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Alumna:
Díaz Palomino, Yessica Geraldine
Curso:
Derecho Civil V:
DERECHO DE LAS OBLIGACIONES
Docente:
Luisa Huaripata Laurente
Tema:
El Derecho Privado y el Derecho Público.
Derechos Patrimoniales y Derechos Extra patrimoniales.
Derechos Reales y Derechos de Obligación.
Teoría General de las Obligaciones: Etimología.
Evolución del término.
Definición.
Naturaleza Jurídica
También se rigen por el derecho privado las relaciones entre particulares y el estado
cuando este actué como un particular, sin ejercer potestad publica alguna. Y se ramifica en
el derecho civil, derecho comercial, derecho industrial, derecho internacional privado. Y
para finalizar desarrollaremos sobre las teorías que aceptan la división del derecho: teoría
del interés en juego, teoría de las normas destructivas, y la teoría que atiende a la naturaleza
de las relaciones jurídicas entre el estado y los particulares. Así mismo a cerca de las teorías
que niegan las divisiones del derecho: teoría alemana y la teoría inglesa, finalmente se
hablara sobre el derecho público y privado en la actualidad.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
El desarrollo del derecho se ha clasificado en diferentes periodos
que van de la fundación de roma hasta el imperio de justiniano, en cada uno de ellos hay
rasgos particulares que los distinguen. Sin embargo, para este estudio, es de suma
importancia conocer la fuente del derecho general, ya que es a través de estas que se puede
señalar si existe, o no, una división entre derecho público y derecho privado. Es importante
señalar cuales son los periodos en los que se clasifica la historia del derecho romano, ya
que de estos se forman sus características y principalmente, de donde se encuentra el
fundamento de la clasificación romanista del derecho público y privado. Entre ella
tenemos:
El derecho sirve para regular y armonizar la relación entre los integrantes de una
sociedad y de un estado, para ello, en las naciones occidentales, prevalece la
opinión, originada desde el derecho romano, de que la división del derecho objetivo
será en derecho público y derecho privado, división que seguramente ha sido
tomada del texto de Ulpiano, que este modo las diversas ramas del derecho se
fueron desarrollando y subviniendo siguiendo las líneas de esta distinción.
La clasificación, en la doctrina, del derecho positivo, muestra efectivamente la
existencia de la división en público y privado constituye uno de los problemas de la
ciencia y de la filosofía del derecho, al respecto, se han elaborado diversas teorías,
estaba las que pretender fundamentar la existencia de la división del derecho general
en dos ramas, el público y privado.
Las que señalan que se debe de hablar de una tercera rama, el derecho mixto, y las
que niegan la existencia de cualquier división. Algunos autores, como (Radbruch,
s.f.) consideran las distinciones como una Priorilógico, diversas tendencias se
dirigen hacia la eliminación, Duguit, o hacia una atenuación, considerándola
simplemente relativa, como lo es en opinión de (kelsen, s.f.). Dice (emecerus, s.f.)s
que se trata de una distinción históricamente condicionada pero no lógicamente
necesaria.
El derecho público y privado análisis sobre la evolución del código civil vigente.
La distinción entre Derecho público y privado fue introducida por los juristas
romanos. Según la definición de Ulpiano, el derecho público es el que regula las relaciones
políticas, los fines que el Estado debe alcanzar, y el Derecho privado regula las relaciones
entre los ciudadanos. Los romanos, como señala (Ramos, s.f.), atribuían además a la
expresión ius publicum el sentido de las normas que no pueden ser modificadas o
derogadas por acuerdo o convenio de los particulares. Ello se debe a la doble acepción que
el adjetivo público tuvo en Roma, según explicaba (Bonfante, s.f.). Unas veces público es
igual a estatal y otras veces significa social o común. Y así las normas de Derecho público
son las que afectan al Estado (primera acepción, que se fija en la materia regulada) o las
que interesan a la sociedad o comunidad humana (segunda acepción, que atiende no al
objeto de la norma sino a su inderogabilidad).
Esta distinción, según señala (castan, s.f.), quedó oscurecida y olvidada en las
legislaciones de origen germánico y en la etapa medieval, pero ha sido revalorizada en la
época moderna, viniendo a constituir la clasificación más importante y básica, pero a la
vez, en los últimos tiempos, la más controvertida del derecho. No sólo se discute el criterio
de distinción sino la distinción misma.
