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Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes.

Isaac Newton

En la presente unidad haremos una introducción a la Mediación, profundizando


sobre el procedimiento y algunas herramientas con el fin de dotar a los
profesionales del Derecho de un conocimiento más acabado sobre este Método
Alterno, en la búsqueda de una adecuada solución aplicable a distintos ámbitos;
familia, menores, civil y así descubrir los beneficios de la institución mediadora.
La mediación, como sistema de gestión y resolución no adversarial de conflictos,
se ha venido utilizando en nuestro país con creciente entusiasmo, como un
nuevo modelo más satisfactorio de abordar las disputas. Así, junto al sistema
judicial al que acuden los individuos para resolver sus enfrentamientos de
manera tradicional, se ha introducido a la mediación en el ámbito privado y
también anexo a la justicia ofreciendo a las partes la posibilidad de que ellas
mismas puedan dar respuesta al problema que las mantiene enfrentadas,
intentando alcanzar un acuerdo que sea aceptable para ambas.

Para tal efecto, se sigue un proceso estructurado en la legislación (Ley 1879/02),


con la intervención de un tercero imparcial y neutral y sin ningún poder de
decisión, llamado mediador, que actuará bajo el principio de confidencialidad y
actuando como facilitador de la comunicación.

Más allá de la posibilidad de actuar como mediadores o facilitadores, los


Abogados estamos llamados a colaborar con la justicia, sustrayendo de su
ámbito aquellas cuestiones que pueden ser resueltas de manera alternativa, por
lo que la actuación profesional en este campo se verá enriquecida.
Desterraremos el dicho “Mejor un mal acuerdo que un juicio largo”, y buscaremos
los mejores acuerdos en donde todos salgan ganando.

OBJETIVO GENERAL

→ Conocer la legislación especial, el proceso de mediación, los roles y en


general todo lo relacionado a este método alterno, para su aplicación en
el ejercicio profesional y en la vida personal.

OBJETIVO ESPECÍFICO

→ Dotar de herramientas y técnicas como la escucha activa, las preguntas,


el parafraseo, la empatía para lograr un resultado óptimo en los procesos
de mediación y en las situaciones conflictivas de la vida cotidiana.
La mayoría de las disputas entre particulares pueden resolverse usando la
mediación si las partes están dispuestas a hacerlo así. Aun cuando las partes
opinen que no les será posible llegar a un acuerdo, el proceso de mediación
muy frecuentemente permite conversar a fondo sobre un problema y mejorar la
relación.

El proceso de mediación ha tenido éxito en los siguientes tipos de casos:

→ Relaciones de familia, régimen y horarios de visita a menores, prestación


alimenticia, reparto de bienes en procesos sucesorios o disolución
conyugal. En casos de violencia intrafamiliar la mediación no es el
proceso indicado.

→ Civiles, incumplimiento de contratos, disputas sobre honorarios,


problemas entre propietario/inquilino, cobro de guaraníes, indemnización
en general, negligencia profesional, y daños a los bienes.

→ Penales, en delitos de acción penal privada.

→ Cuestiones vecinales: ruidos molestos, basuras, pérdida de agua, poda


de árboles, relacionamiento entre vecinos.

→ Y en general, problemas entre particulares donde no intervenga el Estado


a través del Ministerio Público.
→ Si el diálogo se ha roto y no es posible hablar acerca de temas difíciles,
pero importantes durante la mediación, es mejor que no utilizar este
proceso.

→ Si el poder que una parte ejerce sobre la otra es desmedido, la mediación


resultará en un acuerdo al que se accederá aunque en realidad no sea lo
que realmente necesita, no es recomendable que someta el conflicto a
mediación.

→ Tampoco es recomendable que utilice el proceso de mediación si ambas


partes no tienen la posibilidad de participar de forma efectiva en el mismo
o no tengan interés en llegar a un acuerdo.

→ La mediación no es idónea en casos en los que una o ambas partes


tengan problemas psiquiátricos o cuando una o ambas partes están bajo
los efectos de bebidas alcohólicas o drogas, o esté de alguna manera
incapacitada.

→ Cuando alguna de las partes quiere probar la verdad de los hechos, sentar
un precedente legal o perseguir una sanción y desea ver reconocido su
derecho por una decisión emanada de un juez.

→ Cuando están en juego los principios.

→ Cuando la lentitud del proceso judicial favorecerá sustancialmente, por lo


menos a una de las partes o si persiguen obtener ventajas excesivas a
costa del otro.

→ Cuando la controversia involucra un delito de acción pública, violencia


intrafamiliar, o malos tratos a menores y cuando está involucrado el orden
público y la jurisdicción de un tribunal es esencial.
La mediación comunitaria es un servicio gratuito y confidencial que el Municipio
ofrece a sus vecinos, disponible para las personas y/o instituciones que se
enfrentan en un conflicto de convivencia vecinal y/o familiar y están interesadas
en resolverlo a través del dialogo. Mediante un procedimiento voluntario, rápido
y poco estructurado, con la asistencia de un tercero neutral, preferentemente de
la misma comunidad, que actúa como mediador y conduce el proceso de la
comunicación, se intenta que los propios interesados puedan lograr acuerdos
mutuamente satisfactorios.

Un tercero neutral, el mediador, facilita la comunicación entre las partes que


intervienen en la mediación y las acompaña en la búsqueda de soluciones
mutuamente satisfactorias al conflicto que los vincula. A partir de opciones y
propuestas sugeridas por los propios interesados, se logran convenios que
tienen el alcance de acuerdos privados.

