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Dedicatoria
Agradecimientos
Introducción
1.La decisión de emprender
2.¿Por qué lanzarte a emprender?
3.Vence el miedo
4.Derrota las creencias limitantes
5.¿Qué te distingue?
6.Define tu emprendedurismo ideal
7.La diferencia entre emprender y soñar con “pajaritos preñaos”
8.Fidelidad en lo poco
9.Tus fortalezas empresariales
10.Armas para emprender con éxito
11.El equilibrio realista
12.El mundo de los negocios te espera
Acerca de la autora
Welcome to Our House!
A menos que se indique lo contrario, todas las citas de la Escritura son
tomadas de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960, RVR, © 1960 por las
Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 por las
Sociedades Bíblicas Unidas. Usadas con permiso. Todos los derechos
reservados.
Itálicas y negritas en textos y citas bíblicas son énfasis de la autora.

Editado por: Ofelia Pérez


Diseño de portada: Nodelis-Loly Figueroa

Mujer, emprende
Lánzate a hacer lo que quieres

ISBN: 978-1-64123-815-1
eBook ISBN: 978-1-64123-816-8
© 2021 por Omayra Font

Whitaker House
1030 Hunt Valley Circle
New Kensington, PA 15068
www.whitakerhouseespanol.com

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Dedicatoria

El emprendedurismo me nace natural. No creo que haya algo especial en


mi ADN. La realidad es que fui criada en medio del nacimiento y
crecimiento de un negocio familiar.
Hoy quiero dedicar este libro a mis compañeros de la “universidad” que
me enseñó prácticamente todo lo que sé acerca de emprender, y me refiero a
la universidad de la vida, de mi crianza. Hoy quiero dedicar este libro a mis
hermanos Brenda, Lily y Willie.
Tuve una infancia divertida, tengo memorias increíbles con mis
hermanos. Todas están de alguna forma relacionadas al emprendedurismo.
Todos nuestros juegos estaban relacionados con trabajo y con quién era qué.
Brenda siempre era maestra. Lily siempre era secretaria. Willie y yo
siempre éramos los jefes.
Tengo la dicha y el honor de que he podido trabajar y emprender junto a
todos mis hermanos. Brenda, Lily y Willie, en nuestros juegos no sabíamos
que estábamos practicando para la vida. Mis hermanos son las personas más
esforzadas que conozco. Trabajan de sol a sol. Nunca se quejan. Asumen
sus responsabilidades y las de todos a su alrededor.
Conozco de muchas familias que sus relaciones se rompen cuando
trabajan juntos, porque emprender en familia no es fácil. La integridad y
entrega de mis hermanos ha hecho que para nosotros sea todo lo contrario.
El trabajo juntos nos ha solidificado, fortalecido y hecho mejores seres
humanos. Los amo. ¡Gracias por todo lo que hacen!
Agradecimientos

Aunque esta sección se llama “agradecimientos”, yo solo voy a hacer un


agradecimiento. Quiero agradecer a mi mamá públicamente por su entrega,
crianza, solidez y por darlo todo por su familia.
¿Se han dado cuenta de todas las menciones que tiene mi mamá en esta
serie de cuatro libros? Una madre ejemplar lo es todo. La mía es impecable,
esforzada, inteligentísima y amorosa. Lo irónico es que todos los reels,
TikTok, o comedias que puedes ver donde se habla de las “madres”, todas
esas frases, mi mamá las dice (¡todavía hoy!).
“Si te caes, te voy a dar encima del golpe”.
“Llora para adentro, que no se escuche”.
“Después que te vista, ni respires para que no te estrujes”.
“Usted no va para ningún lado”.
“Si tus amigos se tiran por un barranco, ¿te vas a tirar detrás de ellos?”.
“Mejor es limpios y con hambre, que sucios y jartitos”.
Ella nos crió con la “ley del marrón” (como mencioné en otro de los
libros, y que tantas mujeres me han preguntado qué es). No se podía
responder a lo que ella decía. Había que estar planchados, combinados; en
nuestra vestimenta jamás podía estar algo sucio o roto. Absolutamente,
había que referirse a los adultos por Señor o Señora. El “por favor”,
“gracias”, “con el permiso” nunca podían faltar. Literal, no podíamos comer
si no era con extremo cuidado para no ensuciarnos. No corríamos para no
sudar y no despeinarnos.
Y por supuesto, con una mirada se arreglaba todo. Se decía todo. Se
entendía todo.
¿Suena duro? ¡Lo fue! Pero así debe ser. Hoy lo agradezco y su legado
continúa conmigo y mis hijas, quienes entienden que nuestro estilo de
crianza está diseñado para hacernos mejor en nuestro futuro y no para el
placer instantáneo. Mis hijas Joanirie, Janaimar, Jenibelle & Jillianne han
tenido la dicha de tener esta crianza reforzada y agrandada, por partida
doble, porque gracias a Dios, mi mamá siempre ha estado a mi lado, en
cuanto a mis hijas se trata.
Gracias, mami, en serio, eres la mejor de todas. Eres todo lo que dice
Proverbios 31 y mucho más. Proverbios 31 habla de todas las cualidades de
la mujer idónea. Mi mamá las tiene todas, pero con una dosis de amor
indescriptible. Lo que muchos interpretarían como dureza en la crianza, mis
hermanos y yo siempre lo vimos como amor, amor puro, amor del bueno,
amor del que cuida, protege, educa y mejora.
Todo mi agradecimiento para ti, mami. Sin ti, no sería lo que soy hoy.
Introducción

La primera vez que escuché lo que era un emprendedor fue cuando tuve
que ir adonde mi mamá para preguntarle a qué se dedicaba mi papá. En la
escuela elemental, probablemente como sexto grado, me habían solicitado
que completara un formulario con información de mi familia. Pero yo no
sabía cómo se llamaba la “profesión” de mis padres. Así que recurrí a
mami. Ella me dijo que mi papá era un emprendedor, un empresario, que así
se les llamaba a quienes tenían sus propios negocios.
Mi papá nació con esa vocación de emprender. En mis años
universitarios, descubrí que todos sus antepasados fueron dueños de sus
propios negocios y nunca habían trabajado para otros. Los padres de mi
papá, ambos eran dueños de colmados, sus abuelos también. Irónicamente
por el lado de mi mamá era igual. Su padre había trabajado por muchos
años en una cervecería, pero en algún momento decidió emprender con un
colmado también. Y los abuelos de mi mamá por ambas partes eran dueños
de sus propios negocios.
Tanto mi papá como mi mamá tuvieron comienzos muy humildes. El
hecho de que sus padres y abuelos tuvieran sus propios negocios no los
hacía “niños ricos”. La realidad es que, aunque eran empresarios, no eran
ricos. Eran trabajadores, esforzados, atrevidos, pero no ricos. Todos mis
antepasados generaban sus propios recursos como empresarios, pero no
lograron generar riquezas sobreabundantes. Esa acumulación que se asocia
con el emprendedurismo no había pasado en mis antepasados.
La definición de emprender y los motivos para emprender son diferentes
para cada mujer. Aunque no ignoro que hay personas que emprenden con
las premisas equivocadas, creo que todo emprendedor en su raíz lo hace por
las razones correctas y esas razones no son iguales para todos. Emprender
implica mucho esfuerzo, trabajo, dedicación. Emprender es arriesgarse a
dar un paso del que anhelamos no haya vuelta atrás. Emprender es aspirar
a la independencia económica. Emprender es ampliar tus posibilidades de
ingreso, de acceso y de desarrollo.
Mujer, emprende es un libro con doble propósito, que nace de la
empresaria que hay en mí, que he disfrutado la oportunidad y la bendición
de expresarme de muchas maneras.
Primero, anhelo fortalecer a la mujer que ya es emprendedora. Si tú ya
diste ese paso de fe y te lanzaste al mundo del emprendedurismo, te felicito,
celebro tu determinación y tu valentía. Aquí te sentirás apoyada y
confirmarás que tomaste la decisión correcta. Todo lo que escribí
fortalecerá tus cimientos, sin embargo, hay tres elementos específicos a los
que quiero prestes especial atención:
1. Aprende lo que verdaderamente es equilibrio… y no le permitas a
nadie dictarte pautas sobre el falso “balance”.
2. Luego de emprender, necesitas crecer. Las creencias limitantes a
veces aparecen como fantasmas. No dudes. Identifica las creencias
limitantes y derrótalas.
3. Saca tiempo para autoconocerte cada vez más. Dentro de ti, en la
sabiduría de conocer tus fortalezas y ponerlas a trabajar a tu favor
bajo la dirección de Dios, están la prevalencia y el éxito del
emprendedurismo.
Segundo y no menos importante, anhelo inspirar a quien quiere
emprender y hasta hoy no lo ha hecho. Deseo que por medio de tu
emprendimiento logres independizarte financiera y emocionalmente para
generar tus propios ingresos, que seas tu propia jefa, que tus hijos hereden
riquezas, valores, carácter y ética profesional. Como mujer que anhelas dar
ese gran paso de fe y lanzarte, aprenderás:
1. A vencer todos los miedos que te puedan acechar y que te explico uno
a uno.
2. A conocer lo que te distingue para tener tu propia empresa y por qué
es una asignación de Dios lanzarte.
3. A conquistar todo lo que la sociedad te quiere imponer en cuanto a
sentimientos de culpa, riesgos y la mentalidad de que tu familia y tus
hijos van a sufrir si emprendes, por falta de lo que ellos llaman
“balance”.
En mi serie de libros Mujer, valórate; Mujer, sueña; y Mujer, crea, ya
hemos hablado de tu valor, de los sueños y de tu creatividad. En ellos
fuimos proveyéndote los fundamentos para que, sobre bases firmes y unas
decisiones tomadas con fe, creyendo en tus capacidades, te atrevas a llegar
a este paso que cambiará tu rumbo: emprender.
Para emprender tenemos que transformar la forma en que nos miramos a
nosotras mismas. Aunque en algún aspecto de tu vida es posible que hoy no
tengas y no seas lo que tanto anhelas, nada ni nadie debe interrumpir tu
deseo de emprender. Excusas para no emprender hay muchas. Descarta
cada idea limitante acerca de ti y de tus circunstancias. Hoy valórate como
la emprendedora que llevas dentro de ti, con lo que tienes y lo que crees que
no tienes.
Valorarte te fortalece para emprender. Valorarte es el primer paso para
sacar y desarrollar a esa emprendedora que llevas dentro. Uno de los
problemas de muchas emprendedoras es el cobrar por sus servicios. Cuando
te valoras, ese problema está superado.
Tal y como te explico en el capítulo 3 de Mujer, valórate, tus experiencias
únicas y esos cinco elementos que componen tu ser y que hacen que tu vida
sea irrepetible e indistinta no se pueden cuantificar. De hecho, es tu historia
irrepetible, junto a tu combinación única de habilidades y experiencia, las
que te elevan a entender claramente quién eres y qué ofreces. Tú no tienes
que imitar a nadie. Tu estrategia es ser tú y hacer aquello con lo que puedes
emprender con excelencia. Cuando potencias tu historia, puedes construir y
generar oportunidades únicas en tu emprendedurismo.
Para emprender tenemos que darles rienda suelta a nuestros sueños. Las
experiencias de tu vida que te han traído por tu camino único abren el paso
a ese futuro que deseas y anhelas. Tu emprendedurismo está dentro de ti y
tus sueños le dan definición a ese emprendedurismo. Abre esa puerta
excepcional de tu imaginación. ¡Dale riendas sueltas!
Aunque muchas mujeres anhelan emprender, no logran lanzarse porque la
visión de su futuro es imprecisa. Cada acción en tu presente debe tener una
clara dirección. Es ahí donde la definición de nuestros sueños se convierte
en ese elemento indispensable para poder trazar la ruta de nuestro
emprendedurismo. El capítulo 3 de Mujer, sueña te muestra esa fábrica de
sueños que toda mujer tiene a su alcance; así se logra delinear objetivos
claros a corto y a largo plazo.
Para emprender necesitamos desarrollar nuestra capacidad creativa. La
esencia de tu emprendedurismo está en mirar al mundo a tu alrededor y
maximizar tus posibilidades expresando y utilizando tu poder creativo para
emprender. En tu creatividad se encuentran tus recursos internos que una
vez hayas liberado, no hay duda de que serán indispensables para desatar,
desarrollar y despegar tu emprendedurismo.
En el capítulo 8 de Mujer, crea tienes la fórmula para alcanzar a pensar de
forma crítica, con imaginación y creatividad. La combinación del
pensamiento crítico, la imaginación y la creatividad son una explosiva
combinación que van a maximizar tu potencial y a hacer despegar tu
gestión de emprender. Es con tu creatividad que llevarás tu
emprendedurismo a su plena realización, porque producirás las
posibilidades que a simple ojo no están visibles para otros.
Mi serie de libros para la mujer siempre ha tenido una intención clara y
un plan pensado con dirección, de acuerdo con las necesidades que he
presenciado y sentido en las mujeres de hoy. Nunca he estado ciega, sorda
ni inactiva ante lo que me duele ver en las demás. Escribí mis libros en el
orden en que una mujer tiene que desarrollarse hasta atreverse a lanzar su
negocio propio. Primero tiene que aprender a valorarse. Luego debe
permitirse soñar. De esos sueños, tiene que dejar brotar la creatividad.
Cuando esos tres elementos están en línea, llega el impulso y la valentía de
emprender.
En este libro te regalo lo que soy desde que tengo uso de razón. En mí,
emprender ha crecido, se ha diversificado, me ha llevado por caminos y me
ha enseñado lecciones. Dios siempre ha estado a mi lado, junto a mi esposo
y mis hijas. Nada a qué temer. Mucho qué creer.
Por medio de tu valor, tus sueños y tu creatividad lograrás arrancar,
alzarás vuelo, y emprenderás sin límites.
1
La decisión de emprender

Emprender es decidirse a hacerlo. Vivimos la vida tomando decisiones,


muchas veces sin darnos cuenta. Es la propia vida la que nos obliga a optar
por un camino u otro. Gracias a Dios tenemos libertad para elegir cada paso
del camino de nuestra vida. Hay decisiones triviales, como qué nos
comemos o cómo nos vestimos. Pero, hay decisiones que le dan rumbo y
trazan el camino de nuestras vidas y esas decisiones se convierten en un
puente a nuestro futuro.
Entiendo perfectamente que la decisión de emprender no es
insignificante. No todas las decisiones tienen la misma relevancia y
emprender es una gran decisión. Para muchas mujeres la decisión está entre
la comodidad de un empleo y/o la responsabilidad de un matrimonio,
crianza de hijos y sostener un hogar, y la incertidumbre de emprender. De
verdad que para muchas ¡no está fácil!
Tu decisión de emprender o no emprender puede estar atada a tu
compromiso familiar. Hay mujeres que por no sentir que descuidan su
matrimonio, o el cuidado y crianza de sus hijos, se detienen de emprender.
En una ocasión vi claramente en los ojos de una joven empresaria que
acababa de tener su primer hijo el sentido de culpa por no atenderlo a
tiempo completo para continuar echando adelante la empresa que había
comenzado con su hermana, dos años antes de quedar embarazada. Luego
de conversar con ella por tres minutos, en efecto, ella se sentía en una
encrucijada porque su negocio estaba creciendo, había esperado demasiado
tiempo por casarse y ser madre y no quería perderse nada del crecimiento
de su hijo.
Conozco y he trabajado con muchas mujeres que luego de comenzar a
emprender sienten culpa por el tiempo que les quitan a sus hijos con largas
horas de trabajo, viajes y exceso de responsabilidades. Así mismo he
escuchado de mujeres que no comienzan sus empresas en espera de que sus
hijos crezcan o terminen su educación escolar. Tal y como explicamos en
Mujer, valórate, no te hace mejor o peor la decisión de hacer una cosa o la
otra. Tus decisiones son tuyas y de nadie más. Yo soy testimonio de que
puedes emprender y estar presente en la vida de tus hijos, aún cuando
físicamente estés ausente.
El compromiso matrimonial también influye en la decisión de emprender.
Hay personas que piensan que es más fácil emprender siendo soltera. Yo
difiero grandemente con esa opinión. Primero, el tener un matrimonio
saludable puede ser un gran impulso para emprender con éxito.
Un matrimonio y un negocio tienen muchas cosas en común. No me
vayas a malinterpretar. No estoy diciendo que veas tu matrimonio como un
negocio. ¡Jamás! Un matrimonio es una relación de pacto. Pero, en un
negocio y un matrimonio aprendemos a tratar con sociedades, manejar
conflictos, tomar decisiones financieras y muchos elementos similares. Se
puede alcanzar un balance entre el trabajo y el compromiso de emprender, y
tener una relación matrimonial saludable.
Por otro lado, para decidir emprender, hay quienes tienen que escoger
entre un trabajo estable con salario “seguro” y beneficios, o lanzarse a lo
que se siente como un vacío y asumir unas responsabilidades que pueden
carecer de estabilidad y certidumbre. El emprendedurismo puede significar
no generar ingresos constantes y un empleo sí da eso. No todo el mundo
puede darse el lujo de perder un ingreso para probar suerte con proyectos
personales. Ciertamente, un empleo aporta un dinero y un sentido de
estabilidad que puede faltar en las primeras etapas de nuestro
emprendedurismo.
Cuando se trata de emprender, no decidir hacerlo es una decisión de por
sí. No tomar la decisión de emprender significa inmovilidad. Cada vez que
en ti surge la idea de emprender, de alguna forma estás proyectándote a tu
futuro, pero mientras no decidas dar ese gran paso de fe, no se abrirá
delante de ti el mundo de las posibilidades. No elegir emprender supone no
tener movimiento en dirección a ese gran sueño. Necesitas superar esos
pensamientos que te detienen de emprender y tomar esa decisión de lanzarte
para poner en marcha tus aspiraciones.
Créeme que puedes escoger tener una bella y creciente familia, un
matrimonio estable, y la estabilidad financiera para emprender. Todo se
puede y miles de mujeres lo han hecho antes que tú y lo seguirán haciendo.
La pregunta es cuánto te tomará a ti entender cuántas mujeres casadas, con
hijos y responsabilidades financieras antes que tú estuvieron en tus zapatos
y se lanzaron. Al igual que ellas, tú no tienes que quedarte donde estás.
Tomar la decisión de emprender no significa atarnos con algo para
siempre. Las cosas cambian a diario, y en esos cambios también habrá
transiciones en nuestras decisiones. Es posible que siempre hayas soñado
con emprender y, por ejemplo, tener una tienda en un centro comercial. Ese
era uno de mis sueños. Recuerdo de pequeña entrar a los centros
comerciales e imaginar qué se podía sentir ser dueña de una de esas tiendas.
Siempre miraba detrás de los grandes mostradores. Veía esas puertas que no
están accesibles al público e imaginaba qué podía haber ahí detrás.
Le doy gracias a Dios que tuve la oportunidad de realizar ese sueño. En el
año 2010 tuve mi primera tienda en el centro comercial más grande de
Puerto Rico. Para el 2019 ya tenía tres grandes tiendas en los dos centros
comerciales principales de Puerto Rico. Así como lo soñaba de niña, llegué
a entrar por las puertas de grandes centros comerciales y conocer en carne
propia lo que se sentía saber que dentro de esa grande estructura había un
pedacito que era mío. Hoy, ya no tengo esas tiendas así en estructura física.
Hoy el sueño se ha transformado. Mi emprendedurismo no está atado a ese
sueño original. Sigo emprendiendo, pero en otras áreas, con otros métodos,
de otra forma. Cada decisión que he tomado le ha dado forma a mi
emprendedurismo.
La decisión de emprender sí es importante. Siempre debemos tener claro
que iniciar un negocio y emprender es muy diferente a nuestra gestión de
ser empleadas. No podemos emprender con la mentalidad de ser empleadas.
La decisión de emprender y hacer realidad tu idea de negocio va a
determinar tu desarrollo y tu futuro profesional, cambiará el destino de tu
vida, de tu familia y de todos los ámbitos de tu vida. Ante decisiones de esta
magnitud es normal que haya miedo, inseguridad y emociones que te
retrasen, o incluso te detengan por completo.

LA DECISIÓN DE EMPRENDER Y TU VALOR


El tema del valor dio comienzo a esta serie de libros que ha impactado a
miles de mujeres en el mundo. La autovaloración es fundamental para el
emprendimiento femenino. Emprender es un aprendizaje continuo, pero no
solo de la industria y el tipo de negocio que manejemos, sino de nosotras
mismas. Durante lo más de 35 años que he emprendido he tenido la
oportunidad de manejar todo tipo de negocios. He manejado negocios de
venta directa, venta en redes de mercadeo, librerías, tiendas de ropa de
mujer y niños, bienes raíces, inversiones, tiendas en Internet y te cuento que
en todos he aprendido mucho, pero más he aprendido de mí.
Durante esas experiencias he aprendido cuán importante es para mí la
educación formal. Para mi emprendedurismo ha sido muy significativo
sentirme preparada al conocer aspectos que vayan más allá de cada uno de
esos negocios. Por eso, con mucho esfuerzo me he mantenido estudiando
activamente durante toda mi vida adulta. No es un requisito para ninguno de
los negocios que he emprendido. La preparación universitaria que recibí en
mi juventud era suficiente para trabajar con todos estos negocios. Pero, mi
sistema de valores me hace sentirme que estoy fundamentada correctamente
para enfrentar cualquier reto que se me presente. Mis estudios me dan
seguridad a mí. Nadie me los pide ni los exige. Yo lo escojo porque
reconozco la aportación que hace la educación a mi vida.
Un estudio de mi personalidad me reveló que soy sumamente empática y
altruista. Mi deseo de ayudar a los demás y mantener una actitud cordial
con las personas también me empodera a la hora de emprender. ¿Tenemos
que ser simpáticas en todo emprendimiento? No. Hay negocios que
requieren sangre fría para invertir, enfrentar competencia de negocios y salir
adelante. En mi caso, y en las experiencias de negocio que he decidido
tener, mi capacidad de conectar con las personas es un valor añadido y ser
consciente de ello es aún otro valor añadido.
Un tercer aspecto que conozco que me ha abierto puertas siempre es mi
proyección. De esto hablé abundantemente en el libro Mujer, valórate. Ahí
te expliqué cómo tu vestimenta, tu hablar y tu comportamiento influyen en
tu valor. En mi caso, lo he sentido y proyectado siempre de la mejor manera
posible. Doy gracias a Dios que ha puesto una Palabra en mi boca, y a mi
madre que me exigía mucho para expresarme con propiedad e inteligencia.
Igual, en mi casa portarse bien no era una de las opciones, era la única
opción posible. Sé entrar y salir porque en mi casa nos enseñaron a
comportarnos con propiedad.
Tengo que reconocer que en mi proyección mi vestimenta siempre ha
sido un plus también. Para algunas mujeres arreglarse y vestirse bien a
diario es una presión. Para mí siempre ha sido un placer enorme arreglarme.
Siempre he tenido bien claro que mi vestimenta no me define a mí; yo le
doy definición a lo que me pongo. Para mí la vestimenta no es lo que se ve;
es un instrumento, o un filtro por el cual proyecto el decoro, porque jamás
quiero ser esclava de mi apariencia. El espejo no es mi altar.
Doy fe que la educación formal, el carisma y mi proyección han trabajado
a mi favor siempre. Menciono estos tres ejemplos de mi experiencia como
emprendedora porque sé que cuando una mujer se valora tiene el
fundamento correcto para emprender. Cuando te valoras, así como yo puedo
reconocer mis fortalezas, tú puedes reconocer y maximizar las tuyas. Tu
autoconocimiento y autoestima no son tus puntos de vulnerabilidad; ambos
son tus fortalezas cuando están construidas desde el valor. Conócete a ti
misma. Encuentra, define y fundamenta tu valor con acierto.
No pretendo de ninguna manera que crees una imagen irreal acerca de ti
misma, donde te veas como una diosa y sin defectos. Todas tenemos puntos
débiles y áreas que mejorar. Así como debes conocer tus fortalezas, debes
ser consciente de tus debilidades y minimizar intencionalmente el impacto
negativo de las mismas.
No se trata de rechazar la autocrítica y solo ver nuestras virtudes. Aún
nuestras debilidades forman parte de nuestro valor. Por medio del
conocimiento de tus debilidades, puedes atajar su impacto y no tener que
asumir costos tan altos por tu vulnerabilidad, como cuando estamos
ignorantes de su existencia. La autocrítica, y la crítica que te dan de gratis a
tu alrededor porque nunca falta un genio para darnos un insumo que no
hemos solicitado, si las tomamos con madurez y buscamos el aprendizaje
que hay detrás de ellas, siempre nos llevará a crecer.
No permitas que la crítica te hunda. Tampoco seas una autocrítica tirana y
despiadada. Aprende a usar la crítica y la autocrítica para ser mejor. Si algo
te hiere en la crítica, tampoco te lo lleves al corazón. Pero, por encima de
eso aprende también a tener tu propuesta de valor bien puesta para que la
autoconfianza trabaje a tu favor siempre. Solo descubriendo tu valor tendrás
los cimientos suficientemente sólidos para arrancar y sobrevivir al
emprendedurismo.

