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“ UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


ESCUELA DE POSTGRADO”

CURSO : DERECHO CIVIL II

CATEDRATICO : DR. MANUEL MIRANDA CANALES

ALUMNOS : GALLOSO MARIÑOS WALTER A.

TEMA: : TRASNFERENCIA DE LA PROPIEDAD DE BIENES MUEBLES


E INMUEBLES EN LA JURISPRUDENCIA
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
TERCERIA – BIENES
MUEBLES

VEHICULOS

TITULO (Acta Notarial; INSCRIPCION REGISTRAL


Contrato Privado)

TRADICION

MEDIDA CAUTELAR (afectación)

DESAFECTACION

TRANSFERENCIA DE PROPIEDAD DE VEHÍCULOS

LOS SISTEMAS REGISTRALES

Concepto

Según Sanz Fernández: "Sistema regístral es el conjunto de normas que en


un determinado país regulan las formas de publicidad de los derechos reales
sobre los bienes inmuebles a través del Registro de la Propiedad, así como el
régimen y organización de esta institución. Lo cual dicho en forma sintética
sería el conjunto de normas reguladoras de la institución del Registro de la
Propiedad, tanto desde un punto de vista sustantivo, es decir, el valor de los
asientos como forma de constitución o publicidad de aquellos derechos,
como desde un punto de vista formal, es decir, la organización y el régimen
del Registro". 

Clasificaciones.

Besson considera tres sistemas: el sistema francés, el germánico y el


australiano, cada uno con sus derivados.

Coviello estima dos grandes sistemas: el sistema francés o de transcripción


(Francia, Italia y Bélgica); y el sistema germánico o de inscripción (Austria,
Prusia y Australia).

Jerónimo González considera por separado y en orden cronológico los


sistemas: francés, australiano, alemán y suizo.

Roca Sastre aparte de considerar los sistemas inmobiliarios no regístrales,


clasifica exhaustivamente los sistemas inmobiliarios regístrales en: registros
con efecto de requisito de oponibilidad, registros con efecto de presunción de
exactitud y plena protección de terceros y registros con plena eficacia formal
o sustantiva.

Se tomará en cuenta la clasificación de los sistemas inmobiliarios regístrales


desde el punto de vista sustantivo que adopta Roca Saatre, ya que la misma
entraña auténtico interés científico y hace factible una clasificación
completa. Desde el punto de vista de la eficacia y valor jurídico de los
asientos regístrales, se pueden clasificar los sistemas inmobiliarios en: 

Sistemas que reducen el Registro a fines de simple publicidad o que adoptan


el Registro con efectos de requisitos de oponibilidad:

La constitución o adquisición del dominio y demás derechos reales


inmobiliarios se rigen por el Derecho común, careciendo el Registro de
efectos constitutivos.
Los actos y contratos regístrales que no hayan sido registrados no pueden
hacerse valer contar terceros, no son oponibles.

Es un régimen de transcripción, y es propio de aquellos ordenamientos


jurídicos en que la adquisición del dominio y demás derechos reales se
verifica por la conclusión del simple contrato (sistema consensualista), sin
que se precise ningún modo o requisito que venga a sumarse, o a
complementar, al título adquisitivo.

El Registro no se involucra en el acto de enajenación, el cual discurre por


entero en el ámbito del Derecho Civil: "solo que para evitar, en lo
indispensable, los males de la clandestinidad y de la posible sorpresa y
perjuicio de terceros adquirentes, se exige la registración, sí el acto jurídico
correspondiente quiere oponerse o hacerse valer contra de quien le pueda
perjudicar".

Fue adoptado por primera vez este sistema por el Código Napoleónico y ha
sido imitado por Bélgica, Holanda, Italia, Portugal. En Venezuela es el
sistema vigente con algunas particularidades (art., 1924 Código Civil).

Sistemas que atribuyen a los asientos regístrales efectos convalidantes,


presumen la exactitud del Registro y protegen plenamente a los terceros.

La constitución de los derechos reales está completamente desvinculada de


las formas de publicidad. La publicidad regístral de los derechos reales
inmobiliarios, cuyo nacimiento y eficacia se rigen por el Derecho Civil, es, y
ésta es la regla general, voluntaria, si bien, en algún supuesto, el derecho
real no es eficaz hasta que se haya practicado el asiento registral
correspondiente (régimen de hipotecas).

No limitan la efectividad del Registro a la mera publicidad y a la oponibilidad


frente a terceros de los actos registrados, sino que producen efectos
convalidantes.
Se establece la presunción de exactitud del Registro; lo que el Registro
expresa es verdad, es decir, coincide con la situación jurídica en que el
inmueble se encuentre en la realidad, los derechos reales inscritos existen y
disfrutan de completa eficacia jurídica (tal es la llamada legislación
Registral).

Cuando las formas regístrales contrastan con las formas constitutivas civiles
de los derechos reales, las primeras triunfan sobre las segundas, la
apariencia Registral vence a la realidad jurídica extraregístral, y el titular
inscrito es mantenido en su adquisición (Principio de la fe pública registral).

Sistema establecido en España y vigente en Cuba y demás países


hispanoamericanos que se inspiraron en la Ley Hipotecaria española de
1861.

Sistemas que atribuyen al Registro eficacia constitutiva.

Las formas regístrales de publicidad pueden estar establecidas de manera tal


que las mismas sean necesarias para que el derecho real se constituya y
nazca. En tal sentido, la relación jurídica inmobiliaria ya no nace y produce
sus efectos a tenor de lo pautado en el Derecho Civil, sino que la misma no
tiene existencia jurídica hasta que el Registro toma razón de la voluntad o
ánimo de generarla.

Los asientos regístrales tienen la función principal de dotar de existencia a


los derechos reales, eficacia constitutiva, y la subsidiaria de realizar por sí
mismos la función de publicidad.

Sistema Alemán y Suizo: los asientos del registro tienen función constitutiva,
pero para surtir sus efectos precisa que previo a la inscripción exista un
negocio jurídico causal justificativo del derecho real que el Registro da vida.
El contenido del registro se presume exacto, mientras, en la forma debida, no
se demuestre lo contrario (legitimación registral), y dicho contenido, aunque
disienta de la realidad jurídica, es mantenido a favor de terceros que
adquirieron sus derechos confiados en los datos regístrales (fe pública
registral).

