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INTRODUCCIÓN

El asma es un padecimiento pulmonar crónico que es considerada de largo plazo,


es una de las principales enfermedades no transmisibles que perjudica a las vías
respiratorias. Se produce cuando estas vías que dirigen el aire a los pulmones se
reducen debido a la inflamación y el aplastamiento de los músculos que están
alrededor de las vías respiratorias finas, las personas asmáticas poseen los
bronquios más sensibles de lo normal y determinados desencadenantes como por
ejemplo los ácaros del polvo casero, pelo de animal, humo de tabaco, aire frío,
polen e infecciones pulmonares, pueden irritarlos. Esto es lo que provoca los
diferentes síntomas que presenta el asma como por ejemplo tos, disnea,
sibilancias y opresión torácica. Estos síntomas se presentan de manera
entrecortada y suelen empeorar mucho durante la noche o al realizar ejercicio,
pero estos varían según la persona, ya que en algunos casos se presenta de
forma leve mientras que en otros casos se presenta ya de una forma mucho más
grave y a esto se le conoce como una crisis asmática o también llamado ataque
de asma. Las crisis asmáticas pueden llegar a ser mortales y requerir tratamientos
hospitalarios. (1)

El asma es un síndrome complejo con muchos fenómenos clínicos en los adultos y


en los niños. Sus características son: obstrucción al flujo del aire, hiperreactividad
e inflamación de las vías respiratorias. También se define como una reacción de
hipersensibilidad tipo 1, provocada por la re-exposición a un tipo específico de
antígeno conocido como alergeno, o se asume como un trastorno de la
conducción de las vías aéreas principales con una obstrucción variable al flujo del
aire en asociación con una hiperreactividad bronquial. (1)

La respuesta inmune se da a través de los Linfocito T colaboradores, (LThCD4+) y


sus productos de secreción tienen un papel central en la orquestación de la
respuesta inflamatoria única en la vía respiratoria de asmáticos; los LTh2
específicos de antígeno generan esta respuesta mediante la secreción de
citoquinas como IL-4, IL-13, IL-5 e IL-9. Se ha demostrado que los LTh17 están
implicados en el asma inflamatoria induciendo neutrofilia. La IL-13 tiene un papel
clave en la producción y liberación de histamina, en la AHR, hipersecreción de
moco, fibrosis subepitelial e infiltrado eosinofílico. Para tratar y prevenir el asma,
las drogas más comúnmente utilizadas son los glucocorticoides, usados en
combinación con Beta-agonistas y ocasionalmente con otros antinflamatorios. (1)
Los síntomas que presenta el asma son semejantes en cualquier edad, pueden
existir en la infancia rasgos que la diferencian de la forma del adulto. Las
distinciones son más destacadas en el lactante y el preescolar, y afectan al
diagnóstico, a la valoración de la gravedad, al grado de control, a la evolución y al
tratamiento. Así su diagnóstico se basa en la identificación de síntomas
compatibles recurrentes, respuesta clínica al tratamiento y ausencia de síntomas o
signos sugerentes de otros diagnósticos. A partir de los 6-7 años se pueden
aplicar las definiciones de los consensos generales.

Se sabe que el padecimiento del asma no tiene una única causa conocida, sino
que desarrolla muchos factores que contribuyen a esta dicha enfermedad, incluso
algunos se dan a causa de factores genéticos, otros por el tipo de alimentación y
en otros casos a causa del medio ambiente. Podríamos mencionar también como
otro desencadenante al estrés.

Inducción de una inflamación típica del asma alérgica. Al interactuar el virus con
linfocitos T (la respuesta natural frente a la infección vírica es la diferenciación de
los linfocitos Th0 a Th1, y liberación de IFN-g con propiedades antivíricas. En el
niño con infección por VSR, se produce una diferenciación a linfocitos Th2 , rasgo
de las reacciones alérgicas, en detrimento de Th1), células epiteliales (la infección
vírica activa en ellas factores de transcripción nuclear Kb y factor nuclear IL-6
produciendo la liberación de numerosas citocinas y quimiocinas proinflamatorias,
así como la expresión de moléculas de adhesión); eosinófilos (induciendo una
eosinofilia variable que en cierto modo tiene valor predictivo de la persistencia de
las sibilancias) y otras células inflamatorias como neutrófilos y macrófagos. (2)

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