Según (castan, s.f.), las teorías fundamentales sobre la distinción son las siguientes:
a) Por la naturaleza del fin o interés protegido. Según este criterio teleológico, el
Derecho público protege los intereses generales, mientras que el Derecho privado tutela los
intereses particulares.
Según (castan, s.f.), este criterio tiene grandes inconvenientes. Entre el interés
público y el particular no existe verdadera contraposición. Como dice (Ferrara, s.f.), el fin
del Derecho es siempre la persecución del interés general, y las mismas normas del
Derecho privado son establecidas para el bien de la sociedad.
Según (castan, s.f.), hay normas de Derecho público que tienen objeto patrimonial
(impuestos, expropiación forzosa, retribución de funcionarios) y relaciones de Derecho
privado que tienen carácter exclusivamente personal (derecho al nombre y derechos de la
personalidad, derechos de familia).
Según (Thon, s.f.), lo característico del Derecho privado es que la defensa ha de ser
impetrada por el titular lesionado (acción privada), mientras que lo peculiar del Derecho
público es que se restablece de oficio, es decir, por virtud de una acción que los órganos del
Estado tienen no sólo el derecho sino el deber de promover en caso de violación (acción
pública).
(castan, s.f.) rechaza esta doctrina, pues, aparte de que la forma de la acción es la
consecuencia y no la causa de la naturaleza de la norma, la contraposición no siempre es
verdadera. Hay normas de Derecho privado cuyo imperio puede ser restablecido de oficio,
y, a la inversa, normas que se consideran de derecho público, como las relativas a los
llamados delitos privados, cuya restauración precisa de instancia de parte interesada.
Según este criterio, son normas de Derecho público aquellas que limitan la libre
voluntad de los hombres, y normas de Derecho privado aquellas que dejan libre juego a esta
voluntad.
Para (castan, s.f.), hay normas de derecho público que dejan libre campo a la
voluntad ( (castan, s.f.) el derecho de sufragio) y normas de derecho privado que se
imponen a la voluntad de las partes y no pueden ser derogadas por las convenciones
particulares. Este último carácter tienen las leyes que regulan la capacidad, muchas de las
de Derecho de familia, las de la sucesión forzosa y algunas de las que afectan a la
propiedad.
Atiende este criterio más que a la naturaleza de los sujetos, a la posición y carácter
con que actúan estos en la relación jurídica. El Estado y los demás entes públicos pueden
actuar revestidos de imperium o despojados de él.
Relación de Derecho público, según (rogem, s.f.), es aquella en la cual uno de los
sujetos, activo o pasivo, a los dos a la vez, son el Estado o una autoridad cualquiera y
relación de Derecho privado, aquella en que ambos sujetos son personas o grupos de
personas desprovistos de carácter oficial. Pero para que se trate de Derecho público el
Estado tiene que actuar como poder político o soberano.
1
Decreto legislativo 3/2011, que aprueba el texto refundido de la ley de contratos del sector publico
58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria, reconoce el carácter supletorio de las
disposiciones de derecho común.
Para un grupo de textos, el ius civile es el propio de cada pueblo. Dice así Gayo que
del mismo modo que las Leyes de Solón son el derecho civil de los atenienses, el Derecho
que usa el pueblo romano se llama derecho civil de los romanos.
Otros textos contraponen el ius civile al ius honorarium o ius pretorium. El ius civile
sería el antiguo derecho, el que recoge los principios tradicionales, mientras el ius
pretorium o ius honorarium sería el nuevo derecho, que atiende a las nuevas necesidades
sociales, que se desarrolla a través de la actuación del Pretor.
Tras la caída del Imperio romano se produce una etapa inicial en la que el derecho
era fundamentalmente de ámbito local y de carácter consuetudinario. Pero a finales del
siglo XI y durante el siglo XII se produce el fenómeno de la recepción del Derecho romano.
Es básica la labor compiladora que realizó Justiniano del derecho romano, desarrollada a
partir del siglo XII los glosadores de Bolonia (Irnerius y sus discípulos). Se identifica
entonces derecho civil con el derecho recibido de Roma, hasta el punto que desde el siglo
XII la obra de Justiniano recibe el nombre de Corpus Iuris Civilis.
Una vez perdida fuerza la idea del Imperio, a mediados del siglo XIII, no por ello el
Derecho romano deja de tener valor de Derecho común, y ahora porque se considera como
ratio scripta.