Sistema Australiano: el contenido regístral se considera exacto de una


manera absoluta. La eficacia constitutiva de los asientos regístrales es tal,
que no existen más derechos reales que aquellos que nacieron por medio del
Registro. El asiento es totalmente independiente del acto, negocio o título
que lo propició. Lo que el Registro publica es toda y la única verdad y, por
tanto, ordinariamente, no es factible atacarlo, ya que, técnicamente, no
existe disparidad entre el contenido regístral y la realidad jurídica
extraregístral. Australia adoptó, además, el sistema del título real, ya que no
existe más título del derecho real que el emitido por el Registrador.

Sistema de Sajonia, Lubeck, Mecklemburgo, y Hamburgo (antiguas


legislaciones inmobiliarias): en ellas los asientos regístrales tienen la misma
eficacia que la del Sistema Australiano, pero no admitieron el título real.

TITULO Y MODO

Definiciones y diferencias

Los derechos subjetivos-materiales se adquieren por ciertos hechos o actos


preestablecidos en el ordenamiento jurídico de un país. En lo que concierne
a los derechos reales nuestros ordenamiento jurídico los determina como
típicos tomando como fuente la ley (modo originario), y la voluntad (modo
derivado). En la doctrina se habla de que los hechos y los actos jurídicos que
se constituyen en los generadores de los derechos reales típicos, tanto en los
modos originario y derivado, pueden dar lugar al nacimiento o constitución
de la propiedad misma; claro está, sin confundir con el nacimiento o la
creación de los derechos reales, que sólo es por ley. En consecuencia, resulta
indispensable diferencia entre el título de adquisición de la propiedad y el
modo o la forma por la cual se adquiere. Pero, ¿que son el Título y el Modo?
El título es el antecedente que sirve de base para la transmisión efectiva de
la propiedad. El modo es la forma que la transferencia se realiza, también de
manera efectiva El título es la causa-fuente del derecho y el modo es el medio
a través del cual se realiza el título.

De acuerdo con nuestro ordenamiento jurídico civil en materia de bienes


inmuebles la diferencia de título y modo no existe, en razón de que el
acuerdo de voluntades en los contratos funciona iure et de iure en la
adquisición de la propiedad inmobiliaria, como lo establece el artículo 949
del Código Civil; esto quiere decir, que de conformidad con este dispositivo la
sola obligación de transferir un bien inmueble determinado hace al
adquiriente propietario del bien, o en el caso de producirse la constitución de
la trasferencia sobre inmueble se presume de pleno derecho que ha operado
el perfeccionamiento de la transferencia de propiedad, sin requerirse de
tradición alguna. Como veremos más adelante, nuestro sistema sobre el
particular se halla informado por el sistema francés o llamado
consensualismo. En cuanto a los bienes muebles rigen las fórmulas de los
artículos 947 y 948 del Código Civil.

Entre título y modo no existe equivalencia de conceptos, señala Areán que el


modo es “el hecho o el acto que produce la adquisición del derecho; y el
título, es la razón de ser del desplazamiento de aquél” En armonía con lo que
informa la teoría del título y modo, debemos decir que para la adquisición
derivada de la propiedad por actos inter-vivos sobre bienes inmuebles basta
el título, o sea el acto jurídico (manifestación de voluntad o inmuebles basta
el título, o sea el acto jurídico (manifestación de voluntad o del
consentimiento); en efecto, el título es el acto jurídico que tiene por fin
transmitir la propiedad; transmisión que quedará consumada sólo cuando se
constituya el convenio de voluntades, el mismo que de acuerdo con nuestro
sistema de transmisión de inmuebles es adconsensus. Por consiguiente,
opera de pleno derecho, pues sólo basta la obligación contractual de
expresar el consentimiento para perfeccionar la adquisición entre vivos, sin
que se requiera la tradición ni la inscripción registral.

En cambio si acudimos al derecho civil comparado latinoamericano, veremos


los casos, entre otros, de Argentina, Chile o Colombia, en los que el
perfeccionamiento de la transferencia de bienes inmuebles es con la
tradición y la inscripción en los registros; es decir, exigen para el
perfeccionamiento del acto de transferencia el título y el modo. De acuerdo
con el sistema que informa nuestra sistemática civil, en materia de
transferencia de bienes inmuebles, la diferencia entre título y modo no
existe, por las razones que ya conocemos. Pero cuando se trata de bienes
muebles el modo que perfecciona la transferencia es la traditio o entrega del
bien y el título es el contrato de venta, permuta, donación, etc. En
trasferencia de bienes muebles rige la presunción iuris tantum, en cuanto al
poseedor se le reputa propietario, salvo prueba en contrario. Pero para
algunos, como Velásquez Jaramillo, impera el principío de que la posesión
supone el dominio y los meros pactos impregnados de consensualidad.

TRATAMIENTO EN EL PERU

A partir de octubre de 1997, se hizo efectivo el traslado del Registro de


Propiedad Vehicular y Prenda de Transporte del ámbito de las Direcciones de
Circulación Terrestre de las Regiones a las Oficinas Registrales a nivel
nacional, dando, de esta manera, cumplimiento a lo dispuesto por el último
párrafo de la Cuarta Disposición Transitoria de la Ley Nº 26636. Con la
efectivización de dicha norma las Oficinas Registrales asumían la
responsabilidad de administrar un registro más.

Este cambio sustancial implicaba la incorporación del principio registral de


legalidad para la calificación de los actos y derechos que pretendían acceder
al registro además de consagrar los efectos de los demás principios
registrales (legitimidad, publicidad, prioridad, fe pública registral, etc.) para
aquellos ya inscritos. Es decir, el Registro de Propiedad Vehicular cambió de
ser un registro de información administrativa a cargo de Transportes a otro
de seguridad jurídica a cargo de los Registros Públicos.

TRANSFERENCIA DE PROPIEDAD DE BIENES MUEBLES:

Según el art. 947 del Código Civil, la transferencia de propiedad de los bienes
muebles se efectúa con la tradición a su acreedor, salvo disposición legal
diferente; dicho en otras palabras, con la entrega física del bien mueble de
un acreedor a su deudor, salvo que exista mandato legal que oblige a
cumplir con otra formalidad.

En cuanto a esto último, Max Arias Schereiber nos dice que “la regla del art.
947 no funciona cuando existe disposición legal diferente, como es la de
aquellos casos en los cuales para la transferencia del dominio de cosas
muebles se requiere la inscripción en un determinado registro” 1[1], es decir
cuando es necesario el cumplimiento de una formalidad diferente a la
entrega física del bien mueble determinado.

