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TRABAJO PRÁCTICO N°1

Imperialismo

Alumnas: Amarante Carolina


Barrionuevo Mariela
Diez Brenda
Rodeiro Virginia
Fecha de entrega: 02/10/2018
Introducción:

En el presente trabajo nos centramos en definir y exponer los conceptos fundamentales del fenómeno
del Imperialismo de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, orientando el desarrollo de estos tópicos a
alumnos del nivel medio. Por lo tanto, nuestros esfuerzos se dirigen a realizar un trabajo explicativo y
descriptivo que permitan una comprensión integral de la cuestión mediante el uso de recursos tales como:
imágenes, películas y mapas. Además del uso de la bibliografía proporcionada por la cátedra, utilizamos a
modo complementario material hallado en paginas webs dedicadas a la historia.

Adicionalmente, trabajaremos sobre el caso específico de la rebelión de los Boxers en China, el cual
nos permite abordar la cuestión desde la perspectiva de las resistencias ante el avance imperialista.

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Desarrollo:

Introducción:

El siglo XIX se abre con una crisis del colonialismo, expresada en la pérdida de las colonias americanas
de Gran Bretaña y España, la desaparición de las doctrinas económicas mercantilistas y la lucha por la
abolición de la esclavitud. La expansión continuó durante la segunda mitad del siglo, fruto de la pretensión de
ganar nuevas áreas de influencia, alentada por la industrialización europea -ávida de nuevos mercados- y el
desarrollo técnico y militar. Otros factores que contribuyeron a dicha expansión fueron las exploraciones
geográficas y misioneras en busca de la extensión de la ciencia y el cristianismo respectivamente. En 1885,
en la Conferencia de Berlín, las potencias acordaron el reparto sistemático del continente africano. De esta
manera, el siglo XIX se cierra con el triunfo del imperialismo colonial, que a partir de alrededor de 1875
conduce el reparto del mundo entre las potencias europeas, a las que se añaden tardíamente los Estados Unidos
y Japón, a la agravación de las tensiones internacionales y, finalmente, a la primera guerra mundial.

A finales del siglo XIX muchas cosas habían hecho cambiar el mundo hasta entonces conocido. La
economía industrial avanzaba por toda Europa alterando la sociedad, la política y los modos de vida de los
países. En definitiva, el capitalismo avanzaba con su hambre de mercados y de nuevos espacios de inversión.
A la etapa inicial del liberalismo librecambista, le siguió otra etapa -una vez que la mayoría de los países
hubieron alcanzado un grado suficiente de industrialización y capacidad productiva- de fuerte proteccionismo
de los mercados interiores frente a los productos exteriores. El liberalismo económico en su estado puro
quedaba totalmente en entredicho.

Concepto:

Podemos definir al imperialismo como un complejo fenómeno histórico cuyo rasgo más distintivo es
la generación de relaciones de dominio por parte de las grandes potencias sobre las áreas del planeta menos
desarrolladas, y la extensión a escala mundial de procesos económicos, sociales, políticos y culturales antes
inéditos o, en todo caso, restringidos a niveles menos amplios. Se caracteriza además, por constituir una acción
que conduce al dominio de un estado sobre otro u otros mediante el empleo de la fuerza militar, económica o
política.

En este sentido, resulta interesante lo expuesto por Mommsen, quien explica que, en el contexto de
crisis diplomática que atravesaba Europa en la década de 1880 se hizo patente la fuerza explosiva del
nacionalismo. Para el desarrollo histórico de Europa fue decisivo que en pocos años este se transformara en
imperialismo. A los pueblos ya no les bastaba con jugar un papel dentro del sistema de estados europeos;
ambicionaban ser una potencia ultramarina. Como consecuencia, la penetración política y económica de los
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territorios por desarrollar se convirtió en la gran empresa nacional de la época. Ya no se trataba, como hasta
entonces, de adquirir territorios en ultramar para la explotación, sino de la expansión de territorios
ultramarinos con la intención declarada de abandonar el propio estatus de gran potencia europea y convertirse
en gran potencia mundial, aprovechando las posibilidades económicas, las ventajas estratégicas, e, incluso, el
“material humano” de las colonias para fortalecer la propia posición de dominio nacional.