También cabe hacer referencia a los intentos unificadores del derecho privado
producidos en el ámbito europeo, impulsados por la Unión europea. No obstante, la
integración de España en la Unión Europea, ha contribuido en cierta medida a la
disgregación del derecho civil, al pasar a estar algunas de sus materias reguladas por
normas comunitaria, de especial relevancia en materia de derecho internacional privado o
de contratación con consumidores.
(castan, s.f.) define el Derecho civil como “el sistema de normas de carácter general
o común que regulan las relaciones jurídicas de los particulares (individuos o entes
colectivos) dentro del agregado social, protegiendo a la persona en sí misma y sus intereses,
tanto de orden moral (esfera de los derechos de la personalidad, de la familia y
corporativos) como de orden patrimonial (esfera de los derechos reales y de obligación, del
patrimonio familiar y de la sucesión mortis causa).
Para (Castro, s.f.)el Derecho civil es “la organización jurídica de la vida íntima de la
nación”.
Debe señalarse también que el concepto de “legislación civil” ha alcanzado
relevancia constitucional, al prever el artículo 148.1.9 de la Constitución la competencia
exclusiva del Estado sobre esta materia. Piénsese en la Sentencia del Tribunal
Constitucional de 20 de marzo de 1997, que salva de la declaración de inconstitucionalidad
de la Ley del suelo estatal determinados preceptos por constituir legislación civil, entre
ellos los relativos al derecho de superficie, el derecho de retorno, o los requisitos para la
declaración de obras nuevas.
Precisamente, el derecho de propiedad del suelo es uno de los campos en los que
mayor debate ha planteado la delimitación del ámbito civil del derecho frente al
urbanístico.
La codificación civil.
El fracaso por razones políticas del Código de 1851 hizo que se desistiera por
algunos años de llevar a cabo la codificación civil total y se optase por la publicación de
leyes especiales. A este cambio de orientación respondieron la Ley Hipotecaria de 1861, la
Ley de Matrimonio civil de 1870, la del Registro Civil de 1870, la del Notariado de 1862,
la de Aguas de 1866.
Fracasado un primer intento de elaboración de Ley de Bases, que dio lugar incluso a
la presentación en 1882 de los dos primeros Libros del Código Civil, también por la
oposición de los foralistas a la desaparición de sus propios derechos supletorios, se acaba
aprobando la Ley de Bases de 11 de mayo de 1888, que detalla el procedimiento que debía
ser seguido para la redacción y formación del Código civil, respetando los derechos forales,
salvo en algunas materias excepcionales en las que se establecían normas generales.
Sin embargo, por una Ley de 26 de mayo de 1889, debida a la iniciativa de don
Gumersindo de Azcárate, se manda hacer una nueva edición del Código Civil. Por Real
Decreto de 24 de julio de 1889 fue promulgada esta segunda edición que constituye el
definitivo y vigente texto de nuestro Código Civil.
Está dividido este cuerpo legal en un título preliminar y cuatro libros, subdivididos
éstos en títulos, capítulos y secciones formando un total de 1976 artículos. El último de
ellos contiene la disposición final o cláusula derogatoria y va seguido de trece disposiciones
transitorias y cuatro adicionales, destinadas estas últimas a señalar el procedimiento de
revisión periódica del Código civil cada diez años.
El plan del Código civil español está inspirado en el del Código francés, que a su
vez había seguido las huellas del romano o de Gayo. La principal novedad de nuestro
Código es añadir a los tres libros del Código francés (relativos, respectivamente, a las
personas, a los bienes y modificaciones de la propiedad, y a los distintos modos de adquirir
la propiedad) un cuarto libro dedicado a las obligaciones y contratos. Según (castan, s.f.),
debió de obedecer esta reforma a la finalidad práctica de reducir la desmesurada extensión
del Libro III o bien a la consideración teórica de que los contratos no son en Derecho
español modos, sino simplemente títulos de la adquisición de la propiedad.
En realidad los elementos que informan nuestro Código Civil, según dijo De Diego,
son los siguientes: 1.- El Proyecto de 1851. 2- Las leyes posteriores (Registro civil, Ley
hipotecaria). 3- Las legislaciones forales en algunos puntos. 4- Los Códigos francés,
italiano y portugués. 5- Ciertas disposiciones tomadas de las costumbres, la doctrina y la
jurisprudencia.
