Está en la página 1de 12

‘’AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

PROGRAMA DE ESTUDIO DE PSICOLOGÍA

TRASTORNO DE SOMATIZACIÓN.

CICLO: V

DOCENTE:
Antezana Chinquillo Jose Giancarlo

PRESENTADO POR:
Hernandez Martinez Rajendra
Llamocca Gamboa Antonio
Juarez Cano Tatiana
Hubert Huamani Wilfredo
Laura Peña Cris
Trigoso Bustamante Gabriel
Vargas Barrientos Fabian
Guevara Palomino Nayeli Solimar
Juanes Hualpa Nicolle Xiomara
Bernales gallegos Sara

ICA – PERÚ
2023
INTRODUCCIÓN

Los trastornos de somatización constituyen un desafío clínico y psicológico


intrigante que a menudo pasa desapercibido. Estos trastornos se caracterizan por la
manifestación crónica de síntomas físicos sin una causa médica subyacente
evidente.

En esta introducción, explicaremos la complejidad de los trastornos de


somatización, analizando sus manifestaciones clínicas, factores predisponentes,
diagnóstico y enfoques terapéuticos.

A medida que desentrañar este tema, quedará claro que comprender y abordar
adecuadamente los trastornos de somatización es esencial para mejorar la calidad
de vida de las personas que los padecen y promover una atención de salud integral.

Los trastornos de somatización se distinguen de otros trastornos principalmente por


la presencia de síntomas físicos recurrentes y crónicos que no tienen una causa
médica identificable

En resumen, los trastornos de somatización se distinguen por la presencia


persistente de síntomas físicos sin causa médica evidente y requieren un enfoque
de diagnóstico y tratamiento diferente en comparación con otros trastornos.
HISTORIA DEL TRASTORNO DE SOMATIZACIÓN

El término somatización fue introducido por Wilhem Stekel, en 1911, como un


proceso en el que los conflictos neuróticos pueden presentarse por sí mismo
como un trastorno físico, Meninger escribió reacciones de somatización como
la expresión visceral de reacciones de ansiedad que puede en esta forma ser
inconsciente.

En 1946, Alejandro introdujo este término ( Psicosomatosis) , lo cual podría


considerarse como otro intento de integrar mente y cuerpo de nuevas
maneras.

A medida que la psiquiatría y la psicología se desarrollaron en el siglo XX, se


comenzaron a estudiar y definir trastornos relacionados con los síntomas
somáticos. En 1980, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales (DSM-III) introdujo la categoría de "trastornos somatomorfos", que
incluía trastornos como el trastorno de somatización y el trastorno de
conversión. Estos trastornos se caracterizaban por síntomas físicos sin una
causa médica subyacente y una conexión con factores psicológicos

Con algunas modificaciones, este grupo y el concepto de la enfermedad


misma han permanecido en él en el DSM-IV (1994).

En esta categoría diagnóstica se incluyen aquellos trastornos en cuyo cuadro


clínico se puede observar de manera típica, como rasgo característico, ciertos
síntomas físicos que sugieren una condición médica general y que no son
explicados completamente por una enfermedad física ni por los efectos
directos de una sustancia.

CONCEPTO.

El trastorno de síntomas somáticos (SSD) ocurre cuando una persona siente


una ansiedad excesiva y extrema debido a síntomas físicos. La persona
experimenta pensamientos, sentimientos y comportamientos intensos
relacionados con los síntomas hasta el punto de sentirse incapaz de realizar
determinadas actividades de la vida diaria. Quizás crean que las
enfermedades cotidianas son mortales. Esta ansiedad puede persistir a pesar
de que los resultados de las pruebas sean normales y la confirmación de su
médico. Una persona con TSS no finge sus síntomas. El dolor y otros
problemas son reales. Pueden ser causados ​por una condición de salud. A
menudo, no se puede encontrar ninguna causa física. Sin embargo, el
principal problema son las reacciones y comportamientos extremos asociados
con los síntomas.