Esta expansión encontraba su justificación en parte, por planteamientos religiosos y humanistas


(ideología del imperialismo que pretendía llevar el cristianismo a los pueblos de Asia y África), además de
teorías racistas que hablaban de la superioridad de los pueblos europeos.

Potencias repartiéndose los restos del Imperio Chino

Colonialismo e imperialismo

De lo antes dicho, se desprenden diferencias entre el colonialismo precapitalista y el fenómeno del


imperialismo.

El colonialismo, suele aludir a las primeras fases de la expansión europea, durante los siglos XVI,
XVII y XVIII. Las metrópolis controlaron una serie de territorios, explotados económicamente, que alentaron
relaciones de subordinación con los pueblos autóctonos de la zona, a los que impusieron sus estructuras y
formas de vida. Se impulsó el control de rutas, lugares estratégicos y la creación de zonas de influencia, pero
no quedó claramente establecida una conducta de conquista continua y sistematizada. En tanto que el
imperialismo, a diferencia del anterior, tiene fuertes connotaciones nacionalistas: los estados que lo
practicaron pretendían la conquista sistemática de la mayor cantidad posible de territorios con el objetivo de
alcanzar el rango de potencias mundiales. No buscaban tanto la transformación cultural de estas zonas como
su control político, económico y militar. Este proceso adquirió nitidez en el último tercio del siglo XIX.

Existen diversas tesis que intentan dar una explicación al imperialismo:

 Unas sostienen que el imperialismo encuentra su origen e motivaciones como la tendencia


natural del hombre al dominio, la preponderancia de lo diplomático, razones estratégicas, etc.
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Sin embargo, estas explicaciones dejan de lado el papel determinante de las relaciones
económicas como factor determinante.
 Otras, ofrecen una explicación económica: hacen hincapié en la expansión capitalista conforme
a leyes de desarrollo internas. El germen de estas tesis aparece ya en los clásicos de la economía
como Smith y Ricardo, que al igual que la elaboración de Marx, adoptan un punto de vista
incidente en la fase colonialista.

En el último tercio del siglo XIX el capitalismo modificó sus leyes de funcionamiento con la crisis del
sistema de libre concurrencia y la evolución hacia la tendencia monopolista, que será la base del imperialismo.
En esta dirección se inscriben ya los estudios de Conant y de Hobson, que ven la expansión imperialista
impulsada por la necesidad de invertir capitales excedentes.

Por otra parte, el pensamiento económico marxista, en donde destaca el trabajo de Hilferding, da
contenido teórico al proceso de formación de grandes concentraciones empresariales capitalistas, cuya
competencia daría lugar a las crisis que degenerarán en la guerra mundial. Rosa Luxemburgo explica la
necesidad de consumir los excedentes de producción para evitar el desmoronamiento del sistema en mercados
interiores o foráneos; por otra parte, el capitalismo, para su desarrollo, requiere la progresiva absorción de
sectores aun no capitalistas, del mismo país o de fuera. La explicación más completa fue formulada por Lenin
en “El imperialismo fase superior del capitalismo”, donde se resumen en cinco puntos las notas que
caracterizan la etapa:

 La concentración de la producción y el capital se han desarrollado hasta un grado tal, que ha


creado monopolios que desempeñan papel decisivo en la vida económica.
 La fusión del capital bancario con el capital industrial, y la creación, sobre la base de este
capital financiero, de una oligarquía financiera.
 La exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere
excepcional importancia.
 La formación de asociaciones capitalistas monopolistas que se reparten el mundo.
 Ha culminado el reparto territorial de todo el mundo entre las mayores potencias capitalistas.

Factores del Imperialismo:

Económicos:

La economía global era comprendida por Hobsbawm como el factor causante del imperialismo. A través de
las transacciones económicas, de comunicación y de movimientos de productos, dinero y seres humanos cada
vez se hacían más fuertes los lazos de los países desarrollados con los países subdesarrollados.

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Hacia 1873 la crisis de superproducción iniciada ese año provocó un cambio en la tendencia general de la
economía. La mutación trajo aparejada un triple efecto:

 primero, la necesidad de buscar nuevos mercados para dar salida al excedente productivo;
 en segundo lugar, la adopción de medidas proteccionistas de las economías nacionales;
 finalmente, la caída de precios en especial agrícolas que la crisis supuso, provocó una tendencia
migratoria que buscará en ultramar su punto de destino.

