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1.

LA GESTIÓN EDUCATIVA ESTRATÉGICA


1.1. La UNESCO: pilares de la educación y
principios de la calidad educativa
Los pilares de la educación son, desde mediados de los
noventa, el nuevo paradigma en que se basa la UNESCO
para promover y garantizar una enseñanza de calidad
alrededor del mundo.

Los pilares de la educación fueron desarrollados por quien


en su momento fue presidente de la Comisión Europea,
Jaques Delors, en su famoso ensayo “La educación encierra
un tesoro”, publicado en 1996. A partir de entonces se les conoce como los cuatro pilares de la
educación de la UNESCO. Posteriormente, se agregó un quinto pilar para el desarrollo sostenible,
del que hablaremos más adelante.

A pesar de tener casi tres décadas de antigüedad, estos pilares siguen estando vigentes, pues
apuntan claramente a la construcción de competencias para la vida en un contexto social,
económico y cultural vertiginosamente cambiante y caracterizado por las nuevas tecnologías y la
amplia disponibilidad de la información.

Pilar #1: Aprender a conocer (o aprender a aprender)


Aprender a conocer es el primer y más importante pilar de la educación. Marca la transición a una
época en la que ya no se busca dotar al alumno de un determinado set de conocimientos con los
que tendrá que apañárselas el resto de su vida, sino darle las herramientas necesarias para
aprovechar las oportunidades de aprender a lo largo de todo su ciclo vital.

Entre otras cosas, saber aprender permite:

 Ser protagonistas de nuestro propio aprendizaje y tomar conciencia de los procesos que lo
acompañan.
 Obtener una comprensión global y creciente del mundo que habitamos.
 Entender la relevancia práctica y social del aprendizaje.
 Razonar y tomar decisiones con autonomía.
 Fortalecer el sentido crítico.
 Despertar el amor por el aprendizaje y la curiosidad intelectual.
 Ejercitar procesos cognitivos generales como la atención, la memoria y el pensamiento
abstracto.

Por poner un ejemplo, mientras que en la educación tradicional el énfasis se ponía en “aprender a
leer y escribir”, hoy se pone en “aprender a comunicarnos adecuadamente en distintos tipos de
situaciones, que en muchos casos son imprevistas o desconocidas”.

Aprender a conocer es un pilar que interpreta todo de lo que no se tiene conocimiento como la
mejor oportunidad para seguir desarrollándose, pero enfrentarse a lo desconocido también puede
generar incertidumbre y resistencias. La dimensión cognitiva de este pilar debe ir de la mano con
la dimensión emocional, fortaleciendo elementos como la autoconfianza, la autonomía y la
flexibilidad, entre muchos otros.

Pilar # 2: Aprender a hacer


Como su nombre nos permite deducir, aprender a hacer tiene que ver con transformar el
conocimiento en acciones, destrezas o habilidades prácticas.

No solo se trata de la capacidad de aplicar en el mundo real lo que hemos aprendido de la teoría,
también implica una actitud positiva ante los retos y una búsqueda constante de formas más
eficientes y novedosas de hacer las cosas, encontrar soluciones o resolver conflictos.

Aprender a hacer también significa adaptar el aprendizaje a las demandas de la realidad, en este
caso, orientarlo hacia la empleabilidad en el mercado laboral actual, pero también a los retos
sociales más importantes de nuestra comunidad.

En pocas palabras, aprender a hacer tiene que ver con un constante esfuerzo de responder a la
pregunta: ¿cómo esto que estoy aprendiendo puede ayudarme a mí y a mi comunidad a tener
mayor bienestar?

Pilar #3: Aprender a vivir juntos


Convivir en armonía con los demás se ha vuelto más importante que nunca ahora que la
globalización nos lleva a integrarnos con personas de distintas nacionalidades, culturas y formas
de pensar.

Incluso dentro de nuestra misma comunidad puede haber diferencias sociales que es necesario
zanjar y abordar con proyectos colaborativos que busquen el bienestar común y dejen patente
que lo que nos une es mucho más que lo que nos separa.

En este tenor, el pilar de aprender a vivir con los demás apuesta por una enseñanza permeada por
el trabajo en equipo, el civismo, la participación y, sobre todo, la empatía.

Pilar # 4: Aprender a ser


Este pilar busca el desarrollo holístico de la persona, no solo a nivel intelectual o cognitivo,
también en su dimensión social, física, cultural, espiritual y artística.

Aprender a ser significa que sabemos cómo cultivar de manera permanente nuestra mente,
nuestro cuerpo, nuestro sentido estético y nuestra personalidad de acuerdo con nuestros valores
e intereses.

Pilar #5: Aprender a transformarse


Este pilar se agregó de manera complementaria en años recientes, como resultado de la necesidad
de integrar el pensamiento prospectivo e interdisciplinario en la educación para el desarrollo
sostenible y la creación de estilos de vida responsables.
Aprender a transformarnos significa que somos capaces de entender y movilizar los cambios
individuales y colectivos que se necesitan para avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa, y
sobre todo para hacer uso racional de recursos naturales que son limitados, comenzando con
acciones en nuestra propia comunidad.

1.2. Los desafíos del presente que construyen futuro


1.3. ¿Qué es la gestión educativa?
La gestión educativa, o gestión escolar, busca
fortalecer el desempeño de las escuelas a través de
diversas técnicas, instrumentos y conocimientos para
consolidar un buen desarrollo académico del
estudiantado.