¿Qué se entiende por conflicto vecinal?

Son problemas que surgen como consecuencia de la interrelación – por acción


u omisión- entre personas de existencia física o ideal, en la cual al menos una
de ellas puede definirse como “vecino”. Algunos de ellos son: Problemas en el
consorcio de copropietarios, problemas edilicios, uso indebido de espacios,
conflictos barriales, familiares etc.

Los vecinos podrán resolver en mediación problemas tales como: tala de


árboles, reparaciones de vereda, inadecuado uso de espacios comunes,
filtraciones y humedad, utilización de la medianera, ruidos molestos, olores
desagradables, es decir conflictos que hacen estrictamente a la convivencia
vecinal y en algunos casos familiar.

En Paraguay se han habilitado centro de mediación comunitaria en Asunción

→ Centro “Oñondivepa”

→ Centro Ita Yvate”

También en la Municipalidad de Tobati y Limpio: En el ámbito de la Niñez y la


Adolescencia mediante el servicio de CODENI (Tenencia, régimen de visita,
relacionamiento, prestación alimenticia).

La Corte Suprema de Justicia resolvió, en reunión plenaria, ampliar la


implementación del Servicio de Mediación al ámbito penal a los juzgados de
Liquidación y Sentencia del Fuero Penal de varias circunscripciones judiciales
del país.

La resolución fue adoptada considerando la Acordada N° 428 del 3 de octubre


del 2006, por la cual se declaró de interés para la Administración de Justicia la
aplicación de los Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos,
especialmente la Mediación.

A través de la experiencia de la Oficina de Mediación del Poder Judicial de


Asunción, quedó demostrada que la utilización de los medios alternativos de
resolución de conflictos, ha contribuido al descongestionamiento de la labor
jurisdiccional y la acción transformadora de la figura de las personas.
La Mediación Laboral, es un modelo de solución de conflictos, en que las partes
involucradas buscan generar soluciones, auxiliadas por un tercero imparcial,
quien actúa como moderador para facilitar la comunicación. Este tercero es un
profesional especialmente capacitado en técnicas de procedimiento de conflicto
y mediación, que contribuye a buscar soluciones a los conflictos laborales,
logrando que las partes involucradas generen las alternativas más apropiadas.

La mediación familiar es un método no adversarial y voluntario para la gestión


de conflictos, que incluye un tercero neutral, el mediador familiar, con la función
de ayudar a que las partes involucradas en el conflicto puedan negociar desde
la colaboración, y poder así alcanzar una resolución del mismo satisfactoria para
todos donde la relación salga fortalecida y se guarde la confidencialidad debida.

Los objetivos de la mediación familiar son:

→ La mediación familiar fortalecerá la relación entre las partes en


conflicto.

→ La mediación familiar aumentará el respeto y la confianza entre las


partes en conflicto.

→ La mediación familiar corregirá percepciones e informaciones falsas


que se puedan tener respecto al conflicto y/o entre los implicados en
este.
→ La mediación familiar creará un marco que facilite la comunicación
entre las partes y la transformación del conflicto.

La mediación familiar se rige por los siguientes principios:

→ En el proceso de Mediación Familiar, el poder lo ejercen las


propias partes Son los participantes los que controlan el proceso y
las decisiones.

→ Neutralidad del mediador familiar Antes de iniciar una mediación


familiar, el mediador debe preguntarse sobre la existencia de alguna
circunstancia susceptible de crear parcialidad en el desarrollo de la
misma.

→ Confidencialidad en la mediación familiar. Durante la mediación


familiar los participantes mantienen la privacidad más absoluta y
tienen la garantía de que lo que se dice en una sesión de mediación
no podrá utilizarse ante un tribunal.

→ Voluntariedad La mediación familiar requiere del acuerdo libre y


explícito de los participantes. La mediación familiar no puede
imponerse. No se puede obligar a nadie a establecer relaciones o a
llegar a acuerdos.

La mediación patrimonial es un método de negociación que hace intervenir a un


tercero neutral (mediador) para poner de acuerdo a las partes interesadas en
cuestiones relativas a derechos patrimoniales, cobros de dinero,
indemnizaciones, etc. Siempre que sea susceptible de valoración económica.
La mediación escolar es un método para resolver conflictos generados o
derivados de la actividad escolar entre estudiantes, profesores, padres,
administrativos, etc. que supone un tercero neutral que pueda ayudar a los
disputantes de forma cooperativa de manera tal que puedan resolver el problema
que los enfrenta. El clima de colaboración debe ser creado por el mediador y
esto demanda: reducir la hostilidad, orientar la discusión, de modo tal que un
acuerdo satisfactorio sea posible, coordinar un proceso de negociación, construir
un sentido más fuerte de cooperación y comunidad con la escuela, mejorar el
ambiente del aula por medio de la disminución de la tensión y la hostilidad,
desarrollar el pensamiento crítico y las habilidades en la solución de problemas,
mejorar las relaciones entre el estudiante y el maestro, incrementar la
participación de los estudiantes y desarrollar las habilidades del liderazgo,
resolver disputas menores entre iguales que interfieren con el proceso de
educación, favorecer el incremento de la autoestima dentro de los miembros del
grupo, facilitar la comunicación y las habilidades para la vida cotidiana.