También resultan de capital importancia para al proceso imperialista las transformaciones del sistema
crediticio de 1852-64. Se fundaron sociedades como el Crédit Lyonnais o la Banque de París et des Pays-
Bas; las inversiones se dirigían fundamentalmente a los países subdesarrollados (España, Italia, Imperio
otomano). En algunos casos, los acreedores pretendrían controlar y asegurar sus préstamos, constituyéndose
una tendencia pre-imperialista por cuanto ello representaba injerencia en los asuntos de los países en que se
invirtió. Las inversiones inglesas y norteamericanas en el exterior eran de procedencia pública y privada, por
lo tanto, la interacción economía-política resulta difícil de desentrañar; a veces, la política colonial buscaba
claramente el dominio de un mercado o la consecución de determinada materia prima; otras, una línea de
reivindicación económica encubría un juego diplomático.

Progreso técnico:

La superioridad técnica europea resultó clave en la expansión colonial; el gran despliegue que supone
la segunda revolución industrial resultó ser un factor decisivo. Estos medios técnicos merecen especial
mención en el caso militar, por permitir sensibles mejoras en el armamento y facilitar las expediciones.

El progreso de los medios de locomoción tiene dos puntales: el ferrocarril y la navegación a vapor, que
permitieron el desplazamiento de grandes contingentes humanos, la penetración fluvial exploratoria o militar,
etc. Las grandes compañías ferrocarrileras o navieras adquieren papel fundamental, actuando a modo
de grupos de presión (que tratan de influir en las decisiones políticas); en contrapartida, las compañías fijan
sus rutas de acuerdo con la penetración comercial.

Demográfico:

El aumento de la población europea durante la segunda mitad del siglo XIX, sumado a las penosas
condiciones de vida de la clase trabajadora en los países industrializados animó a muchos a buscar mejores
perspectivas de vida en los territorios que iban ocupándose.

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Político:

En el último tercio del siglo XIX el nacionalismo que en sus inicios había estado ligado al liberalismo
y el romanticismo se transformó en un movimiento conservador que se sitúa en la raíz de los movimientos
expansionistas.

Los estados adoptaron una política de prestigio en un intento de atraerse a las masas populares y desarrollaron
una acción diplomática dirigida por fuertes personalidades (Bismarck, Chamberlain, Jules Ferry, Leopoldo de
Bélgica, Cecil Rhodes) quienes, apoyadas en gran medida por la prensa y otros medios, propugnaron desde
una postura chovinista la formación y consolidación de extensos dominios coloniales.

Ideológicos:

Desde posiciones nacionalistas se desarrollaron teorías racistas que justificaban e impulsaban la


expansión territorial, con o sin el consentimiento de los pueblos autóctonos.

En sus formas más moderadas el racismo se disfrazó en ocasiones de un paternalismo que sostenía la
necesidad del hombre blanco de “rescatar del atraso” a las poblaciones autóctonas mediante la instrucción y
la educación. En esa labor destacó la actividad misionera de las iglesias cristianas anglicana, católica y
protestante, que causó gran impacto en las poblaciones indígenas que poseían una mentalidad totalmente ajena
a la occidental.

Viñeta de la historieta TinTin

En todas esas posiciones subyacía una ideología de carácter etnocentrista que


ensalzaba la cultura europea y occidental y descalificaba al resto, considerado bárbaro, salvaje y primitivo.
Complementariamente, surgieron corrientes filantrópicas que, apoyadas en las ideas etnocentristas,
pretendieron evitar abusos en las colonias, constituyéndose de esta manera, sociedades antiesclavistas.

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Expansión imperialista:

La oleada expansionista se extendió a lo largo de todo el siglo XIX; en unas ocasiones se trató de
acciones que culminaban en ocupación efectiva, otras tenían como fin obtener ventajas comerciales o la mera
presión política, pero hasta 1880 no se inicia la gran eclosión expansiva del imperialismo.

Hasta 1880, sin duda, son Francia e Inglaterra las potencias que mantienen pugna más dura por el
dominio colonial; ambas estarán presentes en acciones directa o indirectamente coloniales.

La gran época del imperialismo (1880-1917) afectó a las siguientes áreas:

1.° La cuenca mediterránea adquiere relevancia inusitada a raíz de la construcción del canal de Suez, por su
significación geopolítica. Dos posesiones nominales, aunque no efectivas, del imperio turco atraen el interés:
Egipto y Tunicia.

