Está en la página 1de 10

Exploración física

Columna cervical

Inspección:

Se inicia cuando el paciente ingresa al consultorio, debe observarse la posición de la cabeza, la


cual debe estar erguida, perpendicular al suelo. A continuación, el paciente debe desnudarse
de la cintura para arriba. Se deben observar posturas antiálgicas, ampollas, cicatrices y
alteraciones de color, pero sobre todo cualquier asimetría entre las estructuras de cada lado.

Palpación:

Tejidos óseos y cartilaginosos

Se debe hacer en posición supina para que así los músculos del cuello estén relajados, pues la
cabeza del paciente está apoyada.

Superficie anterior: el explorador debe colocarse del lado derecho del paciente y con una
mano sostener el dorso del cuello y con la otra palpar las estructuras.

Hueso hioides: por encima del cartílago tiroides se explora con los dedos pulgar e índice en
forma de pinza hasta encontrar esta estructura ósea en forma de “U”. Se le pide al enfermo
que degluta para palparlo mejor. Este hueso está por delante de la vértebra C3 (Figura 12).

Cartílago tiroides: es más fácil de palpar en los hombres pues es la popular "manzana de
Adán".

Al ser más largo cráneo caudalmente que el hioides abarca dos cuerpos vertebrales por
delante: en su parte superior C4 y en la inferior C5. (Figura 13).

Primer anillo cricoideo: se palpa inmediatamente por debajo del cartílago tiroides, más
fácilmente durante la deglución y está por delante del cuerpo vertebral de C6. (Figura 14)
Tubérculo carotídeo: a unos 2,5 cm. a cada lado del primer anillo cricoideo se palpa el
tubérculo anterior de la apófisis transversa de C6. Es importante porque este es el sitio de
acceso quirúrgico a C5 y C6 y el lugar utilizado para infiltrar el ganglio estrellado. (Figura 15).

Apófisis transversa del atlas: es palpable entre el ángulo de la mandíbula y la apófisis estiloides
del cráneo, justamente por detrás de la oreja.

Superficie posterior: el explorador debe colocarse detrás del paciente, ahuecar sus manos de
modo que sostengan el cuello para que los músculos se relajen, poniendo sus dedos juntos en
la línea media posterior.

Occipucio: parte posterior del cráneo Protuberancia occipital externa: señala el centro de la
línea superior de la nuca. (Figura 16).

Apófisis mastoides: se palpan al desplazar los dedos lateralmente de la protuberancia occipital


externa. (Figura 17).

Apófisis espinosas: pueden palparse en la línea media posterior desde la del axis hasta T1. Las
de C3 a C5 pueden palparse bífidas. Debe observarse la lordosis normal de la columna cervical
y la alineación entre las apófisis espinosas de C7 y T1. (Figura 18).

Carillas articulares: a unos 2,5 cm. a partir de cada apófisis espinosa hacia cada lado pueden
palparse (no siempre con facilidad) pequeñas cúpulas que son las articulaciones cigapofisiarias.

Es preferible explorarlas en decúbito supino para que los músculos estén relajados. (Figura 19).

Clínicamente son importantes porque pueden estar aumentadas de tamaño e hipersnsibles


por enfermedades degenerativas de la columna.

Por ejemplo la C5-C6 es la más frecuentemente afectada cuando de osteoartritis se trata.

Tejidos blandos
Zona I: Superficie anterior. Incluye el triángulo anterior del cuello limitado por el
esternocleidomastoideo, la mandíbula y la escotadura supraesternal de cada lado. Debe
explorarse con los músculos relajados (decúbito supino).

Músculo esternocleidomastoideo: para explorarlo se le pide al paciente que vuelva la cabeza al


lado examinado, para que el músculo sobresalga. (Figura 20)

Cadena de ganglios linfáticos: se encuentran en el borde medial de cada


esternocleidomastoideo y no suelen ser palpables a menos de que haya un proceso patológico
subyacente. (Figura 21).

Glándula tiroides: se palpa con la técnica usual (detrás del paciente sentado, con los dedos
sobre ella, pidiéndole al paciente que degluta). Si no hay patología suele ser lisa e indolora.

Pulso carotídeo: está situado junto al tubérculo carotídeo, debe ser palpado con los dedos
índice y medio y unilateralmente para evitar cortar la circulación carotídea. (Figura 22).

Glándula parótida: se encuentra sobre el ángulo de la mandíbula, el cual se palpa afilado y


óseo.

Si hay inflamación de esta glándula dicho ángulo se palpará blanduzco y mal definido. (Figura
23)

Fosa supraclavicular: desde la escotadura supraesternal hacia los lados, debe palparse la
regularidad de la región subcutánea de la clavícula y si hay costilla cervical (que origina
patología compresiva) allí es donde se palpa.

