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LA PRUEBA DEL DOLO

Para abordar el tema de cómo se puede probar una conducta dolosa como
primero, es necesario desglosar estas palabras y como segundo es necesario
abarcar la clasificación del dolo.

Según la RAE la conducta es la manera con que las personas se comportan en


sus vidas y acciones y en el derecho penal es el comportamiento humano
voluntario encaminado hacia un propósito, siendo así la conducta el primer
elemento básico del delito. Y en la ley 599 de 2000, en el artículo 22, se establece
que es dolo cuando se comete conducta conociendo las consecuencias dañinas
que dicha conducta puede generar, también se considera como dolo aquellas
conductas cuyos resultados son pronosticados como probables y aquellas cuyos
resultados son dejados al azar.

Ahora bien el dolo hace parte de los elementos de la tipicidad subjetiva en la cual
el sujeto activo conoce los hechos, las consecuencias que estos pueden desplegar
y aun así decide actuar; existen tres tipos de dolo, dolo directo, dolo indirecto y
dolo eventual, definiéndose a cada uno así:

1. Dolo directo o en primer grado: es cuando el sujeto persigue de manera


determina las consecuencias dañinas de su conducta. Ejemplo: A quiere
lesionar de gravedad a B, por lo tanto A le proporciona una golpiza a B que lo
deja en estado de invalidez.
2. Dolo indirecto o en segundo grado: es cuando el sujeto en su afán de
perseguir su objetivo asume y conoce los efectos secundarios de su
conducta dolosa. Ejemplo: A quiere cometer homicidio contra B y por eso
decide incendiar el hogar de B, en el día planificado A es consciente de que
B se encuentra en su hogar con su conyugue e hijos, más sin embargo A
decide llevar su conducta a cabo.
3. Dolo eventual: es cuando el sujeto no tiene la intención de provocar un
resultado pero aun así sigue actuando para alcanzar el fin perseguido.
Ejemplo: A decide disparar a B en una zona publica para asesinarlo dejando
liberada a la suerte la lesión de un peatonal ocasional.

Para este punto ya debemos precisar que el dolo es un elemento psíquico, que se
encuentra en el interior el sujeto y de este depende su realización. Ahora bien,
uno de los principios básicos en materia penal es el de culpabilidad, este
determina que el comportamiento que es evitable merece ser castigado como
delito, por lo tanto el dolo es un criterio cuantitativo esencial cuando se busca
determinar cuál es el grado de responsabilidad del procesado y la prueba de este
consiste en la prueba de que el sujeto era consciente de que su conducta era
típica.
Pero, ¿Cómo se puede probar que el sujeto en su interior tenía la intención de
cometer la conducta punible? Debido a que de los pensamientos internos tan solo
se pueden conocer los que se llevan a cabo realizar una prueba al fuero interno es
un arduo trabajo debido a que no existen medios por los cuales se pueda acreditar
convincentemente el interior en el cual se quiso realizar el delito. El autor español
Ramón Ragúes I Valles en su obra, El dolo y su prueba en el proceso penal
caracterizan los medios para la averiguación de este fuero interno, son:

Las ciencias empíricas que son aquellas ciencias de la psiquiatría y psicología


que hacen un análisis empírico del fuero interno o psicológico de las personas, el
resultado de esta debe ser un resultado exacto relacionando su el análisis del
estudio de la conducta del sujeto con los hechos.

Como segunda característica se tiene la confesión del acusado, que es cuando


el sujeto admite la realización del delito.

Y por último tenemos las pruebas de indicios, que son señales o circunstancias
que permiten deducir la realización de una acción de la que no se tiene
conocimiento directo. En materia penal los indicios son la prueba más importante
dentro del proceso.

Así las cosas para probar el dolo recurrimos a la prueba directa que son las
ciencias empíricas y la confesión del acusado, y cuando esta no es suficiente se
recurre a la prueba indirecta que son los indicios, dentro de los indicios por
ejemplo se pueden encontrar las relaciones que tenga el autor con la víctima, la
personalidad del agresor, insistencia y reiteración de los actos del autor, conducta
posterior del autor y entre otros. Pero ¿Por qué los indicios juegan un papel tan
importante al momento de probar el dolo? Bueno esto debe a que de esta manera
se pueden acreditar hechos internos de mucha importancia, como los hechos
anteriores a la representación mental que si llegan a ser probados durante el
proceso se puede dar por entendido que el sujeto activo era consciente del
contenido típico de la acción.

La Corte Suprema de Justicia se ha manifestado múltiples veces sobre esto, como


por ejemplo en su Sentencia de 26 de octubre de 2000, radicado 15610 Sala de
Casación Penal reconoció la calidad de prueba de los indicios como un medio de
prueba crítico, lógico e indirecto, que estructura el juzgado para buscar la
existencia de otro hecho factico que pueda servir en el proceso para aclarar de
modo más o menor probable, la realidad de lo acontecido. La función los indicios
para probar el dolo es suministrarle al juez hechos ciertos, para que él pueda
inferir indirectamente y mediante razonamientos críticos lógicos si existía la
voluntad por parte del agente de cometer el delito.
Pero probar el dolo es un procedimiento complejo porque se trata de probar
pensamientos internos, por lo tanto no bastaría solo con probar si se conoce y se
quiere cometer el delito, también se debe probar el estado mental del sujeto al
momento de actuar, y los movimientos corporales que llevo a cabo. Pero con lo
que he tratado de plantear aquí se hace evidente que los indicios como medios
para probar la existencia del dolo aportan evidencias que permiten demostrar
cómo se desarrolló el hecho indicador, las acciones anteriores y posteriores del
indiciado, a fin de demostrar que si en la conducta realizada existió o no los
elementos esenciales del dolo, que son: una comprensión del hecho y voluntad
para realizarlo.

Bibliografía

 Dolo: concepto explicado, tipos de dolo y diferencia con culpa.


https://www.conceptosjuridicos.com/co/dolo/
 José Castañón. Problemas metodológicos en la prueba del dolo.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3823125
 Ramón Ragúes I Valles en su obra, El dolo y su prueba en el proceso penal
pág. 213
 Sentencia de 26 de octubre de 2000, radicado 15.610.

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