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JENNA JACOB
ISABELLA LAPEARL
EL Borde
DE LA
Dominación
(The Edge of Dominance)
EL Borde DE LA Dominación
STAFF
*
Traducción
*
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EL Borde DE LA Dominación
ARGUMENTO
*
Ahora que Macen Hammerman, llamado "Hammer", comparte el vínculo
que tanto anhelaba con Raine Kendall y su mejor amigo, Liam O'Neill,
debería estar esperando un futuro brillante. Pero los traumas recientes han
desenterrado aquellos demonios que Hammer creyó enterrados durante mucho
tiempo. Ahora debe enfrentarlos mientras Raine lucha para olvidar su pasado
y Liam lucha por mantener intacta a su nueva familia.
Cuando surge una figura sombría dispuesta a destruir su felicidad,
Macen, decidido a corregir errores antiguos, pone en marcha un plan que
amenaza con desgarrar al trío para siempre.
Con las emociones en alto y las fuerzas montadas contra ellos, ¿podrán
luchar contra sus enemigos y enterrar a sus fantasmas para que puedan vivir
felices para siempre?
Portada Original
*
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EL Borde DE LA Dominación
CAPÍTULO 1
*
Viernes, 8 de febrero
El ‘Shadows’ está poseído
*
Macen Hammerman (llamado ‘Hammer’) estaba de pie con la espalda
contra la pared en el calabozo del ‘Shadows’, su Club de BDSM, viendo cómo
se desarrollaban escenas a su alrededor. El olor del cuero llenaba su cabeza.
Un látigo chasqueó. Una sumisa que apenas conocía dejó salir un gemido
femenino. Cuerpos entrelazados. La constante y erótica fluctuación de placer
que lo rodeaba noche tras noche le hicieron sentir hambre de la única mujer
que había ansiado.
Raine Kendall.
En la esquina, un Dominante azotaba a su sumisa. Hammer apretó los
puños. Había pasado tanto desde que dejó el ardor de su mano contra el
trasero suculento y apretado de Raine, desde que la oyó gritar. Pero después
del trauma que ella sufrió el pasado diciembre, sus necesidades de Dominante
se propagaron como un incendio demasiado caliente por ella. Si los desataba,
la rompería. Era mucho mejor para Raine si se mantenía alejado.
El teléfono zumbó en su bolsillo. Sacó el aparato y vió la pantalla. Su
mejor amigo y el hombre con quien compartía su mujer, Liam O’Neill, le
había enviado un video. Al abrir el videoclip, Raine aparecía con las piernas
abiertas. Él reconocería ese cuerpo en cualquier lugar. Una seda rosada como
un pétalo se aferraba a sus caderas, enmarcando el encaje negro transparente
que le besaba el sexo… donde Liam convenientemente había fijado el lente.
Ella arrastraba los dedos sobre la tela húmeda y apretada, pausando para
acariciar su clítoris con un audible jadeo.
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*
[Sí. Hasta las bolas. Cada puta noche. Sin embargo estoy siempre
trabajando mientras Liam se alimenta de Raine.] 2 se dijo a sí mismo.
Porque su mejor amigo era mejor equilibrando sus necesidades de
Dominante con sus necesidades sexuales.
Maldita sea, cada vez que Hammer cerraba los ojos, el recuerdo de Raine
de rodillas, mirándolo con sus ojos azules llenos de anhelo, lo tentaba. El
agarre fantasma de su coño apretándolo. Diablos, casi podía sentirla en la
lengua en este momento. Más sangre se acumuló abajo. Pasó de estar apenas
duro a lo suficientemente acerado para clavar chinchetas.
Hammer echó el teléfono en su bolsillo con un gruñido. El agobio en su
polla no se iba a bajar solo. Jamás lo hacía. Lo había aprendido de la peor
manera.
Conteniendo una maldición, se fue a su puta oficina. De nuevo.
Al girar la esquina, se encontró con Pike, uno de sus monitores de
calabozo.
“Carl viene a quejarse contigo. La misma mierda. Solo te advierto.”
“No tengo tiempo. Encárgate.”
“Insiste en hablar contigo.”
“Entonces échalo a la puta calle.” gritó Hammer sobre su hombro.
“¿Por esta noche?”
“Por toda la puta vida. Me importa una mierda.”
Macen solo quería cinco malditos minutos a solas. Apenas había
terminado de pensarlo cuando Carl... un Dominante egomaníaco... se le acercó
con cara de disgusto.
2 Pensamiento, no expresado en voz alta. Se destacan en negrita y cursiva durante todo el texto, situado
entre corchetes.
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¡Joder!, ¿qué no daría por hundir su lengua bajo ese velo de encaje, lamer
su crema agridulce, y follarla con la boca hasta que gritara su nombre?
Batiendo el pulgar sobre la pantalla una y otra vez, Hammer miraba el
sufrimiento auto-inducido de Raine en un ciclo sin fin. Los recuerdos de la
primera vez que se hundió en el perverso calor de su boca... en esta misma
cama... lo asaltaron. Él también rompió su propia regla de no hundir su gran
cresta en la estrecha hendidura de ella.
La devastadora fricción había desmarañado cada una de sus buenas
intenciones. La había follado fuerte. Su polla se puso más gruesa, su piel se
estiró de modo imposible, mientras aceleraba su puño y se maltrató con golpes
inflexibles. Un cosquilleo familiar se desató por su columna.
“¡Joder, sí!”
Hammer bajó su puño hasta la empuñadura, ansiando sentir a Raine
deshacerse. Cuando ella se corría, su acogedor coño lo ordeñaba como si
buscara expulsarlo. Pero él siempre hallaba su camino de regreso, tomándola
de nuevo, abriéndose paso a través de su carne palpitante hasta que le clavaba
las uñas y gritaba.
Se tocó más fuerte. Sus bolas se apretaron. Su pulso tronó en sus oídos.
Con un grito, estalló en su mano, su semilla salpicando, su cuerpo zumbando.
Mientras yacía ahí, mirando al techo, jadeando y sudando, apagó el
móvil. Esta mierda sería mucho mejor si Raine realmente estuviera con él.
Esposada. Rogando. Y Liam cerniéndose detrás de ella, apretándole el trasero
mientras Hammer le llenaba el coño y…
“¡Joder!”
Salió de la cama y se quitó el pantalón. Si no dejaba de pensar en Raine y
sexo en la misma oración, no saldría de la oficina por el resto de la noche.
Debería saberlo. Se había estado masturbando allí durante semanas.
Cada noche, iba a casa totalmente desesperado por reclamarla. Por
hacerla desnudarse. Por atarla a su cama. Por meterse en su cabeza y, junto
con Liam, dominar su cuerpo.
Pero hace dos meses, Hammer había encontrado la puerta del coche de
ella abierta en su estacionamiento vacío a las cuatro y treinta de la mañana, el
contenido de su bolso esparcido en el suelo y Raine desaparecida. Eso le
sacudió hasta el alma.
Liam y él buscaron frenéticamente para detener a su atacante antes de
que el bastardo violara y asesinara a la única mujer que lo completaba.
Milagrosamente, la encontraron en una sucia bodega cercana.
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“¡Oh!, lastimas mis pequeños sentimientos.” se rió Beck. “En serio, toda
esta mala actitud va a arruinar tu reputación de Dominante grande y malo.”
“¿Pero tú piensas que un sádico actuando como una esposa fastidiosa va
a mejorar la tuya?”
“Ni siquiera he empezado a fastidiar tu lamentable culo.”
Beck sacó la mano que tenía detrás de su espalda y le entregó a Hammer
una botella de tequila.
“Bebe. Más tarde te llevo a casa.”
“¿Para qué es esto? ¿Crees que seré tu polvo fácil de la noche? Paso.”
“Tus respuestas ingeniosas suenan mucho como alguien que evita sus
problemas. Te he estado diciendo durante semanas que saques todo lo que
tengas por dentro, pero... sorpresa, sorpresa... no escuchas. Ya que el único
modo en que purgues tu mierda es cuando estás más ebrio que una cuba, te
traje una botella de tu favorito. Bien puedas.”
“Chúpamela.”
“No, gracias. No eres mi tipo.”
Hammer lo miró con ira.
“No tengo una maldita cosa que purgar.”
“¿En serio? ¿Entonces por qué te has vuelto el retrato de los finales
felices auto-inducidos?” Beck resopló. “Raine es más inteligente que tú. Ella
sabía que necesitaba terapia para procesar todo lo que le ha pasado. ¿Pero tú,
maldito idiota? Aún te niegas a hablar con alguien. ¿En verdad piensas que
puedes arreglarte solo? ¿O solo tienes miedo de que te traten la cabeza
equivocada? Te prometo que cuando terminen, aún tendrás tu juguetito para
que sigas jugando con él.”
Hammer ni siquiera quiso mirarlo.
“Ve y azota a una sumisa.”
“Nah. Me estoy divirtiendo mucho más aquí, con un masoquista.”
Beck hablaba de él, y Hammer quería darle al imbécil un puñetazo. Pero
probablemente él también psicoanalizaría esa necesidad.
“No estoy de humor para esto.”
“¿Pero sí estás de humor para masturbarte?”
Beck lo miró con astucia.
“¿Te maltratas la carne tan duro porque te debe dinero?”
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3 ‘The Improv’ es un Club situado en Los Ángeles que se convirtió en el sitio original de la serie de televisión
‘An Evening at the Improv’ (‘Una noche en The Improv’). Desde entonces, se abrieron otros lugares
convirtiéndose en una franquicia de ‘clubes de comedia’. ‘The Improv’ era el lugar donde actuaron muchos
cómicos ahora famosos cuando apenas comenzaban a despuntar. Casi todos los grandes nombres de la
comedia han actuado allí o trabajaron como camareros, presentadores o músicos antes de hacerse famosos.
No era inusual encontrar celebridades en la audiencia.
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“El mensaje de Liam dice que puedes. Ve. Haz un sándwich con la
princesa.”
Él no tomaba órdenes de Beck... ni de nadie. Pero, el video de las piernas
de Raine abiertas en una silenciosa invitación para que él se hundiera en ella
se grabó a fuego en su mente. Hammer no quería su mano. La quería a ella.
“Bien.” suspiró. “Me voy temprano. ¿Tienes llave para cerrar?”
Beck palmeó el bolsillo de su pantalón.
“Aquí mismo.”
“Gracias.”
Don una sonrisa astuta, el sádico le golpeó el hombro.
“No hagas nada que yo no haría.”
“Así que básicamente, todo vale. Entiendo.” suspiró Macen. “Y gracias.”
“Estoy seguro que con gusto me patearías el trasero si lo necesito.”
Con un movimiento de la mano, Beck se dirigió a la puerta, cerrándola
suavemente detrás de él.
Después de colocarse algo de ropa y peinarse, Macen se dirigió al
exterior del pasillo y corrió hacia su Audi, con las llaves tintineando en su
bolsillo. Iba a casa, a abrazar a Raine, y hablar con las dos personas que más
amaba. De algún modo, iba a arreglar lo que estuviera mal entre ellos porque
estaba cansado de luchar contra los demonios que prevalecían en el calabozo,
poseyendo su vida.
A medio camino en el estacionamiento, miró sobre su hombro para
asegurarse que la puerta se había cerrado detrás de él. Su mirada se fijó en la
cámara de la esquina... la que captó el despreciable rostro de Bill Kendall
cuando durmió a Raine y la arrastró casi hasta la muerte.
Y así, los fantasmas lo poseyeron de nuevo.
Abrió la puerta de su coche y encendió el motor. Intentó imaginarse a
Raine esperándolo en casa, con esos pantis… y nada más. Luchó por
imaginarse con Liam cubriendo juntos a la mujer por primera vez en meses y
haciéndola perder la cabeza. Chirreando las ruedas, Hammer salió del
estacionamiento.
Una de las últimas veces que había salido disparado del ‘Shadows’, había
sido cuando buscó a Raine frenéticamente después de darse cuenta que estaba
en poder de su padre. Un recuerdo de la sonrisa maniática de aquel maldito le
perforó el cerebro. Una variedad de implementos que él tenía expuesta para
torturar a Raine en esa puta bodega le siguió, aniquilando todo pensamiento
excepto asesinar a un hombre que ya estaba muerto.
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SABADO, 9 de Febrero
*
Liam rodó y acurrucó a Raine por detrás en la gran cama que compartían
para calmar su incesante cabeceo. Miró el reloj. Dos y treinta y cuatro de la
mañana. El otro cuerpo familiar que debería estar rodeando a Raine... y
tomando más que el otro tercio del colchón... estaba perturbadoramente
ausente. De nuevo.
¿Qué diablos mantenía a Hammer fuera tan tarde esta vez?
La puerta entre el garaje y la cocina se cerró, rompiendo el silencio.
Así que Macen por fin había llegado a casa.
Liam se alejó lentamente de Raine, dejándola con un suave beso en la
frente. Luego se colocó sus bóxers, cuadró los hombros y salió.
¿Le importaría a Hammer si la habitación olía al sexo que él no había
venido a compartir a casa?
Hace unos pocos meses, nada ni nadie había sido más importante para
ese hombre que su chica. Después de negar sus sentimientos hacia ella por seis
años, Macen parecía listo para compensar más de media década de negación y
miseria.
Todo había cambiado la terrible mañana que Bill se la llevó.
Mientras Liam bajaba por las escaleras, la luz de la cocina se encendió.
La puerta de un gabinete se cerró. Hammer siseó una maldición.
Listo para recordarle a Macen todo lo que se arriesgaba a perder si no
dejaba de regodearse en el pasado y comenzaba a enfocarse en el futuro, Liam
entró en la estancia. La vista con la que se encontró lo detuvo en seco.
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Él se encogió de culpa.
“¿Haber hallado los cuerpos no le dio ningún cierre?”
“Algo. Aún no tiene idea si su hermano está muerto o simplemente se
largó de su lado, así que eso también la está carcomiendo.”
Hammer se meció el cabello húmedo.
“Esperaba que Seth hubiera encontrado a River para este momento. Han
pasado meses.”
“Fue un boina verde, entrenado para conflictos armados poco
convencionales. Puede desaparecer con el viento.”
“Lo sé.” gruñó Hammer. “Pero su desaparición me hace querer golpear
algo.”
“¿Cómo crees que se siente Raine? Está procesando todo esto en pleno
estado hormonal. He hecho mi mejor esfuerzo por mantenerla feliz, pero…”
“¡Oh!, darle todos esos orgasmos debe ser súper difícil para ti.”
“Ni lo más mínimo. Claramente te amarga ver que estás perdiéndote esto,
pero no has hecho nada para cambiarlo.”
Hammer estrelló la botella sobre el mostrador, con la mandíbula
apretada. No dijo nada… pero el remordimiento le apretaba en el rostro.
Liam bajó la voz.
“¿Cuándo fue la última vez que hiciste el amor con Raine?”
“No sé. No lo anoté en mi agenda.”
“Fue hace más de dos semanas.”
“¿Llevas la cuenta?”
Hammer levantó una ceja.
“Dormimos en la misma cama, así que sé cuándo te subes sobre ella y la
follas como si no lo hubieras hecho en décadas.”
“La deseo y soy un Dominante. ¿Te has mirado últimamente al espejo?
Eres tan pervertido como yo.”
“Pero no me salgo de ella dos segundos después de mi orgasmo y huyo
como si mi culo se estuviera incendiando.”
Liam miró a Macen con ira.
“La estás usando de modo tan malditamente impersonal como tu mano.”
“Me cansé de esta charla. En serio. Jódete.”
Hammer se alejó. Liam lo tomó por el brazo y le dio la vuelta.
“No le has hecho el amor a Raine como se debe desde esa mañana, la
cual también fue la última vez en que te calmaste lo suficiente para que la
tomáramos juntos.”
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Liam sabía que él empezaría otra guerra con sus próximas palabras, pero
el hombre jamás sanaría si no resolvía los problemas que más lo acosaban.
“Sé que tu evasión no es solo por Raine. Así que vamos al grano.
¿Cuándo piensas perdonarte por la muerte de Juliet? ¿O tu mierda data de más
antes de eso?”
Macen se levantó de un salto y niveló a Liam con una mirada asesina.
“¡Cierra. La. Puta. Boca!”
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CAPÍTULO 2
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El ministro estaba de pie frente al grupo de dolientes, diciendo palabras
que Macen jamás quería oír de nuevo. Su garganta estaba apretada. El ‘dejá-
vú’ le estrujaba el cuello como un alambre de púas. Frente a él, la cubierta de
un ataúd color bronce estaba abierto, forrado de terciopelo color marfil. Le
había dado a Juliet lo mejor en muerte porque él le había fallado en vida. Su
esposa había estado embarazada y angustiada y… él no lo supo hasta que fue
demasiado tarde. No podía mirarla ahora. Diablos, no lo merecía.
Liam estaba de pie junto a él, con las manos apretadas frente a sí,
luciendo estoico y con los ojos rojos, muy cerca de desmoronarse.
Hammer frunció el ceño. Liam no había amado a Juliet. Ni siquiera
estuvo presente en su funeral.
¿Qué ocurría?
El horror retorció las entrañas de Hammer cuando se acercó para mirar
sobre el borde del ataúd. No vió a su rubia esposa en su descanso eterno. En
cambio, Raine estaba ahí, como de porcelana, sin vida, sus ojos azules
cerrados para siempre.
Aterrado, Hammer no podía mirar a otro lado. No podía dejar de mirar a
su amado rostro o el bulto redondeado de su vientre embarazado.
¿Se había ido? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué? ¡Dios!, no había podido
salvarla.
Se giró hacia Liam, con la boca abierta, vacío. Su amigo no parecía
asombrado. Solo destruido por completo. El dolor lo había reducido a solo
silencio.
Hammer se lanzó hacia ella, metió las manos bajo el cuerpo tendido, y la
levantó desesperado por abrazar de nuevo a la mujer que amaba, oír su risa, y
prometerle que nada de esta pesadilla era real. En lugar de eso, Raine se
disolvió en pequeños granos de arena y se deslizó entre sus dedos.
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4 Patrón es una marca de productos de tequila de la compañía Patrón Spirits. Los tequilas Patrón se
producen en México a partir del ‘maguey’ (corazón o núcleo) de la planta de agave azul.
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Joder.
¡Joder!
Al unísono, él y Liam se movieron para rodearla, abrazándola, y dándole
su calor corporal y tranquilidad.
Desde el momento en que ella entró en su vida, Hammer había hecho su
misión conocer todo sobre Raine. Su ciclo menstrual. La marca de su champú
cítrico favorito. Su desprecio por los pepinillos. Las películas que la hacían
llorar. Cada sucia fantasía y su gusto ‘secreto’. Cada logro, cada
arrepentimiento. Cada expresión que acompañaba a cada estado de ánimo. No
se perdía nada… hasta ahora.
Macen se había estado sintiendo indigno desde que había enterrado a su
esposa hace ocho años. De algún modo, este fallo le dolía igual.
“Raine.” murmuró Liam. “Cariño, háblanos.”
Raine no respondió a sus palabras. Su cuerpo apenas se mecía con un
sollozo silencioso. Eso no desanimó a Liam y Hammer mantuvo la boca
cerrada. Ahora mismo, Raine no necesitaba que le ordenara abrirse a él. Ella
necesitaba la compasión de Liam. Cuando su chica se metía dentro de su
propia cabeza, él se convertía en su encantador.
Hammer se detuvo para observar.
“Estás a salvo con nosotros. En casa. ¿Puedes oírme, amor?”
Liam dijo las palabras muy suavemente.
“Sigue el sonido de mi voz. Hazlo ahora.”
Raine se calmó, hipó, y parpadeó en dirección a Liam.
“Buena chica. Ahora dinos cómo te sientes.”
“Mortificada.” tomó un aliento torturado. “Te pateé. ¡Oh, Dios! Lo
siento.”
Liam negó con la cabeza.
“No lo lamentes. Entendemos.”
“Yo no. ¿Qué pasó? Un minuto estaba derritiéndome entre vosotros. Al
siguiente, yo necesitaba pelear.”
Las entrañas de Hammer se apretaron.
“¿Viste a Bill en tu cabeza?”
“No.”
Ella se sentó, se alejó, llevándose las rodillas al pecho.
“Pero sentí ese miedo de nuevo. Gritaba que si me dejaba atar de nuevo,
moriría.”
La disculpa le suavizó la mirada.
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CAPÍTULO 3
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Raine salió de la alacena con una bolsa de harina y un tubo de manteca
en la mano, esperando que algunas delicias horneadas en casa hicieran sonreír
a Hammer. Oír que él se sentía responsable de todo lo que su violenta excusa
de padre le hizo provocó en ella el deseo de calmarlo.
Igual que su reacción hacia sus ataduras. Todo se conectaba cuando ella
se sometía a la intoxicante dominación que le daban él y Liam. Después de
unos fracturados meses alejados, ellos necesitaban volver a cimentar su
vínculo. Dios sabía que ella extrañaba su toque, ansiaba su placer y el tierno
dolor. Pero esta mañana el miedo a la soga había sido real e instantáneo. No
algo que ella pudiera haber controlado.
Así que, ¿dónde nos deja eso?
Antes de poder analizar la pregunta, unos rápidos pasos retumbaron a
través del suelo de la cocina. La puerta hacia el garaje se cerró de golpe.
Momentos después, el motor de un coche se encendió. El horror se extendió a
través de su ser. Raine se asomó para ver a Liam de pie en medio de la sala,
pareciendo tanto frustrado como infernalmente enfadado.
Cuando el sonido del coche se desvaneció hasta desaparecer, a ella se le
hundió el corazón.
“Se fue, ¿verdad?”
Liam se giró hacia ella, con los ojos oscuros suavizándose. Su expresión
le dijo que él deseaba como el infierno no tener que contestarle.
“Lo siento. Intenté hablar con él. Tal vez le dije cosas que no debí.”
“Es mi culpa.”
Raine apretó los labios, sintiendo que sus sueños de una vida feliz con los
dos hombres que amaba se le escapaban de las manos.
“No fue mi intención asustarme.”
“Su comportamiento no tiene nada que ver con eso.”
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Claro que sí. Esta mañana ella se había permitido tener esperanza de
poder hablar sus problemas y finalmente ser felices.
Estar rodeada y tocada por ellos se sintió casi como sus días idílicos en la
cabaña... hasta que ella lo detuvo todo.
“Llamaré a mi terapeuta cuando abra su oficina y veré si me puede ver
hoy.”
Liam tomó los ingredientes de sus brazos y los colocó en el mostrador
más cercano, y la tomó de las manos.
“Raine, te acabo de decir que él no está alterado por lo de las sogas. Y no
es por ti. Él te ama.”
Durante años, Hammer la había cuidado y protegido. Desde entonces, la
deseó como el mismo infierno. A veces lo hacía todavía. Pero parecía como si
todo hubiera cambiado después de…
“Me preocupa que nos vaya a dejar para siempre.”
Liam la guió hasta la mesa.
“Necesito decirte algo. Ojalá Hammer te hubiera dicho algo. Creo que lo
iba a hacer cuando estuvimos en la cabaña. Pero, por el modo en que está
actuando, no estoy seguro que él haya enfrentado sus cosas para poder
hacerlo.”
“¿Sobre su pasado? Yo le pregunté…”
“Te dijo lo superficial. Si escuchas, te diré lo que necesitas saber
realmente. No toda su vida. Hammer me la contó una vez que se emborrachó
cuando vivíamos en Nueva York. Pero lo que tengo que decir nos afecta a
todos.”
Con el corazón en la garganta, Raine miró los inicios del desayuno que
había planeado. ¿Acaso importaba ya? A Liam no le importaría algo más
sencillo, y ella había perdido el apetito.
“Está bien.”
Liam se sentó junto a ella, girándola en su silla hacia él.
“Hammer se está ahogando en la culpa, y no solamente porque no pudo
rescatarte.”
“¿Entonces por qué más? ¿Por qué tal vez me embarazó? No sabemos
quién es el padre del bebé y no me importa.”
“A nosotros tampoco. No tiene nada que ver con eso.”
Liam se enderezó.
“Debo volver atrás diez años. ¿Me sigues? Todavía es difícil.”
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Raine sabía hacia dónde iba esto. Por mucho que no quisiera oírlo, lo
necesitaba.
“Escucho.”
“Puede que sepas algo de esto…”
Liam se detuvo, aparentemente organizando sus ideas.
“Hammer y yo nos conocimos hace diez años en el Club de BDSM
‘Graffiti’, en Nueva York. Yo era nuevo en este estilo de vida y aprendía todo
lo que podía. Una noche, él se acercó y me propuso que dominara a Juliet
mientras él miraba. Yo acepté. Las cosas salieron bien, así que me invitó a
unirme a ambos en su habitación. La compartimos durante año y medio.”
“¿Tanto?”
Raine siempre imaginó que la llama se había consumido rápido antes de
que se extinguiera trágicamente.
“Bueno, yo me quedé más de lo que debí porque Hammer es el hermano
que jamás tuve y no quería perder eso. Pero nuestra relación con Juliet no es
para nada como la que tenemos contigo. Le concedí eso a Hammer porque ella
era su esposa. Jamás acepté ser exclusivo con ellos.”
“¿Querías hacerlo?”
Liam negó con la cabeza.
“Juliet me importaba. Pero no la amaba.”
Ese era un alivió culpable, pero Hammer aún estaba colgado de su
esposa. Sus sentimientos por ella deberían ser aún profundos. Raine contuvo
un grito.
¿Cómo se supone que podré competir con un fantasma?
“Cuando Juliet se suicidó, yo estaba en trabajando Miami. Antes de que
ocurriera, yo había decidido quedarme una semana más porque el clima era
más cálido y la escena de los Clubes allá era fantástica. Durante años después,
me pregunté si mi ausencia había tenido algo que ver con su decisión de
terminar con su vida. O si no tener mi corazón la lastimó demasiado. Jamás lo
supe. Pero Hammer me lo contó el pasado día de Acción de Gracias.”
Raine recordaba ese horrible día... la cena forzada, la migraña, el
malentendido. La discusión entre Macen y él. La culpa. Y los dos gritándose
el uno al otro, rodeados de un mar de platos rotos. En ese momento, Raine
había asumido que su desavenencia había sido por ella.
“¿Así que esa noche peleasteis en la cocina por Juliet?”
Eso no debería dolerle… pero sí.
Liam asintió.
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Hammer era rápido al ayudar a otros… y más lento que la melaza para
pedir algo a cambio. Cuando se equivocaba, apenas se disculpaba. Durante
años, ella asumió que él simplemente era demasiado orgulloso. Pero ahora
sabía que él intentaba lidiar con sus problemas solo porque no quería afectar a
otros. Después de la revelación de Liam esta mañana, ella podía ver que
Hammer se había cerrado porque no se había perdonado por no rescatarla de
Bill. Tal como se cerró hace años por no salvar a su esposa embarazada.
Las implicaciones pesaban como mil kilos en su corazón.
“Tienes razón.”
Raine intentó mantener la compostura. Ella era más fuerte que todo ese
llanto, ¡maldita sea! Pero la idea de perder la mitad de su alma la rompía por
dentro.
“Me duele el corazón por él, y deseo poder curar su dolor.”
“Si yo tuviera una varita mágica, lo haría yo mismo. Necesitó ocho años
para confiar en mí, y yo era el tipo con el que compartía a Juliet. Solo él puede
decidir dejar ir el pasado. Pienso que tú puedes ser la única que puede
ayudarlo.”
“¿Yo?”
“Él haría lo que fuera por no perderte. No digo que abrirle los ojos sea
fácil, pero creo que puedes hacerlo.”
“No puedo ni siquiera hacer que ese hombre obstinado se quede a
desayunar. ¿Cómo se supone que lo haga deshacerse de años de
culpabilidad?”
“Me miras con esos bellos ojos y tienes un cuerpo que me enloquece
hasta la distracción, y… ¿me dices que no sabes cómo llamar su atención?
Puede que no lo creas después de esta mañana, pero pones a Hammer de
cabeza. Sonríele y míralo con cara de ‘ven aquí’. Ese hombre se saldrá de sí
mismo por estar contigo. Entonces dale todo tu amor. Y háblale.”
Liam le acunó una mejilla.
“Estaré ahí contigo. Lo convenceremos de que deje ir al pasado.”
“¿Y si no funciona? Liam…”
Raine entendía que a él se le habían acabado las opciones, pero el fracaso
la aterraba.
“¿Y si él no está listo para seguir adelante? Esta es nuestra familia.
Nuestro futuro. No tenemos años para hacerlo ver la luz.” Señaló su vientre.
“Tenemos seis meses.”
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Raine odiaba sonar tan negativa. Claro que le daría todo, no solo para
mantener intacta su poco convencional familia, sino porque Hammer se
merecía ser feliz.
En el fondo, él deseaba el paraíso que colgaba frente a él. Tal vez ella
necesitaba recordarle todo lo que tenían.
“Puedes hacerlo. Hemos soportado cosas mucho peores, amor. También
podemos sobrevivir a esto.”
Liam tenía un punto. Marlie y Gwyneth. Todos los celos, la inseguridad,
y las peleas. La ruptura, la difícil reunión, la dificultad de confrontar sus
pasados. Bill, el secuestro, la violencia, las bombas, las terribles
consecuencias. Seth a menudo resaltaba que sus vidas parecían una telenovela.
Tenía razón.
“Gracias por contármelo. Sé que él tal vez se enfade, pero necesitaba oír
la verdad. Haré lo necesario hasta que lo ayudemos a entender que la elección
de Juliet no fue suya y que nadie lo culpa.”
“Desafortunadamente, la familia de Juliet sí lo culpa, y jamás se guardan
de expresar su opinión. Eso tampoco ayuda a Hammer.”
Raine jamás había conocido a esas personas, pero ya quería darles un
puñetazo.
“¡Eso es ridículo!”
“Buscaban a alguien a quien culpar.”
“Imbéciles.”
“Vocabulario…”
Liam levantó una ceja.
“Muchacha.”
Ella hizo su mejor esfuerzo por verse contrita... pero defendió su opinión.
“¿Quieres desayunar ahora? yo podría…”
El timbre de su teléfono rompió la conversación. Ella miró la pantalla y
frunció el ceño. Liam se acercó.
“¿Es Hammer?”
“No. El compañero del abogado de Macen, el que me representa en el
caso de Bill.”
Raine presionó el botón verde para aceptar la llamada y encendió el
altavoz.
“¿Hola?”
“¿Señorita Kendall? Soy Silas Hoffman de Barnes, Hoffman y Laughlin.
¿Cómo se encuentra hoy?”
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“River apareció.”
“¿Cómo así que… apareció? ¿Dónde está? ¿En casa?”
Hammer se inclinó hacia adelante, con el ceño fruncido.
“No dejaste a Raine sola con él, ¿verdad? No podemos hasta que
sepamos si es un bastardo enfermo y violento como su viejo.”
“No seas tonto, hombre. No estaría aquí si él hubiera aparecido en
nuestra puerta. El abogado de sucesión llamó esta mañana y habló con Raine.”
Liam le dio los detalles.
“Ella aún no sabe dónde o cómo encontrarlo.”
“Pero sabe que su hermano desaparecido está con vida y que no la ha
contactado. Eso seguramente la tiene alterada.”
“Sí. Él es la única familia que le queda, así que pensé que ella lo acogería
con los brazos abiertos. Pero no está saltando de la dicha. Creo que está siendo
cautelosa.” ladeó la cabeza. “Tengo el presentimiento de que no falta mucho
para que lo veamos.”
“Así que… puede que tengamos a otro hombre Kendall en nuestras
manos.”
Hammer se levantó y rodeó el escritorio, acomodándose en la esquina
frente a Liam. Se pellizcó el puente de la nariz.
“Este día sigue yéndose hacia el desagüe como un inodoro en bajada…
no me gusta. No sabemos mucho de River, excepto que no ha visto a Raine
por más de la mitad de su vida. Espero que no piense que simplemente puede
aparecer y poner su mundo de cabeza.”