CULTURA FAMILIAR DEL EMPRENDEDURISMO


Los emprendedores que tienen antecedentes de empresas del entorno
familiar, o la presencia de un modelo a seguir (familiares o amigos),
adquieren una mayor confianza para iniciar un negocio. Un estudio
realizado en México determinó que el 75.6% de los emprendedores tienen
una relación con un pariente cercano, el cual es empresario.1 ¿Significa esto
que solo puedo emprender si mi familia es emprendedora? Obvio que la
respuesta es no, porque si no, el estudio revelaría que pasa en el 100 por
ciento de los casos.
Como te expliqué en la introducción, yo tuve la dicha de ver muy de
cerca y con gran admiración el emprendedurismo de mis padres y
antepasados. En mi caso, la experiencia va más allá. Mis padres nos
permitieron y promovieron que fuéramos parte integral del negocio
cumpliendo con responsabilidades y funciones a muy temprana edad. La
mayoría de mis memorias de mi niñez son del taller de mis padres. Y
estando allí mis hermanos y yo no perdíamos el tiempo; todos teníamos
tareas asignadas y complicadas. Junto a mis hermanos acomodábamos el
almacén y era mucha mercancía, atendíamos clientes, supervisábamos
empleados y, obvio, no puede faltar esa tarea que todos los padres les dan a
sus hijos… ¡limpiábamos!
De hecho, la primera vez que me quedé como supervisora, sola al frente
del negocio de mis padres, tenía solo 14 años. A esa corta edad, mis padres
tuvieron que salir en un viaje de negocios y me delegaron la
responsabilidad de estar al frente de todo. Estoy hablando de no ir a la
escuela porque tenía que trabajar y velar por el funcionamiento total de un
negocio que vendía miles de dólares diariamente, además de supervisar a 29
empleados varones. Sinceramente, no era una tarea fácil, pero mis padres
me prepararon para eso, y confiaron en lo que me habían enseñado y en mí
para delegar semejante responsabilidad. A mi corta edad tomaba el encargo
que mis padres me delegaban con un sentido de responsabilidad, y
procuraba hacer todo con competencia. Claro que había mucha madurez a
esa corta edad, pero así me enseñaron mis padres. Con sinceridad disfrutaba
mucho sentirme “la jefa” y sabía que no era un título; había que trabajar y
cumplir a cabalidad con el cometido.
Así mismo practiqué el manejo de mis tiendas en los centros comerciales
con mis hijas mayores, Joanirie y Janaimar. De hecho, el primer día que
abrió Marki, la tienda de niños que adquirimos en el 2010, yo estaba de
viaje con mi esposo predicando. Joanirie y Janaimar, de 12 y 10 años en
aquel momento, quedaron delegadas de abrir la tienda en su primer día,
velar que todo estuviera impecablemente presentado en la tienda, y orar con
todos los empleados antes de abrir esa puerta por primera vez. Así lo
hicieron y agradezco tanto a Dios que como yo, a su corta edad, ellas
proyectaron un gran sentido de competencia, seriedad y empeño en cumplir
a cabalidad.
Lo que mis padres hicieron conmigo y a la vez yo he hecho con mis hijas
es común en muchas grandes empresas. Así comenzó el imperio que hoy
conocemos como Walmart. Sam Walton abrió su primera tienda en 1950 y
comenzó como una empresa familiar. Si sientes que dondequiera que vas en
Estados Unidos hay un Walmart, puede ser porque poseen más de 5,300
tiendas en la nación. Hoy la fortuna de esta familia es inmensa y siete
herederos de los hermanos Walton, que fueron los fundadores, todavía hoy
manejan la mitad de las acciones de la compañía. Esta familia ha producido
muchos millonarios porque comenzaron juntos.2
El desarrollo económico de Puerto Rico fue marcado por valientes
emprendedores en épocas difíciles cuando fueron pioneros de diversas
industrias, sin grandes capitales donde apoyarse. Empresas que hoy tienen
de 75 a 100 años en el mercado fueron creciendo y diversificándose gracias
a la práctica de los fundadores de tener a sus hijos trabajando con ellos,
luego enviarlos a las universidades e irlos entrenando en todos los aspectos
del negocio para que estuvieran aptos para hacerse cargo, perpetuar e
innovar las empresas fundadas por sus antecesores.
Esa no es la experiencia de todas las mujeres que anhelan emprender. No
todas las mujeres tienen padres, abuelos, tíos, hermanos emprendedores. No
todos los negocios comienzan en familia. Aun cuando un familiar nos
puede inspirar, no necesariamente significa que tenemos que emprender
junto con ellos. Algunas de ustedes han iluminado, o les tocará iluminar el
camino a sus familias para atreverse a emprender. Comenzar el camino del
emprendedurismo no requiere que haya algún familiar diciéndote cómo
hacerlo. Tu pilar más grande está en tu deseo de emprender y no en tu ADN
o la herencia familiar que tengas. Cuando te lances y abras ese negocio que
hoy arde en tu corazón, serás tú esa referencia que tus familiares de las
próximas generaciones van a tener para emprender.
¡Gloria a Dios si tenemos familiares que nos enseñen de números,
estrategias y compartan su experiencia con nosotras! Pero si no los
tenemos, igual podemos emprender y salir adelante con éxito. Y en la
medida que Dios nos lo permita y podamos, inspiremos a las futuras
generaciones a ver las oportunidades de crecimiento y los beneficios que
hay en emprender. Nuestras culturas latinas lo necesitan mucho.

TRES CLAVES PRINCIPALES PARA


CONOCERTE MEJOR
Cada día conocemos más de nuestra naturaleza. A medida que nos
valoramos, y conocemos y potenciamos nuestras fortalezas, debemos tener
la confianza de que todo nuestro esfuerzo rendirá frutos. Nadie te va a
conocer mejor que tú misma. Asegúrate de saber lo que quieres y lo que no
quieres, lo que eres y lo que no eres. Trabaja todos los días en fortalecer tu
valor y seguir adelante.
Yo he aprendido a identificar tres claves primordiales para cada día
conocerme mejor.
Primero, estoy bien clara en aquello que me hace sentir bien. Hay
mujeres que no saben ni siquiera cómo se sienten a diario. De hecho, perdí
la cuenta de las mujeres que me contactan por las redes sociales
certificando que están deprimidas, frustradas y que sus sentimientos las
traicionan. Yo conozco que me siento bien y estoy a gusto conmigo misma
cuando me fluye ser amable con los demás. Nunca tengo que fingir tratar
bien a alguien, porque me siento tan bien conmigo misma que mi deseo
genuino es transmitir esa sensación de bienestar. He aprendido a no
depender de la aprobación de los demás para sentirme calificada para nada.
Segundo, soy feliz genuinamente. A diario me escriben en las redes
sociales también preguntando cómo puedo estar feliz siempre. Eso es bien
sencillo. ¡Porque soy feliz! No es fingido, sinceramente soy feliz
independientemente de las circunstancias, personas a mi alrededor o lo que
esté sucediendo en el mundo. Muchas mujeres le ponen requisitos falsos a
la felicidad. Creen que cuando estén casadas, tengan hijos, tengan casa
propia o tengan dinero serán felices. La felicidad está en nuestro interior.
Mi felicidad no está en lo que hago o lo que tengo, sino en lo que soy. En
mi caso, mi felicidad está fundamentada en mi relación con Dios. La
felicidad está fundamentada en el valor propio de acuerdo con la revelación
que recibimos por medio de nuestra relación con Dios.
Proverbios 16:20 dice: “El entendido en la palabra hallará el bien, Y el
que confía en Jehová es bienaventurado”. Esa palabra “bienaventurado”
muchas veces se sustituye por “feliz” (por ejemplo, la Santa Biblia, versión
Dios Habla Hoy). Escudriño la Palabra a diario. Orar y estudiar la Palabra
de Dios son el tope de mi lista de pendientes todos los días de mi vida desde
el 1985. Yo confío en Dios que nunca me ha fallado. Claramente la Biblia
dice que “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que
se arrepienta” (Números 23:19). Cuando Dios habla, tenemos que confiar y
creer. A diario tenemos que poner nuestra vida en las manos de Dios. Al
cumplir con sus mandamientos confío en que puedo permanecer en Su
amor.
Tercero, mantengo el buen humor ante cualquier situación. En mi
autoconocimiento he aprendido a reírme de mí misma. Nunca se me pierde
la sonrisa porque he aprendido a enfrentar la vida con humor. El humor nos
ayuda a relajarnos cuando estamos nerviosos y no es falta de “seriedad”
ante un momento que podría requerir sensatez. Debemos poder tener la
capacidad de reírnos aún teniendo en cuenta situaciones de trascendencia.
Con sinceridad, aún en las situaciones retadoras, oscuras y sorpresivas
podemos encontrar algo por qué reír. El reír nos ayuda a liberar las
emociones negativas. El reír nos permite desdramatizar situaciones. El reír
te permite escapar la situación, aunque sea por unos cuantos minutos.
En los malos momentos, aprende a encontrar el humor, aunque no tengas
ganas, o sientas que sencillamente no te sale. Cuando mi papá estuvo preso,
ante la muerte de personas muy queridas, cuando perdimos el templo con el
paso del huracán María, en todos esos momentos, encontré algo de humor
en la situación y te doy testimonio de que me ayudó a mirar malos
momentos, bueno… malísimos en realidad, y encontrar algo positivo en
ellos.
Los beneficios de la risa son muchos. Está documentado ampliamente
que una buena carcajada estimula nuestros órganos al permitir que tomemos
aire con alto contenido de oxígeno, lo cual estimula nuestro corazón. En
medio de reír, tu cuerpo se siente más vivo porque la risa excita tu ánimo y
amortigua tu respuesta al estrés. De hecho, al reírnos desenfrenadamente
proyectamos una energía diferente y el producto es una sensación
agradable, relajada y satisfactoria.3 Si has perdido tu sonrisa, créeme que
cuando conectas con tu valor y procuras el autoconocimiento a diario,
siempre vas a encontrar una razón para sonreír genuinamente.

CUANDO QUIERES HACER MUCHO Y


NO HACES NADA
Estoy segura de que el deseo de hacer mucho está muy presente en la
mayoría de las mujeres que lean este libro. Todas tenemos muchas cosas
que soñamos vivir, que anhelamos realizar, pero al final sentimos que nos
falta tiempo, dinero y motivación. A diario me cruzo con personas que no
paran de hablar de lo que les gustaría hacer, o lo que les hace falta hacer.
Entonces ves que pasan los días, las semanas, los meses, y hasta años y
siguen hablando de lo mismo, lo que quieren hacer, pero no hacen nada.
Lo más que me sorprende es que puedes llegar a sentir la energía en las
palabras, y el propósito de lo que hablan es tan bonito que parecería
imposible pensar que son solo palabras; no lo suficientemente fuertes como
para llevarlas a la acción. Es triste. Incluso, confieso que a veces me
desgasta ver a personas desperdiciar su potentcial y oportunidades por
dejarlo solo en la narrativa y no concretar lo que quieren.
No podemos quedarnos en la mentalidad de hablar y hablar de lo que
queremos hacer, vivir de esa narrativa y no hacer nada. En el libro Mujer,
sueña, además de motivar a las mujeres a abrir la ventana de sus sueños, les
hago darse cuenta de que la activación de esos sueños está en la acción. Era
indispensable que el último capítulo del libro moviera a las lectoras a
actuar. No se trata solo de conocer lo que quiero conseguir y saber cómo
hacerlo. Se trata de ¡hacerlo! Hay un camino desde donde estás a donde
quieres estar y la única forma de llegar de uno al otro es la acción.
Esta es una de las pocas cosas en la vida con las que siento impotencia.
Hablar con pasión es una cosa y tener las agallas de actuar es otra. Yo
quisiera ver esas ganas de sacar un proyecto, que una idea hacia adelante se
concrete y verlo ejecutado en todas las mujeres que lean este libro. Llevo 22
años trabajando con mujeres. Mujeres con grandes ideas, con grandes
sueños, con grande propósito. Lamentablemente, con la misma satisfacción
que he visto a muchas cumplir sus sueños, he experimentado la angustia de
ver a muchas mujeres a quienes se les pasa el tiempo y nada sucede.
Mi objetivo con las reuniones de Divinas, los mensajes en los podcasts,
los seminarios para empresarias, mi asignación como coach empresarial, los
vivos que hago en el grupo Divinas en Facebook a diario y todo el
contenido que preparo para mujeres dentro de Divinas Elite es que sobren
las herramientas para crecer, que abunde la motivación, que una palabra
toque sus vidas de manera tal que algo dentro de ellas brinque, les saque de
su zona de comodidad y se muevan a la acción.
Pero, he aprendido que por más que quieras, puedes llevar el caballo al
río, pero no puedes obligarlo a beber. La acción está dentro de cada mujer.
¿Quieres realmente emprender? Si tienes la dicha de saber el qué y el cómo,
¡gloria a Dios! Pero yo te digo que necesitas dar el paso. Es decir, pasar de
la teoría a la práctica. Lanzarte de una vez y por todas. Desde afuera puedes
recibir motivación, inspiración y toda clase de estímulos. Solo tú puedes
decidir qué paso necesitas dar para emprender y dar ese paso.
Evalúa todo aquello que has hablado, querido y creído que quieres lograr
y no lo has hecho. Ejemplos te puedo dar muchos, pero es importante que
seas realista en tu lista y que lo que identificas sea tu experiencia y no la de
alguien más. Yo espero que con este libro puedas ver claro el plan y el
propósito con el que Dios ha puesto esos deseos, sueños e ideas en tu
corazón. Deja a un lado las excusas y comienza a trabajar sobre todo eso
hoy.
Si algo anhelo alcanzar con este libro es que cada mujer que lo lea pueda
decir: “Quise hacer y ¡lo hice!”. Que cada vez que alguien le diga a una
mujer, “no podrás lograrlo”, tenga la seguridad de decir “mírame hacerlo”.
De repente muchas mujeres piensan que tienen que pedir permiso para
desarrollar sus talentos, que tiene que llegar el tiempo perfecto, que las
condiciones tienen que estar sincronizadas estratégicamente. Si esos
elementos están presentes, ¡bendito Dios por su favor y misericordia! Pero
si no lo están, ¡no los necesitas!
Mujer, toma tus capacidades y deseos, y lánzate a emprender con ellos.
Créeme cuando te digo que la ayuda de Dios no te va a faltar en el camino.
Muévete a la acción ¡ya! Y en lugar de dar espacio a que las opiniones de
otros, tu inseguridad o desafíos te detengan, mejor dite a ti misma, “nada ni
nadie me va a detener”. Créetelo, lánzate y empieza tu caminar a
emprender.

1
Consulta en línea:
http://acacia.org.mx/busqueda/pdf/15_PF514_Emprender_un_Negocio.pdf)
2
Consulta en línea: https://www.entrepreneur.com/article/327552).
3
Consulta en línea: https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-
lifestyle/stress-management/in-depth/stress-relief/art-20044456)
2
¿Por qué lanzarte a emprender?

Razones para no emprender sobran. Por eso vemos a tantas personas con
el deseo y no con las acciones correspondientes. La principal razón para no
emprender es absolutamente el miedo. Así lo demuestran los estudios y así
lo vemos plasmado en tantas historias de éxito. Muchos testimonios de
emprendedurismo comienzan con las historias de cómo el miedo los detenía
antes de dar el gran paso de fe que es emprender. Por eso, he dedicado el
próximo capítulo completo para ayudarte a vencer el miedo a emprender.
Además del miedo, hay otras razones por las cuales las mujeres no se
lanzan a emprender y yo les llamo “las faltas”. Muchas mujeres no
emprenden por la falta de dinero, la falta de conocimientos, la falta de
apoyo y la falta de tiempo. A la hora de emprender no podemos mirar lo
que nos falta. Siempre va a faltar algo. Esperar a tener todo lo que necesito
para emprender es una falacia. Tu barrera para emprender no es lo que te
falta, tu barrera para emprender son los pensamientos que has permitido que
se apoderen de ti y te detengan. Por eso he dedicado el cuarto capítulo de
este libro para específicamente ayudarte a derrotar todo pensamiento
limitante que te detenga de emprender.
Para nuestro emprendedurismo, contrario al pensamiento popular de que
todo debe estar alineado, yo te digo, lánzate y entonces dedícate a alinear
todos los elementos que necesites. Desde las gradas podemos dar buenos
consejos a los jugadores, pero es el que está en la cancha el que puede
encestar en el canasto, patear la bola a la portería, o dar el batazo que nos
acumula esa carrera. Una vez te lances, claro que vas a trabajar para alinear
elementos como validar tus ideas, formar tu equipo, ampliar tu mercado. El
tiempo de trabajar con esos detalles técnicos va a llegar y será necesario en
toda empresa creciente, y aunque sería increíble comenzar con todos los
elementos listos, la realidad es que no es necesario. Si se puede, ¡bien!, y si
no, le metemos mano a lo que sea y cómo sea.

RAZONES INCORRECTAS PARA EMPRENDER


Emprender tiene grandes ventajas. De repente pensamos que emprender
solo tiene que ver con la parte económica, el hecho de esforzarnos en crecer
algo propio, la capacidad de administrar nuestro tiempo.
La falacia más grande del emprendedurismo es pensar que todo
empresario es rico. Emprender no necesariamente significa convertirse en
una mujer rica de la noche a la mañana. La economía de un emprendedor no
es como la economía de un trabajo a salario. Muchas personas no entienden
que generalmente las bajas de un negocio son más que las altas, y que lo
que debemos procurar es que esos picos de las altas recompensen todas las
bajas que hemos tenido. Esto es una matemática complicada que significa
que la remuneración no les llega a las emprendedoras con la exactitud ni la
regularidad que llega un salario cada semana, quincena o fin de mes.
Si alguna vez te han despedido, es posible que pienses que al emprender
y tener algo propio vas a tener seguridad debido a que eres tu jefa.
Obviamente, tendrás control absoluto de tu negocio. Pero eso también
significa que eres cien por ciento responsable de todo. A la vez que tendrás
la oportunidad de crear, tendrás mil oportunidades de equivocarte también.
La responsabilidad de un negocio es trabajo duro y constante mucho más
fuerte que el trabajo típico de una oficina como empleado.
Al emprender tenemos que saber que, aunque pensamos que somos
dueñas de nuestro tiempo y formulamos nuestros propios horarios, la
realidad es que estoy segura de que como emprendedora vas a trabajar más
duro y más horas que las que tienes en tu empleo de 8 a 5. Esto
especialmente al principio, cuando probablemente tampoco vas a tener
estabilidad financiera. De hecho, aprender a dominar la libertad de horario
es un gran reto para las emprendedoras que lo hacen desde su casa mientras
crían a sus hijos.
Si te das cuenta, los mismos elementos que son como el “automático” que
motivan a muchas personas para emprender, son los mismos elementos que
se pueden transformar en los más grandes retos, e incluso las áreas que, si
no las cuidas, pueden ser el primer paso para que el negocio se eche abajo y
fracase.
No estoy buscando crearte inseguridad. Todos esos aspectos que se
pueden transformar en piedra de tropiezo son manejables y aún con todas
tus inseguridades, miedos e incertidumbres, puedes emprender con éxito.
¡No tengas la menor duda de eso! Emprender significa dar pasos de fe que
deben estar acompañados de esfuerzo, consistencia y perseverancia.
Por eso es bien importante entender tus razones para lanzarte al mundo
del emprendedurismo, sobre todo, entender los pro y contras de esas
razones y manejarlas de antemano. Como te dije al comenzar este capítulo,
razones para no hacerlo sobran. Sin embargo, cuando te enfocas en estas
tres razones para emprender que te expongo aquí, lo que falte pasa a
segundo plano.

