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Esta parte del libro nos aconseja que no es conveniente, si es que se quiere agradar a
alguien, que andemos criticando a una persona, por que esta se va a defender. Las
personas tienden a sentirse ofendidas cuando son criticadas, todos pensamos que siempre
tenemos la razón y nos justificamos de variadas formas, como bien da un ejemplo el autor:
Dos pistolas Crawler era un asesino serial, de gatillo fácil, pero este al ser detenido deja
una carta diciendo que el todo este tiempo solo “trataba de defenderse y que vive en él un
corazón bueno”. Por eso criticar, para nuestro fin, no es lo más conveniente.
Toda persona tiene el ferviente anhelo de ser apreciado, que sus actos, palabras, formas
de pensar o forma de vestirse o arreglarse sea visto con buenos ojos por los demás. El
autor hace hincapié en que no estamos hablando de adular, porque eso requiere que
mintamos, si no de apreciar, de ver los aspectos positivos de las personas y las resaltemos,
de esta manera apreciaremos y provocaremos en las personas un sentimiento positivo.
3. Quien puede hacer esto tiene al mundo entero consigo; quien no puede, marcha solo por
el camino.
VEHEMENTE: Que obra de forma irreflexiva y apasionada, dejándose llevar por los
sentimientos o los impulsos.
Esta parte del libro se refiere a encontrar “que es lo quieren las personas” todos queremos
algo, por eso realizamos cierto tipo de acciones, cada movimiento o decisión que
tomemos tiene un motor y es un querer, hasta cuando donamos dinero para la caridad, lo
que queremos es sentirnos altruistas, que hacemos el bien y que somos buenos. De esta
manera concluimos que si queremos hacer que una persona haga algo debemos
enfocarnos en lo qué es lo que aquella persona quiere y partir de ahí. Como ejemplo el
autor da al principio un hecho muy claro: “Cuando voy a pescar pongo lombrices en el
anzuelo, no pongo el sándwich que me gusta o una salchicha, lo que pongo es una lombriz
porque eso es lo que les gusta a los peces, lo que ellos quieren”.
REGLA 1
“No critique, no condene ni se queje”
REGLA 2
“Demuestre aprecio honrado y sincero”
REGLA 3
“Despierte en los demás un deseo vehemente”
Mostrar interés por los demás siempre es retribuyente. Hay varios ejemplos en esta regla
para agradar a los demás, por ejemplo, el del violista que al jubilarse decidió ser
autoestopista y tocar su violín por todas partes en el camino se encontró con otros
violinistas y al interesarse por el pasado y la vida de estos se ganó grandes amigos y gente
que lo recuerda y hasta apodo le tenían “el tío George”. Otro ejemplo es el de Theodore
Roosevelt, quien alguna vez fue consultado por la esposa de uno de sus empleados en
casa blanca sobre una codorniz a lo que este puso completa atención y explico con
paciencia el tema, hasta alguna vez cuando vio una codorniz llamo por teléfono a la señora
para mostrarle la codorniz, y así de esta manera se ganaba el afecto de hasta las personas
queridas de sus más humildes empleados. Un honesto interés por los demás trae devuelta
la simpatía dada y la ganancia de nuevas amistades y posibles clientes.
Esta regla nos dice que la mejor manera de causar una buena impresión es la SONRISA.
Hay muchos ejemplos de lo que puede hacer una sonrisa, pero la que me hizo darme
cuenta de que esto era cierto es cuando comparo este gesto al de un perro: “Un perro
cuando ve a su dueño salta y mueve la cola, muestra alegría sincera y esto causa felicidad
en la persona”. Bien, es evidente que sí, yo tuve un perro y aunque venia cansado o
aburrido o estresado del trabajo, me causaba mucha felicidad cuando venía corriendo
hacia mí, moviendo la cola desesperado por lanzarse hacia mí y lamerme. Así que hay
cierta verdad en esta regla. Pero ya yendo a la aplicación de esta regla, no se puede
sonreír por sonreír, no, lo que se quiere es una verdadera sonrisa, algo que pueda ser
contagiosa. El libro plantea que la felicidad no depende de condiciones externas, depende
de condiciones internas; por lo tanto, el sonreír debe venir de una mentalidad, una actitud
predispuesta a sonreír en cualquier ocasión. Tampoco hay que confundir con una
obligación, si no, más bien con pensar bien, pensar en ser más capaz, más proactivo más
feliz y así poco a poco llegar a la meta que es dar felicidad y en consecuencia las personas
sean felices con uno. “La acción parece seguir al sentimiento, pero no es así, la acción y el
sentimiento van juntos, así que, si no se tiene el sentimiento, se puede regular la acción,
que más depende de la fuerza de voluntad” entonces, según esta última frase dada en el
libro, si nosotros nos esforzamos por sonreír y procedemos a tener pensamientos felices
con voluntad propia, la felicidad se hará presente, y podremos seguir adelante. Por lo
tanto, la presentación, para causar una buena primera impresión es SONREIR con sincera
felicidad para así contagiar a nuestro interlocutor y nos devuelva una sonrisa que ponga
en buen rumbo la amistad.