“Por lo que dijo Raine, él odiaba a Bill. Tal vez sea una buena señal.”
“No parece que lo creyeras.”
Liam no lo creía, pero odiaba decirlo. Algo de ese hombre lo
inquietaba…
“No sé qué creer.”
“Él tal vez sea un bastardo egoísta que quiere la mitad de la mierda de
Bill y no se molestará en cruzarse con Raine. Pero sería sabio llamar a Seth y
ver si ha conseguido nueva información del hermano.”
“Me encargaré de eso.”
“¿Raine está sola en casa?”
“Sí, pero activó la alarma antes de que me fuera. Dentro de poco llegarán
los contratistas.”
Liam se removió incómodo en su silla.
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“Darle tiempo a nuestra pequeña gata salvaje para que se calme. Lo que
le diga ahora solo la abrumará.”
“Especialmente después de todo lo que pasó esta mañana.” susurró
Hammer. “No salió bien.”
“No. No podemos seguir por ese camino, Macen.”
Ahora Hammer no se estaba riendo.
“Lo sé. Y necesito manejar mi mierda. Solo que no sé cómo hacerlo más
rápido.”
Por frustrante que pareciera, la admisión de Macen le dio esperanza a
Liam. Era un paso adelante. Ojalá que él y Raine pudieran atravesar los muros
de este hombre obstinado.
“Te ayudaré como pueda.”
“Gracias. Si tú y Raine no lo fuerais todo para mí, no me molestaría en
hacer algo.”
No lo haría. Por mucho que Liam hubiera querido estrangularlo en la
mañana, finalmente tuvo esperanza de que Macen intentara resolver sus
problemas, tal vez por primera vez en su vida.
“Sólo no te rindas. Te necesitamos.”
Entre sombrío y resignado, Hammer asintió.
“¿Qué tal si buscamos esa foto? Se me ocurre que hay otras guardadas en
su habitación que tal vez quiera tener en casa. Eso tal vez la haga sonreír.”
“Tal vez lo haga, junto con esos donuts de chocolate que se le han estado
antojando.”
“La estás sobornando. ¿Y me llamas cobarde?”
Liam se encogió de hombros y sonrió con cautela.
“Debo hacer las paces con ella de algún modo.”
“Buen punto.”
Hammer se puso de pie.
“Te ayudaré a mirar las fotos. Llamaremos juntos a Seth y luego vas por
tu ofrenda azucarada.”
Detrás de él, Liam se levantó de la silla y lo siguió.
“Buena idea. Pero no hagamos esto muy rápido, digo yo.”
Macen sacó las llaves del Club de su bolsillo mientras iban hacia la
antigua habitación de Raine. Pero cuando llegaron a la puerta que debía estar
asegurada, la vieron entreabierta. La preocupación se arrastró por la espalda
de Liam.
“¿También remodelas su habitación?”
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CAPÍTULO 4
*
Hammer había visto a este tipo antes pero no podía recordar dónde. El
amenazador tipo era alto, de rostro cuadrado, tenía hombros anchos y una
expresión que lo cubría de furia. Tenía el mismo tono arrastrado que Bill
Kendall siempre tenía. Y Macen definitivamente conocía esos ojos.
Exactos a los de Raine.
[¡Hijo de puta! Este debe ser River.]
Y Hammer ahora recordó dónde había visto antes a esta puta basura. La
mañana en que Raine fue atacada, éste fue el tipo que estaba en la sala de
emergencia oculto detrás de una maldita revista, mirándolo a él y a Liam tan
de cerca.
“Si yo soy su chulo, tú eres un obrero de construcción.”
“Y yo no soy su cliente.” gruñó Liam. “River Kendall, supongo.”
“Sí. ¿Dónde putas está mi hermana? ¿Vosotros, par de degenerados la
tenéis encadenada y de rodillas en algún lado?”
Hammer se lanzó al rostro de Kendall, apenas intentando no pulverizar al
cretino... y solo porque Raine estaría enfadada. Además, si River presentaba
cargos, ella se quedaría sin un protector.
“Hoy no.”
“¿Pero admites que lo habéis hecho?”
Kendall tomó una foto de la cómoda y la estrelló contra el pecho de
Hammer.
“No me sorprende. Las noticias la llamaron trabajadora sexual. Sé que te
la has estado follando desde que era menor de edad.”
“¿Eso te dijo tu papi? Tal parece que escuchaste cada palabra de mierda
que te dijo.”
“No me mientas. ¿Has estado vendiéndola todo este tiempo? Sí,
especialmente a tu amigo O’Neill.”
“Eso no es así.” insistió Liam. “Espera. Ha habido un malenten…”
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6 En el original usa el término ‘spanner’, literalmente es una llave de tuerca, similar a la llave inglesa. En
argot se usa como insulto equivalente a ser una persona de mentalidad cerrada y obstinada en su estupidez.
7 En el original usa la frase: ‘A gowl. A gimp’. En argot irlandés ‘Gowl’ es un término para nombrar la vagina,
usado para insultar, equivalente a idiota. ‘Gimp’ es un término despectivo de argot que se usa como insulto
referente a discapacidades, traducible como ‘tarado’, ‘tullido’ o ‘retrasado’.
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Mientras se daban la vuelta para irse, Liam tomó la foto por la que había
venido, y ambos corrieron hacia el estacionamiento. Mientras atravesaban el
calabozo, Beck corrió desde la cocina con una taza de café en la mano.
“¿Qué diablos fue todo ese griterío? ¿Peleabais por una caja de
tampones?”
“No hay tiempo de explicártelo.” ladró Hammer. “Si no volvemos esta
noche, cuida del Club o encuentra a alguien que pueda.”
“Claro.” contestó Beck, con las cejas unidas con preocupación. “Estoy
libre hoy.”
“Gracias.” gritó él sobre su hombro. “Y si un hombre con los ojos
parecidos a los de Raine se presenta, no lo dejes entrar.”
“De hecho, desuella a ese bastardo.” gruñó Liam.
Beck sonrió.
“¡Suena divertido! Afilaré mis cuchillos.”
Una vez afuera, corrieron al sedan de Hammer. Una revisada al
estacionamiento demostró que el hermano de Raine ya no estaba... por ahora.
Él hizo una nota mental de ver si su técnico de seguridad, Lewis, podría hallar
dentro del pietaje8 el número de una matrícula de coche para rastrearlo.
Liam se subió al coche de Macen, dejando su camioneta en el Club. Con
un chillido de llantas y un estallido de gasolina ante la primera luz amarilla, se
abrieron paso a través del tráfico. Hammer pitó y maldijo, moviéndose junto a
los coches más lentos. La desesperación por llegar a casa y ver a Raine lo
corroía. Junto a él, Liam se veía igual de tenso. Si River averiguaba dónde
vivían e intentaba llevársela, los médicos forenses estarían metiendo su cuerpo
en la morgue. De hecho, la muerte de Bill sería muy placentera comparada
con la suya. Hammer intentó no pensar que ya era demasiado tarde. No podía
fallarle a Raine de nuevo.
“¡Llámala!” le hizo un impaciente ademán a Liam. “Dile que vamos en
camino y que se asegure que las puertas estén cerradas. ¡Joder!”
Estrelló la mano contra el claxon del coche para pitarle al lento coche que
iba frente a él, y luego pasó el vehículo y presionó más el acelerador.
“Fuera del camino, ¡imbécil!”
8 Un ‘pietaje’ es un código de tiempo en una grabacion. Es una información que se utiliza en la grabación y
edición en vídeo. Son varios tipos de códigos que permiten controlar, mediante un reloj, la ubicación en el
tiempo de la cinta de cada fotograma y así tenerlo localizado para visionar, editar, conocer duraciones,
datos de información del usuario, etc. Esto permite un minutado de la película para identificar la localización
de cada fotograma.
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“Lo sé. No vayas ahí. Siempre y cuando lleguemos a tiempo con Raine,
la protegeremos. Él no pasará sobre nosotros.” le aseguró Liam. “Pero estoy
muerto de miedo y preocupación que él tergiverse la verdad y de algún modo
la convenza de que está mejor con él.”
“Ella nos ama.” rebatió Hammer.
“Sí, pero no hemos llegado hasta ahí fácilmente.”
Hammer sabía demasiado bien que una mujer con un problema podría ser
impredecible. Tal vez Raine decidiera que valoraba más su paz que este difícil
amor, lleno de angustias y que consumía todo su tiempo... que intentaban de
mantener unido.
Y si se iba, ¿a quién culpar más que a sí mismo?
Liam parecía a punto de salirse de su asiento.
“¡Maldito infierno! Debemos mantener a Raine lejos de él.”
“¿Cómo se supone que lo haremos? En el momento que le prohibamos
ver a ese pedazo de mierda, ella insistirá en verlo. Y si de algún modo la ley
está de por medio, River tiene más derechos legales sobre ella que nosotros.
Eso me irrita jodidamente. Debimos haber exigido que se casara con uno de
nosotros. Todavía deberíamos hacerlo.”
“Raine no quiere elegir. ¿Cómo podemos presionarla antes de que esté
lista?”
Liam frunció el ceño, terminando una llamada y comenzando otra. Su
mano temblaba.
“River pudo haberse presentado en el hospital esa mañana y habernos
prohibido ver a Raine. ¿Por qué no lo hizo?”
“¿Quién sabe? Tal vez las noticias tildándola de trabajadora sexual lo
dejaron en shock, así que vino a investigar. Él debió habernos escuchado
celebrando su embarazo. Apostaría a que él decidió quiénes y qué éramos tú y
yo.”
“Y usó los últimos dos meses para escarbar en nuestra basura.”
Liam frunció el ceño.
“Si yo hubiera estado en el lugar de River, maldito fuera si no hubiera
hablado con mi hermana y escuchado su versión de las cosas antes de decidir.”
“Bueno, tú eres razonable.”
Hammer se estremeció mientras aceleraba hacia su barrio.
“En la loca cabeza de culo de River, hemos engañado a Raine y hemos
abusado de ella. Ahora cree que tiene suficiente material para convencerla de
que somos dos desviados de primera clase que le están arruinando la vida.”
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dos, así que aún se sentiría obligada a escoger. Y me preocupa que River la
sacuda de nuevo.”
Hammer asintió sombrío ante el teléfono en manos de Liam.
“¿Aún no contesta?”
“Nada.”
Intentando ignorar ese miedo cortante, Hammer se abrió paso por la
subdivisión, doblando por la entrada y pisó el freno. En segundos, ambos
hombres estaban fuera del coche.
Después de meter la llave en la cerradura, corrieron por la casa, llamando
a Raine a viva voz. Ella no estaba en la sala. Solo los trabajadores ocupaban la
cocina.
Cuando ella no contestó a la llamada de ninguno de los dos, Hammer
comenzó a sudar frío. Llamó a uno de los carpinteros.
“¿Has visto a nuestra…?”
Maldita sea, ella no era su esposa.
“Raine. ¿La has visto?”
El hombre mayor se encogió de hombros.
“Tal vez hace una hora. Creo que está arriba.”
Hammer no se molestó en preguntar si alguien había venido. River ya
había hecho muestra de su asqueroso hábito de escabullirse y entrar sin
permiso.
Saliendo de la estancia, siguió a Liam a través de la casa, subiendo las
escaleras de dos en dos. Una vez arriba, se apresuraron hacia la habitación e
irrumpieron dentro, jadeando, frenéticos, asustados.
Raine estaba acurrucada sobre el colchón, profundamente dormida.
El alivió golpeó a Macen como un viento huracanado. Se desplomó
contra la pared y se tragó el pánico que tenía atorado en la garganta.
[¡Joder, gracias a Dios!]
Liam exhaló audiblemente, también obviamente agradecido, mientras se
subía a la cama junto a Raine. Al otro lado, Hammer se quitó los zapatos y
también se acostó, sin quitar la mirada del delicado rostro femenino. Dios, él
odiaba tener que despertarla y quitarle esa serenidad. Pero no podían esperar
para advertirle sobre River. Él ya tenía el mal presentimiento de que debían
estar preparados para una carga de problemas de mierda.
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Raine yacía en una sedosa nube de comodidad, cubierta por sus dos
hombres. Ambos la cubrían de tiernas caricias y besos de terciopelo. Los bajos
murmullos roncos la excitaban.
Individualmente, sus aromas viriles era intoxicantes, pero juntos la
extasiaban. Con un pequeño gemido, ella se removió suavemente, ansiando
sentir las manos de ambos acariciándola, sus bocas consumiéndola, y sus
fuertes cuerpos llevándola al paraíso.
Al buscar a Liam y Hammer con los brazos y el corazón abiertos, se
desvanecieron.
Tomó conciencia de que había sido solo un sueño.
Raine trepó por las capas del sueño. Abrió un parpado. Un rayo de luz de
la tarde danzaba en el techo de la habitación. Sus hombres no estaban en
casa… pero el almizcle único de ambos prevalecía. Igual que sus problemas.
Hammer no parecía poder resolver su pasado, y Liam había elegido no decirle
que pertenecía a una familia grande y bulliciosa que podrían... o tal vez no...
acogerla a ella y a su bebé.
Cerrando los ojos, Raine esperaba que el sueño se la llevara para darle de
nuevo un escape, aunque fuera por una hora o dos. Porque la realidad, era que
ella no tenía idea de cómo arreglar su vida, y eso la estaba matando.
De repente, unos dedos tibios le acariciaron la mejilla. Raine jadeó y
saltó ante el toque. Hammer estaba acostado junto a ella, con sus ojos, color
avellana, inusualmente tiernos y preocupados.
[¿Qué hace Macen en casa a esta hora del día?]
El calor corporal detrás de ella llamó su atención. Miró sobre su hombro.
Liam estaba a su izquierda, con la cabeza apoyada en su mano, mirándola con
una expresión oscuramente gentil. Sus aromas, mezclados con el aire, giraron
sobre ella. Si hubiera estado de pie, sus rodillas se hubieran doblado.
Entonces Raine recordó que se supone que ella estaba enfadada.
[¿Piensan que los dejaré salir de la ‘caseta del perro’ tan pronto?]
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De hecho, era mejor si no lo hacía ahora mismo. Sí, River puede que
hubiera entendido mal los giros de su vida desde que se fue, pero por todo lo
que ella sabía, él heredó la naturaleza delirante de Bill.
“Vosotros estaréis conmigo en todo momento.”
“No me importa si tienes a todo un equipo SWAT contigo, no vas a
verle, ni vas a hablarle, ni tan siquiera vas a acercarte a más de cincuenta
kilómetros de ese cretino.” rugió Hammer.
“Exacto.”
Los ojos oscuros de Liam ardieron con insistencia.
“Lo decimos en serio, Raine. No nos pongas a prueba.”
Claramente, después de Bill y el horrendo final que ella casi sufre, era
demasiado pronto para pedirles que se calmaran o fueran razonables.
“Es un malenten…”
“Nos importa una mierda.” dijo Hammer. “No verás a River, incluso si
tengo que encadenarte a la puta cama. Punto final.”
Liam asintió.
“Es obvio que la nuez no ha caído lejos del árbol.”10
“Es manzana.” siseó Hammer.
Liam frunció el ceño.
“¿Qué?”
“El dicho, idiota. Es manzana.”
“Como sea. En ese caso, nuez11 le cuadra más a River, me parece.”
Raine cruzó los brazos sobre el pecho.
“No soy una niña que necesita el permiso de sus dos papis. Él es mi
hermano, la única familia que tengo. Debo resolver esto.”
Hammer la apretó contra su cuerpo. Su rostro retumbando de
desaprobación.
“¡Oh!, pero sí que necesitas nuestro permiso. Eres nuestra sumisa y te
vamos a proteger. Y te queremos a salvo.”
10 La manzana no ha caído lejos del árbol, dicho popular que se usa para indicar que los hijos se parecen a
los padres incluso cuando intentan alejarse.
11 En el original usa la palabra ‘nuts’, que significa ‘nuez’ pero coloquialmente también se usa como
‘chiflado’ o ‘loco’; entre otros significados puede referirse a los testículos como ‘bolas’ o ‘cojones’.
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CAPÍTULO 5
*
Miércoles, 13 de febrero
*
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“Yo me puedo cuidar sola. Bill salió de esa pelea en mucho peor estado
que yo.”
Él la miró con el ceño solemnemente fruncido.
“No me recuerdes ese día.”
“No tengo que hacerlo. Ni tú ni Liam intentáis olvidarlo. También es
difícil para mí. Pero tienes que aliviarte. Nada va a ocurrir en un lugar público
con la terapeuta de masaje que recomendó el obstetra. Gloria es maravillosa.”
Las fosas de Hammer se dilataron. Raine conocía esa expresión. Ella
podría también estar hablándole a un muro de cemento.
“Primero, no deberías tener que cuidarte sola. Esa es una responsabilidad
que Liam y yo nos tomamos muy en serio. Segundo, nadie sabe qué podría
pasar, y no estamos muy entusiasmados de tomar cualquier oportunidad.
Llámame inflexible si quieres, pero… o te llevo y te traigo de esa cita, o la
cancelamos.”
[¿También quieres ver cómo Gloria me alivia los nudos de los
músculos?]
El sarcasmo colgaba en la punta de su lengua, pero Raine se lo tragó.
Hammer en realidad aceptaría esa oferta.
“En serio, River no ha vuelto desde el fin de semana. Ya se olvidó de mi
existencia durante doce años. Por lo que sabemos, habrá decidido que no
valgo nada porque soy una puta preñada o lo que sea, y ha desaparecido de
nuevo. Bien. Él se lo pierde. No lo necesito.”
“Te lo dije, no se va a rendir.”
Hammer presionó ambos labios en una línea fina mientras estacionaba en
la acera del spa.
“Es todo lo que sé.”
La atlética pareja que Raine siempre veía dirigirse al estudio de fitness
antes de su cita matutina llamó su atención mientras entraban en la puerta de
al lado para su sesión. Su fornido entrenador personal los saludó con un gesto.
“Debo irme o se me hará tarde. Hablamos después de esto.” le prometió y
besó su mejilla.
Macen le brindó una acerada advertencia.
“Sí. En una hora, cuando estés sobre mis rodillas y recuerdes que no eres
tú quien da las órdenes aquí.”
Hammer no la había tocado desde el debacle del sábado por la mañana, y
no habían tenido sexo desde hace semanas. Él había estado particularmente
ansioso desde que ella entró en pánico a raíz de las cuerdas.
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12 Raine es similar a ‘rain’, que significa ‘lluvia’ o ‘nube’, de ahí el mote cariñoso.
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*
La luz de la tarde brillaba en la sala a través de la ventana que daba hacia
el patio del frente. A pesar del sorprendentemente cálido día y que Raine
estaba acurrucada en su regazo, la fría determinación llenaba a Liam.
Él intentó no pensar en el hecho de que si ella no hubiera luchado tanto o
si ese entrenador de al lado no hubiera salido a disfrutar del tibio día, River se
la hubiera llevado y ahora Liam no la estaría abrazando.
De hecho, jamás podría abrazarla de nuevo.
Liam apretaba a Raine fuertemente y olisqueaba su cuello, inhalándola.
Ella temblaba, con los dedos enroscados entre su camisa, mientras él
suavemente le acariciaba el cabello.
“¿Estás bien, amor?” susurró.
“Aún un poco conmocionada, pero ahora que estoy en casa con vosotros
dos estoy mucho mejor.”
“¿Seguro que no necesitas un doctor?”
Ella negó con la cabeza.
“Estoy bien. Mi hermano no me lastimó, solo me asustó. Me enfada no
haber podido hacerle entender.”
“Por como suena, no te dio mucha oportunidad de explicárselo. Sabemos
lo que se siente.”
Liam quería asesinar a ese maldito. Y apenas había podido soltar a Raine
desde que Hammer la trajo a toda prisa a casa.
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“¿Qué?”
“Dinos como podemos calmar tu mente.” ofreció Liam suavemente.
Raine suspiró.
“Necesito hornear.”
“No sola.” replicó Hammer.
Liam rodó los ojos.
“Lo que él quiere decir es, que si necesitas algo de espacio, estaremos a
un cuarto de distancia.”
Macen le brindó una mirada de rabia sucia... pero silencioso.
“Gracias.”
Una pequeña arruga le marcó la ceja.
“¿Todas las puertas están cerradas?”
“Hasta la última.” le aseguró Liam.
“Ambos lo revisamos. Más de una vez. Y la alarma está puesta.”
Pero Liam no podía negar su preocupación acerca de que la sola
seguridad mantuviera por mucho tiempo a alguien tan determinado como
River lejos de robársela.
Con un beso largo, Raine se levantó del regazo de Liam.
Instantáneamente, él extrañó su presencia en sus brazos. La ansiedad lo llenó.
Liam tenía que recordarse que ella necesitaba estar en su cocina más de lo que
él necesitaba apretarla con ferocidad.
Raine dejó un beso similar en los labios de Macen. Él enredó los dedos
en su cabello y tomó su boca como si intentara lanzarla en el sofá entre ellos,
arrancarle la ropa y entrar en ella. Raine se abrió para él, sin aliento, dispuesta.
Casi al borde, Liam esperó. Una cura sexual ciertamente los ayudaría a
todos…
De repente, Hammer se tensó y la ayudó a poner de pie, lejos de él.
[Maldita sea.]
“¿Me iréis a ver pronto?”
Liam odió la incertidumbre en la voz de Raine. No debería sentirse
insegura en su propia casa. Había aguantado demasiados malditos traumas en
los pasados tres meses. ¿Cuándo diablos pararía esto para que ella sanara y
todos ellos pudieran vivir en paz?
“Claro.” le prometió él.
Hammer sonrió.
“Intenta detenerme.”
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Raine se arqueó, echando la cabeza hacia atrás con un jadeo, y los dedos
aferrados a los robustos bíceps de él. Juntos se veían asombrosos juntos...
Hammer tan grande, oscuro y áspero, Raine tan pequeña, linda y adorable.
Apretando los dientes y hundiendo los dedos más fuerte en Raine,
Hammer la giró en la isla rectangular para acostarla sobre el granito,
palmeándole un pecho mientras se hundía más hondo.
“¿Me sientes?”
“Sí.” su cabeza cayó en el borde mientras gritaba.
La descontrolada necesidad ardió a través de las venas de Liam,
disparándose directo a su polla. Macen le dio una mirada lobuna.
“¿Quieres mantener ocupada esa boca tan descarada?”
“¡Joder!, claro que sí.”
“Tómala del cabello. Dale algo por lo que gritar.”
Liam hundió los dedos en la oscura seda de su melena y tiró, tal como a
ella le gustaba.
“Abre, muchacha.”
Raine abrió la boca, ansiosa, comiéndoselo con la mirada. Liam contó
sus estrellas de la fortuna, guió la cabeza de ella hacia su dolorida polla y se
deslizó en su boca con un gruñido gutural. La lengua de ella se enroscó
alrededor de la cresta, tentando sus puntos más sensibles. La chica lo conocía
bien. El placer rodó alrededor de su eje y se abrió paso por su espalda antes de
estremecerse de dicha carnal.
Mientras recorría el cuerpo de Raine con la mirada, Hammer entraba y
salía de su coño, jugando con su clítoris. Juntos, escucharon sus gritos y
gemidos amortiguados mientras la veían retorcerse y arder entre los dos.
Liam se hundió más, probando su garganta mientras ella lo chupaba.
“¡Oh!, joder, amor…”
“Ha pasado demasiado tiempo, preciosa. ¡Dios, sí! Apriétame con ese
coño. Hmmm…y cada vez que te folle más duro, lo chuparás más a él.”
Hammer la embistió otra vez. Raine le envolvió las caderas con sus
esbeltas piernas. Liam acunó su cabeza y embistió más fuerte, más dentro.
Ella gritó. Él tomó el ritmo mientras se movía rítmicamente sobre la lengua
femenina en caricias calientes y urgentes. ¿Cuánto más iba a durar?
“¡Dulce Jesús, Raine! Te juro que chupas todo mi autocontrol.”
“Es malditamente buena en eso.” dijo Hammer con dientes apretados.
“Es demasiado difícil resistirse a ese coño. Maldición… no vamos a llegar a la
habitación.”
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“Sabes que te amo, ¿verdad? ¿Recuerdas cuando te dije que tenía seis
hermanas? Bueno…”
Sonó el timbre. Se le había acabado el tiempo.
“¡Oh!, Liam, es para ti.” gritó Hammer desde la sala familiar.
Liam salió de la cocina con un gruñido frustrado. Le dolía la polla, y
dudaba que pudiera obtener algo de alivio en un tiempo cercano. Sin duda, su
espera dependería de cuánto tiempo lo dejara Raine en la caseta del perro.
“Bastardo.” le gruñó a Hammer.
“Con gusto te regreso tu pala de mierda.”
“¿Por qué Hammer no puede abrir la puerta? ¿Quién es? ¿Sabías que
vendría visita y olvidaste decírmelo?”
Raine lo siguió, jalando la manga de Liam.
“¡Oh, Dios! ¿Tus hermanas están aquí?”
Sus ojos se abrieron del pánico.
“Necesito maquillarme, ponerme unas malditas bragas. Ni siquiera llevo
sostén.”
Raine se arregló el cabello con los dedos, horrorizada, y él no tuvo el
corazón de decirle que sus hermanas serían fáciles de manejar.
“No, amor.” suspiró cansado. “Hablaremos pronto. Por ahora, toma mi
mano y sonríe.”
Liam caminó hacia la entrada, llevándola con él. Plantó la mano contra la
puerta, inhalando laboriosamente buscando fortaleza. Pero solo estaba
demorando lo inevitable.
Diablos, tal vez no debería ser tan pesimista. Tal vez era una buena señal.
Con esa esperanza, puso cara feliz y abrió el portal.
“Hola, mamá.”
“¿Mamá?” chilló Raine junto a él, y le soltó la mano para acomodarse el
arrugado vestido.
Detrás de ellos, sintió a Hammer reírse en silencio. Su madre lo miró con
un chasquido de lengua mientras entraba en la casa.
“Hola, Liam, querido.”
Educadamente, abrazó a su madre y le besó la mejilla. Sí, él no debió
demorarse en llamarla para contarle que se iba a vivir con alguien, que
comenzaría una nueva relación, y que ahora tenía un bebé en camino. Pero, de
nuevo, no debería tener que explicarse.
Su padre entró con una sonrisa cautelosa y le dio un sentido abrazo.
“Hola, hijo.”
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“En este momento, podría estar lista para dejarlos por ti.” dijo ella
rodando los ojos.
“Nop. Yo la conocí primero. Después de todo, la princesa y yo ya
hicimos hasta una escena juntos.”
Beck se rió y miró a Raine mientras pasaba por la puerta.
“¿No es así?”
“Yo no lo llamaría así.”
Raine negó con la cabeza.
“Y jamás me volverás a tocar.”
“Vosotros dos, largaos y dejad en paz a nuestra chica.” puyó Liam al par.
“Ma, Pa, os presento un buen amigo nuestro, el Dr. Kenneth Beckman. Beck,
mis padres, Bryn y Duncan.”
“Es un placer cono…”
“Kenneth, cariño. He esperado conocerte.” le cortó Bryn con un arrullo
de emoción. “Tan lleno de secretos… pero no eres ni la mitad de aterrador de
lo que quieres que todos crean. Bueno, ven acá. Danos un beso.”
Mientras Bryn se acercaba, Beck se quedó callado y con la boca abierta.
Por una vez, el hombre no tenía una respuesta rápida.
“Está bien.” lo tranquilizó Hammer, palmeando la espalda de Beck. “Eso
solo significa que le agradas.”
Aún con expresión asombrada, se inclinó y rápidamente le dio a Bryn un
pico en la mejilla.
“Adorable.”
Bryn ya no sonreía.
“Ahora, bueno… todos vosotros estáis aquí por una razón. Lamento no
tener más tiempo de explicar, pero es importante que vosotros entendáis que
sois una familia, os una o no la sangre. Os esperan problemas, y cada uno de
vosotros tiene un papel que desempeñar durante estos tiempos tan difíciles.
Seth y Kenneth, vosotros seréis esenciales. Y Liam, cariño, sigue el ejemplo
de tu papá. Él te enseñó bien.”
Así que su madre había venido por alguna razón, además del bebé.
[¡Maldita sea!]
Liam se frotó el cuello.
“Siéntate y cuéntanos más.”
“No hay tiempo. Odio caer aquí tan de improvisto, pero me temo que he
esperado demasiado.”
Para sorpresa de Liam, su madre miró a Hammer.
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“Macen. Prepárate.”
Hammer se congeló.
“¡Oh, mierda!”
Liam se puso rígido de horror.
“Mamá, no. No podemos más. Hemos pasado por demasiado, y tenemos
un bebé en camino.”
Bryn se dirigió hacia Raine, le rodeó los delicados hombros con un
brazo.
“No importa lo que venga, no debes culparte. Nada de esto es culpa
tuya.”
“Mo grá,13 cálmate.” sugirió Duncan. “Estás asustándolos a todos,
especialmente a la pequeña Raine.”
“Solo estoy aquí para ayudar.” le aseguró Bryn. “Ella lo verá pronto.”
“¿Qué problemas vienen?”
Hammer se acercó con expresión grave.
“¿Cómo sabe ella de los problemas? ¿Alguien por favor podría decirme
qué pasa?” exigió Raine.
“Claro, Liam tampoco te explicó eso.”
Bryn miró castigadoramente a Liam.
“Bueno, querida, soy mística.”
Raine parpadeó.
“No es una hada madrina.”
“No, cariño. Soy psíquica. Es de familia…”
Bryn miró fijamente a Liam.
“Cuando todos recuerdan sus dones.”
Liam negó con la cabeza.
“Mamá, no…”
“Lo siento, hijo.”
Bryn se giró hacia Hammer.
“Macen, querido. Llama a tu abogado. Ahora.”
El miedo se apoderó de las entrañas de Liam.
“¿Abogado?”
Hammer palideció.
“¿Por qué?”
De repente, ella suspiró con pesar.
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CAPÍTULO 6
*
Una montaña de ansiedad sofocaba a Hammer mientras esperaba en la
fría y vacía sala de interrogatorios de la comisaría. Luchaba por aplacar su ira
y proyectar una coraza fría de indiferencia.
Este no era su primera vez, así que no iba a dejar que los cretinos que lo
observaban tras aquel falso espejo lo vieran sudar. Pero por dentro, sentía que
la tierra se derrumbaba bajo sus pies en una avalancha de mierda.
Secuestro, violación, sodomía y sexo oral con una menor, proxenetismo,
tráfico de personas… si esto no salía bien, Hammer sabía que podría pasar
encerrado toda su vida.
Ignorando los ojos curiosos de las autoridades, sacó su móvil,
desesperado por obtener alguna noticia del estado de Raine. Después de verla
colapsar en los brazos de Liam, los bastardos que conducían el coche patrulla
se negaron a detenerse para ver si ella estaba bien. Afortunadamente, Liam ya
le había asegurado a Hammer que su chica estaba bien.
El estrés emocional simplemente se llevó lo mejor de ella por un
momento. Pero, Hammer no podía estar tranquilo hasta que estuviera de
regreso a casa con ella en sus brazos. Pero ahora, solo le quedaba esperar.
A que alguien entrara en la sala para rostizarlo.
A su abogado, Sterling Barnes, para que se sentara junto a él y evitara
que su interrogatorio saliera mal.
A que terminara esta tormenta de mierda.
Macen deseó que él y Liam hubieran estrangulado a River Kendall
cuando tuvieron oportunidad de hacerlo. Cualquier evidencia circunstancial
que el hijo de perra tuviera, era incriminadora como el infierno.
Ya que hasta la verdad podría perjudicarlo, a Hammer solo le quedaba
esperar que la justicia y la misericordia prevalecieran.
Quiso pasearse por la sala, pero permaneció quieto, mirando a un punto
fijo en la mesa frente a él.
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Eso ponía a prueba su contra, pero si le daba a los imbéciles del otro lado
del cristal cualquier indicio de que estaba perdiendo la cabeza, no solo lo
aislarían más, sino que intentarían hacerlo caer.