RAZONES CORRECTAS
PORQUE DIOS ESTÁ CONTIGO
Filipenses 2:12-18 nos habla acerca de nuestra salvación y cómo tenemos
no solo que ocuparnos de ella, sino ocuparnos con absoluta diligencia. Pero
estos versos van más allá. Claramente se establece que tenemos que hacer
todo entendiendo que estamos cumpliendo un deber.
De esos versos siempre me ha llamado la atención específicamente el
verso 13 que dice “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer
como el hacer, por su buena voluntad”. Lo que amo de este verso es que
habla de cómo el “querer” y el “hacer” se unen cuando entendemos que no
estamos solas en nuestras encomiendas, llamados y anhelos, sino que Dios
está con nosotros. Mira con detenimiento ese verso. Entre el “querer” y el
“hacer” siempre está Dios en el centro haciendo su buena voluntad en
nuestras vidas.
Mi más grande motivación a la hora de emprender es saber que nunca lo
hago sola. Siempre voy de la mano de Dios. Todas las faltas que te
mencioné al principio de este capítulo se disipan cuando puedes ver a Dios
contigo en todo momento. Nunca se ha tratado de lo que podemos lograr
solamente con nuestras fuerzas, ideas y talentos. Siempre ha sido de lo que
podemos alcanzar por medio de Dios y el Espíritu Santo obrando en
nosotras.
Cuando emprendemos de la mano de Dios nuestros resultados son
diferentes. ¿Has escuchado acerca del vacío que sienten muchas personas
de éxito? De repente miramos sus vidas y pensamos, “si yo tuviera esos
logros no me sentiría vacía”. Bueno, si tienes a Dios en tu vida, nunca vas a
sentir ese vacío. Siempre vas a tener un sentido de propósito.
En tu emprendedurismo ten bien presente Romanos 11:36 que dice:
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por
los siglos. Amén”. Todos los días entrega tus talentos, esfuerzo y trabajo en
las manos de Dios. Si algo he aprendido a hacer todos los días es comenzar
en oración, entregando todo en las manos de Dios para que sea Él y el
Espíritu Santo en mí obrando en cada emprendimiento.
Mi oración en las mañanas incluye un clamor genuino de que Dios guíe
mis pasos, mis conversaciones, mis decisiones. Pero la compañía de Dios
en mis negocios no es solo por medio de la oración. Siempre he dado un
paso más, y es consagrar mi emprendedurismo por medio del diezmo y mis
ofrendas. Si vas a emprender de la mano de Dios, que Dios esté presente en
todo. Eso incluye la parte financiera.
Yo no hago negocios para perder. Los negocios se hacen para ganar y
producir financieramente. No solamente “De Jehová es la tierra y su
plenitud; el mundo y los que en él habitan” (Salmos 24:1), sino que
también tenemos que estar claras en que la Biblia claramente establece que
Dios es el dueño del oro y de la plata (ver Hageo 2:8). Te invito a
emprender con la conciencia de que lo hagas entendiendo que el dinero y
las posiciones que llegarán a tus manos no son otra cosa sino Dios
confiando en ti.
La mejor manera de emprender es de forma ordenada para darle paso a
una mayordomía fiel y en orden con Dios y su Palabra. Si administras bien
tu dinero para con Dios, así mismo serás rica para con Dios y no para los
hombres. La definición de riqueza no es una cantidad de dinero en el banco;
es un estado espiritual que te lleva a una forma de vivir espléndida, porque
así ha sido ordenado por Dios.
En tu emprendedurismo, clama como David, que decía: “Enséñame, oh,
Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que
tema tu nombre” (Salmos 86:11). No solo Dios está contigo en tu
emprendedurismo, sino que te guía. Para administrar un negocio,
especialmente las finanzas, necesitamos sabiduría. ¿Habrá mejor fuente de
sabiduría que Dios y su Palabra?
Emprender es un gran reto. Manejar finanzas diligentemente con
ganancia es un reto aún mayor. Este peso se hace más duro si alguna vez
has fracasado en algún negocio o has tocado fondo financieramente.
Cuando pones a Dios por encima y al frente de tu dinero puedes distanciarte
del “amor al dinero” que es lo que la Palabra de Dios condena en 1 Timoteo
6:10, y no el dinero como tal, como tantos han predicado erradamente. Tú
puedes ser rica, vivir sin avaricia y experimentar la presencia de Dios
entendiendo que Él no te dejará ni te desamparará como nos promete
Hebreos 13:5. Es con esta conciencia que puedes usar y producir dinero de
forma efectiva y con libertad. Busca la sabiduría de Dios para tu negocio,
entendiendo que el éxito financiero en tu negocio está íntimamente ligado a
lo que hagas con tu dinero para y con Dios.

PORQUE DIOS TIENE UN PROPÓSITO CON


TU EMPRENDEDURISMO
El verso favorito de mi esposo se encuentra en Salmos 37:23: “Por
Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él aprueba su camino”. Dios
no te ha dirigido en el camino del emprendedurismo por casualidad.
En tu mente finita, tú puedes ver los beneficios directos y marginales de
emprender. Pero los planes de Dios siempre están por encima de nuestras
expectativas y nuestro entendimiento. Los planes de Dios para tu
emprendedurismo son sobrenaturales y están empapados de su bondad y
amor por ti. Eso no se mide en dólares y centavos. El propósito de Dios en
nuestro emprendedurismo lo podemos percibir por medio de los talentos y
habilidades que nos ha confiado, las herramientas y recursos que nos ha
facilitado, y la abundancia y favor que nos ha concedido.
Dios es increíble. Tus expectativas de lo que Dios quiere hacer contigo
pueden llegar a un nivel que tu mente finita puede procesar, pero para Dios,
créeme cuando te digo que siempre son mayores.
1. El propósito de Dios te lleva a lugares donde solo tu emprendedurismo
te puede llevar a predicar el evangelio.
En mi primer viaje a Londres para trabajar con la franquicia de ropa de
mujer que representé por tantos años, hubo una noche donde nos
presentaron a la nueva presidente de la compañía. En la cena, me percaté de
que no estaban los 200 tenedores de franquicias que la marca tenía en aquel
momento. Solo habíamos 10. En la mesa, me di cuenta de que todos estaban
por encima de mí en volumen y experiencia con la franquicia, ya que yo
solo tenía una tienda que todavía no había abierto sus puertas, y a mi
alrededor estaban representados otros 9 países y todos tenían múltiples
localidades. Allí estaba incluso la manejadora de México que estaba
abriendo 10 tiendas al mismo tiempo, y Singapur que tenía más de 20
tiendas abiertas y funcionando.
Cuando me sentaron al lado de la nueva presidente de la compañía me di
cuenta de que no hay éxito terrenal que se pueda comparar con el favor y la
gracia de Dios. Presta atención: las sillas estaban asignadas y a la izquierda
de la nueva presidente se encontraba el Vicepresidente de operaciones y a
su derecha, esta pequeña pastora puertorriqueña que se reunía con la
franquicia por vez primera y cuya tienda ni siquiera estaba abierta todavía.
Eso solo lo puede hacer el favor y la gracia de Dios sobre mi vida.
Toda la noche pude conversar con la Presidente de la compañía y con
empresarios internacionales. Ellos hablaban de sus éxitos y estrategias;
compartieron sus planes de crecimiento. Yo pude tomar todo ese insumo y
aprendí mucho del negocio. Igualmente, pude compartir mis experiencias
en la empresa de ropa de niños y el mercado latinoamericano, y cómo Dios
me había guiado en cada paso de mi emprendedurismo. Dondequiera que
Dios me lleva doy testimonio de su poder e infinita misericordia.
Antes de culminar la noche, varios de los representantes de los países me
pidieron oración por sus familias, por sanidad y por sus finanzas. Si te haces
disponible para Dios, Él te va a llevar a lugares en tu caminar empresarial
para que des testimonio de su poder en tu vida. Así mismo por medio de
mis tiendas, Dios me puso delante de grandes artistas, personalidades del
gobierno, personas muy importantes y destacadas de mi país, donde he
podido mantener el testimonio de Dios impecable y mostrar una cara del
evangelio que muchos no conocen. Nuestra iglesia es conocida por que
muchos artistas, empresarios destacados y personalidades del gobierno nos
visitan y se congregan con nosotros. Lo que mucha gente no sabe es que
muchos de esos contactos llegaron a través de nuestras tiendas y negocios
seculares. Así es Dios, siempre va a usar lo que pongas en sus manos.
Emprender no se trata meramente de mi idea, mi desarrollo, mis talentos
y mi progreso. Pensar de esa manera nos hace centrar la atención en
nosotras mismas. Tu emprendedurismo no necesariamente se trata de ti. Por
medio de tu emprendedurismo Dios siempre tocará las vidas de otras
personas que se van a beneficiar, transformar e impactar positivamente.
2. Tu emprendedurismo se trata de esos a quienes vas a bendecir con tu
producto o servicios.
Tu emprendedurismo muy bien puede ser sinónimo de tu misión de vida
para bendecir al mundo. Tu emprendedurismo puede ser una forma de que
otros vean a Dios y sepan que Él existe, es real y está al alcance de ellos
también. Tu emprendedurismo tiene que ver con tus dones y talentos, pero
no se trata solamente de ellos, sino de aquellos a quienes vas a bendecir con
tus productos y servicios, o vas a tocar por medio de las puertas que se
abren delante de ti en tu crecimiento.
Como pastora doy gracias a Dios por predicar el evangelio a miles de
personas a diario. Pero te cuento que, como empresaria, sé que no
solamente estoy enriqueciendo la vida de quienes reciben los beneficios de
mis productos y servicios, sino que también me motiva el saber que mi vida
también ha inspirado a miles de mujeres a emprender. Bendecir a otros no
se hace solamente desde el ministerio. Tú puedes bendecir desde tu
emprendedurismo si ves tu negocio como un brazo de Dios para bendecir.
Gran parte de las ventas de la tienda de ropa de niños que operé por más
de una década en el centro comercial más grande de Puerto Rico se movía
con el mercado de ocasiones especiales. Es decir, el 75% de mis ventas eran
ropa fina que se utilizaba en bodas, bautismos, presentaciones y eventos
formales. Cuando salía a mis viajes a New York, California, Dallas en busca
de esos vestidos, yo no pensaba en la moda ni la ropa como tal. Yo veía una
familia, uniendo sus lazos alrededor de esos eventos, sabiendo que esas
memorias quedarían plasmadas en fotos alrededor de esos niños
impecablemente vestidos. En mis viajes de trabajo siempre oraba por cada
pieza creyendo que llegaría a las manos de una familia que experimentaría
esos momentos memorables para que la presencia de Dios se sintiera y
permaneciera con cada uno.
Muchas personas me preguntan cómo he podido cumplir durante tantos
años con el llamado de Dios por medio de mi pastoreado, y a la vez hacer
negocios exitosa e internacionalmente. Ahí está mi secreto. Mi
emprendedurismo ha sido tratado con la misma honra, respeto y dedicación
con la que he dado todo en el ministerio. Tanto he podido aplicar los
principios que gobiernan mi pastoreado en el emprendedurismo, como los
principios que utilizo para tener éxito en los negocios en mi pastoreado. De
hecho, considero a la Biblia uno de los mejores libros de negocios que
jamás he leído porque te va a guiar a manejar tu negocio en amor, y en
absoluta honestidad y ética moral. Ese es el modelaje de emprendedurismo
que nuestra sociedad necesita. Tú puedes tratar tu emprendedurismo como
tu ministerio si entiendes que más que vender y ofrecer tus servicios, tú te
dedicas a bendecir a otros por medio de lo que haces.
3. Dios te va a prosperar para bendecir su obra
Otra de las formas en las que sé que Dios tiene propósito en el
emprendedurismo es para financiar su obra. Como pastora conozco las
necesidades económicas del ministerio. Lamentablemente, muchos
feligreses no comprenden lo que cuesta el que ellos puedan tener un lugar
que llamen “casa de Dios y puerta del cielo”, donde congregarse, recibir
Palabra, ser cuidados, discipulados y empoderados. Predicar el evangelio
cuesta. Ganar almas cuesta. Regalar Biblias cuesta. Predicar por televisión
cuesta. Enviar misioneros cuesta. Tener un equipo pastoral para consejería,
atender matrimonios, familias y asistir a funerales cuesta. Sostener el
ministerio de los niños, jóvenes, y las facilidades que dicha operación
amerita cuesta. La operación de la iglesia, los canales de televisión, las
emisoras de radio, los edificios, los empleados son iguales que la operación
de cualquier negocio y por si no has recibido bien el mensaje, ¡cuesta!
Gloria a Dios por cada voluntario que sirve semanalmente y siembra su
tiempo. Gloria a Dios por cada persona que diezma y ofrenda. Y Gloria a
Dios por los que emprenden sabiendo que en su crecimiento también habrá
para expandir el reino de Dios y la predicación de la Palabra. Dios sabe que
no hay nada que Él nos dé a través de nuestro emprendedurismo que no esté
disponible para Él y su obra. Jamás divulgaría todo lo que hemos dado para
la obra y la predicación del evangelio desde nuestro emprendedurismo. Pero
sí te digo que soy altamente consciente de que todas las bendiciones de las
que disfruto a diario, como el vivir en salud, un matrimonio lleno de amor,
4 hijas hermosas, en salud y llamadas por Dios, a quienes puedo educar y
llevar de la mano; la libertad con la que puedo crecer, emprender, predicar,
desarrollarme; una familia que toda le sirve al Señor; y mi prosperidad
financiera, ¡todo se lo debo a Dios y a que he sabido hacer como dice Isaías
23:18: consagrar mis negocios a Jehová, no atesorar ni guardar nada de
Dios. Todo se lo debo a Él. Y todo le pertenece a Él.
Así mismo, uno de los elementos que ha hecho la diferencia en nuestra
iglesia y nos ha facilitado el predicar el evangelio al mundo entero, ha sido
otros empresarios comprometidos con Dios que reconocen que Dios los
bendice para que ellos puedan financiar la labor. Uno de los propósitos que
Dios tiene con tu emprendedurismo es, precisamente, poder contar contigo
para que su obra aquí en la tierra crezca y se perpetúe el evangelio.
Proverbios 11:25 nos dice que “El alma generosa será prosperada”.
Como emprendedora cristiana debes ser una mujer generosa para la obra de
Dios. Permite que tu negocio sea una herramienta que Dios pueda utilizar,
no tan solo para traer prosperidad financiera para ti y tu familia, sino
también para bendecir la predicación del evangelio y la perpetuación de la
obra de Dios. Sé intencional en tu dar a Dios porque la recompensa viene de
Dios y no solo de tu esfuerzo. Por tus fuerzas, podrás alcanzar “tanto”, pero
con Dios, no tienes límites.

PORQUE ENTRAS EN EL MUNDO DE


LAS POSIBILIDADES
Te repito: sobran razones para no emprender. Las imposibilidades están
por todos lados. Vivir glorificando los problemas es también una forma de
vivir. Hago una aclaración muy importante: jamás quiero quitarle el valor y
el mérito de tener un empleo. Recientemente, mi esposo hizo una diferencia
muy grande en un mensaje que entiendo que es apropiado resaltar.
La Palabra de Dios dice que Dios bendecirá o prosperará la obra de tus
manos y la gente piensa que la bendición viene por el trabajo. Dios nunca
dijo que bendeciría una posición como la de médico, ingeniero, abogado,
por ejemplo, sino una labor. El que trabaja para Dios en lo que sea, y
siguiendo sus enseñanzas, será bendecido. Rico es el que pone su labor en
manos de Dios. En el trabajo hay honra y Dios prospera y bendice la labor.
Dios no bendice a los empresarios solamente.
Hecha esa aclaración, todo trabajo es digno. Como empleada, realizas un
trabajo por un salario en un horario determinado en la mayoría de los casos,
y así debe ser porque un empleado no arriesga su dinero ni su tiempo. Un
empleado cumple objetivos y expectativas, y su finalidad es sostener esa
posición.
Siempre hay empleados con espíritu de emprendedores que aspiran a
crecer y escalar en sus empresas. Gloria a Dios por quienes actúan y
desarrollan sus funciones dentro de una organización como si se tratara de
su propio emprendimiento porque anhelan crecer. Tengo que decir que esa
rara clase de empleados yo los considero casi, casi emprendedores. Pero,
mientras estén bajo el mando y la dirección de otros, a pesar de todo el
esfuerzo que hagan no son emprendedoras, son empleadas.
Hay tres diferencias básicas entre una empresaria y una empleada.
1. Una empleada está limitada por un tope de crecimiento, mientras que
para una empresaria el cielo es el límite. Como empresarias y empleadas
debemos anhelar crecer en conocimiento, pero el compromiso de
aprendizaje jamás será el mismo si estamos aprendiendo para otra persona.
Al ser empleadas, siempre vamos a tener un tope salarial, de autoridad y
de dirección. Tu salario siempre va a estar limitado por el crecimiento de la
empresa, elemento del cual no tienes control porque la empresa está en
manos de su dueño y no en las tuyas. Como empleada, nunca tendrás
autoridad total.
Como empleada no podrás decidir la dirección en que se moverá la
empresa para la cual trabajas. Ese es un gran riesgo. Puedes entregar tu todo
en un trabajo, dar lo mejor de ti y por razones que de seguro puedes bien
desconocer, todo puede cambiar a tu alrededor y tú quedar víctima de
decisiones de otras personas para quienes tu bienestar y desarrollo no son
prioridad.
Uno de los estigmas que se tiene entre el emprendedurismo y el ser
empleado es la famosa frase de la “seguridad de un empleo”. Es posible que
te de algo de seguridad pensar que te va a llegar un cheque cada fin de
semana, quincena o mes. Pero, piensa bien: ¿cuán seguro es dicho ingreso si
las riendas de esa compañía están en manos de otra persona? Aunque
entiendo la premisa de pensar que hay seguridad en un empleo, la realidad
es que, si lo analizamos, especialmente en los tiempos de cambios y
globalización que vivimos hoy, un empleo es menos seguro que tu
emprendedurismo.
2. La segunda diferencia básica entre emprender y ser empleado está en el
resultado. Una empleada siempre es premiada por su labor. Ejecutar
funciones específicas, cumplir con un horario, y estar dentro de esa
descripción de trabajo es suficiente para mantener un empleo, en términos
generales; nunca una garantía absoluta. Y una empleada es premiada de
acuerdo con eso.
Sin embargo, la empresaria es premiada por resultados. Como empresaria
puedes bien o no cumplir un horario y funciones, y siempre y cuando se
produzcan los resultados, como empresaria vas a disfrutar de dichos
resultados y los beneficios que surjan. Por mis múltiples funciones como
autora, predicadora, conferenciante y pastora, jamás cumplí horarios ni
cuotas de ventas en mis tiendas, como tenían mis empleadas. Sin embargo,
como propietaria absoluta, luego de cumplir con los acuerdos con mis
empleadas, los beneficios quedaban para mí. Es decir, mientras haya
resultados, la empresaria es premiada, mientras que la empleada es
premiada solo por el cumplimiento de sus funciones asignadas.
3. La tercera diferencia entre ser empleada y emprendedora es que la
empleada tiene que seguir las reglas, la empresaria las establece. Para
desarrollar éxito empresarial podemos someternos a las reglas establecidas,
cambiarlas a nuestra conveniencia o romperlas. Pero, la empleada no tiene
esa libertad ni esa autoridad. La realidad es que, en el mundo laboral,
romper reglas puede significar perder nuestro empleo, mientras en el mundo
empresarial romper reglas puede significar maximizar nuestros recursos y
potencial.
Podría mencionar muchas más diferencias entre emprender y ser
empleada. Pero, si analizas estos tres puntos que aquí te expongo la
diferencia básica está en que la empleada es regida por el mundo de las
imposibilidades, es decir, todos los imposibles como falta de seguridad
laboral, límite de beneficios por resultados y entornos cerrados por las
reglas establecidas. Como empresarias vivimos en el mundo de las
posibilidades y ninguna de esas limitaciones nos detienen. Tenemos la gran
ventaja de experimentar posibilidades que expanden tu universo, y donde
las alternativas y oportunidades son del tamaño de nuestra fe.
Como empresaria puedes materializar cada idea que nace en tu mente,
corazón o imaginación porque no estás sometida a un techo que te detenga.
Cada talento, característica e idea que podemos aplicar a nuestros negocios
se convierten en posibilidades porque tenemos el control decisional y
conocemos aspectos que como empleadas jamás tendremos. Como
empleadas siempre es necesaria la búsqueda de una dirección y tienes que
someterte a esa dirección, mientras que la emprendedora crea un camino. El
emprendedurismo requiere riesgos, y a esos riesgos yo les llamo
posibilidades. Al emprender, en lugar de someterte al mundo de las
imposibilidades, te expones al mundo de las posibilidades, lo cual se
traduce en crecimiento, autoridad y ganancia.
3
Vence el miedo

La primera emoción que suele aparecer cuando anhelamos emprender es


el miedo. Dentro de esos miedos nos inunda el miedo a no “dar el grado”,
fracasar, el miedo a la incertidumbre (al no tener un trabajo estable), miedo
a las críticas (por faltarle a nuestra familia y matrimonio).

MIEDO A NO DAR EL GRADO


Como parte de nuestros miedos podemos llegar a pensar que no estamos
a la “altura” de ser una gran emprendedora. De repente hemos escuchado
las historias de mujeres como Oprah Winfrey, Carolina Herrera, Mary Kay
Ash y nos decimos a nosotras mismas “esa no soy yo”.
La Palabra de Dios no carece de mujeres destacadas. O sea, todas
conocemos los nombres y las historias destacadas de mujeres en la Biblia
que nos pueden inspirar a diario como Ester, Débora y Rut.
Ester fue una huérfana judía cuya posición cambió radicalmente hasta
alcanzar el más alto estatus social al convertirse en reina. Llegar a ese cargo
la puso en posición de salvar a un pueblo completo ante la amenaza de
destrucción que había sobre ellos. A Ester se le considera una de las
mujeres más valientes de la Biblia porque no le importó exponer su propia
vida para salvar a su gente. Sin lugar a duda, Ester 1:4 nos revela su
propósito. Tal y como nos muestra ese verso, Ester había sido llamada para
un tiempo como ese.
Débora fue una líder inteligente y dedicada. Era una mujer casada que
llegó a destacarse como líder del ejército, juez y profetisa en Israel. Dios
usó a Débora para dirigir con éxito el ejército israelita. Al leer la historia de
Débora en Jueces 4 y 5, de repente podemos llegar a pensar que en ella no
había dudas de sus habilidades. Su proyección es súper segura, sobre todo
porque era muy rápida para actuar. Su liderazgo era tal que Barac no estaba
dispuesto a guiar el ejército de Israel sin ella (ver Jueces 4:8). Su fe y su
seguridad inspiraron a todos.
Rut dejó su país y todo lo que poseía para seguir a su suegra con el deseo
genuino de servirle a Dios. Rut tomó una decisión difícil en un momento
inexplicable. Todas las mujeres de su familia habían enviudado en un
tiempo donde carecer de un esposo representaba grandes retos. Ante la
libertad que le dio su suegra de seguir su camino, y regresar a su casa, su
familia y su pasado, Rut escogió servir y seguir a Dios (ver Rut 1:16).
Ester había sido llamada para un tiempo específico. Débora estuvo al
frente y dirigió a un pueblo con poder. Rut decidió la incertidumbre de
seguir a Dios en un caminar inédito. Estas tres mujeres, como muchas otras
cuyos nombres conocemos, fueron altamente destacadas.
Así como estas mujeres son celebradas y hoy son un ejemplo de
levantarse por encima de las posibilidades, ellas no están solas. Hay miles
de mujeres que han logrado la misma hazaña de emprender hoy en día, al
igual que la Biblia relata la historia de muchas mujeres cuyos nombres ni
conocemos. De hecho, de esas mujeres no se escribirán grandes libros y sus
historias no serán tan destacadas como la de Mary Kay Ash, quien no solo
es considerada una de las emprendedoras más poderosas y destacadas del
siglo XX, sino que a décadas después de su muerte, continúa inspirando y
empoderando a mujeres para emprender.
El mundo está lleno de mujeres que han logrado grandes hazañas y lo han
hecho desde el anonimato. Una de las cosas que me maravilla a diario en mi
estudio de la Palabra de Dios es precisamente descubrir las mujeres que en
el anonimato cumplieron su misión y llevaron a cabo sus tareas con
excelencia.
No podemos olvidar a mujeres como la mujer samaritana, de quien no
conocemos su nombre, pero en unos pocos versos vemos su transformación
de ser una mujer de “dudosa reputación” por causa de sus decisiones
sentimentales erradas, a convertirse en una transformadora de una ciudad
completa.
No conocemos el nombre de la mujer de Proverbios 31 como tal, pero sí
sabemos que sus características nos dan cátedra a todas de virtud, y manejo
de su matrimonio, maternidad, emprendedurismo y relación con todos a su
alrededor.
No tenemos seguridad en cuanto al nombre de la mujer pecadora que
derramó el frasco de alabastro a los pies de Jesús. Siempre me he
cuestionado si ella había podido escuchar lo que se estaba murmurando de
ella en aquel lugar. Si así fuera, ¡qué admirable que un ambiente hostil no la
detuviera de mostrar su arrepentimiento y honrar a Jesús, al regar sus pies
con lágrimas y ungir al Maestro. Estoy segura de que, siendo un perfume
tan costoso y deseado, toda aquella casa se llenó de ese olor.
Al compararnos con estas notorias mujeres, podemos sentir que “no
damos la talla”. Nada más lejos de la verdad. No te bloquees ni permitas
que pensamientos de inferioridad te detengan de emprender. Ese
sentimiento de no “dar la talla” se manifiesta cuando pensamos en
emprendedoras y líderes altamente destacadas. Sin embargo, también
podemos ser inspiradas al conocer que por cada Oprah, Carolina, Mary Kay,
Ester, Débora y Rut hay miles de mujeres en el anonimato, que nadie
conoce sus nombres ni trayectorias, y lo han logrado. Además de inspirarte
por las conocidas, piensa por un momento en todas esas mujeres esforzadas
y emprendedoras desconocidas, y permite que ellas te inspiren también.
A diario entramos en contacto con mujeres destacadas en los negocios
que viven en el anonimato. Y esto es así porque cada día hay más mujeres
emprendedoras. En Ecuador, Chile, Brasil, Guatemala y Colombia más del
20 por ciento de los negocios son propiedad de mujeres.1 A nivel mundial el
porcentaje de pequeñas, medianas y grandes empresas con mujeres como
las principales propietarias es de 1 de cada tres.2
Estoy segura de que todas las semanas, haciendo tu mercado y tus
compras regulares, bendices a mujeres que emprenden con mucho esfuerzo.
De repente puedes pensar solo en el salón donde te haces el cabello o las
uñas, y en la chica que te vende tus productos de belleza. Pero, créeme que
muchas de tus compras en línea, los restaurantes donde comes, el puesto de
gasolina donde llenas el tanque de tu auto, son propiedad de mujeres. De
ellas no hay documentales en Amazon Prime, ni las ves en las portadas de
las revistas, pero son reales, y a diario rompen con los miedos que hoy tú
sientes y que te detienen de dar el gran paso de fe que es emprender.
No tener reconocimiento ni relevancia mundial no detiene a muchas
mujeres de trabajar arduamente día a día para echar hacia adelante sus
empresas, y no debe detenerte a ti tampoco. En mi libro Mujer, valórate
hablamos de las comparaciones. No pienses que por no estar a la altura de
grandes empresarias no mereces la oportunidad de lanzarte y desarrollar esa
idea de negocio que tanto anhelas.
Permita Dios que tu historia de emprendedurismo llegue muy alto y
motive a miles de mujeres. Si no fueras motivo de una entrevista en
televisión, si tu vida no fuera llevada a una película, eso no significa que tu
historia sea menos importante. A alguien vas a inspirar, a alguien vas a
bendecir y tu historia cuenta, aunque no sea contada. Sin embargo, recuerda
que hoy día los medios de comunicación son más asequibles que nunca.
Igual que tuviste el valor de emprender y lo lograste, no esperes por nadie;
atrévete a compartir tus experiencias con el mundo.

