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JAMES-LANGE
Emociones Según esta teoría, si se provoca una determinada respuesta fisiológica se contribuirá a la emoción,igualmente si se inhibe la
respuesta fisiológica así mismo se dejará de experimentar la emoción.
Por ejemplo, llorar ante un evento provocaría tener la experiencia de una emoción de pena. Por el contrario, si evitamos la respuesta de llorar,
se provocaría una experiencia emocional diferente.
En la actualidad, el control de respuestas fisiológicas se ha utilizado como estrategia psicoterapéutica para el manejo de emociones.
Emoción: producida mediante los sentimientos que nos produce estar conscientes de los cambios corporales que se producen después de un
estimulo.Gracias a los cambios variados y a las combinaciones de que estas actividades orgánicas son susceptibles, es posible de un modo
abstracto, que ningún matiz de emoción, por ligero que sea, se produzca sin una repercusión corporal también, toma en su totalidad como el
estado mental mismo.
La importancia de la expresión corporal radica para James en que si nos representamos una fuerte emoción y en seguida procuramos abstraer
de la conciencia que de ella tengamos todas las sensaciones de sus síntomas corporales, nos encontramos con que no nos queda nada.
Sensación: se produce mediante el sistema nervioso.Cada emoción es la resultante de una suma de elementos, y cada elemento tiene por causa
un proceso fisiológico determinado.
Desde el momento en que se explica la génesis de una emoción como el despertar por un objeto excitante, una cantidad de acciones reflejas
que son inmediatamente sentidas, vemos inmediatamente porqué no hay limites en el numero de las diferentes emociones que se pueden
experimentar, y por qué las emociones de los diferentes individuos pueden variar indefinidamente a la vez en cuanto a su constitución.
Objeciones a la Teoría:
1) Primera Objeción: No hay ninguna prueba evidente en apoyo al postulado de que percepciones particulares producen efectivamente efectos
corporales anteriores a la aparición de una emoción o de una idea emocional.
2) Segunda Objeción: Toda producción voluntaria y tranquila de las pretendidas manifestaciones de una emoción especial, debería darnos esta
emoción misma.
3) Tercera Objeción: La manifestación de una emoción, lejos de aumentarla, la hace cesar. (Hay que recordar que la emoción mientras que se
esta expresando no cesa, lo que ocurre es que se van agotando los centros nervioso, por lo que la fatiga nos lleva a la calma, pero no es que se
borre la emoción).
Emociones delicadas
Entiéndase como sentimientos morales, intelectuales y estéticos. Sentimientos que son debido a la forma, bajo los cuales pueden combinarse
ideas.
La emoción estética es pura y simple, el placer que nos causan ciertas lineas, ciertas masas, ciertas combinaciones de colores y de sonidos, es
un hecho absolutamente sensible.
La emoción y el conocimiento aparecen disociados, y el sentimiento esta ausente casi por completo en cuanto podemos juzgar, de los procesos
cerebrales cuanto que estos no piden auxilio a las partes inferiores.
Las corrientes nerviosas descienden a través de sus vías preestablecidas modificando el estado de los músculos, de la piel y de las vísceras, y
estas modificaciones percibidas como el objeto original, en otras tantas partes de la corteza, se combinan con él en un estado de conciencia y
le transforman, de un objeto simplemente representado en un objeto sentido emocionalmente.
La causa no es mas que una idea pero esta idea produce las mismas irradiaciones orgánicas o casi las mimas que la idea original, de tal suerte,
que la emoción es de nuevo una realidad.
La psicología siempre se ha interesado por las emociones, porque éstas influyen en nuestro pensamiento, nuestra conducta e incluso
nuestra salud mental.
Es por eso que el concepto de inteligencia emocional ha ido ganando terreno en las últimas décadas y palabras como validación emocional,
regulación emocional o gestión emocional nos resultan cada vez más familiares. Está demostrado que la inteligencia emocional mejora nuestro
bienestar y nuestro rendimiento. En este artículo hablaremos de las emociones y cómo se clasifican estas manifestaciones humanas.
Fisiológicos: Es la primera reacción frente a un estímulo y son involuntarios: la respiración aumenta, cambios a nivel hormonal, etc.
Cognitivos: La información es procesada a nivel consciente e inconsciente. Influye en nuestra experiencia subjetiva.
Conductuales: Provoca un cambio en el comportamiento: los gestos de la cara, el movimiento del cuerpo...
A lo largo de los años, ha existido cierto debate entre qué es una emoción y qué es un sentimiento. Puedes conocer la diferencia en nuestro
artículo: "Los 16 tipos de sentimientos y su función psicológica"
Teorías de la emoción
De hecho, desde hace décadas se han ido formulando distintas teoría sobre la emoción. Las más importantes se clasifican de tres maneras:
fisiológicas, neurológicas y cognitivas.