Cuando la puerta finalmente se abrió, dos detectives con ropa de civil
entraron, uno alto y delgado y el otro bajo y calvo. Hammer los midió
rápidamente. De los que no se andan con tonterías.
Bien, porque no estaba de humor para jugar.
“¿Macen Daniel Hammerman?” preguntó el detective alto con una
sonrisa cordial.
“¿Sí?”
“Soy el detective Winslow. Este es el detective Cameron. Gracias por
venir de inmediato.”
“No me dijeron que tuviera alternativa.” dijo Hammer lentamente.
El calvo, Cameron, sonrió.
“Como formalidad, necesito leer sus derechos.” aconsejó Winslow. “E
informarle que esta entrevista será grabada.”
Mientras le leían sus derechos, todo de repente se volvió terriblemente
real. Pero Hammer se colocó su armadura mental, negándose a que el miedo
se le clavara por dentro.
“¿Entiende estos derechos que le acabo de leer?” preguntó Winslow.
“Sí.”
“Con estos derechos en mente, ¿Desea hablar con nosotros, Sr.
Hammerman?”
“Claro. ¿Por qué no?” se encogió de hombros casualmente.
Después de que los detectives grabaran aquel usual argot preliminar,
Winslow tomó una pila de notas de una bolsa.
“Vamos al grano, caballeros. ¿Qué es lo que desean saber?” apuntó
Hammer.
“Entiendo que tiene un Club sexual privado llamado ‘Shadows’. ¿Es
correcto?”
“No exactamente, Detective Winslow. No es un Club de sexo, sino un
Club privado de BDSM. Hay una gran diferencia ahí.”
“Pero los miembros tienen sexo en su establecimiento, ¿correcto?”
preguntó Cameron con un brillo lascivo en su mirada.
“Si los participantes están de acuerdo y nadie está en riesgo, se permite.
Pase alguna vez y véalo con sus propios ojos.”
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Winslow continuó.
“De acuerdo con nuestro testigo, usted también arregló que a la Srta.
Kendall la azotaran en público en su establecimiento, seguido de una
sodomía... todo mientras usted miraba.”
Hammer supo exactamente a qué noche se refería el detective. Solo un
mimbro del ‘Shadows’ podría saber de ello. Alguien había hablado... y
tergiversado todo sobre su relación con Raine para servir su propio propósito.
Se le aceleró el corazón, chisporroteó. Se abrió la cabeza para recordar
quién había estado ahí para ese debacle. ¿Quién lo odiaba lo suficiente para
desatar esta clase de venganza?
Estaba en una mierda más profunda de la que él se pudiera imaginar.
¡Cristo! ¡Esto no podía estar sucediendo!
Pero incluso su cuerpo sabía que sí, a medida que sus pulmones se
congelaban, su boca se secaba, y su corazón estaba por salírsele del pecho.
La vida que había esperado disfrutar durante años se le estaba escapando
por entre los dedos. Liam quedaría a cargo de Raine, solo. ¿Y qué pasa con su
hijo? ¿Podría conocer al bebé que concibieron tan enamorados? Maldita sea,
no iba a caer sin pelear.
“Sugiero que traigan a su testigo y aclaren los hechos, porque alguien les
está dando una tonelada de patrañas.”
“Créame, Sr. Hammerman, nuestro testigo tiene una reputación
impecable.” le aseguró Winslow.
“Terminemos con esta farsa. Todos en esta sala sabemos que es culpable.
Tenemos las pruebas aquí, en blanco y negro.” gruñó Cameron, esparciendo
las copias de las consignaciones sobre toda la mesa. “Denos su declaración.
Declárese culpable. Tal vez el fiscal reduzca los cargos que planea sentar
contra usted y solo le den de cinco a diez años. Si quiere seguir fingiendo que
es un ciudadano modelo, le garantizo que un juez lo encerrará y tirará la
llave.”
“No he hecho nada malo.” gruñó Hammer. “Pueden llevarse su evidencia
y metérsela por el culo. Si va a arrestarme, joder, hágalo. De lo contrario, yo
ya terminé aquí.”
“Calma.” murmuró Sterling.
Hammer estaba más allá de ello. Si no salía de esta sudorosa caja
claustrofóbica en los siguientes diez segundos, iba a perder el juicio por
completo.
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“Por ahora.” girándose hacia Sterling, le dio la mano. “Gracias por venir.
Paso mañana por tu oficina y te doy todos los detalles.”
“Hazlo por favor. No me gusta intentar representar clientes cuando voy a
ciegas.”
“Entendido.”
Cuando Sterling se alejó, Hammer exhaló, desando poder sacar todo su
agotamiento y su miedo.
“Vamos, chicos. Hablemos en el coche. Quiero largarme de aquí y volver
a casa con mi chica.”
Al menos durante el tiempo que pudiera.
Raine se retorcía las manos mientras estaba sentada en una vieja silla
rodeada por unas paredes horribles y amarillas, sucias, manchadas de linóleo,
dificultándole respirar. Junto a ella estaba sentado un abogado que había
conocido solo hace cinco minutos. Incluso ahora, Hammer estaba siendo
interrogado por crímenes que no había cometido.
¿Y también pretendían arrastrarla en esto?
El hombre distinguido de casi cuarenta años se inclinó y le susurró.
“No esté nerviosa”
Calvin algo. Raine estaba demasiado agitada para recordarlo. Él se había
presentado con ojos penetrantes y la sonrisa de un tiburón.
“Sterling me dijo lo que sabe y…”
“No soy una víctima.” ella lo cortó. “Hammer no hizo nada malo.”
“Sterling indicó que probablemente no le des a la policía mucho para
soportar su investigación.”
“No voy a ayudarlos a enviar a prisión a alguien inocente... a quien amo
con toda mi alma.”
Minutos después de que Macen hubiera sido llevado, más oficiales de
policía se habían presentado y la habían interrogado a ella y a Liam.
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Raine agradeció que con una simple llamada telefónica, Sterling hubiera
arreglado que los abogados de otro prestigioso bufete se encontraran con ellos
en la comisaría. Porque el dinero habla, y los abogados acuden corriendo.
“No tiene que decir nada, Srta. Kendall. No pueden obligarla a contestar
ninguna de sus preguntas.”
“Pero debo hacerles darse cuenta de que Hammer jamás me ha hecho
caño.”
“No es posible que dejen la investigación simplemente porque la
‘victima’ no quiere cooperar. Por lo que sabemos, tienen otra evidencia, y
están jugando con eso. Si quiere ayudar al Sr. Hammerman, entonces su
trabajo es no decirles todo. Es no darles cualquier información que los ayude a
cavar un foso más profundo.”
“Pero él me ayudó, me rescató…”
“Eso a ellos no les importa. En cuanto a los detectives concierne, es
propietario de un Club de sexo en un estilo de vida alternativo que tuvo
comportamiento inapropiado con una menor en alguna forma. Quieren verlo
tras las rejas.”
“No. Eso no es lo que Macen es. Él es…”
“No importa lo que yo piense. No pierda la compostura y no mienta. Si
alguna pregunta tiene pinta de mostrar al Sr. Hammerman como un criminal,
niéguese a contestar. Y no tiene que decir nada que la incrimine a usted. Si no
está ni remotamente segura de una pregunta, míreme, y yo la guiaré.”
Raine asintió. Odiaba estar tan nerviosa. Después de todo, ella tenía la
verdad de su lado. Pero eso no evitaba que los nervios le fallaran.
Minutos después, una detective la llamó. El estómago de Raine se apretó
mientras seguía a la mujer hasta una sala gris de interrogatorios. Calvin la
siguió, retirándole la silla cuando la mujer policía le ordenó tomar asiento.
“¿Raine Kendall?” preguntó la mujer.
Ella se veía casual, cerca de los treinta años. Su cabello largo y oscuro
recogido en una severa coleta. Casi sin maquillaje y una camisa de botones
que se veía masculina. Con una placa y un arma pegadas a su cinturón, daba
imagen de ‘no-me-jodas’ y eso intimidó terriblemente a Raine.
“Sí.”
“Soy la Detective Pérez. Quisiera hacerle unas cuantas preguntas sobre
su relación con Macen Hammerman. ¿Lo conoce?”
“Sí.”
“¿Cómo se conocieron?”
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“Sigamos…”
El rostro de la detective se endureció.
“¿Cuándo comenzaron usted y el Sr. Hammerman a tener sexo?”
“Si me pregunta si lo hice mientras era menor de edad, la respuesta es no.
Era una adulta muy consciente. Si me pregunta si alguna vez fui maltratada,
violada, abandonada, o lastimada de algún modo, la respuesta también es no.”
“¿La vendió? ¿La obligó a tener sexo con él y otros? ¿Se ganaba la vida a
costa suya?”
“¡Diablos, no! Esto es ridículo. Claramente no sabe nada de ninguno de
nosotros.”
“Sé que está embarazada.”
Pérez la miró con superioridad.
“¿Sabe quién es el padre?”
“No, y si no saberlo es un crimen, entonces la mayoría de la gente que
aparece en los shows deberían ser arrestadas. Macen Hammerman no ha hecho
nada más que hacerme feliz. Y le diré lo mismo a cualquiera que me lo
pregunte.”
Ahora Calvin se rió abiertamente.
“¿Alguna otra pregunta?”
La detective frunció el ceño y Raine tuvo la impresión que estos dos ya
se habían enfrascado en algún interrogatorio anteriormente.
Pérez miró a Calvin con desprecio.
“En verdad, toneladas.”
La mujer lanzó unas pilas de papel sobre la mesa frene a Raine.
“Estas son copias de consignaciones a nombre de su padre. Dos mil
dólares al mes durante un periodo de seis años. ¿Sabía que Hammerman le
estaba pagando a su padre?”
Raine miró las hojas, con el cuerpo tenso. Reconoció la letra de Hammer,
así que tenía que ser cuidadosa.
“Jamás he visto estas consignaciones en mi vida.”
Lo cual era verdad.
“Tal como lo entiendo, usted trabajaba para el Sr. Hammerman,
manejaba sus cuentas.”
“Sí, pero…”
“Él consignaba la misma cantidad cada mes ¿Y usted jamás vió ni oyó
nada, a pesar del hecho que usted era su contadora?”
Pérez la miró escéptica.
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CAPÍTULO 7
*
De camino a casa, Hammer les relató a sus contritos amigos los amargos
detalles de su interrogatorio. Seth sacudía la cabeza ante las afirmaciones de
los detectives.
“Todo lo que quiero saber es dónde encontrar a River.” intervino Beck.
“Quisiera ignorar mi juramento hipocrático por unas horas y desatar una carga
de mierda de dolor no consentido en ese chupapollas.
“Haz fila.” gruñó Hammer.
El resto del camino pareció inusualmente tranquilo. Beck jamás fue de
medir las palabras, pero después de ese comentario, intercambió unas cuantas
miradas con Seth que tenían a Hammer frunciendo el ceño.
“¿Pasa algo más?” les preguntó.
Seth se detuvo en el camino en forma de U mientras el día se hacía
noche. Él y Beck parecían estar compartiendo una conversación callada.
Ahora Hammer tenía sospechas reales.
“Nop.” dijo Beck. “Ahora… ¿quieres pasear en el coche con nosotros,
conectarte con tu vagina interior y discutir tus sentimientos? ¿O prefieres
pasar la noche con Raine y Liam?”
No hubo duda de su elección.
“Encuentra tu propia vagina.” respondió Hammer. “Voy a entrar.”
Las luces del jardín iluminaban la casa. Mientras miraba la cálida
estructura de estuco gris, el miedo y los “qué pasaría si…” lo inundaron. Su
corazón estaba detrás de esa puerta negra y brillante, brillando desde esos
grandes ventanales. Ansiaba encerrarse dentro con las personas que más
amaba, encontrar solaz en el cuerpo de Raine, y pasar cada momento dándole
recuerdos con Liam.
Algún día, todo lo que podría tener serían recuerdos.
“Buen hombre.” Beck le palmeó el hombro. “Llama si nos necesitas.”
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Por primera vez, echó todo eso a un lado y simplemente se maravilló ante
la absoluta devoción que habían forjado. Ante el amor incondicional que ahora
los fundía a los tres.
Cautivado, miró cómo Liam y Raine se vertían mutuamente en el beso
hambriento que compartían. Liam la calmaba, la acariciaba mientras ella se
retorcía suavemente, abierta, acogedora. Hammer sintió los temblores de la
necesidad ondear a través de ella. Su amigo respondía acercándola, casi como
si pretendiera absorberla.
Hammer se dio cuenta que necesitaban la afirmación de su amor y
conexión tanto como él. Cuando Liam se retiró, Raine rodó sobre su espalda,
mirando entre los dos mientras ellos se movían sobre ella. Hammer miró la
boca hinchada de Raine y sus ojos azules lleno de agitación.
Raine parecía como si se fuera a volver a romper cuando los alcanzó, con
un toque lleno de tormento. En un consuelo silencioso, Macen colocó la
mejilla en su mano, y Raine se giró para besar su palma. Se deleitó en la
sensación de sus esbeltos dedos, el ardor de su piel y el amor en sus ojos.
Junto a él, Liam se levantó para quitarse los zapatos, su camisa y su
pantalón. Hammer lo imitó. Raine los miró con un brillo desesperado. Alguna
parte necia de él quería hundirse de nuevo en la cama y devorar cada
centímetro de ella. Pero si esta fuera una de sus últimas oportunidades de
saborear su amor, él quería tomarse su tiempo, rodearla con la ternura y
devoción que merecía, y sumergirse en ellos.
Liam y él compartieron una mirada mientras se terminaban de desnudar.
Una mirada le dijo a Macen que estaban en el mismo sitio... tanto de mente
como de corazón. Ellos no se concentrarían en nada más que no fueran ellos
tres.
Juntos, Liam y él se subieron a la cama, entonces le quitaron la blusa y el
sostén a Raine. La tela de seda cayó en un susurro para revelar lentamente su
suave piel... un hombro, un pecho hinchado. A él se le detuvo el corazón.
Raine resplandecía. Cada vez que pensaba que Raine no podía ser más
hermosa para él, ella le demostraba lo contrario.
Junto a él, Liam expuso el otro pecho con una leve maldición de
necesidad. Ella miró entre los dos, con los labios temblorosos. Y les extendió
los brazos.
Hammer no perdió otro segundo.
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“Preciosa…”
Hammer tragó fuertemente.
“Ah, amor…”
Liam liberó sus muñecas para acariciarla mientras mordía su labio
inferior. Raine lo miró con anhelo y se separó para permitirle lo que quisiera.
Liam tal vez vió lágrimas en sus ojos. Como siempre, él pudo entenderla.
También las enjugó y reemplazó su congoja por dicha.
Mientras la besaba, Macen golpeó su clítoris antes de tomarla con su
boca de nuevo. Raine cerró los ojos y simplemente sintió. Como si sus dedos
tuvieran voluntad propia, ella los enredó en el cabello de Hammer. Necesitaba
un corte. Estaba ligeramente ondulado en las puntas. Para un hombre que se
preciaba de poseer un control implacable, no apreciaba la subversión de su
voluntad. Pero ella disfrutaba hundirse en sus suaves mechones y jalarlos
gentilmente mientras ella levantaba las caderas para ofrecerle cada centímetro
de sí misma.
Hammer la tomó en una presión hambrienta de sus labios, y un deslizar
de su lengua. El deseo de Raine se elevó, rebosó. Ella lo apretó con
desesperación.
El olor de él se mezcló con el de Liam, rodeándola, llenando su cabeza.
La doble presión de sus cuerpos la intoxicaba y le apretó el corazón. Conocía
los sonidos que hacía cada uno cuando le daban placer, el modo que cada uno
sonreía cuando los divertía, las palabras que cada uno usaba para elogiarla, y
las expresiones de cada uno cuando le decían que la amaban.
Jamás había tenido el corazón tan lleno.
Raine se aferró a ellos como si pudiera desafiar al destino y sostenerlos
para siempre. Cayó en un estado de máxima excitación, decidida a estrujar
todos los recuerdos posibles de esta noche.
Hammer bordeó la apertura de su coño con el dedo. Ella tomó aire, y su
sexo se apretó de necesidad, ansiando que uno de ellos llenara el espacio
vacío. Liam integró su placer, doblándose en una lenta ondulación de sus
pezones con su boca.
“Tomadme. Por favor…” rogó ella con un gemido sin aliento.
“Eso planeamos, amor. Toda la noche.”
Liam le mordisqueó de nuevo los sensibles nudos. Hammer se separó de
su centro húmedo, con los labios brillantes.
“Cuando estemos listos, y estés tan desesperada que no puedas respirar.
Ni un segundo antes, preciosa.”
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CAPÍTULO 8
*
Liam miraba su comida fijamente, sin decir nada a través de su tranquila
cena con comida china a domicilio. Hammer frunció el ceño, especialmente
porque también había notado a Raine agitada y lanzándole miradas al otro
hombre mientras ella picaba su pollo a la naranja y su chow-mein.14
Cuando Macen la encontró mirándolo con culpabilidad, él lanzó sus
palillos. “Bien. Suéltenlo. ¿Qué pasa?”
Raine hizo una mueca, y se dirigió hacia Liam con una mirada
interrogante. Eso hizo que el nudo en el estómago de Hammer se apretara.
“No quisimos preocuparte cuando llegaste a casa, y todos necesitábamos
el tiempo y el contacto que compartimos untos.”
Liam bajó sus palillos, obviamente sopesando sus palabras.
“Después de que la policía te llevó, vino otra patrulla. Nos pidieron a
Raine y a mí que también fuéramos a comisaría para interrogarnos.”
Hammer estrelló las manos sobre la mesa. Apretó la mandíbula,
intentando aplacar su temperamento. Nada de esto era culpa de ellos… pero sí
que estaba enfadado.
“¿Y ahora me lo cuentas?”
El silencio de los dos era delator... y condenatorio.
“Sterling no me dijo nada. Beck y Seth no me dijeron nada. Me dejas
contarte todo sobre mi interrogatorio, ¿y tú no me dices nada? ¡Maldita sea!”
“Tenías suficiente de qué preocuparte, viejo. Contarte esto antes solo
hubiera sido otra carga para ti. Sterling arregló que ambos fuéramos con un
abogado. Mi entrevista fue corta, tal vez diez minutos. Yo no estaba en Los
Ángeles cuando Raine era menor de edad. Pude demostrar que no la conocí
hasta Septiembre. Me preguntaron si alguna vez la violé. Claro que lo negué, y
no pueden demostrar lo contrario. Ellos querían saber cuánto tiempo hemos
14 ‘Chow mein’ son los famosos fideos chinos fritos de los cuales existen cientos (o miles) de variantes.
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sido amigos tú y yo y dónde nos conocimos. Les dije que no tenía nada que
responder al respecto. Cuando me preguntaron sobre mi vida sexual con
vosotros dos, les dije que se fueran al carajo.”
Dios, la policía parecía tener la intención de arrastrar a todos los que él
amaba hacia el fango.
Miró a Raine.
“¿Cuánto tiempo te interrogaron?”
“Tal vez cerca de una hora. La detective parecía decidida a hacerme una
víctima, pero le aclaré las cosas a esa perra.”
Joder.
“Lamento que ambos tuvierais que pasar por eso.”
La culpa se apoderó de Macen.
“No es tu culpa. No pediste esto.”
Raine extendió la mano sobre la mesa y tomó la de él. Él se la apretó.
“Dime lo que querían saber.”
Ella se encogió de hombros.
“Tal vez mucho de lo mismo que querían saber de ti, como si tú y yo
tuvimos vida sexual cuando yo era menor de edad y por qué le diste dinero a
Bill.”
Ella miró sus manos en el regazo.
“Dijeron que tenían un video en el que parecías estar violándome.”
“¿Un video?”
Su ceño era atronador. Apenas pudo controlarse para no voltear la mesa
en medio de su ira. Toda su vida y la gente que amaba estaban siendo
denigradas y amenazadas... y se sentía indefenso para detenerlo.
“¿Qué puto video podría tener la policía?”
“No lo sé.” dijo Raine encogiéndose de hombros. “Jamás me lo
mostraron o me dieron información de ello. Tal vez es un engaño.”
Sí, tal vez la policía simplemente utilizó una táctica diseñada para alentar
a Raine a hablar sobre su supuesto abuso. Así como era posible que lo de su
misterioso testigo no fuera más que una estratagema para hacerle hablar.
“Debe ser, porque eso jamás pasó.” agregó Liam.
Raine asintió.
“Eso les dije. Así como les dije que me gustaba el sexo rudo.”
Hammer no había pensado que su furia pudiera elevarse más, pero su
urgencia por sentir violencia apareció de nuevo. Raine jamás debió admitir
nada de su vida privada a esos bastardos entrometidos y libidinosos.
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15 Alude al símbolo del programa informático Java, que es la silueta de una taza de café humeante.
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Pero ella es más fuerte. Podrá con esto, Macen. Sé que estás enfadado porque
la policía la interrogó hoy, pero no subestimes a nuestra chica.”
“Solo odio ver cómo la arrastran por esta mierda.”
Calladamente, Hammer se preocupaba por todo lo que esta agitación le
haría a su progreso emocional, pero no lo dijo. Simplemente tenía que creer en
ella y apoyarla del mejor modo posible por el tiempo que pudiera.
Un golpe en la puerta principal interrumpió sus pensamientos. Liam y él
fruncieron el ceño. Ninguno esperaba compañía, especialmente casi a
medianoche. Se le detuvo el corazón por un momento. ¿Había regresado la
policía a arrestarlo? ¿Ya?
“Yo abro.”
Liam se puso de pie.
“Abro yo.”
Hammer se le adelantó, sabiendo que tenía que enfrentar su propio
desastre.
“Seguro que es para mí.”
Con un suspiro, abrió la puerta, preparándose para más oficiales
uniformados y un par de esposas y no precisamente del tipo para jugar. En
cambio, encontró a Dean Gorman de pie en el pórtico, con gafas de sol y una
gorra de beisbol con el ala baja, junto con una chaqueta gastada de cuero, una
camiseta, y unos jeans. El coche estacionado en el andén no era el suyo.
“Hey.”
La voz del policía sonaba sombría. Hammer entendió de inmediato que
Dean había tomado un riesgo bastante grande viniendo aquí.
“¿Puedes entrar?”
El oficial miró sobre su hombro, y asintió, quitándose las gafas.
“Por un minuto.”
Dando un paso atrás, para darle paso, las entrañas de Hammer se
retorcieron. Dean no podría traer buenas noticias.
“Hola.”
Liam le dio la bienvenida.
“¿Café?”
“No, gracias. No puedo demorarme. Tampoco puedo hablarte desde mi
móvil personal, en caso de que ordenen intervenir el tuyo. Por eso vine sin
avisar.”
“Entiendo.”
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la previsión de no admitir que tú habías tomado las fotos. Fue perfecto decir
que Raine te dio estas imágenes en caso de que su padre viniera por ella.”
Hammer tomó el sobre de la mano de Dean. Le debía una, ya que
arriesgaba su sustento y su libertad por ayudarle, esta era una enorme deuda.
“Gracias.”
Dean asintió.
“Deshazte de ellas. Son una carga que no puedes darte el lujo de llevar.”
“En absoluto. De todos modos, ahora que Bill está muerto, Raine se
sentiría mejor si las destruyera.”
“Hazlo rápido. Puedes apostar a que Winslow y Cameron se presentarán
aquí y en el ‘Shadows’ en los próximos días... tal vez horas... con órdenes de
registro. Sería mejor para todos si estas copias y sus originales desaparecieran.
De hecho, deshazte de cualquier cosa que te incrimine en ambos lugares.
Fotos y videos de vigilancia de Raine en ‘Shadows’ antes de cumplir
dieciocho años deben ser tu prioridad. Si tienes algo guardado en tu teléfono,
nube, ordenador, límpialo. Borra cuentas viejas. Abre unas cuentas nuevas. Y
jamás oíste esto de mí.”
Se quitó la gorra con un suspiro.
“Eso me costaría mi trasero.”
El gong de un presagio resonó a través de Hammer una y otra vez. Todo
estaba pasando tan rápido, y no había visto venir las órdenes de registro. Lo
cual lo abrumó, porque debió haberlo previsto.
“No puedo agradecerte lo suficiente, hombre. Me ocuparé de todo desde
aquí. Si alguien pregunta, no eres miembro del ‘Shadows’ y no te conozco.”
Gorman asintió con tristeza.
“Gracias. Lamento que tenga que ser de esta manera.”
“Te entiendo por completo. No lo pienses dos veces.”
“Te mantendremos limpio aquí.” agregó Liam. “¿Hay algo más que
podamos hacer para mantener a Hammer fuera de prisión?”
“Escuchar a Sterling Barnes. Es uno de los mejores. No mentir más de lo
necesario y no perder la cordura. Y una última cosa.”
Dean le entregó una hoja de papel doblada.
“No me decidía sobre esto pero… en lugar de Raine, querría saberlo.
Claro, esto tampoco se os lo he dado yo. Pero esta es la dirección actual de
River. Es un sitio que alquila habitaciones por semana. Se negó a dar un
número de teléfono. Esto no podría ser de mucha ayuda, pero tal vez podáis
obtener algunas respuestas de él.”
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JUEVES 14 de Febrero
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“Los animales te quieren. Saben que tú los percibes. Lo mismo pasa con
las plantas y los árboles. Son entes vivos, así que sus auras son una pista del
estado de su ser.”
Su sonrisa se volvió cariñosa.
“¿Recuerdas que tú llorabas si alguien me regalaba flores? Me decías que
ellas sangraban.”
“Mamá, tenía cinco años. Conocer el estado de mi jardín no me ayuda
ahora con mis problemas.”
“Si colocaras más atención, tal vez sí. Pero has estado fuera de forma
durante años. ¿De qué color era el aura de Gwyneth?”
“No lo sé.”
Liam no había pensado mucho en ello, y no quería acordarse en esa
bestia.
“Concéntrate y piensa.”
Liam suspiró. Era mejor no discutir con su madre cuando se mostraba
decidida. Cerró los ojos, y de repente eso le llenó la cabeza.
“Verde. Y marrón fango.”
Los colores de su ex-esposa representaban la ira, los celos, traición, y
falta de corazón. De hecho, ya no podía imaginar a Gwyneth sin el feo aire a
su alrededor. Frunció el ceño. ¿Cómo mierda se pudo casar con esa perra?
“Exacto.” lo elogió su madre. “Y el aura de Raine es…”
“Azul y blanco. Vívido. Vivaz.”
La imaginó audaz y resplandeciente.
“Es adorable.”
Bryn sonrió orgullosa.
“Preciso. Lamento si la asusté cuando llegamos.”
“¿Por qué no me avisaste antes que venías para haber podido
explicárselo?”
“Si hubieras estado más atento, lo hubieras sabido tan pronto como
empecé a llenar mis maletas. ¿Por qué no le habías hablado sobre tu familia,
hijo?”
“No sabía qué decir sin sonar muy loco.”
Liam le dio un largo trago a su té.
“Es bueno veros a ti y a Pa. ¿Cómo están todos?”
“Tus hermanas están bien y te envían su amor. ¿Tienes colaciones?
Rebusqué en la alacena pero no encontré.”
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“Raine encontrará el modo, sin importar cual sea. ¿No preferirías que
fuera sin tener que escabullirse y sentirse culpable? ¿Para que puedas
asegurarte de que ella está protegida y a salvo?”
El interrogatorio hecho a Macen posiblemente habría encendido la
decisión feroz de su chica para querer arreglarlo todo. Eso significaba que ella
querría confrontar a River.
“Es malditamente peligroso. No permitiré que ese cabronazo se le
acerque. ¡Intentó secuestrarla! ¿Te das cuenta del daño que le ha hecho? Lo
juro, si le pongo las manos encima al hijo de…”
“Claro que lo sé. ¿Pero qué esperas? Todo lo que él sabe de la vida de
Raine hasta ahora muestra un panorama sórdido.”
“En su cabeza.”
Bryn extendió la mano para tocar el brazo de él.
“La mayoría de los hombres no ven más allá de su nariz. Y no es que
alguno de vosotros dos haya convencido a Raine de casarse con vosotros.
¿Esperáis que ella dé a luz sin un esposo?”
Liam había esperado esta presión de sus padres bastante católicos.
“Se lo propuse. Hammer también. Nos dijo que no a ambos.”
“¿Y os vais a rendir?”
Bryn sacudió la cabeza.
“Raine aún está encontrando su camino. Igual que River. Es su hermano
mayor, Liam. Ella es la única familia que le queda. Sabes que para un
guerrero, no hay peor arrepentimiento que fallarle a aquellos que ama y debió
haber protegido.”
Él lo sabía. Esa era una razón por la cual Hammer había estado
atribulado.
“River ha estado en el estado durante meses, reuniendo información
sobre nosotros y retorciéndola. ¡Pudo haber iniciado una puta conversación
antes de volverse loco de remate!”
“¡No eres lo suficientemente grande para que te lave la boca con jabón,
Liam O’Neill!”
Liam no quería ser irrespetuoso, especialmente cuando su madre tenía las
mejores intenciones.
“Lo siento.”
“Sospecho que sí. Estoy segura que tú y Macen le disteis la bienvenida a
River con los brazos abiertos.” dijo ella con acidez. “Y le explicasteis con
detalles vuestra relación con Raine cuando él llegó, ¿cierto?”
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cosas más duras de aceptar para mí es que ver cosas no significa poder
detenerlas. Tengo que dejar que ocurran.”
“Pero el padre de Raine…”
“Obtuvo lo que se merecía, y tu joven chica también es una guerrera. Ella
luchó con uñas y dientes por todos vosotros y el futuro que podríais tener
juntos. Si yo hubiera interferido, todo hubiera cambiado.”
“¿Y por qué es diferente toda esta situación?” le preguntó cansado.
“Macen se sacrificará por vosotros dos si no lo detenéis y ninguno de los
dos tendrá la vida que debisteis tener juntos. Este amor que compartís vosotros
tres es especial. Ha pasado mucho tiempo para vosotros. He sabido que tú
estabas destinado para algo diferente desde que eras un niño pequeño. Ahora
estás donde debes estar, hijo. Con las personas que debes sostener por
siempre. Usa cada herramienta que tienes para luchar por ello.”
“No sé qué hacer, mamá. No puedo pelear contra la ley.”
“Piensa en eso, como sé que lo harás. Verás el camino. Sé la roca de
Raine... y de Macen. Juntos, encontrareis todo eso con lo que otros sueñan.”
Liam miró su taza.
“No tengo elección. Apenas conocí a Hammer, supe que él era el
hermano que jamás tuve. Y Raine… la primera vez que la besé… fue tan
poderoso, mamá. Mirándolo ahora, veo que mi instinto me decía que ella
estaba destinada para ser mía. Curioso.”
Bryn sonrió.
“Yo fui así con tu padre. En el momento en que nuestros labios se
tocaron, me encontré pensando ‘¡Oh!, ahí estás. Estaba esperándote’. ¿Me
entiendes?”
“Sí. Incluso cuando pensé que debía alejarme de ambos, no pude. Desde
que Hammer y yo pusimos a Raine entre nosotros, he sido más feliz que
nunca. Lo que ahora compartimos está… por encima de todo. Lo haría todo de
nuevo en un latido.”
Los labios de ella se curvaron en una sonrisa.
“Te dije antes de que dejaras Nueva York para irte de ‘vacaciones’ que
estarías comenzando una nueva aventura.”
Lo hizo. Y a pesar de que a veces era poco concreta, su madre siempre
terminaba teniendo la razón.
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Mejórate Pronto.
Todos pensamos en ti.
Hammer
*
La primera migraña de Raine había sido realmente fuerte y eso lo asustó
terriblemente. Afirmando que los miembros del Club estaban preocupados, le
trajo una docena de rosas rojas.