MIEDO AL FRACASO
Segundo, el miedo a fracasar puede estar relacionado con el pensamiento
de sentirnos expuestas ante el mundo, y anticipar que, si enfrentamos un
fracaso, estaremos solas en la mayoría de los casos. Te pregunto, ¿habrá
algo más normal y cotidiano que cometer errores? Súmale a esta realidad
que la mayoría de los fracasos no necesariamente constituyen errores
irreparables. No obstante, el miedo a fracasar deja a muchas mujeres
inactivas, las detiene de emprender.
Ante un fracaso debes aprender a valorar la situación, comenzando con
que no eres la primera ni la última mujer que fracasa. Aprender a mirar un
fracaso desde una perspectiva de valor hace toda la diferencia. Un fracaso
puede ser tu razón de quitarte, detenerte, esconderte y devaluarte, como
muy bien puede ser tu mayor experiencia de aprendizaje que te prepara para
todos los demás intentos. Pero nadie excepto tú puede tomar la decisión del
avalúo y experiencia de aprendizaje que asignas a cada fracaso o tropiezo
que te toque enfrentar.
Una herramienta que he encontrado valiosa ante los fracasos es la
anticipación. Hay una pregunta que hago mucho a mis clientes de coaching
porque ya perdí la cuenta de la cantidad de veces que ante momentos de
incertidumbre me he tenido que hacer a mí misma. La pregunta es, ¿qué es
lo peor que puede pasar? De joven, cuando mi hermana mayor y yo
queríamos pedir un permiso a nuestros padres para salir, mi hermana
siempre decía, ¿para qué preguntar si nos van a decir que “no”? Yo decía, si
no preguntamos aceptamos el “no” y será “no” 100 por ciento. Pero si
preguntamos, tenemos un 50% de probabilidad que nos digan que “sí”. Yo
siempre quiero vivir del lado de las probabilidades. Ante toda incertidumbre
siempre me pregunto qué es lo peor que puede pasar y esa sola pregunta
produce mucha libertad.
Si se trata de pedir un permiso, lo peor que puede pasar es que te digan
que “no”, y si no pides el permiso, la respuesta es “no”. Ante las decisiones
difíciles, al emprender hazte esa pregunta: ¿Qué es lo peor que puede
suceder? Por ejemplo, una de mis clientes de coaching tenía que tomar la
decisión entre continuar con su carrera profesional o dedicarse a su
emprendedurismo. Mi pregunta fue: “Si dejas tu empleo y emprendes y
fracasas, ¿qué es lo peor que puede suceder?”. Su honesta respuesta fue
“tener que volver a buscar un empleo como el que tengo ahora”. Ahí
entendió que no lanzarse era igual al peor escenario posible. ¿Puedes ver
esta gran verdad? El miedo al fracaso es el más grande fracaso de todos,
porque te cierras y no te das la oportunidad.

EL MIEDO SE RESUELVE ACTUANDO


Quizás para mí, por mi personalidad y experiencias de vida, es muy fácil
no permitir que el miedo me domine y me detenga. Pero, entiendo
perfectamente cómo el miedo puede detener a muchas mujeres. De hecho,
como pastora, es una de las áreas donde Dios más me ha usado para
ministrar a mujeres: erradicar los miedos de su vida.
El miedo se resuelve más fácil de lo que crees o piensas. Para terminar
con el miedo la respuesta está en una sola palabra que a nosotras nos
encanta recomendar, pero no necesariamente amamos aplicar: ¡la acción!
Nos encanta recordarles a nuestros esposos lo importante de alimentarse
bien por la salud, pero qué muchos desarreglos hacemos. Nos encanta
inculcar a nuestros hijos la importancia de la educación, pero desde cuándo
posponemos nuestro propio aprendizaje. Nos fascina darles a nuestras
amigas los consejos que nosotras mismas no estamos dispuestas a seguir en
muchas áreas. En lugar de hablar, recomendar y aconsejar, mejor ¡hagamos!
Si realmente quieres erradicar el miedo de tu vida para emprender con
éxito, debes tener en cuenta que la palabra “acción” va a pasar a formar
parte de tu vida diaria, porque el miedo se resuelve en acción. El miedo es
lo contrario a la fe. La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve. Por eso uno de los efectos inmediatos de la fe es la acción y
uno de los efectos absolutos del miedo es la inacción.
Si tú no mueves tu emprendedurismo, nadie lo hará por ti. No te vas a
levantar un día con tu negocio abierto y generando ganancias si no tomas
todas las acciones que has pospuesto por causa del miedo. Las cosas no
pasan por sí solas. Renuncia al miedo y tendrás la fuerza de oprimir el
acelerador de tu emprendedurismo y poner el timón en dirección a tu
crecimiento. Solo por medio de tu toma de decisiones y las acciones que
realices en pos de esas decisiones es que podrás poner tu empresa en
marcha. Repito, nadie tiene ni lo va a hacer por ti. Así de simple. Es tu
empresa, así que son tus decisiones, acciones y tu movimiento lo que le van
a dar a luz y la van a mantener. La acción es fundamental.
De hecho, la acción debe estar tan presente que te exhorto a procurar que
todos los días en tu agenda haya espacio para poner en marcha proyectos
que provoquen crecimiento a tu emprendedurismo. De repente, puedes caer
en la rutina y convertirte en aquello que es posible te haya tomado mucho
tiempo en dejar. Si en lugar de acciones de crecimiento, caes en el ciclo de
mantenimiento, inevitablemente te convertirás en empleada de tu empresa.
Tú puedes trabajar con todo en tu empresa, pero jamás con mentalidad de
empleada. Solo por medio de la acción intencional y consciente de traer
crecimiento te mantendrás emprendiendo. Agenda tus acciones de
emprendedurismo y crecimiento a diario y no perderás ni tu foco, ni tu
energía, ni tu tiempo. No te hundas en las múltiples tareas que pueden llenar
cada hora de tu calendario, sin sacar la cabeza a flote, y mirar al futuro y a
la dirección que tu empresa debe tomar. Como empresaria eres responsable
de cada paso que des.
Para emprender y crecer, tienes que soltar los miedos, sean cuales sean.
La acción consciente e intencional es tu mejor herramienta para enfrentar la
resistencia que produce el miedo. Hay cosas que no se van a ir de nuestra
vida, y nos toca atravesarlas. Salmos 84:6 nos habla del “valle de lágrimas”,
esos momentos adversos que nos toca vivir a todas. Pero dice que
“atravesando” ese valle, se cambia en fuente. El valle de lágrimas, es decir,
los retos que enfrentamos nunca están ahí para que permanezcamos en
ellos. Solo permanecemos por medio de la inacción, y los atravesamos por
medio de la acción. Para fortuna y bendición, nuestro Dios es tan bueno que
claramente nos dice que cuando los atravesamos no solamente tenemos el
beneficio de ya no morar en ellos, sino que también tenemos la capacidad
de transformarlos en fuente.
Actúa, toma decisiones y muévete sin miedo, aunque sientas que te estás
moviendo por impulsos. Tu intuición en muchas veces funciona como una
gran consejera. No puedo decirte que te tires a lo loco a nada. Pero no
permitas que la incertidumbre y el miedo te detengan. Piensa siempre en
¿qué es lo peor que puede pasar”, mide y piensa, y es probable que veas que
ya estás viviendo en el peor escenario. Lánzate, prepárate para lo peor y
siempre espera lo mejor.

OTRAS HERRAMIENTAS PARA VENCER


EL MIEDO A EMPRENDER
Para no detenerte de emprender te exhorto a aprender, dedicar el tiempo
necesario y mantener la pasión con la mejor actitud posible, ante todo. No
seas escasa. Hacer uso de todo lo que tengas en tu mano, a tu alcance, para
emprender, es la única forma que podrás decir con propiedad esa famosa
frase de que “le estás dando con todo”. ¿Qué es todo? Todo recurso, idea,
aprendizaje que hayas tenido. Y es que para emprender necesitamos
maximizar todo recurso a nuestra disposición y no escatimar en nada.
La diferencia entre el miedo y tus acciones está en tu aprendizaje. ¿Qué
necesitas aprender para dar tus pasos con firmeza y no detenerte? Esta
pregunta no debes hacerla solo en tus comienzos. Esta pregunta debes
hacerla en los diferentes puntos de referencia de tu negocio. El aprendizaje
es una de las herramientas más efectivas para erradicar el miedo. Estudia.
Edúcate. Ve a conferencias. Lee libros sobre todo lo relacionado con tu
industria y todo lo que se mueve alrededor de ella. Algo que he aprendido
es que la rueda ya está inventada. Yo solo necesito saber quién tiene la
rueda más eficaz y aprender de esa persona. En toda industria hay una
ciencia y esa ciencia está al alcance de nuestra mano si nos esforzamos en
encontrar la fuente de educación necesaria.
Otro elemento que produce miedo es el tiempo. Para emprender con éxito
tenemos que entender que no solamente todo tiene su ciencia, sino que los
buenos resultados requieren tiempo. Los éxitos de la noche a la mañana no
son tan instantáneos como parecen. Cuando corro, escucho audiolibros. En
su libro titulado Emprendedurismo, Dave Ramsey, a quien considero un
gurú financiero, explica cómo tuvo que erradicar de su equipo la idea de
que sus libros se habían convertido en una sensación instantánea al ser
destacado en programas de televisión como Oprah y 60 minutes. En ese
momento sus libros se agotaron a nivel nacional como suele suceder. Pero
haber llegado ahí no fue instantáneo como suele lucir. No fue como que
escribió el libro lunes, lo imprimió martes, Oprah lo llamó miércoles, salió
en el programa jueves y el viernes ya era una sensación. ¡Nada más lejos de
la verdad! Dave había invertido años, sangre, sudor y lágrimas en su
equipo, libros, métodos y conocimiento y no fueron de la noche a la
mañana. Todo requiere tiempo. Vence el miedo a invertir el tiempo
necesario porque puedes estar segura de que a su tiempo rendirá resultado.
Muchas veces la pasión se apaga ante la necesidad. Esa mentalidad
limitante que todo lo transfiere en dinero no te va a ayudar en tus
comienzos. Créeme que mucho más efectivo que el dinero es el aprendizaje,
por ejemplo. No pienses que necesitas grandes cantidades de dinero para
emprender, o incurrir en préstamos. No hace falta pedir dinero. Con el
dinero que tengas o que te vaya entrado, sea este mucho o poco, sé diligente
y verás los resultados. En dos de mis negocios, fui muy específica a las
personas que me los vendieron. Les dije: “No tengo el dinero y no voy a
tomar un préstamo, pero si me permites operar el negocio, de la ganancia te
pago”. En dos ocasiones he usado ese modelo para financiar mi entrada a
dos grandes negocios. Los dueños anteriores ya no querían operar y con mi
compromiso y palabra me dieron la oportunidad. En ambas ocasiones saldé
mi compromiso antes de tiempo. Pero, si me detenía por “no tener el
dinero”, mi pasión por emprender e incursionar en dichas industrias se
hubiera apagado y hoy la historia sería diferente.

1
Consulta en línea: https://es.statista.com/grafico/19263/paises-con-mas-
mujeres-emprendedoras/
2
Consulta en línea: https://blogs.worldbank.org/es/datos/se-necesitan-
estadisticas-sobre-las-mujeres-emprendedoras
4
Derrota las creencias limitantes

Una creencia es aquello que aceptamos con certeza absoluta. Las


creencias son ideas interiorizadas en nuestro ser de forma consciente o
inconsciente que le dan forma a nuestra decisiones, actos y futuro. Hay
momentos en que nos movemos por creencias que no necesariamente
hemos analizado conscientemente porque muchas de nuestras creencias se
internalizan sin darnos cuenta.
Gran parte de nuestras creencias se forma en nuestra infancia. Para mí, la
capacidad de emprender es una creencia que pasó de generación en
generación, dado el caso de que todos mis antepasados fueron
emprendedores. Yo convertí en una creencia la frase que mi papá repetía
constantemente que “es mejor tener una onza de negocio que una libra de
trabajo”. Esa frase se convirtió en mía, porque la internalicé y con
sinceridad la creo.
Nuestro éxito o fracaso empresarial va a ir de la mano de nuestras
opiniones, convicciones y nuestras ideas concebidas. Todo aquello que no
está dando los resultados que anhelamos en nuestra vida está relacionado a
creencias limitantes.
Las creencias correctas nos afirman y nos desatan. Pero, no estamos
exentas de creencias limitantes. Estas creencias nos bloquean, sabotean y
detienen nuestro emprendedurismo y nos restringen de alcanzar nuestros
objetivos. Existen una serie de creencias limitantes que atacan al
emprendedurismo. Lamentablemente han sido ideas que no son reales, pero
que se han hecho reales para algunas mujeres y hoy esas creencias les
dificulta el emprendedurismo que tanto anhelan.

EMPRENDER ES MUY DIFÍCIL


Comencé a emprender a los 12 años. No soy la única niña que conozco
que haya emprendido, ni seré la última. Hay muchos ejemplos de niños que
han emprendido en grande y son reconocidos mundialmente. Por ejemplo,
Ryan Kelly comenzó a los 10 años su negocio de golosinas saludables para
mascotas. Cory Nieves desarrolló su negocio de ventas de galletas y
chocolate caliente a domicilio a los 6 años y llegó a vender 50,000 galletas.
Noa Mintz generó una compañía de conectar familias con niñeras a la edad
de 12 años. Su negocio llegó a ser reconocido en la revista Times cuando su
compañía Nannies by Noa comenzó a generar ingresos de $375,000. Así
como el negocio de Noa fue reconocido en Times, revistas como Forbes se
han visto forzadas a crear listados anuales de los niños más audaces en su
emprendedurismo porque, así como existe la famosa lista de 40 under 40
que reseña la vida de hombres y mujeres destacados en sus industrias y
menores de los 40 años, existe un listado llamado 18 under 18 que reseña la
vida de destacados jóvenes empresarios menores de 18 años.
Como Ryan, Cory y Noa hay miles de niños a nivel mundial que han
llevado una idea sencilla que nace de la identificación de una necesidad y lo
han convertido en un negocio. Es cierto que detrás de estos niños sabemos
que seguro hubo adultos que los apoyaron, pero no es menos cierto que a su
corta edad vieron oportunidades que adultos suelen ignorar porque sus
paradigmas y temores, es decir, creencias limitantes, los bloquean.
Pero de todos los niños me llama mucho la atención Henry Patterson,
conocido a nivel mundial como uno de los empresarios exitosos más
jóvenes del mundo, ya que antes de los 10 años había desarrollado 3
exitosos negocios. Henry tuvo sus comienzos en el desarrollo de negocios
relacionados con la niñez. Uno de sus negocios más conocidos se llama “No
antes del té” y vende golosinas a través del Internet. Refiriéndose a sus
productos, Henry dijo una frase que lo hizo famoso: “Nadie conoce mejor
los gustos de los niños, que un niño”.
Ahí está la clave para entender que emprender es más fácil de lo que
piensas. Así como Henry y todos estos niños lo han logrado, tú puedes
lograrlo también porque siempre emprendemos desde lo que conocemos.
Henry sabía las golosinas que los niños querían. Ryan identificó las
golosinas que necesitaba su mascota y las comercializó. Cory vio una
necesidad de darle acceso a sus vecinos a tener galletitas y chocolate
caliente disponible y que llegara a la puerta de sus casas. Noa entendió que
los padres necesitaban ayuda para escoger buenas niñeras y diseñó la forma
de hacerlo.
A todo niño emprendedor lo mueve la curiosidad, que cuando se une con
pasión y determinación, siempre genera resultados extraordinarios. Pero esa
curiosidad nace desde dónde están, con lo que son y conocen. Si te digo que
emprender es fácil te miento. Pero tampoco podemos decir que es imposible
si todos estos niños lo lograron con éxito con ideas sencillas. Todos estos
niños nos demuestran cuán valiosa es una idea que puede ser creativa y
hasta disparatada, pero que con entusiasmo se puede convertir en un
negocio rentable.
Un elemento que tiene que haber ayudado a estos niños a emprender es el
hecho de que seguro no tenían en su cabeza los prejuicios relacionados con
el miedo a fallar. Para ellos su emprendedurismo se ve como una aventura y
no como si hacen el ridículo, como lamentablemente se limitan muchos
adultos.
Emprender es menos difícil de lo que piensas, si rechazas las creencias
falsas. De hecho, no tienes que ser un niño para aprovechar oportunidades
que hoy tanto entidades públicas como privadas ofrecen para impulsar a
emprendedores. El emprendedurismo se hace más fácil cuando lo hacemos
aprendiendo, disfrutando y empujándonos a nosotras mismas como lo
hicieron estos niños.

PARA EMPRENDER HAY QUE TENER


MUCHO DINERO
Desde que comencé a pastorear junto a mi esposo en el año 1994 he
atendido a miles de personas que nos han pedido oración, un consejo o
sabiduría para enfrentar situaciones financieras. Los resultados financieros
de una persona están relacionados con sus creencias acerca del dinero y no
con el dinero como tal. Puedes pensar que necesitas más dinero para salir a
flote, cuando en realidad administrar correctamente lo que tienes es una
mejor estrategia para vivir bien.
En el emprendedurismo surgen un millón de preguntas y pensamientos
que nos detienen como, por ejemplo: “pero ni yo me sé administrar”,
“¿quién me podría prestar?”, “no tengo ahorros para emergencias, menos
voy a tener para emprender”, “quiero emprender, pero no quiero
endeudarme”, “si emprendo, ¿quién me paga a mí?”. Todas estas frases,
alguien me las ha dicho convencido de que ahí están sus razones financieras
para no emprender. Si te fijas, todos tienen que ver con creencias
financieras y no con números y centavos, más o menos dinero.
Para administrar no tenemos que ser genios matemáticos. Con entender
que no debemos gastar más de lo que generamos y que cada gasto debe
tener una congruencia con lo que estamos recibiendo a cambio, tienes
suficiente base como para administrar efectivamente. Si recibo $1,000 no
puedo gastar ni un centavo más de eso. Y un bloque de papel vale unos
cuantos dólares y no cientos de dólares. Eso es administración, así de
sencillo. Los temas de impuestos, planillas y formas gubernamentales, si no
son tu área de peritaje, deja que un profesional los maneje. En estas cortas
líneas hemos resuelto el infinito misterio de lo que es administración
efectiva.
Las finanzas de un negocio tienen muchas vertientes. Al comenzar a
emprender no contaremos con un ingreso fijo del negocio, no tenemos
conocimiento de los créditos de bancos y sus intereses, ignoraremos los
programas o redes de apoyo privados y gubernamentales de apoyo al
emprendimiento, al igual que las fórmulas de trabajo para socios o aliados
clave, etc. Mucho por aprender. Mucho por explorar.
Así como despedazamos la creencia de que “no sé administrar”, en unas
cortas líneas hoy te hace sentido que cualquiera puede administrar
siguiendo unas reglas básicas que deben ser sentido común para todos. De
esta forma se vencen todas y cada una de las creencias falsas que tenemos
acerca del dinero, igual que esa falacia de que para emprender necesitamos
mucho dinero. Analiza la raíz de esa creencia, desmenúzala y trabaja con
cada aspecto a la vez, hasta que resuelvas y puedas transformar la
imposibilidad en posibilidad.
Existen muchas formas de comenzar un negocio. Entre todas esas
fórmulas hay miles en las cuales no necesitas dinero para comenzar o
necesitas muy poco. Solo piensa en que ninguna historia de éxito
empresarial empieza con “una vez conseguí el millón de dólares que
necesitaba para lanzar mi idea con éxito”. Los grandes emprendedurismos
empiezan desde abajo y desde cero. Si no tienes nada, y nada de nada, no
como cuando decimos que no tenemos nada para ponernos con un closet
lleno de ropa, estás en el lugar correcto.
Con ese mismo pensamiento de cuando decimos que en el closet no
tenemos nada que ponernos, la realidad es que muy pocas veces, nada es
nada. Si tu negocio en efecto necesita algo de dinero para comenzar, te
pregunto, ¿cuánto quieres ese negocio? Te garantizo que siempre habrá algo
que puedes hacer. Por ejemplo, si necesitas algo de dinero para poner tu
idea a funcionar, o tú dices, mira, quiero tener seguridad financiera de tres o
seis meses de mis gastos para poder lanzarme, pues encuentra ese dinero.
Tú dirás: “Ay pastora, pero ¿cómo así?”. Pues ¡sencillo! Desconecta todos
los gastos innecesarios como servicios de televisión, comida afuera,
aplicaciones que pagas y no usas, y no compres nada, hasta que tengas esa
cantidad que necesitas. Hazlo por el tiempo que sea necesario. Luce como
un gran sacrificio y lo es. Pero sin sacrificio no vas a ver la recompensa.
Para resolver los problemas financieros tenemos que cambiar lo que
creemos en cuanto al dinero. Deja de pensar que no tienes. Comienza a
pensar dónde tengo este dinero. ¿Está en tu closet en ropa que no te pones?
Pues vete y véndela. Hay mil aplicaciones en Internet para vender tu ropa
usada. Hazlo. ¿Está en reducir tus gastos? Pues decídete. Múdate a una casa
más pequeña, cambia el auto por uno que gaste menos, disciplínate en tus
comidas y no gastes dinero fuera de la casa. Haz lo que tengas que hacer
porque el dinero está ahí, está a tu alrededor. Solo falta disciplina,
compromiso y creatividad para ponerlo en tu idea de negocio y no en lo que
tradicionalmente lo has gastado. Así mismo hay muchas cosas que puedes
hacer para generar algo extra de dinero y tener ese capital que necesitas.
Vende algo. Trabaja extra. Pregunta a personas cuánto te pagarían por
resolverles algún problema. Haz todo esto hasta que tengas lo que necesitas.
No hay falta de dinero. Hay falta de ideas para encontrarlo. Hay falta de
disciplina para acumularlo. Hay falta de creatividad para producirlo. Pero
falta de dinero no hay. La escasez no existe. Y para emprender no necesitas
grandes fortunas, la idea es convertir nada o poco en mucho. En Éxodo 4,
Moisés estaba ante la encrucijada de ir delante de Faraón a exigir la libertad
del pueblo. Comenzó con todas las excusas posibles. No me creerán. No me
oirán. Y Dios le dijo, “¿Qué tienes en tu mano?”. Independientemente de lo
que el pueblo pensara, si le creían o lo escucharían o no, Dios le dijo en
otras palabras, “comienza con lo que tienes”. A ti te digo, mujer, el dinero
no te falta, está ahí cerca de ti. ¿Qué tienes en tu mano? Actúa hoy con eso
simple y permite que tu deseo sea más grande que tu necesidad y está
dispuesta a sacrificar y multiplicar lo que tengas en tu mano hoy.

