5348, se nos aporta la graduación de los vicios del acto administrativo, siendo separadas en tres grupos, teniendo en cuenta su gravedad en ANULABILIDAD, NULIDAD E INEXISTENCIA. Cuando hace referencia a la anulabilidad se trata de los vicios leves, la nulidad a los vicios graves, manifiestos o no y la inexistencia al vicio grosero; como también nos da cuenta que el vicio muy leve no afecta la validez del acto en sí. Asimismo, en caso de tener algún tipo de duda o de poder calificar el vicio, siempre deberá estarse a la consecuencia más favorable al acto administrativo. Cuando hablamos de actos anulables, se trata de un acto regular a los efectos de la Ley 5348, ya que en esta situación se presume legítimo y ejecutable; y en tal caso los agentes estatales y los particulares están obligados a cumplirlo. En tal sentido no procederá su anulación de oficio, es decir, que deberá ser solicitada previamente para que se dé curso a la anulación; así como también la extinción que se disponga de acuerdo al vicio que afecta el acto, solo producirá efectos a futuro y no en forma retroactiva. Así también como lo menciona el art. 71 inc. f) la acción para impugnarlo prescribe a los dos años. Para el caso de la ley nacional establece que estos actos podrán ser anulables en sede judicial, siempre y cuando no se llegue a impedir la existencia de alguno de los elementos esenciales.
Cuando hablamos de actos nulos art. 72, también son
considerados regulares, al igual que el acto anulable, gozan de presunción de legitimidad y ejecutividad, como también que los agentes estatales y particulares tienen la obligación de cumplirlos; tampoco procederá su anulación de oficio en sede judicial; pero a diferencia de los actos anulables, si producirán efectos retroactivos. En este caso la acción de impugnación prescribe a los 10 años. La diferencia con la Ley 19549 radica en que el art. 14 habla de nulidad absoluta e insanable, ya que para en esta situación se tiene en cuenta que debe existir el dolo, o cuando el acto fuere emitido por alguien que no cuenta con autoridad suficiente para hacerlo, ya sea por jurisdicción, competencia u otros vicios.
La inexistencia de un acto administrativo se dará al
momento, de que en dicho acto esté presente un vicio grosero o no emane de autoridad administrativa; por ello, a diferencia de los anteriores, no será considerado regular; carecerá de toda legitimidad y ejecutividad. Y los particulares no se encuentran obligados a cumplirlos, en tanto los agentes públicos tienen el derecho y el deber de no cumplirlos o ejecutarlos. Tiene efecto retroactivo en relación a los efectos que ya haya producido. La acción de impugnación es imprescriptible. Y en su caso la inexistencia puede ser declarada en sede administrativa o judicial.
Invalidez de cláusulas accidentales o accesorias,
según la Ley 19549, siempre y cuando no afecte la esencia del acto, no podrá declararse nulo, dado que prevé primeramente que el acto viciado pueda ser separado y de esta manera no importará su nulidad absoluta, sino que se considerará ejecutable. Para la revocación de un acto nulo de nulidad absoluta, establece que el mismo podrá ser revocado en sede administrativa, pero si el mismo ya generó efectos jurídicos, podrá ser revocado mediante una declaración judicial de nulidad. Para los efectos de un acto regular, el mismo no podrá ser revocado en sede administrativa una vez notificado, pero si determina que un acto regular puede ser revocado si el interesado tenía conocimiento previo del vicio o también por razones de oportunidad, merito o conveniencia, debiendo en este caso indemnizar los perjuicios causados a los administrados. Asimismo, la ley refiere que un acto administrativo anulable puede ser saneado, siempre y cuando surja lo siguiente: Ratificación y Confirmación. Ratificación por un órgano superior y Confirmación por el órgano que dicto el acto subsanando el vicio que lo afecte. El art. 20 de la ley 19549 también nos habla de la conversión, efecto que se da cuando un acto nulo permite la integración de otro acto que, si tuviera validez, en este caso se podría realizar la conversión, toda vez que se cuente con el consentimiento del administrado; podrá tener efectos jurídicos desde el momento que se confirme el nuevo acto administrativo. Respecto a la caducidad se puede declarar unilateralmente cuando se incumplieren las condiciones fijadas, por parte del interesado, siempre y cuando se constituya previamente en mora y se concedieran un plazo razonable para regularizar su situación.