Teorías fisiológicas: afirman que respuestas intracorporales son las responsables de las emociones.
Teorías neurológicas: plantean que la actividad en el cerebro lleva a respuestas emocionales.
Teorías cognitivas: proponen que pensamientos y otras actividades mentales son responsables de la formación de las emociones.
Puedes profundizar en estos modelos teóricos en nuestro post: "Psicología emocional: principales teorías de la emoción"
Las emociones primarias también se conocen como emociones básicas, y son las emociones que experimentamos en respuesta a un
estímulo. Para Paul Ekman, las afirmó que las emociones básicas son 6: tristeza, felicidad, sorpresa, asco, miedo e ira. Todas ellas constituyen
procesos de adaptación y, en teoría, existen en todos los seres humanos, independientemente de la cultura en la que se hayan desarrollado.
Sin embargo, recientemente, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Glasgow, que se publicó Current Biology, concluye que
no son seis las emociones básicas, sino que son cuatro.
Puedes saber más sobre este estudio en nuestro artículo: "Estudio demuestra que las emociones básicas son cuatro, y no seis como se
creía"
2. Emociones secundarias
Las emociones secundarias son un grupo de emociones que siguen a las anteriores. Por ejemplo, cuando experimentamos la emoción
básica de miedo después podemos sentir las emociones secundarias de amenaza o enfado, dependiendo, claro está, de la situación que
estemos viviendo. Las emociones secundarias son causadas por normas sociales y por normas morales.
3. Emociones positivas
Dependiendo del grado en que las emociones afectan al comportamiento del sujeto, éstas pueden ser o bien positiva o bien negativas.
Las emociones positivas también se conocen como emociones saludables, porque afectan positivamente al bienestar del individuo que las
siente. Favorecen la maner a pensar, de razonar y de actuar de las personas. Por ejemplo, la alegría, la satisfacción, la gratitud no provocan
una actitud positiva frente a la vida y nos hacen sentir experiencias que nos ayudan a sentirnos bien.
4. Emociones negativas
Las emociones negativas son opuestas a las emociones positivas, porque afectan negativamente al bienestar de las personas. También se
conocen como emociones tóxicas, y suelen provocar el deseo de evitarlas o evadirlas. El miedo o la tristeza son algunos ejemplos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de emociones, en pequeñas cantidades y relativa baja intensidad, no son perjudiciales. De
hecho, forman parte del proceso de aprendizaje, ya que gracias a ellas nuestra memoria emocional nos ayuda a recordar las consecuencias
que tienen ciertas conductas (o exponernos a ciertos contextos).
5. Emociones ambiguas
Las emociones ambiguas se conocen también como emociones neutras, puesto que no provocan ni emociones negativas ni positivas, ni
saludables ni no saludables. Por ejemplo, la sorpresa no nos hace sentir ni bien ni mal.
La existencia de estas emociones deja claro que somos animales complejos, y que nuestras experiencias presentan muchos matices.
6. Emociones estáticas
Algunos autores también han hecho referencia a las emociones estáticas. Son aquellas que se producen gracias a distintas
manifestaciones artísticas, como por ejemplo: la música o la pintura.
Así, al escuchar una canción podemos sentirnos muy felices o muy tristes, pero esa sensación sería cualitativamente diferente a la felicidad o
la tristeza que se experimenta ante cualquier otra experiencia, ya que se vive en un contexto artístico, mediado por símbolos y atribuciones
sobre las intenciones del autor.
Artículo relacionado: "Las 10 canciones que mejor nos hacen sentir (según la ciencia)"
7. Emociones sociales
Las emociones sociales no se refieren a las emociones culturalmente aprendidas, sino que es necesario que haya otra persona presente
o de lo contrario no pueden aflorar. Por ejemplo, la venganza, la gratitud, el orgullo o la admiración, son emociones que sentimos respecto a
otros individuos.
8. Emociones instrumentales
Las emociones instrumentales son aquellas que tienen como fin u objetivo la manipulación o el propósito de lograr algo. Son
complicadas de reconocer porque puede parecer que sean naturales. Sin embargo, son emociones forzadas y esconden una intención. En
ocasiones, son fruto de la auto-sugestión: someterse a ciertos contextos voluntariamente para hacer que una parte de esa emoción tiña nuestra
forma de comportarnos.
Autoconocimiento emocional
Autocontrol emocional
Automotivación
Reconocimiento de las emociones de los demás
Relaciones interpersonales
Seguramente quieras saber más sobre esta teoría. Así que puedes visitar nuestro post: "¿Qué es la Inteligencia Emocional? Descubriendo
la importancia de las emociones"
Los 6 Tipos de Emociones Básicas (Clasificación con
Imágenes)
Los tipos de emociones básicas presentes en el ser humano son el miedo, la ira, el asco, la tristeza, la sorpresa y la alegría.