La mediación es una de las formas de solución pacífica de las controversias


internacionales. Está consagrada en la Carta de las Naciones Unidas. A través
de ella el mediador, que puede ser un Jefe de Estado o de Gobierno, un Ministro,
o una personalidad independiente designada de común acuerdo por las partes
interesadas, o por un Organismo Internacional, ofrece a los Estados en disputas
diversas facilitar el diálogo para llegar a un arreglo. Su participación no es
vinculatoria para ellos, pero pueden contribuir a arreglar las cosas si hay buena
fe y buena voluntad.
La mediación está a medio camino entre los buenos oficios y la conciliación,
porque hace algo más que aproximar a las partes en conflicto; pero no llega a
formular una recomendación, con propuestas de solución. La mediación puede
ser solicitada por los Estados afectados o ser ofrecida por un tercer Estado. En
todos los casos la mediación debe considerarse un acto amistoso y no
constituirse en un elemento de fricción o fuente de problemas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la Carta de las Naciones Unidas en su


artículo 33, consagró la mediación junto con la negociación, la investigación, la
conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos
regionales u otros medios pacíficos, como método para dar solución a las
controversias internacionales. Encargó al Consejo de Seguridad que, en
cumplimiento de lo previsto en el Capítulo VI de la Carta constitutiva, actúe
directamente como mediador en los casos de conflictos o delegue esta función
a alguna persona o comisión, en beneficio del mantenimiento de la paz y
seguridad internacional.

La mediación colectiva está prevista en la Carta de las Naciones Unidas (Artículo


34 y 35) y en la Carta de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.). La
mediación colectiva ha probado ser un eficaz instrumento para arreglar una
controversia, tal como ocurrió en el caso de la Guerra del Chaco entre Bolivia y
Paraguay, en la cual mediaron las Naciones Americanas representadas en la
Conferencia de Buenos Aires de 1936, después del fracaso de la Sociedad de
Naciones por hacerlo. Sin embargo, durante su existencia, la Sociedad de
Naciones solucionó con éxito varios conflictos, entre ellos: el de las islas Aaland
entre Finlandia y Suecia en 1921; el conflicto Greco-Búlgaro de 1926; y el
Húngaro-Yugoslavo de 1934.
La Mediación Judicial puede ser llevada a cabo durante la sustanciación de un
juicio. En nuestro país, el Juez dicta la providencia invitando a las partes, quienes
deben manifestar su conformidad. Se fijan las audiencias o reuniones que
pueden ser conjuntas, con la presencia de todas las partes o en reuniones
privadas; es decir, con la presencia de una de las partes y el mediador/a,
acompañadas de sus abogados/as, que les prestarán asesoramientos.

La mediación concluye con un Acta de Acuerdo que es remitida al Juzgado de


origen para su homologación. En caso de que no se llegue a un acuerdo, se
informa al Juzgado para que siga con la tramitación correspondiente.

Los principales objetivos perseguidos por la Mediación Judicial son: Contribuir al


mejoramiento de la eficiencia y la calidad del servicio de la Administración de
Justicia, ampliar los mecanismos disponibles de solución de los conflictos en los
Tribunales, brindar el servicio de mediación judicial para los casos derivados por
los juzgados, proporcionar el servicio de mediación extrajudicial a solicitud de los
particulares interesados y en los conflictos de naturaleza mediable, elaborar y
desarrollar planes de difusión del servicio de mediación y de programas de
capacitación para el perfeccionamiento de los profesionales mediadores.

Alternative Dispute Resolution (ADR) es el término genérico con el que en


Estados Unidos se hace referencia a la resolución informal de disputas entre dos
partes en conflicto mediante la intervención de una tercera que les ayuda a
solucionar la disputa sin recurrir a los procedimientos previstos por vía procesal.
Los ADR recibieron un impulso significativo de los movimientos a favor de los
derechos civiles desde los años sesenta, que han llevado a que en décadas
recientes la conciliación, la mediación y el arbitraje se han convertido en medios
muy populares entre los estadounidenses para la resolución de las disputas
jurídicas, contribuyendo también a descongestionar la actividad de los tribunales
de justicia norteamericanos, y a las que las universidades estadounidenses
dedican competitivos programas de formación especializada.

Desde la inicial (1838) negociación de conflictos laborales, en el que el gobierno


estadounidense actúa de mediador, hasta (1947) la creación de la agencia
federal Mediation & Concilitation Service (FMCS), se suceden diferentes
actuaciones en el ámbito laboral al amparo de distintas normas sectoriales que
regulaban el arbitraje. Su tradicional ámbito laboral de resolución alternativa de
conflictos, se expande tras la promulgación de la Alternative Dispute Resolution
Act (ADRA 1975) y posteriormente con la ley federal Administrative Dispute
Resolution Act (ADRA 1996), para la resolución de conflictos administrativos que
se producen en las diversas agencias gubernamentales y departamentos
federales, y la Alternative Dispute Resolution Act (ADRA 1998), que regula el
procedimiento para resolver conflictos por vías alternativas a la procesal y
autoriza la resolución alternativa de disputas en los tribunales federales.
Homogeneizar y simplificar la legislación de los Estados de la Unión en el campo
de la mediación es el reto abordado por la Uniform Mediation Act del año 2001.

