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Ensayo de Grado

Relación entre el ejercicio psicológico


Y los Derechos humanos

Por:

México, 2021
Hablar de derechos humanos hoy parece una utopía, y el mejor momento para
resolver un problema utópico es en un período de crisis. Sin embargo, para definir el
tema de las prerrogativas inalienables, se considera lo siguiente: ¿son los derechos
humanos un movimiento utópico? Desde un punto de vista psicológico, ¿su discurso se
ajusta a la realidad?, Por supuesto que, la modernidad es una época fértil en la utopía,
incluidos los derechos humanos que se han considerado tardíos, y ahora se ha
convertido en una de sus expresiones paradigmáticas más citadas. Pero, ¿sigue siendo
así en la segunda década del siglo XXI? En cualquier caso, no hay consenso respecto
a este tema. Además, considerando los debates contemporáneos sobre derechos
humanos, es imposible llegar a un acuerdo sobre su carácter psicológico, porque no
hay consenso sobre los verdaderos derechos humanos.
Según Boaventura de Sousa Santos, desde la posguerra, especialmente en las
últimas tres décadas del siglo XX, la comprensión transnacional del sufrimiento humano
y la opresión social ha formado una nueva cultura jurídica cosmopolita. Esta cultura ha
evolucionado gradualmente hacia un sistema de derechos humanos, articulado
principalmente por alianzas de ONG locales, nacionales y transnacionales, que crearon
potencial para la globalización de los movimientos de resistencia. De esta manera,
frente a diversas formas de opresión, explotación y dominación, los derechos humanos
se ven como parte de un sistema de discurso más amplio de lucha, resistencia y
liberación. Para Samuel Moyn, no hay duda de que el discurso de los derechos
humanos se ha convertido en hegemonismo en las condiciones de un mundo
globalizado, y se ha convertido en un referente jurídico y evaluativo para la gobernanza
global.
Sin embargo, hay que plantear una posición clave para explicar cómo se produjo
esta transformación, que fue una ventaja extraordinaria lograda en la segunda mitad
del siglo XX. Para (Moyn, 2015, pág. 120), está desactualizado trasladar las
características de su concepto moderno al siglo XVIII, al igual que la corriente
hegemónica del discurso tradicional de los derechos humanos. En otras palabras,
encontrar la raíz de los derechos humanos en la doctrina de la Ilustración e incluso en
el mundo de la posguerra. En su opinión, esto es solo un error metodológico, político y
cultural. Por otro lado, el surgimiento de los derechos humanos es solo un discurso
sobre el llamado alcance universal de la validez moral. Los derechos humanos son
significativos solo cuando se renuncia a los intentos de defender la justicia desde
fuentes psicológicas. Por tanto, la legitimidad del discurso de los derechos humanos
aparecerá recientemente hace no más de cuarenta años. La profundidad y el poder de
los derechos humanos radican en su novedad. La búsqueda real de su sentido
contemporáneo no está en el pasado, cercano o lejano, sino en la particularidad
contemporánea de su discurso, su correspondencia con el statu quo y / o expresión
crítica de la globalización. (Moyn, 2015) Cree que la historia de los derechos humanos
siempre ha sido reacia a admitir que sus palabras son "sólo una de las ideologías
atractivas". Sin embargo, "tras el auge de la última utopía, los predecesores y
competidores se derrumbaron y los derechos humanos se vieron obligados a asumir la
principal tarea política de proporcionar un marco global para la libertad, la identidad y la
prosperidad”.
Por tanto, la pregunta que surge con base en las cuestiones anteriores es si los
derechos humanos están en crisis. Es muy pronto para inferir tal visión, no obstante,
considerando la definición de este concepto, ¿de qué emergen los derechos
humanos?, Sin ánimo de redundar, los derechos humanos son, por supuesto,
derechos. En otras palabras, son un conjunto de privilegios basados en la dignidad
humana. La realización efectiva de este privilegio es fundamental para el desarrollo
integral de los seres humanos (O.N.U, 2013). Este conjunto de privilegios se
establece en el orden jurídico nacional, la constitución política de un país, los tratados y
en las leyes internacionales. Según (Hernández Gómez, 2010) son privilegios basados
en la dignidad humana, y su efectiva implementación es vital para el desarrollo integral
del ser humano. Este conjunto de privilegios está establecido en el ordenamiento
jurídico nacional, en la constitución política, tratados y demás leyes antes
mencionadas.
Independientemente de si es redundante o no, tiene sentido resaltar que los
derechos humanos son eso, derechos, porque de esta manera se puede entender la
relación entre sus prácticas psicológicas. En tal sentido, como práctica social pueden
encontrar y establecer hechos sociales y eventos históricos. Las acciones humanas
con poder suficiente para intervenir en la situación actual producirán situaciones
provocadas por la modificación de la correlación de fuerzas preexistente; en cierto
sentido, la conducta humana cambia el orden general de las cosas, y cambia la política
y la política actual domina el campo y promueve cambios sociales.
Con base en lo anterior, es comprensible que los derechos sean universales o al
menos iguales, pero, ¿qué dice la psicología en este campo? Porque estos principios
están obviamente implícitos en la realidad social, y en la forma de comportamiento de
toda la humanidad, independientemente de su productividad, política, credo,