Las emociones son experiencias conscientes relativamente breves caracterizadas por una actividad mental intensa y un alto grado de placer o
displacer. La emoción suele estar entrelazada con el estado de ánimo, el temperamento, la personalidad, la disposición y la motivación.
Una definición posible es: “un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta
fisiológica y una respuesta conductual o expresiva “.
Según el modelo de Scherer existen cinco elementos cruciales de la emoción. La experiencia emocional requiere que todos estos procesos se
coordinen y sincronicen durante un corto período de tiempo, impulsados por procesos de evaluación.
Clasificación dimensional
Se basa en la idea de que existe un espacio emocional que posee cierto número de dimensiones, generalmente bipolares (dos dimensiones),
donde pueden organizarse todas las experiencias afectivas que existen.
De esta manera, las distintas emociones se colocan circularmente alrededor de dos ejes ortogonales. En el centro de los ejes se colocarían las
experiencias neutras (Russell, 1980).
Dos dimensiones bipolares básicas serían la “valencia afectiva” y la “intensidad”. La primera se refiere a placer versus displacer y la segunda
al nivel de activación o arousal, siendo los extremos alta activación versus baja activación.
Existe así, un punto crítico en el que según se esté por encima o por debajo, la experiencia afectiva se clasifica en un polo u otro.
Por ejemplo, la emoción de estar asustado puede clasificarse como de alta activación y displacer. Mientras que estar relajado encaja con los
polos, baja activación y placer. Por otro lado, la sorpresa sería de alta activación, pero de valencia afectiva neutra.
Las ventajas de esta forma de clasificación de los tipos de emociones es que se pueden ver las interconexiones que pueden tener las distintas
experiencias afectivas, aunque no analiza específicamente cada una de esas experiencias.
Aquí la atención no está fijada en hacer una lista de emociones, sino en explicar cómo se organizan y asocian entre ellas.
Ha sido una teoría criticada por no describir más etiquetas emocionales de las que existe mucha evidencia empírica. Además, no se sabe si
reflejan verdaderamente las funciones cerebrales programadas biológicamente.
Clasificación categorial
Tradicionalmente se ha querido organizar las emociones en distintas categorías. Sin embargo, la investigación continúa y lo que se espera es
que, según aumente el conocimiento, las clasificaciones vayan cambiando.
Además, es necesario tener en cuenta que las barreras entre cada categoría pueden ser porosas, permeables y no absolutamente estrictas
(Damasio, 2003).
Así, el espacio emocional se considera un conjunto de unidades o categorías emocionales que están bien definidas y concretas, teniendo cada
una unos rasgos distintivos.
Es decir, cada tipo de emoción es diferente en cuanto a niveles de expresión motora y conductual, así como en las funciones adaptativas que
poseen (funciones biológicas, comunicación social, resolución de problemas que amenazan la supervivencia, etc.) Se centra en la organización
interna de cada categoría o emoción, más que cómo se asocian entre sí.
Los tipos de emociones categoriales típicos se propusieron por Ekman y friesen (1975), y se conocen como “The big six” (los grandes seis).
Son los siguientes:
1- Miedo
Es una de las emociones más estudiadas y que más interés ha generado en los investigadores y teóricos en Psicología. Es una emoción que
surge ante un peligro real y presente.
Se activa cuando nuestro bienestar mental o físico se ve amenazado (pensar que va a recibirse un daño o se está en peligro). Esta activación
tiene como fin dotar de energía al organismo para huir, o enfrentarse a lo temido de alguna forma.
A veces es difícil definir cuáles son los estímulos que desencadenan miedo, porque esto puede variar en gran medida. Así, cualquier estímulo
puede generar miedo, todo depende del individuo. Un ejemplo de esto son los múltiples y variados casos de fobias.
2- Ira
Estado afectivo de frustración, indignación, rabia, furia, cólera… que surge por sentirse ofendidos por otras personas o cuando dañan a otros
que son importantes para nosotros. La reacción de ira es más intensa cuanto más gratuito e injustificado sea el daño, provocando sentimientos
temporales de odio y venganza.
Los desencadenantes más típicos es sentir que nos han traicionado o engañado, o que no obtenemos una meta deseada que veíamos muy
cerca. No obstante, puede surgir por casi cualquier estímulo.
Sus funciones son sociales, de auto-protección, y de autorregulación. Existen técnicas para controlar la ira y la agresividad.
