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Colonialismo desde el Renacimiento

El colonialismo1 fue la convergencia de dos fenómenos que se desarrollaron, el primero en la


Edad Media con el “espíritu de cruzadas”, y el segundo en el Renacimiento con el capitalismo.
Las cruzadas de los siglos XI al XIV, en particular las que ocurrieron en Tierra Santa, cultivaron
un gusto por las grandes empresas en el nombre de un ideal: la recuperación, sin importar el
costo, de un territorio considerado “sagrado”, el cual era ocupado por “otro” que no compartía la
misma creencia religiosa 2. Por su lado, las ciudades estados del Renacimiento italiano buscaron
rutas comerciales más lejanas para acceder a los muy cotizados “productos exóticos”. Entonces,
el deseo de hacerse suyo lo que era de otro, como sucedió en las cruzadas, combinado con la
necesidad de abrir, y sobre todo controlar, cada vez más rutas comerciales, constituyó el principal
pilar de la expansión colonial europea.
La primera fase de esta expansión se inició hacia el final del siglo XV para terminar en la primera
mitad del siglo XIX. Su centro fue el espacio americano (con la excepción de la región del Cabo
en Sudáfrica) y consistió en la ocupación de un territorio con el fin de transformarlo en una
excrecencia de Europa, preparando así la exclusión de la población autóctona, el despojo del
“otro”, o a través de la expulsión -y/o exterminio- como en las colonias británicas y portuguesas,
o a través de la aculturación como sucedió en las colonias españolas.
Fuente Consultada
https://www.revistacredencial.com/historia/temas/colonialismo-e-imperialismo-europa-y-el-
dominio-del-mundo
Colonialismo e Imperialismo
Durante el siglo XIX las potencias industrializadas europeas desarrollaron un proceso de expansión
territorial, así como también de su influencia económica, política y cultural, a otros países de
distintos continentes. Esta expansión territorial se debió a las consecuencias que trajo consigo el
Capitalismo, sistema económico base del Imperialismo el cual es impulsado por la gran
industrialización y caracterizado por una fuerte expansión marítima, también llamada ultramarina.
Este período se caracteriza por la búsqueda y obtención de nuevas fuentes de materias primas,
nuevos mercados y áreas donde establecer una influencia económica principalmente, por parte de
los países industrializados de Europa asociado al equilibrio territorial, armamentístico y de
legitimidad (luego del Congreso de Viena en 1815, donde se restablecieron los límites de los
estados europeos una vez que Napoleón Bonaparte fue destituido del poder en Francia, ya que,
debido a las campañas que desarrolló anexó territorios a Francia que luego del Congreso de Viena
fueron devueltos).
Los países europeos que destacan como potencias importantes en el desarrollo del nuevo equilibrio
político mundial, son Inglaterra, Francia, Rusia, Prusia y Alemania quien a principios del siglo XIX
no existía como país totalmente conformado, lo que existía en Alemania eran 38 estados
independientes que formaban la llamada Confederación Germánica donde el más importante era el
Estado de Prusia forjador de la unificación, dichos estados fueron unificados definitivamente en
1871 por la gran ayuda del Rey Guillermo I y el canciller Otto Von Bismarck, conocido como el
canciller de hierro, quien aprovecho el contexto vivido en Europa, donde el nacionalismo de los
estados jugaba un papel importante, es por esto que los estados independientes alemanes buscaron
en su unificación definitiva (conocida como la formación del Segundo Reich, es decir, Segundo
Imperio Alemán). La trascendencia de la unificación alemana radica en que, a pesar de la
unificación de sus estados el posterior desarrollo de su gobierno no fue democrático, ni tuvo
características netamente constitucionales, fue más bien autocrático (forma de gobierno en la cual la
voluntad de un solo individuo es la suprema ley) y militarista (altamente provisto de material de
guerra), Alemania llego a ser una nación muy poderosa con un alto nivel de desarrollo industrial y
científico, lo que hizo acrecentar sus ansias de obtener más poderío mundial y de expansión, razón
por la cual su participación en las guerras mundiales tuvo un papel protagónico.
También durante el desarrollo del Imperialismo y Colonialismo destacaron potencias industriales
pertenecientes al continente asiático como Japón, donde en 1868 el emperador Meijib comenzó a
introducir reformas económicas y políticas, en América Estados Unidos destaco, sobre todo porque
en este país de gesto la segunda revolución industrial.
Fuente Consultada
https://www.liceopablonerudatemuco.cl/wp-content/uploads/2020/04/HISTORIA-Imperialismo-
y-Colonialismo.pdf

