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Requisitos
Las condiciones esenciales de una buena observación son:
Tiene que ser orientada hacia un objetivo, esto exige que sea planificada
conscientemente.
Carácter selectivo o fragmentario. Abarca una parte determinada de la realidad
objetiva y es organizada sistemáticamente en esta dirección.
Tiene que estar dirigida a una comprensión objetiva del sujeto, por eso no se hacen
inferencias ni suposiciones previas acerca del aspecto a observar porque pueden falsear
el resultado.
Tiene que ser planificada previamente, en una programación sistemática, en la que
se varíen los horarios. Una sola sesión de observación no es realmente válida.
Es recomendable la presencia de dos observadores (mínimo), para reducir los
“efectos viciosos” de la subjetividad del juicio humano.
Registro de los resultados
Conductas no verbales: Movimientos corporales: expresiones motoras que
pueden originarse en varias partes del cuerpo. Existen tres variedades de
conductas no verbales: expresiones faciales, intercambios de miradas y
movimientos corporales (incluyendo los gestos). Las expresiones faciales son
indicadoras de sensaciones de placer-displacer, comprensión de lo que se está
expresando, grados de atención y tensión, conflictos, estados emocionales,
etcétera. En relación con esto la expresión facial puede registrarse como: seria,
preocupada, deprimida, risueña, huraña, etc. Los intercambios de miradas son
indicadores de estados de confort, disconfort y relaciones afectivas (positivas o
negativas) entre las personas. Los movimientos corporales no se limitan a la
cabeza y al rostro, sino que ocurren con gran frecuencia en otras áreas del
cuerpo, especialmente las manos.
Conductas espaciales: Las personas son activas: circulan, se mueven, se detienen,
mantienen cercanías y distancias. La frecuencia y rango de estos movimientos se
observan fácilmente, pero raras veces se registran.
Conductas extralingüísticas. Generalmente su registro requiere de aparatos
sensibles y observadores bien entrenados.
Dimensión vocal: Comprende tono, altura y timbre de la voz.
Dimensión temporal: Se refiere a la frecuencia del habla, su duración y ritmo.
Dimensión de interacción: Frecuentemente la continuidad del lenguaje es interrumpida
por vacilaciones, errores o interrupciones que pueden indicar un stress subyacente.
Dimensión verbalística: Se refiere al vocabulario, peculiaridades de la
pronunciación, dialecto, uso de modismos, etc., empleados por los sujetos, que resultan
indicadores de su extracción cultural, procedencia, etcétera.
Conducta lingüística: Esta ha resultado la conducta más observada en distintos
estudios, se trata de los contenidos expresados en el lenguaje verbal. Se codifica el
contenido por categorías para en el análisis del registro de lo observado, poder
determinar cuáles son los temas que predominan en la conversación del sujeto, vocablos
más usados, tipo de lenguaje verbal más común (norma culta o norma popular), etcétera.
Interpretación de los resultados
En la interpretación de los resultados de las observaciones es necesario ir más
allá de lo que se ve y oye, para identificar conflictos, motivos, posibles estados
de frustración, de satisfacción y otros, pero siempre partiendo de la objetividad
de lo registrado.
Entre algunos aspectos del comportamiento que pueden ser interpretados
como indicadores de desequilibrio del sujeto en estudio están los que denotan
estados de ansiedad: aumento de la motilidad, bloqueos, incoherencia, postura
rígida, expectante, cambios de posición, movimiento frecuente de pies, manos,
etc., salivación, tragar excesivo, sudoración, lagrimeo, respiración agitada;
fumar excesivo, tartamudez, distractibilidad, etc. También los que denotan
estados depresivos: llantos, disminución de movimientos, lenguaje reducido,
bajo, mirada ausente, cabeza ladeada hacia abajo, facie deprimida, entre otros.
Fuente
https://www.ecured.cu/Observaci%C3%B3n_psicol%C3%B3gica Martínez
Angulo, Marta Rosa y otros (2013). Manual de técnicas de exploración
psicológica. La Habana. Editorial Pueblo y Educación.
TECNICAS DE OBSERVACION PSICOLOGICA
Los psicólogos siempre hemos intentado estudiar la realidad, ya sea desde
dentro o desde fuera, con objetivo de analizarla y comprenderla. Así nació la
evaluación psicológica, que incluye entre ellas un grupo de técnicas
denominadas técnicas de observación. Hoy conoceremos con detalle un tipo en
concreto, la técnica de observación participante. Mediante la observación
adquirimos la información de nuestro entorno de forma activa, empleando el
sentido de la vista (u otros medios técnicos como las cámaras). A veces el
fenómeno que pretendemos observar requiere que una persona o un
profesional se adentre en la realidad del sujeto o sujetos a observar, para
conocer mejor dicha realidad. Vamos a conocer con detalle en qué consiste
todo ello.
Técnicas de observación
Las técnicas de observación son un conjunto de técnicas y herramientas
orientadas a evaluar un fenómeno, un individuo o un grupo de personas.
Implican una manera de acercarse a la realidad del sujeto para conocerla.
Generalmente se estudian conductas y comportamientos observables. Son
realizadas por un observador experto o entrenado mediante protocolos
preparados para tal fin, que permiten una anotación sistemática. La situación a
observar es natural o análoga (por ejemplo role-playing, tareas cognitivas, tests
situacionales,...). En las técnicas de observación no se provocan o elicitan
respuestas en los sujetos observados, simplemente los fenómenos se dan de
forma natural y el experto u observador lo observa y estudia.
Formas de observar
Existen diversas formas de observación según el objetivo o tipo de
investigación, es decir, diversos métodos y técnicas. Algunos de ellos son:
Observación propiamente dicha.
Técnicas objetivas.
Autoinformes.
Entrevista.
Técnicas subjetivas.
Técnicas proyectivas.
Tipos de observador
En cuanto al tipo de observador, existen dos modalidades de observación
según el tipo de observador: observación no participante (por ejemplo mediante
el uso de una cámara, o cuando el sujeto no se adentra a la realidad observada
del sujeto o grupo), y observación participante.
¿Cuándo se aplica?
La técnica de observación participante se emplea cuando se quiere estudiar la
realidad social en su conjunto, de forma holística, pero con el fin de concretar
un problema que por el momento desconocemos. Es decir, muchas veces se
utiliza esta técnica cuando aún no existe el problema definido, precisamente
para identificarlo y concretar sus dimensiones. Puede ser que se tenga una
idea previa del ámbito o problema pero que se deba concretar con más
precisión. También se emplea cuando se trata de problemas donde otras
técnicas de investigación no se pueden practicar (por ejemplo se ha usado en
cárceles, sociedades primitivas, zonas marginales, etc.)
Por otro lado, se emplea en casos donde se quiere estudiar con detalle, de
forma directa y “en vivo” el sujeto o sujetos a observar (por ejemplo el
comportamiento de un niño con trastorno de conducta en casa o en el aula).
¿Cómo se usa?
En las técnicas de observación participante el instrumento de recogida de datos
es el propio investigador.El empleo de este tipo de técnicas debe ser flexible y
adaptado a la situación. Así, el investigador seleccionará un conjunto de
informantes, que deberá observar y con los que deberá interactuar. El
investigador también podrá aplicar técnicas como las entrevistas, encuestas,
revisión de documentos, etc.
En el diario de campo el investigador irá anotando las impresiones de lo que va
viviendo y observando para posteriormente organizarlo y analizarlo. El diseño
de la investigación se va elaborando a medida que avanza la investigación;
primero se entrará en el campo de estudio para saber poco a poco qué
preguntas hacemos y cómo las hacemos.