Doctrinalmente la mediación ha tomado dos direcciones opuestas: Multi-door


Courthouse (el sistema judicial debe asumir la tutela de la mediación), y la
Neighborhood Justice Center (plantea la necesidad de escapar de la vía judicial
institucionalizada). Fuente: http://alenmediagroup.blogspot.com/2013/04/la-
mediacion-en-usa.html
El desarrollo de los mecanismos alternos de solución de controversias ha
alcanzado dimensiones importantes en México; actualmente su ejercicio y
práctica representa un área muy atractiva para abogados, psicológos,
trabajadores sociales y otros profesionistas interesados en el arreglo de
conflictos. Ante tal progreso, México ha enfrentado una serie de decisiones
relacionadas con la promoción, regulación y ámbito de aplicación de estos
sistemas. Particularmente, la mediación y la conciliación han planteado
reflexiones interesantes, por ejemplo, en torno a la integración, funcionamiento,
estructura, y regulación de los Poderes Judiciales de las Entidades Federativas
del país. Ciertas corrientes consideran que utilizan estos mecanismos, mientras
que otras, estiman necesario el impulso de la autoridad, a través de un programa
sistematizado con su correspondiente legislación y con sede en los tribunales.
Con ello, se espera contribuir a la creación de una cultura de solución pacífica
de conflictos y al fortalecimiento de estas figuras jurídicas, tan interesantes pero
menos recientes de lo que pensamos.

En Ecuador existen más de 120 centros de Mediación. Son mediables todos


aquellos casos en que el material de la controversia sea susceptible de
transacción, en los términos en que la Ley dispone, propuestos por personas del
sector público o particulares, deben enmarcarse en el campo civil, laboral, y en
el contencioso.
Las leyes de mediación nacen para la implementación de la modernización del
Estado, ampliando el acceso a la justicia., a las personas cuyo objeto de reclamo
se vería vulnerado ante los costos y costas del proceso judicial.

La Ley 13.951 de la provincia de Buenos Aires establece, con carácter


obligatorio, el régimen de la mediación previa como método alternativo de
resolución de los conflictos judiciales. Incorpora una instancia previa obligatoria
al proceso judicial. En la misma se reitera y etiqueta al “mediador judicial”. En
cambio, la Ley 13.151 – Provincia de Santa Fe- contempla la mediación como
prejudicial y obligatoria (art. 2). Al igual que la ley nacional – a diferencia de la
provincia de Buenos Aires-, esta última, posibilita la mediación intra-proceso,
antes del auto de clausura del periodo de prueba o la audiencia de vista de
causa, a pedido de parte o a disposición del juez, teniendo en cuenta nuevas
circunstancias de la causa (art. 38 , Ley 13.151).

Las partes no están obligadas a acordar, pero sí, a acudir a la primera


intervención del mediador. A diferencia de la mediación voluntaria en la provincia
de Buenos Aires (art.36 a 38 ), que no habilita la vía judicial,
La legislación de Santa Fe posibilita la homologación del acuerdo solo si están
en juego intereses de menores e incapaces.

Las excepciones a la obligatoriedad, que en general coinciden con las


contempladas en Ley Nacional 24.573 (art. 1), actualmente ley 26.589, versan
sobre cuestiones donde la voluntad no ha sido manifestada en la elección previa
por imposibilidad de disponer del objeto del proceso, se trate de un objeto en el
cual está en juego el orden público o cuestiones reservadas a organismos
públicos que son los que defienden los derechos vulnerados.
El texto de la Ley 1879/2002 hace referencia al Mediador como tercero imparcial
que participa del proceso. Esta ley fija los requisitos para acceder a una matrícula
de Mediador, asi como el rol que le compete cumplir durante las sesiones de
mediación.

En su capítulo III, como sigue:

EL MEDIADOR

Artículo 65.- Requisitos. El mediador deberá ser persona de reconocida


honorabilidad, capacitación e imparcialidad y su labor será la de dirigir libremente
el trámite de la mediación, guiado por los principios de imparcialidad, equidad y
justicia.

Como requisito previo al ejercicio de sus funciones el mediador deberá participar


de un curso de capacitación especial dictado por un Centro de Mediación.

Artículo 66.- Inhabilidades. Quien actúe como mediador quedará inhabilitado


para intervenir en cualquier proceso judicial o arbitral relacionado con el conflicto
objeto de la mediación, ya sea como árbitro, testigo, perito, asesor o apoderado
de una de las partes, o en cualquier otro carácter.

Los Centros de Mediación no podrán intervenir en casos en los cuales se


encuentren directamente interesados su directiva o sus funcionarios.

Artículo 67.- Excusación y recusación. La persona a quien se comunique su


posible nombramiento como mediador deberá revelar todas las circunstancias
que puedan dar lugar a dudas justificadas acerca de su imparcialidad o
independencia. El mediador, desde el momento de su nombramiento y durante
la mediación, revelará sin demora tales circunstancias a las partes, a menos que
ya les haya informado de ellas. Un mediador podrá ser recusado si existen
circunstancias que den lugar a dudas justificadas respecto de su imparcialidad o
independencia. La parte que desee recusar a un mediador enviará al Centro de
Mediación, dentro de los tres días siguientes a aquel en que tenga conocimiento
del nombramiento del mediador, un escrito en el que exponga los motivos para
la recusación. A menos que el mediador recusado renuncie a su cargo o que la
otra parte acepte la recusación, corresponderá al Centro de Mediación decidir
sobre ésta. El Director del Centro decidirá sobre ellas.

Vemos que uno de los requisitos fundamentales para ser mediador, consiste en
su reconocida honorabilidad. Traducida ésta como el buen nombre, el respeto y
la confianza de que goza una persona en la sociedad y que la legitima como
tercero imparcial.