“Sonreír”
Según Dale Carnegie es importante recordar el nombre de las personas, pues esta simple
acción produce en nuestro interlocutor una receptibilidad. Se puede concluir que cada
persona siente recibir el respeto que se merece cuando su nombre es recordado y hasta
celebrado resultando esto un buen catalizador para el dialogo positivo entre 2 personas.
“Recuerde que, para cada persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en
cualquier idioma.”
Según esta regla, escuchar de manera interesada hará que nuestros interlocutores
muestren interés hacia nosotros, es decir, que, si en una conversación alentamos a
nuestra compañía a hablar más sobre sí mismos, y lo hacemos de manera que nuestro
interés se volqué completamente a lo que esa persona tiene que decir, esta persona se
sentirá más que alegre de poder ser escuchada, se sentirá valorada, y por tanto tendrá una
percepción positiva a hacia nosotros.
Según esta regla debemos investigar sobre el interés personal más apasionante que tiene
la persona de nuestro interés; y con esto partir en la conversación, esto resultará en
hacernos interesantes a los ojos de nuestro interlocutor y por lo tanto estará más
receptivo a lo que le podamos pedir.
Una regla que leí varias veces. El texto nos habla sobre acatar la regla más importante en
la misión de ganar amigos y es tan simple…: “Trate siempre de que la otra persona se
sienta importante”. A la vez de decirnos esto, nos da ejemplos de personas que lograron
negocios importantes o hicieron feliz a su interlocutor en un día nublado. Y es que esta
regla, ejecutada bien, nos da el poder de manejar las emociones y hacer que nuestra
persona de interés nos ponga una atención positiva y esté receptivo a nuestro pedido. Es
importante resaltar que el secreto del éxito de esta regla esta en ser sincero con nuestra
apreciación, una vez más la honestidad es nuestro caballito de batalla para lograr el éxito
de las relaciones humanas pues la adulación y la hipocresía no son más que aptitudes que
nos llevaran a perder amigos.
REGLA 1
“Interésese sinceramente por los demás.”
REGLA 2
“Sonría.”
REGLA 3
“Recuerde que, para toda persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en
cualquier idioma.”
REGLA 4
“Sea buen oyente. Anime a los demás a que hablen de sí mismos.”
REGLA 5
“Hable siempre de lo que le interese a los demás.”
REGLA 6
“Haga que la otra persona se sienta importante y hágalo sinceramente.”
Esta regla nos habla sobre las discusiones. Al decirnos que “no es posible ganar”
no se refiere necesariamente que debamos perder y ceder, no; si no, más bien, en
dejar en claro que entendemos la posición del otro para así pasar a lo que
nosotros queremos. Un ejemplo de esto es: cuando el sr O’Haire quiere vender un
camión white pero se encuentra con un cliente que desprecia esa marca de
camiones y prefiere los camiones tal, en respuesta a esto el sr O’ Haire envés de
enojarse y dejar bien claro la superioridad de sus camiones White, lo que hace dar
la razón al cliente y estar de acuerdo con él respecto de la confiabilidad de los
camiones tal, y él hace esto por una razón importante y es que él al aceptar la
postura de su cliente entonces termina con la discusión y por supuesto el cliente
se queda sin base para una réplica. Aprovechando esto el sr O’Haire ahora puede
hablar con total libertad y receptividad por parte del cliente sobre los camiones
White y convencerle de los beneficios que tiene sus camiones. De esta manera el
sr O’Haire no solo gana un comprador si no también la buena voluntad de un buen
cliente.
Es muy fácil hacer que una no esté de acuerdo con Ud. Solo dígale a esta persona
que se equivoca. La mayoría de las discusiones es provocada por no saber llevar
los desacuerdos y esto es en base que una persona tiene razón y la otra persona
no entonces, para no ganarnos enemigo lo único que debemos evitar es decirle a
la otra persona que se equivoca, pues de esta manera, evitaríamos hacer sentir
mal a esa persona, evitaríamos ofender su inteligencia y su dignidad. La regla nos
exige ser más diplomáticos, escuchar y seguido, de forma sutil, demostrar a la otra
persona que se equivoca, con tacto y paciencia.
Una manera es así como lo expresaba Alexander Pope:
“Se ha de enseñar a los hombres como si no se les enseñara. Y proponerle cosas
ignoradas como si fuesen olvidadas”
Otra forma es como Galileo lo decía:
“No se le puede enseñar nada a nadie; solo se le puede ayudar a que lo encuentre
dentro de sí.”