Imperialismo

El imperialismo surge como consecuencia lógica de la Revolución Industrial y la nueva economía


capitalista. Se necesitaban nuevos territorios de donde sacar materias primas y nuevos mercados
donde vender los productos. Durante la Revolución Industrial se produce un fuerte aumento de la
población, de tal manera que a finales del siglo XIX la población europea paso de 300 a 450
millones de habitantes. Por otro lado, la revolución se caracterizó también por los avances
tecnológicos, hasta tal punto que el hombre blanco sintió una sensación de poder y de superioridad
que le hizo anhelar la conquista de nuevos territorios donde “mejorar” la vida de personas
“inferiores”.

La superioridad técnica, política, económica y militar crea en el hombre occidental un sentimiento


de superioridad que le lleva a una carrera por ocupar territorios y que afectará principalmente a
África y Asia a mediados del siglo XIX y principios del XX. Los territorios ocupados pasan pues a
depender económica y administrativamente de las potencias colonizadoras.

Las causas del imperialismo fueron diversas, pero entre los motivos que llevaron a dicha expansión
están:

La existencia de dos formas de vida diferentes: los estados imperialistas, dominadores, y los
territorios dominados, las colonias.

Excedente de población europea que necesita trabajo y que lo encuentra en las colonias.
Emigración.

Superioridad técnica y científica.

Poder militar.

Deseo de seguridad y poder político.

Deseo de extender la religión.

Creencia en la superioridad del hombre blanco y en su obligación de civilizar a las otras


civilizaciones no europeas.
El Imperialismo se convirtió, pues, en una doctrina sólida basada en un sentimiento de superioridad
y supremacía de la raza blanca. Londres se convirtió en la principal ciudad del mundo. La población
nativa disminuyó al principio debido a los enfrentamientos con los ingleses, las nuevas
enfermedades y las duras condiciones de trabajo. Pero después los avances europeos en medicina
disminuyeron la mortalidad, pasando después a una superpoblación que aún perdura en algunos
territorios. La población nativa dependía de sus colonizadores y estaba marginada y explotada, lo
que da lugar a un “antiimperialismo”. Con respecto a la cultura, también se pretendió imponer las
costumbres europeas, la religión cristiana, la lengua… Sólo algunos territorios con religiones muy
arraigadas como la budista o la musulmana escaparon de la aculturación. La gran mayoría acabaron
sucumbiendo a la cultura y forma de vida europea, trayendo consigo una nueva cultura, una cultura
de mezcla peculiar.

De hecho, la palabra “colonización” no es sino el término para la dominación política, cultural y


económica de un territorio, que unida al adjetivo “imperialista” acentúa el carácter supranacional de
la colonización, esto fue lo que significó el Imperio Colonial Británico para los territorios
colonizados.

Fuente Consultada

https://www.eumed.net/rev/cccss/06/emrc5.htm

Humanismo, capitalismo y colonialismo

En los orígenes del mundo moderno, la principal formación ideológica europea es el humanismo,
programa cultural de la burguesía, en cuyas formas y contenidos se diseñaron las características
tanto físicas como morales y espirituales del arquetipo hombre- blanco-europeo-cristiano, modelo
que fundamenta científica, religiosa y moralmente su supremacía sobre el otro no hombre-no
blanco-no europeo-no cristiano.