A esto debe sumarse el entrenamiento, dictado por un Centro de Mediación que


generalmente consiste en un módulo introductorio, un módulo de entrenamiento
propiamente y uno de pasantía. No existe una matrícula unificada, como por
ejemplo la matrícula de Abogado que expide la Corte Suprema de Justicia, sino
que ésta queda a cargo de los Centros de Mediación donde la persona ejercerá
su función.

Los requisitos básicos para el ejercicio los fija la ley. Sin embargo, dependiendo
del ámbito en que se desarrollará la mediación, pueden agregarse o suprimirse
otros como por ejemplo el idioma guarani, título universitario, etc.

Complementan el perfil del mediador, otras habilidades que si bien, no están


citadas en la ley, son también valoradas y buscadas. Por citar algunas:

1. La imparcialidad: El Mediador no puede tomar partido por una de las partes.


Él no es parte del conflicto. El mediador no aconseja, no debe emitir juicio sobre
los hechos que conozca en mérito del caso en cuestión ni impone su opinión por
sobre la voluntad de las partes. Esto encuentra su fundamento en que son las
partes las que deben llegar a un acuerdo por medio de sus propias decisiones.
2. Flexible: La flexibilidad del mediador se refiere a que no pueden aplicarse
reglas únicas a todos los casos, sino más bien, reconocer que cada caso es
diferente y las personas involucradas tienen su individualidad, por lo que hay que
adaptarse a los tiempos y a las necesidades de cada una. Así, las reuniones
pueden ser por separado o de manera conjunta, a la tarde o a la mañana, con
presencia de abogados o sin ellos, pueden llamarse a peritos, etc. Una
contribución importante para el éxito de la mediación será la capacidad de
flexibilidad del mediador.

3. Oyente activo: Una característica indispensable para ejercer la función


mediadora es la capacidad de practicar la escucha activa. Como hacer una
escucha activa satisfactoria? Antes que nada hay que disponerse a tal actividad,
eliminando las distracciones. Ruidos molestos, circulación de personas,
teléfonos celulares actúan como distractores imposibilitando la correcta
comprensión del mensaje. El uso del celular en medio de un diálogo, además de
constituir un acto de mala educación, conlleva también a la interrupción de un
proceso comunicativo que puede traer consecuencias negativas. Existen reglas
a seguir en estos casos, tales como tomar medidas preventivas poniendo el
celular en silencio, o si se trata de una llamada de emergencia, corresponde
disculparse y tomar la llamada para luego retomar inmediatamente la
conversación.

Para una buena escucha activa, es recomendable mantener siempre el contacto


visual con todos los presentes en la mediación. Esta recomendación se funda en
que existe un lenguaje hablado y un lenguaje no hablado o corporal, llamado
también lenguaje analógico y digital. Señales de cansancio, fastidio, enojo,
timidez pueden ser detectados a través de los mensajes que emite el cuerpo,
como ser: bostezo, la cara sonrojada, la sudoración excesiva. Estas señales se
emiten en forma inconsciente y constituyen datos muy valiosos para el proceso.

Hay ocasiones en que lo hablado oralmente no coincide con lo expresado sin


palabra, por eso adquiere relevancia la disposición de las sillas, la iluminación
del ambiente, y otras cuestiones que favorezcan la visualización completa del
escenario. Tal es así, que la etapa de organización de la mediación juega un
papel fundamental a la hora de preparar la localización del encuentro.

Tomar nota mientras la persona habla, también ayuda a la buena escucha activa.
No se trata de anotar todo lo que dice, sino de las cuestiones más relevantes
que surjan del relato, o datos que por su naturaleza podrían causar confusión,
como ser fechas, cifras, nombres, etc. Debe tenerse cuidado al tomar notas para
no abusar de este recurso y perder de vista a la persona que habla, por eso las
notas deben ser mínimas, como un recordatorio. Esto nos permitirá llevar cierto
orden del relato e ir resumiendo los puntos de vista básicos y sustanciales
conforme va exponiendo el interlocutor. Al finalizar el trámite, éstas notas serán
destruidas, cumpliendo con la confidencialidad de éste método alterno.

La buena escucha activa permitirá al mediador repetir lo que acaba de escuchar,


vale decir, podrá “parafrasearlo”. Finalmente, conviene dar señales de estar
escuchando, de que le sigue en el relato para animarlo a continuar e indicar que
lo entiende.

4. Creatividad, imaginación, apertura de mente: Una de las mayores ventajas


de la mediación consiste en la posibilidad de obtener soluciones mutuamente
satisfactorias, basadas en la variedad de opciones generadas por las mismas
partes. Este proceso se logra con la “tormenta de ideas” o “brain storm” a través
del cual se generan opciones de solución a instancia del mediador.

El perfil del mediador debe incluir la creatividad, porque, aun cuando exista una
ley de mediación que establece el procedimiento, éste es informal, quedando en
manos del mediador dirigir el trámite. Los principales protagonistas son las
partes y el mediador. Las destrezas que tenga son relevantes para el avance del
trámite y para derribar los obstáculos que impidan llegar a un acuerdo.

Cada conflicto es único, así como las personas que la sufren, y las necesidades
que las motivan, por eso no hay que circunscribirse a estilos pre establecidos, a
escuelas de pensamiento únicos sino adaptarse a las circunstancias de cada
caso.

El mediador debe poder buscar en el interior de las personas y sacar los


pensamientos alternativos – creativos que cada uno posee. La creatividad
consiste en una nueva manera de ver las cosas, de entenderlas y constituye una
habilidad que puede ser aprendida.

