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LA ALEXITIMIA: CUANDO LOS NIÑOS NO PUEDEN EXPRESAR LO QUE SIENTEN

La alexitimia es la incapacidad de expresar e identificar emociones en uno mismo y en los demás. Se


trata de un desorden que suele ir acompañado de un empobrecimiento del mundo de fantasía interior y de la
creatividad. A nivel cognitivo esta dificultad implica un pensamiento concreto y práctico, mientras que en el
plano afectivo supone una escasa conciencia emocional.

En la infancia se hace patente, principalmente, por la imposibilidad para manifestar emociones y


reconocerlas en los demás. El problema se presenta en el momento de dar una etiqueta adecuada a lo
que se siente. Por ejemplo, cuando se trata de reaccionar ante las expresiones faciales de los demás, el
lenguaje corporal, el tono de voz, etc. También sucede con las muestras de afecto como un beso o un
abrazo.
Otras consecuencias que se aprecian en el comportamiento de los niños son las siguientes:

 Los menores que la padecen no asocian los sentimientos con las reacciones físicas que estos
suelen desencadenar. Pueden experimentar un nudo en la garganta porque algo les asusta o les pone
nerviosos, pero no relacionarlo con una emoción concreta.
 Tienden a usar la acción para afrontar situaciones que les resultan conflictivas, en lugar de dejarse llevar
por la emoción inmediata. Por ello parecen muy obedientes y serios para su edad.
 En ocasiones se puede observar rigidez en la comunicación, lo que se traduce en menor expresividad y
movimientos más limitados, así como ausencia de mímica.
 Su manera de pensar carece de abstracciones y fantasías, se limitan a hacer una descripción de lo
que está ocurriendo sin interpretaciones.

Paralelismos con el Síndrome del Espectro Autista


La alexitimia se ha relacionado con este trastorno cerebral, ya que se trata de una de sus características. De
hecho, la mayoría de las personas que lo padecen presentan también alexitimia. Pero es importante dejar
claro que tenerla no implica necesariamente padecer este síndrome.
Lo que sí es cierto es que, en la infancia, la alexitimia constituye una señal de alerta que podría indicar el
desarrollo del Síndrome del Espectro Autista. Por eso es importante estar atento a los signos que
puedan aparecer. Y, consecuentemente, informar de posibles síntomas que presente el niño en este
aspecto. ESTO PODRÍA AYUDAR A REALIZAR UN DIAGNÓSTICO PRECOZ Y COMENZAR UNA
INTERVENCIÓN TEMPRANA.

SEÑALES DE ALARMA
 Dificultad para expresar los sentimientos.
 Problemas para reconocer emociones.
 E incapacidad para distinguirlas de las sensaciones corporales.
 Reducido mundo de fantasía.
 Poca creatividad.
 Pensamiento rígido.
 Aislamiento, sin sensación de soledad.
 Les resulta difícil interpretar las muestras de afecto.
 Seriedad exagerada para la edad.
Psicología evolutiva: el desarrollo de las emociones
La etapa evolutiva en la que se encuentra el menor marca el progreso de determinadas competencias.

1. En la primera infancia
El niño no puede identificar qué está sintiendo ni ponerle palabras. En este período los progenitores son
la fuente de regulación, lo que significa que han de asegurar un vínculo fuerte, supervisión continuada y
protección ante las exploraciones que el pequeño va realizando.
2. A los 5-6 años
En esta época, es capaz de nombrar las emociones, es decir puede dar una etiqueta a aquello que está
sintiendo en el momento. Por ejemplo, puede decir que se siente triste porque le han castigado, que tiene
miedo de quedarse dormido con la luz apagada, etc.
3. A partir de los 8-9 años
Desde estas edades y hasta la adolescencia aprende a gestionarlas. Es decir, ya sabe exteriorizarlas en el
momento adecuado, explicar qué está sintiendo y por qué, tolerar ciertos sentimientos que le producen
frustración y graduar la intensidad de ciertas emociones.
A lo largo de estas etapas especialmente sensibles, los adultos pueden acompañar el proceso y ayudar al
niño a reconocerlas y manifestarlas.

La guía que aquí se ofrece es orientativa. El hecho de que una competencia no se haya desarrollado a
una edad no determina necesariamente la existencia de un problema. Por tanto, se deberá estar muy
vigilante ante las señales que dé el menor. Y observar cómo van progresando y mostrando sus sentimientos
a lo largo de su crecimiento evolutivo.

El adolescente y el adulto con alexitimia


 En la juventud, puede manifestarse como ausencia de emocionalidad y desembocar en fracaso escolar,
conflictos en las relaciones interpersonales, baja autoestima y comportamientos de riesgo, como
consumo de sustancias adictivas o conducta violenta.
 En la edad adulta, se da en un 8 % de la población masculina y en el 1,5 % de las mujeres. Se
caracteriza por la dificultad para expresar los sentimientos propios, y por la ausencia o la disminución de
las fantasías. También por una forma de pensar eminentemente práctica. Además, se relaciona con
adicciones y con trastornos del estado de ánimo y psicosomáticos, como la psoriasis, úlceras, urticaria
crónica, asma…
La importancia de adquirir estas capacidades
Desarrollar competencias emocionales en la infancia es fundamental para tratar y prevenir la alexitimia en el
adulto.