A través del humanismo, el mundo clásico grecolatino dotó con los atributos culturales
dominantes del pasado a este modelo, que así conseguía emparentarse con objetos, contenidos,
prácticas o discursos prestigiosos de la elite guerrera aristocrática de la Antigüedad, los cuales
contribuían a otorgarle legitimidad a su proyecto opresor y colonialista.

El trabajo intelectual de los primeros humanistas ya había conseguido recuperar y rediseñar la


cultura clásica grecolatina, en conjunción con la tradición judeo-cristiana, dotando al hombre-
blanco-europeo-cristiano de un nuevo estatus y de una nueva imagen de sí mismo. De manera que
cuando los navegantes comienzan a trazar las nuevas cartografías del planeta, «los europeos ya
conocen bien, a través de su propio pasado y presente, la pluralidad de culturas; de alguna manera
tienen una caja vacía en la que pueden situar a las poblaciones recién descubiertas sin que esto
trastoque su imagen global del mundo»

A partir del gran mito del denominado Renacimiento, los humanistas inventaron una linealidad
histórica entre la Grecia antigua y la Europa moderna que ha sido utilizada e impuesta desde
entonces como esquema básico del relato historiográfico, e incluso como herramienta de medición
para adjudicarle importancia o menosprecio a las más diversas experiencias o conflictos humanos.
Aun hoy aparecen operantes los alcances residuales de este concepto, aun cuando hoy Europa
muestra ser no solo una sociedad completamente pluriétnica sino también el escenario del más
grande mestizaje del que se tenga memoria. Y a pesar de ello, el mito de la Europa blanca y
cristiana, creado por los humanistas y reproducido por los artistas y escritores de las cortes del siglo
xvi, continúa refiriendo con pretensiones de continente a una región geográfica en la que solo cabe
identificar a un puñado de países centrales (Inglaterra, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica) cuyas
burguesías nacionales instituyeron y aun llevan adelante un sistema capitalista sustentado en las
diferentes formas de explotación, colonial o neocolonial, del otro no-europeo. Como afirma
Fernando Coronil, «las colonias primero en América y luego en África, le aportaron mano de obra,
productos agrícolas y recursos minerales. Igualmente le presentaron a Europa una variedad de
culturas en contraposición a las cuales Europa se concibió a sí misma como el patrón de la
humanidad»

