Identificación y manejo de
enfermedades de frutilla en
sistema de macrotúnel
Paz Millas, Andrés France, Juan Hirzel, Luis Devotto, Felipe Pérez,
Cristián Balbontín, INIA Quilamapu
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES AGROPECUARIAS - INFORMATIVO N° 71
El sistema de cultivo de frutilla sobre sustrato en
sistema de macrotúnel presenta varias ventajas en
comparación al sistema de cultivo al aire libre, entre
las que se encuentran una mínima presencia de
malezas, nulo efecto de las lluvias, una disminución
considerable en el uso de insumos como fertilizantes,
agua y pesticidas, al proveer a las plantas de un
espacio aislado de crecimiento, evitando perdidas
por lixiacion de nutrientes, y evaporación de agua.
Además este sistema ofrece una alta eficiencia en
el uso de mano de obra en labores de plantación,
poda y cosecha. Sin embargo dadas las condiciones
de alta humedad, temperatura y baja ventilación
del macrotúnel es preciso un adecuado monitoreo y
control de las enfermedades, que pueden presentarse
con mayor severidad en estas condiciones.
El cultivo en sistema de macrotúnel se caracteriza
por emplear una alta densidad de plantación. En este
sentido, la densidad de plantación en el sistema al aire
libre varía normalmente entre 5,5 a 6 plantas/m2, en
tanto que en el sistema de macrotúnel este número
puede alcanzar las 11 o 12 plantas/m2. Lo anterior
plantea un serio desafío en términos de proveer una
adecuada aireación entre plantas que minimice la
propagación de enfermedades fungosas. Además, se
debe considerar que este sistema de cultivo se orienta
a la obtención de producciones tempranas, en época
invernal, por lo cual las condiciones de alta humedad
ambiental pueden ser propicias para el desarrollo de
enfermedades que afectan la producción.
Enfermedades de la raíz, de las hojas o las que
afectan a flores y frutos se presentan tanto en el
cultivo de frutilla al aire libre como también en
condiciones de cultivo en el sistema de macrotúnel.
Por tanto el objetivo de este informativo es proveer
al agricultor de una guía referencial que otorgue las
herramientas visuales de identificación temprana de
las principales enfermedades que pueden afectan las
plantas en este sistema de cultivo y entregar algunas
alternativas de manejo cultural y/o químico que
deben ser implementadas para prevenir su ocurrencia
y propagación.
De acuerdo a la parte de la planta que se afecta
podemos dividir a las enfermedades en aquellas que
afectan a la raíz, el follaje y la fruta.
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 Enfermedades que afectan
la raíz
Aunque el uso de sustratos, normalmente estériles,
garantiza una ausencia de inóculos de patógenos
que pueden afectar la raíz de la planta, algunos como
Phytophthora cactorum (pudrición de la corona),
Phytophthora fragariae (corazón rojizo) o Rhizoctonia
solani (rizoctoniasis) pueden contaminar el cultivo
cuando se utilizan plantas infectadas desde vivero.
En el caso de la pudrición de la corona y corazón
rojizo el principal síntoma se observa en el centro
de la corona, la cual adquiere una coloración rojiza
a café oscuro, mientras que en el segundo caso, las
raíces se vuelven necróticas tornándose de color
café oscuro a negro y la corteza se desprende con
facilidad. Estas lesiones crecen hasta abarcar toda la
corona y raíces. La muerte de estos tejidos, impide
que el follaje pueda recibir agua y nutrientes, lo que
genera una marchitez inicialmente y luego la muerte
de la planta completa.
A medida que la enfermedad se disemina se producen
sectores de plantas muertas, cuyos focos siguen
creciendo con el tiempo. Esta enfermedad hace
que la población de plantas disminuya hasta que el
cultivo se hace inviable económicamente.
Descripción
Tanto Phytophthora cactorum como Phytophthora
fragariae producen esporangios y liberan las
zoosporas en presencia de agua con temperaturas
óptimas de 13 a 19 °C, ambas condiciones recurrentes
en este sistema de cultivo. El inóculo puede provenir
de plantas enfermas, sustrato no desinfectado que
haya alojado plantas enfermas, de agua de riego
contaminada, de implementos agrícolas y calzados
con tierra contaminada. Una vez establecido en el
sustrato, es prácticamente imposible erradicar el
patógeno y se debe reemplazar la bolsa de cultivo y
eliminar las plantas adyacentes.
Recomendaciones de manejo
Implementar un buen manejo del riego, mejorando
las condiciones de drenaje, permitiendo la aireación
de las raíces de la planta.
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Considerando que la enfermedad se transmite
desde una planta enferma a otra sana, es
importante revisar las plantas que provienen de
vivero y no realizar replantes con estolones que
pueden provenir de sectores de plantas enfermas.
Sumergir las plantas en una solución de Trichoderma
antes de la plantación, eso ayuda a proteger las
raíces de una eventual infección y además estimula
el desarrollo de la planta.
Ser rigurosos en el monitoreo, identificando
sintomatologías en su estado inicial y con ello
realizar un oportuno control. Cuando aparecen las
primeras plantas enfermas lo mejor es eliminarlas
para evitar su diseminación.
Se recomienda el uso de biocontroladores del
género Trichoderma, sin embargo no todas las
cepas de este hongo controlan a las especies de
Phytophthora, ya que existe una alta especificidad,
por lo cual se debe corroborar que el aislamiento
utilizado corresponde al que controla este
patógeno. Las épocas de control deben ser previas
a la actividad de Phytophthora; es decir, a inicios de
otoño y fines de invierno.
El control químico se realiza con aplicaciones al
suelo de metalaxil, mefenoxam, fosetil aluminio,
ácido fosforoso o fosfórico, los dos últimos son
complementarios a su uso como fertilizante en los
sistemas de riegos presurizados.
Figura 1. Plantas de frutilla con daño en corona y/o raíces
provocado por Phytophthora fragariae y/o Phytophthora
cactorum.
Rizoctoniasis (Rhizoctonia solani) En caso de presentarse la enfermedad, se
recomienda eliminar las plantas sintomáticas para
evitar la diseminación.
Rhizoctonia puede afectar las plantas por si sola
o en asociación con otros hongos como Fusarium y
Cylindrocarpon, los que en conjunto producen mayor
daño. Los síntomas aéreos son clorosis, disminución
del crecimiento, aborto de flores, fruta que demora
en madurar, bajo calibre o frutos que se secan en la
planta, sobre todo durante el segundo año de una
plantación.