Ahora bien, teniendo los vehículos automotores la naturaleza jurídica de


bienes muebles, la transferencia de propiedad de los mismos operaría según
lo estipulado por el mencionado art. 947 del código sustantivo, es decir con
la tradición a su acreedor.

Sin embargo, es necesario tener presente lo dispuesto por la última parte del
art. 947 mencionado “salvo disposición legal diferente”, es decir cuando no
exista norma que indique la forma en que se efectuará la transferencia de
propiedad mobiliaria, ésta se realiza con la tradición, caso contrario hay que
estar a la formalidad que otra norma establezca.

A propósito de “disposición legal diferente”, tenemos que el art. 34.1 de la Ley


27181, Ley General de Transporte y Tránsito Terrestre, publicada en el “El

1
Peruano” el 08-10-1999, prescribe que “La transferencia de propiedad y
otros actos modificatorios referidos a vehículos automotores se formaliza
mediante su inscripción en el Registro de Propiedad Vehicular”, en
consecuencia y en cumplimiento de la norma acotada la transferencia de
propiedad de vehículos automotores se tendrá por realizada o cumplida sólo
con la inscripción en el registro, por ser ésta la “disposición legal diferente” a
que alude la última parte del art. 947 del Código sustantivo, dando de esta
manera eficacia constitutiva a la transferencia de propiedad vehicular, por
cuanto no se admitirá la existencia de la misma si ésta no se encuentra
inscrita, resultando la inscripción un elemento de validez del acto o negocio
jurídico, sólo a partir de la inscripción se generarán los derechos y
obligaciones.

Por ello es necesario difundir que sólo con el registro de la transferencia


vehicular se reputará propietario al comprador o adquirente; esto depende de
los contratantes, los operadores del derecho y la ciudadanía en general a fin
de lograr que la transferencia de propiedad vehicular en el Registro
respectivo sea lo que es la hipoteca en el Registro de la Propiedad Inmueble:
considerar su inexistencia cuando falta su inscripción registral. Ese reto que
se tiene que alcanzar.

Por último, es preciso mencionar que la formalidad establecida para la


transferencia de propiedad vehicular también es aplicable a los vehículos
denominados menores (motos, motocicletas, mototaxis, trimotos, etc.).

La novedosa norma contenida en el art. 34.1 de la Ley 27181, ha establecido


como formalidad para la transferencia de propiedad vehicular la inscripción
registral, otorgándole efecto constitutivo.

La difusión y el consiguiente cumplimiento de la mencionada norma va a


propiciar que las titularidades que publicite el Registro de propiedad
Vehicular sea la que corresponda a lo que sucede en la realidad, es decir los
terceros podrán tener la certeza que aquel que aparece con derecho inscrito
en el registro es en verdad el propietario de un vehículo, con prescindencia
que tenga o no la posesión del mismo.

El artículo 36º del Reglamento de las Inscripciones del Registro de Propiedad


Vehicular, aprobado por Resolución de la Superintendencia Nacional de los
Registros Públicos 255-99-SUNARP, establece que la transferencia de
propiedad de vehículos automotores se inscribirá en el Registro de Bienes
Muebles en mérito al documento con firmas legalizadas por notario que
contenga el respectivo contrato.

Asimismo, establece que para efectos registrales, una vez legalizadas las
firmas, se presume, que se ha hecho la tradición o entrega del vehículo, salvo
que lo contrario se desprenda del mismo contrato. En este último caso, no
podrá inscribirse el título y el registrador deberá observarlo, a fin que
mediante cláusula adicional con firmas legalizadas por notario, ambas partes
declaren que se ha hecho la tradición del vehículo o, que ésta se acredite
fehacientemente a través de cualquier otro medio que a criterio del
registrador resulte suficiente.

De otro lado, el Artículo 78º de la Ley del Notariado, aprobada por D. Ley
26002, establece que en el "Registro Notarial de Actas de Transferencia de
Bienes Muebles Registrables", se extienden las transferencias de vehículos
usados y de otros bienes muebles identificables que la ley determine.

La norma bajo comentario, precisa que la transferencia de propiedad de


vehículos automotores, a que se refiere el Artículo 36º del Reglamento de las
Inscripciones del Registro de la Propiedad Vehicular, se formaliza mediante
acta notarial de transferencia de bienes muebles registrables, que se
extenderá de acuerdo con lo previsto en la Ley del Notariado.

La presentación del acta de transferencia vehicular ante el Registro de


Bienes Muebles, deberá efectuarla el Notario o sus dependientes, siendo
posible, luego de su ingreso, la entrega de la guía de presentación al nuevo
propietario, para que efectúe el trámite.

De otro lado, establece que las solicitudes de duplicados de tarjetas de


identificación vehicular y de placas, así como de cambio de clase y
modificación de características de los vehículos automotores, serán
efectuadas mediante formularios numerados en papel de seguridad que el
Colegio de Notarios entregará a sus miembros, para atender la legalización
de las firmas de los recurrentes.

Artículo 1 Decreto Ley N° 6.582/58 ratificado por la ley N° 22.977 del


Decreto N° 1.114/97 (B.O. del 29/10/97)

Legislación Argentina

“La transmisión del dominio de los automotores deberá formalizarse por


instrumento público o privado y sólo producirá efectos entre las partes y con
relación a terceros desde la fecha de inscripción en el Registro de la
Propiedad del Automotor”

EXORCIZANDO EL ESPIRITUALISMO: REGISTRO VS. CONSENSO EN LA


TRANSFERENCIA DE PROPIEDAD INMOBILIARIA (*) (**))2
Un predio es afectado en favor de un banco como una sola unidad
inmobiliaria y, por tanto, de titularidad de un mismo propietario. Sin
embargo, este último había lotizado el terreno y adjudicado dos lotes a
quienes inician el presente proceso de tercería, sin que tales adquisiciones
fueran objeto de inscripción. Ello da pie al autor para hacer un análisis
concienzudo de los alcances del sistema de transferencia de propiedad
inmueble en nuestro país, poniendo énfasis en el hecho de que en el
presente caso si bien las terceristas podían ser reputadas propietarias dada
la consensualidad del sistema de transferencia inmobiliaria peruano, para
2
(Jorge Beltrán Pacheco, publicado en el Tomo 38 de la Dialogo con la Jurisprudencia, noviembre del 2001 pag.
81
que la independización de bienes pudiera producir efectos jurídicos frente a
terceros era indispensable su inscripción en el asiento respectivo.