2.° El África negra presencia la masiva concurrencia europea a partir del asunto congoleño. Este territorio
centroafricano lo pretendía el rey Leopoldo II; el monarca belga envió al explorador Stanley para conocer
posibles vías de penetración y, bajo sus auspicios, se celebró la Conferencia Geográfica de Bruselas y se
constituyó el Comité de Estudios del Alto Congo, más tarde Asociación Internacional del Congo, cuyo fin era
la constitución de un Estado libre, bien visto por las potencias. El conflicto llegó cuando Francia se situó en
la orilla derecha del río Congo y la oposición anglo-belga fue una realidad. Alemania, por su parte, intentaba
incorporarse a la carrera por los territorios centro africanos, acuciada por presiones de grupos económicos más
que por propósitos decididos de Bismarck.
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3.° Extremo Oriente se convierte en zona de interés desde la apertura del canal de Suez, en especial para
Inglaterra, que busca a toda costa la protección de la India, centro neurálgico de su imperio, por los cuatro
puntos cardinales; y, junto a ello, gozar de las ventajas del librecambio.

4.° En Iberoamérica al margen de la presencia en el Caribe de diversas potencias, hay que apuntar el interés
estadounidense por intervenir en los asuntos del continente; tras su participación en la pérdida de los restos
del imperio colonial español, afianza su papel con la soberanía de la franja que bordea el canal de Panamá,
punto vital de las comunicaciones mundiales.

5.° En el área del Pacífico, una vez más, fue Alemania la que provocó un nuevo reparto colonial. Gran
Bretaña llevó a cabo la ocupación de la Nueva Guinea sudoriental, creó un protectorado sobre las islas Cook
y “manos libres” en las islas Gilbert. Francia accedió a un protectorado sobre Raitatea, las islas Sotavento y
las islas Rape. Alemania creó protectorados en parte de Nueva Guinea y Nueva Bretaña. La organización
definitiva del Pacifico se hizo como resultado directo de la guerra entre Estados Unidos y España. Tras la
guerra, EEUU se anexionó Puerto Rico, Las Filipinas y Guam. El resto de las posesiones españolas, Las
Carolinas, Las Marianas y Las Palaos, fueron compradas a España por parte de Alemania. Samoa fue dividida
en dos como protectorados alemán y americano. Por lo demás, las potencias se dedicaron a consolidar las
esferas de influencia ya obtenidas.

ORGANIZACIÓN DE LOS IMPERIOS COLONIALES

La organización y gobierno de los territorios conquistados presentaba características particulares según


las circunstancias y el lugar, adoptando diversas formas: desde las relaciones diplomáticas a la simple
conquista acompañada del exterminio de los pueblos aborígenes. El uso que se dio a los territorios sojuzgados
también fue diverso.

Hubo diferentes formas de dominación y organización colonial:

 Las colonias de administración directa: Territorios que por el derecho de conquista habían caído en la
órbita de la metrópoli. Ésta imponía sus funcionarios y sus instituciones, organizando la
administración. Fueron las más extendidas.
 Protectorados: Territorios donde se respetaba el gobierno indígena responsable de la actividad interior
del área, mientras la política exterior y militar era gestionada por la metrópoli. En la práctica, al seguir
las directrices marcadas por ésta, los protectorados quedaban sujetos a la soberanía de la potencia con
la que habían pactado. Fue un modelo utilizado por Francia (Marruecos) y Reino Unido (Birmania).
 Dominios: Territorios con mayoría de colonos respecto a la población indígena que consiguieron un
amplio autogobierno limitado por un gobernador metropolitano. Fueron los casos de Canadá, Australia
y Nueva Zelanda respecto a Gran Bretaña.
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 Territorios metropolitanos: Considerados como una prolongación de la metrópoli. Por ejemplo,
Argelia con respecto a Francia.
 Concesiones: Territorios cedidos o alquilados por estados independientes a la metrópoli, codiciados
por su interés estratégico o comercial. Fue el caso de China que, tras la Guerra del Opio, hubo de ceder
algunos de sus puertos (Hong Kong) al Reino Unido.