En el sistema de cultivo en macrotúnel y sobre

sustrato, se recomienda que las plantas se utilicen
sólo durante una temporada, eliminado las plantas
que ya han producido y sometiendo el sustrato a
desinfección ya sea mediante la utilización de ácido
peracético / peróxido de hidrogeno, o solarización.

Descripción
Este hongo es habitante normal del suelo, sobre todo
en aquellos con cultivos tales como leguminosas,
solanáceas y cucurbitáceas, por tanto el empleo
de sustratos estériles minimiza el riesgo de
contaminación en el sistema de macrotúnel. El
hongo se disemina exclusivamente como micelio
o esclerocios, a diferencia de los otros hongos que
producen conidias o esporas. Por consiguiente, su
diseminación a distancia es restringida, salvo cuando
se transportan plantas enfermas como aquellas
provenientes de viveros contaminados con este
hongo.
Recomendaciones de manejo
Esta enfermedad se debe prevenir, ya que una vez
que se presenta resulta muy difícil o imposible
controlar.
Se deben revisar las raíces antes de comprar las
plantas.
Evitar el exceso de humedad y nitrógeno, ya que
favorecen el desarrollo de la enfermedad.
Usar intervalos cortos de riego para un mejor
drenaje y aireación de las raíces.
Inocular las raíces y el sustrato con Trichoderma
al momento de la plantación también ayudan a
prevenir el desarrollo de la enfermedad, al igual que
las aplicaciones de fosfitos, siempre y cuando se
realicen en forma regular y antes de que aparezcan
los síntomas.
Figura 2. Pudrición de raíces de planta de frutilla
provocada por Rhizoctonia solani.
Enfermedades que afectan
el follaje y frutos
Tizón de la hoja (Phomopsis obscurans)
El síntoma característico es una lesión necrótica
que se inicia en los bordes de las hojas y que luego
crece en forma de V, avanzando principalmente a lo
largo de la vena principal de los foliolos. El centro de
la lesión es de color café oscuro y eventualmente
son visibles dentro de estas lesiones pequeñas
puntuaciones de color negro que corresponden a
las estructuras reproductivas del hongo (picnidios).
El patógeno también infecta a peciolos, estolones
y sépalos, los cuales presentan pequeñas lesiones
necróticas, deprimidas, ovaladas o circulares. Si el
daño es severo se secan hojas, estolones y el cáliz
de la flor. Los frutos también pueden ser afectados,
produciéndose una lesión circular, ligeramente
opaca, de consistencia más dura y que puede pasar