EXPEDIENTE Nº 97-779-21-1101-JX1C

DISTRITO JUDICIAL DE PUNO

Juliaca, cuatro de mayo de mil novecientos noventa y nueve.

VISTOS: El recurso de apelación presentada por el demandado Bancosur


sucursal Juliaca de fojas ciento ochentitrés y ciento ochenta y cuatro; por los
fundamentos de la apelada; y CONSIDERANDO, además: Primero.- El
apelante al exponer el error de hecho y de derecho en su escrito de
impugnación, fundamenta que los lotes números doce guión E, uno guión H
del jirón Ignacio Miranda número quinientos cincuentiséis de la segunda y
tercera etapa respectivamente del Mercado Internacional anexo Santa
Bárbara, formaban parte de una propiedad inscrita en una sola ficha
registral; que este predio fue lotizado por su propietario y vendido a
diferentes personas; sin embargo, de la revisión exhaustiva de los actuados
se verifica que la recurrida se ha emitido apreciando debidamente las
pruebas actuadas. Segundo.- Que, nuestro ordenamiento legal establece que
la transferencia de propiedad es consensual, de forma tal que la inscripción
registral no es requisito constitutivo de tal caso, tal y como refiere el artículo
novecientos cuarenta y nueve de tal acto, tal y como refiere el artículo
novecientos cuarenta y nueve del Código Civil, en este sentido el doctor Max
Arias Schereiber Pezet dice que la inscripción registral “no asume más valor
que el de un simple aviso que protege a los terceros que no han intervenido
en el acto, pero no lleva en sí misma una verdadera sustantividad”. Tercero.-
Estando debidamente acreditada la propiedad de los bienes inmuebles
materia de la tercería procede amparar esta pretensión; CONFIRMARON la
sentencia de fecha veintisiete de octubre de mil novecientos noventa y ocho,
que corre a fojas ciento setenticinco a ciento setenta y ocho, que declara
improcedente la nulidad de actuados formulada por Rosendo Choquehuanca
Ponce y esposa, FUNDADA la demanda interpuesta por Cristina Vilavila
Vilcapaza y Rosa Figueroa de Azaña y DISPONE la desafectación de los
predios materia de tercería, levantamiento de la hipoteca y cancelación del
gravamen respectivo; en el proceso sobre tercería interpuesto por Cristina
Vilavila Vilcapaza, Rosa Figueroa de Azaña contra Bancosur y otro, con lo
demás que contiene y los devolvieron.

SS. BUTRÓN CEVALLOS; BISTINZA RODRÍGUEZ;


RODRÍGUEZ RUIZ

ANÁLISIS Y CRÍTICA JURISPRUDENCIAL

1. INTRODUCCIÓN

La doctrina nacional e internacional siempre ha polemizado respecto a la


pertinencia del sistema consensual traslaticio de propiedad y la eficiencia del
mismo frente a un sistema de transferencia de propiedad inmobiliaria
mediante el registro. Es así como se construye una tipología de sistemas de
adquisición de propiedad basados en la existencia o no de un contrato
productor de efectos reales inmediatos. A continuación efectuaremos un
estudio detenido de la pertinencia de cada uno de los sistemas y mediante el
análisis de la jurisprudencia citada, una evaluación de la eficiencia del
sistema consensual.

2. TEMAS PRELIMINARES
2.1. Sistema de transferencia de propiedad

Entendemos por sistema a la unión lógica y ordenada de principios y


reglas que tiene por finalidad permitir un eficiente traslado del derecho de
propiedad. Estos sistemas tienen tres objetivos primordiales:

a) El permitir una circulación ágil de bienes y servicios.


b) El reducir el número de adquisiciones a non domino.
c) El dar seguridad jurídica.

Ningún sistema en la realidad ha podido cumplir con los tres objetivos, lo


que trae como consecuencia que se privilegie uno de los objetivos. Así
tenemos sistemas que le confieren mayor valor a la circulación de bienes (en
la medida que permite generar riqueza), otros que consideran a la “seguridad
jurídica” como interés primordial del sistema y por tanto núcleo de confianza
y protección ante la amenaza de una nueva venta del mismo bien.

De lo antedicho debemos señalar que en el Perú la adquisición de


propiedad siempre ha estado supeditada a priorizar uno de los objetivos,
aunque durante largo tiempo se defendió el principio “nadie puede disponer
más allá de sus bienes”. El principio antes citado, en la actualidad se ve
debilitado por la proliferación cada vez mayor del principio de la buena fe,
que se sustenta en criterios de confianza y creencia. Por tanto, no importará
si el bien no es de la persona que lo tiene, sino que el adquirente haya
actuado de buena fe. De esta manera se persigue agilizar el tráfico de bienes
y de servicios dado que no se interrumpirá la cadena de transacciones.

2.2. Tipos de sistemas de transferencia de propiedad


Los sistemas de transferencia de propiedad existentes en la doctrina han
sido reunidos, clásicamente, en tres grandes sistemas: a) El sistema romano
de transferencia de propiedad o de la tradición; b) El sistema espiritualista o
francés; y,

c) El sistema alemán o del registro.

Esta clasificación ha sido replanteada en la actualidad en la medida que


no traslada con precisión todos los aspectos relacionados al momento en el
que opera la transferencia de propiedad de un bien determinado. Es así
como se postula la clasificación en dos grandes sistemas de transferencia de
propiedad: el sistema de la unidad del contrato y el sistema de la separación
del contrato.

El sistema de la unidad del contrato reconoce al acto jurídico consensual


como la única fuente generadora de efectos obligatorios y reales. Dentro del
presente sistema tenemos a los subsistemas siguientes: a) Sistema de la
causa única: que establece que el contrato es la fuente directa del efecto
traslaticio de la propiedad y por lo tanto no requiere de un modo o signo de
recognoscibilidad social que haga pública la adquisición de propiedad. De
este modo se entenderá al solo consentimiento contractual como la causa del
nacimiento del derecho de propiedad. Dentro del presente sistema
encontramos al sistema consensual o espiritualista. b) Sistema de la causa
doble: establece que el contrato no es suficiente para generar la transferencia
de propiedad y por lo tanto requiere de un signo o modo de recognoscibilidad
social cuya finalidad consista en publicitar la adquisición del derecho de
propiedad. Dentro del presente sistema tenemos al sistema de la
yuxtaposición del título y el modo, reconocido en nuestro sistema jurídico
para la transferencia de bienes muebles y el sistema del registro
constituyente no convalidante, en el que es necesario registrar la
transferencia para adquirir el derecho de propiedad. En este último
subsistema el registro no es convalidante puesto que de operar un defecto en
la validez del acto o contrato (causal) el acto del registro también resultaría
ineficaz estructural o inválido.