CAUSAS
La somatización es un problema relacionado con la salud mental, aunque es común
que quienes la sufren crean que padecen algún tipo de trastorno físico.
La causa exacta del trastorno de síntomas somáticos no es clara, pero cualquiera
de estos factores puede influir:
1. Factores genéticos y biológicos, como mayor sensibilidad al dolor.
2. Influencia familiar, que puede ser genética, ambiental o ambas.
3. Rasgo de negatividad en la personalidad, que puede impactar en la forma
en que identificas y percibes la enfermedad y los síntomas corporales.
4. Menor percepción de las emociones o problemas para procesarlas, lo
que provoca que el foco sean los síntomas físicos en lugar de los problemas
emocionales.
5. Conducta aprendida, por ejemplo, la atención y otros beneficios obtenidos
luego de haber padecido una enfermedad; o las «conductas de dolor» en
respuesta a síntomas, como evitar excesivamente la actividad, lo cual puede
aumentar tu nivel de discapacidad.

FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo del trastorno de síntomas somáticos comprenden:
● Sentir ansiedad o depresión.
● Tener una enfermedad o estar recuperándose de una enfermedad.
● Estar en riesgo de padecer una enfermedad, por ejemplo, tener antecedentes
familiares importantes de una enfermedad.
● Vivir sucesos estresantes, traumas o violencia.
● Haber vivido traumas en el pasado, como abuso sexual infantil.
● Tener un nivel de educación o socioeconómico bajos.
CARACTERÍSTICAS

Se caracteriza por la presencia de síntomas físicos recurrentes y persistentes que


no pueden ser completamente explicados por una causa médica o una condición
médica subyacente. A continuación, se presentan algunas de las características
comunes asociados con este trastorno:

1. Síntomas somáticos crónicos: Las personas con trastorno de somatización


experimentan una variedad de síntomas físicos que suelen ser crónicos y
recurrentes. Estos síntomas pueden incluir dolor, fatiga, problemas
gastrointestinales, dificultades respiratorias, síntomas neurológicos y otros
problemas de salud física.
2. Múltiples síntomas: Los individuos con este trastorno suelen presentar una
amplia gama de síntomas en diferentes sistemas y partes del cuerpo.
3. Preocupación excesiva: Los síntomas físicos suelen ser la principal
preocupación de la persona y pueden llegar a dominar su vida diaria. Pueden
estar constantemente preocupados por su salud y la causa de sus síntomas.
4. Búsqueda constante de atención médica: Las personas con este trastorno
tienden a buscar atención médica con frecuencia y visitan a numerosos
médicos y especialistas en busca de una explicación o alivio para sus
síntomas. Esto puede llevar a múltiples consultas médicas, pruebas y
procedimientos innecesarios.
5. Impacto en el funcionamiento social y laboral: Los síntomas somáticos y
la preocupación constante por la salud pueden afectar significativamente el
funcionamiento social y laboral de la persona. Pueden perder días de trabajo
o escolares debido a los síntomas, lo que puede llevar a problemas laborales
y dificultades en las relaciones interpersonales.

Por ejemplo:

● Ansiedad y depresión: Muchas personas con trastorno de somatización


también experimentan síntomas de ansiedad y depresión, lo que puede
agravar su malestar y preocupación por la salud.
● Falta de explicación médica: A pesar de las múltiples consultas médicas y
pruebas realizadas, no se encuentra una causa médica que explique
adecuadamente los síntomas, lo que contribuye a la frustración y
preocupación de la persona.
● Comorbilidad: El trastorno de somatización a menudo se presenta junto con
otros trastornos psicológicos, como trastorno de ansiedad, trastorno
depresivo o trastornos de personalidad.
● Historia de síntomas desde la infancia o la adolescencia: En muchos casos,
los síntomas somáticos comienzan en la infancia o la adolescencia y
persisten a lo largo de la vida.
● Dificultades en el diagnóstico: El diagnóstico de trastorno de somatización
puede ser complicado debido a la necesidad de descartar causas médicas
subyacentes de los síntomas. Se requiere una evaluación exhaustiva por
parte de un profesional de salud mental o un psiquiatra para llegar a un
diagnóstico adecuado.

Es importante destacar que el trastorno de somatización es un trastorno mental


legítimo y no se debe atribuir a una simulación deliberada de síntomas físicos. Las
personas que padecen este trastorno están experimentando síntomas reales y
sufren a causa de ellos, aunque no se encuentren explicaciones médicas
concluyentes.

CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO PARA EL TRASTORNO DE SOMATIZACIÓN

1. Presencia de síntomas físicos: Deben existir síntomas y quejas físicas frecuentes


durante al menos varios meses. Estos síntomas deben ser múltiples y variados, y no
pueden ser completamente explicados por una afección médica generalizada.

2. La preocupación excesiva por los síntomas: La persona afectada debe presentar


una preocupación persistente y excesiva por sus síntomas físicos y experimentar un
malestar significativo o deterioro en su calidad de vida debido a esta preocupación.

3. Dificultad para aceptar el juicio médico: La persona debe tener dificultades para
aceptar que los síntomas que experimenta no pueden ser explicados
completamente por una condición médica generalizada.

4. Duración y gravedad de los síntomas: Los síntomas deben ser continuos o


recurrentes durante un tiempo significativo y deben causar un deterioro demostrable
en el funcionamiento social, laboral o de otras áreas importantes de la vida.
5. Ausencia de explicación médica adecuada: Los síntomas deben ser lo
suficientemente graves como para requerir una evaluación o tratamiento médico, y
no deben ser completamente explicados por una afección médica generalizada o
por sustancias.

6. No se debe cumplir con los criterios de otros trastornos: Los síntomas y las
quejas físicas no pueden ser mejor explicados por la presencia de otro trastorno
mental y no deben cumplir con los criterios de trastorno de ansiedad, trastorno
depresivo, trastorno de conversión u otros trastornos relacionados.

SÍNTOMAS.
Las características de los síntomas del trastorno somatomorfo pueden ser las
siguientes:

Son sensaciones específicas, como dolor o dificultad para respirar, o síntomas más
generales, como cansancio o debilidad
No están relacionados con una causa médica identificable, o se relacionan con un
trastorno médico como el cáncer o la enfermedad cardíaca pero son más
importantes de lo que se espera, son síntomas únicos, múltiples o variables
Son leves, moderados o graves
El dolor es el síntoma más frecuente, pero cualquiera sean los síntomas, existen
pensamientos, sentimientos o comportamientos excesivos relacionados con tales
síntomas, que pueden causar problemas importantes, dificultar la funcionalidad o,
en ocasiones, incapacitar.

SIGNOS.
Estos pensamientos, sentimientos y comportamientos pueden tener las siguientes
características:

Preocupación constante sobre posibles enfermedades


Interpretación de sensaciones físicas normales como signos de enfermedades
físicas graves
Temor sobre la gravedad de los síntomas, aún sin que exista evidencia
Pensamientos sobre la amenaza o daño que representan las sensaciones físicas
Sensación de que la evaluación o el tratamiento médico no han sido adecuados
Temor de que la actividad física pueda causar daños al cuerpo
Revisión repetitiva del cuerpo en busca de anomalías
Consultas frecuentes al médico que no eliminan las preocupaciones o que las
empeoran
Ausencia de respuesta al tratamiento médico o sensibilidad inusual a los efectos
secundarios de los medicamentos
Afectación más intensa de la esperada para el trastorno médico
En el caso del trastorno somatomorfo, cobra más importancia que los síntomas
físicos que se tengan, la forma en que se interpretan, la reacción que provocan y el
efecto que tienen sobre la vida cotidiana.

Cuándo debes consultar con un médico

Ya que los síntomas físicos pueden estar relacionados con problemas médicos, es
importante recibir la evaluación del proveedor principal de atención médica si no
estás seguro de qué causa los síntomas. Si el proveedor principal de atención
médica cree que tienes trastorno somatomorfo, quizás te derive con un profesional
de la salud mental.

TRATAMIENTO PSICOLÓGICO.

El tratamiento psicológico del trastorno de somatización, también conocido como


trastorno de somatización, puede ser efectivo para ayudar a las personas que
experimentan síntomas físicos persistentes sin una causa médica identificable.
Algunas opciones de tratamiento incluyen:

Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC puede ayudar a las personas a


identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos
relacionados con los síntomas somáticos. Ayuda a reducir la preocupación excesiva
por los síntomas y promueve estrategias de afrontamiento más saludables.