Garantizar que los alumnos alcancen niveles óptimos


de educación en las escuelas no es una tarea sencilla.
Uno de los mayores retos de cualquier institución de
este tipo es lograr una buena gestión educativa o
gestión escolar, dando un espacio y valor a cada
individuo o grupo en la toma de decisiones.

Las nuevas tendencias muestran que es necesario abandonar el sistema tradicional de educación y
plantearse un sistema basado en lo multidisciplinar con el que generar la sinergia necesaria para
crear estudiantes con visión reflexiva, global y capacidad de asumir los retos sociológicos de la
sociedad del conocimiento.

Desde hace unos años, el propio Ministerio de Educación de Ecuador ha implementado el


denominado Nuevo Modelo de Gestión, encaminado al mejoramiento de las escuelas y al
desarrollo profesional de sus servidores. Asimismo, esta estrategia busca renovar procesos y
automatizar procedimientos para mejorar la atención al público.

Ante estos cambios es necesario una gestión educativa capaz de encabezar una nueva visión que
acerque al país a un sistema más inclusivo, de mejor calidad y más participativo.

¿Qué es exactamente la gestión educativa?

Básicamente, la gestión educativa busca aplicar los principios generales de la gestión presentes en
la teoría de la administración, al campo específico de la educación.

Esta disciplina pretende fortalecer el desempeño de los planteles e instituciones educativas


mediante la aplicación de diversas técnicas, instrumentos y conocimientos. En ella convergen cada
uno de los elementos que componen la realidad de las instituciones educativas (alumnos,
profesores y la comunidad), para intercambiar información, retroalimentarse y superar
impedimentos como la deserción escolar o el bajo rendimiento de los estudiantes.
La gestión escolar intenta ver la formación como un todo organizado y sistémico e incluye
cualquier acción, herramienta o proyecto desarrollado para el mejor funcionamiento de los
planteles.

La importancia de la gestión escolar

La gestión educativa es clave para llevar a cabo acciones acertadas y consolidar un buen desarrollo
académico en los estudiantes. Por medio de ella, las instituciones pueden diseñar nuevas políticas
y proyectos de desarrollo que les permitan garantizar una educación de calidad, más humana,
participativa e institucional, en vez de enfocarse únicamente en el aspecto mercantil y comercial.

Este tipo de gestión da un enfoque estratégico a la forma en la que se maneja el colegio. La


participación específica de cada área de la escuela en cualquier tipo de proyecto, permitirá
desarrollar planes más realistas, viables y que integren la visión de todos los sectores implicados.

Además, aporta diferentes beneficios:

Mejor convivencia.

 Más participación.
 Toma de decisiones adecuadas y ajustadas al contexto.
 Manejo óptimo de los recursos.
 Escuelas más inclusivas.
 Planificación y previsión.

La gestión educativa comprende usualmente la siguiente clasificación:

Directiva

Dedicada a orientar y promover la mejora de la escuela, coordina las necesidades de la institución


para integrar una cultura formativa propia en el marco de la política educativa vigente. Es la
encargada de ejercer el liderazgo y control administrativo del plantel, a la vez que actualiza y
revisa las dinámicas recreativas, sociales y psicológicas que acompañan al acto educativo.

Pedagógica

Está considerada como el eje central del proceso formativo de los estudiantes, por lo que se
enfoca en cómo estos aprenden. Implica desarrollar, actualizar y repensar la oferta curricular,
tomando en cuenta los conocimientos de los docentes especializados, las sugerencias del
profesorado en general y los acuerdos con los demás miembros de la comunidad escolar,
particularmente en lo que concierne a las formas de evaluación.

Gestión financiera y administrativa

Enfocada en asegurar la supervivencia a largo plazo de la estructura general del centro escolar,
gestionando de la mejor manera posible sus recursos humanos y materiales.

También incluye lo concerniente a los sistemas de registro e información del alumnado y la


prestación de servicios complementarios.

Gestión de la comunidad
Referida al lado social de la educación. Implica la promoción de la participación ciudadana, los
planes de intercambio, los programas de estímulo al investigador, el fomento del crecimiento
profesional y otros aspectos de la comunidad educativa.

Ocho objetivos de la gestión escolar


 La gestión educativa o escolar tiene diferentes propósitos, entre ellos:
 Promover el derecho a una educación de calidad y un aprendizaje significativo.
 Aumentar el financiamiento de la educación en las escuelas.
 Garantizar las condiciones necesarias para el manejo de los planteles.
 Mejorar los diferentes procesos de enseñanza-aprendizaje.
 Promover una educación más inclusiva.
 Asegurar la participación activa y responsable de los agentes de la educación.
 Vigilar el respeto y cumplimiento de los acuerdos tomados por parte de la comunidad
escolar.
 Evaluar los procesos y resultados de las acciones emprendidas a favor de la institución.

Como se puede ver, incluir la gestión escolar en los planteles ecuatorianos es fundamental para
garantizar que los alumnos tengan más y mejores oportunidades educativas. Estas les permitirán
desarrollar el pensamiento crítico que se requiere para salir adelante en el mundo globalizado y
destacar en el mercado laboral.

Los directivos de los planteles deben de ser los encargados de implementar en las escuelas – ya
sean públicas o privadas– los modelos más adecuados de gestión. Para ello es recomendable que
estudien una Maestría en Liderazgo y Dirección de Centros Educativos como la que ofrece UNIR
Ecuador, que les proporcionará los conocimientos necesarios en la materia.

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