, en observar; el oír, en escuchar; para
paladear y disfrutar lo que comemos o sentimos; para
transformar los olores en aromas que nos deleiten. En fin, el
sentido de observación es indispensable para el máximo
aprovechamiento de nuestros sentidos y para darle alas,
vuelo y eficacia al mejor uso de la mente humana.
Una aplicación puede ser recorrer los salones y las
habitaciones de su residencia, anotando cuidadosamente los
detalles que observe, para retirarse de ella y tratar de
reproducir mentalmente lo que ha visto como si se tratara de
mirar un álbum de fotografías. Apreciará cuantas cosas no
quedaron registradas.

Cuando haya dominado este ejercicio, puede repetirlo cada


vez que entre a una oficina, un edificio o a un lugar que visite
por primera vez.

La posterior reproducción memorizada de lo que ha


observado irá enriqueciendo poco a poco su espíritu de
observación.

Aplicaciones semejantes puede imponerse para el desarrollo


de cada uno de los 5 sentidos.

Para conocer a las personas con las cuales nos corresponde


interactuar, el espíritu de observación no solo debe
desplegarse sobre el físico, sino sobre los detalles que nos
den a conocer su carácter, sus intenciones, sus capacidades
y su grado de confiabilidad.

Luego tratemos de acordarnos de lo que hemos logrado


averiguar. La repetición del ejercicio nos irá aclarando el juicio
que nos formemos de la persona. Así nos iremos haciendo
cada vez más certeros en nuestras apreciaciones, más
perspicaces.

Estos ejercicios nos hacen más interesante la vida. Nos


acercan al conocimiento de las personas e incluso al
conocimiento de nosotros mismos.
Frases usadas por mí.
Para fortalecer mi mente:

• Cada día gozo de mayor exactitud de pensamiento,


porque mi mente percibe mejor alimentada por mis
cinco sentidos y reflexiono con base en las leyes de la
lógica y del sentido común.

• Gozo de perfecta concentración de pensamiento.

• Aprendo de mis errores y de los errores de los demás.


Aprendo de mis aciertos y de los aciertos de los
demás.
11. LA RICA IMAGINACIÓN DE UNA
MENTE GENIAL

Cada persona posee una inteligencia y una capacidad de


memoria e imaginación especiales. El escritor, el orador y el
poeta, utilizan la inteligencia lingüística; el científico, la lógica
matemática; el ingeniero, la espacial; el atleta y el bailarín, la
cinestésica; y así sucesivamente. Esta capacidad inicial de
un talento suele ser embrionaria, y crece y se desarrolla
aumentando su potencial a medida que se ejercita.

Si alguien quiere desempeñarse en un área ajena a su talento


predominante, carecerá de los atributos que le faciliten su
labor y aunque con buena voluntad y disciplina puede lograr
algunos progresos, nada le será fácil y poco disfrutará de su
trabajo.

En cambio, para la persona que tuvo la fortuna de descubrir


su talento predominante, de perfeccionarlo y de convertirlo en
el instrumento propio para ganarse el sustento, todo cuanto
tiene relación con el ejercicio de ese talento despierta su
interés y el interés es indispensable para fecundar nuestra
imaginación.

Precisamente es la imaginación el instrumento que utiliza


cada persona para visualizar su misión de vida, para soñar
con el papel que de acuerdo con ella le toca desempeñar en
el escenario de su existencia, señalar sus objetivos y
establecer las etapas que debe cumplir para alcanzarlos. La
imaginación es la encargada de suministrarnos las soluciones
a los problemas que afrontamos.
La aplicación de su talento predominante, de su buena
memoria y su abundante imaginación, le permitió a Gabriel
García Márquez y a los demás buenos escritores elaborar las
novelas con las que ganaron el aplauso universal y ocupar un
sitio destacado en el escenario mundial.
El aprovechamiento de su talento predominante, su admirable
memoria y su fecunda imaginación, le permitieron a Alvaro
Uribe Vélez visualizar su estrategia para doblegar a las
guerrillas, para combatir la pobreza e iniciar una era de
prosperidad para Colombia, que parecía imposible de
alcanzar.

Dada la vivencia de su talento empresarial, Luis Carlos


Sarmiento focalizó la memoria y estimuló la imaginación para
la creación de las innumerables empresas que lo convirtieron
en el colombiano más rico de la historia reciente del país,
partiendo de un capital inicial de solo diez mil pesos.

La explotación de su talento artístico fecundó la imaginación


de Shakira para alcanzar las más altas cumbres del estrellato
mundial a las que haya llegado ningún colombiano. Lo mismo
puede afirmarse de todas las personas que logran descollar
en el ejercicio del deporte, arte, empresa o profesión, en
cualquier país.

En Colombia tenemos, entre otros, el ejemplo de Juan


Gossaín, quien utiliza su talento para deleitarnos con sus
intervenciones orales o con sus escritos maravillosos.

Si alguno de ellos en lugar de utilizar su talento predominante


para ganarse la vida hubiere querido explotar una actividad
diferente, probablemente habría hecho un buen papel en su
trabajo pero jamás habría disfrutado tanto de su quehacer, ni
alcanzando el éxito y la fama de que hoy disfrutan. Ellos están
realizando su misión de vida utilizando la inteligencia que le
es propia con admirable facilidad y acierto.
Muchos colombianos con igual o superior capacidad
embrionaria que ellos andan atascados en la rutina, aburridos,
haciendo lo que no les corresponde, perdiendo la oportunidad
de gozar su potencial desarrollo.
A veces usamos la imaginación para ponernos zancadillas, es
decir, para perjudicar el logro de nuestros sueños porque
pensamos con preocupación, pesimismo, recreando con
nuestra mente los peores escenarios, lo que quita el
entusiasmo y el propósito de perseverar en la conquista de
nuestras aspiraciones.

Napoleón Hill nos decía que “Todo hombre es lo que es, a


causa de los pensamientos dominantes que ocupan su
mente. Nuestro cerebro se magnetiza con los pensamientos
dominantes que sostenemos en la mente y éste magnetismo
atrae a las fuerzas, a la gente, a las circunstancias de la vida
que armonizan con la naturaleza de esos pensamientos”.

Andrew Carnegie nos invita a que dejemos de pensar en lo


que no queremos y sustituyamos nuestros pensamientos de
duda, tristeza y pesimismo, por unos de fe y anticipación feliz
y productiva.

Podemos aspirar a los más grandes bienes, si lo que


realizamos está en coherencia con los principios naturales y
eternos, todas las fuerzas del universo se alinean para que se
logren, si están en coherencia con estos principios.
Aplicación práctica:

Recree su imaginación pensando en su misión de vida


plenamente realizada. Escriba los objetivos y el plan de
acción para realizar esta misión.
Piense en las características de su carácter que le gustaría
fortalecer como si ya las tuviera, y elabore frases que le
ayuden a convencerse de su factibilidad; al leerlas,
imagínese como si ya las hubieras logrado, y procure actuar
de esa manera.

Frases utilizadas por mí.


Para cultivar la imaginación
• Gozo de una inteligencia creativa.

• Sinérgizo y busco terceras alternativas.


12. LA VOLUNTAD DE UNA PERSONA
“GENIAL”

Forjarse una vida saludable, próspera y feliz, y propiciarla


para los demás, es un mandato divino. Es el fin terrenal para
el cual fuimos creados.

La idea madre es que cada persona puede lograrlo aunque no


sea una tarea sencilla. Requiere desarrollar los principios que
la naturaleza nos proporciona en forma embrionaria y que,
dependiendo de las circunstancias en que venimos al mundo
y que rodean nuestra existencia, puede ser más difícil para
unos que para otros.

El desarrollo de los principios correctos y el vivir en armonía


con ellos es lo esencial y cuanto más conocemos los
principios correctos, mayor es nuestra posibilidad para actuar
con sabiduría y alcanzar en la tierra el fin terrenal para el cual
fuimos creados.

Quienes descubren su vocación, y conforme a ella elaboran


su misión de vida, poseen la esencia de la proactividad y
asumen la responsabilidad de manejar su vida. Eso les facilita
ser eficaces, eficientes y efectivos en el curso de su
existencia.