Fuente Consultada
https://www.redalyc.org/journal/4765/476549599009/html/
Renacimiento (colonialismo e imperialismo)
La idea del lado oscuro del Renacimiento trasciende los límites de la distinción que comúnmente se
establece entre el Renacimiento y el periodo moderno temprano. Mientras que el concepto de
Renacimiento se refiere al resurgimiento de los legados clásicos y a la constitución de la erudición
humanística para la emancipación humana y el de periodo moderno temprano enfatiza la
emergencia de una genealogía que anuncia el periodo moderno y posmoderno, el concepto del lado
más oscuro del Renacimiento subraya la renovación de la tradición clásica como una justificación
de la expansión colonial y la emergencia de una genealogía (el periodo colonial temprano) que
anuncia el periodo colonial y el poscolonial. Así, más que una sucesión lineal de periodos, concibo
la coexistencia de nudos complejos (Renacimiento/lado más oscuro del Renacimiento; periodo
moderno temprano/periodo colonial; iluminismo/lado más oscuro del Iluminismo; periodo
moderno/colonial). Es decir, se concibe el Renacimiento junto a su lado más oscuro y el primer
periodo moderno junto con el periodo colonial temprano.
Fuente consultada
https://www.redalyc.org/pdf/791/79118958009.pdf
Colonialismo
El colonialismo fue negativo para las sociedades indígenas, porque sus gobiernos fueron
eliminados; las fronteras se trazaron de forma arbitraria, dando lugar a numerosos conflictos, y su
economía resultó alterada. Sin embargo, para las metrópolis, supuso poder político, riquezas y
mayor paz social. Pero agudizó los enfrentamientos internacionales, políticos y económicos, que
conducirían a la Primera Guerra Mundial.
Los movimientos pictóricos. Impresionismo, expresionismo y primeras vanguardias A finales del
siglo XIX, la pintura inició nuevos caminos, que culminaron a principios del siglo XX con la
aparición de las primeras vanguardias.
El impresionismo surgió hacia 1870. Los pintores de la escuela, entre los que destacaron Claude
Monet, Auguste Renoir y Edgar Degas, pintaron al aire libre, trataron de captar la «impresión» de
cada momento, los efectos instantáneos de la atmósfera y de la luz.
El posimpresionismo se desarrolló hacia 1886. Es una revisión personal del impresionismo
realizada por pintores independientes como Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vicent van Gogh.
Las primeras vanguardias, a principios del siglo XX, buscaron romper con el arte tradicional.
El fovismo surgió en 1904, y concedió gran importancia al dibujo y al color aplicado con
independencia de la realidad (Henri Matisse).
El expresionismo se inició en 1905, y buscó plasmar los sentimientos utilizando y aplicando los
colores de forma arbitraria (Edvard Munch y Ernst L. Kirchner).
El cubismo, iniciado por Pablo Picasso en 1907 con Las señoritas de Avignon, supuso la ruptura
con las normas pictóricas tradicionales procedentes del Renacimiento, al representar los objetos con
distintos puntos de vista de forma simultánea.
Fuentes consultadas
https://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/edublog/iesvillalbahervas/wp-content/uploads/sites/
128/2018/03/4o-eso--imperialismo-1a-guerra-mundial-y-revolucion-rusa-cc-ee-4-.pdf
El renacimiento colonial

Cuando la noche larga de la teocracia llegaba a su fin una pujante Europa iniciaba el
proceso esplendoroso del renacimiento, la vuelta al hombre y sus libertades se convirtió en el
impulso creador del momento revolucionario de la Francia de 1789.

Es imposible negar la influencia del espíritu revolucionario de Europa en los acontecimientos de


1809 – 1825 que ocurrieron en el territorio de la Audiencia de Charcas.

Hoy a la luz de los acontecimientos de julio 2013, debemos repensar la historia. América Latina
debe reconocer el carácter de los llamados pueblos colonizados a varios países de Europa, lo
ocurrido estos días, nos demuestra que los fantasmas de Pétain, Oliveira Salazar, Mussolini y
Franco se encuentran habitando los centros de poder en sus respectivos países.

Con estos fantasmas los Estados Unidos de Norteamérica han creado un nuevo eje colonial,
demostrando una gran capacidad de oportunismo debido a la crisis que enfrenta la Europa actual.

El renacimiento colonial se da en un momento de la cruda realidad del espionaje planetario que


ejerce el gobierno Norteamericano. Es posible que esta sumisión de países europeos tenga su origen
en las alianzas militares con aires Imperiales de la OTAN.

Terminada la guerra fría, el imperialismo trató de imponer el pensamiento único con los sucesivos
ajustes estructurales impuestos desde sus instrumentos como el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional; los más de veinte años de neoliberalismo, con masacres incluidas, no
lograron consolidar, en el caso boliviano, un Estado irreversiblemente colonizado, por el contrario,
la milenaria resistencia de los pueblos originarios dieron origen al Estado Plurinacional, cuyo
máximo exponente fue víctima de la soberbia imperial.

Los valores de cultura occidental, se encuentran en debate; el resurgimiento del racismo en Europa
no es un secreto, tampoco la vigencia del pensamiento fascista, estos son los ingredientes con los
que se cocina el renacimiento del colonialismo, no todo está perdido, en Abya Yala circular
libremente ya sin cadenas la filosofía del vivir bien, esa matriz civilizatoria que se ofrece a
occidente para salir de su crisis; para vivir con dignidad.