Tomó otra foto, está con él y Raine bajo el muérdago en la fiesta anual
del ‘Shadows’ dos Navidades atrás.
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Con los ojos cerrados, tenía la boca inclinada hacia la de él. Hammer
recordó mirar sus labios dulces abiertos por un momento asombroso,
esperando y desesperado.
Finalmente, la besó suavemente en la frente. No había esperado para ver
el rostro de ella decaído antes de alejarse. El pesar colgó pesadamente ahora.
Habría dado lo que fuera por regresar el tiempo para estar de pie bajo esa rama
verde, envolver a Raine en sus brazos y devorarla.
Entre sus tesoros, Hammer encontró un llavero colorido con las palabras
FELIZ CUMPLEAÑOS grabado. Se lo había regalado junto con su coche
nuevo. Raine había soltado un fuerte chillido y se había envuelto a su
alrededor tan fuertemente que juraba poderlo sentir todavía.
Raine también había guardado los boletos de su primer concierto juntos,
el birrete de plástico que ella guardó del pastel con el que celebraron que ella
pasó el examen de desarrollo educativo, y unas gafas de sol de las que Raine
se apropió un verano.
Tenía guardada cada cosa como un símbolo silencioso de su amor. Y él
había estado demasiado enredado en su noción de que él no era bueno para
ella, así que no se dio permiso para corresponder a su amor.
Los había condenado a ambos a años de miseria.
¡Qué puto tonto!
Tragándose su abrumadora frustración, Macen se concentró en la caja de
sus reliquias pasadas. Un destello plateado llamó su atención, y tomó el
delicado colgante. La esfera sin cadena brillaba con una R grabada en filigrana
al frente. Estrechó los ojos para ver la inscripción en la parte de atrás.
*
*
Se le formó un nudo en la garganta. Casi no sabía nada de Robin Kendall
excepto que ella había sido la primera... y una de las pocas personas... que le
dieron a su preciosa Raine algo de amor cuando era niña. Su padre demente
había destruido eso. Raine no merecía que le arrebataran a nadie más.
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A pesar que Raine dijo que no, más de una vez, él devoró su coño hasta
que ella gritó y la desgarró un orgasmo cataclísmico. Luego, la arrastró a su
habitación y la folló toda la noche.
Aunque su agarre había sido brusco e inflexible, ella había estado muy
dispuesta… eventualmente. Pero la cinta podría ser incriminatoria si querían
procesarlo por violación.
La mierda había pasado de mala a real y putamente terrible.
Hammer se pasó una mano por el rostro y caminó de lado a lado con el
estómago hundido. Ningún otro disco faltaba, solo los dos más incriminatorios
de su vida. Eso no era ningún accidente. Bryn tenía la razón. Alguien lo
perseguía.
¿Quién diablos podría ser?
Tragándose una rabia negra, organizó la sala para que nadie sospechara
qué buscaba, y levantó la mirada cuando Lewis volvió.
“¿Todo bien?” le preguntó.
[No.]
Hammer hubiera sospechado que el hombre hubiera borrado los discos
de respaldo, pero él llevaba trabajando en ‘Shadows’ apenas dos semanas... ni
de cerca lo suficiente para incitar el odio del muchacho. Además, Lewis se
habría tomado el trabajo por el valor pornográfico de ver el pietaje antes de
archivarlo. Macen dudaba que él quisiera arriesgarse tan pronto.
“Genial.” salió, cerrando la puerta tras él.
River era la opción obvia acerca de quién los robó, pero, ¿cómo habría
entrado en la sala de seguridad? No habría tenido suficiente tiempo para ver
todos videos de los últimos seis meses. Hubiera necesitado días para encontrar
el maldito pietaje correcto. ¿Tendría River un soplón, o le había pagado a
alguien para que buscara? Hammer necesitaba averiguarlo... rápido.
De regreso en la oficina, encontró a Beck esperándolo, con una bolsa de
juguetes vacía a sus pies. El doctor señaló el cumulo de evidencia
incriminatoria.
“¿Necesitas que te guarde eso?”
“Es mucho pedirte...”
Beck se encogió de hombros y levantó la bolsa en el escritorio de Macen.
“Tengo el lugar perfecto para guardarlo. No te preocupes. Te ayudaré a
proteger a Raine y a mantener tu culo fuera del hueco.”
Hammer echó todo en la bolsa vacía.
“Te debo una, grande.”
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“Haré que alguien trabaje en eso si el caso va más lejos.” soltó Hammer
amargamente.
“Bien. Porque si no puedes demostrar que no la explotabas siendo menor
de edad, también te ficharían como agresor sexual.”
Él se congeló. ¿Por qué no le cortaban la polla y punto?
“Perderé el ‘Shadows’. Diablos, no me dejarían ni entrar allí por el resto
de mi vida.”
“Recuerda, los cargos que te puedan imputar y lo que puedan demostrar
son dos cosas diferentes. Están pescando, Macen, porque tienes un ‘Club de
sexo’. Piensan que eres la escoria de la sociedad.”
El hombre mayor se rió suavemente.
“Curioso, pensé que los abogados teníamos ese título.”
Hammer no estaba nada divertido.
“Deja de preocuparte. Hasta que no presenten formalmente los cargos, no
hay nada que hacer sino ser pacientes.”
Hammer resopló.
“No me dijiste que fuera paciente, ¿verdad?”
Sterling sonrió.
“Efectivamente, muchacho. Lo cual, por supuesto, es como decirte que te
vuelvas un sumiso. Pero me temo que hasta que ellos no muestren su juego,
todo lo que podemos hacer es esperar.”
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CAPÍTULO 9
*
Después de una noche intranquila, Raine despertó con el cuerpo cálido de
Liam presionado contra su espalda. Se levantó con un suave suspiro.
La noche anterior, antes de la cena, Hammer y Liam le habían hecho el
amor. Entonces Hammer finalmente les había contado sobre su interrogatorio.
Después de abrazarla y asegurarle lo que podía sin hacer promesas que no
podía cumplir, Macen había desaparecido escaleras abajo, llevándose a Liam
con él.
Entonces ella oyó el golpe en la puerta bien entrada la noche, y oyó a
hurtadillas la conversación de los chicos con Dean. Luego Liam desapareció
por un rato en la madrugada. Hammer se separó de ella unas horas después y
dejó la casa.
Raine respiró profundamente para intentar controlarse. Aunque ambos
hombres intentaron suavizar la verdad, estaban preocupados. Todo fue
indulgente y protector, y ella los amaba por eso. Pero ella era parte del
problema ya que su hermano había alborotado el proverbial avispero. Así que
tenía que ser parte de la solución.
Hammer y Liam podrían sentirse traicionados por su decisión, pero Raine
pretendía hacer lo que estuviera a su alcance para explícale a su hermano
todas las maneras en las que él le estaba arruinando la vida, y luego hacerle
que lo arreglara todo.
Después del incidente del spa, obviamente no podría verlo ella sola.
Hammer ya tenía suficientes problemas, y Liam podría matar a su hermano.
Esos dos tenían que quedarse atrás.
Mirando otra vez a Liam para asegurarse de que aún dormía, se dobló
junto a la cama y tomó los pantalones de chándal que Hammer tenía puestos la
noche anterior. Metió la mano en los bolsillos, aliviada cuando sus dedos
sintieron el trozo de papel. Raine lo tomó. La dirección y número de
habitación del hotel de River.
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Si dejaba que él la consolara ahora, solo se rompería más. Tenía que ser
fuerte para hacer que su hermano viera la verdad.
River se levantó de la cama y tragó.
“No tenía idea. Bill me echó de casa ese verano porque le discutí sobre la
partida de mamá. Tenía mis sospechas y había crecido lo suficiente para
pelear si me golpeaba por eso. Me había golpeado hasta la mierda siendo un
niño, pero jamás me tocó así… ¡Jesús! Lamento tanto haberme ido. Estaba
enfadado y extrañaba a mamá. Después de eso, era solo un niño sin trabajo ni
habilidades sociales, intentando aprender a alimentarme y sobrevivir. Terminé
en peleas callejeras para hacer dinero. Una vez casi maté a un tipo con mis
propias manos, así que fui a un correccional. El juez me dijo que me alistara al
cumplir los dieciocho o iría a prisión, así que me uní al servicio militar. Una
vez allí, solo quería olvidar todo y ser alguien normal.”
“Todos fuimos víctimas de Bill. Pero ¿Por qué no escuchaste cuando
Hammer y Liam intentaron decirte lo que era mi vida? ¿O cuando yo te
expliqué?”
Él sacudió la cabeza y se pasó una mano por la cabeza.
“Soy un soldado, Tormenta. Hasta hace setenta y tres días, eso era todo
lo que había sido. Me fui como oficial comandante, entrenado para ver los
hechos y tomar decisiones rápidas. Juzgué todo tal como lo vi.”
Ella se puso de pie con las piernas temblorosas. Seth y Beck estaban ahí,
ofreciéndole la mano. Raine las tomó porque había llorado tanto que no tenía
fuerzas. Maldita sea, se había jurado que ningún otro hombre Kendall la
lastimaría.
“Te equivocaste. Hammer no sabe tan siquiera que estoy aquí. Jamás
querría que yo rogara por él.”
Su Dominante orgulloso y fuerte preferiría caer pero con la cabeza en
alto. Pero ella entregaría su alma una y otra vez por salvarlo.
“Liam tampoco me quería aquí. Pero insistí, porque haría lo que fuera
por el hombre que lo ha hecho todo por mí.”
“Princesa.” susurró Beck. “Respira profundo. Liam y Hammer no
querrían que te alteraras tanto.”
Raine lo sabía. Se sentía diezmada y agotada y vacía de todo excepto del
agobiante miedo de no poder envejecer con Macen.
“Solo hay dos personas en mi vida sin las que no puedo vivir y tú estás
intentando enviar a una de ellas a prisión. Estoy en agonía y te ruego que pares
esto. Por favor…”
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*
Liam suspiró.
Hace quince minutos, Hammer había pasado por la puerta y dedujo que
Raine estaba con River. No había tenido un respiro desde entonces.
“No puedo creer que la dejaste salir por la maldita puerta. En serio, Liam.
Se supone que debemos protegerla de ese cretino y tú solo… ¿qué? La dejas ir
sonriéndole y despidiéndola. ‘Seguro, amor’…” le imitó con sorna. “…‘Ve y
diviértete con tu hermano loco. ¡Espero que vuelvas!’ ¿Estás de puta broma?”
“Ella estaba decidida a verlo... con o sin permiso. ¿Qué esperabas que
hiciera? ¿Atarla?”
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“Tal vez. O tal vez debiste encadenarla a la cama, tal como te lo dije.”
“¿Esa es tu solución para todo?”
Hammer se le encaró, rojo de rabia.
“Al menos sabríamos que está a salvo.”
“Ambos sabemos cómo está manejando las ataduras desde la última vez
que lo intentamos. Sé razonable. No podemos mantener a Raine prisionera en
su propia casa. Yo también me preocupo por ella. Pero es de voluntad fuerte.
Una sobreviviente. Y no es la tonta de nadie.”
“No, ¡Nosotros somos los tontos por dejarla salir por esa puerta!”
“Ella está en todo su derecho de entrar y salir como le plazca.”
Macen parecía tan inflexible como un muro de ladrillo.
“River es inestable. Tal vez tiene demasiada metralla en el cerebro. O
veamos, tal vez está tan jodido como su viejo. De todos modos, estamos aquí,
con los pulgares entre el culo, y ella está sabrá Dios dónde.”
Cuanto más tiempo se demoraba Raine, más le carcomía la preocupación.
La duda es una astuta hija de puta.
“Te lo dije. No está sola. Beck y Seth están…”
“Ellos no somos tú y yo. ¿Y si no pudieron detener a River y le pasó
algo?”
Esa posibilidad se deslizó por la cabeza de Liam más de una vez.
“Sé que es un riesgo y jamás podría vivir conmigo mismo si…”
“Créeme. No querrías hacerlo.”
Hammer lo miró con ira, paseándose por la sala.
“Tengo que creer que ella pasará por esa puerta en cualquier momento.”
Ese instinto que su madre le dijo que asumiera se lo decía. Y si estaba
equivocado, si Raine no volvía, él mismo acabaría con River de todos los
modos escabrosos en los que pudiera pensar.
Antes de que Macen pudiera discutir otra vez, Raine pasó por la puerta
con el tintineo de sus llaves, Beck y Seth flanqueándola. El alivió se extendió
a través de Liam. Él palmeó a Macen en la espalda.
“¿Ves, compañero? Está tan bien como el oro.”
Hammer no estaba oyéndolo. La tomó en sus brazos y la estrechó contra
su cuerpo en un largo momento. Entonces extendió la mano y le dio un fuerte
azote en el culo.
“¡Ouch!” gritó ella.
Liam maniobró para colocarse entre Hammer y su chica, rescatándole el
trasero... por ahora.
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Cuando Raine se alejó, ellos vieron su rostro. Estaba hinchada, con los
ojos rojos e inflamados. La preocupación agarró a Liam por la garganta.
Hammer la tomó por los hombros.
“¿Qué pasó? ¿Estás herida?”
“No, Macen.”
Su voz suave sonaba cansada.
“Estoy perfectamente bien.”
“Mierda. Has estado llorando. ¿Qué te hizo ese malnacido bastardo?”
“Nada. Pero hablar con él, sacar el pasado, fue muy emocional.”
Hammer apretó la mandíbula, intentando claramente conservar la
compostura.
“¿Pero no pasó nada malo?”
“No.”
“Bien.” ladró él. “¿Tienes idea de lo perdida que tenía la puta cabeza?
Me prometiste que estarías lejos de ese lunático, pero… ¿tan pronto como te
doy la espalda, huyes para verte con él?”
Beck y Seth se acomodaron a ambos lados de Raine como si no hubieran
terminado de protegerla. Ella apenas levantó la mano para detenerlos y
sacudió la cabeza.
“Lo siento, señor.”
En un movimiento grácil, Raine se puso de rodillas a sus pies, con las
palmas arriba sobre cada muslo y la cabeza agachada.
El corazón de Liam se detuvo. Chica lista. El orgullo le hinchó el pecho.
La estancia se puso en silencio.
Macen liberó el aliento que tenía contenido y cayó en una rodilla,
tomándola de la barbilla para que pudiera mirarlo.
“¿Por qué?”
“Para ayudarte.”
Raine lo miró a los ojos, urgiéndolo a entender.
“Tenía que convencer a River de que le dijera a la policía que había
estado equivocado sobre ti.”
“¿Te pedí ayuda?”
Hammer arqueó una ceja.
“No. Jamás lo harías. Pero mi familia nos ha traído suficiente lamento y
dolor. Sentía que era mi responsabilidad terminar esto de una vez. Lamento
haberte preocupado.”
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Liam miró a Macen de lado, quien apretó los dientes, viéndose listo para
explotar.
“Viejo…”
Liam intentó ser la voz de la razón.
“¿Responsabilidad?” las fosas nasales de Hammer se dilataron. “La
responsabilidad por tu mente, cuerpo, corazón y alma es de Liam y mía. Lo
que tu familia haga no es un reflejo de ti, así que no es tu trabajo limpiar su
puto desastre. Asumir el papel de tu propio protector es igual a retirar tu
sumisión.”
Liam no podía discutirle. Él esperaba que Raine no lo intentara.
“Eso no es lo que quería.” le aseguró ella. “Pero acepto la disciplina que
decidas darme.”
“Claro que lo haré. Más tarde. Y cuando termine, recordarás que jamás
debes desautorizar a un Dominante con otro de nuevo.”
“Sí, señor.”
Raine agachó la cabeza. Su aceptación pareció calmar a Hammer. Él la
colocó de pie y la apretó de nuevo contra su pecho.
“Si algo te hubiera pasado… ¡Jesús, Raine!”
Entonces reclamó su boca con una ternura brutal. El corazón de Liam
volvió a andar a un ritmo regular. Les dio un momento antes de abrazarlos,
cubriendo el cuello de Raine de besos.
Cuando Macen liberó sus labios, Liam intervino, tomando su rostro con
ambas manos y la besó fuertemente, saboreando su calidez y suavidad.
“Estábamos preocupados por ti, amor.”
“¿También me vas a castigar?”
La confusión le arrugó la frente.
“No. Es el permiso de Hammer el que no tenías. Pero no voy a interferir.
Debiste haberle preguntado también, y elegiste no hacerlo.”
“Pero…”
Raine apretó los labios, ahorrándose la discusión.
“No lo hice.”
“Alégrate que no soy yo el que te castiga, princesa. Es posible que
Hammer sea suave contigo.”
Entonces Beck miró el rostro de Macen.
“O no.”
Con una palmada en el hombro de Seth, Liam se giró hacia los hombres.
“Gracias a ambos por cuidar a nuestra chica y traérnosla a salvo.”
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*
Liam contuvo la emoción atorada en su garganta y rozó los labios de ella
con los suyos.
“Gracias, niña. Tú también traes un nuevo y bello significado a mi vida.”
*
*
La voz de Hammer sonó gruesa y baja mientras leía su regalo.
“¡Oh, preciosa! Tú sabes que así me siento yo.”
Ella acarició ambos rostros.
“Bien. Por favor, tenedlo en cuenta…”
Liam la atravesó con una mirada sospechosa.
“¿Qué has hecho?”
Ella se retorció las manos... siempre era una mala señal.
“Necesito que toméis aire profundamente y tengáis la mente abierta.”
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interrogarla. Ella está embarazada, maldito imbécil. Y tuvo que lidiar con
extraños que la llamaron puta y la hostigaron para averiguar sobre su vida
sexual.”
“Lo siento. Si pudiera borrar todo…”
“El daño está hecho.” le cortó Liam. “A menos que lo arregles, no creo
que tengamos nada que decir.”
“Haré todo lo posible.”
River se encontró con la aguda mirada de Liam.
“Visitaré a los detectives Winslow y Cameron y les explicaré que jamás
debí creer la mierda que mi padre me dio antes de morir. Si Raine también os
defiende, no sé cómo puede tener la policía un caso sólido.”
Liam tampoco lo sabía. Excepto que el supuesto testigo y el video de
seguridad lo tenían desconcertado. Intentando no buscar más problemas, River
se puso de pie.
“No dejes que la puerta te golpee el culo cuando salgas.”
Raine parpadeó en su dirección, con la boca abierta, mientras Hammer
miraba a River con frialdad.
“Chicos…”
“No, está bien.” insistió River. “En su lugar, también estaría enfadado.
Las suposiciones en medio de la guerra pueden salvarte la vida. En el amor…
aparentemente son peligrosas. Arreglaré las cosas. Quiero mantenerte en mi
vida, Raine. Y quiero verte feliz.”
“Entonces comienza por disculparte con nuestra chica.” exigió Liam.
“¡Joder!, la hiciste llorar, la…”
“Liam.”
Raine lo interrumpió, colocando una mano sobre la de él.
“El miedo de perder a Macen y la vida que tenemos es lo que me hizo
derrumbarme. Bueno, eso y las hormonas.”
“¿Quieres arreglar las cosas?” lo desafió Hammer, obviamente incrédulo
ante la contrición de River. “Comienza por decirnos con quien trabajabas
dentro del ‘Shadows’. ¿Quién es tu soplón?”
River se veía confuso.
“No tengo un informante.”
“¿En serio?” resopló Hammer. “¿Entonces cómo sabías de los pastelillos
de manzana y canela de Raine? ¿Y dónde putas están los videos de
seguridad?”
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18 El restaurante ‘Melisse’ ha recibido 2 estrellas Michelin y ha alcanzado la posición más alta en la lista de
restaurantes de Los Ángeles desde 2003. Ofrece un menú de temporada fascinante y una carta de vinos de
primera categoría. El Melisse está situado en Santa Mónica y propone cocina francesa contemporánea en un
ambiente elegante y con un servicio excelente.
19 ‘Mother Dough’ es una franquicia de restaurantes italianos estilo pizzería, considerados ‘fast-food’ o
‘comida basura’.
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CAPÍTULO 10
*
Cuando Raine, Liam y Hammer volvieron de una deliciosa cena de San
Valentín, encontraron una nota en la mesa de la cocina.
*
Tu madre y yo decidimos pasar la noche en el
Montage Beverly Hills20 para tener nuestra
celebración romántica.
Disfrutad vuestra noche.
Con amor,
Pa.
*
“Parece que tenemos la casa para nosotros solos esta noche.” dijo
Hammer lentamente.
Raine se rió ante su diabólica sonrisa, sintiéndose más ligera de lo que se
había sentido en meses.
Saber que Macen no podría ser denunciado con la mayoría de los
crímenes por los que lo habían interrogado y que su hermano tenía la
intención de deshacer el fiasco que causó, le llenaba el corazón de alivio. Su
gran y malo Dominante aún tenía mucho que sanar, pero tal vez ella y su
hombre finalmente podrían vivir, reír, amar. Envejecer juntos en paz con sus
hijos rodeándolos.
20 El Montage Beverly Hills es un lujoso hotel que se encuentra en el distrito "Golden Triangule" (‘Triangulo
de Oro’) de Beverly Hills. Está construido en estilo renacentista colonial español y cuenta con un spa de lujo,
una bolera y varios restaurantes.
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“Me alegra que estés de buen humor. Porque aún está el asunto de tu
castigo.”
Raine le parpadeó a Hammer.
“¿En pleno día de San Valentín?”
“Es la ocasión perfecta para ponerte rojo ese lindo trasero en forma de
corazón.”
Aunque su tono hambriento le hacía doler todo con una punzada de
deseo, ella tenía algo en mente.
“Pero yo tenía todo este plan…”
“Después habrá tiempo.”
La lujuria brilló en los ojos oscuros de Liam.
“Después de que Hammer te dé su castigo.”
“Está bien.”
Discutir solo empeoraría todo.
“¿Puedo tener un minuto para colgar mi vestido para que no se arrugue?
Os veo en el calabozo.”
Hammer la miró con sospecha.
“No nos hagas esperar, preciosa. O te costará.”
“No lo haré. Lo prometo.”
Raine corrió por las escaleras hacia su habitación.
Mientras se quitaba el vestido y lo colocaba en un gancho, miró con
pesar la lencería que tenía puesta debajo. Se la debería quitar. Tenían una
orden que prohibía que ella llevara ropa en su calabozo privado.
Pero maldita sea, ella había planeado esta celebración sexy por semanas,
peinado todos los lugares en busca de la pieza perfecta para la tentación. El
tanga... de seda roja y negra asegurada en un pequeño moño directo sobre su
coño... era un poco más cómodo cuando lo compró. El top transparente era
una cosita con volantes que quedaba justo sobre su cuerpo, exponiendo el
ombligo y un poco de la pancita en crecimiento.
Si no se cambiaba, podría complacer a sus hombres un infierno
completo…o provocar a los ‘osos’. Cualquiera que fuera el resultado
significaba que ella se glorificaría con su dominación. Y las miradas en sus
rostros cuando la vieran valdría bastante una ronda extra de nalgadas. A
demás, a todos les vendría bien una liberación de tensión. Hacer el amor la
otra noche había sido exactamente el bálsamo que necesitaban para reafirmar
su compromiso. Ahora ella podía darles una oportunidad bastante necesaria
para restablecer su control.
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“Sin agallas no hay gloria.” farfulló, y caminó por el pasillo, aún semi
desnuda.
Al deslizarse dentro del calabozo, Raine miró rápidamente a Liam y
Hammer. El placer y el orgullo se extendieron a través de ella ante la mezcla
de shock y lujuria plasmada en sus rostros. Intentando reprimir una sonrisa se
arrodilló frente a ellos y bajó la mirada hacia la alfombra.
“Señores.”
“Raine, ¿qué te hizo decidir romper las reglas y entrar aquí con este
bonito pedacito de pelusa?” preguntó Liam, sin sonar particularmente
complacido.
]Maldición, ¿lo había fastidiado?]
“Compré este segundo regalo, y quería sorprenderos esta noche.”
“¿Entonces elegiste desobedecernos? ¿No podías esperar hasta que
llegáramos a la habitación?”
La risa sin humor de Hammer la hizo estremecer.
“¡Oh, pequeña…!”
“No creí que llegaríamos hasta allá, Señor.”
“¿Estás rogando por más atención?” la voz de Liam era aguda. “¿O solo
estás intentando provocarnos?”
[Ambas.]
“Como le dije antes a Macen, recibiré cualquier castigo que él me dé.”
“Claro que lo harás, preciosa.” le aseguró él. “Comenzando ahora. De
pie.”
Levantándose, Raine tomó una profunda respiración y aplacó la ansiedad
que bullía en su estomago. Solo habían estado en este calabozo unas cuantas
veces. Ella sabía que Liam y Hammer habían intentado darle tiempo para
sanar después de su pesadilla con Bill. Y aunque estaba indecisa acerca de las
ataduras en este momento, ansiaba someterse a ellos... demostrarles su
crecimiento, demostrarles que estaba lista para entregar su control, y esperaba
que algún día, pronto, sentiría el collar de ambos alrededor de su cuello.
Cuando Macen colocó una mano posesiva en la parte baja de su espalda,
Raine respiró para estabilizarse. Algo cambió dentro de ella. Sus nervios
agitados comenzaron a calmarse. Ellos la iban a cuidar.
Él la guio hacia la cruz y la presionó contra la madera fría y pulida. Un
estremecimiento la atravesó. Sus pezones se pusieron duros. La emoción y la
anticipación zumbaron en sus venas.
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“Dos.”
“Relájate.” le ordenó él.
Raine miró otra vez a Hammer mientras enrollaba el látigo.
“¿Eso es todo?”
Macen corrió hacia ella y le tomó el cabello en un puño fuerte. Su cuero
cabelludo cantó mientras un cosquilleo se extendía por su piel y se deslizaba
por su espalda.
Jalándole la cabeza hacia atrás, la miró con ferocidad.
“Sí. Cuando me viste tomar el látigo, te aterraste, ¿verdad?”
Ella aún temblaba.
“Sí, señor.”
“Pero no usaste tu palabra de seguridad. ¿Me dejaste continuar, a pesar
de que te preocupaba que mi intención era darte el peor dolor posible?”
Raine se encogió.
“Sí, señor.”
“¿Por qué?” su voz emanaba desaprobación.
A ella el corazón se le subió hasta la garganta.
“Porque eres tú. Incluso cuando hemos tenido nuestros problemas y
nuestras peleas, jamás me has hecho sangrar.”
La frustración y el deseo se plasmaron en el rostro de él. Apretándole
más fuerte el cabello, Macen chocó su boca contra la de ella y se hundió
profundamente. Ella saboreó su desesperación.
“Eso es correcto.” gruñó finalmente. “Sabías en el fondo que te
mantendría a salvo. Pero cuando llegué a casa de la oficina de Sterling para
ver que te habías ido a ver a tu hermano, no tuve esa seguridad sobre tu
bienestar. Estaba fuera de mí por la preocupación.”
Raine se sintió como una mierda por hacerlo pasar por ese infierno. Se
tragó la explicación que él no le había dado permiso de brindarle.
“El pánico que sentiste cuando tomé este látigo…”
Hammer dejó colgando el rollo de cuero frente a su rostro.
“No fue ni la decima parte de lo que sentí cuando supe que no estabas.
Jodiste mi cabeza, niña. Así que jodí la tuya.”
[Quid pro quo.]
“Me disculparé hasta que tenga la cara azul porque lastimarte me
lastima.” murmuró ella. “Pero sin importar cuánto me castigues o me jodas la
cabeza, jamás mentiré para decir que no lo haría de nuevo.”
“¿Por qué es eso?” soltó cortante cada palabra.
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“Sé que se supone que aprenda una lección, pero el hecho sigue siendo
que River no iba a escuchar a nadie excepto a mí. Tenía que arreglar este
desastre, Macen.”
“Y… ¿qué querías que hiciera? ¿Agradecerte por hacerme pasar por un
infierno?”
“Créeme. Ver a la policía llevarte para ser interrogado fue un infierno
para mí. Lo entiendo.”
“No es igual. Sabías que iba a volver.”
“Esperaba y recé porque lo hicieras. Pero no tenía ninguna garantía.”
“Sterling no iba a dejarme pudrir en una celda.”
“Si él tuviera el poder de sacarte, sabía que lo haría. Pero Sterling no es
Dios ni el Presidente.” dijo ella entre los dientes. “No seas obstinado, Macen.
Lo dejaste ayudarte. ¿Por qué no me dejas hacerlo a mí? No puedo
simplemente sentarme aquí cuando podría tener el poder de salvarte.”
“No es lo mismo. Estar allá con mi abogado no era un riesgo para mi
bienestar emocional. Que tú te fueras para ver a tu hermano loco te puso en un
peligro terrible.”
“¡No estás viendo el punto!”
“¿Cuál es el punto? ¿Ese en el que tú piensas que estoy indefenso? Desde
aquí, parece que me desobedeciste a propósito y te encontraste con un
lunático, uno que ya intentó secuestrarte y matar a nuestro hijo no nacido,
porque pensaste que yo era incapaz de usar mis recursos de trazar alguna
especie de estrategia para salvarme.”
“¡Jamás pensé que estabas indefenso!”
El hecho que eso tan siquiera le pasara por la mente a él, la asombraba y
la aterraba.
“Pero arriesgaría mi vida y tu ira si eso significa que esta situación que
ha amenazado nuestra vida juntos tenga un final feliz.” suspiró pesadamente.
“Mira, lamento haberte preocupado. Lamento haberte desobedecido. Pero
siempre haré lo que sea necesario para mantenerte libre, vivo y con nosotros.
Una y otra vez. Porque te amo. No puedo imaginar vivir mi vida sin ti, sin
Liam. Vosotros dos y este bebé que hemos hechos… vosotros sois todo mi
corazón.”
“¡Hijo de perra!” maldijo Hammer mientras le soltaba el cabello y la
apretaba contra su pecho, sosteniéndola con fuerza.
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Y desobedeciéndoles y decepcionándolos.
Apretando los labios para evitar protestar, Raine tuvo fe en ellos.
Eventualmente, terminarían su tortura y le darían el éxtasis más sublime.
“Su rostro no tiene precio.” dijo Hammer lentamente. “Estás luchando,
¿cierto, preciosa?”
Raine dio un asentimiento de cabeza salvaje y tembloroso, sin poder
confiar en sus propias palabras.
Ambos sonrieron, mientas Liam la rodó para que lo mirara, y se acostó
de espaldas, haciendo que ella quedara sobre él.
“Sobre tus manos y rodillas, muchacha. Dale ese suculento y pequeño
trasero que tanto desea.”
Raine tambaleó para obedecer, se colocó sobre Liam y parpadeó al ver
sus ojos mientras Hammer se acomodó detrás de ella. Oyó el chorro de
lubricante, sintió el frio gel deslizándose a través de su roseta, y luego imaginó
que se embadurnaba su eje con aquel líquido. Dios, no podía respirar. Su
corazón estaba por salírsele del pecho.
De repente el tubo cayó en la cama junto a su rodilla. El calor del cuerpo
de Macen calentó la parte de atrás de sus muslos. Le palmeó el trasero.
“Arquea tu espalda.”
“Sostente con los codos.” agregó Liam. “Mírame.”
Raine obedeció de inmediato. Los ojos de Liam, usualmente de un sepia
cálido, se habían oscurecido a un marrón oscuro, y ella no podía evitar caer en
picado en esas profundidades. Ella no tenía comienzo. Él no tenía fin. Aquí,
Raine encontraba su perdición, tanto su esclavitud como su salvación.
Raine susurró su nombre. Él palmeó su cabeza.
Entonces Hammer colocó su cresta contra su apertura, empujó más allá
del aro de músculos y se metió en ella a un ritmo tan lento que la tenía
clavando las uñas en los hombros de Liam y jadeando.
“Debes estar haciendo algo bien, compañero. Sus uñas están en mi piel.”
“Sí.”
Macen sonaba contenido.
“Sus paredes me aprietan la polla. ¡Oh, joder!”
“Yo pretendo… a su tiempo.”
