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NORMAS Y LÍMITES

 Los límites ponen fronteras, contienen y en definitiva dan seguridad. Un niño al que se le ponen
límites sabe que hay alguien que se preocupa por él, que le cuida y le protege. Cuando crezca es
más probable que sepa marcarse sus propios límites.
 Los límites se establecen a través de las normas. Por eso las normas deben existir y deben
conocerse.
 Las normas pueden (y deben) cambiar dependiendo del contexto (casa vs escuela, casa familiar vs
casa de amigos, etc.) la época del año (invierno vs verano), la edad de los niños, (cuando son muy
pequeños muchas normas las marca la naturaleza como los horarios de sueño, comida, etc. y a
medida que crecen las normas las marca la razón) y de otras circunstancias.
 La importancia de traspasar los límites. Les permite explorar, comparar su comportamiento con el
de otros, descubrir consecuencias, aprender y crecer. Los niños no quieren ni deben ser siempre
buenos y obedientes.

Conviene recordar algunas cosas a la hora de establecer normas y límites:


 A la hora de dar una instrucción o una norma conviene dar las órdenes de una en una con frases
cortas y sencillas.
 Objetividad. Siempre que sea posible es preferible utilizar un tiempo verbal impersonal y objetivo,
tratando de aplicar reglas universales y evitando personalizar los conflictos. Por ejemplo, es más
objetivo decir: “son las 9, es hora de acostarse”, que “quiero que te acueste ya” o “Tienes que
acostarte porque si no me voy a enfadar” o “si no te acuestas me voy a poner triste”, etc.
 Cuando el niño debe realizar una conducta podemos darle a elegir entre dos opciones aceptables .
Tendrá así la sensación de que hace una elección y no se le impone algo, pero al mismo tiempo no
se le permite elegir entre hacerlo o no hacerlo. Por ejemplo: “es la hora del baño, ¿prefieres baño o
ducha?”. “Es la hora de vestirse prefieres el pantalón azul o el gris?”
 Firmeza. Todos sabemos ser firmes ante ciertos comportamientos, sin embargo, nos relajamos ante
otros. Se trata de buscar el punto medio entre lo ligero y lo autoritario
 Indicar los comportamientos que sí queremos que lleven a cabo. Muchas veces les decimos lo que
NO deben hacer y nos olvidamos de indicarles cuál es la alternativa correcta. Ejemplo: “habla más
bajito” en lugar de decir simplemente “No grites”.
 Explicar el porqué de forma breve y sencilla. A veces es conveniente explicarles porqué les
pedimos que hagan o no hagan algo. De forma sencilla, sin explicaciones largas ni complicadas. Una
vez que entienden por qué no es adecuada una conducta es más probable que no la vuelvan a
hacer. Ejemplo: “No muerdas, porque eso hace daño a los demás”. “
 Ser constantes en el cumplimiento de las normas. Para favorecer el cumplimiento de las normas que se
establecen en la familia, debemos tener en cuenta que éstas deben ser:
- Realistas: las normas han de ser posibles de cumplir y estar ajustadas a la realidad, la edad, habilidades y
grado de maduración de los hijos.
- Claras: las normas han de ser entendidas para poder ser cumplidas. Los hijos deben saber exactamente
qué es lo que se espera de ellos y qué clase de consecuencias pueden esperar en caso de no cumplirlas.
- Consistentes: la aplicación de las normas debe ser aproximadamente la misma, independientemente del
estado de ánimo, de la presencia de otra persona, de las ocupaciones de ese momento

 Controlar nuestras propias emociones, en la medida de lo posible.

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