El sistema de separación de los contratos postula la existencia de dos


contratos o actos jurídicos, uno que produce los efectos obligatorios y otro
que genera la transferencia de propiedad. Así, a pesar que el acto jurídico
generador de efectos personales fuese inválido el acto del registro resultaría
plenamente eficaz estructural. Este sistema es conocido como el sistema de
transferencia de propiedad registral convalidante, dado que se produce una
suerte de “convalidación” del vicio causal al continuar el adquirente del bien
con el derecho de propiedad.

2.3. El sistema de transferencia de propiedad inmobiliario peruano

En el Perú existe una acalorada polémica en torno al momento de


adquisición del derecho de propiedad sobre los bienes inmuebles, en la
medida que no existe una adecuada coherencia normativa entre los artículos
949, 1402 y 1529 del Código Civil.

En el artículo 949 del Código Civil se establece que “la sola obligación de
enajenar hace propietario al acreedor del bien”. El presente supuesto
normativo ha generado una serie de polémicas en la doctrina, lo que ha
motivado que existan dos posiciones bien definidas, que se trasladan a la
judicatura nacional, una que reconoce, en el presente artículo, la existencia
de un sistema de transferencia de propiedad consensual y otra que considera
la presencia de un modo abstracto de adquisición de propiedad sustentado
en una atribución normativa.
Para identificar nuestra posición debemos efectuar una lectura sistémica
del presente precepto legal con los artículos 1402 y 1529 del Código Civil.
Estos dos artículos se encuentran en el Libro “Fuentes de las obligaciones” y
se refieren al derecho contractual. El primero de los mismos considera que el
objeto del contrato es “la obligación” y el segundo define a la compraventa
como un contrato en el “que el vendedor se compromete a transferir la
propiedad a otro, llamado comprador a cambio de un precio en dinero”.
Como apreciamos en ambos artículos se concluye que el contrato tiene como
efecto a la obligación y por lo tanto no se puede afirmar la existencia de “un
efecto real inmediato”. Dicha conclusión es cuestionada por algún sector de
la doctrina nacional en tanto consideran que la “obligación” no es la única
relación patrimonial dado que también la “relación jurídica real” al tener por
contenido “bienes” es posible concebirla como una de carácter “patrimonial”.
No obstante lo dicho, consideramos que en el Perú la compraventa tiene por
regla general ser un contrato de eficacia real diferida, pero que en el caso de
bienes inmuebles se convierte en una de eficacia real inmediata (por
especialidad), dado que no existe en el artículo 949 del Código Civil
“obligación alguna” como algún sector intenta defender, exorcizando a la
corriente “espiritualista” la que conciben “ineficiente”.

Lo concluido no puede negar la realidad: que en el país la oponibilidad del


derecho de propiedad se obtiene con el registro y por tanto el presente
derecho se convierte en absoluto. No significando ello que: la existencia de
un derecho de propiedad opera una vez que se efectúa la inscripción, dado
que dicho trámite es “potestativo”. Es nuestro parecer contradecir la
pertinencia del reconocimiento de un sistema de registro constitutivo
convalidante en el Perú en la medida que no existen los cimientos necesarios
para una adecuada aplicabilidad de tal sistema, mucho menos cuando no
existe un sistema catastral real y efectivo.
3. ESTUDIO DE LA JURISPRUDENCIA

3.1. Tema en discusión

En la presente jurisprudencia se discute respecto al derecho de propiedad


alegado por los demandantes terceristas, como sustento de la Tercería
excluyente de propiedad, que de acuerdo a la entidad recurrente, Bancosur
sucursal Juliaca, corresponde a un mismo predio.

Tal argumentación se dirige a desvirtuar la argumentación de los


demandantes, quienes alegan ser propietarios no de la unidad inmobiliaria
alegada por la entidad bancaria sino de un lote cada uno en el lugar en el
que dice existir sólo un inmueble. Así los terceristas sostienen que son
propietarios cada uno de un lote (doce guión E y guión H del Jirón Miranda
número quinientos cincuentiséis de la segunda y tercera etapa
respectivamente del Mercado Internacional anexo Santa Bárbara).

Ante los hechos expuestos podemos establecer que el punto materia de


discusión es afirmar si es que los terceristas son propietarios de los lotes
alegados, los que no se hallan registrados, por tanto la pregunta central que
será objeto de nuestro análisis será: ¿En qué momento uno es propietario de
un bien inmueble, cuando inscribe su transferencia o cuando adquiere el
predio en virtud de un contrato?

3.2. Análisis del tema en discusión


En el presente caso podemos apreciar que existe un problema de
disparidad entre lo que señala el registro y lo que se verifica en la realidad.
Por un lado, tal como lo señala la recurrente, el predio materia de litis está
inscrito como una unidad inmobiliaria y por tanto de titularidad de un
mismo propietario (salvo que se alegue copropiedad) y por otro lado las
señoras Cristina Vilavila Vilcapaza y Rosa Figueroa de Azaña indican que
son propietarias en el plano de realidad de los lotes doce guión E y uno guión
H del jirón Ignacio Miranda número quinientos cincuenta y seis de la
segunda y tercera etapa respectivamente del Mercado Internacional anexo
Santa Bárbara.

Es en este contexto que surge el primer punto de análisis: ¿En qué


momento un propietario puede disponer de un bien inmueble, con la
inscripción o una vez que lo adquiere en virtud del consenso? Ante tal
interrogante y tal como ha sido materia de estudio en los temas preliminares
del presente comentario, consideramos que el sujeto adquirente de un bien
puede hacer efectivo su derecho a disponer del predio desde el momento en
que lo adquiere por el solo consenso y no luego de operado el registro de
propiedad, en la medida que en el Perú el registro resulta facultativo.