Tal como lo prometió, Liam metió su mano entre ellos y rodeó su clítoris
otra vez.
Raine hundió más los dedos en él, con un gemido tan alto que parecía
venir de algún lugar de su garganta jamás usado.
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VIERNES, 15 de Febrero
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“Sí. Tengo que hacerlo. Sé que quieres protegerme. Pero les debo mi
amor y mi respeto a mi madre y hermana. He esperado demasiado para esto.”
Raine apretó su mano en un agradecimiento silencioso antes de soltarlo.
“Entendemos. Estamos aquí para ti.” murmuró Macen.
Con una sonrisa agradecida, Raine se preparó y caminó las colinas hacia
el borde del parque donde Liam y Hammer había arreglado que fueran
sepultadas su madre y hermana, una junto a la otra. Necesitaba agradecerles
también por eso.
Les había tomado semanas a los investigadores encontrar la totalidad de
los restos de ambas y arreglar su transferencia a sus manos. Raine había estado
angustiada, afectada por las náuseas matutinas, pesadillas, culpa y dolor.
Como siempre, ellos soportaron mucho de ese peso, protegiéndola de lo peor
de la tormenta.
Tragando, Raine dio lentamente los últimos pasos, casi con miedo de leer
las lápidas. Ver los nombres de su madre y hermana recién grabados en
mármol haría todo mucho más real. Pero ya ellas se habían ido hace años. Si
se había sentido abandonada por ellas en vida... creyendo que por su propia
voluntad la habían abandonado para escapar del infierno que Bill había
desatado sobre ellas... quizás ellas debieron haber sentido que las había
abandonado por completo en su muerte. Lamentaría eso para siempre.
Forzándose a mirar las tumbas, Raine parpadeó a través de sus lágrimas.
Sin contenerlas más. Sus seres queridos estaban aquí… pero no. Jamás
estarían con ella de nuevo en esta vida, excepto en su corazón. Tal vez, si tenía
suerte vería algo de ellas en su hijo por nacer. Se aferraría a esa esperanza. De
algún modo, tendría que arreglárselas con esa posibilidad, aunque jamás sería
suficiente.
Su cuerpo se sacudió con sollozos que venían de la nada. Todo lo que
hacía ahora era llorar, o eso parecía. El embarazo había agudizado sus
emociones, y sangraban justo bajo su piel todos los días. Pero encontrar a
River y darles descanso a las mujeres junto con él, mientras lidiaba con la
duda que giraba sobre la cabeza de Hammer… no pudo contener más su luto.
Raine apenas pudo respirar agitadamente cuando Liam y Hammer la
rodearon, soportándola, dándole su fuerza. A unos cuantos metros, River les
miraba, con expresión estoica, sus ojos casi tan azules en sus cuencas
hundidas. Sin pasar por algo la culpa que apretaba su rostro.
“¿Preciosa?”
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SABADO, Febrero 16
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sepas que ahora está con tu madre y está en paz. Aunque está un poco celosa
de que tengas a dos hombres tan fornidos que te aman con todo el corazón.”
“¿Las viste? ¿Hablaste con ellas?”
Los ojos de Raine se abrieron de par en par. ¿Cómo más podría Bryn
saber de los hoyuelos de Rowan?
“Están siempre contigo en espíritu.”
Mamá abrazó a Raine.
“Quieren que seas feliz. Ahora…” miró a Liam. “Tu chica está agotada,
cariño. ¿Por qué no la acuestas y vienes a terminar tu té con nosotros, cariño?”
Liam tal vez puedo ignorar la importancia de su sugerencia… pero su
codazo psíquico se sintió más como una patada. Eso lo agitó de inmediato.
“Tu madre tiene razón. Me siento cansada.”
Raine se levantó.
“Solo quiero que vosotros sepáis que estamos felices de teneros aquí.
Estoy muy feliz de haberos conocido antes de la llegada del bebé.”
“Claro.” Bryn le sonrió. “El placer es nuestro.”
Liam tomó la mano de Raine.
“Vamos, amor.”
La llevó arriba de nuevo, esperando a que se acomodara una vez más en
la cama. Su cansada chica se durmió en pocos segundos.
Con el corazón pesado, Liam regresó a la cocina para averiguar qué le
preocupaba a su madre. Ella no le hizo esperar la noticia, y sus sospechas de
que no era nada bueno se confirmaron por la botella de Whisky y los tres
vasos que le esperaban.
“Bebamos en la sala y hablemos allí.”
Sirvió una medida generosa para cada uno y guió a sus padres. Liam se
sentó en uno de los sillones, igual que su padre. Mamá se acurrucó en el sofá
frente a ellos. Él levantó su vaso.
“Sláinte.”21
Pa hizo lo mismo, bebiendo la copa antes de bajarla. Su madre no se
bebió el suyo. Simplemente miró el líquido rodando en su vaso, pareciendo
como si buscara las palabras que no le rompieran el corazón.
“¿Qué pasa, mamá?”
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22 Coloquial y cariñosamente, se llama ‘Isla Esmeralda’ a Irlanda, haciendo referencia al intenso color verde
de sus campos.
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Cuando volvió a mirar, el reloj de la repisa decía que eran casi las cinco.
Con cuidado, se levantó de la silla y fue a despertar a Hammer.
Esa parte fue más fácil de lo esperado. Para su sorpresa, su compañero
salía de la ducha cuando Liam entró a la habitación. Con una palabra suave, le
dijo a Macen que lo esperaba abajo y que no despertara a Raine. Mientras se
vestía, Liam se colocó una camiseta y lo dejó para ir a hacer café.
Hammer no lo hizo esperar mucho, y Liam le devolvió el favor no
demorándose. Le tomó menos de dos minutos para enfermar a su amigo de
preocupación. Liam odiaba tener que hacerlo. Macen colapsó en la banca más
cercana y miró hacia la oscuridad más allá de la ventana de la cocina.
“Ojalá supiera quién quiere destruirme.” murmuró. “¿Crees que tiene que
ver con esos videos perdidos?”
“Eso me he preguntado, pero realmente, ¿qué demuestran? Que a Raine
le gusta el sexo sucio. Se lo admitió a la policía. Ya era una adulta, y nada de
lo ocurrido fue un crimen.”
“Raine jamás dirá que la violé, así que no estoy seguro de cómo pueden
procesarme con ese video. La única evidencia extra que tienen son las
consignaciones, que no demuestran nada sin el contrato que le di a Beck para
ponerlo a buen recaudo. Las fotos de Raine que Dean insistió tanto que
destruyera… Winslow y Cameron pueden encontrarlas en el sistema, y pueden
incluso saber que yo las tenía. Pero nada en las fotos demuestra que yo las
tomé o que ella era menor de edad en ese momento. Nada. Si le preguntan,
Raine jamás dirá eso, tampoco.”
“No. Raine les dirá que ella trajo esas fotos con ella o algo parecido.”
“Sí, odio pedirle que mienta, pero sé que lo haría sin siquiera pedírselo.
Solo que no entiendo cómo se me revierta esta mierda.”
Liam se frotó el cabello, y sirvió dos tazas de café.
“Tal vez es ese maldito testigo del que te advirtieron.”
“Sí. Quisiera saber quién es ese puto mentiroso.”
“Yo también. Si no hemos oído nada en una hora o dos, conseguiré un
móvil desechable y llamaré a Dean, para ver qué puede averiguar él.”
“Buena idea. Cuanto más pronto nos ocupemos de esto, mejor.”
Hammer hizo una pausa, obviamente buscando las palabras.
“Solo prométeme que no importa qué pase, cuidarás a Raine y nuestro
bebé.”
Liam se quiso morir por el dolor de su amigo.
“Macen, nada es definitivo, y tenemos muchas razones para pelear.”
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CAPÍTULO 11
*
Con los brazos estirados incómodamente detrás de él en la parte de atrás
de un coche sin placas, los hombros de Hammer gritaban. Liam y Sterling le
habían advertido, pero él en serio no creía haber estado preparado para la
terrible realidad de tener a los federales sacándolo de casa con las manos
aseguradas detrás de su espalda.
Ahora, intentaba obligarse a relajarse.
Él había esposado a varias sumisas durante años. Seguro, ellas
sobrevivieron. Pero Macen no era un sumiso, y estar atado como una sumisa
lo enfadaba... y lo degradaba... mucho más.
[¿Contratar a una menor con propósito de explotación sexual?
¡Mierda!]
Obviamente River no hizo un buen trabajo rectificando sus acusaciones
ante las autoridades... si tan siquiera lo intentó. Apostaba a que el cretino
había estado metiéndole humo por el culo, planeando todo el tiempo
arrancarlo de la vida de Raine. Sin duda el mal nacido hallaría un modo de
deshacerse de Liam a continuación.
[Lamento lo que os hice... Hammer. Liam.]23
“Aún no lo lamentas lo bastante, hijo de puta cara de culo. Si no
cumpliste tu palabra, me aseguraré que lo hagas pronto.” farfulló Hammer
para sí mismo.
Dentro de la comisaría, intentó bloquear el proceso de reseña. Después de
la humillación de que le tomaran las huellas, le tomaran la foto de convicto, y
le quitaran todo lo que llevaba en los bolsillos, un oficial lo llevó por un
pasillo sitiado por celdas llenas de gente que gritaba y maldecía. El oficial
armado lo dirigió al interior de una celda vacía.
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Debió agradecer estar solo, pero una vez que la puerta se cerró detrás de
él y el seguro retumbó como el cierre de un ataúd, la ira de Hammer se
reavivó. Quería golpear a alguien hasta convertirle en mierda... de preferencia,
a River.
Evitando el colchón dilapidado y su deslucida sábana, Hammer caminó
por la celda de ocho por ocho. Sus pensamientos giraron en un ciclón furioso
mientras la duda exasperante comenzaba a hurgarle el cerebro.
River quería a Raine en su vida. Incluso el cínico Hammer había creído
que su hermano intentaba limpiar el desastre que había hecho. Si lo hubiera
intentado... si no hubiera sido él quien robara los videos del ‘Shadows’... pues
alguien más estaba detrás de este sabotaje a su vida.
Pero… ¿quién? ¿A quién había enfadado lo suficiente como para ejecutar
una venganza tan vil?
Sí, había sido un cretino gruñón los pasados meses, gritándole a los
miembros ante la más ligera provocación. Pero… ¿había herido tan de
gravedad el orgullo de otro Dominante como para recurrir a arruinar su futuro
con Raine y Liam? Carl no tenía bolas. Y nadie más con posibles quejas le
vino a la cabeza a Hammer.
“Mierda.”
Se frotó el rostro con una mano.
Tal vez esta venganza viniera de más tiempo atrás. Diablos, la madre de
Juliet había prometido sobre la tumba de su hija menor que vería muerto a
Hammer por su ‘irresponsabilidad y abuso’. Ya que jamás contrató un sicario,
¿será que la anciana habría encontrado la oportunidad perfecta?
“Enfréntalo, maldito. Tu vida ha sido deprimente desde que Juliet se
mató.”
Y mirando atrás, demasiados de sus días más oscuros habían sido
autoimpuestos. Había lastimado demasiado a aquellos que tuvo a su alrededor.
Era bastante posible que ahora estuviera pagando por ello.
Hammer oyó voces y pasos por el pasillo. Caminando hacia los barrotes,
estiró su cuello. La vista de un oficial sin uniforme acompañando a Sterling
Barnes le dio algo de alivio.
“Sterling.” exhaló Hammer. “Gracias a Dios.”
“No te alegres tanto de verme, Macen.” contestó su abogado sombrío.
“Esta mierda se ha ido más hondo de lo que tú o yo nos imaginamos.”
“¿Qué?”
A Hammer el estómago se le subió a la garganta.
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CAPÍTULO 12
*
Mientras Liam miraba cómo los federales se llevaban a Hammer
esposado, el mundo se desintegró bajo sus pies. Pero sostenía a Raine contra
él al tope de las escaleras y escondía su rostro. Ella no necesitaba ver el horror
que se desató. Más valía que cumpliera la maldita promesa que le hizo a
Hammer y protegiera a su chica.
Más tarde, pensaría en el hecho de que la vida tal como la conocía... tal
como la deseaba... podría haber terminado.
Un terrible silencio cayó, perforado solo por las luchas y sollozos de
Raine. Su pecho se abrió, sangrando desde una herida vacía y abierta. La
ansiedad se apresuró para llenar el abismo.
“¡Suéltame!”
Raine le empujó los hombros e intentó liberarse.
“Tenemos que hacer algo. Ayudarlo. Ahora.”
Liam la apretó más fuerte, con una mano sobre su nuca, y otra en su
trasero, mientras se sentaba en el escalón de arriba, pegándola contra su torso.
Aunque la obligaba a sentarse a horcajadas sobre él para poderla contener,
Raine aún intentaba con desesperación retorcerse para zafarse.
Pa entró de nuevo a la casa y cerró la puerta con un sombrío meneo de
cabeza. Todo había terminado. Hammer se fue.
Liam presionó a Raine más fuerte contra él. Ella podría necesitarle…
pero él también la necesitaba, ahora que sentía como si le hubieran arrancado
la mitad del alma. Y ellos tenían que apoyarse el uno al otro durante esta
siguiente prueba que, literalmente, les derribó la puerta en unos cuantos
minutos.
“Tienes razón, amor. Vamos a ayudar a Hammer. Mantente calmada
mientras llamo a Barnes.”
Ella intentó levantarse.
“Yo voy. Vístete. Le exigiré a la policía…”
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Luego vió:
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“¿De qué me servirá aparte de que me veré como una puta idiota? Deja
de intentar ‘ajustar mi actitud’ o lo que sea. Hagamos algo productivo.”
Él apretó su agarre.
“Estaré aquí de pie todo el día si tengo que hacerlo hasta que tú...” le
palmeó de nuevo el estómago “...y el bebé estéis de nuevo calmados. Así que
grita o habla. Esas son tus dos opciones.”
Raine maldijo por lo bajo, mirando de nuevo hacia el océano.
“Está bien. Todo lo que ha pasado es culpa mía. Y nadie me escuchará
cuando juro que no soy una víctima. Le dije la verdad a la policía, pero fue
algo inconveniente para ellos, así que intentaron retorcer mis palabas. Ya
juzgaron a Macen en sus mentes y…”
“Ellos no son el jurado.”
Liam deslizó su mano en el cabello de ella, dándole a los mechones un
tirón.
“Deja de asumir que Hammer va a estar lejos para siempre.”
“¿Cómo no preocuparme por eso? debe estar paseándose en su celda,
preguntándose si va a pudrirse allí, en esa mierda de…”
“Suficiente.” dijo en un retumbe bajo de advertencia. “Déjalo.”
“¿Dejar qué?” su risa sonó casi histérica. “¿Dejo de preocuparme? ¿Qué
me deje de importar? ¿Qué quieres que deje de hacer, Liam?”
“Deja de culparte. Deja de suponer lo peor antes de que ocurra.”
La giró hasta que pudo mirarle a la cara.
“¿Crees que esta actitud te ayuda? ¿O ayuda a nuestro hijo?
Definitivamente no me ayuda ni a mí, ni a Hammer.”
“Lo sé.”
Raine miró hacia las nubes grises, con el rostro moteado.
“Le necesito. No puedo hacer esto sin él.”
Las palabras de Raine lo frustraron como el infierno, y se guardó la
urgencia de sacudirla. Esto no se trataba de él. Ella necesitaba su dominación
y él le había ordenado que sacara sus sentimientos. Si ella lo fustigaba con la
lengua porque eso la hacía sentir mejor… bueno, él tenía hombros amplios.
Podía manejar cualquier cosa.
Menos que ella lo abandonara.
“Deja de pensar que yo no puedo aclarar tu cabeza y darte la clase de
límites que Hammer te da. Dame tus problemas.”
“¡Tú no los necesitas! Tú lo que necesitas es que sea una adulta y me
sostenga en pie.”
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Liam entró en la bañera, acercándose hasta que ella solo podía ver su
mano acariciando su eje de venas gruesas antes de que él bajara los dedos en
un arrastre lento y tortuoso.
Siguió hasta que ella pareció lista para saltarle encima, hasta que él
sinceramente no pudo durar un minuto más.
Entonces se sentó en el agua tibia y la acercó fuertemente hacia él, con la
espalda de ella pegada a su pecho, y sus piernas bien separadas. Con un
suspiro, la incitó a guiar su polla hacia su apertura. Y entró.
Una embestida.
Dura.
Profunda.
Con un gruñido, rodeó los pechos de ella con su brazo. Con su mano
libre, la tomó del cabello mientras colocaba su boca tras la oreja de ella y se
abría paso dentro de ella con caricias firmes y fuertes.
“¿Crees que me vas a dejar si Hammer va a la cárcel? ¿Qué te vas a
llevar a nuestro bebé contigo? Te estás equivocando.”
“¿Qué?” ella jadeó, sin aliento y confundida.
“Me oíste, Raine. Jamás. No va a ocurrir.”
Liam la volvió a penetrar.
“¿Me entiendes?”
“Liam.”
Raine se derritió contra él.
“Yo no… no lo haría… ¡oh, Dios! No puedo pensar.”
Liam la folló profundamente de nuevo, con la necesidad elevándose,
desesperada, agarrándolo de las bolas.
“¿Me entendiste?”
“No. Digo, sí. ¿Por qué pensarías…?”
“En la cabaña. Dijiste que no me tendrías a mi sin él.”
Se metió en ella una vez más, abriéndose más camino en su interior.
“Macen es mi hermano y lo amo. Pero tú también eres mía, Raine. ¿Me
oíste? Mía.”
“Liam…”
Raine recostó la cabeza sobre su hombro con los ojos cerrados.
“Sí. Tuya.”
Algo en él se relajó ante su admisión, incluso mientras su necesidad
primitiva de reclamarla creció.
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“Moriría sin ti, amor. Te quedas conmigo, pase lo que pase. Si te vas, te
perseguiré hasta el fin del mundo.”
“Jamás.”
Raine se meció con él, pérdida en el placer.
“Liam, te amo.”
“También te amo. ¿Me oíste?”
Liam le lamió el cuello, la mordió donde su pulso palpitaba salvajemente.
Las uñas de Raine se enterraron en el brazo de él. Sus muslos temblaron
mientras ella luchaba por menearse con él mientras Liam se hundía en ella con
embestidas rápidas e inmisericordes como un ariete.
“No me puedo contener.” jadeó ella. “Por favor…”
“Antes, prométeme que no te vas a ir y llevarte a nuestro bebé.”
“Jamás.”
Raine negó fuertemente con la cabeza.
“No puedo hacer esto sin ti.”
A Liam, la satisfacción le ardió en las venas. Sus ojos se llenaron de
lágrimas, que le cayeron por las esquinas. Necesitaba llenarla de su semilla
hasta hacerla ver la luz.
“Córrete conmigo, cariño.”
Raine gritó su nombre mientras se deshacía para él. Liam enterró la
cabeza en el cuello de ella e intentó no sollozar como un puto bebé mientras el
dulce coño de Raine se apretaba a su alrededor y la dicha se vertió sobre él
como lava, dejándolo de cabeza. Se vació en el interior de Raine.
Finalmente, se sentía completo otra vez.
Casi.
DOMINGO 17 de Febrero.
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24 ‘Mai Tai’ es el nombre de un cóctel que procede de la palabra tahitiana ‘Maita'i’ que significa ‘el mejor’.
La fórmula original (1944) incluye ron, zumo de lima fresca, curaçao, sirope de caramelo y sirope francés
Garniel Orgia bien mezclados y añadiendo una rama de menta fresca. Existen diversas variaciones.
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25 Los ‘Boinas Verdes’ (‘Green Berets’) es el apodo de una unidad de operaciones especiales del Ejército de
Estados Unidos (en inglés: ‘United States Army Special Forces’). Los ‘Boinas Verdes’ son grupos de cuatro o
cinco hombres, todos ellos con el rango de sargento o superior, especializados cada uno en una tarea
concreta, como explosivos y demoliciones, transmisiones, medicina, idiomas etc. Sus acciones son muy
variadas, pero destacan especialmente la contrainsurgencia y el entrenamiento de poblaciones locales para
luchar junto a ellos. Asimismo, todos los miembros de la unidad están entrenados en emboscadas, retiradas,
paracaidismo, empleo de armas de distintos calibres y pequeñas piezas de artillería.
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“No.”
“Entonces no lo entiendes y no quiero escucharlo. Lo amo. Y también
amo a Hammer. Acéptalo o vete.”
Cuando soltó a River y se dio la vuelta, ella encontró a Liam mirándolos
con atención, buscando algún signo de angustia. Raine le brindó la mejor
sonrisa que podía darle y le estiró los brazos. Él la abrazó, acurrucándola
contra su cuerpo, resguardándola bajo su brazo.
“Huele bien, mamá.”
“Justo a tiempo.” le dijo, entregándole un plato.
Mientras Bryn deslizaba platos calientes por la isla, Raine los tomaba.
Uno por uno, los colocó frente a todos los demás hombres. River comió el
suyo en silencio.
Cuando la madre de Liam le entregó una porción extra grande, Raine
intentó oponerse, pero la mujer no aceptó sus protestas.
“NO has comido casi nada en días.”
Y estaba comiendo por dos.
“Gracias, Bryn.”
Mientras estaban todos reunidos alrededor de la mesa del comedor, Raine
sentada en el regazo de Liam, su irlandés tomó un gran bocado y lo bajó con
su café.
“Os agradezco que hayáis venido esta mañana. Como sabéis, las cosas no
pintan bien para Macen.”
Liam les dio los últimos detalles del caso.
“Pike y yo volvimos a organizar el ‘Shadows’ ayer en la tarde.” ofreció
Seth.
“Donald y Vivian vinieron a jugar temprano, así que ellos también
ayudaron. Dean pasó por allí. Se le nota que se siente como una mierda. Le
dije que no se preocupara.”
“No es su culpa.” concordó Liam.
“En fin, él también colaboró. No creo que los federales hayan encontrado
algo. Raine, tal vez quieras organizar la habitación de Hammer. Tú sabes
cómo le gusta tener sus cosas.”
Ella asintió. Macen podía ser muy particular.
“Lo haré esta tarde.”
“Yo te ayudo, amor.”
Liam le besó el hombro.
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“Pero la razón por la que os pedí venir es para que nos ayudéis a pensar
quién podría ser el testigo de la acusación. Obviamente, este ‘alguien’ tiene un
hacha pendiendo sobre Hammer. Estamos buscando a algún miembro del
‘Shadows’ de bastante tiempo, alguien que está ahí desde casi el inicio y que
pudo presenciar el supuesto abuso de Raine mientras era menor de edad. Beck,
aquí es donde creo que podemos necesitarte más, ya que estuviste con
Hammer antes que él abriera las puertas. Raine, tú también conoces a muchos
de los miembros antiguos.”
Ella asintió.
“Solo me perdí más o menos los primeros trece meses. Sé quién estaba
ahí cuando me fui a vivir allá.”
River frunció el ceño, y obviamente se preguntaba si ella los conocía en
el sentido bíblico. Raine lo desestimó. O aceptaba quién y qué era ella o
debería alejarse. Le quería en su vida, pero no pensaba cambiar para
complacerlo.
Beck comió un bocado de su bol y gimió con entusiasmo ante Bryn,
quien sonrió. Casi todos los demás se dispusieron a comer con gusto,
halagando a la mujer. Raine comió un bocado y tuvo que admitir que sabía
maravilloso. Bryn le frotó el hombro de modo maternal.
“Me alegra verte comer, niña. Hay más en la sartén, si alguien quiere
repetir.”
Bryn se dirigió hacia Liam y le besó la mejilla.
“Pa y yo vamos a comprar chupetas para los niños. Volvemos en un
rato.”
“Las llaves de mi coche están en el gancho, justo afuera del garaje.” les
dijo Liam a medida que se alejaban.
Cuando Raine se dio la vuelta, se dio cuenta que Beck ya había devorado
cada bocado. Limpiándose la boca con la servilleta, se recostó en la silla.
“Miembros antiguos… Nick es un buen barman. Ha estado ahí desde que
abrimos.”
“A él le gusta todo el mundo.” protestó Liam. “No creo que piense en
alguna clase de venganza.”
“Estoy de acuerdo.” agregó Raine. “¿Qué tal el Amo Carl?”
Beck negó con la cabeza.
“Diablos, no. Él tiene síndrome de Napoleón. Solo fanfarronería y cero
bolas. Además, solo se enfada ahora cuando alguien demora su juego con su
nueva sumisa… como quiera que se llame.”
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Raine sintió todas las miradas de la estancia sobre ella. No sabía cuál
mirada era más intensa, si la de River o la de Liam.
“¿Y quién es ese?” dijo su irlandés lentamente, con esos ojos oscuros tan
enfocados en ella que Raine se retorció.
Sí, Liam no esperaba que ella todavía tuviera secretos.
“¿Recuerdas cuando estuvimos juntos por primera vez, y me preguntaste
que cuánto tiempo había estado sin sexo? Te dije que habían pasado dos
años… fue con Gabriel. ¿Por qué de repente todos tenemos fascinación por mi
vida sexual? No fue gran cosa.”
Beck resopló.
“Antes de O’Neill aquí, Gabriel fue el único que había hecho que
Hammer se preocupara por perderte.”
Y ella se lo había dicho con delicadeza a Gabriel. Le agradaba. El sexo
había sido bastante mejor que con Zak. Había sido un hombre decente. Pero
fue directa al decirle que jamás lo iba a amar. Lo sabía, porque él no era
Hammer.
“Él se sintió decepcionado. No enfadado.” argumentó Raine. “Macen se
aseguró que mis primeras dos experiencias hubieran terminado después del
primer intento, así que ninguno de los dos se involucró tanto. ¿Podemos
cambiar de tema?”
Beck abrió la boca, pero Liam levantó un dedo.
“Espera. ¿Estás diciendo que antes de que tú y yo estuviéramos juntos,
solo habías tenido sexo dos veces en toda tu vida?”
La vergüenza la quemaba. Ella no quería mirar ahora a nadie. Ella cruzó
los brazos y cerró los ojos.
“Sí. ¿Podemos movernos?”
“¡Oh, Dios!”
Liam tomó su mano.
“¿Cómo fue que no te asusté?”
Su voz la hizo mirarlo. Ella apretó su mano.
“Lo hiciste. Pero no iba a dejar que eso me detuviera.”
Liam parecía asombrado, y ella podía ver exactamente en qué momento
él comenzó a pensar en los eventos de ese fin de semana en que ella se había
entregado primero a Liam, luego a Hammer. El fin de semana en que
definitivamente se embarazó.
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Liam se estaba dando cuenta que ella había sido muy inocente antes de
que él reclamara su trasero virgen en público en el calabozo, antes de que
Hammer la hubiera devorado salvajemente esa noche, dejando casi cada
centímetro de su cuerpo mordido, amoratado o marcado.
“¡Oh, niña…!”
Liam parecía listo para disculparse o lamentar cómo sucedieron las cosas.
“No lo digas.”
Liam suspiró y arrastró el plato de ella frente a él antes de sacarla de su
silla y sentarla en su regazo.
“De haber sabido…”
“No cambiaría nada. Por favor, déjalo.”
Raine dirigió su atención a Beck.
“¿Alguien más en quien podamos pensar?”
Raine no pudo evitar reparar en la expresión de shock de River.
“¿Hammer mantenía a los hombres alejados de ti? ¿De verdad? ¿Él
no…?”
“Docenas.” lo interrumpió Beck. “El edicto público era, ‘toca a la
princesa y pierdes las bolas y la membresía’... en ese orden; él la vigilaba en
casi todo momento del día.”
“¿No hemos superado esto? No fue Zak. No fue Gabriel. Además,
también debemos pensar en quién pudo haber estado cerca recientemente para
haber robado el video. Alguien que sabía lo que pasó en esas dos fechas. El
tres de noviembre fue público pero…”
Todos en el callejón sabían de su castigo. Si no hubieran estado ahí para
verlo por ellos mismos, pronto lo habrían escuchado. Pero el cuatro de
noviembre, sus horas prohibidas con Hammer… casi nadie sabía de ello.
“Si el testigo también es el ladrón, eso los saca a ellos dos.”
Con una bolsa de dulces en la mano, Bryn entró en la cocina con el ceño
fruncido.
“Raine tiene razón, y la persona que se robó ese video es alguien
completamente diferente.”
“¿Entonces debemos buscar a dos personas?” preguntó Liam apretando la
mandíbula. “¿Dos agujas en un maldito pajar?”
“Sí, hijo. Tu testigo está oculto de algún modo. Escondido. Pero, ahora
que lo pienso, percibo que es una mujer.”
Beck se estremeció.
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“¿El diciembre pasado?” Raine le elevó una ceja. “Me pregunto por qué
ella ya dejó de intentar llamar la atención de Hammer.”
“¿Tú y Kristen?” Beck se mostró engreído. “Esas son noticias
interesantes.”
“En vista de que ya llevé ayer a Heavenly a almorzar y la besé, eso ya
terminó.”
“Mientes.” Beck miró al hombre. “Heavenly no confía en ti.”
Seth se encogió de hombros.
“Pregúntale… pero con eso te pondrías en evidencia, ¿no te parece? Y
para que conste, le escribí a Kristen un mensaje de texto y le dije que no
jugaríamos más.”
Para demostrarlo, Seth abrió sus mensajes de texto y deslizó su teléfono a
través de la mesa. Bastante seguro, le había enviado a la sumisa de cabello
rubio oxigenado el equivalente a una ‘esquela’ por medio de un mensaje de
texto.
“¿Feliz?” provocó a Beck.
El doctor pareció listo para matarlo. Seth solo sonrió.
“Oí que alguien llamada Crystal estaba preguntando por Hammer ayer.”
“Ella es pelirroja. ¿Marlie?” Raine escupió el nombre con malicia.
“¿Alias ‘Doña Coño Asqueroso’?”
“Bastante preciso.”
Liam le sonrió. Beck ladró de la risa.
“Absolutamente. Es una buena posibilidad. Ella te odiaba, princesa. Oí
que te golpeó.”
“¿Que hizo qué?” espetó River enderezándose.
“Me siguió al callejón detrás del Club y me abofeteó como una niñita
frustrada.”
“Eso hizo.”
Liam apretó sus manos sobre sus caderas.
“Ha habido muy pocas veces que he querido derribar una mujer. Esa fue
una de ellas.”
“La detuve y Hammer la echó.”
Raine miró a River.
“Tal vez esté en video por si quieres verlo.”
“Pero ella no era miembro cuando tú eras menor de edad.” señaló Beck.
“Así que ella no pudo haber presenciado el supuesto abuso de Hammer
sobre mi mientras era una ‘niña’, cierto.”
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A Raine de verdad le hubiera gustado que Marlie fuera culpable por algo
por lo que podría ir a la cárcel.
“¿Qué tal Honey? Ella persiguió a Hammer durante años. Pero
finalmente lo dejó el otoño pasado.”
Ahora era el turno de Liam de retorcerse en su silla. Raine giró sobre su
regazo.
“¿Tú?”
“Bueno. Estaba recién llegado a L. A. y ella parecía…”
“¿Amable?” lo miró con advertencia. “Más vale que ese apelativo no
salga de tu boca.”
“Iba a decir… ansiosa.”
“Dirás cachonda.”
Raine golpeó el hombro de Liam.
“Hombres… la pregunta es, ¿podría ella estar lo suficientemente
enfadada con Hammer para quererle joder la vida?”
“Si está enfadada con alguien, es conmigo.” admitió Liam. “Pero no creo
que sea ella.”
“¿Por qué desperdiciar tu tiempo?”
Bryn le chasqueó la lengua a su hijo.
“Ya habías conocido al amor de tu vida.”
Liam tuvo la decencia de verse avergonzado.
“Creí que ella solo tenía ojos para Hammer. Y en ese entonces, creí que
él me mataría si la tocaba.”
“También tenía ojos para ti.” susurró Raine suavemente en su oído antes
de girarse de regreso a Beck. “La única otra sumisa en la que puedo pensar es
Eden. La vi salir de la habitación de Hammer mucho estos años.”
