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Para comprender estos dos grandes movimientos de la historia de la humanidad hay que alargar
la mirada hasta las cruzadas de los siglos XI a XIV e incluso más lejos, a las guerras de conquista
de los viejos imperios, cuando el afán de conquista de territorios, rutas comerciales y recursos, y
la dominación de unos pueblos sobre otros reforzaron las identidades locales y religiosas, por
una parte, y el desprecio por los otros pueblos, los “bárbaros”. Aunque también impulsaron el
desarrollo de nuevas tecnologías. Tal es el antecedente directo del colonialismo, desde el siglo
XV, de las utopías del Renacimiento, de las carabelas que fueron capaces de cruzar los océanos,
los instrumentos de navegación, los armamentos y las conquistas de territorios cada vez más
El encuentro de Europa con América marcó un punto de inflexión, pues, en particular para la
península ibérica (España y Portugal) significó literalmente una mina de oro del tamaño de un
continente. No es casual que el movimiento artístico y filosófico del Renacimiento coincidiera con
este periodo de transformación radical del mundo, entre los siglos XV y XVI, pues este choque
cultural, la Revolución científica, entre los siglos XVI y XVIII, la crisis eclesiástica y las Reformas
religiosas, y la crisis terminal del feudalismo tenían que expresarse también en las artes y en la
reflexión filosófica, que estuvieron restringidas al ámbito religioso durante toda la Edad Media.
todas las formas económicas, políticas, religiosas y culturales que fueron necesarias para la
dominación económica; por ejemplo, para el consumo de los productos manufacturados en las
metrópolis y la explotación de materias primas y mano de obra de las colonias. A la vez que
significó la posibilidad del surgimiento, mediante las llamadas Revoluciones burguesas (siglos
el surgimiento del movimiento filosófico y político de la clase incipiente (la burguesía) que
terminaría con el colonialismo. Este movimiento es el conocido como Ilustración, entre los siglos
XVIII y XIX, y está en la base de la Independencia de las 13 colonias inglesas en América, en
de las colonias europeas en América, comenzando por la colonia francesa en Haití (1791), México
(1810) y toda Latinoamérica, así como de las revoluciones europeas de 1820 a 1848.
Es entonces que las potencias europeas, tras ese proceso de consolidación del Estado nacional
desarrollan, ahora encabezadas por Gran Bretaña, una nueva forma de dominación, ya no por la
vía de la ocupación sino del control militar y principalmente económico de los territorios, y poco a
poco del mundo entero, el imperialismo. En la base de esta nueva forma de dominación estaban
la Revolución industrial (siglo XVIII), que cambió en las metrópolis el eje de la producción, del
campo y las materias primas a la fábrica, la ciudad y las mercancías industriales; y provocó el
para su elaboración en las colonias. La organización política tanto de las metrópolis como de las
europeas y de las independencias de los países que habían sido colonias. Mientras que el
mantenimiento de este modelo dio pie a una serie de guerras (imperialistas) durante el siglo XIX,
2. Todo ese proceso reforzó las identidades nacionales, a la vez que creó un sentimiento de
Revolución francesa: igualdad, fraternidad y libertad. Y culminó con la crisis política, diplomática
y militar que hizo estallar la Primera Guerra Mundial, en 1914, y la Segunda Guerra Mundial, en
del mundo, que, al finalizar la Primera Guerra Mundial, significaron la desestructuración del
Versalles (1919).
Como había venido ocurriendo desde la antigüedad, la ocupación de los territorios, por ejemplo
para el control de las rutas comerciales, es una de las motivaciones de las guerras y empresas
de conquista. Y las guerras mundiales no son la excepción. Los proyectos nacionalistas
justificaron proyectos imperialistas como el pangermánico, que imaginaba una franja germánica
que separara la Europa occidental (y poderosa, que incluía a Francia, Gran Bretaña y la península
ibérica) del oriente y uniera a todos los pueblos de origen germánico con los territorios restantes
del antiguo Imperio Otomano. Lo que la Europa central no podía permitir y con la guerra logró
la destrucción del orden anterior y muchas veces de los objetos y de las personas, para la
construcción de un nuevo orden, y por lo tanto de un nuevo poder. Sin embargo, también vemos
que la violencia se tornó cada vez más simbólica y menos material. La dominación en el mundo
antiguo se daba por vía de una violencia física más evidente, por ejemplo en el esclavismo o en
La hegemonía que consiguió Gran Bretaña en el siglo XIX significaba que era capaz de imponer
las formas de hacer, por ejemplo de producir (industrial y colectivamente y ya no tanto individual
y manualmente), pero también de pensar. De forma que las ideas sociales contribuyeron a
del Estado-nación es el nacionalismo; la idea de que todas las personas de un territorio definido
políticamente somos iguales, con los mismos derechos y libres. Esto, aunque la mayoría de los
Pero esta idea no deja fuera el miedo a lo ajeno y la disputa con lo otro, con los “bárbaros”; por
ejemplo, los judíos o los árabes, que varias veces en la historia han sido construidos socialmente
Es decir, que existe también una hegemonía interna en los Estados-Nación, y ésta se da de la
mano de las clases dominantes. Son en realidad esas clases y sus intereses imperialistas las que
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se enfrentan en las guerras mundiales, y es en este contexto que surgen también los “enemigos
internos” y las amenazas biológicas (como las epidemias) o ideológicas (el comunismo o el
Instrucciones:
1. Con base en el texto anterior elabora una línea de tiempo (como la que se muestra en el
ejemplo) en la que señales los periodos (siglos) principales en los que ocurren estos dos
fenómenos, así como las fechas y eventos más importantes de cada uno de ellos, incluyendo:
América, las Guerras imperialistas y las Guerras mundiales. En el ANEXO 2 puedes encontrar
así como la relación que existe entre todos estos periodos y la desigualdad entre países y al
interior de éstos.