TENGO UNA BUENA IDEA, PERO SOY MUY TÍMIDA


PARA EMPRENDER
Existe esta falsa idea de que los emprendedores son extrovertidos, gente
sociable, con personalidades encantadoras y únicas. Esta creencia también
es falsa. Muchas personas no conocen la realidad de que aún una persona
simpática y afectuosa puede ser tímida. Quítate de la cabeza ese
pensamiento de que no sabes trabajar con gente porque eres tímida. Hasta el
día de hoy has trabajado con miles de personas, a menos que hayas estado
toda tu vida en aislamiento, en una burbuja en alguna galaxia lejana.
La timidez no tiene que debilitarte o quitarte la posibilidad de emprender.
Pensar que la timidez te detiene es lo único de la timidez que te puede
detener. En la timidez hay muchas formas en las que se puede beneficiar tu
emprendedurismo. Las personas tímidas suelen ser más enfocadas en su
tiempo a solas, lo cual es una gran ventaja para esos momentos en los que
hay que estar enfocada en el trabajo. Las personas tímidas suelen hablar
menos, y por consiguiente escuchar más. La capacidad de escuchar del
tímido es una fortaleza para emprender y no una debilidad. El tímido
generalmente no disfruta hablar en público, pero nada le detiene de hacer lo
mismo: lanzar su propuesta de negocio en grupos pequeños y controlados.
Con la preparación correcta y practicando con sus amigos y familiares,
cualquiera puede desarrollar la confianza suficiente para emprender.
Si analizas bien, la timidez se puede convertir en tu ventaja. No dejes de
enfrentar las situaciones características del emprendedurismo y a las
personas por timidez. Piénsalo de esta manera: has trabajado con personas
toda tu vida y merece el esfuerzo superar tus pensamientos de timidez para
emprender.
Por otro lado, he visto personas altamente tímidas transformarse ante una
pasión real. Personas que apenas miran a alguien a los ojos, ante una
oportunidad puedes ver cómo se le iluminan los ojos, y el entusiasmo por su
negocio hace que sobrepasen las fronteras de la timidez. La inquietud y la
falta de confianza se van cuando puedes ver una puerta abrirse a tu favor, y
entiendes que te corresponde entrar por ella.
NO TENGO TIEMPO PARA EMPRENDER
Para mí, de todas las creencias limitantes esta es la peor porque pobres y
ricos tienen las mismas 24 horas en cada día. O sea, si alguien tiene más
inteligencia que tú, eso te lo acepto. Si alguien tiene más dinero que tú, lo
puedo entender. Si alguien tiene un mayor talento que el tuyo, pues chévere,
no todos somos iguales. Pero no me puedes decir jamás que alguien tiene
más tiempo que tú en un día porque todos tenemos las mismas 24 horas,
1,440 minutos y 86,400 segundos. Todos los días de todos los seres
humanos están compuestos por el mismo tiempo, nadie tiene más ni menos.
Esta es la excusa más frecuente que escucho para no emprender y la
mentira más grande que puedes creer. En el emprendedurismo no hay
jornada establecida, a cada emprendedora le toca decidir cuánto tiempo va a
invertir en su negocio. En un trabajo tradicional tienes que hacer tantas
horas y a tales horas. En el emprendedurismo trabajas equis cantidad de
horas por equis cantidad de días a la semana, establecidos por ti y solo por
ti. No hay una jornada establecida y cada uno decide cuánto tiempo
invierte.
El tiempo es un valioso recurso que, si lo sabemos administrar bien,
rendirá frutos siempre. En el tiempo están entendidos los conceptos amplios
que se aplican a diversos contextos, entre ellos, lo que es una hora, día,
semana, mes, años, década, siglos. Pero es mucho más que eso; para
describir el tiempo también se usan conceptos como épocas y periodos. De
ahí que las estaciones de un año nos describen el tiempo (en términos
climáticos) que vamos a pasar. Aunque estamos expuestos a regirnos por
los tiempos que vivimos en términos de lo externo, tú y solo tú decides qué
haces en tiempo real con tu tiempo.
Por ejemplo, la pandemia que hemos vivido en este último año para
algunos fue una pérdida de tiempo porque su vida se detuvo. Para otros fue
una oportunidad de estudiar, aprender, ejercitarse, porque tenían un tiempo
en casa que nunca habían tenido antes. Para un número inesperado, fue el
momento perfecto para planificar la opción de emprender o para iniciar el
negocio oportuno, unos porque tuvieron tiempo de pensar, o se quedaron
sin empleo, u ocurrieron las mejores condiciones para suplir servicios y/o
productos necesarios. Parece ironía, pero la creatividad reinó en nuevos
negocios y muchas empresas multiplicaron sus oportunidades. Como bien
aprendimos en la teoría de la relatividad de Einstein, donde se nos enseña
que cualquier medida de tiempo depende de las condiciones del observador,
tu medida de tiempo depende del valor que le des, la destreza con que lo
organices y las expectativas que tengas del mismo.
Eclesiastés 3 nos enseña que todo tiene su tiempo. De acuerdo con la
importancia que le des a tu emprendedurismo, va a ser la importancia que le
des al tiempo que dedicarás al mismo. Tampoco se trata de vivir ajorados,
corriendo para hacer el tiempo de emprender, y sacrificando nuestra salud y
bienestar al hacerlo. Es posible que, si estás así ofuscada y no midiendo
consecuencias con el tiempo, alguien te diga: “Sé paciente, que Roma no se
construyó en un día”. Esa frase es cierta y nos revela que las cosas toman
tiempo. Pero más que hablar del tiempo que se necesita, en realidad habla
de la consistencia y perseverancia que necesitamos para alcanzar nuestros
objetivos. Toda tarea costosa requiere de esos dos ingredientes.
Si te esfuerzas en organizar tu tiempo, podrás conseguir todo lo que te
propongas. Nada se consigue posponiendo. Si andas dejando para después
el emprender y moviendo la fecha por cualquier cosa, no lo adjudiques a no
tener tiempo, sino tal vez a que no he identificado en qué tiempo hacerlo”.
Conozco a una empresaria que respondía “no tengo tiempo” hasta que hizo
una introspección. Concluyó que, para ella, esa frase no es válida, además
de que no quiere declarar que carece de tiempo. Siempre está ocupadísima,
pero entendió que su “no tengo tiempo” escondía una actitud inconsciente
de no revisar su uso del tiempo. Entonces decidió que la pregunta apropiada
para ella es: ¿quiero hacer el tiempo? Y revisó algunas prioridades.
Emprender es un acto de fe. A la fe hemos sido llamadas. Tan pronto te
muevas hacia emprender, irás de la mano de Dios. Él te abrirá las puertas y
te dará su favor. Con Él todo va a estar bien. Reconoce tu prioridad de
seguir el propósito de Dios y no esperes “tener el tiempo”. Haz el tiempo
para empezar.
Si has promovido, creído y detenido tu lanzamiento a emprender por
cualquiera de las razones expuestas, es momento de detenerte, analizar y
cambiar esos modelos que hoy puedes ver que no son realidad. Lo que hasta
hoy supones como verdadero, es falso. Tú puedes superar las dificultades de
emprender.
No necesitas tener grandes cantidades de dinero.
La timidez puede ser tu fortaleza. No te tiene que detener.
Tienes tiempo. Organízalo.
Descarta tus creencias limitantes, es más, reescríbelas.
Es posible que muchas de esas creencias estén plasmadas en tu
inconsciente. Hoy date espacio mental para reconsiderarlas, volverlas a tu
favor y convertirlas en razones para emprender. En lugar de decirte “no
puedo emprender, no tengo dinero”, dite a ti misma: “No tengo dinero, pero
puedo y debo emprender AHORA”. Un gran deseo bien cimentado en la
mente y el corazón, con Dios de tu parte, solo requiere fe y ¡acción!
5
¿Qué te distingue?

Como mencioné anteriormente, no existen unas características únicas y


constantes en todas las empresarias del mundo. No podemos decir que todas
las empresarias son extrovertidas, arriesgadas, inteligentes, hábiles con el
dinero. Toda empresaria es diferente y emprende por razones diferentes.
Diversas investigaciones han analizado la personalidad, las destrezas y
las cualidades de los emprendedores. Muchas de estas investigaciones
coinciden en que existen factores psicológicos que los caracterizan, pero
todavía no existe una teoría única que pueda explicar la conducta compleja
del emprendedor. Creo que podemos estar de acuerdo en que muchos
emprendedores tienen dentro de ellos motivaciones suficientemente fuertes
para moverlos a emprender en aquello que aman, entender aquello en que
son buenos y monetizar con eso. Pero transformar esto en un listado de
único de características semejantes en todos no es una realidad.
Sin embargo, por medio de la secuencia de pensamientos que hemos
llevado en esta serie de libros te aseguro que como empresaria puedes
encontrar tres elementos principales que te distinguen y son tu valor, tu
sueño y tu creatividad.

TE DISTINGUE TU VALOR
Lejos de caer en las frases trilladas de “tú eres única”, “nadie es como
tú”, en mi libro Mujer, valórate, te expongo las razones naturales y
espirituales por las cuales el valor de una mujer es incalculable. Tu valor
como empresaria está relacionado con tus experiencias y los elementos
únicos que componen tu ser y que no se repiten en nadie más, por lo cual,
aunque no se pueden cuantificar con todo el dinero del mundo, sí puedes
monetizar al aplicar tu unicidad a tu experiencia como empresaria.
Mi experiencia estudiantil y lo difícil que fue para mi mamá trabajar
conmigo por mis habilidades y destrezas me llevó a promover un programa
especial en nuestra escuela que trabaja específicamente con estudiantes
dotados. Hoy esa división representa un gran por ciento de los ingresos del
colegio, pero no salió de estadísticas ni de movimientos de mercado. Esa
división salió de mi experiencia única como estudiante dotada que encontré
muy poca ayuda y muchos tropiezos.
Lo mismo sucede con nuestro programa en línea en el colegio. Este
programa comenzó en el 2011. Nuestro programa no nació de la pandemia,
sino de mi deseo de que mis propias hijas, hoy adultas, tuvieran la
oportunidad de estudiar desde cada hogar con la estructura del colegio, y
que pudieran tener más tiempo y de calidad con sus padres, que viajamos el
50% de nuestro año. Tu valor te distingue y te permite monetizar.
La distinción especial de mi experiencia de vida única dio paso a dos
programas que hoy son columnas financieras de nuestras instituciones
educativas. Así mismo tu valor te hace consciente de áreas que se pueden
convertir en tu asignación especial. Esta asignación te permite ser influencia
por medio de tu propósito y crear un impacto para producir los resultados.
No es casualidad, es causalidad y propósito que seas quien eres con tus
experiencias únicas para ese emprendimiento que arde en tu corazón.
Recuerda a esas mujeres empresarias distinguidas que te mencioné al
principio, y esas mujeres bíblicas. Tú no eres diferente a ninguna de ellas.
Ni Oprah ni Ester tienen una experiencia más única que la tuya. Ellas
maximizaron su experiencia única y su valor para obtener los resultados que
tú y yo admiramos hoy, y tú también puedes hacer lo mismo.
La mujer que conoce su propio valor se sabe segura de sí misma y no
duda en expresar su visión, andando a paso seguro para concretizar su
emprendimiento. Los demás perciben y respetan que ella sabe quién es y lo
que es capaz de hacer, y confían precisamente en esa misma seguridad que
ella proyecta. Es un sello de distinción que muchos apoyan y les da la
solidaridad que ella necesita para emprender. Cuando tú te valoras, los
demás te valoran y se tornan en aliados.

TE DISTINGUE TU SUEÑO
En mi libro Mujer, sueña cité una escritura que ministra a mi vida a
diario. Isaías 54:1-7 dice:
Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da
voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los
hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.
Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean
extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.
Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu
descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas. No
temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás
afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la
afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu
Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo
de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Porque como a mujer
abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de
la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento
te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.

El panorama físico y emocional que toca el tema de la infertilidad me


apasiona porque es parte de mi historia. Por 10 años no pude concebir y
tuve que lidiar con la insensibilidad de muchas personas que no saben tratar
con mujeres infértiles, el desgaste emocional que produce cada ciclo de
menstruación y la invasión a la privacidad buscando alternativas para
concebir. Ante este panorama tan sensible Dios le dice a la estéril
“levántate”, “da voces”, “ensancha”, “alarga”, “refuerza”. Si estas no son
palabras que te mueven en tu emprendedurismo, entonces no sé qué estás
esperando escuchar.
En Mujer, sueña prestamos atención en que muchas veces nos movemos a
la inacción al creer esa frase que suena muy espiritual de “espera en el
Señor, y Él hará”, mientras claramente Dios nos dice que hagamos nosotras.
No podemos ser victimas de la inacción y atrasar la definición de nuestros
sueños. Mi invitación a no ponerte límites y a dar definición a tu sueño es la
misma.
No creas y no aceptes excusas para no diseñar tus sueños. Pero, en esta
ocasión quiero ir más allá. De todas esas frases que nos imparte Isaías 54,
hoy quiero prestar atención especial a “da voces”. Claro, el levantarte,
ensanchar, alargar y reforzar casi parecieran frases más cónsonas con tu
emprendedurismo. Lo son. No les quito el mérito y tú debes activar todos
esos verbos en tu emprendedurismo. Pero para mí nada es como “dar
voces”. “Dar voces” significa publicar algo, manifestarlo con palabras, en
voz alta, a veces con gritos…
¿Por qué insistimos en esconder nuestro deseo de emprender? Porque no
entendemos que para nuestro emprendedurismo es vital el publicar y
aprender a confesar en altavoz nuestro deseo. El anonimato es cómodo, de
hecho, es una de las formas principales de mantenerse en la zona de
comodidad. Sin embargo, hablar claro produce un poder interior como
pocas cosas en la vida.
Hablar fuerte y claro es un detonante de poder para toda mujer. Y aclaro
que fuerte no quiere decir a gritos. Me refiero a que tu mensaje sea
contundente y definido. Todos conocemos la importancia de la
comunicación por su incidencia en los resultados en todas las áreas de
nuestra vida, especialmente las relaciones. Los medios de comunicación, el
marketing digital, la comunicación política todos tienen su importancia en
nuestro alrededor y las diferentes facetas de nuestra experiencia de vida. De
aquí podríamos hablar profunda y extensamente del tema de la
comunicación emocional. Pero quiero mantenerme en este mensaje. Tu
habilidad comunicativa de expresar con claridad, fuerza y sin tapujos tu
intención y deseo de emprender será un elemento integral de tu desarrollo
empresarial.
Si no puedes decir qué vas a emprender, ¿cómo vas a ir a la acción? Es
aquí donde la tenacidad de definir tu sueño es tu aliado en tu distinción
como empresaria. El camino que te lleva a la definición de tu sueño es el
mismo que te va a dirigir a generar el poder que se produce en ti cuando
aprendes a hablar claro. Un sueño eficaz requiere claridad y esto es
precisamente lo que va a facilitar que puedas llevar el mensaje de lo que
quieres hacer por medio de lo que vas a decir.
Ninguna de tus habilidades empresariales se va a desarrollar con plenitud
si no tienen la definición suficiente. El sueño claro y específico te lleva de
la definición a la ilustración a la vocalización. Solo puedes hablar de
aquello que tienes claro y concreto. Definir tu sueño puede parecer más
sencillo que expresarlo delante de tu familia, amigos y semejantes. Lo
entiendo. Hay que tener muy claro qué decir y a quién decirlo.
No queremos vivir la experiencia de José que cuando habló de sus sueños
a sus hermanos en Génesis 37 vemos el efecto que tuvieron esas palabras y
las consecuencias que trajeron. José era hijo de Jacob y el favorito de su
padre entre sus once hermanos. En su juventud su padre le regaló una túnica
de colores, lo cual provocó aún más resentimientos entre sus hermanos.
Para colmo de males, José era un soñador y sus sueños eran proféticos. La
Biblia nos muestra que él fue muy ingenuo al contar dos sueños que tuvo
relacionados con su familia.
Toda la desgracia que se desató en la vida de José desde el momento en
que sus hermanos resentidos lo vendieron como esclavo, no pudieron
remover la verdad única y absoluta de que aquellos sueños eran de Dios y
hablaban de lo que había de cumplirse. Dios le había dado dones especiales
a José y con el paso de los años aprendió a usarlos con prudencia.
Igual tú puedes eficiente y sabiamente diseñar tu sueño de emprender,
para que ese sueño se pueda extender a tu voz, sabiendo que hay propósito
de Dios con eso y que, si Dios te dio el sueño al igual que como lo hizo
José, cuidará de ti para que se cumplan.
Entre el sueño definido y tus palabras se encuentra un elemento
indispensable que sí distingue a las empresarias exitosas, y es la
determinación. Tener la determinación de hacer algo va más allá de
simplemente plasmar un sueño en un tablero, y es un elemento
indispensable para tu voz, esa voz que Dios te dice que te levantes, aún
cuando la esterilidad, la impotencia y la ineficacia podrían ser la orden del
día. Entre el sueño y tu voz, la determinación produce la fuerza para
conquistar y afrontar las situaciones que se presentan en el camino.
El hecho de que quieras algo mucho no quiere decir que vayas a
conseguirlo. Pero que haya un deseo genuino de la mano de la convicción,
que será revelado por tus palabras. Eso sí hace una gran diferencia y te
distingue.

TE DISTINGUE TU CREATIVIDAD
En mi libro Mujer, crea establecimos que la creatividad es la aptitud
deseada para salir de la zona de comodidad. El desarrollo de la creatividad
es una característica necesaria en tu vida como mujer empresaria. Todos los
aspectos de nuestra vida demandan el uso de la creatividad, pero para el
éxito empresarial se convierte en un distintivo necesario porque la
creatividad va de la mano con nuestras emociones.
La creatividad no se puede gestionar desde la razón. Tanto las emociones
como la pasión se tienen que hacer presentes en nuestro emprendedurismo y
la creatividad es el entorno ideal para darles riendas sueltas porque resultará
en un efecto integrador para facilitar nuestros procesos empresariales.
Para emprender tenemos que crear, para crear debemos tener pasión por
hacerlo. La pasión es uno de esos temas que queremos dejar a un lado
porque queremos ser cuerdas, oportunas y correctas al emprender. Yo soy la
primera que te motivo a que nunca te falte la prudencia. Pero, esa prudencia
no se puede manifestar apagando el corazón encendido con el que una
empresaria debe levantarse todos los días a emprender.
Tus emociones siempre van a tener un efecto e impacto en tu proceso
creativo para el desarrollo de tu empresa. Ahora, tu creatividad te va a
distinguir cuando encuentras tu ángulo particular para desarrollarla. Me
explico. Muchas mujeres buscan ser creativas en lo mismo que las otras.
Anhelan la creatividad para decorar sus casas, en su vestir, en su arreglo
personal o para resolver problemas cotidianos. Gloria a Dios por esos
talentos y si buscas crecer en tu creatividad en esas áreas yo soy la primera
que te celebro porque créeme que te ayudará en otras tantas áreas que
requieren creatividad en nuestra vida.
Pero la creatividad para emprender va mucho más allá de eso. En la
fricción que se forja por medio de los conflictos propios del
emprendedurismo se genera una creatividad única que a la vez inyecta tu
pasión por emprender. Aquí vemos plasmado el eterno dilema de ¿qué vino
primero, el huevo o la gallina? Esa respuesta tan compleja no la tengo. Pero
sí te puedo decir que la creatividad alimenta la pasión por emprender, y la
pasión por emprender alimenta tu creatividad empresarial. Ambas son
necesarias y trabajan en conjunto a tu favor cuando le pones corazón, alma,
empeño y atención a tu empresa.
La forma en que mejor trabaja la creatividad y la pasión a tu favor es
cuando puedes ver a tu negocio, no como un trabajo, sino como una fuente
de disfrute. En este preciso momento mientras te comparto estas letras
tengo decenas de mensajes sin responder en mi celular y correo electrónico,
entradas y salidas de viajes que finiquitar con las líneas áreas, calendarios
que unificar. La cantidad de trabajo que me espera es más grande que lo que
puedo expresar. Pero toda esa carga que tengo en espera para completar este
libro de ninguna forma oscurece la pasión y el disfrute que tengo aquí y
ahora, mientras voy viendo cómo esta revelación de emprender que está
dentro de mí se plasma en estas letras.
En toda esta serie de libros he sufrido el famoso “bloqueo del escritor”
que es una experiencia real y no se la deseo a ningún escritor. De hecho, en
Mujer, crea te conté cómo por un momento casi ni publico Mujer, sueña por
un bloqueo emocional que sufrí por experiencias inesperadas. Pero, como
me distingue la creatividad, mi actitud va por encima de mis limitaciones, y
mi motivación hace de este y todos mis proyectos mi misión y eso cambia
todo.
Como te explico en Mujer, crea, tu creatividad es producto de un estado,
un proceso y la capacidad de trascender a la situación presente. Por medio
de tu creatividad tu negocio evoluciona a convertirse en tu disfrute y no en
una carga. Ese disfrute hace que el dinero no sea la única medida de tu
éxito. Tu negocio se convierte en tu misión cuando unificas todos los
elementos que te distinguen por medio de tu creatividad. Tantos elementos
que buscamos fuera de nosotros, cuando es con tu actitud, pasión y
creatividad que puedes tener ese ángulo distintivo y único que te dará la
ventaja competitiva en tus negocios.
Tu unicidad, tu voz, tu determinación y tu pasión son elementos
indispensables para distinguirte como empresaria y todas estas capacidades
únicas se ven maximizadas por medio del descubrimiento de tu valor, la
definición de tus sueños y el desarrollo de tu creatividad. Por eso, para mí
era tan importante impartirte revelación de estos temas por medio de los
libros previos a este para fortalecerte y darte el cimiento necesario para
despegar tu emprendedurismo. El mensaje de los cuatro libros va en una
narrativa conductora para llevarte paso a paso a emprender y desarrollar tu
máximo potencial.
6
Define tu emprendedurismo ideal

La mayoría de los negocios comienzan con la misma frase “qué tal si…”.
De ahí surge lo que nos enseñaron en ciencia elemental que se llama una
hipótesis donde se une un problema y una posible solución a ese problema.
Un negocio no es otra cosa sino monetizar en resolver un problema a
alguien por medio de un producto o un servicio, haciendo uso de una
oportunidad. Para tener éxito en un negocio debes procurar que alguien esté
dispuesto a pagar por tu servicio o producto de forma consistente. Ideas
puede haber muchas, pero no todas se pueden traducir en dinero. La verdad
es que la prueba irrefutable de que tu negocio es viable y sostenible es que
alguien esté dispuesto a pagar por lo que ofreces.
Aquí es donde muchas empresarias se frustran. Creen que, porque su idea
es buena, eso la hace rentable. Una cosa es una idea brillante, y otra es el
fenómeno de la realidad de concretarla. Ideas te puedo dar un millón, entre
ellas siempre he pensado que debería existir una pastilla que elimine las
canas. Pero dicha tecnología no se ha hecho disponible hoy en día. Como
idea es brillante. De que es una gran solución, pues obviamente. Pero no
existe por una de dos razones. O no existe la ciencia para inventarla, o
sencillamente su costo no estaría al alcance de la cliente promedio que cada
dos semanas va al salón de belleza a cubrir sus canas con tinte de cabello.
Tener una idea no te hace empresaria. Te toca definir tu emprendedurismo
y monetizar tu idea o producto rentablemente. Los beneficios financieros de
tu operación tienen que superar la inversión en ofrecerlos. Esto parece un
principio básico, pero te sorprenderían las veces que personas me han
pedido oración o he tenido que atender en coaching a personas con ideas
brillantes, pero no rentables.