La filosofía del vivir bien, una vez más ha sido puesta a prueba, frente a la cultura de la muerte que
utiliza los modernos avances de la cibernética de manera perversa para doblegar gobiernos y
voluntades.

Por encima de todo, una vez más la agresión imperialista nos fortalece como país y continente, una
vez más la dignidad es nuestra fuerza y la unidad nuestro futuro.

Fuente consultada
https://www.la-epoca.com.bo/2013/07/15/el-renacimiento-colonial/
Colonialismo e Imperialismo
Colonialismo e imperialismo son dos sistemas de dominación o influencia política, militar,
económica y cultural que, si bien no son iguales, comparten algunas características.

En ambos sistemas, por ejemplo, se ejerce control o dominio sobre naciones o territorios


ajenos o remotos al de la propia potencia, y, en ambos también, las potencias obtienen
beneficios económicos, políticos y militares de esta situación de sujeción. Pero, ¿cómo actúa cada
uno?

¿Qué es el colonialismo?

Inglaterra ejerció dominio colonial e imperial sobre Sudáfrica durante buena parte de su historia.

El colonialismo es un sistema de dominación política y militar en el cual una potencia, denominada


metrópoli, ejerce un control formal y directo sobre otros territorios, llamados colonias.

En el colonialismo, la dominación de la población local o indígena ocurre siempre por


la imposición de la fuerza. Esto, a veces, puede acarrear graves consecuencias, como la masacre de
la población que se oponga e, incluso, la destrucción del patrimonio cultural de un pueblo o nación
como, por ejemplo, el genocidio.

De esta manera, los territorios coloniales quedan sujetos a un régimen de dependencia política,


económica y militar, y no gozan de libertades ni de derecho de autodeterminación.

Mientras tanto, sus recursos económicos son explotados indiscriminadamente por la potencia. La
población local se halla sometida militar, política y culturalmente. En ocasiones, incluso le es
impuesta otra lengua y otra religión, además de las leyes y las instituciones de la potencia.

Un ejemplo histórico de colonialismo fue el practicado por España o Portugal, en América.


¿Qué es el imperialismo?

El imperialismo es un régimen de control político donde una potencia extiende su influencia sobre


otros pueblos o Estado. Bien por medio de la fuerza (militarmente), bien a través de la influencia
económica, cultural o política.

Las razones que mueven a las potencias imperiales a controlar otros Estados, naciones o territorios
son diversas. Explotación de los recursos económicos, subordinación cultural, ocupación estratégica
de plazas militares, poblamiento de territorios deshabitados, etc.

En el imperialismo se producen dinámicas sociales y políticas de desigualdad. Una nación se


impone a otra con el objetivo de ejercer directa o indirectamente sobre esta el control político y
administrar sus recursos económicos, justificando esto en una supuesta superioridad racial o
cultural.

El imperialismo se entiende como el proceso de expansión de una potencia económica con el


objeto de obtener materias primas y mano de obra barata, así como mercado para sus exportaciones.

Ejemplos históricos de potencias imperialistas lo constituyen Roma, Grecia, Egipto o la Gran


Bretaña.

Diferencias entre colonialismo e imperialismo

Si bien es claro que las similitudes entre ambos sistemas son múltiples, es también importante
señalar que colonialismo e imperialismo tienen diferencias. El primero es ejercido de manera formal
y directa por la potencia.

El segundo puede valerse, además, de métodos de control y dominación política, económica o


militar. No necesariamente han de ser formales y directos, pero, de igual modo, vienen a cuartar o
limitar la soberanía, la independencia y la libertad de las naciones subordinadas a su poder.

Fuente consultada
https://www.diferenciador.com/diferencia-entre-colonialismo-e-imperialismo/

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