Zona II: Superficie posterior. Debe explorarse con el examinador detrás del paciente, que debe
estar sentado.

Músculo trapecio: palparlo desde su origen en la protuberancia occipital externa hasta sus
inserciones en acromion, espina de la escápula y vértebras hasta T12, para documentar
cualquier asimetría o debilidad del mismo. (Figura 24).
Ganglios linfáticos: están en la superficie anterolateral de cada músculo trapecio, pero se
vuelven palpables solamente cuando hay inflamación de los mismos. (Figura 25).

Nervios occipitales mayores: se encuentran a cada lado de la protuberancia occipital externa y


se palpan sólo si están inflamados. (Figura 26).

Ligamento nucal: como se explicó anteriormente une las apófisis espinosas de todas las
vértebras cervicales y aunque no está muy bien definido, el área donde se encuentra (línea
media posterior) debe ser palpada para ver si existe sensibilidad. (Figura 27).

Arcos de movilidad

Incluye los movimientos de flexión, extensión, inclinación lateral y rotación de ambos lados.
(Figura 28). Se dice que el 50% de la flexión y extensión proviene de la articulación atlanto
occipital y el 50 % de la rotación de la articulación atlanto axial. El resto se distribuye en toda la
columna cervical.

Pruebas activas y pasivasFlexión y extensión: el paciente debe tocar el tórax con el mentón y
mirar directamente al techo.

Rotación: Debe quedar el mentón casi alineado con el hombro de cada lado.

Inclinación lateral: pedirle al paciente que toque el hombro con su oreja, sin levantar el
primero. Debe haber al menos 45 ° de movilidad.

Exploración neurológica:

Fase I: pruebas de los músculos intrínsecos

Deben explorarse los grupos musculares con el paciente sentado. Se examinan oponiendo
resistencia al movimiento que se está explorando.
A continuación cada movimiento con su(s) músculo(s) ejecutor(es) primario(s) para evaluar la
indemnidad de la inervación. (Tabla 1).

Fase II: exploración por niveles neurológicos

Incluye la sensibilidad, la fuerza muscular y los reflejos para determinar si alteraciones


neurológicas del miembro superior tiene su origen en una patología cervical primaria, como
una hernia de disco, que afecte las raíces del plexo braquial.

En las siguientes ilustraciones se observan los principales músculos inervados por cada raíz
nerviosa, se exploran oponiendo resistencia a la acción de cada uno de ellos. Por ejemplo el
deltoides se examina oponiendo resistencia a la flexión, extensión y abducción del hombro.

El bíceps a la flexión del codo y supinación del antebrazo. También se observan los
dermatomas, con los lugares específicos para explorar la sensibilidad de cada raíz. Los reflejos
bicipital, supinador largo y tricipital deben ser cuidadosamente explorados. (Figura 29)
dermatomas, con los lugares específicos para explorar la sensibilidad de cada raíz. Los reflejos
bicipital, supinador largo y tricipital deben ser cuidadosamente explorados. (Figura 29)

Pruebas especiales:

Distracción: partiendo del principio de que la tracción alivia el dolor de la compresión radicular
y de la inflamación o desgaste de las carillas articulares, se toma la cabeza del paciente, con
una mano debajo de la mandíbula y otra en el occipucio y se levanta para restarle ese peso al
cuello. (Figura 30).

Compresión: funciona con el principio contrario a la anterior y se utiliza para reproducir el


dolor que se produce en la compresión radicular y su distribución en los dermatomas para
determinar el nivel de la lesión. Se efectúa haciendo presión en la cabeza del enfermo
mientras este se encuentra sentado o acostado. (Figura 31).

Valsalva: utiliza el principio de que la maniobra del Valsalva aumenta la presión intratecal, de
manera que al efectuarla la distribución topográfica del dolor y las molestias (como en la
prueba anterior) permitirá localizar el nivel de la lesión, pero ahora por compresión directa de
la médula en el canal medular.

Deglución: Se utiliza para valorar la presencia de lesiones en la porción anterior de la columna


vertebral, lo que originaría molestias al deglutir.
Adson: se utiliza para establecer el estado de la arteria subclavia, que puede estar comprimida
por una costilla cervical extra o por los músculos escalenos anterior y medio muy tensos, que
comprimen la arteria cuando pasa entre ellos en camino hacia la extremidad superior. Para
efectuarla hay que tomar el pulso radial a nivel de la muñeca, luego hacer abducción,
extensión y rotación externa del brazo del paciente, luego este debe hacer una inspiración
profunda y volver la cabeza hacia el brazo que se somete a prueba.