La verdad es que cada persona puede alcanzar la felicidad en


su vida terrenal. El ejercicio de la voluntad es la herramienta
para conseguirlo. Como todos los principios que gobiernan la
conducta humana, la naturaleza nos la entrega embrionaria y
es el buen ejercicio de la libertad lo que nos permite
desarrollarla mediante la repetición de ejercicios inteligentes.

Querer es poder, dice el adagio popular, pero para que esto


sea cierto, se requiere de una voluntad vigorosa en sus tres
manifestaciones: la voluntad inhibitoria, la realizadora y la
perseverante.
Para aplicar la primera nos basta con decir “no” a las cosas
que no nos convienen. Por ejemplo, si uno se ha propuesto
economizar para crearse un capital semilla que le permita
iniciar una actividad independiente, tiene que decirle “no” a la
apetencia de comprar algo que no le es necesario.

Esta expresión de la voluntad inhibitoria es relativamente fácil


de cumplir.
Pero cuando se trata de un adicto al tabaco, al alcohol, al
sexo o a la droga, la cosa es a otro precio. Tendrá que
trabajar con mayor decisión para lograr liberarse de estas
adicciones.

La voluntad realizadora es la que convierte en realidad lo que


la inteligencia nos muestra como conveniente. Un mesero
sabe que si aprende inglés le mejorarían el salario en el
restaurante o en el hotel donde trabaja y se le abrirían
muchas oportunidades, conoce la solución de su problema
financiero pero aprender inglés le exigirá muchas horas de
aprendizaje y para ello requiere de la voluntad realizadora.

Quien se hace dueño de su voluntad se hace dueño de su


destino, pero quien anhela realizar su misión de vida y
alcanzar sus sueños requiere de la perseverancia y esto
supone la constancia en el cumplimiento de sus
compromisos, en superar el desaliento cuando las cosas no
salen como se esperaba, en llegar hasta el final superando
las dificultades para coronarlas con éxito.

Napoleón solía decir “con constancia y tenacidad se obtiene


lo que se desee; la palabra imposible no tiene significado”.
Claro que para la persona que encontró su vocación y elaboró
su misión de vida, el uso de la voluntad para conseguirla no
solo le resulta fácil sino estimulante y divertido. Tiene ante los
ojos el fin que se propone conseguir, lo que orienta y
acrecienta sus energías y lo convierte en una de esas
personas de quien se dice: “Ese sabe lo que quiere y lo sabe
conseguir”. Es como el capitán de un barco que conoce con
precisión el puerto al que se dirige y a quien las tempestades
no lo desvían de su destino.
Para conquistar los buenos hábitos, cualesquiera que ellos
sean, lo primero es haberse auto disciplinado. Esta es la llave
que abre la puerta a todas nuestras potencialidades, la que
nos coloca frente al primer peldaño de la escalera que
conduce al sitio de la vida adonde queremos llegar.

La autodisciplina, como comentamos en la lección # 2, es la


administración de nuestra persona, el bien más valioso que
poseemos. Es la voluntad de cumplir los compromisos que
hagamos con nosotros mismos. Esto se escribe y se dice muy
fácilmente; pero ejecutarlo es otra cosa.

La autodisciplina tiene un poder ¡limitado para ayudarnos a


crear buenos hábitos que nos permitan potencializar al
máximo nuestras aptitudes naturales. Por eso es conveniente
empezar haciéndonos compromisos sencillos, como por
ejemplo, levantarnos a una hora determinada para hacer
ejercicios.

Si somos capaces de cumplir este primer compromiso durante


10 o 15 días, habremos creado un primer buen hábito de
autodisciplina que nos resultará provechoso y gratificante de
por vida.

Para conseguirlo, hay que escribirlo. Para cada ocupación un


espacio de tiempo. Usar la agenda no sólo para escribir las
actividades sino para anotar los propósitos de mejora. Eso
fortalece la voluntad.

La voluntad se fortalece también buscando razones profundas


motivadoras por las cuales realizar aquello que deseamos.
Entre más profunda sea la motivación, mayor será la voluntad
para perseverar en la conquista de lo que queremos.
Descubrir el bien que generamos para los demás y para
nosotros mismos, si realizamos nuestra misión, suele ser un
factor motivador para lograr avanzar en la vida.
Aplicación práctica:

Haga una lista de aspectos que puedan requerir una voluntad


inhibitoria, realizadora y perseverante. Coloque enfrente de
cada una lo que hará específicamente para lograrlo. Después
póngase a trabajar en cada uno de los diferentes aspectos.

Revise qué asuntos están requiriendo más autodisciplina para


incluirlos en la agenda y prestarle la atención necesaria para
así lograr realizar lo que se propone.
Evalué cuáles son los factores que más le motivan a actuar,
para inspirarse en ellos para el logro de sus aspiraciones.

Frase utilizada por mí.


Para fortalecer la voluntad:
• Busco lo que quiero con paciencia, con determinación,
con tesón, con perseverancia, hasta conseguir lo que
quiero, porque tengo firmeza de carácter y practico la
fortaleza.

• Soy valiente, someto mis emociones de temor y miedo


y actúo con valor.
13. LAS LEYES NATURALES Y LOS
CUATRO HÁBITOS PARA LA
EXCELENCIA

Los principios morales son inmodificables, son leyes


naturales. Son normas infalibles, evidentes y eternas, cuyo
acatamiento es moralmente obligatorio para todo ser humano.
Su aplicación conduce al buen obrar. Su desacato trae malas
consecuencias. Esto es tan cierto como que dos y dos son
cuatro.

El origen de esas leyes es el amor, a Dios, a uno mismo, a los


demás y a la Creación. Del amor fluye la veracidad, la
integridad, la responsabilidad, la bondad y toda la jerarquía de
valores.

Los buenos hábitos son la expresión viva de los valores


correctos. Entre ellos hay cuatro que son como el compendio
de todos: el ejercicio de la Prudencia, de la Justicia, de la
Fortaleza y de la Templanza. El Reino de Dios en la tierra se
experimenta en el ejercicio de estas virtudes, son
instrumentos valiosos al servicio de la humanidad.

Cuando esos instrumentos trabajan armónicamente, nos


facilitan actuar conforme a las leyes naturales, que son la
voluntad de Dios, cuyo acatamiento nos conduce a nuestra
realización terrena, a la madurez emocional y a nuestra
felicidad.

La primera y más importante demostración del amor a uno


mismo es el descubrimiento, la valoración, el
perfeccionamiento y el uso de nuestro talento predominante -
como ya hemos visto antes-, de nuestra vocación para servir
a los demás y ganarnos el sustento.
De esta realidad surge, decimos, una serie de hábitos
operativos buenos, que conducen al ser humano a la
felicidad. Veamos.
El ejercicio de la Prudencia nos permite determinar, entre
muchas otras opciones, qué es lo que debemos evitar y hacer
para alcanzar nuestras metas.

Quien ha logrado desarrollar su inteligencia emocional, esto


es, quien reemplazó a un tiempo la timidez y la fácil irritación
por el predominio de su razón sobre sus sentimientos, está
maduro para acometer el ejercicio de la prudencia, que es el
hábito de analizar, medir y sopesar las decisiones y sus
posibles consecuencias antes de adoptarlas, pero, que una
vez adoptadas, se ejecutan con coraje hasta lograr lo que se
ha determinado. Por eso se dice que el prudente siempre
sabe lo que quiere y utiliza los medios convenientes para
conseguirlo.

La persona que practica en su vida diaria el hábito de la


prudencia está listo para incorporar a su personalidad, a su
manera de ser, el ejercicio de la justicia que consiste en dar a
cada quien lo que le corresponde. Si se trata de un empleado,
un salario justo, reconocimiento y gratitud; en las relaciones
de negocios, aplicar la filosofía gano-ganas, donde todas las
partes que intervienen reciban el beneficio que les
corresponde.