A nivel personal se debe fomentar la práctica de habilidades sociales y de solución de problemas.


También interesa estimular su autoeficacia y su autoestima. Asimismo, conviene que en su entorno se
potencien estas capacidades. Además, es fundamental favorecer su progreso socio-emocional a través
del ejemplo.

Este aprendizaje debe orientarse a premiar los logros que el pequeño va teniendo, lo que le facilitará
aprender que los demás experimentan cosas parecidas y encontrar un denominador común para
identificarlas.
Adquirir estas habilidades beneficiará al niño en diferentes ámbitos, le ayudará a conseguir un buen
rendimiento académico, relacionarse satisfactoriamente con los demás y obtener un gran bienestar
psicológico.
¿Cómo prevenir este desorden?
1. Un espejo en el que mirarse
Es fundamental que los progenitores sean un modelo para su hijo a la hora de reconocer y exteriorizar
lo que sienten. Unos padres afectivos que den importancia a la educación emocional pueden ayudar a su
hijo a familiarizarse primero con sus sentimientos y, lo que es más importante, a gestionarlos con éxito.
2. Exteriorizar y explicar
El hecho de que compartan lo que ellos mismos están experimentando y lo comuniquen de forma adecuada
a sus hijos va a permitir que éstos tengan a su disposición un valioso ejemplo que imitar y aprendan a
hacer ellos lo mismo.
Poner nombre a las emociones ayudará al pequeño a identificarlas. Favorecer este proceso de
comunicación posibilitará no solo que se familiarice con ellas, sino también que las maneje de manera
adecuada.
3. Prácticas que ayudan
Se pueden realizar diferentes juegos y ejercicios que favorezcan estos puntos y fomenten su creatividad, así
como su fantasía:

 Leer libros infantiles.
 Crear obras de teatro en familia.
 Escribir sus propios cuentos.
 Experimentar con juegos exploratorios donde se desarrollen los sentidos.
 Dibujar y pintar.

Dejar que explore y diga lo que siente en cada momento permitirá a los padres dar una orientación
adecuada. Por ejemplo:

 Enseñándoles a explicitarlas: “me he sentido triste porque…”.


 Practicando la empatía, a través de las expresiones, el lenguaje no verbal, etc.
 Ofreciendo espacios para canalizarlas.

Hay que tener en cuenta que cada niño es diferente, por ello se ha de atender y observar qué es lo que
funciona con cada uno, qué situaciones le permiten mostrar sus emociones y cuál es el proceso que sigue
para aprender a gestionarlas.
Si el pequeño con alexitimia presenta dificultades en alguno de los puntos previamente destacados, el
acompañamiento y el apoyo del adulto es imprescindible. También lo es la intervención de
profesionales, que ayudarán a abordar su caso concreto.
CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS A EXPRESAR SUS EMOCIONES
Cuando oímos hablar de inteligencia rápidamente pensamos en todo lo relacionado con lo académico
(habilidades lingüísticas, matemáticas, etc.), pero ya hace años que este concepto se ha
ampliado incluyendo lo emocional como una parte importante que puede ayudar a la persona a tener éxito
en la vida.

Las emociones son alteraciones de nuestro cuerpo y son provocadas por los acontecimientos de nuestro día
a día, por los recuerdos o por pensamientos que tenemos en un momento dado. La emoción vendrá
acompañada de un estado de ánimo que provocará en nosotros un sentimiento. Las emociones
ocurren de pronto, si por ejemplo nos dan una buena noticia aparecerá la alegría. Los sentimientos duran
más tiempo, si la alegría nos dura en el tiempo nos sentiremos felices.

No podemos olvidarnos que el ambiente cultural y social del que venimos nos invita a no mostrar ciertas
emocionesLos niños inteligentes emocionalmente van a sentirse mejor con ellos mismos y esto les ayudará
en muchos ámbitos de su vida. Estos niños desarrollan un mejor autocontrol y regulan bien sus emociones.
Esto les ayuda en las relaciones, en la resolución de conflictos, en los resultados académicos, etc.

Los padres, como figuras más importantes en la vida de sus hijos pueden ayudar a estos a desarrollar
habilidades emocionales así como las personas más cercanas al niño: profesores, abuelos etc. Pero para
poder ayudar a los niños los padres tienen que poder entender primero sus emociones y reflexionar
acerca de cómo actúan con las suyas propias para luego poder entender las de sus hijos.