5. Empatía: Es situarse en el lugar de la otra persona, es comprender lo que


siente en este momento. Comprendiendo al interlocutor, puede percibir lo que
siente el otro, tanto si es un sentimiento agradable o desagradable. Lo que
comunmente se dice: “Ponerse en los zapatos del otro”.

El mediador debe practicar la empatía y hacer que las partes también pasen por
dicha experiencia. Lo expresa por medio de su propio estilo verbal y afectivo que
ha entendido el mensaje y como le llega. Presta atención a la respuesta,
considerando sus mensajes corporales que confirman o niegan la exactitud del
entendimiento del mensaje.

En todo momento hay que cuidar de no evaluarlo, juzgarlo o descalificarlo. Se


busca comprenderlo poniéndose en su lugar, para ver la situación desde su
perspectiva y entenderla. Si hay algo que a él le resulta preocupante y al
mediador no, éste debe interesarse entonces en entender porque él lo siente
así.
6. Otras cualidades apreciadas en la persona del mediador son: el sentido
del humor. Esto resulta válido para generar un clima distendido antes de
empezar el proceso, para “romper el hielo” y entrar en confianza. También es útil
en situaciones de tensión ayudando a descomprimir el ambiente.

La paciencia, la perseverancia, la honestidad, la capacidad de persuacion y


otras, también aportan valor al desempeño del mediador.

http://www.mediacionsoluciona.com/index.php/que-es-la-mediacion/prueba

El profesional de la mediación es el encargado de ayudar a las partes implicadas


en el conflicto a buscar posibles alternativas al problema, es decir, se encarga
de gestionar la comunicación entre las partes. Uno de sus principales objetivos
es generar un clima lo suficientemente cordial, como para que las partes
comiencen a proponer alternativas de futuro y dejen de reprocharse situaciones
pasadas.

La persona mediadora, no debe proponer alternativas, sino que debe valerse de


las herramientas existentes para que sean los interesados quienes comiencen a
proponer alternativas, deben ser los implicados en el conflicto, con ayuda del
mediador, quienes planteen como podrían resolver la situación en el futuro.

El mediador, es un tercero imparcial que pretende que los implicados en el


conflicto tomen conciencia de su papel, es decir, que asuman su responsabilidad
a la hora de alcanzar acuerdos. Para ello, es importante que el mediador sea
capaz de reducir las tensiones existentes entre los implicados, ya que si no se
reduce mínimamente el nivel de confrontación es muy posible que se produzca
una escalada del conflicto que obligue al mediador a dar por finalizada la sesión.
La escucha activa por parte del profesional de la Mediación, ayudará tanto a la
persona que expone su experiencia, ya que se sentirá valorada, como al
contrario, ya que le permitirá reflexionar sobre su comportamiento y actitud ante
el conflicto.

Rol de las partes

1. Participar activamente en la mediación: La voluntad juega un papel


fundamental. Todo el proceso se basa en el interés que tengan las partes en
buscar una solución al conflicto. Esto se traduce en la asistencia a las reuniones,
la manera como se disponen para dialogar y la colaboración que prestan al
mediador para realizar las actividades propuestas, entre otras actitudes que
demuestran las ganas de lograr un acuerdo mutuamente satisfactorio.

2. Protagonizar el diálogo ordenado y dirigido por el Mediador: El proceso


comunicativo, si bien dirigido por el mediador, tiene como principales
protagonistas a las partes. Son ellas las que expresan sus posiciones e
intereses. Son ellas las que aportan opciones de solución. Son ellas las que
decididamente intercambian pareceres en busca de una solución y finalmente,
son ellas las que deciden el acuerdo.

Este proceso comunicativo se lleva dentro del marco del respeto. Se debe
siempre observar reglas de buena conducta y evitar situaciones de
enfrentamiento, uso de palabras fuertes u ofensivas que no hacen más que
obstaculizar el buen relacionamiento.

Las partes deben respetar al que está en el uso de la palabra. Debe esperar su
turno y no interrumpir. Esto, además de ser una regla básica de buenos modales,
es también una señal de respeto.

Tomar notas, ayuda a no olvidar ciertas cuestiones que vienen a la mente cuando
la otra parte está hablando. Por eso se recomienda que se anoten esas ideas
para expresarlas cuando le toque el turno de hablar.
3. Decidir la solución que se adoptará para resolver el conflicto: Las partes
son las que resuelven el acuerdo, en un proceso de Mediación. Esto debe quedar
bien claro para no generar falsas expectativas, esperando que sea el Mediador
el que dé la solución final. Ya se dijo más arriba que el mediador no es Juez. No
resuelve, sino facilita el diálogo y ayuda a que las partes logren un acuerdo
mutuamente satisfactorio.

En manos de los participantes está la toma de decisión sobre el acuerdo y son


ellos los que definirán los términos. Pueden tener ayuda de asesores, sean
jurídicos, contables, etc.

La Ley 1879/02 de Mediación y arbitraje, dispone en su artículo 60: “Las partes


colaborarán de buena fe con el mediador y, en particular, se esforzarán en
cumplir solicitudes de éste y asistir a las audiencias cuando éstas fueran
convocadas”.

Esto resume el rol que las partes cumplen en la Mediación.

Rol de los Abogados:

Los abogados participan antes, durante y despues del proceso de Mediación.

1. Antes: Participa indirectamente asesorando a sus clientes sobre la Mediación.


Explica el procedimiento, aclara las expectativas y anima a la participación
activa.