Si viviéramos la justicia en nuestra relación con los demás, se


acrecentaría nuestro gozo, eliminaríamos el egoísmo, la
soberbia y la codicia, y la sociedad viviría más tranquila y en
paz.
La Fortaleza es más exigente porque requiere valor,
determinación y constancia y mucha energía para superar
obstáculos y soportar vejámenes. Es el denominador común
de los líderes, sabios, héroes y santos. De la fortaleza se dice
que es el hábito de los triunfadores. De los que saben lo que
quieren y lo buscan con perseverancia convirtiendo los
eventuales fracasos en peldaños, en lecciones que les facilita
obtener lo que finalmente quieren.
Por último la Templanza, es la que con más frecuencia
violamos en detrimento de nuestra salud y la de la sociedad.
Quizá el hábito menos valorado en nuestras comunidades. El
hábito del buen vivir, del disfrute equilibrado de los placeres
que puede proporcionarnos el buen uso de los cinco sentidos.
Son muchas las riquezas que atesora la templanza y que a
diario dilapidamos por no tener clara conciencia de ellas. La
sola contemplación de la naturaleza le brinda una sinfonía de
placeres a nuestros sentidos. El buen comer y el saber beber
con moderación, otra. Y el sexo sano y educado es la mejor
herramienta para asegurar la fidelidad entre los esposos y la
unidad familiar.

Todos los excesos, todos los vicios son enemigos de la


Templanza. Se le llama vicio también a cualquier hábito
contrario al bien.

Entre nosotros el más dañino y el que más destrozos causa


es el alcohol. La mayoría de los accidentes mortales y de las
tragedias que ocurren tienen su causa en el abuso del
alcohol.

Duele en el alma ver jóvenes inteligentes, ambiciosos,


capaces en todo sentido, promesas de su familia y de la
sociedad, con sus vidas truncadas víctimas del alcohol. O
matrimonios desechos o mujeres e hijos maltratados. O
personas que matan sus ideales como consecuencia del
alcohol.

A mi juicio, quien busca la felicidad en el vicio está


desorientado. Erró su oficio, ignoró el faro de las leyes
naturales. Puede lograr placeres momentáneos pero vive de
espaldas a su felicidad. Le bastaría un profundo examen de
conciencia para rectificar el rumbo. Gozamos de libertad para
hacerlo.
La miseria, la enfermedad, el fracaso y el dolor son
campanazos que da la naturaleza para avisarnos que
estamos extraviados, que hemos ignorado la voluntad de
Dios, su mandato de salud, de prosperidad y de dicha.
El mensaje es claro y fuerte: “hágase tu voluntad tanto en la
Tierra como en el Cielo”. Y la voluntad de Dios se expresa en
sus leyes naturales.

Aplicaciones prácticas

1. Reflexione sobre las leyes naturales y eternas que ayudan


al ser humano a realizarse y a tener relaciones idóneas con
los demás, centrándose en el amor.
2. Plantéese metas que le ayuden a crecer en Prudencia,
Justicia, Fortaleza y Templanza.
3. Revise si tiene algún vicio que quiere reemplazar por un
hábito positivo. Escriba una frase positiva por cada hábito
nuevo que desee adquirir. Y recítela como aprendimos en el
punto 2: El subconsciente, una ayuda poderosa.

Frases utilizadas por mí.

• Para cultivar la prudencia: Soy prudente: reflexiono


tranquila, gozosamente sobre cada uno de los asuntos
que caen bajo mi consideración, sopeso los pros y los
contras de las posibles soluciones a los problemas que
afronto y decido con acierto en todas las circunstancias
aún en las más difíciles y tempestuosas.

• Para cultivar la justicia: Soy justo: le doy a cada cual lo


suyo, lo que le corresponde: su salario, sus derechos, su
reconocimiento, su gratitud.
• Para cultivar la fortaleza: Busco lo que quiero con
paciencia, con determinación, con tesón, con
perseverancia, hasta conseguir lo que quiero, porque
tengo firmeza de carácter y practico la fortaleza.

• Para cultivar la templanza: Como y bebo con


moderación alimentos sanos para mi mente y para mi
corazón porque practico la templanza.
Desempeño mi misión y mis roles con excelencia y busco
la realización de mis metas con perseverancia.
14. VIVIR EL AMOR
Si el ejercicio del amor es la llave maestra de nuestra felicidad
tanto en esta vida como en la otra, vale la pena reflexionar un
poco sobre semejante talismán. Porque el amor es la fuente
de todo lo bueno, lo mejor, lo excelente, lo sobrenatural. Una
persona común y corriente puede convertirse en una persona
excepcional si adopta este valor y este sentimiento como
patrón de su conducta.

Claro está que esto se escribe fácil, pero suele implicar un


proceso para transformar el hombre viejo que fuimos por uno
enteramente nuevo. No se trata de un cambio superficial sino
de uno bien profundo, que modifica nuestros paradigmas,
nuestra actitud y nuestra conducta.

La persona frustrada, amargada o viciosa tiene que


reencontrarse consigo misma y amarse, para empezar a
generar un cambio de verdad, pero los resultados bien valen
la pena porque con el amor a sí mismo puede llegar a ser
quien debe ser; puede hacer lo que más le gusta hacer y
puede alcanzar cuanto quiera tener y, como regalo adicional,
lograr vivir una existencia saludable, prosperidad y ser
plenamente feliz.

Quienes viven sin amor viven en cuerpo ajeno. Carecen de


autoestima, de confianza en sí mismos, muestran complejos
porque están confundidos. Carecen de norte, de un propósito
de vida, de ambición y de ideales.

Pueden ser buenos trabajadores y merecer ascensos, pero


viven pendientes del reloj, de la hora de salida. Sueñan con el
día que les llegue la jubilación y cuando ésta llega, se mueren
de tedio. Si hubieren vivido a fondo su vocación al amor, su
realidad actual sería otra, aunque hubieran tenido que luchar
más al principio mientras se preparaban y se abrían camino.
El sentimiento amoroso implica toda una gama de
manifestaciones. Empieza por cambiarnos el rostro adusto
por una sonrisa sincera; el talante ensimismado, por otro
alegre; el mal humor por otro festivo que se traduce en las
pequeñas amabilidades y cortesías que son como un bálsamo
para las relaciones interpersonales.

La persona amorosa sabe colocarse en los zapatos de su


interlocutor, escucha sus argumentos con la intención, no de
refutarlos, sino de entenderlos y de comprender a la otra
persona. Siente el deseo de servir a los demás como si fuese
su hermano o su amigo e intenta lo que puede hacer para
lograrlo.

En fin, amar a los demás como nos amamos a nosotros


mismos. Y aquí nace una de las mayores fuentes de la dicha,
amar a la familia: al cónyuge, a los hijos, a los padres, a
quienes le debemos la existencia y a quienes van a ser la
prolongación de la nuestra; amar a los parientes y, mediante
el ejercicio del amor, convertir en amigos a cuantos
conocemos.

Amar es un verbo que se traduce en manifestaciones


tangibles. Son las señales de afecto que endulzan la vida
tanto de quienes las hacen como de quienes las reciben.

El amor a los demás tiene su demostración más valiosa


cuando ejercemos el perdón. Es muy grande la gratificación
que sentimos cuando realizamos el acto de perdón auténtico.
Es como convertir una gota de hiel en una gota de miel.
Entonces podemos decir con verdad: perdono las ofensas
como quiero que Dios me perdone.

Si Dios es amor y fuimos creados a su imagen y semejanza,


quienes viven el Amor son como dioses que empiezan a
gozar un poco la felicidad del paraíso desde su existencia
terrena.
Cuando hablamos de amor, también hay que hablar de
familia. Estemos o no conscientes de su importancia, hay dos
decisiones de máxima trascendencia en la vida de las
personas: una, descubrir nuestra vocación natural y hacer de
ella nuestra ocupación laboral; la otra, escoger la persona con
quien vamos a compartir el resto de nuestras vidas y con
quien fundaremos nuestra familia.

Aplicación Práctica:

1. Plantéese algunas acciones concretas que manifiesten


el amor a los demás y a nosotros mismos. Persevere
hasta que se conviertan en hábitos.
2. Piense en personas o situaciones en que sea
necesario perdonar. Haga el ejercicio del perdón,
primero mental y luego en manifestaciones concretas
que expresen ese perdón.

Frases utilizadas por mí.


Para cultivar el amor:
• Voy a mantener mis pensamientos y mi actitud tranquilos
y gozosos desde este mismo instante amando a Dios
sobre todas las cosas y al prójimo como a mí mismo.

• Wvo tranquilo, gozoso, feliz porque sé que el reino de


Dios, que es un reino de amor, está dentro de mí.

• Dispongo del tiempo necesario para hacer las cosas bien


y disfrutar de esta vida maravillosa y privilegiada gue el
Señor me ha regalado.