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 inadvertida a la vista a la cosecha, pero que le otorga
un sabor amargo a los frutos enfermos.
Descripción
Esta enfermedad puede ser recurrente en condiciones
de invernadero, donde el follaje permanece mojado
o húmedo por tiempos prolongados. La enfermedad
puede provenir desde el vivero y manifestarse
en la plantación, donde las hojas nuevas son
particularmente susceptibles, pero los síntomas son
más visibles en las más viejas.
Recomendaciones de manejo
Usar plantas sanas provenientes de vivero. Los
viveros deben hacer control preventivo de esta
enfermedad.
Proveer una buena ventilación al interior del
macrotúnel para disminuir la humedad de la parte
aérea de la planta.
Monitorear en forma frecuente las plantas en busca
de síntomas. El follaje enfermo debe podarse,
cuidando de retirar el material contaminado del
macrotúnel.
Los fungicidas usados para el control de Botrytis y
la Viruela ayudan a disminuir el daño de Tizón de
la hoja.
Figura 3. Lesión necrótica en forma de V en follaje de
frutilla, causada por Phomopsis
obscurans.
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Viruela (Ramularia tulasnei)
Descripción
Es una de las enfermedades importantes del follaje
en la frutilla y se caracteriza por las pústulas de
bordes bien definidos y de color púrpura, con el centro
color café claro o plomizo. La incidencia de la viruela
depende de la susceptibilidad de las variedades y las
condiciones climáticas, requiere de temperaturas en
torno a los 20 a 25 °C y la caída de agua sobre el follaje
actúa como agente diseminador del inóculo; además,
a mayor cantidad de humedad relativa, mayor será
la incidencia de la enfermedad, por esta razón el
problema puede incrementarse en macrotúneles mal
ventilados, aunque la diseminación será restringida
por la ausencia de lluvias.
El reservorio de inóculo son los restos de hojas y
pecíolos enfermos de la temporada anterior, desde
donde se producen las conidias que infectarán las
hojas nuevas, por lo que en el sistema de cultivo
en macrotúneles no se recomienda la utilización
de plantas por más de una temporada. Para la
germinación de la conidia se necesita agua libre,
que normalmente proviene de las lluvias, pero en el
caso de invernaderos puede ser por la caída de gotas
agua por condensación de la humedad en túneles
mal ventilados, y temperaturas mínimas de 10 °C,
aunque el óptimo está entre 20 y 25°C.
Recomendaciones de manejo
Usar plantas sanas, ya que pueden venir infectadas
desde el vivero.
El macrotúnel deben estar siempre bien ventilado,
favoreciendo la separación de las hileras. La
correcta aireación permite secar las hojas en
condiciones de alta humedad ambiental y da
menos posibilidades a que las conidias del hongo
puedan germinar.
Durante el cultivo de la frutilla la viruela
normalmente es controlada con el manejo que se
le da a la pudrición gris, siendo efectivas la poda y
eliminación de las hojas enfermas.
Algunos de los fungicidas que se utilizan para el
control de Botrytis, son: clorotalonil, iprodione,
azoxystrobin, cyprodinil y fludioxanil. Es importante
mencionar que los nombres de los productos
sugeridos deben confirmarse cada año, para saber
 si tienen registro y las carencias de cada uno para
evitar problemas de rechazo o residuos indeseables
en la fruta.
Figura 4. Follaje de frutillas con pústulas necróticas,
características de Ramularia tulasnei.
Oídio
(Podosphaera macularis f. sp. fragariae)
Descripción
El oídio es una de las enfermedades más comunes,
difundidas y fáciles de reconocer en las plantaciones
de frutilla. El daño que causa se restringe a las
células de la epidermis, produciendo necrosis,
distorsión de las hojas y deformaciones en los frutos.
El oídio no mata a la planta, pero sí consume sus
nutrientes e incrementa la respiración, reduciendo
su crecimiento, rendimiento y la calidad de la fruta.
Los síntomas se inician como manchas circulares y
difusas de apariencia polvorienta, como depósitos
de polvillo blanquecino sobre la superficie de los
tejidos aéreos. Cualquier parte aérea de la planta
puede ser afectada, pero normalmente se encuentra
sobre hojas, pecíolos y frutos, los que pueden quedar
completamente cubiertos por este polvillo.
Las conidias que son disgregadas por el viento
y aterrizan sobre un tejido susceptible pueden
germinar de inmediato, siempre que la temperatura
sea mayor a 20 °C, ya que no requieren de la presencia
de agua libre sobre el tejido. La humedad ambiente
facilita la germinación, por lo que en plantaciones
en macrotúneles esta enfermedad constituye uno de
los principales problemas fitosanitarios. Una vez que
se produce la infección, el micelio seguirá creciendo
sobre la planta, indiferente de las condiciones de
humedad del aire.
Las flores y frutos son particularmente susceptibles
en cualquier estado de su desarrollo, los que
pueden quedar envueltos por el micelio y conidias
del hongo, el daño de las flores se traduce en una
menor producción de polen, lo cual disminuye la
cuaja, mientras que en los frutos verdes se produce
detención de crecimiento y deformaciones. Los frutos
maduros también desarrollan esta capa polvorienta y
blanquecina sobre su superficie, terminando con una
consistencia blanda.
Recomendaciones de manejo
Usar variedades que presenten tolerancia a esta
enfermedad. Las variedades Albión y San Andreas
han mostrado un mayor grado de resistencia que
otras como Camarosa y Monterey que son más
susceptibles.
Ventilar el macrotúnel para secar el follaje y evitar la
germinación de las conidias del hongo.
Eliminar hojas viejas y residuos de la planta, ya que
el inóculo se mantiene en estos.
Control químico usando fungicidas. Lo más común
es el azufre elemental, que es preventivo y efectivo
siempre y cuando se aplique antes de la aparición
de síntomas.
Para lograr un control eficiente se debe mantener
una rutina de aplicación de azufre evitando las
horas de mayor calor para no dañar flores ni frutos.
Las aplicaciones deben comenzar temprano en
la temporada, monitoreando regularmente para
detectar los primeros síntomas.
Los fungicidas sistémicos son más eficientes
que el azufre, pero de mayor valor. Existen varios
productos, pero sólo algunos de ellos tienen registro
en los países importadores de frutilla. Por ejemplo:
benomyl, carbendazim, cyprodinil y fludioxanil. Sin
embargo, estos listados se deben consultar cada
año, ya que cambian permanentemente.
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 Control con aplicaciones foliares de sales de fosfato,
detergentes y aceites finos, los que pueden ayudar
a disminuir las aplicaciones de fungicidas químicos
y adaptarse a producción orgánica.
Como control biológico existen productos en
base a la bacteria Bacillus subtilis o al hongo
el Ampelomyces quisqualis, disponibles
comercialmente.
Los extractos de cítrico también ayudan a
disminuir la presión de la enfermedad, pero son
complementarios a las medidas anteriores.