Todos los hombres de la mesa, menos su hermano, se vieron un poco
culpables. Raine los observó.
“¿Estáis de broma? ¿Todos vosotros?”
Beck le dio una sonrisa torcida.
“Parece que todos han estado en el jardín del Edén, Princesa. Oye, somos
hombres. No monjes.”
“Nadie pensaría lo contrario. Créeme.”
Raine miró de nuevo a Liam.
“¿Quieres contarme algo más?”
“Nada. ¿No deberíamos concentrarnos en el problema, amor? ¿Alguien
más que debamos considerar?”
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Raine suspiró.
“Nadie en particular, pero creo que apenas hemos rasgado la superficie.”
El doctor se puso de pie y se estiró.
“Ella tiene razón. Estoy seguro que hay alguien en quien no hemos
pensado.”
“Revisaré la base de datos de los miembros mientras esté en el Club, ver
si alguien más surge.” dijo Raine. “Tal vez… algo salga. ¿Qué tal de los
videos desaparecidos? Hammer despidió al último técnico, Bryan, por una
razón…”
“¿Coquetear con los miembros?” resopló Beck.
Raine asintió.
“Tal vez se enfadó y se llevó los videos para chantajear a Hammer?”
“Bryan lleva un mes fuera.” señaló Liam. “Y no le ha exigido nada a
Macen. Además… ¿para qué llevarse el pietaje de ti y de mí? Mamá, tú no
oíste eso.”
“Nada. Así como tampoco oí nada esta mañana. Ni anoche.” sonrió
débilmente.
Raine se puso de todos los tonos. Beck y Seth aullaron de risa.
“El ladrón está entre vosotros.”
Bryn calmó a Raine con una palmadita en el hombro.
“Puedo sentirlo. Y está muy orgulloso del engaño. Mirad entre quienes
menos sospechéis.”
Raine no podía pasar por otra ronda de conjeturas ahora. No quería mirar
a ninguno de sus amigos con ojos sospechosos. En cambio, tomó los platos
vacíos de todos y los llevó al lavaplatos.
“¿Quién tiene acceso a la sala de seguridad?” preguntó Seth.
“El nuevo técnico, Lewis, es quien pasa más tiempo allí.”
Beck se recostó en su silla.
“Es un mocoso ‘nerd’ que Hammer contrató hace dos semanas. Además
de él, los Monitores de Calabozo, incluidos Pike y yo. Dean. Donald.
Hammer. Liam. Raine tiene llave. ¿Me falta alguien?”
Nadie con motivos para lastimar a Macen.
“A veces el personal de limpieza entra en horas suaves. Normalmente
intentamos supervisarlos, pero…” Raine se encogió de hombros. “No siempre
funciona.”
Liam negó con la cabeza.
“Así que tenemos un maldito rompecabezas por armar.”
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Raine lo abrazó.
“Lo haremos. Tenemos que hacerlo.”
“Ayudaré en lo que pueda.”
River se puso de pie y le sonrió a Bryn.
“Gracias, señora O’Neill.”
Luego se giró y le extendió la mano a Liam.
“Lo lamento si he sido un cretino.”
Ambos se estrecharon la mano.
“Yo también hubiera hecho cualquier cosa por proteger a mis hermanas.
Y son seis.”
“Pobre bastardo.”
River sonrió y se dirigió a Raine.
“Llama si necesitas algo. Haré lo que sea para ayudarte a ser feliz.”
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CAPÍTULO 13
*
Lunes, 18 de febrero
*
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La voz de Liam estaba llena de emoción. Pero por mucho que quisiera
aferrarse a ellos, Hammer se obligó a alejarse.
“Estaré con vosotros tan pronto como pueda.”
“Te llevaremos a casa cuando estés listo.” prometió Liam.
Mientras el alguacil guiaba a Hammer hacia la puerta de la antesala, él se
giró y los miró. Liam agitó la mano y Raine le lanzó un beso.
Los necesitaba, tal vez mucho más de lo que ellos a él. Hammer apretó la
mandíbula. Encontraría una manera de salir de este puto desastre incluso si le
costaba la vida.
Sin mediar palabra dejó la Corte.
Después de una carga de mierda de papeleo y espera que tenía a Hammer
rechinando los dientes y listo para golpearle la cabeza a muchos, Liam y Raine
estaban esperándolo en el pasillo justo fuera de la oficina de procesamientos.
Jamás había sido tan feliz de verlos en toda su vida. Su corazón bombeó
mientras los tres se abrazaban como si hubieran estado separados durante
meses. Hammer besó fuertemente a Raine. Liam le dio una palmada en la
espalda. Con su chica en medio de los dos, se dirigieron a la puerta.
Perdido en su dulce alivió del momento, Hammer no estaba preparado
para la turba de reporteros que se abalanzaron hacia ellos y los llenaron de
preguntas.
“Liam.” ladró. “Pon a Raine detrás de nosotros.”
Pero su amigo ya lo había hecho, protegiéndola mientras Hammer se
abría paso a empujones entre la multitud.
Un reportero le empujó un micrófono en la cara.
“Sr. Hammerman, ¿cuándo comenzó a abusar de niños?”
Él apretó los dientes miró con rabia al cretino.
“Sin comentarios.”
“Señorita Kendall, ¿el Sr. Hammerman la violó cuando era una niña?” le
preguntó una perra rubia de traje. “¿Él es su chulo? ¿Por qué no le pide a la
policía ayuda para escapar de estos dos desviados?”
Raine enterró el rostro entre las mangas de las chaquetas de ambos y se
negó a decir una palabra.
“Alejaos, malditos vagos.” rugió Liam.
Ellos todavía ladraban preguntas. Raine lo apretó más fuerte. Hammer la
rodeó con un brazo, presionándola entre él y Liam.
“Sin putos comentarios, ¡Partida de buitres!”
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*
Raine entró en la cocina para encontrar a Liam y Hammer con las
cabezas unidas, hablando en voz baja. Ambos se callaron abruptamente y la
miraron cuando entró. Se le elevaron las sospechas. Y el terror la aplastó.
“¿Qué? ¿Pasó algo más?”
Se miraron el uno al otro, en una comunicación silenciosa. Entonces
ambos negaron con la cabeza.
“No, amor.”
Liam le dio una gentil sonrisa.
“No os creo.”
Raine negó con la cabeza, las manos en la cadera.
“O estáis en algo o me protegéis de algo. Necesito saber.”
Macen suspiró.
“No es nada. El teléfono no paraba de sonar hace un rato. Putos
reporteros. Ya nos ocupamos de ellos.”
Una mirada al teléfono y el contestador automático demostraba que
alguien los había despegado de la pared... literalmente. Y se había llevado un
buen pedazo de yeso en el proceso.
Liam se estremeció.
“Tal vez perdí la calma un poco. Más tarde lo arreglo.”
Siempre y cuanto estuvieran en el tema… Raine sacó su nuevo móvil del
bolsillo de su falda.
“Tuve que apagar el mío. ¿Cómo consiguieron este número tan rápido?
Recibí cuatro llamadas mientras intentaba tomar una siesta.”
Ambos sacaron sus móviles y los colocaron en el mostrador. Las
pantallas estaban en blanco.
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“Verduras salteadas.”
Raine tragó, preguntándose por qué estaba tan nerviosa.
“¿Puedes tenerlo listo en diez minutos?”
“Incluso menos.”
Ya lo había dejado todo listo la noche anterior y simplemente no se había
armado de energía para cocinar. Con manos sorprendentemente inestables,
calentó el wok, sacó el pollo que ya tenía marinado, y comenzó a preparar un
arroz rápido.
Detrás de ella, Hammer se aferró a sus caderas y observó, salpicando
besos por su cuello. Le deseaba. ¡Diablos!, no podía estar en la misma
habitación con él sin ansiar al hombre. Pero la larga caricia de sus dedos y la
reverente presión de sus labios también le llegaron al corazón.
“¿Macen?” se giró hacia él. “¿Qué piensas?”
Él le dio una sonrisa cautelosa. Hace unos pocos meses, ella jamás
hubiera podido descifrar esa expresión. Podía ser mortalmente difícil de leer.
Ahora… podía ver que él estaba casi nervioso.
“¿Además de todo?” bromeó él.
Raine echó el pollo en la sartén caliente, satisfecha con el chispear.
Revolviendo ausente con una mano, se giró hacia él.
“Estoy aquí para ti. Lo sabes.”
“Y se lo agradezco a Dios todos los días.”
Macen le rozó una mejilla con el pulgar.
“Necesito contarte algo que debí contarte hace mucho. Solo que no
quería decepcionarte. Desilusionarte. No quería que vieras mis debilidades,
mis fallos y mis imperfecciones.”
Una esquina de su cerebro se dio cuenta de que era hora de agregar los
vegetales. El resto de ella estaba totalmente en sintonía con el hombre que
había capturado su corazón hace años.
“Jamás podrías decepcionarme.”
Él tomó el bol de sus manos y vertió los champiñones, cebollas y
pimentones en la mezcla de carne.
“Revuelve.”
Ausentemente lo hizo, pero no podía quitarle los ojos de encima.
“¿Qué pasa?”
El arroz pitó. El salteado humeaba. Raine no se movía. Macen no estaba
cortando lazos con ella y con Liam… pero fuera lo que él fuera a decir era
algo grande.
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“Solo espero que me sigas mirando así una vez lo sepas todo. Esto te dirá
mucho sobre lo que soy… y por qué.”
“¿Cómo el que tienes un apartamento en San Juan? No tenía idea.”
Hammer desestimó esa información.
“No he estado allí desde antes de que Juliet muriera. Debí haberlo
vendido hace años. No ha sido más que una propiedad que rento desde hace
un largo tiempo.”
Raine entendió que no significaba nada para él, pero Macen Hammerman
sabía todo de ella... las vitaminas que prefería, el hecho de que lloraba en el
aniversario de la desaparición de su madre, su obsesión con el helado Caribou
de caramelo, cómo le gustaba tomar una siesta en los días de lluvia.
Él conoció cada uno de sus ciclos durante seis años. Incluso su talla de
sostén. Incluso le compraba zapatos que le encajaban como un guante sin que
ella se los probara.
Finalmente, este hombre que había sido semejante misterio para ella
podría dejarla resolverlo. No importaba que conociera su marca favorita de
ropa interior o poder hacer todas sus comidas favoritas sin mirar la receta.
Raine no conocía el nombre de su mascota de la niñez, cómo fue de
adolescente o por qué no hablaba de sus padres… ni con ellos.
Hammer se comió todo lo que ella le preparó. Raine solo logró comerse
la mitad. Su estómago estaba hecho nudos cuando colocó el plato a un lado.
“Dímelo. Todo.”
Con una mirada de lado a su comida, él frunció el ceño.
“¿Prometes intentar comer otra vez antes de ir a la cama? Me tienes
preocupado.”
Raine le prometería un rapidito en la luna si le contaba todo ya.
“Lo haré. Solo…”
“Acabar con esto.”
Macen asintió y frotó sus palmas como si intentara decidir por dónde
empezar.
“Mis padres eran extremadamente ricos. Mi abuelo era un físico que
trabajó con este tipo brillante llamado Noyce26.”
Hammer estudió el rostro de Raine.
26 Robert Norton Noyce fue co-fundador de Intel en 1968. Se le reconoce como el inventor del circuito
integrado o microchip, motor de la revolución de los ordenadores personales, y por haber dado a Silicon
Valley este nombre.
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30 Frase coloquial que indica que siempre estaba en alerta, como mirando por encima del hombro en
previsión de ser atacado.
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“¿Los miraste?”
“¡Joder, sí! Ahí estaba mi sexy niñera haciendo realidad una de mis
fantasías secretas más sucias. En mi cabeza inexperta, eso era tan retorcido
que no tenía ni siquiera nombre para lo que estaban haciendo. Pero quería
aprender.”
“¿Qué le hizo a ella?”
“¿Qué no le hizo?”
Hammer miró por la ventana, sobre su patio. Pero estaba más lejos, como
si estuviera de regreso a ese verano.
“A Linnet le gustaba el dolor, y Tom no dudaba en dárselo. Cuando los
encontré la primera vez, él le estaba dando golpes en los pezones con esa
fusta. Estaban morados, y no mostraba señales de querer parar. Le frotaba el
coño, haciéndola llegar al borde una y otra vez…” negó con la cabeza. “Mi
polla palpitaba y estaba malditamente dura. La saqué de mis shorts, la empuñé
un par de veces, y me descargué más rápido de lo que jamás había hecho
mientras miraba una revista. Pero en el segundo en que Tom jaló sus abusados
pezones y tuvo que taparle la boca para amortiguar sus gritos, me endurecí de
nuevo. Cuando le pegó las pinzas y comenzó de nuevo con la fusta, Linnet
lloró. Y Dios, las súplicas… podía oírla a través de los muros. Imaginaba que
lloraba por mí. Me corrí por segunda vez, tan fuerte como la primera. Pero mi
maldita polla aún no se bajaba.”
“Macen…”
Ciertamente, él ya no tenía sufrimiento por su amor no correspondido
hacia esta mujer. Y no debía sentirse avergonzado de que le hubiera gustado lo
que vió.
“Tenías quince años y…”
“Era demasiado malditamente curioso. Tom la desató y la obligó a estar
de rodillas con un puño en su cabello. Ella le chupó la polla hasta que las
mejillas se le pusieron cóncavas y él enterró cada centímetro por su garganta.
Al verlos, me corrí una tercera vez tan fuerte que me mareé.”
Hammer apretó los labios, aun mirando al viento sacudiendo las palmeras
alrededor de su piscina.
“Incluso después de que Tom le llenara la boca y ella se tragara cada
gota, no habían terminado. Tampoco yo.”
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“Siempre lo haré.”
Raine le besó suavemente los nudillos.
“He pasado mucho tiempo estas últimas semanas preguntándome si tal
vez hubiéramos estado mejor yendo cada uno por su lado, si me hubiera ido
del ‘Shadows’ esa mañana que amenacé con irme. Ya sabes, aquella mañana
en la que me metí en tu cama e intenté seducirte.”
“¡Oh!, sí me acuerdo.”
Envolvió su pequeña mano con las suyas.
“Me asustaste como la mierda.”
Una sonrisa se posó en los labios de Raine.
“Yo también estaba aterrada. Pero si me hubiera ido por la puerta, como
te amenacé, nos hubiéramos ahorrado mucho dolor.”
“Pero…”
“Pero nos hubiéramos perdido todo lo maravilloso. Lo sé.”
“No me lo hubiera perdido por nada del mundo. No me importa lo que
hemos atravesado. Valió la pena.”
Su sonrisa se volvió deslumbrante.
“El Halloween pasado, jamás me imaginé que estaríamos aquí hoy.
Jamás te había besado. Apenas conocía a Liam. Eso fue hace menos de cuatro
meses. Ahora compartimos una casa, vamos a tener un bebé…”
“Y me has hecho más feliz que nunca en mi vida. Pasaría tres vidas tras
las rejas por haber compartido estos meses contigo y con Liam.”
Hammer colocó su mano en el estomago de ella.
“Puede que no tenga la dicha de criar a este niño. Pero siempre seré parte
de ti, de Liam y de nuestro bebé. Puede que no esté aquí físicamente, pero
espero estar aquí.”
Levantó la mano hacia su corazón y chocó sus labios contra los de ella.
“Lo estarás.”
La voz de Raine se quebró.
“No quiero hacer esto sin ti.”
“Espero que no sea así, preciosa.”
Raine acunó las mejillas de él con sus esbeltas manos y la acercó a sus
labios. Hammer no pudo evitar gruñir. Los besos suaves que ella presionaba
en las esquinas de su boca eran tan sentidos que casi se desmoronó. El dulce
afecto de Raine drenó la ansiedad omnipresente de sus venas. Lo calmó. Lo
aplacó. Por primera vez en su vida, Macen entregó su control y simplemente
sintió.
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tenía duda de ello. Los cambios en su cuerpo eran más evidentes con el paso
de los días. Algo más que extrañaría.
Otro dolor que no podría aplacar.
Por eso no pudo resistir otro minuto, la besó en los labios. Pero esa
caricia se volvió algo más. Se hundió en ella, se ahogó en ella, cayendo más y
más profundo…
Maldición, la había echado de menos. Cada suspiro, cada grito de éxtasis,
cada gemido, cada jadeo, cada risa, cada carcajada, cada discusión y cada puta
lágrima que ella lloraba por él. Cuando Hammer se retiró para observarla, vió
su rostro lleno de dolor.
Raine respiró temblorosamente.
“Mac…”
Él se apoderó de nuevo de sus labios, robándole las palabras. No quiso
hablar de su futuro que probablemente no lo incluiría y se negó a perder otro
segundo hundido en el pesar. Quería fundir su corazón y su alma con los de
ella y llevarse esos preciados pedazos de Raine consigo por el resto de sus
días.
Los labios de ella temblaron bajo los suyos. Macen sintió sus lágrimas
cálidas y húmedas rodar entre ellos. La melancolía se apoderó de él, pero
Hammer la bloqueó. Nada ni nadie arruinaría el tiempo que les quedaba.
Acunando la nuca de Raine, se deslizó suavemente en su boca. Barriendo
cada valle y cresta, él suspiró cuando sus lenguas se unieron en un deslizar
suave y exaltante. Mientras se movía para oler su mejilla y cubrirla de besos
tiernos, unos pequeños sollozos se escaparon de la garganta de Raine.
El corazón de Hammer se desintegró. Finalmente había confrontado sus
fantasmas, se había convencido a sí mismo que era hora de recomenzar su
vida… Y… ¿ahora? ¡podría perderlo todo!
[No sin demostrarle cuánto significa para mí.]
Retirando la humedad de sus mejillas con sus pulgares, él sacudió la
cabeza.
“Sin lágrimas, preciosa. Te estoy dando más poder sobre mí del que
jamás le haya dado en mi vida a alguien. Quiero guardar cada segundo de esta
noche en mi memoria. ¿Puedes hacer lo mismo?”
Raine respiró temblorosamente, y llevó la palma de él a sus labios.
Dejando un beso en el centro, se colocó su mano sobre su corazón.
“Esta noche, mañana… te llevaré aquí conmigo por siempre, Macen.”
298
EL Borde DE LA Dominación
Su labio inferior comenzó a temblar, pero Raine se contuvo por él. Rodeó
el cuello de Macen con su mano y le acercó a sus labios. Hammer se entregó
voluntariamente, acariciando la suavidad de su piel desnuda, absorbiendo el
sentirla mientras ella vertía todo su amor sobre él.
Cuando Raine pasó la lengua por el borde de sus labios, él se abrió para
ella, dejando que lo explorara, tal como él había hecho con ella.
Tomando más audacia, ella lo tomó por la muñeca y llevó su mano a su
pecho. Él satisfizo su deseo y levantó la otra mano, amasando los pesados
orbes, y sus pulgares rozándole los duros pezones. Raine jadeó contra su boca
y se arqueó contra sus manos.
“Te necesito, Macen.” murmuró ella.
“También te necesito.”
Besándola hasta perder el sentido, la llevó consigo al colchón. Raine
estaba temblando. Hammer le retiró el cabello del rostro con la más suave de
las caricias, y luego la besó de nuevo, saboreando el deslizar de sus labios y su
lengua. No parecía tener suficiente de ella. Arrastrando su boca sobre su
mandíbula, bajó más, mordiendo y lamiendo la piel sensible bajo su oreja.
Raine lo rodeó con sus brazos y hundió los dedos en su piel, las uñas
abriendo pequeñas cicatrices en su espalda. Él se estremeció y su polla saltó.
Quería abrir sus húmedos pliegues y hundirse en ella. Pero en cambio, pasó la
lengua más abajo y tomó un dulce y jugoso pezón entre sus dientes. Con un
suspiro de dicha, Raine levantó los hombros del colchón, ofreciéndose a él.
Hammer se tomó su tiempo, cubriendo lánguidamente ambos pechos con
calor líquido hasta que Raine lloriqueó, se retorció y gimió.
El aire alrededor de ambos se puso pesado. El calor y la exigencia se
volvieron urgentes.
Pero, Hammer aún no tenía intención de apresurar estos tiernos
momentos. Raine era demasiado especial, demasiado excepcional, demasiado
importante. Sus maullidos y súplicas lo encendieron, pero era una llama
diferente a lo que alguna vez había sentido.
Hammer se preguntaba cómo había vivido sin conocer esta marea
decisiva de pasión sin medida. Hasta ahora, no había entendido que con
alguien que amaba, podía darle su poder y ella se lo entregaría todo de regreso
con creces.
Cuando levantó la cabeza, vió el rostro de Raine resplandeciendo con
amor... puro, crudo y verdadero. Se le apretó el corazón. Su cuerpo tembló.
“Podría quedarme aquí, perdido en tus ojos hasta el fin del tiempo.”
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CAPÍTULO 14
*
Martes, 19 de Febrero
*
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Una mujer mayor con una tabla en la mano y de uniforme azul brillante
la llamó mientras sostenía una gran puerta abierta.
Liam y Hammer se pusieron de pie al tiempo y le extendieron las manos
a Raine. Ella colocó sus manos en cada palma y se levantó, con una
exhalación evidentemente emocionada.
“Es la hora.”
“Vaya.” murmuró una mujer mientras pasaban.
“Tal vez uno es un amigo y el otro es el padre.” especuló otra mujer en
un susurro que ocupó toda la habitación.
Raine se devolvió hacia aquellas entrometidas.
“No, ambos son mis hombres y los padres de nuestro bebé, aunque no es
que sea asunto vuestro.”
Hammer no pudo evitar reír mientras Raine apretaba su brazo y el de
Liam orgullosamente y se dirigía hacia la enfermera. Ella ni siquiera se giró
para ver las mandíbulas caídas por el shock. Los jadeos de asombro de las dos
imbéciles prejuiciosas lo dijeron todo.
“Bien hecho, chica.” la felicitó otra madre embarazada mientras pasaban.
Una gran sonrisa se extendió en el rostro de Liam. Una vez pasaron junto
a la enfermera que los esperaba en el portal, Hammer se inclinó para
murmurar en su oído.
“Eres malvada. Y me gusta.”
“No os puedo llevar a vosotros dos a ningún lado.” bromeó Liam.
“¿A mí? ¿Qué pu… diantres, hice?”
Hammer corrigió su lenguaje ya que estaba en una sala hecha en su
mayoría para mujeres y bebés. La enfermera se rió y le señaló a Raine que se
subiera en la báscula. Después de quitarse los zapatos, vieron el número
aparecer en la pantalla digital.
“¿Estás teniendo problemas con las nauseas matutinas?” le preguntó la
enfermera. “Perdiste cuatro kilos.”
Hammer y Liam se miraron. El estrés y el caos existente en sus vidas
ahora mismo la habían impactado a ella y a su bebé. Quiso como la mierda
poder detener todo esto... por el bien de todos.
“No.” contestó Raine. “Solo que no me está dando mucha hambre.”
Hammer le frunció el ceño por mentir.
“Si tenemos que hacerlo, la obligaremos a comer.” dijo Liam.
“No me cabe duda.”
La enfermera le dio a Raine una sonrisa conocedora.
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conocida como una esclava sexual el resto de su vida. ¿Y qué pasa con nuestro
bebé? No importa su apellido... Hammerman, O’Neill o Kendall... nuestro
bebé llevará la humillación de este puto desastre el resto de su vida. ¿Quieres
eso?”
Los ojos de Liam se abrieron de par en par mientras saltaba de su silla.
“No. ¡Oh!, ¡diablos, no, Macen! No puedes.”
“¿Qué no puedo?”
“No puedes seguir con lo que estás pensando. Maldito infierno, hombre.
¿Perdiste la puta cabeza?”
La boca de Hammer se abrió.
“¿Cómo…? ¡Bryn!”
“No es mi madre, compañero.”
La furia destelló en los ojos de Liam mientras se acercaba al rostro de
Hammer.
“No entiendes. Puedo verte, joder. Tus pensamientos son como una
maldita señal, de neón, iluminada en mi puta cara. Así que no me digas que
estás bien, Macen. Estoy enfermo de la angustia. No te atrevas a pensar en
dejarme aquí solo.”
Hammer estrelló su botella contra la mesa, curvando sus dedos en puños
y le dio un puñetazo en la mandíbula.
“Sal de mi cabeza. No te invité a que me analizaras antes y seguro como
el infierno que no te voy a permitir leer mis malditos pensamientos.”
Liam alzó su mano al rostro y lo frotó.
“Así que volvemos a esto ahora, ¿no? Adelante, compañero. Lanzaré tu
puto culo a la piscina y me voy a orinar de risa.”
Sin mediar palabra, Hammer echó la mano hacia atrás de nuevo, pero
Liam fue más rápido. Plantó un puñetazo en el estómago de Macen, sacándole
todo el aire.
“¿Quieres seguir o estás listo para sentarte y hablar, gran bastardo
estúpido?” le espetó Liam.
“Jódete.”
“Sí, sí. Jódete, tú.”
Liam sacudió la cabeza.
“Podemos pasar la tarde partiéndonos la cara, lo cual hará que Raine
haga sus maletas. Al menos así se resolverá uno de tus problemas, ¿cierto? O
puedes dejar de comerte tu propia testosterona y usar la cabeza.”
“¿Comerme mi testosterona?”
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Jamás vería sus rostros sonrientes, el brillo en sus ojos o vería el éxtasis
flotar en sus rostros, amándose unos a otros salvajemente, feroces y libres.
Jamás vería el hermoso niño que concibieron juntos.
Hammer se estaría exiliando en prisión. Aunque una prisión sin barrotes,
sería un confinamiento solitario, igual de infernal.
Tragó fuertemente y miró sus llaves. Levantó la cabeza para mirar su
Audi. Podía imaginar el brillante capó destrozado y malogrado, totalmente
irreconocible. Chocar contra el contrafuerte de un puente a ciento ochenta y
cinco millas por hora garantizaba destrucción total, no sólo para su coche sino
también para su cuerpo.
Aunque esa muerte no sería fácil, sería rápida. Raine y Liam al menos
tendrían una sensación de cierre, ya que tendrían algo que enterrar. Si
solamente desaparecía sin dejar rastro, se quedarían pensando a dónde habría
ido y si algún día regresaría.
De todos modos, Macen sabía que no había retorno.
Un hecho que le rompía el puto corazón.
Se dijo a sí mismo que ellos lo llorarían, pero sobrevivirían. Raine era
resistente, y Liam era obstinado. Se apoyarían mutuamente hasta que el
tiempo curara las heridas que Hammer había cavado en sus almas.
Racionalmente, sabía que debía sacrificarse para salvarlos. Era la única
manera de detener el juicio antes de que comenzara y protegerlos a ellos y su
hijo de un legado de desgracia.
Pero la idea de dejar a las únicas dos personas que alguna vez había
amado lo destrozaba como una bola de demolición. Sintió que se iba a
desmoronar.
[Por favor, Dios. Dame fuerza para hacer esto.]
Tomó una respiración ronca.
“¿Pasaporte o llaves, imbécil?” susurró para ti. “¿Cuál será tu declaración
de amor final para ellos?”
Retirando las manos del coche de Raine, Hammer entró en su Audi.
Abrió el maletero y una risa triste rodó de sus labios. Había un par de zapatos
sexy de Raine que ella había dejado en su coche después de cenar una noche.
Tomándolos, los apretó contra su pecho, y los colocó sobre el coche de ella.
Los amorosos recuerdos lo aniquilaban, seguidos de cerca por una avalancha
de culpa.
¿Cómo podría simplemente echar lejos su amor incondicional? ¿En
verdad iba a guardar el rabo entre las patas y dejarlos como un cobarde?
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CAPÍTULO 15
*
Miércoles, 20 de febrero
*
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“Estás de broma.”
“No. Pero por efectos de conveniencia, usualmente envían un archivo
con toda la información que necesitamos. Por supuesto, si recolectan más
información después de que empieza el descubrimiento, también la envían y lo
hacen de conocimiento público así que algunas cosas surgen a última hora.
Pero los federales son famosos por investigar meticulosamente, así que para
cuando acusan a alguien, tienen toda la evidencia en orden. Ciertamente
conocen el nombre de su maldito testigo y lo han sabido por un tiempo.”
“¿Entonces, por qué esconder su identidad? A menos que, por supuesto,
sea alguien con rencor contra Macen.”
Liam colocó los codos entre sus piernas, meciendo su bebida. Hammer
resopló.
“¿No es esa una buena pregunta? Déjame adivinar. Porque entonces
sabríamos quien es el maldito.”
“En este punto, esa es mi suposición.” concordó el abogado.
“Quienquiera que sea también me ha jodido.” acotó Macen. “No están
dejando nada en manos de la casualidad. No señor. Este puto tiene el hacha
oscilando sobre mí.”
“Aún no canta la dama gorda31, amigo.”
Liam colocó una mano sobre su hombro.
“No te rindas todavía.”
Sterling rodó su vaso pensativo antes de hablar.
“Es particularmente importante que yo sepa qué pretende decir este
testigo en su testimonio, porque el FBI no encontró nada durante la búsqueda
que llevaron a cabo en tu casa o el negocio, Macen.”
“No esperaba que lo hicieran.”
“Por cómo van los cargos del estado, en realidad espero enterarme de
quien encontró... o más bien robó ese video. Si prospera mi moción de
marcarlo como inadmisible, entonces no tienen nada.” le aseguró Sterling.
“Así debería ser, ¡maldición!” gruñó Hammer. “Fue un momento privado
y voluntario entre dos adultos enamorados.”
31 Procede de la frase ‘It ain't over till the fat lady sings’, que significa ‘Nada termina hasta que la dama
gorda canta’. Es un coloquialismo que se suele usar como proverbio. Significa que uno no debe presumir de
conocer el resultado de un evento que todavía está en progreso. Se usa cuando una situación está (o parece
estar) acercándose a su conclusión. Advierte en contra de suponer que el estado actual de un evento es
irreversible y determina claramente cómo o cuándo terminará el evento. Esta frase se originó haciendo
referencia a las sopranos de la Ópera, generalmente estereotipadas con sobrepeso.
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32 Referencia a la película ‘The Wizard of Oz’ (en español ‘El Mago de Oz’). "Ding-Dong! The Witch Is Dead"
es la pieza central de varias canciones individuales interpretadas por los Munchkins, la bruja Glinda (Billie
Burke) y Dorothy Gale (Judy Garland) en dicha película.
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Raine suspiró mientras miraba a Seth y a River al otro lado del escritorio
de Hammer en ‘Shadows’. El ocaso estaba cerca. Habían estado buscando
agujas en el pajar de las membresías durante horas. Se les acababa el tiempo.
“Esta es la tercera vez que hemos repasado esta base de datos. En serio,
no puedo pensar en alguien que encaje con la descripción. Una rubia de treinta
y pico de años que se unió al Club cuando abrió y luego... años después... de
repente decide que odia a Hammer. No hay… nadie. ¿Quién demonios podría
ser esta testigo?”
“¿Y por qué Sterling aún no tiene un nombre por parte de la fiscalía?”
divagó Seth.
“Un momento. ¿Cómo sabemos que la madre de Liam no está
equivocada?” preguntó River. “Sin ánimo de ofender pero, ¿cómo podría
saber ella algo de esta testigo si nadie más tiene ni idea?”
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No era buena idea. Se puso de medio lado, con el trasero hacia la puerta y lo
dejó fuera de juego.
“¿Qué buscas, Raine?”
Maldita sea, era entrometido.
“Acabo de encontrarlo. Fíjate.”
Junto a ella, la silla de él chirrió mientras se acercaba. Raine intentó no
estremecerse. ¿En serio le estaba mirando los pechos?
Los archivos que contenían los días tres y cuatro de noviembre no estaban; ella
ya lo sabía. Afortunadamente, el del día 5 de noviembre estaba exactamente donde
debía estar. Estaba a punto de tomarlo cuando Lewis se puso de pie.