• Voy a vivir este día a plenitud, cumpliendo estrictamente


los mandamientos de la Ley de Dios para hacerme digno
hijo suyo, disfrutar de esta vida y hacerme acreedor a
sus promesas eternas.
15. LA FAMILIA, EL AMBITO DE LA
FELICIDAD

Si la oficina o el taller es el espacio para el trabajo gozoso y


los éxitos laborales, el hogar es el ámbito para vivir el amor y
construir buena parte de nuestra felicidad.

Hay varias cualidades externas que pueden adornar a quien


pueda ser nuestro cónyuge, como proceder de una familia
dueña de alguna riqueza y de prestigio social. Eso puede ser
bueno, pero lo que sí es importante es que, como dicen ahora
los jóvenes, “nos haya movido el piso”, que con una sonrisa
“inocente”, una mirada furtiva o un no sé qué, nos produzca
una aceleración del corazón, un revoloteo de mariposas en el
estómago o un incontenible deseo de tenerla(o) junto a
nosotros. Y si a la otra persona le pasa algo similar, hay
química, la cosa se pone buena y, probablemente, estamos
próximos a ponerle fin a nuestra soltería.

Luego hay otras cosas deseables: que goce de madurez


emocional, de luces en el cerebro, de razonable cultura, de
buen sentido del humor y, sobre todo, de unos principios
morales compatibles con los nuestros.

Y una cosa bien importante, la decisión de la elección debe


ser responsabilidad personal. Ahí sobran, y pueden hacer
daño, las presiones de los padres o de cualquier otra
autoridad.

Ahora si vienen los consejos del Abuelo: Si Dios nos hizo a su


imagen y semejanza y Dios es amor, nunca seremos tan
parecidos a Dios como cuando amamos de verdad. No basta
con hablar de amor. Es necesario que se quiera amar y se
ame de verdad para que el amor se convierta en un hábito en
nuestra vida, para que el hogar se haga rico en el amor.
Hay una moneda de circulación universal para comprar el
amor: el amor se compra con amor. Al matrimonio hay que
llegar con la decisión de hacer feliz al cónyuge.
En mi caso personal, tomé una decisión adicional: en mi casa
manda mi mujer. Si discutíamos sobre la compra de un
mueble, se compraba el que ella quisiera; si discutíamos
sobre a cual película asistir, íbamos a la que ella escogiera; si
discutíamos sobre a cuál restaurante ir, terminábamos
comiendo en el que ella eligiera. A la larga, ella trataba de
adivinar cuál era la decisión que yo habría preferido y a esa
se apuntaba tercamente. Así de fácil, así de sencillo.

Con los hijos, nuestra filosofía también fue simple. Si traían


varias calificaciones regulares y una excelente. Nos hacíamos
los de la vista gorda con las regulares, pero había muchos
aplausos y mucha fiesta por la excelente. Poco a poco las
regulares se fueron transformando en buenas y, al final, todas
eran excelentes.

Los hijos son 8, con sus cónyuges el doble. Los nietos son 33
y parece que vienen en camino otros. Los bisnietos ya son
cuatro pero ya vienen otros. Esa es la trascendencia del
matrimonio. Su prolongación en el futuro hasta el infinito.

Es necesario tener clara conciencia de esa circunstancia pues


si como cónyuges y padres y abuelos y bisabuelos somos
capaces de sembrar un liderazgo familiar centrado en
principios correctos, es mucho el amor que podremos
derramar sobre el núcleo familiar y, a través suyo, sobre la
comunidad en general.

Aplicación Práctica:

1. Plantéese algunas metas que mejoren la vida de


pareja y de familia en general.
2. Vuelva a leer la misión-visión personal y compruebe
que existe equilibrio entre los aspectos familiares y
profesionales de la vida. Diseñe algún cambio si
fuese necesario.
16. CAMBIAR DE OCUPACION
En una sociedad donde el descubrimiento del talento del niño
no ha sido prioridad ni de los padres ni de los maestros y, por
el contrario, por falta de información, éstos a veces han
desviado al joven de cultivar el suyo por desear que el hijo
realice la vocación que él no pudo cumplir o, por el contrario,
por desear que el hijo continúe la actividad exitosa que ha
desarrollado el padre, es exageradamente frecuente que las
personas hayan dedicado sus estudios a perfeccionarse en
actividades que no coinciden con su vocación y su inteligencia
natural.

Jóvenes con auténtica vocación de médicos, estudiando


derecho; jóvenes con excelente vocación deportiva,
estudiando administración de negocios; jóvenes con evidente
vocación musical, estudiando psicología; y así sucesivamente
en todas las manifestaciones de los deportes, artes, oficios o
profesiones.

Las personas con buenas calificaciones intelectuales pueden


lograr realizar con éxito cualquiera de esas actividades
desviadas de su verdadera vocación, pero difícilmente podrán
realizarse plenamente en su ocupación laboral. Ellas son
quienes, a mi juicio, deben ganarse el pan con el sudor de su
frente, sin disfrutar plenamente lo que realizan.

Después de haber cursado con éxito estudios de un oficio,


arte o profesión y de haber laborado varios años en su
desempeño, no es fácil que una persona decida abandonar lo
que ha estudiado y trabajado para iniciar una actividad acorde
con su verdadera vocación. Pero si se decide a hacerlo,
empezará a desempeñar el libreto que le es propio y
empezará a ganarse la vida con el deleite de su propia
realización, trabajará a gusto, fortaleciendo su autoestima,
proponiéndose metas realistas, con visión de futuro y
seguridad de juicio.
En mi generación fueron muchos los casos de amigos con
una vocación natural que saltaba a la vista, cuyos padres los
forzaron a estudiar profesiones completamente ajenas a dicha
vocación, pensando que aquella no le produciría los
beneficios económicos ni el estatus social que los padres
creían que el hijo debería perseguir.

Jóvenes con una notoria vocación artística a quienes sus


padres indujeron a estudiar Administración de negocios.
Jóvenes con decidida vocación para estudiar Veterinaria que
estudiaron Derecho. Jóvenes que soñaban con ingresar a la
Escuela Naval que se dedicaron a tareas del campo.

Y podría extenderme a enumerar una larga lista de


compañeros de generación cuya vocación natural fue
desviada por la voluntad de los padres para que estudiaran lo
que ellos habrían estudiado y no lo hicieron o que los
indujeron a estudiar lo que convenía a sus propias actividades
exitosas, pero que nada tenía que ver con lo que los jóvenes
ambicionaban para desarrollar su propia vocación.

¿Que habría sido de Rentería o los Cabrera si en lugar de


cultivar el béisbol se hubieren dedicado a estudiar una
profesión liberal?

A mi juicio, cuando la única preocupación para escoger oficio,


arte o profesión, es la ilusión de ganar dinero, el resultado
suele ser la frustración.

Solo cuando nuestra actividad laboral concuerda con nuestra


vocación natural, el trabajo se convierte en verdadero
pasatiempo que aguijonea la búsqueda de la realización de
sueños, que concentra fácilmente la atención en lo que se
hace, que facilita el camino hacia el éxito y que afronta las
dificultades con decisión de triunfo.

El beneficio económico viene por añadidura pero no debe ser


el fin principal.
Los bienaventurados que consiguen esto, viven cada día
laboral como si fuera una fiesta. Se salen del montón y hasta
pueden alcanzar la riqueza, la fama o la gloria, y sobre todo la
excelencia y la felicidad.

¿Qué otros factores determinan el éxito profesional? Uno muy


importante es saber escoger un buen socio. Para tener éxito
en la ocupación a la que queremos dedicarnos
profesionalmente, a veces requerimos asociarnos. Un buen
socio es tan transcendental como en la vida matrimonial lo es
conseguir un cónyuge a quien hacer feliz y que lo haga feliz a
uno mismo. Quizás estas dos elecciones sean las que más
influyan en el éxito económico y en la felicidad personal.

Don Miguel García Sánchez, era un sabio autodidacta


provisto de un envidiable sentido común, que logró amasar
una fortuna inmensa partiendo de cero. Era una persona
madura, afable, tranquila y yo un joven que lo admiraba y que
anhelaba salir adelante. Un día se me ocurrió preguntarle:
“Don Miguel ¿cuál cree usted que sea el secreto para
alcanzar un éxito sobresaliente en el ámbito de los
negocios?”.