Pero, es en este sentido que nos formulamos la siguiente pregunta:


¿Desde qué momento la independización de un predio produce plenos
efectos? Ante tal interrogante debemos señalar que en la medida que el
predio esté registrado como una unidad inmobiliaria (como es el caso en
cuestión) la separación e individualización de los lotes será eficaz frente a los
terceros luego de inscrita, es así que deberá efectuarse un trámite notarial y
registral previo para que se efectivice tal situación jurídica. Es importante
indicar que, no obstante el presente caso (que no alude a copropiedad ni a
sucesiones) quien tenga interés de independizar lotes en un mismo bien
deberá recurrir a la vía judicial o administrativa correspondiente. Por tanto,
en la presente resolución debió existir un pronunciamiento sobre la
separación de los lotes y su necesidad de figurar en el asiento registral
correspondiente.

Nos encontramos de acuerdo con el criterio expuesto en la resolución en


lo que se refiere al momento de adquisición del derecho real de propiedad,
pero consideramos que toda casación debe efectuar un análisis completo de
la situación planteada y construir un silogismo jurídico adecuado al caso. Es
por tal razón que no encontramos en la misma un vínculo lógico entre los
siguientes hechos:

a) La existencia de un registro único de los lotes objeto del proceso; y,


b) La propiedad de las demandantes de los lotes doce-E y 1-H el jirón
Ignacio Miranda número quinientos cincuentiséis no registrados.

Y la siguiente conclusión:
- La aplicación del artículo 949 del Código Civil y, por tanto, del
sistema consensual y subsidiaridad del registro.

Consideramos que para establecer si existe una adecuada aplicación del


Derecho o un error en el proceso, es importante efectuar una precisión de los
hechos de forma general para establecer los alcances de la interpretación
normativa y su consecuente traslado a la realidad. A nuestro entender quizá
un conector lógico en la resolución pudo ser:

Primero: Realizar una precisión de la realidad jurídica de los lotes,


mediante un estudio de la independización de los mismos (sin que medie un
pronunciamiento sobre el fondo, a no ser que se indique mediante una
interpretación jurídica que “si bien NO es necesario el registro para adquirir
propiedad, un predio registrado deberá ser objeto de división en el registro
correspondiente para su publicidad”) .

Segundo: Establecer el momento del nacimiento de los derechos de


propiedad de las demandantes (sin emitir decisión sobre el fondo).

Tercero: Precisar los alcances normativos del precepto legal del artículo
949 del Código Civil y establecer que en nuestro país existe un Sistema
Consensual.

Cuarto: Concluir que los demandantes son propietarios en virtud del solo
consenso y por lo tanto no requerían registrar SU ADQUISICIÓN (resaltamos
el hecho de la adquisición, dado que no debemos confundirlo con en el paso
previo de la INDEPENDIZACION exigida para la existencia jurídica de los
lotes).

4. CONCLUSIONES

a) El sistema de transferencia de propiedad, que un sistema jurídico


debe adoptar, debe tener presente cualquiera de los objetivos que se indican
en Doctrina: i) Maximizar la circulación de los bienes, o ii) Reducir las
adquisiciones a non domino, o finalmente, iii) Dar mayor seguridad jurídica.

b) El artículo 949 del Código Civil tiene problemas de adecuación


sistémica con los artículos 1351, 1402 y 1529 del Código Civil.

c) La sola obligación de enajenar que regula el artículo 949 del Código


Civil es un modo abstracto de propiedad, que resulta ficticio en la medida
que no existe modo alguno, dado que no se puede afirmar la existencia de
una obligación cuando ésta carece de uno de sus elementos principales como
es la prestación.

d) El artículo 949 del Código Civil por lo tanto recoge un sistema de


transferencia de propiedad consensual en el que no es necesario la existencia
de un modo de adquisición.

e) Para que la independización de bienes produzca efectos jurídicos


frente a terceros requiere de su inscripción en el asiento respectivo.

f) Para que el derecho real de propiedad sea oponible erga omnes es


necesario crear canales de opinibilidad adecuados, siendo el más eficiente el
Registro Público.

g) Para que opere en el Perú la adopción de un sistema de


transferencia de propiedad basado en un registro constitutivo es necesario
crear las bases catastrales correspondientes, las que aún no existen.

 El fallo que a continuación se transcribe asume que la inscripción


registral es un requisito para que opere la transferencia de la
propiedad, lo cual actuaría con excepción a la regla general del Código
Civil de que los bienes muebles se transfieren con la Tradición.

Cas. Nº 2731-2002

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante     :     Dionicio Walter Ángeles Rivera

Demandado     :     Laboratorios Roemmers S.A. y Hugo Henry Tenorio


Boero

Asunto     :     Indemnización de daños

Fecha     :     4 de junio de 2004 (El Peruano, 02/08/2004)

Para que sea pertinente el artículo 947 del Código Civil sobre la
transferencia de propiedad de bien mueble, y se tenga por perfeccionada
la transferencia conforme a él, es requisito previo la formalización del
respectivo contrato de transferencia vehicular y su inscripción en los
Registros Públicos para ser constitutivo de derecho.

CAS. Nº 2731-2002 LIMA.