Figura 5. Follaje, frutos y flores de frutillas con manchas

blanquecinas, formadas por micelio de Podosphaera
macularis.

Pudrición gris (Botrytis cinerea)

Descripción
Es la principal enfermedad en frutilla. Puede atacar
a cualquier parte de la planta, siendo las flores y
frutos los más susceptibles. Se manifiesta como una
pudrición blanda del fruto, con presencia de micelio
y conidias de color plomizo; los que caracterizan a la
enfermedad.

El desarrollo del hongo ocurre con temperaturas

desde los 0 °C, iniciándose con la germinación de
los esclerocios (micelio compactado de color negro)
o restos de micelio y conidias que permanecen
en residuos infectados de frutilla u otras especies
susceptibles. El crecimiento vegetativo genera
rápidamente estructuras reproductivas conocidas
como conidióforos, las que emiten numerosas
conidias que son diseminadas por el viento o por
gotas de agua libre sobre la planta.

La inoculación ocurre cuando las conidias caen en

los estigmas de las flores abiertas, pétalos o restos
de flores senescentes y frutos. Si las condiciones

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son apropiadas (presencia de agua y temperaturas
mayores a 15 °C), las conidias germinan y el micelio
crece dentro de los tejidos, el hongo secreta enzimas
que producen una pudrición blanda. Luego, el micelio
emerge sobre el fruto y genera nuevos conidióforos y
conidias, los que seguirán infectando nuevas flores y
frutos. El hongo puede vivir como saprófito en tejidos
en descomposición, aumentando aún más el nivel de
inóculo en el ambiente.

Recomendaciones de manejo
Evite superar la densidad de plantación
recomendada para este sistema, manejando un
máximo de 12 plantas/m2 a fin de proveer una
suficiente aireación y favorecer el secado del
follaje.
Moderar las aplicaciones de nitrógeno, ya que
el exceso de este elemento promueve tejidos
suculentos que facilitan el ingreso del hongo
al interior de la planta. Por otra parte, el calcio,
aplicado de forma foliar fortalece los tejidos y
aumenta la resistencia a los ataques del hongo.
Eliminar tejido viejo, frutos enfermos y restos de
plantas, ayuda a disminuir las fuentes de inóculo
del hongo.
Control químico al momento de la floración, después
de lluvias y temperaturas mayores a 15 °C, rotando
ingredientes activos para no generar resistencia
y siempre que se encuentren registrados y
autorizados para el cultivo.

Otra opción es el uso de productos de control

biológico en base de Bacillus subtilis o Trichoderma,
pero se deben anticipar a la aparición de síntomas.
Se pueden aplicar durante primavera con las
precauciones de no exponer a la radiación solar
directa por un tiempo prolongado, ni aplicar con
altas temperaturas. Los extractos de cítricos pueden
controlar focos incipientes de la enfermedad y son un
buen complemento, sobre todo cerca de la cosecha.
Es preciso no aplicarlo en exceso, porque puede
resultar fitotóxico para la planta. También existen en
el mercado botriticidas sobre la base de extractos
de plantas, los cuales pueden complementar los
productos anteriores.

Figura 6. Coronas, flores y frutos de frutilla afectados por

Botrytis cinérea.

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 Consideraciones finales
La presencia y severidad de enfermedades en el
cultivo de frutilla en sistema de macrotúnel sobre
sustrato es resultado de tres factores que deben ser
considerados cuidadosamente antes de plantación y
a lo largo del ciclo productivo.
En primer lugar, la utilización de plantas sanas
es de gran importancia, pues son éstas las que
permiten la entrada de la mayor parte del inoculo
de enfermedades al sistema. Es necesario chequear
la calidad de las plantas en el vivero antes de
comprarlas y en caso de dudas, realizar los análisis
fitopatológicos pertinentes. mmmmmmmmm
En segundo lugar se debe cuidar de no exceder las
densidades de plantación recomendadas en este
sistema (10 a 12 plantas por metro cuadrado).
Densidades mayores dificultaran la ventilación entre
plantas y las labores de raleo de hojas y estolones,
necesarias para el control de la mayoría de las
enfermedades.
Los controles con productos biológicos o químicos
deben ser aplicados oportunamente a la aparición
de los primeros síntomas de forma de controlar
más efectivamente y antes que generen pérdidas
en el rendimiento. Por esta razón es importante
revisar constantemente las plantas para detectar la
aparición de cualquier enfermedad.
La información presentada en este documento
fue generada como resultados del proyecto
Transferencia Mejoramiento del Cultivo de Frutilla,
que fue ejecutado por INIA, con el apoyo del Gobierno
Regional del Maule a través del Programa de Zonas
de Rezago, en la Provincia de Cauquenes, entre los
años 2018-2020. t

En tercer lugar, se debe encontrar un equilibrio entre

la conservación del calor al interior del macrotúnel
durante el periodo invernal y el manejo de la humedad
ambiental. Para ello es necesario por un lado, ventilar
adecuadamente en las horas de mayor temperatura

ricardogonzaleztoro@gmail.com
y cerrar cuando bajan las temperaturas para alcanzar
mayores temperaturas que el exterior.

Este Informativo ha sido generado por el proyecto «Transferencia Mejoramiento del cultivo de frutillas»,
código 30464987-0, financiado por el Gobierno Regional del Maule.
Contacto: cristian.balbontin@inia.cl / Jefe de Proyecto.

Permitida la reproducción total o parcial de esta publicación citando la fuente y autores.

Cristián Balbontín S., Ingeniero agrónomo, Dr.Cs. Investigador INIA Quilamapu / cristian.balbontin@inia.cl

INIA Raihuén, Avda. Esperanza s/n, km 284 ruta 5 sur, estación Villa Alegre, Región del Maule - Fono: (56) 732382366

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