Me miró a los ojos y me respondió una frase que me marcó


de por vida: “Con buen socio no hay negocio malo, con mal
socio no hay negocio bueno”. Y cambió de tema. Me
sorprendió la sencillez y la espontaneidad de la respuesta.

La pregunta que sigue es qué se considera un buen socio y


qué un mal socio. En mi caso particular, lo que busco en un
socio es que sea una persona íntegra, de carácter, centrado
en principios, esto es, que sea honesta, leal, eficaz, en quien
pueda confiar plenamente. Para mí es lo esencial. Luego, que
ojala pueda aportar más que yo mismo en la nueva empresa,
esto es, que sea más inteligente, más conocedor de los
vericuetos del negocio que vamos a fundar y que le guste de
verdad lo que vamos a emprender. Lo demás no me importa
mucho.
Sinceramente confieso que en las varias sociedades de que
he formado parte, la fórmula ha funcionado y con su
aplicación hemos logrado grandes éxitos.

Ahora bien, no todo el mundo tiene madera de empresario.


Sin embargo, si uno mismo lo es y el socio llena los requisitos
mencionados, la sociedad funciona correctamente.
En mi caso también ha funcionado la complementariedad.
Generalmente mis socios han sido diferentes a mí. Si
pensáramos igual uno de los dos sobraría, pero si cada uno
aporta una visión diferente sobre cada asunto, sobreviene la
discusión creadora.

Aplicación práctica:

1. Pregúntese si la actividad que realiza para ganarse la


vida le permite desarrollar los talentos naturales o si
desea dar un vuelco ejerciendo esos talentos.

2. Haga planes concretos en relación a esos cambios que


quiere realizar, colocándoles fechas, recursos y demás
elementos que le ayuden a realizarlos.

3. Si requiere de un socio o de varios socios para cumplir


los planes, piense en las características que desea que
tengan y póngase en la tarea de buscarlos.

4. Escriba una frase positiva que permita visualizarse


exitoso en el ejercicio de sus talentos predominantes,
con los socios apropiados.
17. EL SENTIDO DE LA VIDA.
REFLEXIONES SENCILLAS PARA TEMAS
COMPLEJOS

Algunas personas tienen dificultad para creer en la existencia


de Dios y en la de otra vida después de la muerte. Como este
tema tiene tanta importancia para encuadrar bien el sentido
de la vida, me gusta pensarlos y ponerles un poco de lógica y
de sentido común.

Para mí, la dificultad sería la contraria, pues sin la existencia


de una inteligencia infinita, Dios, no podría explicarme mi
propia existencia física ni la de mis congéneres dotados de
organismos maravillosos en los cuales cada órgano funciona
a la perfección.

Lo mismo sucede con las demás criaturas del universo desde


los seres microscópicos hasta las galaxias separadas por
espacios que se miden por años luz y de tamaños a veces tan
grandes que en comparación con ellas el planeta tierra resulta
pequeño y, sin embargo, todas las cuales en sí mismas son
perfectas, armónicas y ordenadas .

Para mi mente resulta inconcebible que tanta perfección en


los detalles y en el funcionamiento de los seres vivos y en los
inertes pueda ser producto del azar o de la sola evolución de
una nebulosa. A mi juicio todo cuanto existe en el universo es
creación de una inteligencia perfecta y buena. A esa
inteligencia suprema forjadora de las leyes que rigen el
universo la llamo Dios que en su relación con la humanidad
es puro amor.

Dios es espíritu y como tal no es visible a los ojos humanos,


pero su presencia se hace evidente en cada una de sus
criaturas, en nuestra conciencia y en las leyes que imprimió
en ella para que rigieran nuestra conducta de modo que
pudiéramos desarrollar existencias saludables, prósperas y
felices, antesalas de la vida eterna. Como ha dicho San
Josemaría Escrivá, la felicidad del cielo es para los que saben
ser felices en la tierra por el acatamiento de las leyes de Dios.
El hombre, es un compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo se
rige por leyes físicas y el alma por las leyes espirituales.

Ahora veamos lo de la otra vida. Me gusta valerme de la


metáfora del óvulo y del espermatozoide para entender mejor
ese misterio sobrenatural y fortalecer mi convicción de una
vida eterna después de la muerte.

Antes de ser personas los humanos fuimos óvulo y


espermatozoides y como tales existimos durante algunos
años. Cada uno de estos elementos en su pequenez
microscópica contenía el ADN de nuestros antepasados de
los que somos producto.

Cuando un óvulo muere, para él existe la posibilidad de ser


fecundado por un espermatozoide y llegar a convertirse en
una criatura humana; pero para los miles de óvulos que
convivieron con él en el ovario y al morir no fueron
fecundados, la muerte significó su desaparición en el misterio.

Ignoro cuáles sean las leyes divinas que determinan que unos
óvulos alcancen la vida terrenal mientras otros simplemente
mueran; pero en el universo todo es ordenado y la diferencia
entre un óvulo hecho humano y otro desaparecido en la nada
es de tal magnitud que no puede ser atribuida al azar.

Los creyentes nos esforzamos por conocer y cumplir las


leyes divinas que nos permiten vivir con excelencia en la tierra
y alcanzar la vida eterna después de la muerte, disfrutando
del gozo infinito de la presencia de Dios.
Aplicación práctica:

1. Observa la naturaleza y reflexiona sobre las leyes


naturales y las maravillas de la creación.

2. Piensa en las leyes naturales y divinas que si todas las


personas practicaran nos permitiría un mundo mucho
más justo y en paz.

3. Piensa si necesitas realizar ajustes a tu vida para


fortalecer la fe y vivir más coherentemente con base en
esos principios.

Frases utilizadas por mí.


Para fortalecer mi vida espiritual:

• Creo en Dios todo poderoso y eterno, mi Padre, le


alabo, le bendigo, le glorifico, le adoro con todas mis
fuerzas y le doy gracias por todos los beneficios,
bendiciones y gracias gue ha derramado sobre mi
persona, sobre mi familia, sobre mis negocios, sobre
mis circunstancias, desde el principio de mi existencia
y hoy con toda humildad, con fe y con esperanza le
imploro gue aumente nuestra fe , gue ilumine nuestra
inteligencia y fortalezca nuestra voluntad para gue
podamos cumplir fielmente la misión de vida gue nos
tiene encomendada en la tierra para gue, al momento
de nuestra muerte, la mía y la de mis seres gueridos,
nos llame a su presencia, para que gocemos de ella
por toda la eternidad.
• Vivo tranquilo, gozoso, feliz porque sé que el reino de
Dios, que es un reino de amor, está dentro de mí.
• Viviré este día a plenitud amando a Dios sobre todas
las cosas y a! prójimo como a mí mismo.
18. EL ORIGEN DE LA CONCIENCIA
Mi excelente amigo y cardiólogo Carlos García en su columna
del periódico El Universal de Cartagena titulada “El Cerebro”
escribió: “Nada hay más enigmático que el cerebro, aún más
si es el cerebro de un humano. A pesar de toda la ayuda
tecnológica de última generación, nos falta mucho para
entender completamente los mecanismos que sustentan su
funcionamiento. En algunas áreas como la conciencia y en sí
mismo prácticamente nada sabemos. Antonio Damasio,
portugués, neurólogo, ha pasado media vida estudiando este
tema: cómo pensamos, cómo se formó la conciencia, cuáles
son las bases moleculares de la mente”.

En mi humilde opinión el doctor Damasio y sus numerosos


colegas que dedican su vida a encontrar en el cerebro físico
“las bases moleculares de la mente” están perdiendo el
tiempo porque las están buscando en el lugar equivocado.
El ser humano es un compuesto de cuerpo y espíritu y la
mente reside en el espíritu que es invisible al ojo del hombre.
En la mente están las moléculas divinas, las semillas, los
embriones, los principios de la constelación espiritual, regida
por el amor, que forman las leyes naturales que fecundan la
inteligencia, los talentos naturales, los buenos hábitos, la
creatividad, la innovación y la excelencia.

Si estuviéramos dotados de capacidades sobrenaturales las


podríamos observar como observamos el cosmos físico con
nuestros cinco sentidos, pero cuando sin poder detectarlas
físicamente creemos en su existencia invisible y las
cultivamos, podemos desarrollar todas las potencialidades
que tienen para llenarnos de paz, prosperidad y felicidad
terrenales.
A través de la conciencia participa Dios en nosotros. El es el
espíritu que junto con el cuerpo forma el ser humano.