Consecuencias del imperialismo

La incidencia más directa de la colonización tiene lugar en las zonas de máximo contacto entre
elementos colonizadores y colonizados, lo que hace muy desigual el impacto del proceso sobre las
sociedades indígenas. Por lo general, las economías colonizadoras tenían su base en explotaciones
agrarias, industriales, mineras, etc., racionalizada dentro de los esquemas capitalistas; el contraste entre
los altos niveles técnicos y el carácter monetario de ellas, respecto al atraso y el carácter de subsistencia
de las indígenas, hacía coexistir dentro del mismo sistema y proceso económico una dualidad evidente.

Esclavos encadenados en el
Congo.

La demografía se vio profundamente alterada, primero, por la evidente mejora de las condiciones
sanitarias, traducida en descenso notable de la mortalidad; al mismo tiempo, el contacto entre europeos
provocó una baja en la tasa de natalidad, recuperada tras un período relativamente corto. La juventud de la
población es una nota fundamental: más del 50 por 100 de la población se situaba en los grupos de edad
considerados jóvenes en demografía, lo que provocó las lógicas tensiones sociales. El urbanismo adquirió
nivel alto, si bien no siempre el progreso de las ciudades se debió al desarrollo industrial, como ocurre en el
modelo clásico; de ahí las notas especiales de las ciudades coloniales, su auge anárquico, etc.

En el aspecto social, el desarrollo favoreció la aparición de la alta burguesía en raros casos (la India)
y, sobre todo, la burguesía media de negocios o agraria, y los grupos de profesionales y funcionarios. Las
obras de infraestructura, la industria o las explotaciones agrícolas capitalistas originaron el proletariado y,

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junto a él, grupos de propietarios agrícolas medios y pequeños, proletarizados por los malos rendimientos y
bajos precios agrarios, que condujeron al endeudamiento y pérdida de sus tierras hipotecadas; este fenómeno
afectó a Marruecos, Argelia, Kenia, Birmania, etc. La función sociopolítica del proletariado colonial está por
analizar; pronto se persiguió la sindicación, permitida inicialmente sólo a los europeos; en el período de
entreguerras se consiguió ese derecho fundamental, cuya nota más destacada fue la tensión entre el
internacionalismo obrero y las tendencias nacionalistas, cada vez más pujantes en las diferentes colonias.

La cultura europea se difundió en las colonias por dos medios esenciales: misiones e instituciones
educativas. Las misiones religiosas constituyeron un activo agente colonizador a todos los niveles; la
enseñanza se desarrolló en sus diferentes grados; de esa práctica interesa destacar dos notas: el carácter elitista
que adquirió en muchas ocasiones, formando intelectualmente a las oligarquías locales, y la socavación
pretendida o inconsciente de la cultura autóctona. Por lo que se refiere a las instituciones educativas públicas,
afectó primordialmente a la enseñanza primaria y secundaria y a las clases medias urbanas; en cambio, la
enseñanza superior no se extendió deliberadamente, de modo que los raros universitarios de áreas coloniales
hubieron de trasladarse a la metrópoli.

El proceso de aculturación del mundo colonial pasó por varias fases: una inicial, en que los dominados
aceptaron la cultura de los dominadores a la vez que defendieron los valores indígenas; otra de cambio y
conflicto entre ambas realidades culturales; y otra tercera, de síntesis, como resultado de la cual se produjo la
definitiva aculturación por la interacción de culturas distintas (cuando se habla de cultura en este caso hay que
entenderla en sentido amplio, agrupando normas, valores, usos, costumbres, creencias, etc.). En este proceso,
la cultura dominante de los colonizadores adoptó una postura etnocéntrica, de superioridad, y
desconocimiento de los contenidos de las culturas indígenas.

Las repercusiones del imperialismo sobre los países colonizadores fueron también importantes. Además
de la definitiva mundialización de la economía, se afianzó el capitalismo financiero, se desarrollaron nuevas
fórmulas de inversión y de obtención del beneficio, se extendió la cultura y civilización occidental, se
incrementaron los conflictos entre las potencias al tiempo que se disminuyeron la conflictividad social interna
gracias a la válvula de escape que supone la emigración y la actividad colonial, se adoptaron medidas
proteccionistas e insolidarias, se desarrolló un fuerte nacionalismo excluyente y se caminó, irreversiblemente
hacia la Gran Guerra

La crisis de la fase imperialista coincidió con el periodo de entreguerras y se debió al replanteamiento


colonial que se deriva de la crisis económica, la función de las colonias en la primera guerra mundial, el
desarrollo del anticolonialismo en las metrópolis y al auge del nacionalismo colonial.