Si hay compresión de la subclavia, se percibirá una disminución notable o falta de pulso radial.

palpacion cdorsal

¿Qué encontramos en la cara anterior de la columna dorsal?

En la cara anterior del tórax en decúbito supino podemos ubicar el manubrio esternal, cuerpo
del esternón, apéndice xifoides, ambas clavículas, los cartílagos costales, costillas verdaderas,
falsas y flotantes así como el ángulo costal, además se puede localizar vientres musculares del
pectoral mayor, dorsal ancho, serrato anterior, indirectamente buscar el diafragma (aunque es
muy difícil palpar directamente) músculos oblicuo mayor, recto anterior del abdomen.

¿Qué encontramos en la cara posterior de la columna dorsal?

En decúbito prono podemos palpar las apófisis espinosas desde T1-T12 un aspecto clave a
considerar es que las apófisis espinosas y transversas a nivel dorsal no coinciden, casi siempre
se ubican por encima de la apófisis espinosa, así también podemos ubicar músculos como el
trapecio superior, medio e inferior, una masa paravertebral común la cual se puede palpar en
toda la longitud torácica, son entonces estas referencias anatómicas muy importantes a
valorar y palpar ante una lesión de la columna dorsal y a nivel del tórax.

tejidos blandos

La columna dorsal y lumbar son segmentos que pertenecen a la columna vertebral, la


estructura ósea que soporta el tronco, formada por diferentes componentes pasivos y activos.
Son habitualmente zonas de dolor y queja en la población. El dolor en la columna dorsal se
denomina dorsalgia, y el dolor en columna lumbar, lumbalgia. Ambas entidades suelen cursar
con dolor que aumenta al caminar o en reposo, según la naturaleza del problema, y focalizado
en las zonas de las columna dorsal o columna lumbar. Y comparten que, generalmente, el
ejercicio y la terapia activa son parte fundamental del proceso de rehabilitación en estas de la
columna vertebral. (1,2)

Entre las vértebras que componen la columna dorsal y la columna lumbar existen estructuras
fibrocartilaginosas, los llamados discos vertebrales, que junto a los ligamentos dan soporte y
estabilizan estos segmentos de la columna vertebral, compuesto en total por 17 vértebras: 12
vértebras en la columna dorsal y 5 en la columna lumbar. (1,3)

La unidad funcional de la columna dorsal y la columna lumbar la constituyen los dos cuerpos
vertebrales y el disco intervertebral. a esta estructura rígida se añaden otras compuestas por
tejidos blandos como son músculos, tendones, fascias, ligamentos, vasos sanguíneos, tejido
nervioso central y periférico. Las funciones biomecánicas que desarrolla esta unidad en la
columna dorsal y lumbar son de(4):

Carga

Sostén

Protección

difusión de fuerzas axiales y rotacionales

transmisión de movimiento.

COLUMNA DORSAL

Al contrario que la columna lumbar, la columna dorsal se considera relativamente estable, ya


que desempeña un papel fundamental como protector del eje medular. Esto es proporcionado
principalmente por sus estructuras óseas circundantes, las costillas, y la musculatura que la
rodea. (3,7)
En las vértebras torácicas, las carillas articulares son verticales y tienen una orientación circular
que permite el movimiento de rotación entre las vértebras adyacentes, limitando las costillas
este movimiento. El movimiento de extensión es igual al de la columna lumbar, sin embargo, la
flexión, se acompaña de una apertura posterior del espacio intervertebral con desplazamiento
del disco hacia atrás. En la inclinación hay que tener en cuenta las costillas, el tórax se eleva en
el lado de la convexidad, al contrario que en el lado de la concavidad en el que el tórax
desciende y se retrae. (7,8)

Un mal funcionamiento de la columna dorsal repercute directamente en la columna lumbar, y


viceversa. El principal síntoma suele ser el dolor (dorsalgia), acompañado de contracturas
musculares, habitualmente por debilidad de los mismos. Por esto es tan importante el
fortalecimiento y estudio de la movilidad de la columna vertebral por parte de un profesional.
Ayuda a prevenir dolores y a un correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, principalmente a
través de ejercicios dirigidos. (5)

Prueba de la distancia de los dedos

Esta prueba permite medir la movilidad global de la columna vertebral, colocando al paciente
bipedestación, se le indica que realice una flexión anterior hasta tocar la punta de los dedos de
los pies sin doblar las rodillas. Además, esta prueba permite evaluar a su vez el acortamiento
de los músculos isquiotibiales, la funcionabilidad de la articulación coxofemoral.