“¿Qué encontraste?” murmuró, acercándose, ahora detrás de ella. “¿Ese video
de Liam penetrando este lindo trasero?”
Raine se tensó.
[Lewis no acaba de decir eso.]
Raine se puso de pie, se dio vuelta y vió la proposición en su rostro.
[Sí, lo dijo.]
“Es uno de mis favoritos. Me alegra que aún está en la nube.”
Su susurro se tornó más bajo mientras intentaba acercarse.
“Veo mucho ese.”
“No.”
Raine sacudió la cabeza. Lewis se atrevió a acercarse e inclinarse y darle lo
que él pensó que era una sonrisa de ‘Ven a mí’.
“¿Qué? Ya sabes, si te gusta anal, te lo daré dulzura. Te follaré mejor que esos
dos treintañeros. Tú y yo somos de la misma edad, y puedo durar toda la noche.
Ahora que Hammer va a ir a la cárcel, si necesitas a alguien que te mantenga
estirada, me encantaría tener la oportunidad...” curvó su mano alrededor de la cadera
de ella “...de metértela toda.”
Raine parpadeó, con el temperamento al punto de ebullición, en aumento
rápido, hasta que sintió que le iba a estallar la cabeza. Rechazó su mano, le dio un
rodillazo en las pelotas, y lo pisó con sus pequeños tacones.
Cuando él se dobló, agarrándose las gónadas y gimiendo como si no pudiera
respirar, Raine lo tomó del cabello y le levantó la cabeza para mirarlo a los ojos.
“¿Estás de puta broma? Primero, ese es el peor ligue de la historia, y tienes que
ser el cretino más molesto que alguna vez me haya propuesto algo. Segundo, estoy
embarazada y en una relación comprometida con dos hombres que amo... uno de los
cuales es tu jefe. Tercero…” le sonrió. “Estás despedido.”
“No puedes hacer eso.” la desafió él, aparentemente encontrando sus agallas...
y sus bolas. “No tienes ese poder.”
Raine sacó su teléfono desechable de su bolsillo.
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“¿Sabes qué? Tal vez tengas razón y tan solo debería llamar a Hammer
ahora para que venga y te despida en persona. Está de un humor fabuloso
después de pasar el fin de semana en la cárcel. Y no es posesivo conmigo en
absoluto…”
La pequeña mierda finalmente encontró la inteligencia de palidecer.
“Espera. Entras con esa faldita y me pones el culo en la cara. ¿Qué
se supone que debo pensar además de que estás que ardes por mí?”
[¡Baboso bastardo!]
“Que soy la novia de tu jefe que simplemente busca un video en una sala
pequeña, una sala en la que no esperaba encontrarte. Que soy una mujer... no
un pedazo de culo... y que debo ser tratada con respeto. Que el ‘Shadows’ no
es un foco pornográfico o un sitio de ligues.” levantó una ceja. “Que dejaré
que Hammer y Liam te enseñen algo de respeto hacia el sexo débil.”
Lewis parecía listo para orinarse encima.
“No…”
“O puedes tomar tu mierda y largarte ahora mismo.”
Lewis maldijo mientras comenzaba a recoger sus cosas.
“Perra.”
“Asegúrate de decirlo otra vez mientras sales. Hay dos tipos al otro lado
de esa puerta que están profundamente interesados en conocer tu opinión.
Conoces a Seth. Solía ser policía. ¿Y el grandote de casi dos metros que pasó
diez años como soldado en combate? Ese es mi hermano.”
El nerd técnico palideció mucho más y echó rápidamente sus
pertenencias en sus bolsillos.
“Ya me voy.”
“Buena decisión. No vuelvas.”
Raine se cruzó de brazos mientras él salía corriendo de la sala. Ella lo
siguió, viéndolo darle a Seth y a River una gran esquivada mientras salía
apresurado por el pasillo. Un momento después, la puerta principal se cerró
con un gran golpe detrás de él.
Raine sonrió y tomó la memoria del cajón. Alguien más debía ocuparse
de la seguridad esta noche... tal vez podía convencer dulcemente a Seth de
ello... pero era un alivió tener a esa sanguijuela de Lewis fuera. Ausentemente,
se preguntó si él tendría algo que ver con la desaparición del pietaje de esos
dos días.
“¿Qué diablos le pasó a ese?”
Seth la miró fijamente.
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“Lo despedí.”
“¿Por mirar los videos? Lo ha estado haciendo desde que yo llegué. Creo
que se masturba mucho ahí.”
La imagen hizo que Raine se estremeciera.
“Ya no. Tal vez le sugerí que su propuesta de hacerme sexo anal no sería
bien recibida por Hammer y Liam. Tal vez también insinuó que soy una perra
en celo. Le dije que lo repitiera frente a vosotros, pero… sí, al parecer decidió
no hacerlo.”
River negó con la cabeza.
“Tiene suerte de haberse ido. Le hubiera arrancado la cabeza y hubiera
escupido en su garganta.”
“Que es por lo que no te lo conté antes. No quería tener que limpiar la
sangre, y realmente necesitamos concentrarnos.” se giró hacia Seth. “Antes
que preguntes, sí. Se lo diré a Hammer y Liam apenas terminemos aquí.
¿Puedes ocupar el lugar de Lewis esta noche? Por favorcito.”
Seth simplemente se rió.
“Mírate, batiendo esas pestañas sobre esos enormes ojos azules. ¡Dios!,
soy un blandengue. Está bien.”
Raine se colocó de puntillas y le besó la mejilla.
“Gracias. Tal vez pase por el hospital, encuentre a Heavenly, y le diga lo
gran tipo que eres.”
Seth la miró como si esa posibilidad jamás se le hubiera ocurrido y le
gustaba las oportunidades que aumentarían si Raine hablara por él.
“¿Lo harías?”
Raine lo llevó de regreso a la oficina de Hammer con una risa, luego
metió la memoria en el puerto USB del ordenador de Seth, avanzando hasta el
pietaje del callejón. Una vez encontró a Marlie siguiéndola, maldiciendo su
existencia, y abofeteándola, detuvo el video.
“Qué puta.” escupió Seth.
“Linda pero… que puta perra.” suspiró River. “Veo lo que dices sobre
odiarte.”
Seth asintió.
“Absolutamente. Y no tener el mínimo contacto con la realidad.”
“Es malditamente creída.” agregó su hermano.
“Porque es la clase de mujer que ha tenido cualquier hombre que ha
deseado toda la vida. ¿Por qué Hammer sería diferente?”
Raine jadeó y presionó la mano en el pecho, imitando a Marlie.
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CAPÍTULO 16
*
Jueves, 21 de febrero
*
“¿Entonces tienes listas las entradas de audio y video?” le preguntó River
a Seth.
El investigador alto y rubio simplemente miraba al vacío, con una sonrisa
torcida. River le chasqueó los dedos.
“Tierra llamando a Seth. ¿Estás ahí, hombre?”
Seth parpadeó.
“¿Ah? Sí, estoy bien.”
“No te pregunté si estabas bien. Pregunté si todo estaba listo.”
“Lo siento. Estaba pensando.”
“En Heavenly. ¿Otra vez?”
“Sí.”
Seth sonaba como una colegiala nostálgica.
“A ti se te acaba la hombría cada vez que la ves, Seth.”
River negó con la cabeza.
“Afortunadamente, tú tendrás sexo esta noche.”
Seth palideció.
“Hablando de ello… no puedo acompañarte.”
River se quedó boquiabierto.
“Se supone que íbamos a trabajarnos juntos a esta perra, ¿recuerdas?
Esperaba averiguar cuál era el alboroto cuando hay acción de dos a uno.”
“Em. Lo intenté. Con Liam hace años.”
Seth se encogió de hombros.
“Es intenso pero no es lo mío. Demasiada mierda balanceándose.”
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River siempre pensó que era de mente abierta, pero estos tipos parecían
haber hecho casi todo al menos una vez.
“No me mientas. Cambiaste de decisión porque estás hecho un nudo por
una chica a la que jamás has besado.”
Seth lo fulminó con la mirada pero no lo discutió. Así que le mintió a
Beck al respecto. Aparentemente esta competencia entre ambos ya había
sobrepasado la fase de ‘amistad’.
“Renuncié a Heavenly demasiado rápido antes de volver a Nueva York.
Hay algo entre nosotros.”
“Si comienzas a cantarme ‘Endless Love’34, voy a golpearte en la
garganta. No puedo creer que vas a rechazar algo que es seguro por la casi
inexistente oportunidad con la señorita ‘mantengo las piernas cruzadas’ como
si eso te fuera a curar tus bolas azules.”
“Primero, va a pasar. Segundo, no lo entiendes porque jamás la has
visto.”
“Incluso si así fuera, aún tomaría el coño fácil.”
River se encogió de hombros.
“Eso lo dices ahora, pero cuando encuentres a alguien con quien te
interese pasar tu tiempo después de un orgasmo, será diferente. Dejé de jugar
con una sumisa que me medio gustaba por Heavenly. ¿Por qué arriesgaría lo
que podría tener con una mujer con quien veo un futuro por un pedazo de culo
con una dama dragón que tal vez le ha jodido la vida a un amigo?”
Como sea. River era un luchador, no un amante.
“Sí, pues… he pasado demasiadas noches en Afganistán siendo
romántico con mi mano, así que voy a compensar años de coche complacencia
y joder a esta perra hasta que se le vayan las luces.”
“Ve por ella, soldado. Estaré a salvo detrás de las líneas enemigas,
grabando cada gruñido y embestida. Incluso te haré una copia del video para
tu banco de palmadas. Seguro que es largo y distinguido.”
“Igual que mi polla.” sonrió River.
Seth colocó una mano sobre su estómago.
“Déjalo. No quiero vomitar sobre tus botas.”
River rodó los ojos.
34 “Endless Love‘’ (en español, ‘Amor sin fin’) es una canción grabada como dueto por Diana Ross y Lionel
Richie, quien escribió la canción. En esta balada, los cantantes se declaran mutuamente su ‘amor eterno’.
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[Punto.]
“Hmmm.”
River se acercó, con el rostro rozando el cuello de ella e inhaló
profundamente. Casi se ahogó. Productos para el cabello y alguna fragancia
sofocante.
“¡Cristo!, hueles… comestible. ¿Cuál es el nombre del perfume que
usas?”
“Seducción culpable.”
Hundió sus dientes perfectamente blancos en su labio inferior.
[Apropiado.]
“Ojalá solo te sientas satisfecha cuando terminemos.”
River pasó un dedo por la clavícula de ella, coqueteando con sus curvas
llenas de dura silicona. Las pestañas de ella revolotearon y se cerraron
mientras suspiraba en aparente excitación... una señal de que él debería
proceder a la siguiente fase.
River deslizó una rodilla entre los muslos de Marlie, separándolos.
Entonces él rodeó su cintura con un brazo hasta acercarla, hasta que los
pechos de ella casi se desbordaron por la V en su apretado vestido.
“Estás horriblemente seguro de ti mismo, capitán.”
“Soy un hombre que sabe lo que quiere.”
River se inclinó hasta que sus labios tocaron la oreja de ella.
“Tú, desnuda y atada a mi cama, mientras exploro tu suculento cuerpo
con mi boca hasta que grites.”
Él oyó un suave jadeo atorado en su garganta.
“¿A-Atada?”
“A menos que no te guste…”
River se encogió de hombros.
“¡Oh, no! Jamás lo he intentado, pero suena… emocionante.”
[Mentirosa.]
Al menos era bueno saber que ensancharla a punta de follar iba a ser
fácil.
“Me gusta una mujer de mente abierta. ¿Cómo te llamas, nena?”
“Marlie Natelnash.”
“Rick Storm.”
River levantó sus dedos esbeltos y presionó un beso en el sensible
interior de su muñeca. Marlie tragó fuertemente.
“Por favor, dime que tienes una habitación en este hotel, capitán.”
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El ascensor se detuvo. River tomó a Marlie en sus brazos. Ella chilló, una
aparente protesta que sonaba más a deleite mientras él la llevaba por el pasillo.
River abrió la puerta de su habitación, haciendo todo el ruido posible para
alertar a Seth y que encendiera los aparatos de grabación.
La puerta se cerró. Antes de que River pudiera colocar a Marlie en la
cama, ella cayó de rodillas, levantó la chaqueta de él y comenzó a arrancarle el
cinturón. River detuvo sus manos.
“Espera, nena. Vamos a la cama… y ahí comenzamos.”
“Está bien.”
Con un entusiasta gemido, se puso de pie, se quitó el vestido y se colocó
sobre el colchón.
“Rick, normalmente no hago esto. Conocer a un hombre en un bar y subir
a su habitación.”
[Mierda.]
“Esa idea jamás cruzó mi mente. Hay alguna conexión entre nosotros.
Me alegra que también lo sientas.”
“Estoy ardiendo.”
“Aún no, nena. Pero lo harás. Créeme.”
River se quitó la corbata, la chaqueta y la camisa. Él había tenido pocas
mujeres desde que regresó al país, pero ninguna tan descarada… ni tan
artificial como esta.
Antes de abrir su pantalón, se detuvo y la miró.
“¡Oh, nena! Eres tan sexy…”
Marlie pareció derretirse ante su cumplido.
“¿Cómo es que alguien tan hermoso como tú todavía está soltera? ¿Por
qué ningún hombre te ha echado el guante?”
Dolor e ira brillaron en sus ojos. Ella rápidamente lo disimuló.
“Acabo de salir de una relación. Me dejó por una puta basura
barriobajera.”
“No lo puedo creer.”
River se obligó a darle una mirada de compasión.
“¿Por qué? ¿Quién es este idiota? Digo, su pérdida es mi ganancia,
pero…”
“Necesitaba oír eso.”
Marlie sorbió con delicadeza.
“Me rompió el corazón con tanta crueldad.”
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CAPÍTULO 17
*
Viernes, 22 de febrero.
*
Con una sonrisa torcida, Liam miró desde la puerta mientras Raine se
paseaba por la sala, mirando hacia la ventana de la bahía cada unos cuantos
segundos. Solo se detenía para mirar el reloj. Él se acercó y la abrazó desde
atrás.
“No van a llegar más rápido porque estás abriendo un agujero en la
alfombra esperándolos, amor.”
“Lo sé, pero ya pasan de las dos. Seth y River debían estar aquí hace
cinco minutos.”
Su aura normalmente azul y blanca estaba echando chispas color purpura
antes de que fuera al ‘Shadows’. Ahora que había vuelto, era de un pulsante
violeta, lo cual le decía que Raine tramaba algo... y estaba decidida a
guardárselo para sí misma. No le gustaba eso.
“Me estás ocultando cosas, amor.” la desafió Liam en tono bajo.
Raine se giró hacia él con los ojos abiertos de par en par.
“No exactamente. Espero a Seth y River porque…”
“¿Por qué?”
“Está bien, tuve una corazonada. Llámalo intuición femenina. No me
puse en riesgo, solo les pedí que investigaran algo para mí. River llamó esta
mañana y me dijo que tenían noticias para mí.”
“¿Y no nos dijiste nada de esto ni a mí ni a Hammer?”
“Porque no quería darle esperanzas a nadie, si estaba equivocada. Te
explicaré todo en un momento. Sólo dame unos minutos más, ¿de acuerdo?”
“Muy bien. Pero si ellos no tienen respuestas a tu ‘intuición femenina’, tú
y yo vamos a tener una charla larga.”
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“Lo haremos.”
Raine asintió y regresó su atención a la ventana. Liam sacudió la cabeza
y sonrió.
“Eres malditamente maravillosa en muchas cosas, pero no en tener
paciencia.”
“No puedo evitarlo. Esperar me vuelve loca.”
Liam mordisqueó ese punto sensible debajo de su oreja.
“Hammer y yo podríamos llevarte a arriba para ocupar tu mente... y ese
exquisito cuerpo con mucho gusto. Eso haría más divertido eso de
‘enloquecer’.”
“¿Alguien mencionó mi nombre?”
Hammer entro en la sala, fundiéndose en un abrazo con ellos dos.
“Pensé que estabas afuera.” Raine parpadeó. “Fui al garaje a buscar jugo
de manzana y no vi tu coche. Esperaba que me trajeras unos donuts de
chocolate de camino a casa.”
Macen palideció un poco.
“No, pero mañana por la mañana te traigo algunos.”
Los dos hombres estuvieron sentados en la piscina la otra noche,
bebiéndose media botella de escocés y tequila, respectivamente. Ambos
habían compartido maldiciones e incluso algunas lágrimas mientras Liam se
metía en la cabeza de su amigo.
Saber que el hombre había estado tan cerca del borde asustó a Liam de
modo endemoniado. Pero para las cinco de la mañana, tuvo la confianza de
haber llegado a su amigo y estaba mucho más seguro que el muy cretino no
fuera a hacer una locura como esa nunca... nunca más.
Luego Hammer había llamado una grúa, la cual llegó al amanecer. Liam
había mirado agradecido cómo el Audi demolido era llevado a la tumba, en
vez de su amigo. Aún así, Liam no podía evitar sentir como si de algún modo
hubieran enterrado un cuerpo. Tal vez fueron los miedos de Hammer. De
todos modos, toda la evidencia del arrebato de ese hombre ya no existía.
“Eso sería lindo pero, ¿dónde está tu coche?” preguntó ella sospechosa.
“Bueno…”
Hammer miró a su amigo.
“Mi frustración sacó lo peor de mí. Yo como que… lo destrocé con la
llave de hierro.”
Esa era la máxima explicación que Raine necesitaba.
“¿Qué?” jadeó ella.
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“Así que pude tomar estas…” anuncio Seth mientras sostenía unas fotos
de ocho por diez de la pareja echándose mano y tocándose las amígdalas.
“¡Santa Mierda!” ladró Hammer.
Saltando de su silla, se dio la vuelta y miró ansioso a Sterling. La
esperanza irradiaba de su cuerpo, cubriendo inmediatamente a Liam e
inundándolo de una ola cálida de optimismo y confianza. El doble golpe casi
lo derriba.
Una sonrisa lenta se extendió en el rostro del abogado. Sin decir palabra,
Barnes se puso de pie y sacó el teléfono del bolsillo de su chaqueta.
“Acabo de recibir un correo de la oficina del fiscal con el nombre del
testigo de cargo del juicio.”
Una sonrisa conocedora se extendió sobre sus labios.
“¿La estrella de tu video es una… dama... uso este término de modo
ligero... llamada Marlie Natelnash?”
“¿Querrás decir Marlie Nasquerosa?” dijo Hammer con desdén. “Sí.”
Con un asentimiento, Sterling presionó un botón, y sostuvo el aparato
contra su oído.
“Hola, Arnie, soy Sterling. Sí. Sí, claro que nos vamos a encontrar
mañana. Te llamo para saber si puedo pasar por tu despacho esta tarde. Tengo
una información increíble sobre el caso Hammerman que necesito que veas.
Esta mierda te va a dejar loco. ¡Oh!, y tal vez quieras expedir orden de captura
para Marlie Natelnash, la testigo del juicio, al igual que nuestro amigo el
fiscal, Todd Wellington.”
Se detuvo y sonrió ampliamente.
“Sí, me oyes bien. Ese cretino pomposo no se va a volver a pasear ni por
tu Corte ni por la de nadie más. Eso no será posible después de lo inhabiliten.
Sí. Te llevaré más evidencias de las que imaginas. Está bien. Gracias, Arnie.
Te veo en un rato.”
“¡Espera! No puedes llevarte el video.” objetó Beck. “No hemos visto el
resto.”
Liam y Hammer ignoraron al cachondo bastardo. Ambos caminaron
hacia Barnes, conteniendo la respiración.
“Entonces, ¿se terminó?” preguntó Hammer, con la voz rompiéndose
ligeramente.
Cuando Liam apretó el hombro de Macen, podía sentir a su amigo
temblar bajo su mano. Barnes palmeó el brazo de Hammer en una confianza
paternal.
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“No puedo decir algo definitivo, pero después de que le enseñe estas
evidencias al Juez Ayers, creo que eso acabará con tus problemas.”
Sterling miró sobre los hombros de ambos y asintió hacia Seth.
“Tengo la versión editada para que se la lleves al juez. Toda la confesión
y nada de sexo.”
“Perfecto.” sonrió Sterling. “Sé que ninguno vosotros jamás filmaríais un
acto sexual sin el consentimiento de vuestra pareja y os meteríais en
problemas, ¿verdad?”
“Soy un héroe de guerra condecorado que jamás haría algo así.”
River le sonrió.
“Apelo a la Quinta Enmienda.”36
Seth guiñó un ojo mientras buscaba en los DVD's como si estuviera
jugando cartas.
“Hice copias con lo picante para sus bancas de azotes, caballeros.”
“Quema la mía. ¡Joder!, no la quiero.” gruñó Hammer.
“La mía también. ¡Cristo, hombre! ¿En qué diablos estabas pensando?”
se quejó Liam.
“Genial.” dijo Beck mientras se ponía de pie y tomaba una copia.
“Me voy a asegurar de contarle a Heavenly lo ansioso que estabas de
agregar esto a tu colección personal de porno.” se mofó Seth.
Beck le enseñó el dedo medio.
“Le diré que tú lo grabaste.”
Después de que Seth le entregara a Sterling el DVD solo con la
confesión, junto con la otra evidencia incriminadora, el abogado prometió
llamar tan pronto como tuviera noticias, y se fue. Hammer se acercó a River y
extendió su mano. Cuando el hermano de Raine la tomó, Macen contuvo las
lágrimas.
“¡Joder!, ni siquiera sé cómo agradecértelo.”
36 La Quinta Enmienda de la Constitución, forma parte de la Carta de Derechos de los Estados Unidos.
Según dice: “Nadie estará obligado a responder de un delito castigado con la pena capital o con otra
infamante si un gran jurado no lo denuncia o acusa, a excepción de los casos que se presenten en las fuerzas
de mar o tierra o en la milicia nacional cuando se encuentre en servicio efectivo en tiempo de guerra o
peligro público; tampoco se pondrá a persona alguna dos veces en peligro de perder la vida o algún miembro
con motivo del mismo delito; ni se le forzará a declarar contra sí misma en ningún juicio criminal; ni se le
privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni se ocupará su propiedad privada
para uso público sin una justa indemnización.”
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“No tienes que hacerlo, especialmente porque yo empecé todo esto. Solo
me alegra que tu gusto en mujeres haya mejorado.”
Hammer resopló y acercó a Seth para darle un abrazo masculino.
Mientras los tres estaban ahí sonriendo y discutiendo cómo se desarrolló el
engaño, el corazón de Liam se elevó. Con el amor de hermano floreciendo,
Beck se levantó de su silla y comenzó a reproducir el video otra vez.
“¡Oh, mirad!” dijo Duncan señalando a la pantalla. “River está atando a
la bestia. Así como King Kong.”
“Dirás King Coño.” resopló Beck.
“Y ahora está listo para meter la manguera.” se burló Duncan. “¡Cristo!,
tu polla es tan grande como la oleoducto de Alaska. Dime, ¿tiene vida propia,
con corazón y pulmones?”
River sonrió, alejándose de Hammer, y se sentó junto al padre de Liam.
“No, pero creo que la asustó un poco.”
“Eso no es una polla grande.” dijo Beck, agarrándose la entrepierna
añadió: “Esto es un gran polla.”
“Estaba tan furioso con Marlie mientras estaba grabando esta mierda que
quería entrar en la habitación con River y darle un puntapié en el coño.”
despotricó Seth. “No lo hice por temor a perder mi zapato.”
Liam y Hammer gruñeron a la vez.
“¡Oh!, está abriendo las piernas.” gritó Duncan. “¡Por todos los santos!
Tiene una vagina del tamaño de un pasillo. Alguien láncele a la chica una
soga.”
“Créeme, Duncan.” dijo River lentamente. “Hubiera sido más tentador
follar un pasillo. He tocado maniquíes con cuerpos más flexibles que ese.”
“Vamos.”
Hammer asintió hacia Liam.
“Vamos a buscar a Raine.”
“Estoy contigo. He visto suficiente. Vomitaré si miro más.”
Mientras él y Hammer se dirigían escaleras arriba, se encontraron con
Bryn que ya iba bajando.
“No te acerques al cuarto de cine, mamá.” le advirtió Liam.
“No iba a hacerlo, mi niño. No soy tan tonta.” lo regañó ella. “Id con
vuestra chica. Ansía veros.”
Sin necesitar más palabras, corrieron hacia su habitación. Cuando
entraron, Raine se dio la vuelta con una sonrisa resplandeciente.
“¿Y bien?”
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CAPÍTULO 18
*
Hammer no sabía cuánto tiempo había pasado desde que él y Liam se
habían unido a Raine en su habitación. No le importaba. Todo lo que quería
era estar cerca de ellos, mantener a Raine envuelta en sus brazos, y hundirse
en su boca.
Si había dos personas que personificaban el amor para él, eran Liam y
Raine. Solo ellos estuvieron con él en sus horas más oscuras. Liam lo había
salvado de cometer un error irreparable. Raine estaba manteniendo a raya su
cierta locura al intentar terminar su amenaza legal. Hammer ni siquiera sabía
cómo expresar la profundidad de su gratitud.
Un golpe en la puerta le llamó la atención. Beck estaba de pie en el
portal, con una sonrisa de pronta felicitación y sosteniendo una copia de ese
infame DVD.
“Seth y yo nos vamos. River está abajo con Bryn y Duncan.”
Beck miró fijamente a Liam.
“Tu viejo es putamente divertido, pero… ¿tu madre? Esa mujer me
asusta como la mierda.”
El trío no pudo evitar reírse. Ahora si Sterling simplemente llamara con
buenas noticias, su vida sería completa.
Beck se puso serio.
“Estoy de vuestra parte. Espero que podáis dejar esta mierda atrás para
siempre.”
“Gracias.”
Hammer asintió mientras el hombre se despedía y se iba.
Miró el reloj en su mesa de noche. ¿Por qué diablos se demoraba tanto?
La ansiedad se trepó por sus entrañas. ¿Y si el juez Ayers quería más pruebas?
De repente sonó su móvil.
Hammer lo sacó de su bolsillo y tomó una temblorosa respiración cuando
el nombre y el número de Sterling aparecieron en la pantalla.
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“¡A la mierda!”
Hammer lo abrazó.
“Gracias. Créeme, sé que lo que hiciste fue difícil.”
Junto a él, Liam se rió y también lo abrazó.
“Bienvenido a la familia.”
La dicha brillaba en el aire. La jovialidad también. En unos minutos los
corchos de champaña estallaron y se llenaron las copas.
Hammer levantó su copa.
“Gracias a todos por la ayuda que nos disteis y los sacrificios que
hicisteis. Por la libertad, la vida, el amor, la familia y los ‘felices para
siempre’.”
“Salud por eso.” brindó Liam.
“Ojalá pudiera.” se quejó Raine.
Entonces Bryn le entregó un vaso de jugo de manzana. Lo levantó
sonriente.
“¡Por nosotros!” brindó Raine.
Macen estaba emocionado de ver a su chica libre de todo estrés y tan
feliz. Mientras chocaban las copas y bebían, el teléfono de Hammer timbró de
nuevo. Lo sacó de su bolsillo mientras Liam lo miraba analítico.
Macen revisó la pantalla.
“Es Dean.”
“Tal vez ya han arrestado al fiscal y a Marlie.” saltó Raine emocionada.
“Ojalá.”
Liam arqueó una ceja. Obligándose a aplacar su agitación, Hammer
presionó el botón de altavoz.
“Hola, Dean. ¿Qué ocurre?”
“Un montón de mierda. Supongo que ya supiste que ya no te van a cortar
el cuello.”
“Sí. Sterling me llamó hace un momento.”
“Genial. Estoy putamente feliz por ti, hombre. Por todos vosotros. Quería
llamar y contarte que Asuntos Internos y el Departamento de Justicia han
encerrado a Wellington en una sala de interrogatorios al otro lado de la ciudad
en este momento. La verdad dudo que vuelva a ver la luz del día
próximamente.”
“Gracias a Dios.”
Hammer se estremeció de alivio.
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“Esa no es la mejor parte.” dijo Dean riéndose. “¿Adivina qué debo hacer
esta noche? Voy a dejar la comisaría en una hora más o menos para arrestar a
la puta zorra que casi te pone tras las rejas. ¿Quieres acompañarme?”
Raine jadeó y asintió.
“¿Dónde?”
Hammer sonrió. Esta noche simplemente iba mejorando.
“Después de lo que pasé para obtener su confesión, también quiero ir.”
“Tú debes ser River.” dijo Dean. “Qué video, hombre. Excelente trabajo.
Gracias a Dios no sufriste de problemas de desempeño.”
El hermano de Raine se rió.
“Solo intentaba no pensar demasiado en quién me estaba follando.”
“En fin.” siguió Dean. “Si todos quereis verme llevar a prisión a esa perra
sin corazón, venid al M-Grill en Wilshire.”
“Sé dónde queda.” le aseguró Hammer.
“Bien. Dicen que Asuntos Internos confiscó el teléfono de Wellington.
Planeaba encontrarse con ella después de que pusiera en la cama a su hijo.
Revisé el plano del restaurante. Hay una sala de banquetes en la parte de atrás.
Me voy a adelantar y le diré al Maître que los voy a ver allí por asuntos
policiacos para que nos dé ese espacio y algo de privacidad. Yo escoltaré a la
señorita ‘puta-de-plástico’ directo a su mesa y la arrestaré allí. Tendréis cena
y show.”
Hammer no vaciló.
“Estaremos allí. Pero podrías decirle al maître que esconda los cuchillos.
Creo que ahora todos estamos listos para apuñalar a Marlie.”
“¡Oh, sí!” asintió Raine. “Quiero cortar a esa perra.”
Después de que Hammer terminara la llamada, todos encontraron algo
más apropiado para vestir en aquel lujoso restaurante. River volvió a su
apartamento para cambiarse y encontrarse con ellos allí. Duncan y Bryn
optaron por quedarse en casa.
Cuando el trío llegó al restaurante, River los esperaba en el
estacionamiento. Una vez dentro, el maître los acomodó en el salón vacío en
la parte de atrás del edificio, tal como Dean les prometió.
“¿Alguien tiene hambre?” preguntó Hammer.
Raine negó con la cabeza.
“Tal vez después que Dean la arreste, pero ahora estoy nerviosa. ¿Qué
pasa si algo saliera mal?”
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“Mi estómago está tan apretado como mis puños.” concordó Liam en un
tono cortante que le decía a Hammer que el hombre estaba listo para estallar.
“También estoy de acuerdo con cenar después.” asintió River
sobriamente.
Los minutos corrían como horas. Nadie dijo mucho, solo miraban hacia
la puerta, esperando.
De repente, Marlie y Dean entraron en la estancia. Con una mano, él le
apretaba el codo. La otra la tenía enroscada en su cintura. Cuando los vió,
Marlie intentó parase sobre sus talones, pero Dean la empujó hacia adelante.
Sus tobillos se doblaron en sus zapatos de diseñador.
“¿Qué diabl…?”
Sus ojos se abrieron de par en par mientras miraba con la boca flora a los
cuatro. Ella miró a Dean con expresión llena de odio.
“¿Por qué están ellos aquí?”
“Después de la mierda que provocaste, imaginé que ellos merecían verte
caer.”
Dean le brindó a Marlie una sonrisa crispada. Hammer se puso de pie
junto con el resto de su familia.
“No nos íbamos a perder ver esto.”
Ella se echó para atrás, y pareció notar a River por primera vez.
“¿Rick?”
“River.” la corrigió.
“¿Qué haces…? ¡Oh, Dios mío! Eres policía.”
El grandullón se rió mientras apretaba a Raine a su lado y caminó
alrededor de la mesa hacia Marlie. Hammer y Liam los siguieron.
“Nop.”
River negó con la cabeza. “Pero me sentí horriblemente ofendido por las
cosas que dijiste acerca de mi hermana.”
Raine miró a su hermano y le sonrió.