convivencia social, entre otros. Es muy importante cuestionar la situación de los
derechos humanos en la realidad social, porque las necesidades de intervención
suelen ser sensibles a cambios en la vulnerabilidad de diferentes grupos de personas,
así como a intervenciones en niveles específicos de lógica psicológica y de la población
más vulnerable. Por lo tanto, el contenido mencionado asume que los derechos
humanos deben ser considerados y aplicados en el proceso de tratamiento y cambios
sociales, porque son un foco importante al realizar actividades de intervención y
promover la conciencia de las personas sobre la garantía de que las personas o
comunidades gozan de dichos derechos y por ende se les brinda un acompañamiento
en el proceso de aplicación de la estrategia de cambio psicológico.
Es necesario reflexionar y criticar qué deben hacer los profesionales de la
psicología en el uso y aplicación de los derechos humanos. En este sentido, (Bonilla,
2016, pág. 46) cita a Bicalho, Cassal, Magellan y Geraldini en 2013 quienes arguyen
que: “Meditar en la formación y el trabajo de los psicólogos y analizarlos en este
contexto es una manera de invitarles a pensar y reflexionar en sí mismos en cuanto a la
subjetividad de la labor que realizan. El lugar que ocupan como entes de una sociedad
en constante cambio”. Por lo tanto, es necesario legitimar o reconocer en la práctica
profesional el papel de los psicólogos en la conformación y consolidación de los
derechos humanos entre los diferentes grupos de personas que componen la sociedad.
Las personas no solo pueden potenciar sus habilidades políticas, sino también
reconocerse como sujetos activos en diferentes procesos que afectan la vida diaria. Por
otro lado, se puede determinar que el trabajo en derechos humanos que se realiza a
través de la psicología ayudará a determinar los parámetros a nivel de la propia
disciplina, y considerar la inclusión de estrategias adecuadas a estos conceptos en las
medidas de intervención (como los métodos de derechos).
Además, se debe intentar “promover la creación de temas autónomos para que
suenen y participen en la vida pública” (Levine, 2005, pág. 19). La psicología debe
tratar de ayudar a promover el reconocimiento, ejercicio y protección de los derechos
humanos, pues en el ejercicio de esta disciplina, dada la participación, responsabilidad
moral y profesional de la disciplina, aparecen expresiones especiales. Asimismo, es
importante tender un puente entre la formación ciudadana y la cultura política, que es
fundamental para el desarrollo del cambio a nivel social, y este cambio está
íntimamente relacionado con la transformación que se pueden realizar mediante la
aplicación de los principios de la psicología social.
Esto se puede hacer en muchos lugares, trabajando con la comunidad en grupos
desfavorecidos, en universidades y sus comunidades educativas, o en hospitales
psiquiátricos que trabajan directamente con personal institucionalizado. Entonces, se
puede decir que los profesionales de la psicología deben incorporar los derechos
humanos en sus disciplinas, porque esto puede hacer latente la autonomía de las
personas que interactúan con ellos.
De manera que, se debe considerar “sea cual sea el concepto de ser humano y
sociedad, los derechos humanos no deben existir como objetos circunspectos en el
mundo de las cosas inmateriales” (Prado, 2007, pág. 34). Sin duda, esto llama a
orientar el proceso de reconocimiento de los derechos humanos en esta disciplina, y
tratar de ubicarlo en la interacción con las personas en el campo de las relaciones
humanas. Por tanto, para hacer de los derechos humanos el sueño colectivo de toda la
humanidad y tener en cuenta las diversas experiencias humanas, es necesario hacer
de "nuestros pueblos" interpretando el lenguaje del preámbulo de la Carta de las
Naciones Unidas (1945), permitir que sean los actores de la Política internacional de
derechos humanos.
Así que, la principal contribución que los pueblos de todos los países pueden
ofrecer a la cultura de los derechos humanos es su lucha por la dignidad humana y la
diversidad de múltiples formas y lenguajes. Fundamentalmente, esta es una lucha por
la justicia social y cognitiva. A través de él, el universalismo europeo puede ser
reemplazado por el "universalismo universal" (Wallerstein, 2007, pág. 13) o si se
desea, por "universalismo contrastante, cruzado, mixto" (Herrera, 2005, pág. 77). Todo
ello producirá elementos de participación común, desde los cuales se escucharán las
voces de los otros y se descolonizarán los derechos humanos. Por lo tanto, tejerá lazos
coloridos con un diseñó más justo y democrático.

REFERENCIAS

Bonilla, D. (2016). Responsabilidad de la psicología en la conformación de los derechos


humanos. Poiésis, 46.
Hernández Gómez, J. R. (2010). Tratado de derecho constitucional. Colombia: Ariadna.
Herrera, F. (2005). Los derechos humanos como productos culturales. España:
Catarata.
Levine, D. (2005). Pluralismo sobre los derechos humanos. España: Salamanca.
Moyn, S. (2015). la última utopía de los derechos humanos. Bogotá: edición de la
Pontificia Universidad Javeriana.
O.N.U. (junio de 2013). Paz, dignidad e igualdad en un planeta sano. Obtenido de Paz,
dignidad e igualdad en un planeta sano:
http://www.un.org/es/rights/overview/law.shtml
Prado, M. (2007). Limitaciones de los derechos humanos. Revista chilena de Derecho,
34-90.
Wallerstein, I. (2007). El Universalismo Europeo. España, México, Argentina: Siglo XXI.

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