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REGIMEN DE INVALIDEZ DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Conforme lo expuesto en el artículo 69 de la Ley


5348, se nos aporta la graduación de los vicios del acto administrativo,
siendo separadas en tres grupos, teniendo en cuenta su gravedad en
ANULABILIDAD, NULIDAD E INEXISTENCIA. Cuando hace referencia a
la anulabilidad se trata de los vicios leves, la nulidad a los vicios graves,
manifiestos o no y la inexistencia al vicio grosero; como también nos da
cuenta que el vicio muy leve no afecta la validez del acto en sí. Asimismo,
en caso de tener algún tipo de duda o de poder calificar el vicio, siempre
deberá estarse a la consecuencia más favorable al acto administrativo.
Cuando hablamos de actos anulables, se trata de un acto regular a los
efectos de la Ley 5348, ya que en esta situación se presume legítimo y
ejecutable; y en tal caso los agentes estatales y los particulares están
obligados a cumplirlo. En tal sentido no procederá su anulación de oficio,
es decir, que deberá ser solicitada previamente para que se dé curso a la
anulación; así como también la extinción que se disponga de acuerdo al
vicio que afecta el acto, solo producirá efectos a futuro y no en forma
retroactiva. Así también como lo menciona el art. 71 inc. f) la acción para
impugnarlo prescribe a los dos años. Para el caso de la ley nacional
establece que estos actos podrán ser anulables en sede judicial, siempre
y cuando no se llegue a impedir la existencia de alguno de los elementos
esenciales.

Cuando hablamos de actos nulos art. 72, también son


considerados regulares, al igual que el acto anulable, gozan de
presunción de legitimidad y ejecutividad, como también que los agentes
estatales y particulares tienen la obligación de cumplirlos; tampoco
procederá su anulación de oficio en sede judicial; pero a diferencia de los
actos anulables, si producirán efectos retroactivos. En este caso la acción
de impugnación prescribe a los 10 años. La diferencia con la Ley 19549
radica en que el art. 14 habla de nulidad absoluta e insanable, ya que
para en esta situación se tiene en cuenta que debe existir el dolo, o
cuando el acto fuere emitido por alguien que no cuenta con autoridad
suficiente para hacerlo, ya sea por jurisdicción, competencia u otros
vicios.

La inexistencia de un acto administrativo se dará al


momento, de que en dicho acto esté presente un vicio grosero o no
emane de autoridad administrativa; por ello, a diferencia de los anteriores,
no será considerado regular; carecerá de toda legitimidad y ejecutividad.
Y los particulares no se encuentran obligados a cumplirlos, en tanto los
agentes públicos tienen el derecho y el deber de no cumplirlos o
ejecutarlos. Tiene efecto retroactivo en relación a los efectos que ya haya
producido. La acción de impugnación es imprescriptible. Y en su caso la
inexistencia puede ser declarada en sede administrativa o judicial.

Invalidez de cláusulas accidentales o accesorias,


según la Ley 19549, siempre y cuando no afecte la esencia del acto, no
podrá declararse nulo, dado que prevé primeramente que el acto viciado
pueda ser separado y de esta manera no importará su nulidad absoluta,
sino que se considerará ejecutable. Para la revocación de un acto nulo de
nulidad absoluta, establece que el mismo podrá ser revocado en sede
administrativa, pero si el mismo ya generó efectos jurídicos, podrá ser
revocado mediante una declaración judicial de nulidad. Para los efectos
de un acto regular, el mismo no podrá ser revocado en sede
administrativa una vez notificado, pero si determina que un acto regular
puede ser revocado si el interesado tenía conocimiento previo del vicio o
también por razones de oportunidad, merito o conveniencia, debiendo en
este caso indemnizar los perjuicios causados a los administrados.
Asimismo, la ley refiere que un acto administrativo anulable puede ser
saneado, siempre y cuando surja lo siguiente: Ratificación y Confirmación.
Ratificación por un órgano superior y Confirmación por el órgano que dicto
el acto subsanando el vicio que lo afecte. El art. 20 de la ley 19549
también nos habla de la conversión, efecto que se da cuando un acto nulo
permite la integración de otro acto que, si tuviera validez, en este caso se
podría realizar la conversión, toda vez que se cuente con el
consentimiento del administrado; podrá tener efectos jurídicos desde el
momento que se confirme el nuevo acto administrativo. Respecto a la
caducidad se puede declarar unilateralmente cuando se incumplieren las
condiciones fijadas, por parte del interesado, siempre y cuando se
constituya previamente en mora y se concedieran un plazo razonable
para regularizar su situación.

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