Pascal solía decir: “Prefiero equivocarme creyendo en un


dios que no existe, que equivocarme no creyendo en un Dios
que existe.”
Y como Dios es amor todo cuanto hacemos con amor es
manifestación de Dios en nosotros. Lo opuesto del amor es el
odio en sus diferentes manifestaciones lo que genera el
desorden y todos los padecimientos que sufre el hombre.

Los animales disponen de su instinto para cumplir su misión.


Los hombres disponemos de las leyes naturales impresas en
la conciencia para cumplir la nuestra.
Porque la cuidadosa aplicación de las leyes naturales
impresas en la conciencias nos permiten distinguir el bien del
mal y son las herramientas que nos entrega el Creador para
alcanzar la felicidad en nuestra vida terrenal y, en cambio, la
inobservancia de esas leyes nos conduce a una existencia
desgraciada.

Incluso la persona atea que atiende los mandatos contenidos


en las leyes naturales impresas en la conciencia puede
desarrollar una existencia terrenal saludable, próspera y feliz.
Solo que la suya acaba con la muerte en tanto que para los
creyentes, esa felicidad experimentada durante su existencia
terrenal se acrecentará y multiplicará cuando su espíritu
contemple la magnificencia de Dios y disfrute de la felicidad
eterna prometida por El, después de la muerte, a quienes,
además, creyeron en su palabra y cumplieron sus
mandamientos.

Aplicación práctica

1. Reflexiona sobre tu conciencia y la forma de


revitalizarla revisando todos los aspectos de tu vida a
la luz de las leyes naturales y de los principios divinos.
2. Haz examen de conciencia diario para que puedas
ajustar tus hábitos a lo que deseas fortalecer en tu
carácter y a lo que deseas dejar como legado.
Frase utilizada por mí.

• Viviré este día a plenitud amando a Dios sobre todas


las cosas y al prójimo como a mí mismo.
19. LA FORMACIÓN DE UN BUEN
CIUDADANO
En la primera clase en una Facultad de Economía en
Liverpool (Inglaterra), el profesor nos decía: “Inglaterra carece
de riquezas naturales, ha sido edificada sobre tierra muy
pobre y sin embargo hemos sido un imperio, el más grande y
poderoso, nuestra riqueza ha dependido de los colegios y
universidades que forjaron a nuestros líderes, hicieron a
nuestros ciudadanos dueños de sí mismos, personas
responsables y capaces quienes crearon los sistemas
bancarios y de seguros más eficientes, la flota mercante más
poderosa, etc.”.

Estoy de acuerdo, la formación de buenos ciudadanos es lo


más importante para una ciudad, un país, una cultura, una
civilización. Desde el punto de vista de las riquezas naturales,
Colombia es un país extraordinariamente rico y desde el
punto de vista de su población contamos con gente valiosa de
muy diferentes razas.

¿Qué nos falta? Educar a nuestros ciudadanos para que


logren existencias saludables, prósperas y felices para sí
mismos y para la sociedad. ¿Cómo hacerlo? Modificando
radicalmente los métodos de crianza y enseñanza que hemos
venido empleando.
La educación del buen ciudadano debe empezar antes del
nacimiento del niño y se consolida en los siete primeros años
de vida. El hogar, los jardines infantiles y el preescolar son
pues los primeros laboratorios de donde surgen los buenos
ciudadanos.

¿Cuáles son los instrumentos que se deben utilizar? El


primero y esencial es el amor de los padres y de quienes
rodean al recién nacido y al niño.
Esa criatura asimila el amor o el desamor que suscita en sus
padres y en quienes lo cuidan. Y esa sensación de sentirse
amado le es tan importante como la leche que mama del
pecho de su madre. Allí empieza a edificarse su personalidad,
su confianza en sí mismo y su propia capacidad de amar. O
en su defecto, muchos de los conflictos que tendrá que
afrontar durante su existencia. El ambiente que rodea a la
criatura en los primeros años tendrá efectos perdurables en
su emotividad, le facilitará o no el desarrollo de su inteligencia
emocional tan importante para el resto de su vida. Esto es
trascendental y poco se tiene en cuenta.

Es importante la observación atenta de los gustos del niño. En


esos primeros años empezará a dar luces sobre sus posibles
talentos naturales: si le llama la atención el deporte, la
música, el dibujo, la matemática, etc. Esa observación se va
complementando en el bachillerato. Qué aprende con
facilidad, qué suele hacer mejor que los compañeros, qué le
resulta más divertido.

Y en la medida que el talento sobresaliente se da a conocer,


se le va encausando hacía las asignaturas correspondientes
para que lo vaya perfeccionando.

Es una pérdida de tiempo querer que un niño destaque en


materias para las cuales no muestra ninguna aptitud. Es
mejor ir poniendo las bases de lo que en el futuro será el arte,
oficio o profesión con que habrá de ganarse la vida, e ir
moldeando su carácter.

Esto último se logra convirtiendo en práctica diaria, desde la


juventud, el ejercicio de los hábitos de la prudencia, de la
justicia, de la fortaleza y de la templanza.
Para que un país pueda desarrollarse apropiadamente es
importante que la conducta de la mayoría de los ciudadanos
cumpla rigurosamente lo siguiente: Centrar el carácter sobre
principios éticos. Ser íntegros, responsables de los propios
actos y de la creación de un ambiente propicio para todos.
Ser respetuosos de las leyes, de los reglamentos y de los
derechos de los demás. Desarrollar su talento predominante y
amar su trabajo. Buscar la superación, la excelencia en lo que
hacen. Ahorrar como medio de hacerse independientes. Ser
puntuales. Contribuir y cooperar con los retos de la sociedad.

Aplicación práctica:

1. Pensar en qué podemos hacer para ser mejores


ciudadanos y en qué podemos contribuir para mejorar la
sociedad.
2. Involucrarnos más en la solución de los problemas del
barrio, ciudad, país, mundo.
20. El PERFIL DE UNA PERSONA
MADURA
Podemos ser los arquitectos de nuestro destino. Esto no es
solo una frase bonita. Es una verdad de a puño que se pude
aplicar universalmente a todos los individuos sin distinción de
sexo, raza, clase social, religión o situación económica actual.
Dios nos dio la libertad para que así fuera.

Evidentemente es más fácil de aplicar en unos casos que en


otros, pero siempre depende de la voluntad de superación, de
la disciplina y de la perseverancia del individuo que lo intente.

Si tuviere oportunidad de ayudar a alguien a construir su


existencia con miras a conseguir una vida en constante
ascenso, cada vez más sana física, mental, espiritual y
emocional, cada vez más próspera, como quien escala una
suave colina, cada vez más alegre y feliz, la invitaría a
contrastar su vida con el perfil que le propongo, con plena
confianza de que si trabaja en las características que no tiene
ahora, le dará más gozo a su existencia y logrará más el
cumplimiento de sus sueños, conquistando un destino digno y
seguro. He aquí el perfil.

• Conoce sus aptitudes, habilidades y talentos naturales y se


esfuerza por perfeccionarlos. Con base en ellos forja su
Misión de vida para disfrutar diariamente el goce de su
realización personal y traza planes concretos para alcanzar
sus objetivos en fechas específicas utilizando los medios
convenientes y metas intermedias.

• Se ejercita para alcanzar un alto grado de madurez


emocional mediante el uso de prácticas respiratorias y de
otros medios como la oración y la reflexión hasta lograr
convertirse en persona serena y aplomada.
• Desarrolla hábitos apropiados para perfeccionar su espíritu
de observación, su memoria, su imaginación, su capacidad
de pensar rectamente, su salud física, mental, espiritual y
emocional y para fortalecer su voluntad.

• Tiene confianza en sí mismo y aprende a conocer las


cualidades, los intereses y los defectos de los demás.

• Reconoce fácilmente sus errores, asume las


consecuencias de los mismos y de ellos saca lecciones
provechosas.

• No critica. Jamás habla mal de nadie y, cuando aconseja,


lo hace en privado.

• Reconoce la influencia de los factores hereditarios, de la


educación recibida y de los factores ambientales que
rodearon su niñez, pero sabe que es libre para modificar
sus paradigmas y reemplazarlos por otros centrados en
principios.