Terapia psicodinámica: Esta terapia se centra en explorar y comprender los


conflictos emocionales subyacentes que pueden estar contribuyendo a los síntomas
somáticos. Ayuda a los pacientes a procesar emociones reprimidas y afrontar el
estrés emocional.

Terapia de aceptación y compromiso (ACT): La ACT se centra en ayudar a las


personas a aceptar sus síntomas y a comprometerse con valores y metas
significativas en la vida, a pesar de los síntomas físicos. Ayuda a reducir la evitación
y el miedo relacionados con los síntomas.

Psicoeducación: Proporcionar información sobre el trastorno de somatización y


cómo se relaciona con el estrés y las emociones puede ser útil para que las
personas comprendan mejor su condición.

Terapia de relajación y manejo del estrés: Técnicas como la relajación muscular


progresiva, la meditación y la respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés
y mejorar los síntomas somáticos.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL TRASTORNO DE
SOMATIZACIÓN

Se utiliza cuando se presentan síntomas específicos que son difíciles de


manejar o que están relacionados con comorbilidades, como la ansiedad o la
depresión. El enfoque principal para el tratamiento del trastorno de
somatización suele ser la terapia psicológica, como la terapia
cognitivo-conductual (TCC). Sin embargo, en algunos casos, los
medicamentos pueden ser útiles como parte del tratamiento integral. Aquí hay
algunas opciones farmacológicas que se pueden considerar:

Antidepresivos: Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la


recaptación de serotonina (ISRS) o los inhibidores de la recaptación de
serotonina y norepinefrina (IRSN), a menudo se prescriben cuando el
paciente presenta síntomas de depresión o ansiedad comórbida. Estos
medicamentos pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo, reducir la
ansiedad y, en algunos casos, disminuir la intensidad de los síntomas
somáticos.

Algunos antidepresivos:

Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS):


Fluoxetina (Prozac): 10-20 mg al día.
Sertralina (Zoloft): 25-200 mg al día.
Paroxetina (Paxil): 10-20 mg al día.
Escitalopram (Lexapro): 10-20 mg al día.
Citalopram (Celexa): 20-40 mg al día.
Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Norepinefrina (IRSN):
Venlafaxina (Effexor): 75-225 mg al día.
Duloxetina (Cymbalta): 30-60 mg al día.
Desvenlafaxina (Pristiq): 50-100 mg al día.
Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO):
Fenelzina (Nardil): La dosis puede variar según la respuesta individual y la
dieta restrictiva necesaria.
Antidepresivos Tricíclicos (ATC):
Amitriptilina: 25-150 mg al día.
Imipramina: 25-150 mg al día.
Nortriptilina: 25-150 mg al día.
Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Dopamina (IRND):
Bupropión (Wellbutrin): 150-450 mg al día.
Antidepresivos Atípicos:
Mirtazapina (Remeron): 15-45 mg al día.
Trazodona: 150-400 mg al día.

Ansiolíticos: Los ansiolíticos, como las benzodiazepinas o los ansiolíticos no


benzodiazepínicos, pueden utilizarse en situaciones en las que la ansiedad es
un componente importante de los síntomas somáticos. Sin embargo, se debe
tener precaución al recetar estos medicamentos debido al riesgo de
dependencia y efectos secundarios.

Algunos ansiolíticos:

Benzodiazepinas:
Alprazolam (Xanax): 0.25-2 mg por dosis, generalmente tomados de dos a
cuatro veces al día.
Diazepam (Valium): 2-10 mg por dosis, dos o tres veces al día.
Lorazepam (Ativan): 0.5-2 mg por dosis, dos o tres veces al día.
Ansiolíticos no benzodiazepínicos:
Buspirona (Buspar): 5-30 mg al día, divididos en dos o tres dosis.
Pregabalina (Lyrica): La dosis puede variar según la afección, pero
generalmente se inicia con 75 mg dos veces al día.
Antidepresivos con propiedades ansiolíticas:
Escitalopram (Lexapro): Además de su uso como antidepresivo, también se
usa para tratar la ansiedad. La dosis puede variar, generalmente comenzando
con 10 mg al día.
Sertralina (Zoloft): Similar a Escitalopram, la dosis puede variar, generalmente
comenzando con 25-50 mg al día.