     Lima, cuatro de junio del dos mil cuatro. LA SALA CIVIL PERMANENTE
DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa
con los acompañados en audiencia pública y producida la votación
correspondiente de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia: 1. MATERIA
DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación de fojas cuatrocientos doce,
interpuesta por Laboratorios Roemmers Sociedad Anónima contra la
sentencia de vista de fojas cuatrocientos tres, su fecha veinticuatro de abril
del dos mil dos, emitida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima que confirmando en un extremo y revocando en otro la
sentencia apelada de fojas trescientos quince, su fecha tres de julio del dos
mil uno, declara fundada en parte la demanda de indemnización y, en
consecuencia, ordena que la recurrente abone de manera solidaria con su
codemandado Hugo Henry Tenorio Boero, a favor del demandante, la suma
de treinticinco mil nuevos soles, más intereses legales, costas y costos. 2.
FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO PROCEDENTE EL
RECURSO: Por resolución del cinco de marzo del dos mil tres, esta Sala
Suprema ha declarado procedente dicho recurso por las causales previstas
en los incisos 1° y 2° de artículo 386 [1] del Código Procesal Civil, acusando: a)
La aplicación indebida de una norma de derecho material, como es el
artículo 181[2] del Decreto Legislativo 420; y, b) La inaplicación de una norma
de derecho material, concretamente del artículo 947 [3] del Código Civil. 3.
CONSIDERANDOS: Primero.- Que don Dionicio Walter Angeles Rivera por
escrito de fojas sesentisiete interpone demanda de indemnización por daños
y perjuicios persiguiendo el pago solidario de cien mil dólares americanos por
parte de los emplazados Hugo Henry Tenorio Boero y Laboratorios Roemmers
Sociedad Anónima; pretensión que tiene como basamento el perjuicio sufrido
como consecuencia del accidente acaecido el catorce de setiembre de mil
novecientos noventisiete (choque vehicular), el cual afirma tuvo como factor
predominante que el demandado Tenorio invadiera con el vehículo Daihatsu
Charade, año mil novecientos noventiuno, de placa LQ-ocho mil doscientos
noventiuno el carril en que circulaba su persona en el automóvil Toyota
Corona, año mil novecientos ochentiséis, de placa AF - siete mil
ochenticinco; constituyendo factores por los que emplaza a la empresa de
Laboratorios al ser empleadora del señor Tenorio y propietaria del vehículo
causante del siniestro. Segundo.- Que Laboratorios Roemmers Sociedad
Anónima ha negado su responsabilidad afirmando no ser empleadora de su
codemandado ni propietaria del vehículo Daihatsu a la fecha del accidente,
pues el señor Tenorio laboró como trabajador médico para su empresa del
trece de marzo de mil novecientos ochentiséis al doce de julio de mil
novecientos noventiséis, mientras que el vehículo le fue transferido el trece
de febrero de mil novecientos noventisiete como lo señalara el propio
codemandado en el atestado policial, extendiéndose por tal negocio una
boleta de venta y suscribiéndose el contrato de transferencia con firmas
legalizadas el veintitrés de abril de mil novecientos noventisiete,
acompañando para acreditar la venta la copia de la boleta de fojas ciento
cinco, la copia del contrato de compraventa de fojas ciento cincuentisiete,
copia del atestado policial y la declaración que debía prestar el
codemandado. Tercero.- Que la demandante ha formulado tachas contra los
documentos ofrecidos por Laboratorios Roemmers de fojas ciento cinco y
ciento cincuentisiete (consistentes en las copias de la boleta de venta y del
contrato de compraventa) tacha que fue absuelta a fojas doscientos
treinticinco y que fue resuelta por el a quo al momento de expedir la
sentencia de fojas trescientos quince sin que tal extremo fuera impugnado
por lo que se encuentra firme; mientras que las exhibiciones a practicar por
el codemandado Tenorio no se efectuaron y la declaración de parte de este
fue rechazada en la audiencia de fojas doscientos sesentitrés. Cuarto.- Que
al sentenciar la causa el a quo amparó la demanda esbozando en primer
lugar, que efectivamente la empresa accionada ya no era empleadora del
demandado Tenorio, pero que sin embargo aparecía como propietaria en los
Registros Públicos por lo que se la consideraba como tal en virtud de la
presunción registral[4], mientras que los documentos de fojas ciento cinco y
ciento cincuentisiete no le causaban convicción y las tachas contra ellos
resultaban amparables; anotando respecto al accidente que del atestado
policial fluía como factor predominante la invasión efectuada por el señor
Tenorio del carril del sentido contrario en el cual venía conduciendo la
unidad del accionante, quien además se encontraba en estado etílico,
aplicando el artículo 1970 [5] del Código Civil, para determinar la
responsabilidad objetiva del emplazado Tenorio y el artículo 181 del Decreto
Legislativo 420 para concluir la responsabilidad solidaria del Laboratorio
recurrente como propietario del vehículo instrumento del accidente. Quinto.-
Que la sentencia fue apelada válidamente solo por Laboratorios Roemmers y
por el actor Dionicio Ángeles Rivera, sin embargo se advierte que la primera
no impugnó el extremo que ampara las tachas, sustentando su apelación en
que el bien fue vendido conforme a la boleta y contrato de compraventa (cuya
tacha fue amparada) y que el único responsable es su codemandado Hugo
Tenorio Boero. Sexto.- Que la Sala Superior por sentencia de fojas
cuatrocientos tres ha confirmado en un extremo y revocado en otro la
apelada para declarar fundada la demanda ordenando el pago de treinticinco
mil nuevos soles, reiterando la responsabilidad del señor Tenorio por el
riesgo que produjo por el uso indebido del vehículo de placa LQ-ocho mil
doscientos noventiuno conforme al artículo 1970 del Código Civil, tema este
zanjado al no estar cuestionado en casación, ya que solo se cuestiona la
responsabilidad solidaria que alcanzaría a la codemandada. Sétimo.- Que
así analizados los autos debemos señalar que es argumento del recurso de
casación, la aplicación indebida del artículo 181 del Decreto Legislativo 420,
conforme al cual el propietario del vehículo asumirá solidariamente la
responsabilidad civil, por sostener Laboratorios Roemmers que a la fecha del
accidente no era propietaria del vehículo que lo causó, por lo que entiende se
encuentra exenta de responsabilidad. Octavo.- Que la causal de aplicación
indebida de una norma de derecho material se configura cuando los
juzgadores para solventar su decisión aplican una norma que no se ajusta al
supuesto de hecho determinado en autos, cosa que no ocurre con el cargo
formulado toda vez que las instancias merituando la prueba conforme les
compete y de acuerdo al artículo 197 del Código Procesal Civil [6] han
señalado que el propietario del vehículo es Laboratorios Roemmers,
determinación a la que arriban por ser tal empresa la que aparece como
titular en los Registros Públicos y al no causarles convicción la copia del
contrato de compraventa de fojas ciento cincuentisiete ni la boleta de fojas
ciento cinco, documentos que además han sido objeto de cuestión probatoria
acogida. Noveno.- Que se ha denunciado también la inaplicación del artículo
947 del Código Civil, en virtud de la cual la transferencia de la propiedad de
una cosa mueble se efectúa con la tradición a su acreedor salvo disposición
legal diferente; debiendo acotarse al respecto que el cargo de inaplicación se
presenta cuando el juzgador omite aplicar la norma pertinente a la relación
de facto establecida; sin embargo, al igual que en el cargo de aplicación
indebida la propuesta efectuada no se ajusta a los hechos establecidos por
las instancias de mérito, que apreciando la prueba en forma conjunta y
razonada de acuerdo al artículo 197 del Código Formal, concluyen que la
propiedad del vehículo le corresponde a los Laboratorios Roemmers, sin que
se encuentre demostrada a su entender la tal reiterada transferencia en que
basan su exención de responsabilidad; resultando que, para que sea
pertinente el artículo 947 del Código Civil y se tenga por perfeccionada la
transferencia conforme a él, es requisito previo la formalización del
respectivo contrato de transferencia vehicular y su inscripción en los
Registros Públicos para ser constitutivo de derecho, supuesto que una vez
más se anota no resulta de las resoluciones que se impugnan. 4. DECISIÓN:
Por tales consideraciones, de conformidad con el artículo 397 [7] del Código
Procesal Civil: a) Declararon INFUNDADO el recurso de casación de fojas
cuatrocientos doce, interpuesto por Laboratorios Roemmers Sociedad
Anónima; en consecuencia, NO CASAR la sentencia de vista de fojas
cuatrocientos tres, su fecha veinticuatro de abril del dos mil dos, emitida por
la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima. b)
CONDENARON a la entidad recurrente a la multa de una Unidad de
Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos originados en la
tramitación del recurso. c) DISPUSIERON la publicación de esta resolución
en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por don
Dionicio Walter Angeles Rivera sobre indemnización por daños y perjuicios;
y, los devolvieron.