Mucho se ha debatido sobre el temor de quedar sin trabajo los Abogados, si es


que la Mediación es practicada en forma generalizada. Este debate se generó
también en los países en donde la mediación fue aplicada en forma obligatoria,
antes de un proceso civil. Nada más infundado. La experiencia ha demostrado
que la participación del profesional abogado en la mediación es muy importante
y no significa disminución en los ingresos en concepto de honorarios ya que esta
participación no es gratuita. Los honorarios se regulan de acuerdo al arancel
establecido en la ley. Además, los casos sometidos a mediación son aquellos en
donde no interviene el Ministerio Público, por lo que siempre existirán los
procesos que necesariamente deben interponerse ante los tribunales.

El Art. 54 de la Ley de Mediación establece que podrán ser objeto de mediación


todos los asuntos que deriven de una relación contractual u otro tipo de relación
jurídica, o se vinculen a ella, siempre que dichos asuntos sean susceptibles de
transacción, conciliación o arbitraje

2. Durante el proceso de mediación: El abogado participa activamente


asesorando a sus clientes en las sesiones. La presencia de un profesional del
derecho da seguridad a la persona que acompaña y la contiene en situaciones
de tensión.

Ayuda también a equilibrar el nivel de las partes, cuando una de ellas se


encuentra en desventaja por falta de conocimiento, experiencia o
desenvolvimiento.

Puede contribuir a evitar desbordes emocionales con su oportuna intervención


en favor de su cliente.

3. Después de la mediación: Colabora en la redacción de los acuerdos


logrados. Su intervención profesional es altamente apreciada ya que el
mediador, aun cuando sea Abogado, no puede cumplir este rol. Así, la redacción
de las cláusulas, su revisión legal y su asesoramiento contribuye a lograr buenos
acuerdos.

Si no participó del trámite, de igual manera puede revisar los proyectos de


acuerdos que su cliente le presente.

Podemos concluir, entonces que los profesionales del Derecho tienen una activa
participación en todo el trámite y contribuyen a la pacificación de las relaciones
en sociedad.
La presentación de las posiciones de las partes es un paso inicial del proceso de
mediación que consiste en la exposición detallada de los motivos que les trae a
la mediación.

Cada persona presente en la mediación hace uso de la palabra explicando la


razón de su comparecencia, sus reclamos, o cualquier otro dato que aporte al
procedimiento.

En una etapa inicial, constituye la posición asumida por cada una de las partes.
Generalmente encierra antagonismo, choque y mucha carga emotiva, razón por
la cual, no es recomendable permanecer en dicho estado y es tarea del mediador
moverlas hacia las necesidades reales de las partes.

No ahondaremos en los conceptos de posición e interés porque los mismos ya


fueron agotados en la unidad I, de manera que solo haremos hincapié en que la
posición es el estadio inicial del proceso para luego identificar los intereses que
mueven a las partes y permitir la generación de opciones de solución.

¿En qué consiste el parafraseo?

Es un resumen reflectante que se usa para verificar si se comprendió


correctamente. Demuestra que se prestó atención a lo expuesto, que se
comprende. Permite corregir interpretación errónea y sirve a los demás a mejorar
la comprensión del significado de lo expresado.

El parafraseo lo realiza el mediador repitiendo lo que dice una de las partes para
que él mismo, lo oiga desde otra óptica y se sienta escuchado y entendido. Con
esto se da la oportunidad de escuchar la misma historia desde un punto de vista
diferente No implica aprobación ni desaprobación. El mediador recepta el relato
y extrae los datos significativos. Resume e identifica los puntos mas importantes.
Convierte en información neutral y reformula lo agresivo transformandolo en
datos. Reduce la carga emocional descartando las palabras negativas e
introduce un lenguaje neutral.

Esta técnica demuestra también que se ha realizado correctamente la escucha


activa al permitir resumir lo que el otro ha dicho.

Se inicia generalmente con: ¿A ver si he comprendido, Ud. ha dicho que…?, o


¿Permítame ver si he comprendido lo que Ud. dice…desde su punto de vista…

Existe una etapa previa que es eminentemente administrativa y que abarca las
diligencias previas al inicio del trámite, como ser citación a las partes,
preparación del lugar de la sesión, útiles, etc.

Esto se lleva a cabo en los centros de mediación, que a tenor del Art. 63 de la
Ley No. 1879/02 son los organismos dotados de los elementos administrativos y
técnicos necesarios para servir de apoyo al trámite de las mediaciones y para la
capacitación de los mediadores.

La elección de Mediador se realiza de acuerdo al reglamento que cada centro


posea. Así puede ser por el orden en que se han matriculado, por orden
alfabético, por especialidad (mediación familiar, mediador comercial, etc) por
disponibilidad de agenda, por elección de las partes y otros parámetros que
deben determinarse de antemano.
Las partes podrán concurrir conjunta o separadamente a la mediación, mediante
la presentación de una solicitud escrita al mediador que elijan o al Centro de
Mediación que determinen.

Esta petición deberá ser por escrito y contener cuanto sigue:

1. Nombre y dirección completa, y si el solicitante los tuviere, teléfono, fax,


mail de la parte o partes con quienes se intenta la mediación y de sus
representantes o apoderados si los hubiere.
2. Exposición sucinta de las diferencias objeto de la mediación.
3. Cuantía o estimación del monto objeto de la mediación o indicación de
que carecen de un valor determinado.

La solicitud podrá ser presentada por una o varias partes, o sus representantes,
expresa y debidamente facultados.

Salgo pacto en contrario de las partes, dentro del plazo de cinco días hábiles
siguientes a la presentación de una solicitud de mediación, el centro nombrará
el o los mediadores y convocará a las partes en fecha y hora determinadas para
efectuar la sesión de mediación.