• Se interesa vivamente en los demás y cultiva el don de


mando, el don de gentes y el don de acierto.

• Reflexiona antes de comprometerse pero una vez que lo


hace cumple cabalmente los compromisos que contrae
consigo mismo y con los demás.

• Planea la distribución de su tiempo teniendo en cuenta su


Misión de vida, la atención de sus diferentes roles y su ocio
y diversión, y de todo ello extrae placer.

• No bebe, no fuma y no consume drogas y practica su


deporte favorito y su hobby.

• Es perseverante hasta conseguir lo que se propone.


Mantiene una actitud positiva, optimista y creativa.

• Como busca la excelencia mediante su mejoramiento


continuo, mira el cambio como una aventura fascinante.

• Cultiva en su mente y en su acción, hábitos que fortalezcan


la prudencia, la templanza, la fortaleza y la justicia y todos
los valores que de ellos se desprenden.

• Procura amar a Dios sobre todas las cosas, al prójimo y a


sí mismo.

Confieso que esta filosofía a la que quise someterme, me ha


ido ayudando a transformar poco a poco al sujeto mediocre,
impulsivo, desorientado aunque aparentemente exitoso que
era yo, en una persona común y corriente, cada día más
madura en la parte emocional, cada vez más capaz desde el
punto de vista intelectual, cada vez más dueño de mí mismo,
con una plan de vida concreto y claro, en lo personal, familiar,
en los negocios y en el medio social.

Aunque sigo procurando mejorar en todos estos aspectos,


gozo mucho trabajándolos con disciplina y con mucho amor
para conmigo mismo y para con los demás. Es una tarea que
no acaba y que da sentido a la vida.

Aplicación práctica:

1. Revisa punto por punto las características del perfil de


una persona madura y escribe una meta y planes de
acción en cada uno de esos aspectos.
2. Revisa la misión personal para ver si quieres agregarle
algo que te haya inspirado esta lección.
3. Utilizar la lista como chequeo permanente para evaluar
tus progresos.
21. EL ARTE DE VIVIR LA FELICIDAD
¿Quién no quiere ser feliz? Pues utilizando sabiamente
nuestro libre albedrío todos podemos aspirar y llegar a ser
plenamente felices. Para eso fuimos creados. Fuimos creados
a imagen y semejanza de Dios para que realicemos nuestra
misión, disfrutemos de esta vida y conquistemos el derecho a
la vida eterna.

Cuando pienso en la felicidad no la concibo solo como una


emoción pasajera sino como un estado mental y espiritual
permanente que puede sufrir pequeños altibajos pero que
debe mantener su vigencia durante toda la vida terrena y
prolongarse eternamente después de la muerte.

Sin importar quienes fueron nuestros padres ni las


circunstancias que rodearon nuestra niñez, todos los seres
humanos nacemos con vocación de felicidad.
El ejercicio del amor es la clave para conseguir la felicidad
aquí y después de la muerte. El enunciado no puede ser más
sencillo: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como
a nosotros mismos.

El amor a Dios se vive cumpliendo su voluntad que se


contiene en sus leyes eternas y especialmente en sus diez
mandamientos y en los principios universales y eternos, cuyas
semillas vienen sembradas en lo más profundo de nuestra
conciencia, de nuestra mente y de nuestro corazón.

Nos corresponde descubrirlos, valorarlos, cultivarlos con


esmero y convertirlos en el motor de nuestros pensamientos y
conductas. Su búsqueda es fácil porque son evidentes por si
mismos: la veracidad, la rectitud, la integridad, la honestidad,
el servicio, el potencial que determina el crecimiento y el
desarrollo de los talentos, la paciencia, etc.
Amor al prójimo, esto es, a los que están cercanos a nosotros,
nuestros padres, hermanos, primos, tíos, cónyuge, hijos y sus
descendientes, socios, superiores y subordinados, amigos y
compañeros de trabajo y a los más necesitados, se hace
presente viendo en ellos a las criaturas de Dios, nuestros
hermanos, de cuyo bienestar somos en parte responsables,
en quienes podemos hacer efectivo el mandato divino.

El amor a nosotros mismos se hace presente cuando nos


esforzamos por conocernos a fondo y practicamos las leyes
que nos permitan vivir con excelencia. Cuando descubrimos
la semilla de nuestro talento predominante y la cultivamos, la
desarrollamos y la perfeccionamos para convertirla en la
manera de servir a los demás y de ganarnos la vida, haciendo
lo que más nos gusta, lo que nos lleva a soñar despiertos, a
concebir nuestra misión de vida, lo que queremos llegar a
ser, hacer y los bienes que nos proponemos poseer y nuestra
visión, esto es, de cómo lo vamos a conseguir con
definiciones claras y metas progresivas. Eso nos asegura el
éxito en el oficio, arte o profesión.

Pero el éxito no es la felicidad. Sólo es parte de la misma si lo


acompaña el desarrollo de su inteligencia emocional que le
permite ser ecuánime, sereno, aplomado y tener magníficas
relaciones con los demás. Sobre todo, si viene acompañado
de la práctica diaria de las 4 virtudes cardinales: la prudencia,
la justicia, la fortaleza y la templanza.

La enfermedad, la miseria, los fracasos, las desgracias, los


sufrimientos, la cárcel, suelen ser el resultado de repetidas
agresiones contra la ley de Dios. Quien cumple las leyes
naturales vive sano, próspero y feliz.
Por eso, la conquista de la felicidad es cosa nuestra. Si
utilizamos bien la brújula, nuestro camino será un camino de
rosas, un camino de felicidad. Caso contrario, seremos
desgraciados aunque logremos ratos felices por medios
artificiales: las comilonas, los excesos sexuales, el
alcoholismo, el casino, el narcotráfico, el ocio, la envidia, el
odio, en fin, el quebrantamiento de las leyes naturales.
Los antivalores que imperan entre nosotros son los que nos
dificultan ser felices: robos, violaciones, extorsiones,
asonadas, secuestros, suicidios, crímenes espantosos,
accidentes desastrosos causados por el consumo de alcohol,
drogadicción, problemas familiares, divorcios, escándalos,
etc.

Casi todas las telenovelas se inspiran en ellos. Es lo que les


aumenta la audiencia. Parece que los antivalores se
adueñaron de la mente y de la conducta de la sociedad.
Realmente no me explico por qué, si la vida puede disfrutarse
tan deliciosamente, tanta gente la hace desgraciada
buscando la felicidad en el lugar equivocado.

La posibilidad de ser feliz no está restringida a los que


nacimos sanos y en ambientes propicios. Todos conocemos
casos de personas que nacieron en la miseria, en
circunstancias muy difíciles, pero que con su inteligencia y
buena voluntad, atendiendo las señales de su brújula, poco a
poco fueron modificando sus circunstancias, venciendo
dificultades, hasta convertirse en personas completamente
sanas, prósperas y felices.

También se conocen casos extremos. Recientemente conocí


la historia de una mujer con rostro de ángel que nació sin
brazos y ejercitó sus piernas y los dedos de los pies para que
suplieran sus manos. Y ha logrado realizar una vida laboriosa,
digna y feliz que se pone de ejemplo de superación. Los
videos la muestran utilizando los dedos de sus pies para
pintarse los labios.

Conocí también en un video de un hombre que nació sin


brazos y sin piernas. Solo tiene tronco, cuello y cabeza y se
gana la vida dictando conferencias sobre la felicidad en
renombradas universidades, empresas multinacionales y en
diversas entidades en el mundo entero. Muestra una sonrisa
que no le cabe en la cara y la alegría de un cascabel.
¡Y nosotros que nos dejamos vencer muchas veces por
pequeñeces!
“Venga a nosotros tu reino”, esto es, la paz mental, el amor, la
buena salud y la prosperidad que son los ingredientes de la
felicidad.