3- Asco
Se experimenta como una tensión que tiene el objetivo de evitar, huir o rechazar un objeto o estímulo determinado que produce repugnancia.
En cuanto a la parte fisiológica, produce una respuesta parecida a las náuseas.
Proviene de la evitación de la ingesta de alimentos en malas condiciones o de situaciones insalubres, como mecanismo de supervivencia ya
que esto podría poner en peligro la salud del individuo.
4- Tristeza
Es una emoción negativa, donde el individuo lleva a cabo un proceso de valoración sobre algo que le ha sucedido. Concretamente, se suele
desencadenar por la pérdida o fracaso (real o que se concibe como probable) de algo importante para la persona.
Esta pérdida puede ser permanente o bien temporal, y también puede experimentarse si otra persona importante para nosotros se siente mal.
Algo que destaca en la tristeza es que puede reflejarse en el presente a través de los recuerdos del pasado y la anticipación de un futuro.
La tristeza sirve en las relaciones sociales como demanda de atención o ayuda para ser apoyado.
5- Sorpresa
Es una emoción neutra, ni positiva ni negativa. Se da cuando ya hemos predicho lo que va a suceder y, sin embargo, ocurre algo diferente de
forma totalmente inesperada. También se define por la aparición de estímulos imprevistos.
El organismo se siente desconcertado al haber fracasado en su misión de predecir el mundo exterior y trata de explicarse a sí mismo qué ha
pasado. Tras analizar la información inesperada, debe determinar si el imprevisto es una oportunidad o bien, una amenaza.
La expresión típica corporal es la paralización, subir las cejas y abrir la boca.
6- Alegría
Es una emoción de valencia positiva, innata, que surge a edades muy tempranas y parece ser útil para fortalecer la unión entre los padres y el
niño. Así, las probabilidades de sobrevivir aumentan.
Más adelante, Ekman y Cordaro (2011) lo modificaron por: felicidad, tristeza, miedo, enfado, desprecio, sorpresa y asco.
Dentro de cada una, pueden ser de valencia positiva, negativa, o neutra.
Estos autores esperan, además, que se demuestre evidencia de la existencia de las siguientes emociones de valencia positiva: placeres
sensoriales (visual, auditivo, táctil…), atracción, alivio, excitación (respuesta intensa a la novedad y al desafío), confusión (responder a algo
incomprensible, con extrañeza), éxtasis, “naches” (sensación de ser padre, cuidador o maestro y presencia el éxito o avance de su
descendencia) y fiero (emoción que surge al enfrentarse a un reto difícil).
También añaden muchas emociones más como propuestas para que se investiguen más, como pueden ser: “Schadenfreude”, un término
alemán que describe la emoción que nace cuando se sabe que un enemigo a perdido o sufre. O “regocijo” que ocurre cuando se experimentan
actos de bondad humana inesperados.
Como podemos ver, clasificar las emociones es un proceso mucho más complejo de lo que parece.
Clasificación Básicas/Complejas
Hay otra forma de clasificar nuestras emociones, viéndose tradicionalmente como emociones básicas o simples y emociones complejas o
secundarias.
– Emociones secundarias
Son mezclas compuestas de distintas emociones primarias, y consistirían en emociones como amor, confianza, afinidad, menosprecio,
humillación, remordimiento, culpa, etc.
Según Damasio, a medida que el individuo vive y se desarrollan las emociones, estas se vuelven más complejas, apareciendo estados de
valoración de las propias emociones, sentimientos, recuerdos, conexiones entre categorías de objetos y situaciones o emociones primarias.
En este caso, las estructuras del sistema límbico no son suficientes para soportar esa complejidad, pasando a jugar un rol importante
las cortezas prefrontales y somatosensoriales.
– Otras Clasificaciones
Más adelante, en su libro “En busca de Spinoza”, Damasio refinó aún más esta clasificación:
– Emociones de fondo: son esenciales, pero no fácilmente visibles en nuestra conducta. Es ese malestar, nerviosismo, energía, tranquilidad…
que levemente podemos captar en una persona. Se puede observar si se mira detenidamente los movimientos del cuerpo, expresiones faciales,
extremidades, la entonación, la prosodia de la voz, etc.
Estas emociones se deben a varios procesos reguladores de nuestro organismo como ajustes metabólicos o situaciones externas a las que
hay que adaptarse. Desánimo o entusiasmo, que se dan de forma breve en la persona, serían ejemplos de emociones de fondo.
– Emociones sociales: son más complejas e involucran la vergüenza, la culpabilidad, el desdén, el orgullo, la envidia, los celos, la gratitud, la
admiración, la indignación, la simpatía, etc. Actualmente los investigadores se están intentado aproximar a estudiar los mecanismos cerebrales
que rigen este tipo de emociones.