“¿Hermana? ¿Ella es tu… puta hermana?” chilló Marlie, con la mirada
virando maniáticamente entre las caras de ellos dos.
Hammer disfrutó ver cuando la perra se dio cuenta que Raine y River
tenían los mismos ojos. Obviamente, ella jamás lo notó. Y, ¿por qué lo haría?
Marlie había tratado a su chica como basura bajo sus tacones de Prada.
El rostro de Marlie se puso de un rojo carmesí.
“Me engañaste. ¡Me tendiste una trampa! Esto es engaño.”
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“¡Oh, no, nena!” le dijo River con la misma suave voz que había usado
para seducirla. “Tú confesaste voluntariamente. Gracias por un momento tan
mediocre.”
“Tú… ¿también me usaste?” resopló Marlie.
“Sí. Como un rollo de toallas baratas de papel. Fuiste la peor follada que
he tenido.”
“¡Bastardo!”
Lágrimas de indignación se acumularon en sus ojos y cayeron por sus
mejillas mientras luchaba contra el agarre de acero de Dean. El policía
simplemente le tomó las muñecas, las puso detrás de su espalda, cerró las
esposas y le leyó sus derechos.
“No puedes usar palabra de seguridad para librarte de estas.”
“¡Déjame ir! Esto es una farsa. Mis padres son ricos. Yo… soy
hermosa.” le espetó Marlie.
Hammer sabía que la perra pretenciosa era superficial, pero su insensata
estupidez lo dejaba anonadado.
[¿Cómo pude encontrarla remotamente atractiva?]
Raine le dio a Marlie una risa helada mientras se le acercaba.
“Espera un momento, amor. Necesito unas palabras.” le susurró Liam
antes de acercársele a Marlie.
Los ojos de la zorra se abrieron más. Ella tembló de miedo abyecto, tal
como lo sintió cuando abofeteó a Raine y Liam había desatado su furia verbal
sobre Marlie. El tiempo no había disminuido su miedo por el hombre... o el
odio de él hacia ella.
Hammer vió cómo la expresión de Marlie se llenaba de pánico cuando
Liam se le acercó más y más.
“Tú no puedes tocarme.” miró a Dean suplicante. “No dejes que me
toque. Va a lastimarme.”
Dean fingió no oír mientras Liam colocaba su boca cerca de la oreja de
Marlie.
“Lo único que te salva la vida ahora mismo es este policía y esas esposas.
Has hecho lo impensable, retorciste la verdad para mentir y lastimarme a mí y
a los míos. Espero que te encuentres con la misma bienvenida que encontró mi
ex-esposa en prisión.”
Con una sonrisa fría, Liam echó los hombros atrás y regresó al lado de
Raine.
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CAPÍTULO 19
*
Sábado, 23 de febrero
*
Para las seis y media del sábado, Macen parecía algo distraído.
Conteniendo una sonrisa divertida, Liam miraba a su amigo inquieto.
“¿Qué te tiene tan impaciente?”
No es que él no tuviera una que otra idea del porqué, pero sería
interesante oír la respuesta de Hammer.
“Intenté llamar a algunas personas, ver si querían venir a tomar algo esta
noche ya que tus padres se van mañana. Pensé que sería una bonita despedida.
Beck, Seth, River, Pike… todos tienen planes.” Se encogió de hombros. “No
tengo idea de qué putas están haciendo. Supongo que me siento algo
decepcionado.”
Intentando no reírse, Liam se alejó y fingió servirse un trago. Mantener a
Macen en el estudio mientras todos terminaban los últimos detalles de su
fiesta sorpresa de cumpleaños había sido un reto.
Todo el día, él y Raine se habían visto forzados a ponerse creativos para
mantener a Macen fuera de la casa y lejos de todos los preparativos. Pike
había llamado a Macen al Club por una “emergencia” que podría involucrar
un poco de vandalismo planeado y destrucción. Liam había ido a ayudar y
luego se llevó a su amigo para tener un almuerzo de ‘solo chicos’ después de
haber resuelto el incidente, dándole a Hammer el argumento de que su madre
quería pasar más tiempo de chicas con Raine.
Se habían quedado un rato en el Club, y Liam había notado que Hammer
le escribía a ella, deseando ir a casa porque la extrañaba. Con el pretexto de
hacer unas diligencias, Raine pasó, los dejó con una sonrisa gigante, y se fue.
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Y fulminó a Seth con la mirada. La sonrisa que les dio tuvo al grupo de
hombres rondando a su alrededor. Negando con la cabeza, Liam se fue.
Barnes estaba sentado en una esquina teniendo una profunda
conversación con el Amo Knotty sobre… ¿leyes?”
“¿Puedo ofrecerles algo, caballeros?”
Ellos se detuvieron para mirar a Liam.
“No, estamos bien. Gracias, Liam.”
“Buena pieza de trabajo legal, Sterling. Gracias por presentarle nuestra
evidencia al juez Ayers.”
“De todos modos él odiaba a Wellington, así que sonrió de oreja a oreja
cuando le mostré todo. También estuvo muy divertido por la técnica agresiva
de mamada de Marlie. Se divorció el año pasado, ya sabes. Me preguntó por
qué no podía encontrar una mujer que se sintiera la mitad de cómoda al estar
de rodillas.”
Liam se echo a reír.
“Envíalo al ‘Shadows’. Seguro que encuentra alguna allí.”
El otro hombre se rió mientras Liam se dirigía hacia la pista de baile.
Observó a sus padres moviéndose al ritmo de la música. Eso le provocó un
nudo en la garganta. Estaba acostumbrado a tenerlos ahí y los extrañaría
terriblemente cuando se fueran a Irlanda por la mañana. Pero su madre ya le
había asegurado que volvería cuando Raine diera a luz. Saber que la vería en
unos cuantos meses lo dejaba menos melancólico.
Empezó a sonar una balada sentimental. Mientras Liam rodeaba la pista,
Hammer y Raine aparecieron en su campo de visión, sonrientes, aferrados el
uno al otro como dos personas enamoradas. Decidió unírseles, acercándose a
Raine desde atrás y agarrándose de sus caderas.
“Esta fiesta es un excelente lugar para colarse.” murmuró.
“No recuerdo estar así de feliz. Esta noche es como un sueño hecho
realidad.”
Raine apretó a Hammer mientras se inclinaba hacia atrás, colocando su
cabeza sobre el hombro de Liam.
“Es perfecto. No puedo agradeceros a ambos lo suficiente por todo,
especialmente por mi nuevo coche.”
Macen miró a Liam.
“Había visto ese. Es extravagante.”
“Pero bien merecido.”
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“Sí, ya me acuerdo.”
Pero ahora Raine no pareció inclinada a aceptar sus palabras o
perdonarlo. Liam miró a Hammer, quien se encogió como si tal vez después
de todo lo habían arruinado todo.
[Maldito lindo momento para tener dudas, amigo…]
“Te dije esa mañana dónde tenía mi corazón.”
Raine asintió lentamente, y lo miró con los ojos bien abiertos.
“Te dije que siempre estaría con Hammer.”
“Intenté que eso no me molestara. ¡Diablos! Recuerdo haberte dicho que
necesitaba tu confianza, no tu amor. Jamás deseé poderme retractar de algo
como eso antes. ¡Dios!, intenté no desearte, hice mi mejor esfuerzo por no
sentir nada… pero cuando te reclamé en el calabozo, caí fuerte. Antes de saber
qué me golpeó, estaba enamorado. En mis ojos, tú eras mía tanto como lo eras
de él, y estaba listo para pelear por ti. Aún lo estoy.”
Ella parpadeó, con los ojos inundados de lágrimas.
“No sé por qué. Peleé contra ti. Dormí con tu mejor amigo la noche que
nos unimos. No te di todo lo que te prometí cuando me diste el collar. No te
hubiera dicho que estaba embarazada. Hui.” se estremeció. “Casi escogí a una
mujer en vez de a vosotros dos. No siempre he sido fácil o de fiar. Y a través
de todo eso, te quedaste.”
Raine agachó la cabeza, sacudiéndola.
“Te apuesto a que no tenías idea de en qué te estabas metiendo esa
mañana en la que entraste en la cocina, decidido a hacer que Hammer me
mirara.”
“Ninguna.”
De repente, todo el cuerpo de Raine comenzó a sacudirse. Liam rodeó a
su pequeña chica con sus brazos, en pánico. No quería hacerla sollozar.
“Ya es agua pasada, amor. No importa cómo o por qué llegamos aquí,
solo que lo logramos. No estés enfadada…”
Ella echó la cabeza hacia atrás. Su rostro bañado en lágrimas... y se
estaba riendo histéricamente.
“Pobre hombre… intentando hacerle un favor a un amigo, y terminas
atado de por vida.”
Raine se inclinó y enganchó una mano detrás de la cabeza de Liam.
“Supongo que necesitas pasar los próximos cincuenta años
compensándomelo. Y yo necesito pasar los próximos cincuenta años
haciéndote sentir feliz por haberlo hecho.”
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CAPÍTULO 20
*
Liam se había ido hacía ya media hora para llevar a sus padres al
aeropuerto. La casa parecía tranquila, y sorprendentemente, Hammer
extrañaba el olor del té de Bryn. Pero su ausencia le devolvió algo de una muy
necesitada privacidad. No podía esperar a hacer uso de ella.
A medida que el sol de la tarde se metía entre las ventanas, se apoyó
sobre el mostrador, admirando los movimientos fluidos de Raine mientras
terminaba los últimos platos de la fiesta de la noche anterior y comenzaba a
preparar unos sándwiches para almorzar. Alejándose de la superficie, la giró
entre sus brazos, agarrándola de la cadera y sintiendo su carne ceder y
moldearse alrededor de sus dedos.
“¿Macen?”
Él le dio una sonrisa perezosa con una especie de fingida disculpa.
“Parece que no puedo resistirme.”
Y no quería hacerlo. Había acogido a Raine esa caliente noche de agosto
hace tantos años para salvarla, pero Liam tenía razón. Era ella quien lo había
salvado a él. Con su ayuda, Hammer dejó sus fantasmas atrás. Y no solo
habían sido los espíritus de aquellos a los que él había lastimado, como Juliet,
sino simplemente una culpa estranguladora, gruesa de auto-desprecio y miedo.
Lo mantuvieron cautivo por demasiados años perdidos, porque lo permitió.
Se había negado el toque y el consuelo de Raine, alejándose de ella
porque ponía a prueba su autocontrol de modos que lo aterraban. Ya no más.
Ahora que ya había dejado ver los espectros de su pasado, Hammer se
comprometió por completo a forjar un vínculo más profundo con las dos
personas que eran dueñas de su corazón. Ahora que tenía a Raine y a Liam a
su lado, había encontrado la paz, la alegría y el amor incondicional que jamás
creyó que existían.
Macen se sintió como un hombre nuevo… porque lo era.
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Arriba, sobre la ciudad, su rincón para cenar daba hacia la gloriosa vista
de las montañas color índigo y las aguas color zafiro. Raine se sentó entre él y
Liam en un reservado acolchado. Hammer se sentía como si hubieran entrado
a un mundo sublime, todo suyo.
Después de tomar sidra con burbujas de una delicada copa de cristal,
Raine colocó la copa en la mesa y miró el océano interminable con una sonrisa
contenta. Hammer no podía quitarle los ojos... o las manos... de encima, pero
Liam tampoco podía.
Cuando llegaron los aperitivos, Raine deslizó una mano por su barriguita
y la acarició suavemente.
“¿Estás bien?”
Liam presionó su mano sobre la de ella. Macen colocó la suya sobre las
otras dos.
“Sí. Solo pensaba. Pronto vamos a darle la bienvenida a una nueva vida.”
El peso de sus palabras creó un nudo de emoción en la garganta de
Hammer. En verdad iba a estar con ellos... y no en ninguna puta cárcel...
cuando llegara su bebé. Estaría ahí a través de los años para guiar y criar a su
hijo o hija. A diferencia de su propio progenitor, él sería un padre de verdad.
“Si alguien me hubiera dicho hace seis meses que estaríamos en una
relación comprometida con Raine y preparándonos para ser padres, me
hubiera meado de risa.”
Hammer miró a Liam.
“¿Y tú?”
Parecía algo casi imposible. En el pasado día de Acción de Gracias, Liam
y él habían estado rodeados de platos rotos, acusaciones y rabia en la cocina
de Raine. No mucho después, tuvieron el debacle de irse a los puños entre la
amarga nieve de la cabaña. El incordio provocado por ambos se desvaneció
cuando recordó la sublime perfección de la noche que pasaron por primera vez
sosteniendo a Raine entre ambos.
Liam palmeó a Hammer en el hombro.
“Eso me hubiera partido con una pluma, amigo.”
Ahora la posibilidad de todas esas mañanas brillantes se extendían hasta
el infinito frente a ellos. Todo lo que necesitaban hacer era hacerle una
pequeña pregunta…
Hammer se aclaró la garganta.
“Raine, Si no tuvieras que elegir entre uno de nosotros dos, ¿aceptarías
casarte?”
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“¡Oh, por Dios!” gruñó Raine. “Jamás te refieras a mí como una fábrica,
Liam O’Neill, o no te acercarás a mi ‘pastelito’ en mucho, mucho tiempo.”
Liam frunció el ceño. Hammer echó la cabeza hacia atrás y se rió. ¡Dios!,
se sentía tan bien en verdad encontrar la vida divertida de nuevo.
“Está bien. Entonces, ¿cuándo te gustaría casarte, preciosa?”
Macen le entregó el teléfono. Antes que ella pudiera responder, Liam
deslizó su mano en su cabello y la giró para mirarla.
“No te atrevas a amenazarme de nuevo con quitarme ‘mi pastelito’,
sumisa.”
Liam casi lanzó la amenaza sin reírse… pero no lo logró. Raine se rió, y
se inclinó para besarlo.
“Mi ‘pastelito’ siempre está disponible para vosotros dos, siempre y
cuando…”
Hammer deslizó su mano entre las piernas de ella. Raine se tensó.
“Macen.” siseó ella. “No hagas eso aquí o…”
“¿Quién da los ultimátum, preciosa?”
Cuando los dedos de él rozaron su coño, ella se estremeció.
“Como dije, ‘pastelito’ para ambos.”
“Eso es lo que pensé. Ahora fija una fecha antes de que te levante el
vestido y Liam te azote el ‘pastelito’ frente a Dios y frente a todos en este
restaurante.” amenazó Hammer con un guiño.
Raine dejó salir un pequeño chillido mientras Hammer la frotaba
lentamente.
“Em, no sé. Déjame pensar.” se giró hacia él. “Si quieres que te dé una
fecha, en serio necesitas dejar de hacer eso.”
Él suspiró ruidosamente pero retiró los dedos.
“Date prisa.”
“Eres tan malditamente romántico.” bromeó Liam.
Raine no pudo evitar reírse.
“Entonces, si el bebé está para el siete de Agosto…”
“Tengo el presentimiento de que nuestro pequeño va a llegar antes.”
murmuró Liam.
Raine le dio una mirada que preguntaba si él estaba volviéndose como su
madre. Cuando Liam se encogió de hombros, a Raine los ojos se le iluminaron
y una sonrisa amplia le adornó los labios.
“¡Oh-oh!, Macen. Ella tiene esa expresión traviesa. ¿Qué?” exigió Liam.
“¿Qué tal el siete de septiembre?”
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“Completamente.”
Su convicción fortaleció a Macen. Raine estaba arriesgándose a volver a
caer en esos terribles recuerdos por ellos. Sí, ella amaba las ataduras… pero
ellos también. Y claro, Raine lo sabía.
“No tienes que hacerlo.” murmuró él.
“Sí. Necesito intentarlo, pero tengo dudas porque…” ella suspiró. “Ni
siquiera sé cómo decirlo. Quiero estar con vosotros como estuvimos la otra
noche, Macen.”
Hammer la entendió. Pero la expresión de confusión de Liam le decía
que él no tenía ni idea.
“La noche que fuiste a cenar con tus padres, le hice el amor a Raine no
como Dominante… sino como hombre.” le confesó Macen. “Eso es de lo que
hablas, Raine. ¿Verdad?”
Raine asintió.
“¿Es eso siquiera posible si me atáis?”
Liam se sintió aliviado al comprender.
“Todo es posible con confianza, amor.”
“Jamás he dejado de confiar en vosotros.”
Raine se veía casi horrorizada de que alguno de los dos pensara eso.
“Solo que… al intentar en no pensar tanto en lo que pasó con Bill, ignoré
las señales. Ahora sé lo que busco. No diré que no me dará pánico otra vez.
Pero estamos más alertas. Y sé que vosotros me cuidareis.”
Macen no estaba seguro de estar lo suficientemente alerta. No había
hecho méritos para que ella mantuviera su confianza en él durante los últimos
meses. Ansiaba darle su deseo, le irritaba demostrar que eran más fuertes que
nunca, pero temía que ella no estuviera lista. Por primera vez, no estaba
seguro de si proceder o no.
Era hora de negociar con su chica.
“Preciosa, nada me encantaría nada más que atarte a nuestra cama y
hacerte de nuevo el amor. Pero necesito que seas sincera. Si la confianza entre
nosotros no es lo suficientemente fuerte ahora…”
Raine lo miró como si él hubiera aterrizado en una nave espacial en el
jardín.
“Después de la noche en que te abriste sobre tu pasado, jamás he estado
más segura de ti en mi vida.”
“Pero te dejé con Liam estos últimos meses, hui de vosotros dos. Es
totalmente comprensible que tú tengas dudas…”
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Raine movió los dedos y empuñó las manos. Una mirada ensoñadora de
dicha danzó en esos inmensos ojos azules.
“Estoy verdaderamente bien, Macen.”
“Todos lo estamos, preciosa.”
Hammer se giró hacia su amigo con una ceja arqueada.
“¿Liam?”
“¿Sí, hermano?”
“Nuestra chica está desnuda, embarazada, suculenta, y rogando por ser
devorada. Yo digo que nos demos el banquete.” dijo Hammer en un acento
irlandés horriblemente malo.
Raine se rió. Liam también se rió, pero en cuestión de segundos esos
sonidos felices fueron reemplazados por quejidos y gemidos hambrientos.
Atada bajo el placer impulsor de las manos y dedos de Liam y de él,
Raine se retorció. Macen marcó en su alma los gritos y súplicas de ella,
mientras la llevaban al borde del éxtasis, solo para bajarla de el mismo con
caricias calmantes y palabras tiernas.
Una y otra vez, ellos cubrieron su boca y su suculento coño de dulce
miseria. Raine se deleitaba en esa feliz tortura, regresándoles a cambio, cada
gota de sí misma en una encantadora rendición hasta que las pollas de ambos
estuvieron a punto de reventar y derramarse de la pura necesidad.
Cuando la desataron y llenaron sus suaves pasajes, estirándola al máximo
de su palpitante demanda, ella echó la cabeza hacia atrás y gritó.
Macen la miró, asombrado por su belleza inequívoca, mientras él y Liam
la seguían hacia su propia rendición sublime.
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EPÍLOGO
*
Sábado, 7 de septiembre
*
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Pero Raine y River habían aprendido a bromear entre sí, como hermanos.
Ambos se apoyaban el uno en el otro cuando se acercó el aniversario de la
muerte de su madre. Raine le hizo una enorme fiesta en mayo, cuando
cumplió treinta años. Él se unió a Liam y Hammer para regresarle el favor a
ella para su cumpleaños a finales de Junio.
River la ayudó a ponerse de pie y la mantuvo entretenida cuando en Julio
aumentó el calor y el embarazo la obligó a sufrir semanas de aburrido reposo.
Y luego sostuvo su mano y lloró lágrimas de felicidad junto a ella cuando se
convirtió en madre. Se volvieron muy unidos en unos pocos meses.
Raine deseó que Mamá y Rowan pudieran estar ahí con ellos. Bryn
insistía que ellas siempre estarían en espíritu y eso le daba consuelo a Raine.
Raine curvó su mano alrededor del antebrazo de su hermano.
“Espero que algún día encuentres algo así de maravilloso. Te lo
mereces.”
River se encogió de hombros.
“Concentrémonos en casarte, ‘Nube Tormentosa’.”
Raine le sonrió.
“Gracias por estar aquí, por acompañarme al altar.”
Ambos eran conscientes que, por norma, esa era el deber de un padre.
River tenía casi tantos recuerdos terribles de ese hombre como ella. Ansioso
por lanzar todos los pensamientos sobre Bill Kendall lejos hoy, su hermano se
puso en su sitio. Ninguno de los dos le daría ni una gota más de energía al
sociópata que destrozó la infancia de ambos.
River le sonrió y palmeó los dedos que tenía rodeándole el antebrazo.
“Nunca me lo hubiera perdido.”
“Hagámoslo.”
Raine abrió la puerta que daba a la terraza del ‘Shadows’.
Se acercaba la noche, iniciando con un cielo de un azul perfecto con
matices de amarillo y naranja. Una suave brisa comenzó a soplar, empujando
sus rizos oscuros sobre sus hombros desnudos. La seda flotante de su vestido
blanco se movía alrededor de sus tobillos con cada ondular del viento,
exponiendo su muslo a través de la apertura del vestido. El cálido aire le
acariciaba el torso a través del corpiño de encaje transparente estilo corte.
Raine no podía casarse con Macen y Liam legalmente. Pero no eran una
familia convencional así que decidieron comprometerse mutuamente frente a
las personas que más significaban para ellos y les alegraban el corazón.
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No era una boda tradicional, y estaba lejos de ser una ceremonia del
collar, todo se trataba de esta unión de manos que planearon como expresión
de su único amor.
Raine tenía puesto el regalo de San Valentín de parte de Hammer y
Liam... con el corazón de su madre colgando... como su ‘algo viejo’. Lo
‘nuevo’ era su vestido, el que escogió porque combinaba los elementos
tradicionales con detalles muy sexy, que esperaba pudiera mantener la
atención de sus novios puesta en ella. Lo ‘prestado’ era un precioso par de
perlas que Bryn le prestó para la ceremonia, ya que ella los llevó puestos
cuando se casó con Duncan. Lo ‘azul’… las cintas que sostenían su corsé eran
de un hermoso azul pavorreal que apretaba su fabuloso cuerpo post-embarazo
mientras flotaban libremente hasta llegar a sus pies descalzos.
La música comenzó a sonar, simples acordes de guitarra. Todos se
pusieron de pie.
Mientras miraba hacia el altar, con el aliento sostenido, Liam y Hammer
esperaban por ella con amplias sonrisas y ojos llenos de puro amor, de pie
hombro a hombro bajo un arco de hortensias blancas, rosadas y amarillas,
junto con botones de rosa. Todas las flores habían sido unidas por cintas
blancas, grises y azul pavorreal.
Un par de velos flotaban desde el centro del altar, enmarcando a sus
hombres. Ambos se veían muy masculinos y adorables, con sus trajes grises.
Hammer tenía un chaleco azul y corbata negra. Los colores lucían sobre
su piel cálida y su fuerte rostro. Liam llevaba las prendas a la inversa, y a
Raine le encantó lo espectacularmente guapo que se veía con esa corbata azul
a juego con sus ojos oscuros.
A pesar de sus piernas temblorosas y ojos aguados, Raine logró poner un
pie frente al otro y caminar por un camino de seda azul recortado con gris
brillante flotando en una nube de pétalos blancos.
El lugar estaba hermoso, todo lo que ella soñó. Heavenly (¡Dios la
bendiga!) había ayudado a Raine a crear esta visión mágica. Pero era mucho
más perfecta para ella porque los dos hombres que la esperaban al final de esta
caminata trascendental le llenaban el corazón, poseían cada día de su futuro, y
trabajaban juntos para mantener a salvo su corazón.
La canción siguió sonando. La sentida voz del cantante prometiendo que
él le pertenecía a ella desde este momento, antes de invitarla a tomar su mano
y compartir la eternidad. Él prometía darle su amor por completo.
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EL Borde DE LA Dominación
*
Raine no esperaba eso, y su corazón se derritió. Miró a sus hombres,
presionando una mano sobre sus labios temblorosos. Ambos sonrieron con
orgullo. Ella había arreglado la ceremonia, así como la recepción en el Club
después, como una tarea de amor. Pero Liam y Macen habían agregado este
detalle significativo por su cuenta.
Y describía por completo su relación.
Raine apretó su ramo, con la sonrisa aguada y llena de alegría. River la
entregó, cada uno tomándola de una mano. Luego él besó su mejilla.
“Te amo, ‘Nube Tormentosa’.”
“También te amo, hermano mayor.” pudo decir ella ahogada.
River palmeó a Macen en un hombro, le dio a Liam un fraternal
asentimiento de aprobación, y tomó asiento en la primera fila de sillas
cubiertas de seda, haciendo ver pequeño el lazo rosado al respaldo.
Raine se giró para ver de frente su futuro con sus hombres.
Como uno, los tres estuvieron frente al altar. Raine tragó, mucho menos
nerviosa ahora que ellos le sostenían las manos y la rodeaban, los pilares de su
vida.
Mientras ella planeaba este día, Seth la había ayudado a buscar en Los
Ángeles a alguien que realizara ceremonias de poli-compromisos.
Raine había entrevistado a varios candidatos, pero jamás se sintió
conectada con ninguno. Ninguna de esas personas tenía significado en su vida,
y no habrían tenido una parte importante al unirla a ella con Liam y Macen.
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Desde detrás, Beck sacó una trenza de seda que ella, Macen y Liam
habían tejido juntos antes en un silencio solemne y una devoción duradera.
Hebras blancas, grises y azules se mezclaban perfectamente, brillando en
la luz del ocaso mientras él la sostenía sobre su mano.
Juntos, los tres se inclinaron y besaron la seda.
“Uníos.”
Ante la suave orden de Beck, los tres levantaron sus manos, los dedos
entrelazados alrededor de la muñeca de la derecha. Liam la sostuvo a ella.
Raine acaricio a Macen. Él apretó a Liam. Un eterno flujo de amor.
“Esta novia y sus novios han elegido una cuerda de tres hebras como
símbolo de la vida que han elegido llevar juntos.” le dijo Beck a los presentes.
Entonces envolvió la trenza alrededor de su piel unida, comenzando con
la muñeca de Raine, hasta la mano de Hammer, y terminando con los dedos de
Liam sobre ella.
“Liam, Raine, Macen, si lo permitís… estas son las manos que con
pasión os amarán, os apreciarán por completo y os envolverán con consuelo
toda su vida. Estas son las manos que os sostendrán cuando os llene el miedo
o el pesar. Estas son las manos que secarán cada lágrima, sea de dolor o
alegría. Estas son las manos que tiernamente sostendrán a vuestros hijos y
mantendrán a vuestra familia unida como una. Estas son las manos que os
darán fortaleza cuando la necesitéis, os apoyarán y animarán a perseguir
vuestros sueños, y os consolarán en tiempos difíciles.”
Hizo una pausa antes de continuar, con voz solemne:
“¿Os comprometéis a sostener a vuestros compañeros con cuidado desde
ahora hasta que la muerte os separe?”
“Me comprometo.” prometió Liam apretando la mano de ella.
“Me comprometo.” dijo Raine ahogada entre sus lágrimas de felicidad.
“Me comprometo.” prometió Macen, viéndose como si quisiera hacerles
saber que cada palabra era sincera.
“Hasta este momento, vosotros habíais estado separados de palabra,
pensamiento y acción. Así como vuestras manos han sido unidas por este lazo,
también así, estarán unidas vuestras vidas como una. Que siempre estéis
unidos, compartiendo vuestro amor, vuestra lealtad, vuestra alegría y vuestra
mutua devoción.”
Beck desató las cintas de sus muñecas y asintió con la cabeza.
“Podéis intercambiar los símbolos de vuestra nueva vida juntos.”
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Cuando los dos colocaron cada mano sobre uno de sus codos, ella se
puso de pie.
En verdad era la mujer más afortunada del mundo.
“Vamos, besaos ya.” exigió Beck. “Ponedle un signo de exclamación
final a este ‘matrimonio/ceremonia-de-collar/unión-de-mierda’ para poder
celebrarlo.”
Raine se rió, sintiéndose más ligera y más enamorada de lo que había
estado mientras se giraba hacia Liam hacia su derecha y le ofrecía sus labios
para besarlo.
Liam la miró a los ojos como si quisiera llegar a su corazón y sostenerlo
con sus propias manos. Le dio un beso tierno que luego profundizó y se
extendió, imprimándose en su corazón... como lo hizo con su primer beso...
antes de alejarse.
“Te ves más hermosa ahora que eres nuestra.”
“Ahora también tú eres mío, galán.” bromeó ella.
Raine le mandó un beso, y se giró hacia Macen en silencio. Él tomó su
rostro con sus manos y se acercó, mirándola a los ojos por un momento
arrebatador.
“Preciosa…”
No tuvo que decir más. Raine sabía cómo se sentía.
“También esto significa todo para mí.”
La sonrisa que Macen le dio a cambio le dijo a Raine que le leía
perfectamente. Entonces él capturó sus labios con los suyos, agarrándola,
llenando su boca por un momento ardiente antes de alejarse.
Estaba hecho. Eran uno solo.
Juntos, se giraron hacia el resto de las personas invitadas y levantaron sus
manos unidas. Sus invitados se pusieron de pie y gritaron mientras el feliz trío
se dirigía hacia las escaleras por el camino de seda.
A mitad de camino, Hammer la tomó en sus brazos. Raine chilló
sorprendida, y riéndose. Liam la agarró del cabello y le echó la cabeza para
atrás para robarle un beso. No le dieron mucho respiro de camino a la fiesta en
el calabozo.
La mayoría del equipo habitual había sido colocado contra la pared,
removido o escondido ingeniosamente detrás de una cortina para que todos
pudieran celebrar ahora… y jugar después.
“Enseguida regreso, preciosa.”
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“Creí que puedes ser un padre excelente, otra vez. Os di un par de noches
juntos para disfrutar, así que pudimos asegurarnos de que funcionara.”
Macen estaba encantado y sin palabras.
“¿Un bebé?”
Liam se inclinó.
“Un varoncito. Felicidades. Mi madre también te envía sus felicitaciones.
Ella me llamó apenas ocurrió... literalmente. Pero yo ya lo sabía.”
Con un movimiento, Macen la alzó y le dio vueltas, presionando un beso
insistente en sus labios. Tan pronto ella bajó al suelo, Liam la envolvió entre
ellos y se echó a reír.
“Ya está.” declaró Hammer. “Si vamos a tener tres hijos para el próximo
verano, necesitas casarte legalmente con uno de nosotros.”
Algo esperanzador y anhelante le jaló el corazón. ¡Dios, le encantaría!
Sería solo un modo más de entrelazar sus vidas. Pero ella había hecho un voto.
“No escogeré entre vosotros dos, Macen. Ya lo hablamos.”
Macen lo reconoció con un asentimiento considerado, y se giró hacia
Liam.
“¿Qué piensas?”
“Estoy de acuerdo contigo, viejo. Eso hará las cosas mucho más fáciles
en el plano legal, especialmente cuando haya de nuevo hospitales de por
medio.”
Todos recordaron esa horrible mañana en que Bill casi la mató. Raine
había estado gritando sus nombres y llamándolos, solo para enterarse después
de que no habían podido entrar a la sala de emergencia con ella solo porque no
eran familia legalmente.
Un matrimonio tradicional haría las cosas prácticas, como testamentos y
fiducias y títulos, un poco más sencillas. Pero eso complicaría las demás
facetas de sus vidas, especialmente el balance de su relación.
“Lo sé. Pero no elegiré. Seamos felices con el modo en que está todo
ahora.”
“¿Y si Liam y yo eligiéramos por ti?” Hammer dijo con cautela.
Raine jamás lo había considerado. Pero estaba totalmente segura del
hecho que los amaba por igual.
“¿Vosotros dos estaríais felices con eso?”
“Emocionados.” le prometió Hammer.
“Más que eso.” asintió Liam.
“Esperad. Vosotros ya habéis decidido cuál de los dos…”
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Fin
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