Aplicación práctica

1. Piensa en algún factor que roba algo de tu felicidad, y


la de tus seres queridos y trabaja por eliminarlo.
2. Acrecienta aquellos aspectos que proporcionan
felicidad duradera en tu vida.
3. Realiza planes concretos para mejorar tu capacidad de
amar.
4. Reflexiona sobre los principios naturales y divinos y el
cumplimiento de ellos en tu vida.
5. Revisa periódicamente tu misión, visión, metas y
planes, para que sean instrumentos en tu búsqueda
de la excelencia y la felicidad.
22. MI MEDITACIÓN DIARIA
A manera de ejemplo,(pues cada persona elabora sus propias
fases) muestro un conjunto de frases de autosugestión que
utilicé durante muchos años, desde 1958, para que
penetraran en mi subconsciente con la intención de ir
formando nuevos hábitos que reemplazaran los paradigmas
defectuosos que regían mi conducta. Me las decía al
despertarme, varias veces durante el día y antes de dormir. Al
cabo de veinte o treinta días, preparaba otra frase positiva y
repetía con ellas la misma rutina. Solo al cabo de varios años
las reuní para hacerlas parte de mi meditación matinal.

Hoy día las recito de memoria en voz baja, como parte de mi


meditación matinal. Estas son las frases:

1. Soy prudente: reflexiono tranquila, gozosamente sobre


cada uno de los asuntos que caen bajo mi
consideración, sopeso los pros y los contras de las
posibles soluciones a los problemas que afronto y
decido con acierto en todas las circunstancias aún en
las más difíciles y tempestuosas.

2. Soy aplomado. Mantengo mi serenidad en todas las


circunstancias y ante cualquier persona sin importar su
rango, condición u oficio.
3. Gozo de perfecta claridad mental.
4. Siempre sé lo que quiero y utilizo los medios
convenientes para conseguirlo porque soy efectivo.
5. Busco lo que quiero con paciencia, con determinación,
con tesón, con perseverancia, hasta conseguir lo que
quiero, porque tengo firmeza de carácter y practico la
fortaleza.
6. Soy valiente, someto mis emociones de temor y miedo
y actúo con valor.
7. Voy a mantener mis pensamientos y mi actitud
tranquilos y gozosos desde este mismo instante
amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a mí mismo.
8. Como y bebo con moderación alimentos sanos para mi
mente y para mi corazón porque practico la templanza.
9. Soy justo: le doy a cada cual lo suyo, lo que le
corresponde: su salario, sus derechos, su
reconocimiento, su gratitud.
10. Soy altamente eficaz, eficiente y efectivo porque he
incorporado a mi manera de ser, a mi carácter, la
filosofía y las prácticas contenidas en las 20 lecciones
de cultura síquica y en los 7 hábitos de la gente
altamente eficaz, eficiente y efectiva.
11. Cada día me desarrollo más en todo sentido, física,
mental, espiritual y socio-emocionalmente.
12. El dominio de mi mente, el hábito de mantener en ella
pensamientos saludables, positivos, alegres y felices,
es mi mayor tesoro.

13. Practico la ciencia de la paz. Soy paciente. El tiempo


es mi aliado para hacer las cosas bien
14. Pienso y actúo con actitud mental positiva.
15. Tengo escritas en mi mente y en mi corazón mi misión,
mis roles y mis metas.
16. Desempeño mi misión y mis roles con excelencia y
busco la realización de mis metas con perseverancia.
17. Cada día gozo de mayor exactitud de pensamiento,
porque mi mente percibe mejor alimentada por mis
cinco sentidos y reflexiono con base en las leyes de la
lógica y del sentido común.
18. Soy disciplinado y ordenado.
19. Soy un empresario eficaz porque gozo de una
imaginación fecunda y original para los negocios, veo
las oportunidades y me aprovecho de ellas en beneficio
propio, de mi familia y de la comunidad.
20. Creo en Dios todo poderoso y eterno, mi Padre, le
alabo, le bendigo, le glorifico, le adoro con todas mis
fuerzas y le doy gracias por todos los beneficios,
bendiciones y gracias que ha derramado sobre mi
persona, sobre mi familia, sobre mis negocios, sobre
mis circunstancias, desde el principio de mi existencia y
hoy con toda humildad, con fe y con esperanza le
imploro que aumente nuestra fe , que ilumine nuestra
inteligencia y fortalezca nuestra voluntad para que
podamos cumplir fielmente la misión de vida que nos
tiene encomendada en la tierra para que, al momento
de nuestra muerte, la mía y la de mis seres queridos,
nos llame a su presencia, para que gocemos de ella
por toda la eternidad.
21. Gozo de una personalidad agradable, simpática y
carismática porque soy sencillo, sereno, servicial, leal y
altamente eficaz, eficiente y afectivo.

22. Soy un manantial de iniciativas porque practico la


proactividad.
23. Vivo tranquilo, gozoso, feliz porque sé que el reino de
Dios, que es un reino de amor, está dentro de mí.
24. Gozo de perfecta concentración de pensamiento.
25. Soy un líder centrado en principios. Conozco los
principios del liderazgo y los practico. Conozco a las
personas con sus fortalezas, sus debilidades y sus
intereses y sé delegar en ellas, señalando los objetivos
que deseamos alcanzar y los beneficios que de ello se
derivan para cada uno de los participantes.
26. Aprendo de mis errores y de los errores de los demás.
Aprendo de mis aciertos y de los aciertos de los
demás.
27. Gozo de una inteligencia creativa.
28. Aplico mi inteligencia, mi tiempo y mi dinero para la
excelente realización de mi misión y de mis roles y para
la búsqueda y logro de mis objetivos y metas.
29. Gozo de buena salud física, mental, espiritual y
emocional.

30. Cada día mejoro mis buenos hábitos y elimino los


malos hábitos para hacerme digno de mi filiación divina
y heredero de la gloria eterna.
31. Dispongo del tiempo necesario para hacer las cosas
bien y disfrutar de esta vida maravillosa y privilegiada
que el Señor me ha regalado.
32. Voy a vivir este día a plenitud, cumpliendo
estrictamente los mandamientos de la Ley de Dios para
hacerme digno hijo suyo, disfrutar de esta vida y
hacerme acreedor a sus promesas eternas.
33. Soy proactivo, siempre responsable de mi mismo y de
mi destino.
34. Empiezo con el fin en la mente: mi misión, mis roles y
mis metas.
35. Hago primero lo primero. Organizo y ejecuto las tareas
según prioridades.
36. Practico la filosofía gano-ganas en mis relaciones
personales, familiares y de negocios.
37. Procuro escuchar y comprender a mi interlocutor antes
de darme a entender.
38. Sinérgizo y busco terceras alternativas.
39. Cada día me renuevo física, mental, emocional y
espiritualmente.
40. Viviré este día a plenitud amando a Dios sobre todas
las cosas y al prójimo como a mí mismo.
Obviamente, cada persona elabora sus frases con sus
propias palabras en busca de los hábitos con los cuales
quiera reemplazar sus actuales defectos.

Alberto Araujo Merlano


A través de los años, miles de personas se han despertado
preguntándose cómo cambiar. Otros tantos miles (quizá
millones), le atribuyen a la suerte o a la genética, cuando
observan en la prensa o en la televisión a aquellos que han
logrado sobresalir, y escalar hasta las más altas cumbres
del desarrollo profesional. En Aprender a vivir mejor,
Alberto Araújo Medaño, con su ejemplo, nos demuestra no
sólo que el cambio es posible, sino que, si nos esmeramos
construyendo un simple método de vida, éste está al alcance
de todos.

Más allá de iluminarnos la ruta hacía el éxito monetario y


profesional, Aprender a vivir mejor nos introduce el mapa
de una nueva forma de gozarnos la vida, con una existencia
plena de amor y felicidad. Paso a paso, su autor nos señala
aquellos 'secretos' que hicieron de él uno de los empresarios
más prósperos de la región y, a sus 91 años, una persona
saludable y feliz.

Alberto Araújo Merlano es egresado en Derecho y Ciencias


Económicas de la Universidad Javeriana de Bogotá. Es socio
fundador de la firma de finca raíz Araújo y Segovia, de la
Lavandería Lavamejor, de los hoteles Capilla del Mar y Las
Américas Resort en Cartagena de Indias y Las Américas
Golden Tower en Ciudad de Panamá. Es el creador de la
Fundación Proboquilla, que contribuye al mejoramiento de
la calidad de vida y desarrollo de los habitantes de la Boquilla.
Hace unos años, junto a otros dirigentes de la ciudad, inició la
Fundación Geniales, un centro de formación y capacitación
de líderes con métodos innovadores para el descubrimiento
y aprovechamiento de los talentos naturales. Esposo de
Judith Perdomo de Araújo, tienen una numerosa familia
de ocho hijos, más de cuarenta nietos y varios bisnietos.

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