SS. ALFARO ÁLVAREZ, CARRIÓN LUGO, AGUAYO DEL ROSARIO, PACHAS


ÁVALOS, BALCÁZAR ZELADA.

CAS. Nº 2731-2002 LIMA,

Demandante: Dionisio Walter Ángel Rivera


Demandados: Hugo Henry Tenorio y laboratorios Roemmers S.A.
Pretensión : indemnización por daños y perjuicios persiguiendo el pago
solidario de cien mil dólares americanos.

La pretensión tiene como base el perjuicio sufrido como consecuencia de


accidente de transito acaecido el 14 de septiembre de 1997.(choque
vehicular)

PRIMERO.- El Demandado Tenorio invadió con el auto el carril en que


circulaba el auto del Demandante. Factores por los que emplaza a la
empresa de laboratorios, al ser empleadora del señor Tenorio y propietaria
del vehículo causante del siniestro.

SEGUNDO.- segundo que laboratorios Roemmmers S.A. ha negado su


responsabilidad afirmando no ser empleadora de su codemandado ni
propietaria del vehículo. Mientras que el vehículo le fué trasferido al
Codemandado SR. Tenorio, extendiéndose por dicho negocio una Boleta de
Venta y suscribiéndose el contrato de transferencia con firmas legalizadas.

TERCERO.- Que la Demandante ha formulado tachas contra los


documentos presentados por Roemmmers S.A. ( boleta de Venta y contrato
de Compra Venta.

1ra INSTANCIA.- El A quo amparó la Demanda esbozando que efectivamente


que la empresa ya no era Empleadora del demandado Tenorio, PERO QUE
SIN EMBARGO APARECIA COMO PROPIETARIA EN LOS REGISTROS
PÚBLICOS por lo que se le consideraba como tal en virtud del la presunción
Registral, mientras los documentos presentados por la empresa no le
causaba convicción y las tachas resultaban amparables.
2da INSATANCIA.- que la sentencia fue apelada validamente por la empresa
ROEMMERS. Y sustenta su Apelación en que el bien fue vendido conforme a
la boleta de venta y el contrato de compra y venta ( cuyas tachas fueron
amparadas ) y que el único responsable es su codemandado.

La Sala Superior por sentencia ha confirmado en un extremo y


revocado en otro la apelada para declarar fundada la Demanda ordenando el
pago de treinta y cinco mil nuevos soles. Reiterando la responsabilidad del
señor Tenorio, tema este zanjado al no estar cuestionado en Casación, ya
que solo se cuestiona LA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA QUE
ALACANZARÍA A LA CODEMANDADA.

MATERIA DEL RECURSO:


Recurso de casación . Contra la sentencia de vista, emitida por
segunda Sala Civil de la Corte Superior de justicia de Lima.
Fundamentos por el cuales se ha declarado procedente el recurso.

 La aplicación indebida de una norma de Derecho material. Como es el


art. 181 del D. Leg. 420 ( ahora derogado por el art. 2 del D.S. 033-
2001-MTC, norma que en su art. 1 aprobó el Reglamento Nacional de
Transito).- Sostienen que el dueño del auto es la empresa pues en
merito que su nombre figura en los Registros Públicos

 Inaplicación de una norma de derecho material, concretamente el art.


947 del CÓDIGO CIVIL.- En virtud de la cual la transferencia del la
propiedad de una cosa muebles se efectúa con la tradición a su
acreedor salvo disposición legal diferente.
La sala suprema esta de acuerdo con las instancias anteriores que
indican como propietario a LAB. Roemmers S.A. y asume que la inscripción
Registral es REQUSITO para que opere la transferencia de la propiedad de
un vehículo.
CAS Nº 3805-2006
LIMA

Demandante: María Esperanza Rivas Fort


Demandado: Banco de Crédito del Perú y otros (Recurrente)
Materia: Tercería de Propiedad
1º INSTANCIA: Declararon FUNDADA la demanda.
2º INSTANCIA: CONFIRMARON

PLANTEAMIENTO DEL CASO

 La actora pretende vía tercería de propiedad que se levante la


medida de embargo en forma de inscripción que pesa sobre el
vehículo.

 Mediante resolución de fecha 11 de enero del 2001, se dictó la


medida cautelar de embargo en forma de inscripción sobre el
vehículo, habiendo sido inscrito dicho embargo en el Registro
Vehicular con fecha 05 de junio del 2001.

 La actora adquirió el vehículo mediante documento denominado


“Contrato de Compra-Venta” de fecha cierta 15 de junio de
1999, con la respectiva legalización de firmas ante Notario Público.

ANÁLISIS DE LA SENTENCIA

1. Que la tercería de propiedad es una acción que corresponde al


propietario que resulta afectado por una medida cautelar o de
ejecución dictada para hacer efectiva una obligación ajena, y tiene
como finalidad la desafectación del bien.

2. Que, existe una controversia entre el derecho real constituido por


el derecho de propiedad a favor de la parte demandante y el
derecho personal del Banco demandado constituido por la medida
cautelar en forma de inscripción.

3. Que la transferencia de propiedad de una cosa mueble


determinada, se efectúa con la tradición a su acreedor y se acredita
el perfeccionamiento del acto traslativo de dominio mediante
documento privado, el que produce eficacia jurídica desde la
presentación del mismo ante el notario público para que certifique
la fecha o legalice las firmas.

4. Que, para adquirir la propiedad de un bien mueble no es necesario


que el título que la contiene se inscriba en el Registro respectivo,
por cuanto la inscripción registral en nuestro sistema es
declarativa y no es constitutiva de derechos.

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