Chesterfield dijo:
“Has de ser más sabio que los demás, si puedes; pero no lo digas”
Y por último Sócrates dijo:
“Solo sé que no sé nada”.
Hasta a veces decir la frase “puede que me equivoque…” llega a ser muy
beneficiosa pues aquello implica que hay comprensión por nuestra parte hacia la
otra persona; y esto lo desarmara de tal manera que se muestre más receptiva a
nuestra opinión.
“Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que
esta equivocada”
Muchas veces no tenemos la razón, pero el orgullo hace lo suyo y nos orienta a
resistirnos a cambiar de opinión, pero esto no es más que un obstáculo para
conseguir amigos o salir bien librado de un problema. La regla nos dice que si nos
equivocamos lo admitamos de forma rápida y enfática. Al admitir nuestro error
mostramos honestidad y valentía a nuestro interlocutor. Veamos un ejemplo: Dale
Carnegie paseaba a su perrito, era uno de raza pequeña, lo paseaba por un parque
sin bozal ni correa, esto no está permitido, pero en vista que en el parque no había
gente, Dale pensó que no iba a ser necesario ponerle dichos accesorios a su perro,
pero, fue visto por un agente que andaba por esa zona. Rápidamente se dirigió a
Dale y lo increpo con toda la necesidad de mostrar su importancia como autoridad
y le dijo: ¿Cómo es posible que su perro no tenga la correa y el bozal? ¿acaso cree
que la ley está porque sí? No me importa si su perro es pequeño, podría matar
una ardilla o morder a un niño, no habrá consecuencias esta vez, pero si lo vuelvo
a encontrar otra vez faltándole a la ley, lo llevare a lo multare. Ante esto Dale no
pudo más que pedir disculpas, decir que no lo volvería a hacer e irse a su casa. Un
tiempo después Dale volvió a sacar a pasear a su perro con correa y bozal pero el
animal estaba muy incómodo con el bozal y no había niños ni ardillas cerca, así
que le quito los accesorios y lo dejo correr libremente. El oficial de la otra vez
apareció de nuevo por ahí, Dale lo vio y fue a hacia él, antes que el agente
empiece a hablar Dale lo interrumpió y dijo:
- Agente me sorprendido con las manos en la masa. Soy culpable. No tengo
excusas ni disculpas. La semana pasada me advirtió usted que si volvía a traer al
perro sin bozal me iba a aplicar una multa.
- Sí, es cierto – respondió el agente con tono muy suave – Pero yo sé que es una
tentación dejar que el pobre perrito corra un poco por aquí, cuando no hay nadie.
-Claro que es una tentación, pero es contrario a la ley.
- Bueno, un perrito tan chico no va a hacer daño a nadie – recordó el agente.
- No, pero puede matar alguna ardilla – insistí.
- Vamos, creo que usted está extremando las cosas. Escúcheme. Déjelo correr más
allá de la colina, donde yo no pueda verlo… y aquí no ha pasado nada.
Según Lincoln: “más moscas atrapamos con una gota de miel que con un galón de
hiel”. Asi pues para que en una discusión lleguemos a una solución que nos
beneficie debemos atacar el problema con tacto y amabilidad, usando palabras
amistosas que suavicen ánimos exacerbados, porque dejarnos llevar por las
emociones y enojarnos y gritar con nuestro interlocutor no llevara a nada, por eso:
“Empiece en forma amigable”.
5. El secreto de Sócrates.
Hay una forma de hacer que nuestro interlocutor no solo acepte nuestras
propuestas, sino que también llegue a concluirla como lo más conveniente para él.
El secreto está en el método socrático que implica hacer preguntas amables a
nuestro interlocutor para obtener de él respuestas afirmativas y así obteniendo 2
“sí“ para que la siguiente respuesta sea en consecuencia afirmativa con total
convicción de nuestro interlocutor. Estas preguntas se hacen poniéndonos en el
punto de vista de nuestro interlocutor y así saber que preguntas resultarían en su
afirmación. Así pues, el “sí, sí” es nuestro mejor aliado para convencer a cualquier
persona con nuestra propuesta.
La regla nos dice que hablar demasiado es un error común que comete cada
vendedor. Hay que saber escuchar con paciencia y ecuanimidad, pues nuestro
interlocutor sabe lo que quiere y dejar darles rienda suelta a sus ideas es lo más
aconsejable para obtener sus deseos y utilizarlos a nuestro favor. Por eso saber
escuchar es primordial en nuestra búsqueda de amigos, clientes y asociados.