La notificación puede ser por nota, o personal. Pueden también utilizarse los
medios modernos de comunicación como ser mail, whatsapp, u otro siempre que
quede un registro de su recepción y conste la respuesta o aceptación a la
comparecencia.

Las partes asistirán personalmente a la audiencia de mediación o se harán


representar o asesorar por personas de su elección. Si las partes comparecen
por intermedio de abogado, éste deberá estar legitimado para actuar en su
nombre.
En caso de conferir representación a un tercero, deberán otorgar al mismo poder
con facultades de representación suficientes, incluída expresamente la de
transigir.

Antes de la celebración de la audiencia de mediación, los gastos administrativos


y los honorarios del mediador, de conformidad con la tarifa regulada, serán
consignados por la parte o las partes solicitante (s), sin perjuicio de que en el
acuerdo de transacción las partes dispongan una distribución distinta de los
mismos, en su caso.

Temas tales como ubicación en el espacio, comodidad de los participantes,


suficiencia de luz, temperatura adecuada, buen contacto visual y auditivo,
igualdad de autoridad del mediador y las partes y otros que veremos a
continuación, son relevantes al momento de la preparación de las sesiones de
mediación.

El lugar elegido debe contar por lo menos con requisitos mínimos. Es importante
pensar que el espacio determina y condiciona cualquier tipo de proceso y muy
especialmente el de la Mediación.

En Mediación se busca facilitar el protagonismo de las partes que se sientan


involucradas en el proceso, que su palabra tenga valor, porque las respuestas a
sus problemas no la tiene el mediador, sino ellos mismos, por eso se debe
intentar que el espacio donde se desarrolla el trámite sea cómodo. Se debe
procurar un ambiente tranquilo, distendido, tolerante, calmado que facilite la
escucha. Hay mediadores que utilizan incluso el humor y la broma para propiciar
un ambiente relajado. El mediador debe situarse en un mismo plano que las
partes, debe favorecer una relación simétrica de iguales.

Una mesa redonda, por ejemplo, atenúa las diferencias y coloca a todos en un
mismo nivel, facilita un contexto de trabajo de colaboración donde todos tienen
igual protagonismo.

Dependiendo además del ámbito de la mediación, puede utilizarse sofás, sillones


y no necesariamente una mesa de trabajo.

Las cámaras Gesell son espacios especialmente diseñados para llevar adelante
las sesiones de mediación permitiendo la privacidad necesaria y al mismo tiempo
favorece el aprendizaje de los mediadores que están aún en proceso de
entrenamiento.

El espacio es un recurso que facilita la conexión personal, es una herramienta


de trabajo que ayuda a generar confianza, por tanto debe prestarse atención a
estos detalles que contribuirán al éxito de la Mediación.

La mediación puede terminar con acuerdo, sin acuerdo o por incomparecencia


de las partes. Así lo dispone el Art. 62 de la Ley No. 1879/02 al decir: “El trámite
de la mediación concluye por: a) la suscripción de un acta de mediación que
contenga el acuerdo alcanzado por las partes según lo previsto en el Artículo 61.
b) la suscripción de un acta por medio de la cual el mediador y las partes dejan
constancia de la imposibilidad de alcanzar una mediación. c) la certificación
expedida por el centro ante el cual se presentó la solicitud de mediación, en el
sentido de que existió imposibilidad de celebrar la audiencia por la ausencia de
una o más de las partes citadas a la audiencia”.

En cuanto a los efectos del acuerdo, el Art. 61 dispone: “El acuerdo de mediación
obliga a las partes desde el momento que ellas y el mediador suscriban el acta
de mediación que lo documente, y tendrá los efectos de cosa juzgada desde el
momento en que el juez competente lo homologue. Si el acuerdo de mediación
tuviera lugar existiendo un juicio pendiente, será competente para homologarlo
el juez de la causa, y la homologación producirá además el efecto de terminar el
proceso. Si el acuerdo de mediación fuera parcial, se dejará constancia de ello
en el acta de mediación y las partes podrán discutir en juicio las diferencias no
mediadas”.

¿Qué es el acuerdo?

Es un acta donde se consignan el lugar, la fecha, los datos completos de las


partes, del mediador y las cláusulas acordadas por ellas como resultado del
consenso de voluntades acerca de la manera de resolver ese conflicto.

Refleja el compromiso asumido por ambas partes para la solución del problema.

Hay varios tipos de acuerdos: Por su forma pueden ser verbales o escritos. En
cuanto a su alcance pueden ser totales o parciales. Referente a su duración
pueden ser provisorios o definitivos. Finalmente pueden también versar sobre el
procedimiento, arribándose a acuerdos que deriven la cuestión a arbitraje o a
otro método.

Finalmente, un tema interesante surge de las mediaciones a distancia o


mediaciones virtuales.
Con el desarrollo de las sociedades; las relaciones personales, comerciales y
laborales se vuelven más abiertas. El fenómeno de la globalización abarca
también al ámbito de la Resolución de Controversias. Los profesionales deben
actualizar sus conocimientos y adaptarse a los nuevos tiempos, donde la
comunicación se ha extendido a campos que antes eran inimaginables. Con la
aplicación de la Mediación a distancia, los tiempos se han acortado y la
interacción se ha vuelto más accesible. Se aplica la tecnología de la información
para llevar adelante el proceso en forma remota. Varios países ya la están
aplicando y el nuestro no será la excepción.

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