ESTABLECE CON CLARIDAD TU VISIÓN


Y TU MISIÓN
Todos los cursos empresariales comienzan con la importancia de hacer
definiciones claves a tu emprendedurismo. La misión y la visión es la
esencia de la declaración de principios de tu empresa, en otras palabras, la
base teórica, lo que explica la existencia de dicho negocio. Muchas veces
pasamos de la idea a abrir un negocio. El proceso de establecer la misión y
la visión no es fundamental, pero es importante. Hoy hay tendencias
empresariales que dicen que estos pasos son anticuados, sin embargo, yo los
pienso importantes.
Estoy convencida de que cuando estableces tu misión y visión
empresarial tienes el punto de partida para desarrollar tus estrategias de
emprendedurismo. Tu misión es la actividad que tu empresa va a ejercer
dentro de un mercado. Tu misión incluye el tipo de público al que tu
negocio está orientado y los factores que van a distinguir a tu empresa de
las demás.
Algo tan saturado como una tienda de ropa de mujer por Internet, se
distingue por la misión particular de cada una. Mi tienda se puede distinguir
por ofrecer alternativas de vestuario para mujeres profesionales y la tuya
por ofrecer ropa deportiva para mujeres con sus libritas demás. Ambas
tenemos tienda para ropa de mujer en Internet, pero mi tienda es diferente a
la tuya porque mi misión será vestir a la empresaria (¿ves cómo está
presente el público a quien le sirvo?) y la tuya a las mujeres que hacen
deportes o ejercicios, pero que no son el típico físico extrapequeño que
caracteriza a esa mujer en forma. En la misión respondes las preguntas
como ¿qué hago?, ¿para quién lo hago? ¿cómo lo hago? ¿que ventajas
ofrezco a mi cliente?, y ¿qué me diferencia de mi competencia?
La visión y la misión se pueden parecer, pero no son iguales. La visión de
tu negocio es la imagen que tu negocio va a transmitir en el futuro. En la
visión te toca definir tus expectativas ideales de lo que como empresa
quieres hacer por tu cliente. Aunque la visión habla de futuro, procura
siempre que tu visión tenga una combinación perfecta entre ser realista y
dotada con una inyección de fe. La fe llevará tu visión a moverte, motivarte
e impulsarte al crecimiento. Con la visión básicamente debes responder a la
pregunta de ¿dónde quiero estar en el futuro?
Por medio de la visión y la misión puedes definir las estrategias de
crecimiento de tu empresa. La definición de estos conceptos puede ser
tediosa y parecer innecesaria, pero te garantizo que va a traducirse en
progreso porque te va a facilitar el ver oportunidades que se presenten a
corto y largo plazo en tu caminar empresarial.
Una vez más, estos elementos transmiten claridad. Tan importante es
tener claridad en tu voz para poder hablar de tu emprendedurismo, como en
la definición de tu empresa. Todo miembro de tu equipo empresarial
igualmente debe estar alineado con la misión y visión de la empresa y si no
lo están, no pueden formar parte de tu equipo.
En una de mis empresas, en una ocasión entrevisté a una joven para darle
una posición que yo entendía era ideal para ella. En su entrevista, solo me
hablaba de su visión y nunca entendió la nuestra. Fue tan clara en su
mensaje, que, aunque tenía todas las destrezas que necesitaba para aquella
plaza y creo que hubiera hecho un buen trabajo técnico, no creo que hubiera
podido ejecutar los resultados que demandaríamos de ella porque en su
corazón no había lugar para otra visión, sino la de ella. Su misión estaba
precisa y definida. La nuestra también. No había congruencia entre ambas y
por eso no pude darle el empleo. Ella no iba a poner esfuerzo, constancia y
diligencia en nuestra empresa, mientras estuviera comprometida con otra
visión.
Si eres una emprendedora visionaria, créeme que tienes tres pasos
adelantados al resto. Tu capacidad visionaria te ayudará a ver oportunidad
cuando nadie la puede identificar o no se siente capaz de hacerlo. Una
empresaria visionaria puede establecer un paso seguro y firme en sus
creencias y pensamientos. Tan importante es la idea de negocio que vas a
ejecutar, como la forma en que lo plasmas.
Como te dije, toda empresa comienza con un “qué tal si…” y
generalmente lo que precede a ese “qué tal si…” es el planteamiento de un
problema. Te doy un ejemplo. Para mi empresa ficticia que mencionamos
hace un rato, de ropa por Internet para la mujer empresaria, yo podría
establecer que la mujer ocupada carece de tiempo para salir de compras y
tiene una necesidad constante de vestimenta que represente su
profesionalismo y una imagen ejecutiva. Si ese es su problema, la falta de
tiempo, pues en mi misión tengo que asegurarme de establecer cómo le voy
a servir a mi cliente para resolver ese problema. En mi visión voy a
establecer cómo me voy a mantener innovando para resolver ese problema
aún en el futuro.
PREPARA UN PLAN DE NEGOCIO
Ahora, para diseñar el método de resolver ese problema de forma
rentable, que es nuestro objetivo, nos toca desarrollar lo próximo de lo que
nos va a hablar toda experiencia de aprendizaje empresarial: el desarrollo de
un plan de negocio.
Una vez más, muchos empresarios que son movidos a la acción por sus
pasiones no ven la necesidad de estos instrumentos. Pero todos cumplen
una función y sus beneficios exceden a la incomodidad de sentarnos y
plasmar en papel lo que sentimos que tenemos claro en nuestros corazones
por la causa de la pasión por emprender que arde en nosotros.
Muchas adjudican a su falta de tiempo o sencillamente el
desconocimiento, la ausencia de un plan de negocios. Pero ¿cómo puedes
emprender con éxito sin la debida planificación? Tu plan de negocio no es
solo documentos de actividad económica y proyecciones. Tu plan de
negocios es el lugar donde se plasman las pautas a seguir de tu empresa, lo
cual tiene grandes beneficios.
En el momento en que necesites financiamiento para tu empresa te van a
requerir un plan de negocios. Aunque no puedas entenderlo, tu plan de
negocio es la carta de presentación de tu empresa y nadie te va a tomar en
serio si ese ejercicio no se hace con excelencia.
Otros de los beneficios de tener un plan de negocio es que te permite
proyectar solvencia y riesgo en papel sin necesariamente poner en juego tu
capital. Tus negociaciones con proveedores son más efectivas cuando tienes
clara la data de previsión de gastos e ingresos que te provee un plan de
negocio.
Aunque un plan de negocio se puede crear con diferentes objetivos y
formatos, siempre debe cumplir con unos renglones básicos. Tu plan de
negocio debe incluir:
1. Objetivos – Tus metas a corto, mediano y largo plazo. Aquí se
establece el problema del nicho de tu mercado y se define el nicho.
2. Análisis del mercado – El análisis de la demanda potencial de tu
producto o servicio, análisis de tu competencia, la política detrás del
establecimiento de precios.
3. Estrategia de negocios - Definición de a quién le ofreceremos dicho
servicio o producto y cómo lo ofreceremos.
4. Estructura empresarial – Definición de la diagramación de la
empresa. Se asignan las posiciones y funciones, responsabilidad y
autoridad de cada uno, al igual que las políticas de recursos humanos.
5. Análisis financiero – Define el presupuesto necesario para arrancar,
proyecciones de ventas y gastos.
6. Resumen Ejecutivo – Agrupo todos los puntos anteriores para mostrar
el proyecto empresarial de forma concisa.
Uno de los objetivos que se cumplen al establecer un plan de negocio es
que nos ayuda a ver con claridad los riesgos adquiridos al emprender. Por
medio del análisis de todos estos renglones tu plan de negocio se convierte
en una herramienta indispensable que te ayuda a tener clara tu idea de
negocio, y tener una visión real que te va a marcar el camino para alcanzar
tus objetivos.
El emprendedurismo no es estático, es dinámico. En esa evolución que
experimenta todo negocio, sin querer, un día puedes alejarte de tu por qué,
de tu razón de ser como empresa. Pero tu plan de negocio te ayuda a
mantener los pies en el suelo y no dejar que el entusiasmo, optimismo y
opciones que se presentan en el camino te desvíen. No podemos emprender
hoy de una forma y mañana de otra, porque así no llegaremos a ningún
lado.
Si tu imagen empresarial y organizacional está clara, tu emprendedurismo
está definido y todos tus esfuerzos se sincronizan con tu visión. Tu
beneficio mayor al tener tu emprendedurismo ideal bien definido es que tus
acciones y las de todos los integrantes de tu organización tienen un punto a
dónde dirigirse. De esta forma toda decisión está orientada en la dirección
correcta y no andamos dando golpes al aire. No se trata solamente de que
plasmar la visión nos sirve de inspiración, más bien se trata de que nos sirve
de guía y ayuda para enfocar correctamente nuestra motivación, estrategias
y esfuerzo.
7
La diferencia entre emprender y soñar con
“pajaritos preñaos”

La expresión de “soñar con pajaritos preñaos” encuentra su expresión en


toda Latinoamérica al describir el estado de aquellas personas ingenuas que
creen y dan por ciertas cosas inverosímiles y poco probables. Existe una
marcada diferencia entre ser una empresaria y soñar con serlo,
especialmente si nuestros sueños no están definidos en un tablero, sino que
más bien van a la par de ese término de “pajaritos preñaos”.
El emprendedurismo no se puede definir con fantasías mentales. El
emprendedurismo tiene su base en la seria definición de muchos elementos,
algunos de los cuales explicamos en el capítulo anterior.
Definir lo que es una realidad es una de las respuestas fundamentales y
más complejas para la humanidad. Tal y como establecimos en la definición
de lo que es una creencia limitante, hay exageraciones de la realidad que
representan igual amenaza al emprendedurismo. La realidad es un concepto
abstracto. Cuando hablamos de “la realidad” no existe una manera única de
comprender o definirla excepto lo que percibimos, formamos y definimos a
través de nuestra experiencia.
La realidad es que para mí puede ser muy fácil ver oportunidades de
negocio y de monetización por dondequiera y para ti puede ser el más
grande reto en tu vida. El hecho de que sea fácil para mí no significa que
tiene que ser fácil para todo el mundo. El hecho de que sea difícil para ti no
significa que sea absolutamente difícil para todo el mundo.

CONCRETIZA Y MONETIZA TU IDEA DE NEGOCIO


Así mismo muchas veces se piensa que la realidad es que muchas
empresarias se enamoran de su idea y no entienden que el objetivo de
emprender es monetizar. Tu idea de negocio puede parecer genial e infalible
en tu cabeza. Claro que debes estar convencida totalmente de tu idea, pero
esto no te puede llevar a caer en la fantasía de pensar que porque funcione
en tu cabeza va a funcionar en la vida real.
No es lo que tú ves, sino lo que haces con tu idea y cómo logras
plasmarla para hacerla real y rentable. Tu negocio será rentable en un
espacio y tiempo real. Pero esa realidad eres tú y solo tú quien puede
ponerla a funcionar. A veces queremos llegar con nuestra idea genial e
imponerla a otros para que corran con nuestra visión y eso no es factible.
Igualmente nos puede pasar que nos frustramos con aquellos que no pueden
ver nuestra visión.
No te detengas ni por una cosa ni por la otra. Tu visión es la realidad de
lo que puedes percibir que se puede hacer. Es tu responsabilidad. En otras
palabras, la experta eres tú. No pretendas que otro lo entienda y vea como
tú. Ten por cierto que, si tu visión es tan particular que solo tú puedes
percibirla, no puedes esperar a que otra persona la lleve a la acción. Esa es
tu responsabilidad y de nadie más.
He escuchado a muchas empresarias acusar a sus familias y cónyuges de
no haber visto su visión. Mientras puedo entender los retos que representa
el que no tengamos el apoyo de nuestra familia, también tengo que decirte
que puedes emprender y tener éxito sin que ellos entiendan y sin que sea la
realidad de ellos.

ESCOGE TUS ASOCIADOS CON SABIDURÍA


Otra realidad fuera de la realidad que muchas empresarias asumen, y lo
que están es soñando con pajaritos preñaos, es que asumen que pueden
asociarse con cualquier persona y todo va a estar bien. Mientras creo
fielmente que Dios nos cuida de las influencias negativas siempre y cuando
nos demos a Él y su servicio, la realidad es que las personas equivocadas
pueden influir negativamente en nuestra vida hasta el punto de castrar
nuestras posibilidades de crecimiento.
No podemos compartir nuestros sueños empresariales con todo el mundo,
como te expliqué anteriormente. No podemos pensar que la percepción
individual de cada uno va a ir a la par con la nuestra siempre, y que tener
asociaciones desequilibradas no va a tener un efecto negativo.
Segunda de Corintios 6:14 claramente nos instruye a no hacer yugo
desigual. Esta instrucción de parte de Dios nos confirma que la unión entre
seres humanos debe ser entre iguales para que sea productiva. No es
aconsejable que dos personas que piensen diferente se unan con un objetivo
común porque inevitablemente va a haber un choque.
No es casualidad que este magistral consejo de Pablo haya sido escrito a
los corintios porque esta comunidad era muy dada a las uniones mixtas
entre judíos, y gentiles y esa mezcla de creencias generalmente se convertía
en la formulación de falsas doctrinas y confusiones.
No se puede formular un equipo de trabajo de dos personas que no
pueden trabajar de forma coordinada y complementaria porque sus
opiniones y visiones chocan. No es recomendable establecer lazos con
personas cuyos intereses y valores están contrapuestos. Este principio
tampoco se trata de cerrar por completo la puerta a nadie. Vivimos en una
sociedad excepcional donde en todo momento estamos en contacto y
comunicación con personas que albergan diferentes valores.
Como hijas de Dios nos toca estar bien atentas a los valores de aquellas
personas con quienes nos relacionamos. Busca personas que compartan tus
valores, metas, ética de trabajo y revelación espiritual. Las personas a
nuestro alrededor pueden tener diferente interpretación de los proyectos
empresariales, grados de compromiso y espiritualidad, y todos esos
elementos los tenemos que tomar en consideración antes de
comprometernos en cualquier tipo de alianza o sociedad.

SÉ EFECTIVA Y PRECAVIDA
Me encantaría decirte que todo lo que planifiques siempre saldrá de
acuerdo con tus designios. ¡Cuántos problemas ahorraríamos si así fuera!
Pero esa es una expectativa bien lejos de la realidad de emprender.
Como empresaria, por más organizada, educada y documentada que seas
y estés, nunca vas a poder tener el control de todo lo que sucede alrededor
de tu empresa. Una empresaria no puede ser hipercontroladora. Puedes ser
responsable. Puedes ser efectiva. Puedes ser precavida. Pero nunca
hipercontroladora porque por más que lo intentes, jamás tendrás el control
de todo lo que sucede a tu alrededor.
Ser una emprendedora efectiva no es sinónimo de ser una maniática del
control. Toda empresa tiene momentos de inestabilidad y en esos momentos
tu miedo a lo desconocido no puede activar el botón de control. Aunque
todos tenemos temas que nos ocupan y conciernen, la realidad es que nunca
tendremos un grado de control total sobre todos nuestros asuntos.
En la vida tenemos que aprender a fluir. Lo que esté dentro de nuestro
círculo de influencia, gloria a Dios si siempre procuramos dar lo mejor de
nosotras en cada área. Pero son tantas las cosas que están fuera de nuestro
control que no podemos detenernos.
Es importante aceptar la realidad de aquello que está fuera de nuestro
control y mejor invertir nuestra energía en aquello que podemos ser
efectivas y proactivas, y no desgastarnos con lo que no podemos detener,
remediar, ni evitar. Aprende a aceptar lo que no puedes controlar y da lo
mejor de ti en aquello que sí puedes. Esta es una forma de ajustarte a la
realidad de que no puedes controlarlo todo y hasta cierto punto balancear
tus ocupaciones y capacidades.
Cada una de estas áreas supone un control de nuestras emociones.
Claridad en cuanto a convertir tu idea en un proyecto rentable, que es la
verdadera definición de un negocio; escoger a tu equipo con sabiduría; y ser
efectiva, pero consciente de que no puedes controlarlo todo, aunque
quisieras, son tres factores críticos que te permitirán mantenerte con los pies
en la tierra al inicio y durante el desarrollo de tu experiencia empresarial.
8
Fidelidad en lo poco

Conocer y aplicar los principios del reino de los cielos es uno de mis
secretos empresariales. Mateo 25:14-30 dice:

Porque el reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos,


llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y
a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego
se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con
ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo, el que había recibido dos,
ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en
la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo
vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y
llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco
talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he
ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos
talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he
ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un
talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas
donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve
miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo.
Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que
siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto,
debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera
recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y
dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y
tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al
siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el
crujir de dientes.
Esta historia, una de mis favoritas en la Biblia, nos enseña mucho acerca
de la responsabilidad en nuestra administración de talentos. Un talento en
los tiempos bíblicos era una unidad de peso equivalente al dinero, pero no
se utilizaba como una moneda en el estricto uso que le damos ahora. El que
ve el talento representado como monedas lo interpreta como una fortuna
hoy en día.
Me llama mucho la atención que algunos teólogos concuerdan en que el
“talento” en la Biblia también se puede interpretar como inteligencia,
sentido común y habilidad. El que ve el talento como inteligencia, sentido
común y habilidad debe interpretarlo como una fortuna mayor, porque
ciertamente podemos rendir mayores resultados haciendo uso máximo de
estas tres capacidades aplicadas diligentemente en la administración.
Se ha hablado mucho en los últimos años de la inteligencia emocional,
que es la capacidad individual de reconocer las emociones, propias y ajenas,
para diferenciarlas y etiquetarlas apropiadamente. No hay duda de que tener
la capacidad emocional de discernir los pensamientos, conductas y
emociones adaptadas al ambiente tiene grandes beneficios. Aunque el
conocimiento de la inteligencia emocional se puede adjudicar con grandes
beneficios para la familia y las relaciones interpersonales, el mayor impulso
para investigar sobre el tema lo realizó Daniel Goleman para atacar las
repercusiones emocionales en el ámbito de las relaciones de trabajo.1
Goleman es uno de los psicólogos más famosos y muy cotizado para
impartir conferencias a empresarios y grupos de profesionales.
Por años la importancia de la inteligencia estribaba en el famoso y
tradicional modelo del coeficiente intelectual (IQ). Con el modelo
tradicional se miden las destrezas técnicas para determinar el desempeño de
un individuo. Hoy muchos consideran que la inteligencia emocional es un
factor de éxito más importante que el coeficiente intelectual. Además de la
inteligencia emocional, como empresarias debemos aprender a desarrollar
la capacidad de tomar decisiones estratégicas, es decir, inteligencia en los
negocios.
Los principios que se enseñan para desarrollar inteligencia en los
negocios los vemos claramente plasmados en esta peculiar parábola de la
Biblia. El principio fundamental de la inteligencia de negocios es tener
información adecuada y a tiempo para hacer decisiones empresariales
correctas y oportunas, y poder dirigir nuestras empresas ágil y rápidamente.
En el mundo de los negocios las decisiones son dinero. Las indecisiones son
dinero. La rapidez es dinero. Y la inercia es dinero. Todo es dinero.
En el momento en que tomé la decisión de cerrar una de mis tiendas en el
centro comercial más importante de Puerto Rico fue una decisión de
negocios, producto de la inteligencia adquirida por medio de la data
disponible. No tengo palabras para describir mi amor, afecto y memorias de
aquella tienda tan bella. Todo acerca de mi boutique de niños me encantaba.
Todavía hoy pienso en ella, me emociono y me da nostalgia.
Pero como empresaria, estoy segura de que tomé la decisión correcta al
cerrarla. La data hoy lo respalda. Todas mis metas empresariales se
cumplieron a cabalidad. Había alcanzado todo lo que me había propuesto y
había sacado mucho más del fruto proyectado. La data me decía que la
tienda ya no iba a tener la capacidad de dar el mismo rendimiento y que
íbamos a comenzar a experimentar una baja. A eso le sumas que le tocaba
un drástico aumento en la renta, y tan sencillo como que los números no
sustentaban el que permaneciera abierta. No había mucho más que hacer, y
en aquel momento yo tomé una fría decisión de negocios.
Para muchos, especialmente mi familia, la noticia fue inesperada. Pero
los negocios son negocios y no podemos permitir que nuestras emociones
se interpongan a la data. La inteligencia emocional es importante en el trato
con la gente, pero en los negocios, cuando estamos hablando de dólares y
centavos, los números son lo que son y no los podemos cambiar con
nuestras emociones. Lo que tenemos que lograr es tener la correcta
capacidad decisional. Entiendo que la pasión por emprender a veces nos
lleva a querer emprender con el corazón. En mi corazón yo no quería cerrar
mi tienda tan bella, pero su tiempo había llegado y vuelvo y repito, fue la
decisión correcta.
Por mi pasión por los números y las matemáticas yo amo la data. A mis
equipos de trabajo siempre les recuerdo que mientras más información
tengamos, mejores decisiones podemos tomar. Debemos ser muy cautelosas
en cómo manejamos, interpretamos y aplicamos lo aprendido con la data
que tenemos disponible.
Cada uno de los siervos recibió la cantidad de talentos que iba de acuerdo
con su capacidad productiva. En la historia mayormente vemos la diferencia
de los resultados, no por la cantidad que recibió cada siervo, sino por su
inteligencia, sentido común, habilidad, lo cual produjo una actitud
específica para con esos talentos.
El primero de los siervos recibió cinco talentos y en efecto produjo otros
cinco talentos. El segundo produjo de acuerdo con sus dos talentos. El
problema lo vemos con el tercer siervo. El tercer siervo, el que tomó su solo
talento y lo escondió, falló en el manejo de la inteligencia de negocio que
tenía disponible y el Señor se lo hizo ver bien claro. Rotundamente le dijo:
“Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo
donde no esparcí”. Su incapacidad de interpretar lo que “sabía”, la data que
tenía disponible, lo llevó a ser malo y negligente. Su problema no era tener
poco, su problema fue no saber manejar la data disponible de ese poco.
Las emociones del tercer siervo lo traicionaron, como traiciona a muchas
empresarias el meter sus emociones en lo que deben ser decisiones de
negocios. Siempre va a llegar el momento de hacer cuenta en nuestros
negocios. No podemos permitir que el miedo a equivocarnos nos detenga en
las decisiones que nos corresponde tomar.
La gestión honesta de este tercer siervo debió ser como los otros. A él se
le confió un talento porque tenía la capacidad de multiplicar igual que los
otros. Recuerda que le fue dado de acuerdo con su capacidad. Pero, la falta
de inteligencia de negocio, sentido común y habilidad decisional lo llevó a
tronchar su potencial. Si bien no podemos esconder lo que tenemos, mucho
o poco, tampoco podemos detenernos. Aunque parecía pequeña la falta
cometida por este siervo, al final le costó todo lo que tenía.
Grande o pequeña la falta, en una gestión honesta y coherente vale más
que hagas lo mejor con lo que tienes porque todo lo que Dios nos ha dado
ha sido para maximizar sin excusas. Cuando se pasen las cuentas sobre tu
mucho o tu poco, procura estar entre las siervas buenas y fieles. Esas son
las que hacen el mejor uso de la información disponible, no le tienen miedo
a tomar decisiones y son fieles con lo que tienen.
Dios es fiel y espera de nosotras que seamos fieles a Él, a nosotras
mismas y a lo que nos ha dado. Ser fiel con lo que tengo es administrarlo
con sabiduría, multiplicándolo al máximo. Es cuidar lo que se nos ha dado y
esforzarnos en que dé fruto, no solamente por mí, sino para beneficiar a
todos los de la casa y aquellos que podemos alcanzar. Emprender es una
oportunidad que cambia nuestra vida y la de nuestra familia. Pero, como
leíste antes, no tengas la concepción limitada de que se trata solamente de
ti. Tu emprendedurismo es para bendecir a todo el que tú puedas afectar, de
cerca o de lejos, económica, emocional y espiritualmente.