Signo de OTT

Es otra prueba que permite ver la flexibilidad de la columna, en este caso específico de la
región dorsal, igual que la prueba anterior, con el paciente en bipedestación, el fisioterapeuta
procede a marcar la apófisis espino de la vértebra C7, y marca otro punto situado
aproximadamente 30 cm de distancia del primer punto. Posteriormente se le indica al paciente
que realice una flexión anterior de la columna vertebral, se notara que la distancia marcada
aumenta entre 2 y 4 cm, y si realiza flexión posterior, esta distancia disminuye entre 1 a 2 cm.
Si existe un trastorno degenerativo en la columna vertebral dorsal no se evidenciara estas
diferencias de distancia en la realización de cada acción anterior descrita. Es decir, la columna
vertebral dorsal tiene una limitada movilidad y poca flexibilidad entre apófisis espinosas.

Signo de ADAM

Consiste en investigar si una escoliosis es estructural o funcional (2), por medio de esta prueba
que debe realizarse en personas que tengan una escoliosis de etiología dudosa. Dicha prueba
se realiza con el paciente en bipedestación o sedente, el fisioterapeuta le pide que incline el
tronco hacia adelante (flexión anterior), si al realizar esta acción se corrige o reduce la
escoliosis significa que escoliosis es funcional; en cambio, si se evidencia aún la escoliosis
acompañado de un abombamiento de un lado del tórax o lumbar significa que es una
escoliosis de tipo estructural.

Prueba de extensión de la pierna

Esta prueba permite distinguir entre el dolor lumbar y el sacroilíaco, El fisioterapeuta procede
a colocar al paciente en decúbito prono, para luego flexionar su rodilla (movilización pasiva) e
intenta que el talón logre tocar el glúteo, posteriormente extiende la rodilla (movilización
activa) tratando de vencer la resistencia que el fisioterapeuta ejerce. Si durante la prueba se
observa tensión a nivel sacroilíaco, luego se aprecia en la zona lumbosacra y por último en la
columna lumbar. Si aparece dolor sin irradiación radicular se habla de trastornos
degenerativos o ligamentosos, pero si hay un incremento de dolor radicular se habla de
alteraciones de cartílagos.

Prueba de percusión de apófisis espinosas vertebrales

La presente prueba permite evaluar la presencia de algún síndrome en la columna lumbar.


Para lograr su detección el fisioterapeuta procederá a colocar al paciente en sedente con una
ligera inclinación hacia adelante, donde se evidencia claramente las apófisis espinosas y con la
ayuda del martillo del reflejo se percutirá cada apófisis espinosa de la columna lumbar. Si se
evidencia dolor localizado se está en presencia de trastornos infecciosos degenerativos, en
cambio, si el dolor es radicular se habla de un trastorno de cartílagos intervertebrales.

Signo del psoas

Es específica para identificar un dolor lumbar, su procedimiento consiste en indicarle al


paciente que se coloque en decúbito supino y eleve una pierna. La contracción refleja que se
produce en el musculo psoasilíaco genera a su vez una tracción de las apófisis transversas de
las vértebras lumbares. En este procedimiento mencionado suele aparecer dolor pudiendo
indicar algún trastorno vertebral o de la articulación sacroilíaca.se debe descartar dolor
visceral.

Prueba de elasticidad

Permite localizar alteraciones funcionales de la columna lumbar. Se coloca el paciente en


decúbito prono, luego el fisioterapeuta procede a palpar con el pulpejo de los dedo índice y
medio, las apófisis o láminas articulares del cuerpo vertebral que se va a explorar. Con el borde
cubital de la otra mano (situada transversalmente con la mano palpatoria), se ejercerá ligeras
presiones en dirección dorsoventral que se perciben en la mano palpatoria. Si al realizar esta
acción se siente ligera elasticidad en las apófisis articulares o las láminas, significa que la
función articular está intacta. Si esta elasticidad está ausente indica un trastorno de movilidad
segmentaria como el bloqueo o hipermovilidad.

Prueba de Làsegue (caída de la pierna)

Es otra prueba que detecta la presencia de lumbalgia (3). Con el paciente en decúbito supino el
fisioterapeuta levanta una pierna del paciente con la mano cefálica en la parte distal y anterior
del muslo y la mano caudal en la parte posterior del tobillo de la misma pierna para que no
flexione la rodilla, posteriormente el fisioterapeuta deja de sujetar la pierna dejándola caer,
esta reacción provoca una contracción refleja en la musculatura glútea y lumbar. El dolor
generado a nivel lumbar indica trastorno de la columna verterbral o articulación sacroiliaca.

También podría gustarte