¿Cuántas veces escuchamos “no llores”, “no te enfades”, “no te asustes” y un largo etc.? ¿Porque nos es
difícil aceptar que las emociones están ahí y necesitan su espacio para ser expresadas? ¿Qué nos pasa a
los adultos cuando vemos al niño muy asustado, muy enfadado…..?

No podemos olvidar que el ambiente cultural y social del que venimos nos invita a no mostrar ciertas
emociones: miedo, enfado…. Se nos trasmite que sentir ciertas cosas esta mal: celos, rabia… Tenemos
poca práctica en esta tarea por lo que requerirá un esfuerzo por parte de los padres no solo con sus hijos
sino también con ellos mismos.

El peligro de reprimir las emociones

Es difícil como padres pararnos a la altura y ritmo del niño. Tendemos sin darnos cuenta a no dejar que
los niños expresen ciertas emociones, pensando que si lo hacen son unos desobedientes, contestones,
llorones,  miedosos….. A veces tenemos una expectativa de cómo debe ser el niño y cuando nuestro hijo se
separa de ese ideal nos sentimos frustrados.

Para algunos padres es difícil manejarse con ciertas emociones, la rabia y hostilidad suelen ser las que
más cuestan, también el miedo.

Si el niño no puede expresar ni obtiene ayuda para entender que le pasa tendrá ansiedadPor eso será
bueno que los padres se pregunten como se sienten ellos ante la expresión de las emociones de sus
hijos, ya que muchas veces tenderán a reprimir ciertas expresiones cuando estas les generen malestar. Si a
los padres les cuesta tolerar el malestar de sus hijos a estos les será más difícil regular las emociones. La
idea sería mostrar al niño una buena manera de expresar lo que siente, no reprimir la emoción.
Reprimir las emociones genera malestar y afecta a la autoestima, ya que el niño se sentirá mal e
inadecuado por sentir lo que siente. Si el niño no puede expresar ni obtiene ayuda para entender que le
pasa tendrá ansiedad en muchas ocasiones, con problemas incluso para su salud (Somatizaciones).

TIPS PARA PADRES

INTELIGENCIA EMOCIONAL

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Papitos ustedes pueden ayudar a sus hijos a expresar sus emociones de una manera sana, esto será algo
que el niño aprenderá poco a poco por lo que necesitará mucha práctica. Es importante que sean pacientes
y sepan dar el espacio y tiempo necesario a cada uno de sus hijos.

PRACTIQUEMOS ESTO:

 Podemos hablar a nuestros hijos de cómo nos sentimos, de esta manera seremos sus modelos y le
estaremos enseñando a poner palabras a lo que sienten. (Ej: “Hoy vengo enfadado y cansado del trabajo, se
me estropeó el ordenador y he tenido que repetir varias tareas importantes”). También les estaremos
trasmitiendo que mostrar cómo se siente uno no es malo, solo hay que saber expresarlo de la manera
adecuada. (Ej: Expreso con palabras y el gesto como me siento, no tiro cosas ni grito”).

 Enseñar a los niños el lenguaje con el que expresar lo que sienten, todo este vocabulario lo irán
aprendiendo poco a poco con ayuda de los padres o adultos cercanos significativos, por eso es importante
que los padres cuiden como trasmiten ellos sus emociones.

 Aceptar y respetar las emociones del niño, escucharle y ayudarle a expresar que siente. (Ej: “Comprendo
que estés asustado, hablemos sobre ello, cuéntame que es lo que te da miedo”.)

 Ayudar al niño a relacionar expresiones corporales y gestos con las emociones, esto les ayudará en el
desarrollo de la empatía y poder ponerse en el lugar de los demás. (Ej: “¿Has visto la cara del protagonista
del cuento? ¿Qué crees que le pasa?”, “Mira la cara de tu amigo, parece triste, ¿le preguntas que le pasa?”).

 Dar herramientas y alternativas, aquí caben muchas posibilidades. Dar recursos al niño es trasmitirle que
puede hacer algo con aquello que le pasa, que eso que haga puede suavizar en gran medida aquello que
siente. (Ej: “Sé que estás asustado, es la primera vez que vas a hacer esto, a mí también me pasaba
cuando era pequeño. Te contaré algunas cosas que me ayudaron a mi cuando tenía tu edad”).

 Ayudar al niño a encontrar sus propios recursos, haciéndole preguntas para que pueda reflexionar sobre
cómo actuar en determinadas situaciones (Ej: “Si te ha molestado lo que te ha dicho tu amiguita, ¿qué crees
que la puedes decir la próxima vez? ¿Te sentirías mejor así?”).

 
Las emociones nos acompañan en nuestro día a día e influyen en nuestras decisiones y nuestra
manera de actuar por lo que dedicarle tiempo a entenderlas y a buscar la mejor forma de expresarlas será
una tarea con enormes beneficios para los hijos. Además, para el niño tener un espacio con sus padres
donde compartir y expresar aquello que le pasa refuerza también el vínculo entre ambos.

El mejor regalo de los padres a sus hijos es un poco de su tiempo cada día.

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