1
Consulta en línea: https://psicologiaymente.com/biografias/daniel-
goleman).
9
Tus fortalezas empresariales

Es nuestra gestión como empresarias debemos procurar conocer nuestras


fortalezas y debilidades. Dentro de nuestras empresas no podemos olvidar
nuestra relevancia como líderes al frente de nuestros negocios. Cuando
conoces tus fortalezas, no solo tienes una mejor capacidad administrativa,
sino que puedes hacer mejor uso de tus conocimientos, habilidades y
talentos para dirigirlos en pos de lo que deseas alcanzar e idealmente
optimizarlos.
Parte de mi entrenamiento como coach incluye el análisis de los avalúos
de Hogan. Por medio de esta herramienta científica puedo ayudar a mis
clientes a identificar características de su personalidad que fortalecen su
experiencia. Existe un lado visible de nuestra personalidad que no siempre
es evidente para cada persona.
Esta herramienta científica es muy poderosa porque básicamente nos
muestra por qué nos comportamos de una manera en específico al responder
tres preguntas principales: ¿qué queremos?, ¿cómo lo obtenemos? y ¿qué
podemos encontrar en ese camino?
Mi experiencia con esta prueba fue increíble. Primeramente, pude ver
plasmados claramente mis motivadores y valores principales, lo cual afecta
todos los aspectos de mi vida y mis decisiones. Entender nuestros valores
principales es clave para nuestro desarrollo. Tengo que decir que mi prueba,
como suele suceder, arrojó valores, que, aunque los sentía importantes, no
les daba la importancia que mi subconsciente y mi personalidad
necesitaban. Esos cambios en mi autoconocimiento han rendido grandes
resultados.
Tú puedes describirte a ti misma con unos atributos, pero no siempre vas
a poder acertar al 100% tus características únicas. De hecho, si haces el
ejercicio de preguntar a tres personas con las que te relacionas en entornos
diferentes, y les pides que destaquen las tres características más visibles en
tu personalidad, te garantizo que vas a recibir respuestas diferentes de cada
uno. Lo más curioso de ese ejercicio es que de seguro alguno de ellos va a
destacar características de tu personalidad que nunca has pensado que tienes
porque para ti no son evidentes.
Aunque también es importante tener bien presentes tus debilidades para
reconocer en qué áreas tienes que mejorar, capacitarte y adquirir mayor
destreza, te recomiendo enfocarte en tus fortalezas primero. La
identificación de las debilidades, aunque parezca irónico, es más
complicada que la identificación de las fortalezas, excepto que se trate de
una característica de gran envergadura. Las debilidades requieren un mayor
trabajo de análisis y recomiendo que sean identificadas y trabajadas con un
profesional del coaching entrenado en avalúos psicológicos.
Tanto tus fortalezas como tus debilidades generan áreas de oportunidad
para crecer. Al identificar tus fortalezas determinas aquello que haces mejor
y eso te permite mejorar tu desempeño intencionalmente.
Identificar tus fortalezas va de la mano de la conciencia de identificar tus
características únicas con la intención de utilizarlas de manera efectiva. Así
como cuando tomamos una radiografía y vemos nuestros huesos, el
autoconocimiento nos permite ver nuestras emociones, pensamientos y
comportamientos. Este ejercicio requiere observar, analizar y explorar los
factores que te ayudan a sobresalir como líder, a resolver problemas y
funcionan como energía para superar obstáculos.
Por medio del autoconocimiento alcanzas una mayor conexión contigo
misma y con Dios. Conectar contigo misma significa conocer tu historia
propia, dando el debido espacio para procesar tus emociones con
coherencia, voluntad y aceptación. El objetivo es reconocer tus
pensamientos, creencias y emociones fuertes para transformarlas en
resultados maravillosos.

PRÁCTICAS DIARIAS DE AUTOCONOCIMIENTO


Mis momentos de mayor conexión personal son en mi tiempo de oración,
lo cual hago a diario y de madrugada. En mis tiempos de oración tengo la
oportunidad de concentrarme plenamente en fortalecer mi relación con
Dios, pero también analizar mi vida, resultados, anhelos y realidades desde
mi espiritualidad. El silencio de la madrugada, hacerlo a primera hora, tiene
el valor añadido de una menta calmada, alejada de ruido y relajada.
La oración es la actividad principal para mantenernos presentes con Dios
y conectar con nosotras mismas. Esta es la oportunidad de filtrar todos
nuestros pensamientos, experiencias, frustraciones. Te garantizo que, si
comienzas a practicar la oración como primer orden del día, en menos de
una semana vas a comenzar a ver los resultados al ver tu vida con mayor
claridad mental y seguridad espiritual. Nunca permitas que este tiempo se
convierta en la descarga de tus connotaciones negativas y quejas para con
Dios. Esta es tu oportunidad de razonarte con un filtro y enfoque espiritual.
He hecho deportes toda mi vida, pero en los pasados años he encontrado
un amor especial por correr. Una de las razones principales es que mientras
corro consigo conectar conmigo de manera profunda. La experiencia de
correr muchas veces me transporta a mirar situaciones con nuevos puntos
de vista. No puedo dejar de recomendarte el caminar o correr a solas. Un
paseo solitario es la ocasión perfecta para concentrarte en tus pensamientos
y reflexionar acerca de tus áreas de oportunidad.
Los grandes beneficios de la oración y el caminar o correr como
métodos de conexión contigo misma es que los puedes hacer a diario y
desde cualquier parte. Pasar momentos de silencio te libera y te ayuda a
conectar con aquello que sientes en tu interior. Estos espacios diarios te
ayudan a cambiar tu foco de atención, así puedes prestar la debida atención
a todo lo que es verdaderamente importante.
Otro momento en donde conecto conmigo misma es en mis viajes. El
tiempo a solas y en silencio en los viajes me permite anotar pensamientos,
hacer reflexiones personales de situaciones que estoy enfrentando, y
descubrir los estados emocionales que puedo identificar en mí. Incluso en
más de una ocasión he regresado de algún viaje con conclusiones
definitivas y cambios de rumbo porque he podido identificar aquello que ya
no tiene sentido para mí y que necesita reenfocarse.
Procura que todo tiempo en el que estés experimentando
autoconocimiento contenga disfrute. Considera estos espacios tiempo de
calidad contigo misma. Te exhorto a tener algún instrumento (libreta,
aplicación de notas en tu celular) a tu alcance siempre, en donde puedas
anotar aquellas ideas que vengan a tu mente durante el día. Pueden ser en
forma de preguntas, o incluso juegos que tu mente te pueda estar haciendo
al exponerte a ideas que nunca piensas y que incluso podrían ser contrarias
a tus creencias, es decir, anotar esos momentos que nuestra mente nos
expone a panoramas que lucen como no lógicos, lo que llamamos una
locura.
Existen muchos ejercicios de autoconocimiento. Para que cada ejercicio
funcione óptimamente la sinceridad en nuestras respuestas es vital. Siempre
debes procurar hacer la gestión de autoconocimiento acorde a como sientes
y piensas. No se trata de lo que idealmente debe ser, sino de lo que en
realidad es y como nos sentimos. Por ejemplo, es posible que quieras creer
de ti misma que eres una líder enfocada en resultados, pero en la realidad no
te gustan los números y detestas mirar reportes. Si es así, por más que
desees adjudicarte la fortaleza del enfoque, la realidad es que tu conducta
no es cónsona con tu deseo.
Parte de la gestión de autoconocimiento requiere también humildad. En tu
proceso de descubrimiento vas a encontrar limitaciones, defectos y errores
que solo con valentía y fuerza de voluntad podrás aceptar. Nadie es
perfecto. No se trata de destacar tus impedimentos. Se trata de que tu
proceso de introspección esté dotado de observación genuina de tus estados
de ánimo con conciencia para poder reflexionar sobre ellos, lo cual es
imprescindible para tu crecimiento.
Fuera de avalúos profesionales, existen tres ejercicios principales que
producen autoconocimiento.

EJERCICIO #1 – LA PELÍCULA DE TU VIDA


Plasma en un papel imágenes importantes de tu vida. El objetivo no es
explicar la imagen, sino proyectar y detallar los sentimientos, deseos y
actitudes resumidos en una frase descriptiva para cada estampa importante.
Se puede hacer uso de la música que vaya acorde con los sentimientos, pero
igual debes poder exponer esa frase explicativa para cada fase.

EJERCICIO #2 – EL CÍRCULO
Este ejercicio consiste en dibujar un circulo que se rellena de forma
gráfica como un pastel, haciendo que cada sector represente algo importante
en la vida. Las diez áreas principales que se utilizan en el círculo de la vida
son la salud, familia, amigos, romance, crecimiento personal, recreación,
ambiente, imagen personal, carrera y finanzas. El sombreado debe ser una
toma de conciencia del momento vital en el que nos encontramos en
términos de satisfacción en cada una de esas áreas.

EJERCICIO #3 – SABER LO QUE QUEREMOS


En una hoja de papel debes completar una serie de frases con rapidez,
poniendo lo primero que te viene a la cabeza contestar con relación a tus
sentimientos, deseos y vocaciones. Las frases principales para contestar
serían:
Quiero…
Necesito…
Espero…
Puedo…
No puedo…
En mi trabajo…
Tengo miedo a…
Me gusta…
Yo…
Lamentablemente el autoconocimiento se ve interrumpido por mujeres
que por sus experiencias negativas prefieren reprimir sus emociones para
evitar sentirse vulnerables. Te exhorto a hacer estos ejercicios dejando a un
lado cualquier incomodidad que te puedan hacer sentir. Es necesario tener
claro que el proceso de autoconocimiento no requiere que compartas ni
comuniques tus emociones y resultados con nadie. Esta es una experiencia
tuya contigo misma. Precisamente el objetivo es revelarte información
acerca de ti misma.
Luego del proceso de autoconocimiento estás lista para identificar tus
fortalezas. Existen libros que trabajan prácticamente con la identificación
de fortalezas. Para ayudarte a identificar tus fortalezas te enumero aquí en
orden alfabético las 21 fortalezas principales con una breve descripción de
estas.
1. Adaptabilidad – Respuesta positiva a cambios y peticiones repentinas.
2. Amor por el aprendizaje – Disfrute y búsqueda de aprendizaje por
medio de la lectura, educación formal o autodidaxia.
3. Autocontrol – Dominio sobre uno mismo.
4. Búsqueda de éxito – Necesidad de realización que impulsa a mejorar
y hacer cada vez más, siempre orientado a los resultados.
5. Creatividad – Capacidad de encontrar comportamientos nuevos y
correctos para conseguir lo que quieres.
6. Curiosidad – Búsqueda de novedades, apertura a las experiencias,
flexibilidad ante los prejuicios.
7. Entusiasmo – Expectación y ánimo bajo la inspiración divina.
8. Espiritualidad – Principios o actitudes que configuran la relación con
Dios.
9. Gratitud – Sentimiento de estima y reconocimiento de favor, ser
consciente de las cosas positivas que suceden sin darlas por sentadas.
10. Humildad – Virtud de conocer las propias limitaciones y debilidades,
y actuar con conocimiento de ellas.
11. Humor – Disposición del ánimo de estado de alegría y buena
disposición.
12. Integridad – Honestidad y entereza moral.
13. Liderazgo – Capacidad de organizar y llevar a cabo actividades con
éxito.
14. Organización y disciplina – Gestión de variables para vivir en un
mundo ordenado, predecible y planificado.
15. Pensamiento crítico – Reflexión sobre cosas con análisis desde
diferentes ángulos. No darse a conclusiones sin pruebas suficientes y
capacidad de cambiar ideas.
16. Persistencia – Completar lo que se comienza, incluso cuando es
difícil.
17. Prudencia – Capacidad adecuada de pensar ante actividades,
acontecimientos y riesgos posibles para no producir prejuicios
innecesarios.
18. Resiliencia – Capacidad de superar circunstancias adversas y
traumáticas.
19. Responsabilidad social – Compromiso, obligación y deber de
contribuir voluntariamente a la sociedad.
20. Sabiduría – Captación de panorama general de las cosas con la
perspectiva correcta.
21. Valor – Consideración personal de importancia.
Muchas personas, en el afán de emprender, de tomar acción y ver
resultados, se olvidan de que ellas son el eje de su negocio, y que sus
decisiones requieren centrarse en ellas mismas y conocerse muy bien. Las
fortalezas erigen y edifican un negocio exitoso. De todas las herramientas
que te sugiero, dos de ellas son hábitos de refuerzo diario (oración y
ejercicio). La identificación de tus fortalezas es una herramienta de inicio y
seguimiento porque es la columna vertebral de tu éxito.
Cuando identificas tus fortalezas y las enfatizas, las debilidades se
suprimen por sí mismas. Existen muchas fortalezas más que las 21 que
enumeré. Encuentra las tuyas y comienza a maximizar cada una de ellas de
manera que se conviertan en herramientas de progreso. Al conocer cuáles
de estas capacidades y talentos te distinguen, logras diferenciarte y
aumentar tus competencias empresariales.
10
Armas para emprender con éxito

Emprender es una de las decisiones más importantes de tu vida. Así que


existe una verdadera necesidad de armarte con herramientas que faciliten tu
camino, te ayuden a evitar los errores y a dirigir tus proyectos con éxito.
Más allá de darte herramientas prácticas, como invertir en tecnología,
técnicas para tu plan de mercadeo, análisis de tu competencia y definición
de tu cliente ideal, hoy quiero exponerte a herramientas no tradicionales
igual de poderosas.

ENCUENTRA INSPIRACIÓN EN ALGUIEN


Uno de los factores más importantes que influyen en la trayectoria
profesional de los emprendedores es la elección de un modelo a seguir. De
hecho, muchos autores hacen uso de historias que les inspiran para escribir
sus canciones. Muchas veces estamos tan sumergidas en nuestras
experiencias que nos olvidamos de las personas que han superado nuestros
retos antes que nosotros y cómo sus historias pueden enriquecer nuestra
experiencia.
Una de las mejores cosas que podemos hacer para emprender con éxito es
despegarnos de nuestra propia historia y comenzar a ver otras historias por
medio de biografías y documentales. La idea es que te puedas identificar
con otros y que por medio de sus historias puedas encontrar lo que te falte
para que tu propio emprendedurismo obtenga un sentido más firme y
mantenga su rumbo en la dirección correcta.
Muchas mujeres me manifiestan su reto con la lectura. A muchas les
recomiendo comenzar leyendo breves historias inspiradoras. Las historias
siempre son sencillas de leer, digerir y siempre proveen un instrumento de
aprendizaje por medio de la moraleja de la historia o la inspiración que
encierran. Las historias de éxito y resiliencia de otras personas van a tener
un enorme impacto en tu vida.
Cuando estamos centradas en nosotras mismas, podemos experimentar
bloqueos mentales porque nuestra visión se mantiene estrecha y fija en
nuestro pequeño mundo. Cada obstáculo que nos encontramos nos da la
oportunidad de crecer, pero encerradas en nuestras circunstancias muchas
veces no podemos ver esas oportunidades. Es por medio de historias
inspiradoras que podemos adquirir una perspectiva diferente de nuestras
situaciones. Sal de ti misma y conversa con otras personas, escucha sus
historias y las historias que las han inspirado a ellas.
En mis viajes a Londres para las reuniones de la franquicia que manejé
por tantos años, una de mis prácticas era conversar con los otros
franquiciaros. Más allá de contarles mi experiencia, mi deseo era
escucharlos a ellos. Tengo que decir que de todas las conversaciones extraje
aprendizaje que me permitió ver aspectos del manejo de la marca que mi
propia experiencia no me había permitido ver.
Cuando nuestro entorno cambia, también cambia nuestra mente. Es fácil
desperdiciar el tiempo y la energía en cosas que no tienen provecho. Pero
una historia de motivación nunca será un desperdicio de tiempo ni
conocimiento. En el momento menos esperado el aprendizaje de la
experiencia de otra persona te sirve para crecer y ver puntos diferentes de
tus circunstancias.
Tus historias inspiradoras no necesariamente tienen que ser de extraños o
personas famosas. Estos pueden ser tus padres, hermanos, familiares, o
incluso otros empresarios cotidianos. En esos momentos en que te sientas
perdida y no encuentres sentido a lo que haces, inyéctate motivación por
medio de historias inspiradoras, ya que te darán un motivo más para
continuar.

RODÉATE DE EMPRENDEDORAS
En el libro Mujer, sueña hablamos de la importancia de tener un círculo
de soñadoras en la medida que desees mejorar cualquier habilidad. Muchas
empresarias anhelan ser las más conocedoras y no toleran que haya alguien
que sepa más que ellas. Yo he aprendido la riqueza que hay en rodearme de
personas que sepan más que yo en cualquier área.
No optes por rodearte solamente de mujeres que no te pongan presión. El
sistema de apoyo más importante al que debes aspirar debe estar constituido
por otras empresarias que no solamente te pongan presión, sino que hasta
cierto punto te provoquen un poco de envidia. Digo esto con humor, pero
sabiendo que entre broma y broma las verdades se asoman.
No te estoy hablando solamente de otras empresarias que te puedan
proporcionar información, asesoramiento y orientación sobre puntos como
la estructura organizacional y el desarrollo de tu negocio. Te estoy hablando
de personas que empresarialmente estén muy por encima de ti en diferentes
áreas y que te sirvan de modelo e inspiración.
Ya que el espíritu empresarial es un papel que se integra en el contexto
social, es importante que como emprendedora desarrolles conexiones con
otros recursos de apoyo y formación. No descartes organizar un café con tus
amigas emprendedoras. Asóciate con organizaciones y equipos de trabajo
con quienes te puedas identificar, con intereses y objetivos comunes donde
haya espacio de participación. Existen asociaciones relacionadas a todas las
industrias por medio de las cuales podemos mejorar nuestra gestión
empresarial, profesional y recibir respaldo directo de sus miembros.
Muchas de esas organizaciones y asociaciones se convierten en una
plataforma de oportunidades para involucrarse en diferentes áreas donde se
aumenta el conocimiento, se cementa el compromiso y se desarrolla el
liderazgo.
Una de nuestras prácticas es participar anualmente en conferencias de
radio y televisión para mantenernos al corriente de la tecnología y las
tendencias que gobiernan esa industria. Nuestro ministerio tiene una
inversión millonaria en nuestros canales de televisión y radio, y no
podemos despegarnos del pulso de lo que está sucediendo a nivel mundial.
Más allá de un mejor conocimiento de tecnología y tendencias, el
interactuar con otros propietarios de medios de comunicación nos provee la
más rica de las experiencias en estas reuniones.
No olvides que tu emprendedurismo es una ecuación compleja que entre
sus variables se encuentran aquellas personas que nos rodean y son
influencia en nuestra vida. Quieras o no, eres definida por quienes te
rodean. Somos el producto de nuestras interacciones. Procura invertir
tiempo en rodearte de personas que se conviertan en figuras significativas y
enriquecedoras de tu experiencia empresarial.
Cada minuto que dediques a la tía o vecina chismosa te estás
impregnando de esa conducta. El tiempo en consentir a personas que viven
en su máximo potencial y solo andan quejándose y lamentándose de sus
resultados mediocres no lo estarás dedicando a tu formación como
empresaria. Entre tus armas empresariales está la obligación de cortar de
raíz toda relación e influencia infructuosa que tengas.