El capítulo pretende que, las personas responden mejor cuando se les reta, se les
desafía. Una persona de carácter responderá a esto y hará un excelente trabajo,
pero claro, se le debe retar a un trabajo interesante, uno que estimule su ser. El
libro nos da el ejemplo de Charles Schwap, quien dirige una fábrica que en aquel
momento había bajado la producción, entonces al consultar con el capataz, este
responde que intentó de todo, desde mostrarle como se hace hasta amenazar con
el despido, pero nada de esto ha funcionado para que los obreros produzcan
como debe de ser. Al escuchar esto Schwab fue donde uno de los obreros y le
pregunto: ¿cuantas veces descargó el horno el día de hoy? A lo que el obrero
contestó que 6 veces, acto seguido Schwab escribió en el suelo el número 6 y
luego se marchó sin mediar palabra. Cuando llego el equipo del turno noche
vieron el numero escrito en el suelo y preguntaron qué significaba, a lo que el
obrero respondió que el jefe pregunto cuántas veces descargamos del horno y le
dimos ese número. Al día siguiente el equipo del turno día vieron que los del turno
noche borraron el 6 y pusieron en su lugar el 7, el cual es el número de veces que
ellos descargaron el horno; entonces, los del día se vieron retados por esto y al
final del día borraron el 7 y escribieron el 10, superando a los de la noche. Así de
esta manera, Schwab fomento la competencia para que la producción aumentara.
EN POCAS PALABRAS:
REGLA 1
“La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola.”
REGLA 2
“Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está
equivocada.”
REGLA 3
“Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente.”
REGLA 4
“Empiece en forma amigable.”
REGLA 5
“Consiga que la otra persona diga “sí, sí” inmediatamente.”
REGLA 6
“Permita que la otra persona sea quien hable más.”
REGLA 7
“Permita que la otra persona sea quien hable más.”
REGLA 8
“Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona.”
REGLA 9
“Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona.”
REGLA 10
“Apele a los motivos más nobles.”
REGLA 11
“Dramatice sus ideas.”
REGLA 12
“Lance, con tacto, un reto amable.”
IV. SEA UN LIDER: COMO CAMBIARA A LOS DEMAS SIN OFENDERLOS NI DESPERTAR
RESENTIMIENTOS.
“Amigo mío – le dijo -, este discurso es espléndido, magnifico. Nadie podía haber
preparado uno mejor. En muchas ocasiones seria exactamente lo que habría que
decir, pero ¿se presta para la situación actual? Veraz y sobrio como es, desde su
punto de vista, yo tengo que considerarlo desde el punto de vista del partido. Yo
desearía que volviera usted a su casa y escribiera un discurso según las
indicaciones que yo le hago, enviándome después una copia”.
Y así se hizo, el autor no sintió ningún rencor por la crítica dada, uy por el contrario
acepto la crítica y con las indicaciones de McKinley mejoro el discurso y ahora
McKinley pudo contar con uno de los oradores más eficaces de la campaña.
El presente capitulo nos habla de la crítica indirecta, ósea, dar una crítica asertiva
sin que nuestro interlocutor se ofenda o guarde rencor o se sienta mal por ello.
Una forma de esto nos la dan con un ejemplo: Al momento de criticar,
asertivamente empezamos con un elogio, sin embargo, seguimos con la palabra
“pero” y seguido la crítica. Pero ¿qué pasaría si envés del “pero” utilizamos la
palabra “y”? vamos al ejemplo de Johnny a quien se le llama la atención por su
pobre rendimiento en la escuela:
“Estamos orgullosos de ti, Johnny, por haber mejorado tus notas este mes. Pero si
te hubieras esforzado más en algebra, los resultados hubieran sido mejores
todavía”.
Johnny se sentirá feliz hasta el momento que escuchará la palabra “pero”, pues
dudará del elogio sincero antes del “pero”. Ahora hagamos la misma critica, pero
reemplazando la palabra “pero” por la “y”:
“Estamos orgullosos de ti, Johnny, por haber mejorado tus notas este mes, y si
sigues esforzándote podrás subir las notas del algebra al nivel de los demás”.
Ahora sí, Johnny no sentirá que fue una crítica sino más bien un elogio y un ánimo
para seguir con más fuerza.
Otra forma de hacer una crítica indirecta es como lo hace la Sra. Marge Jacob:
Unos desprolijos obreros que trabajaban en su casa, dejaban al final del día restos
de madera, pero la Sra. Jacob no quería ganarse la enemistad de ellos pues a pesar
de esto hacían un excelente trabajo, de modo que cuando se marcharon, ella y sus
hijos empezaron a limpiar y dejar apilados en un rincón los restos de madera. A la
mañana siguiente llamo a parte al capataz y le dijo:
- Estoy realmente contenta por el modo en que dejaron el patio anoche; así de
limpio y ordenado, no molestara a los vecinos.
Desde ese día los obreros recogieron y ordenaron los restos de madera, incluso el
capataz buscaba la aprobación de la señora por el orden hecho el día anterior.
Entonces una forma de hacer criticas sin hacer sentir mal a nuestro interlocutor ni
generar rencores o resentimientos es: