Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Integrante:
Luis Gómez
C.I. V-9.137.449
TRAMO: II
EL DERECHO ROMANO:
El derecho romano (en latín: Ius Romanum) fue el ordenamiento jurídico que rigió
a los ciudadanos de la Antigua Roma. El derecho romano, por su gran
complejidad, aplicabilidad práctica y calidad técnica, aún hoy, es la base del
derecho continental y de los códigos civiles contemporáneos, y se estudia en las
facultades de Derecho de la mayoría de países que emplean el Derecho
continental. Su importancia histórica e influencia en la ciencia del Derecho, que se
extiende también a los países de common law, se manifiesta en la pervivencia de
numerosas instituciones jurídicas latinas en la actualidad, como la hipoteca o la
teoría del contrato, y en la gran cantidad de expresiones jurídicas latinas.[cita
requerida]
La distinción entre Derecho público y privado fue introducida por los juristas
romanos. Según la definición de Ulpiano, el derecho público es el que regula las
relaciones políticas, los fines que el Estado debe alcanzar, y el Derecho privado
regula las relaciones entre los ciudadanos. Los romanos, como señala Arias
Ramos, atribuían además a la expresión ius publicum el sentido de las normas
que no pueden ser modificadas o derogadas por acuerdo o convenio de los
particulares. Ello se debe a la doble acepción que el adjetivo público tuvo en
Roma, según explicaba Bonfante. Unas veces público es igual a estatal y otras
veces significa social o común. Y así las normas de Derecho público son las que
afectan al Estado (primera acepción, que se fija en la materia regulada) o las que
interesan a la sociedad o comunidad humana (segunda acepción, que atiende no
al objeto de la norma sino a su inderogabilidad).
a) Por la naturaleza del fin o interés protegido. Según este criterio teleológico, el
Derecho público protege los intereses generales, mientras que el Derecho privado
tutela los intereses particulares.
Según Castán, este criterio tiene grandes inconvenientes. Entre el interés público
y el particular no existe verdadera contraposición. Como dice Ferrara, el fin del
Derecho es siempre la persecución del interés general, y las mismas normas del
Derecho privado son establecidas para el bien de la sociedad.
Según Castán, hay normas de Derecho público que tienen objeto patrimonial
(impuestos, expropiación forzosa, retribución de funcionarios) y relaciones de
Derecho privado que tienen carácter exclusivamente personal (derecho al nombre
y derechos de la personalidad, derechos de familia).
Según este criterio, son normas de Derecho público aquellas que limitan la libre
voluntad de los hombres, y normas de Derecho privado aquellas que dejan libre
juego a esta voluntad.
Para Castán, hay normas de derecho público que dejan libre campo a la voluntad
(cita Castán el derecho de sufragio) y normas de derecho privado que se imponen
a la voluntad de las partes y no pueden ser derogadas por las convenciones
particulares. Este último carácter tienen las leyes que regulan la capacidad,
muchas de las de Derecho de familia, las de la sucesión forzosa y algunas de las
que afectan a la propiedad.