TRABAJA CON UN COACH EMPRESARIAL


Mientras más preparada estés, mejores oportunidades de crecimiento
tendrás. Un emprendedor necesita un fuerte apoyo y un sistema de
asesoramiento en cada fase del emprendedurismo. Un coach empresarial
asiste en la gestión de identificar y trazar objetivos profesionales en los
contextos cambiantes en que manejamos nuestras empresas.
Como coach empresarial una de mis gestiones más importantes es
trabajar con las emociones de mi cliente para identificar su bienestar laboral
y personal para conocer mejor sus capacidades y llevarlas a niveles
realizables de compromiso. Un coach nunca va a decidir tu futuro
empresarial ni va a poner presión para imponer una visión particular. Un
coach es siempre un facilitador para asistir en la gestión de remover los
bloqueos mentales y emocionales.
En mi experiencia como coach de empresarias doy fe de que los tres
beneficios principales que disfrutan mis clientes es el potenciar el talento
individual, la adaptación a los cambios y el aumento de productividad. El
coaching empresarial mejora el rendimiento del coachee identificando y
desarrollando las habilidades potenciales. La innovación constante y en
conjunto con la creciente competitividad, hace que en el mundo empresarial
tengamos la necesidad de adaptarnos rápidamente a los cambios. El
coaching facilita las actitudes adaptativas y flexibles para con los
contratiempos que siempre surgen. El aumento de motivación por medio del
coaching resulta inevitablemente en un aumento de productividad.
Cuando haces uso de estar armas para emprender, tu aprendizaje continuo
será inevitable. En las historias que te inspiran por medio de quienes te
rodean y con la herramienta del coaching, tu formación empresarial no
tendrá límites. Todas estas herramientas te sirven de apoyo, colaboración e
intercambio de recursos.
11
El equilibrio realista

¿Te ha pasado alguna vez que estás tan llena de actividades,


responsabilidades y deberes que sientes que ya no das a basto? O quizás has
dicho o pensado alguna vez, por no decir siempre, que el día no te alcanza
para todo lo que tienes que hacer. Esa podría ser tu historia, podría ser la de
muchas mujeres.
De hecho, es en parte la historia mía también. La mía en el sentido de que
yo, al igual que tú, tengo muchas cosas a las cuales debo atender. Muchos
me han preguntado cómo mantengo yo el balance entre mi esposo, mi
familia, el ministerio, el trabajo, y todos los proyectos que tengo a mi cargo.
Déjame y te explico con detalle: tengo un solo marido (gracias a Dios), 4
hijas, miles de personas en una congregación en crecimiento en Puerto
Rico, viajes para predicar y conferencias que doy todas las semanas.
Escribo libros, conduzco programas de radio y televisión de lunes a viernes,
tengo negocios en inversiones y bienes raíces, estudio y aprendo todos los
días. Hago ejercicio al menos 6 veces por semana.
La gente me pregunta: ¿cómo se hace el balance de todo eso? Ahora,
quiero primero aclarar algo: las cosas que hago las hago bien. Gracias a
Dios tengo un feliz matrimonio, mis hijas están bien cuidadas y
enseñadas… pareciera que todo lo que hago prospera. ¿Me sale todo bien?
¡No! Ojalá fuera así. Pero tengo victorias, y a veces tengo derrotas también.
Así es la vida: se tiene un poquito de todo.
Lo que te quiero enseñar hoy viene de esta pregunta que me hacen
frecuentemente: “¿Cómo haces para tener un balance en todo lo que
haces?”. Y lo que quiero que aprendas es que el balance no es
necesariamente, así como lo piensas.
Creo que a veces cuando las personas piensan en balance, lo que se le
viene realmente a la cabeza es proporcionalidad, que todas las cosas estén al
mismo nivel, como cortando equitativamente los pedazos de un pastel de
cumpleaños. Creo que lo que esperan es que les diga que el 25% de mi
tiempo es para Dios, el 25% de mi tiempo es para el matrimonio, un 25%
del tiempo para los hijos, y un 25% para el trabajo.
¡Eso no es así! Quiero desde ya decirte que una vida balanceada tiene
más que ver con totalidad que proporcionalidad. Y tú dirás, ¿cómo es eso de
totalidad? Pues te lo quiero explicar. Una vida equilibrada es cuando le
dedicamos el 100% a todo lo que es importante.
Quiero hacerte una pregunta: ¿Qué es importante en tu vida? Y cuando
digo “importante” no me refiero solamente a los deberes y
responsabilidades. Me refiero a las cosas que le dan significado a tu vida, lo
que te da sentido. A eso me refiero con importante.
No quiero decir con esto que debas descuidar las otras cosas que no son
tan importantes. Lo que quiero decir es que es fundamental tener claridad
de cuáles son las cosas que necesitan tener más nuestra atención.
Si eres como yo, probablemente llegarás a la conclusión de que, aun
priorizando, tienes muchas cosas que son importantes, y que todas ellas
requieren tu atención.
La pregunta viene siendo, de nuevo: ¿Cómo puedes lograr un balance con
todo lo que tienes que hacer? Creo que la idea que muchos tienen sobre
balance es equivocada. Míralo de esta manera. Cuando colocas el mismo
peso en cada una de las dos bandejas de una balanza, la balanza no se
inclina a ninguno de los dos lados ni se mueve. Se queda estática. Si insistes
en dar a tu vida lo que la gente erróneamente llama “balance”, tu tiempo, tu
vida y tus energías no se mueven a favor de nada: ni tu negocio, ni tu vida,
ni tu familia. Lo que realmente debes buscar es equilibrio.
Yo prefiero mirar mi vida no en una búsqueda de balance, sino en la
búsqueda de un equilibrio. Digamos las cosas como son: al César lo que es
del César. Esto lo aprendí de mi esposo, ¡un hombre muy inteligente y
sabio!
Te lo explico más a fondo. ¿Has ido a un circo y has visto a alguien
caminar por la cuerda floja?
Una persona que camina en la cuerda floja necesita estar constantemente
equilibrándose para poder seguir caminando y no caerse. Y, ¿qué es estar
equilibrado? Equilibrio es la capacidad para mantener la compostura sin
importar cuál sea tu punto de apoyo. Tú ves a esa persona caminar por esa
cuerda y cómo se mueve de un lado para el otro, y llegas a pensar que se
puede caer, ¡pero no se cae! El éxito de su hazaña no está en agarrarse de
esa cuerda por todos los ángulos o extremidades; su éxito reside en que sea
con un pie, o con los dos, el punto en el cual esté apoyado sea firme y
seguro.
Para poder seguir caminando necesita de ese proceso de moverse de un
lado para el otro para poder llegar hasta la meta. No necesita estar agarrado
con todo como quien se quiere aferrar a un árbol con todas sus fuerzas para
no caerse de las ramas. Se trata más bien de que el paso que dé, ese solo
paso, con ese solo punto de apoyo sea certero, sea efectivo y sea firme.
¿Qué quiero decir con esto? Mira, si tú entiendes esto, te va a volar la
cabeza y vas a entender tantas cosas de la vida, y vas a ver tantas mentiras
que en otros momentos nos han vendido como realidades.
Para mí, equilibrio es cuando hay fines de semana que solo puedo dedicar
una cantidad de tiempo determinada a mi familia, y mucho a mi trabajo. Y
podría ser que a la semana siguiente sea lo contrario.
Nos han enseñado de alguna manera que para tener éxito y que todo te
salga bien tienes que prestar la misma atención a todas las cosas al mismo
tiempo. Creo que nada podría estar más lejos de la verdad. ¡Qué difícil sería
esto! Y no solo lo difícil, qué poco práctico.
Primero, tú deberías tener al menos 8 ojos y cuando menos, 12 manos,
eso sin contar una habilidad sobrenatural de estar en diferentes lugares al
mismo tiempo. La realidad es que no puedes dedicarles la misma atención a
dos cosas al mismo tiempo, porque vas a terminar descuidando una o las
dos.
Nos han vendido esta idea del multi-tasking o multitarea a tal nivel que te
lo terminas creyendo. Terminas creyéndote super-poderosa, invencible,
inquebrantable. No me malentiendas, tú lo eres, pero lo eres porque es Jesús
en ti el invencible, el inquebrantable.
Pero nos venden esta idea de que todo lo debemos poder hacer al mismo
tiempo y ojalá rápido. Mira qué interesante esto: ¿qué pasa en esos
momentos en los que le dedicas mucho tiempo a una cosa y a la otra no?
Viene la duda. “¿Estaré descuidando esto?”. Viene la desconfianza: “No
estoy haciendo las cosas como debería, no soy suficiente, no hago las cosas
bien”.
Voy más profundo. La gente quisiera que yo les dijera: los domingos son
de Dios, son para la iglesia, pero los sábados son sagrados para mi familia.
¿Lo puedes ver? Del fin de semana dedico el 50% a mi ministerio y 50% a
mi familia.
Suena muy bonito, pero la realidad es otra. No quiero ofender a nadie, de
verdad que me encantaría decirles a mis hijas que todos los sábados son
para ellas, pero eso no es una realidad en el mundo en el que vivimos. No es
mi caso, y no pretendo que lo sea. Muchos sábados se los he dedicado a
ellas, bendito Dios cuando se puede, pero cuando no se puede, no puede
haber desmayos, vómitos, malas caras ni nada por el estilo.
Mis hijas saben bien que yo les dedico lo mejor de mí. Hay días que les
puedo dar solo unos minutos por la mañana, y otros por la noche, y ellas no
lo resienten. Sí, me dicen lo mismo que dicen todos los hijos: “Mamá, tú
trabajas mucho”. Pero ahí mismo yo les digo: “Sí, trabajo mucho, pero me
divierto mucho contigo también”. Y les recuerdo todos los momentos que
son solo para ellas, porque en efecto, doy el 100% de mí en otras áreas
como el ministerio o mi emprendedurismo, pero cuando ellas tienen mi
100% lo tienen de verdad; el trabajo no se interpone. Cuando estoy con
ellas, estoy con ellas solamente. Y claro, lo disfrutan. Aprovecho para
decirles: “Para tener estos momentos juntas de esta manera, tengo que
también tener estos otros momentos de trabajo”.
No debes sentir culpa ni condenación cuando te estás inclinando hacia un
lado, ya sea el de la familia o el del trabajo, ya que esa inclinación hacia un
lado es solo un movimiento temporero que haces para continuar hacia
delante. Tu sabiduría está en saber cuándo tienes que dedicarles tiempo a
qué cosas y cuánto tiempo requieren de ti, sabiendo que algo tendrá que ser
sacrificado en ese momento. El secreto es dedicar el 100% de ti cuando
separes el tiempo para las personas o situaciones específicas.
Regresemos al ejemplo del circo que te di anteriormente. ¿Has visto los
malabaristas? Ellos tienen esa habilidad de maniobrar hasta diez pelotas al
mismo tiempo. Bueno, eso es lo que se piensa a simple vista.
Si lo ves más detalladamente, no están manejando las diez pelotas al
mismo tiempo. Están manejando dos. Las demás pelotas están en el aire,
siguiendo su curso de acuerdo con el impulso que el malabarista les dio
cuando las tenía en sus manos.
Yo creo que el secreto aquí no se trata de manejar todas las cosas al
mismo tiempo, sino manejar solamente las que te quepan en tu mano en un
momento determinado, que lo más probable en nuestro caso sería una sola
cosa. Pero manejarlas de tal manera que cuando están en mis manos doy lo
mejor de mí para que cuando estén en el aire (temporalmente) puedan
seguir su curso normal y que cuando regresen a mis manos, o, en otras
palabras, ya estoy dedicándole mi tiempo, regresen de manera segura.
Creo que la clave está en usar bien el tiempo que le dedicamos a las cosas
importantes en nuestra vida. El malabarista sabe exactamente dónde va a
caer la pelota, y a qué velocidad y cuándo, porque cuando la tuvo en sus
manos, fue efectivo en accionarla y manejarla de la manera correcta para
que el acto de malabarismo pudiera continuar funcionando a la perfección.
De igual manera debes ser con todas las cosas que están girando
alrededor de tu vida.
Los psicólogos usan una frase que creo que se aplica muy bien a lo que te
estoy hablando. Ellos dicen: “Aquí y ahora”. ¿Qué significa esto?
“Aquí y ahora” significa que estés donde estés, y hagas lo que hagas,
estés de lleno en ese lugar, en ese momento. Si estás con tu familia, que
estés de lleno con tu familia. Si estás en tu trabajo, que estés de lleno en tu
trabajo. Si estás tomando este tiempo para crecer, que estés de lleno en este
espacio de crecimiento.
Bajo la manera común de “balancear proporcionalmente” las cosas, a
veces sucede que una persona está en su casa con su familia, pero una parte
de ella está en el trabajo. O a veces estás en el trabajo, pero una parte tuya
está en la familia. ¿Te suena familiar?
Quizás has sido enseñada a “estar en varios lugares al mismo tiempo”.
¡Eso es imposible! Es imposible físicamente, y es imposible mental y
emocionalmente. Eso sería como el mismo malabarista queriendo manejar
las diez pelotas al mismo tiempo. No le van a caber en las manos. Es más, si
no recuerdo mal, hasta ellos mismos las transportan en un baúl o una caja o
bolsa, porque saben que si intentan llevarlas todas en las manos se les van a
caer.
Eso termina pasando en nuestras vidas. Si tratas de manejar todas las
cosas al mismo tiempo, lo más probable es que una se te va a caer. ¡Este
concepto de balance es una mentira!
Hay momentos que se los tengo que dedicar al 100% a mi iglesia.
Hay momentos que se los tengo que dedicar al 100% a mi esposo.
Hay momentos que se los tengo que dedicar al 100% a mis negocios.
Hay momentos que se los tengo que dedicar al 100% a mis hijas.
¿Qué es lo que te quiero decir? El objetivo es llegar al otro lado de la
cuerda floja, no derechita con balance, sino moviéndote de lado a lado hasta
llegar.
Este movimiento, esta acción de pasarte de un lado a otro, es lo que te
brinda el equilibrio para no caerte. Es lo que te permite dar pasos firmes,
seguros, con precisión, porque tienes la capacidad de prestarle toda la
atención a ese solo paso, y luego vendrá el siguiente.
Cada momento es diferente. ¿Cómo se hace esto?
Se hace teniendo el discernimiento para saber cuánto necesita mi vida de
mí hoy y ahora, para seguir caminando en esta cuerda floja
equilibradamente, sin caerme, y sin que nada se me caiga. Y así llegar al
otro lado.
Ahora, ¿cómo puedes aplicar el principio del equilibrio en tu vida para
vivir, ahora sí, balanceada? Te quiero dar tres consejos. Presta mucha
atención:

NO PERMITAS QUE OTROS ESTABLEZCAN LO QUE ES


CONVENIENTE PARA TU VIDA.
Hay decisiones que debes tomar solo tú. A veces sucede que terminas
escuchando de más a las personas a tu alrededor y terminas tomando
decisiones con base en lo que te dijeron, pero al final la que terminará con
las consecuencias eres tú.
No puedes vivir bajo los estándares de otras personas.
Si tu mamá dejó su carrera para atenderte a ti, qué bueno. Fue su
decisión, pero tú no tienes que hacer lo mismo. Celébrala, agradécele. Pero
no dejes que te ponga un sentimiento de culpa por tú no hacerlo igual, o que
te haga sentir que eres una mala madre. Tú puedes emprender y ser
excelente madre al mismo tiempo. Es posible, y muchas mujeres lo hacen.
Si tu suegra trabajaba fuera de casa, pero aun así todas las tardes hacía
asignaciones con tu esposo porque ella tenía balance en su vida y sus hijos
eran prioridad, el hecho de que tú no hagas lo mismo no quiere decir que
tus hijos no son prioridad para ti. ¡No te dejes manipular! Cada situación es
diferente.
Tu objetivo debería estar en no ser como los demás, sino ser como tú
sientas que es necesario de acuerdo con tu situación personal. Procura
siempre dar lo mejor de ti en aquello que estás haciendo en ese momento.
No dejes que ninguna mujer te ponga la presión de “balancear” tu vida,
cuando la única que puede saber lo que requiere tu vida para estar
equilibrada eres tú misma.

CUANDO DEDIQUES TIEMPO A


UNA COSA EN PARTICULAR, PON TODA TU
ATENCIÓN EN ESA ÁREA.
Esta es una de mis claves: cuando yo estoy trabajando en algo, yo estoy
en eso al 100%, con mi empeño máximo. Me concentro en eso que estoy
haciendo. Me dedico por completo a eso durante el tiempo en que lo estoy
haciendo.
No soporto las cosas a medias. No hago nada a medias.
La gente te va a decir: es que no puedes hacerlo todo bien. Y tú les vas a
decir: “Watch me!” porque sí puedes hacer todo bien. Lo que no puedes es
hacer todo al mismo tiempo y con balance, pero si le das el 100% de
atención a tus prioridades cuando es necesario, créeme que vas a lograr que
todo vaya bien, como los malabaristas, que aun lo que no está en sus manos
funciona en el contexto de todo lo demás.
Cuando tú te dediques a una sola cosa en un momento determinado, vas a
ver cómo tu mente se concentra en eso. Vas a darte cuenta de cómo logras
tener claridad mental para lo que estás haciendo, y tu tiempo se vuelve más
efectivo. Vuelvo y te digo, nos han vendido la idea del “multi-tasking” y
qué lindo se escucha decir que una mujer puede cocinar, hablar por
teléfono, atender el bebé y cuadrar la chequera al mismo tiempo. Se oye
bello. En la vida real eso es un desastre y no debería ser así. Es mejor
atender bien al bebé, o preparar una comida suculenta, o atender esa
llamada con todo tu enfoque, o cuadrar la chequera, pero si estás haciendo
las cuatro al mismo tiempo, créeme que no le estás dando tu 100% a
ninguna, y de ninguna podrás decir que lo estás haciendo excelentemente
bien. De que lo estás haciendo, pues sí. Pero seguro no hay excelencia en
eso, y la peor parte te la estás llevando tú porque en ti queda el sentido de
que podías haber hecho algo mejor, pero no pudiste por estar haciendo tanto
al mismo tiempo.
Tú terminas siendo más productiva y eficiente atendiendo una cosa a la
vez con toda tu atención, a que si estás en tu modo “multi-tasking” mal
enseñado.
Dale el máximo a cada momento, a cada asunto. Planifica, delega,
estudia, aprende, haz todo lo que tengas que hacer, pero hazlo plenamente.
Y lo vas a hacer muy bien.

INVOLUCRA A TU FAMILIA EN LO MÁS QUE PUEDAS,


EN TODAS LAS ÁREAS DE TU VIDA. ASÍ PASARÁS MÁS
TIEMPO CON ELLOS.
Por ejemplo, si quieres hacer ejercicio, conviértelo, en la medida de lo
posible, en un evento familiar.
Todas mis hijas están involucradas en la iglesia. Todas están involucradas
en nuestros negocios, sobre todo en nuestros negocios. Así me crié yo,
siendo parte del negocio de mis padres. Sinceramente, mis memorias de
niña son en el taller de mis padres. Para mí eso es tan valioso.
Ellas hacen muchas cosas conmigo a modo de aprendizaje, a modo de
formación para ellas. Yo aprovecho ese tiempo con ellas y sé que es
productivo porque ellas están aprendiendo, se están moldeando, y están
recibiendo mucho de lo que tenemos que darles.
Yo no me quejo jamás de hacer tantos proyectos junto con mi esposo. Al
contrario, es una bendición porque mientras más involucrada está toda la
familia, más fácil va a ser aliviar esas tensiones que la gente quiere resolver
con “balance”, y que hoy ya entiendes que es una falacia total.
Dios nos manda a que seamos buenos mayordomos de todo lo que Él nos
da. Eso quiere decir manejar bien las cosas que Dios pone en nuestras
manos, cuidar de ellas, y que sean no solo de provecho, sino que den fruto
para el reino de Dios. Dios pone en tus manos una familia, un ministerio, un
trabajo, un negocio, y muchas otras cosas más que va a poner en tus manos
cuando entiendas este principio del equilibrio.
Si aprendes a equilibrar cada cosa, sabiendo que cada cosa tiene un lugar
y un tiempo, vas a ser un buen mayordomo de lo que Dios pone en tus
manos. Vas a darte cuenta de que cuando logras tener este equilibrio, esta
posibilidad de meterte de lleno, estar al 100% en lo que estás haciendo, vas
a ser más capaz de sacar la tarea adelante. Vas a poder rendir mejor, y las
cosas no te van a ser una carga, sino más bien una bendición.
Vas a poder disfrutar de ellas, y como dice el Señor en esa parábola de los
talentos, vas a tener gozo a la hora de hacerlas. Esa frase muchas veces la
tomamos como la recompensa, el premio de la vida eterna. Yo creo que
cuando el Señor dice: entra en el gozo de tu Señor, ese gozo es un estilo de
vida. Es una vida de abundancia, paz y alegría de saber que Dios está en
control de todas las cosas, y que nos da la posibilidad, si somos fieles, de
administrar sus riquezas en nuestras vidas, y de hacerlo con alegría.
Vas a ver cómo un pequeño-gran cambio en tu manera de ver las cosas y
de hacerlas te puede traer grandes beneficios a ti misma, a lo que es
importante en tu vida, y a los que están a tu alrededor. ¡Sí es posible hacer
todas las cosas y hacerlas bien! Hazlo y te darás cuenta de todo lo que
puedes lograr.
12
El mundo de los negocios te espera

“Cada día comienzan operaciones 400 negocios cuyas dueñas son


mujeres hispanas. Desde el año 2007, las empresas fundadas por mujeres
hispanas han crecido a un ritmo de 172 por ciento”.1
La influencia de las mujeres hispanas en el mundo empresarial es
arrolladora y está afectando positivamente la economía como nunca en la
historia. Todas esas mujeres que están triunfando y siendo reconocidas
entendieron que era su responsabilidad crear un mejor futuro desde su
presente. No nacieron sabiendo. Descubrieron que eran capaces, muchas se
educaron y otras fueron aprendiendo poco a poco, mientras desarrollaban
sus empresas. Si buscas sus historias, verás que sus inicios fueron regidos
por la planificación, tal vez informal al principio, y fueron perfeccionándola
mientras aprendían de su emprendedurismo. Otras ya tenían la educación e
hicieron una planificación más sofisticada.
Observa el dominio que hemos estado adquiriendo en tan grande círculo
empresarial. Te entusiasma, ¿verdad?
¿Tienes una idea de negocios? Siéntate a planificar…
1. Fecha de lanzamiento
2. Modelo operativo
3. Costos iniciales
4. Distribución de tiempo
5. Inversión de tus fortalezas
6. Recursos que necesitas aquí y ahora
Planifica para hoy, para 5 años y para 10 años. La planificación te da
firmeza de propósito y de acción.
Haz un análisis de tu presente, con todo lo que gusta y te disgusta de este
momento. Ahora, proyéctate hacia el futuro y lo que en verdad quieres
hacer y ser en el futuro.
Piensa en cómo caminan las mujeres que conoces o ves en los medios
cuando se dice de ellas: “la empresaria ___________” o “es la dueña de…”
¿No sentirías una satisfacción personal muy especial por haberte atrevido a
emprender, si fuera de ti que hablaran? ¿Sentirías que lo lograste?
Emprender te cambia la vida, la estima propia y tu imagen ante el mundo.
Podrás tener grandes éxitos, pero lo que te va a llenar más que todo, es
saber que quisiste emprender, te arriesgaste, fuiste sabia, y lo conseguiste.
Todo sacrificio o dolor se pierde en el olvido. Alcanzaste el éxito.
¡Eres empresaria! ¡Te felicito!

1
Consulta en línea: https://www.nwbc.gov/2019/10/15/400-hispanic-
women-owned-businesses-are-launched-each-day/
Acerca de la autora

Omayra Font es la empresaria probada, con una extensa trayectoria en


diversos sectores del emprendedurismo. De paso firme y sabiduría
financiera, ha creado su equilibrio para ser esposa, madre, abuela,
educadora y una mujer de Dios con un ministerio pastoral internacional.
Mujer, emprende es el libro cumbre de su serie de libros de bolsillo para
la mujer, nacidos en el corazón de la autora para ayudar a las mujeres a
desarrollarse al máximo. En esa misma línea se destacan su grupo privado
de Facebook, Divinas Elite, y sus podcasts de enseñanza y motivación. Sus
mensajes se escuchan a través de las ondas radiales de Pura Palabra Media
en Puerto Rico y Orlando, Florida, y en Internet por purapalabra.com.
Omayra es, además, coach certificada de ICP y Advanced Certified Hogan.
Es la esposa de Otoniel Font; madre de Joanirie, Janaimar, Jenibelle y
Jillianne, y abuela de Eliana Grace. Es Pastora de las iglesias Fuente de
Agua Viva en Puerto Rico y Orlando, Florida; y fundadora y directora de
Fountain Christian Bilingual School. Reside en Puerto Rico junto a su
familia.

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