Medicamentos para el dolor: En algunos casos, si el paciente presenta


dolor crónico como parte de sus síntomas somáticos, se pueden prescribir
analgésicos o medicamentos para el dolor crónico. Estos medicamentos
pueden incluir antiinflamatorios no esteroides (AINE), opioides o
neuromoduladores.

Acetaminofén (paracetamol): 500-1000 mg cada 4-6 horas, según la


necesidad, con un límite diario de dosis.
Ibuprofeno (por ejemplo, Advil o Motrin): 200-400 mg cada 4-6 horas, según
la necesidad, con un límite diario de dosis.
Es importante destacar que el tratamiento farmacológico generalmente se
utiliza como una parte complementaria de la terapia psicológica, y no como
un tratamiento independiente para el trastorno de somatización. Además, el
uso de medicamentos debe ser cuidadosamente evaluado por un profesional
de la salud mental y monitoreado de cerca debido a los posibles efectos
secundarios y riesgos asociados con algunos de estos medicamentos.

El enfoque principal para el trastorno de somatización sigue siendo la terapia


psicológica, ya que se centra en abordar las creencias y comportamientos
disfuncionales del paciente con respecto a sus síntomas somáticos. La
terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las terapias más efectivas para
abordar este trastorno, ya que ayuda al paciente a comprender y gestionar
mejor sus síntomas somáticos a través de la modificación de pensamientos y
comportamientos disfuncionales.

Consecuencias
El trastorno de somatización es un trastorno mental en el cual una persona
experimenta síntomas físicos recurrentes y persistentes sin una causa médica
identificable. Algunas de las consecuencias del trastorno de somatización
pueden incluir:

1. Deterioro de la calidad de vida: Los síntomas físicos recurrentes y


persistentes pueden afectar significativamente la calidad de vida de la
persona, interfiriendo en su capacidad para llevar a cabo actividades diarias,
trabajar, estudiar o mantener relaciones sociales.

2. Dificultades en las relaciones interpersonales: Las personas con trastorno


de somatización pueden experimentar dificultades en sus relaciones
interpersonales, ya que los síntomas físicos pueden generar frustración y
confusión en los demás, y la persona puede sentirse incomprendida o
juzgada.

3. Consumo excesivo de recursos médicos: Debido a la preocupación


constante por los síntomas físicos, las personas con trastorno de
somatización pueden buscar atención médica frecuente y someterse a
numerosas pruebas y procedimientos médicos, lo que puede generar un
consumo excesivo de recursos médicos.
4. Aislamiento social: El trastorno de somatización puede llevar a un
aislamiento social, ya que la persona puede evitar actividades sociales o
situaciones que puedan desencadenar o empeorar sus síntomas físicos.

5. Comorbilidad con otros trastornos mentales: El trastorno de somatización a


menudo se presenta junto con otros trastornos mentales, como la depresión,
la ansiedad o el trastorno de estrés postraumático. Esto puede complicar aún
más el cuadro clínico y dificultar el tratamiento.

6. Impacto económico: El trastorno de somatización puede generar un


impacto económico significativo debido a los costos asociados con la atención
médica frecuente, las pruebas y los tratamientos, así como la posible
incapacidad para trabajar o mantener un empleo estable.

RECOMENDACIONES GENERALES:
-Poner en práctica técnicas de relajación y control del estrés como la relajación
muscular progresiva, pueden ayudar a mejorar los síntomas.

-Realizar actividad física. Un programa de actividad gradual puede tener un efecto


relajante sobre tu humor, mejorar los síntomas físicos y ayudarte a mejorar la
función física.

-Mejorar la funcionalidad cotidiana en el hogar, el trabajo, las relaciones y las


situaciones sociales.
-Sé parte de actividades. Involúcrate en tu trabajo y en las actividades sociales y
familiares. No esperes a que tus síntomas desaparezcan para participar.

-Evita el alcohol y las drogas recreativas. El consumo de sustancias puede dificultar


la atención. Habla con el proveedor de atención médica si necesitas ayuda para
dejar estos hábitos.

También podría gustarte