Destaca (castan, s.f.) la influencia de los Códigos extranjeros, particularmente del
francés, que ya había sido la principal inspiración del Proyecto de 1851. Sin embargo, se
aparta del francés y de la mayoría de los demás Códigos latinos, en un aspecto
fundamental: el sistema de la transmisión del dominio y de los demás derechos reales.
También mantiene la especificidad del derecho español, sobre la base del castellano, en
instituciones como la sociedad de gananciales o la regulación de las legítimas.
Para (castan, s.f.), aunque sea difícil encontrar en el Código Civil un elemento de
unidad, dado lo heterogéneo de los elementos que lo conforman, en general responde más
al principio individualista que al de la solidaridad social, que se manifiesta con claridad en
la regulación de materias como el contrato de arrendamiento de cosas o servicios, la
propiedad, o la autonomía de la voluntad. Como excepciones favorables al sentido general
del derecho, citaba (castan, s.f.) el reconocimiento del derecho de colindantes o de la
sucesión a favor del Estado en defecto de parientes.
Este autor apuntaba ya el distinto criterio que las Leyes especiales modernas
mostraban, como el caso de la legislación arrendaticia o también la legislación laboral,
tendencia que se acrecienta a partir de la Constitución Española, que consagra a España
como un estado social y democrático de derecho, lo que se ha manifestado, entre otros
campos del derecho civil: en el derecho de familia, con la introducción del principio de
igualdad entre los cónyuges y la nueva regulación de la filiación, incluida la adoptiva, y de
la patria potestad y de la tutela, en el ámbito sucesorio, también suprimiendo las
discriminaciones basadas en la filiación; en el ámbito de la propiedad, donde se da una
nueva interpretación al derecho en base a su función social; en el ámbito contractual, en el
que se introduce la protección de los consumidores e importantes restricciones al principio
de autonomía de la voluntad; y en el ámbito de la responsabilidad civil, en el que el clásico
criterio de imputación basado en la culpa, se sustituye progresivamente por el criterio de
imputación objetiva, basado en el riesgo.
— Ley de 31 de marzo de 1984, que modificó los artículos necesarios para eliminar
toda referencia a la interdicción civil suprimida anteriormente.
- Ley de 15 de octubre de 1990, que busca eliminar las discriminaciones por razón
de sexo que se habían mantenido en el Código Civil.
— Ley de 23 de diciembre de 1994, que modifica una serie de artículos que regulan
el matrimonio civil, en el sentido de que puede ser autorizado también (además de por el
Juez, funcionario en quien delegue o Cónsul) por el Alcalde o concejal en quien aquél
delegue.
— Ley de 5 de noviembre de 1999, que modifica el artículo 109 sobre los apellidos,
permitiendo a los padres decidir el orden de los mismos y al hijo, al alcanzar la mayor edad,
alterarlo.
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Para la siguiente investigación se tomó en cuenta al autor José Castán Tobeñas fue un jurista español, especialmente
destacado por sus trabajos sobre el derecho civil, que llegó a ser presidente del Tribunal Supremo entre 1945 y 1967,
siendo, asimismo, por razón de su cargo, procurador en las Cortes franquistas durante las nueve primeras legislaturas.
CAPITULO I
1. DERECHO PUBLICO
La palabra proviene del vocablo latino ¨directum¨, que significa no apartarse del
buen camino, seguir el sendero señalado por la ley, lo que se dirige o es bien dirigido. En
general se entendió por Derecho, conjunto de normas jurídicas, creadas por el estado para
regular la conducta externa de los hombres y en caso de incumplimiento esta prevista de
una sanción judicial.
Aquel ordenamiento jurídico que nace para el efecto de regular la conducta entre los
individuos, como un grupo. Y tiene cabida, mientras que se encuentre en una sociedad.
Es aquel conjunto de normas que se materializan a través del lenguaje, pues este es el
instrumento fundamental del legislador, las palabras diseñan las normas jurídicas.
El derecho es coordinación objetiva de las acciones posibles entre varios sujetos, según un
principio ético que las determina excluyendo todo impedimento.
c) GUSTAV RADBRUCH.-
El Derecho es la realidad que tiene sentido de servir al valor jurídico, a la idea del derecho,
la idea de derecho no puede ser otra que la justicia.
d) GOLDSCHMIDT.-
e) COSSIO.-