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China, resistencia antiimperialista. La rebelión de los Boxers.

Para analizar este caso utilizamos la película “55 días en Pekín” como recurso didáctico. En esta
película se muestra la lucha interna dentro del Imperio Chino donde los partidarios de combatir la presencia
extranjera habían alcanzado cotas de poder, iniciándose así una protesta antioccidental. Estas acciones fueron
llevadas a cabo por los Boxers, mediante actos de sabotaje

La rebelión de los bóxers fue la expresión de la resistencia china frente a las injerencias económicas y
políticas de las potencias europeas, evidenciadas a través de las "guerras del opio" contra G. Bretaña (1839-
1842 y 1856-1860) y contra Japón (1894-1895).

Los bóxers constituían una sociedad secreta con connotaciones políticas, practicantes de artes
marciales. Su objetivo era expulsar a los extranjeros de China. En 1899 emprendieron una campaña de terror
por el norte del país que, inicialmente, se dirigió contra misioneros cristianos. El levantamiento de los bóxers,
se convirtió en un movimiento popular retrógrado y xenófobo. No hubo ningún tipo de duda a la hora de pasar
a cuchillo a conversos y misioneros, así como asediar las delegaciones extranjeras en Pekín. El 19 de junio de
1900, pusieron cerco a las legaciones diplomáticas europeas hasta que una fuerza expedicionaria de seis
Estados levantó el sitio en agosto. La revuelta fue contenida por la acción militar combinada de diversas
potencias: británica, francesa, japonesa, rusa, alemana y estadounidense.

Sin embargo, sucedieron más levantamientos en Shensi y Manchuria, obligando a los rusos a
intervenir. En 1901, el Protocolo de Pekín impuso a China el pago de indemnizaciones por los daños causados
a las potencias extranjeras en las insurrecciones y ataques a sus intereses las cuales fueron pagadas mediante
la concesión de las aduanas. Este hecho no hizo más que espolear al creciente nacionalismo chino de tendencia
republicana.

La Corona China, en manos de la emperatriz Ci Xi, alentó encubiertamente a los rebeldes sin embargo,
la derrota puso en tela de juicio el papel ejercido por la dinastía manchú. A partir de entonces, los oficiales del
ejército chino, instruidos por las potencias europeas, se empezaron a plantear la revolución, la cual también
era apoyada por estudiantes exiliados. Muchos de estos últimos se reunieron en Tokyo, en donde se empezó a
fraguar ésta con el apoyo japonés, que intentaba dinamizar todavía más a su rival. Más allá de esto, Japón
constituía un ejemplo a seguir, puesto que había sido capaz de establecer sendas reformas para hacer frente a
las pretensiones de dominio extranjero. Sea como fuere, se creó la Unión Cultural del Este Asiático que tenía
como principal lema “Asia para los asiáticos”.

A partir de 1905, se empezaron los movimientos para la revolución. El objetivo era expulsar a los
manchúes del Gobierno, establecer una constitución republicana, introducir reformas para modernizar el país
e intentar buscar acuerdos con potencias que estaban controlando en aquel momento China.

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REBELIÓN DE LOS BOXERS

Bibliografía

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-Hobsbawm, E. (1998) La era del imperio 1875-1914, Barcelona, Crítica

-Duroselle, Jean B. (1991) Europa de 1815 a nuestros días vida política y relaciones internacionales,
Barcelona, Labor. Primera Parte, caps. IV y V.
-Mommsen, Wolfgang (2003) la época del imperialismo. Europa 1885-1918, México, Siglo XXI, a.
Tendencias báicas y fuerzas domiantes de la época. Cap.1 a 3.
-Zorgbibe, Charles (1997) Historia de las Relaciones internacionales, Madrid, Alianza, Vol.1, Primera parte,
Caps. 1 y 3.
https://historicodigital.com/historia-de-china-en-el-siglo-xix.html

https://losojosdehipatia.com.es/cultura/historia/china-y-el-imperialismo-en-el-siglo-xix/

http://www.claseshistoria.com

https://www.oposinet.com/temario-de-geografia-e-historia/temario-5-geografia-e-historia/tema-42-
imperialismo-y-expansin-colonial-los-conflictos-internacionales-antes-de-1914-2/

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