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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder popular para la educación Superior


Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”
Profesora: Elba Reyes. Sección: 321731

UNIDAD III: DERECHOS Y GARANTIAS


CONSTITUCIONALES QUE RIGEN EL SISTEMA
TRIBUTARIO VENEZOLANO

Nombre: Elianny Dávila


C.I.: 27. 911. 027

San Francisco, julio de 2021


INTRODUCCIÓN

Esta investigación se realizó con la finalidad de dar inicio a la Unidad III sobre
los principios éticos y legales por los que se rige el sistema tributario nacional. Estos
principios serán desarrollados en base a la opinión de distintos autores, comparando
lo que cada uno opina tomando como base la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y el Código Orgánico Tributario.
CONTENIDO

 Principio de Legalidad Tributaria.


 Principio de Generalidad del Tributo.
 Principio de Igualdad.
 Principio de Capacidad contributiva.
 Principio de Progresividad.
 Principio de Proporcionalidad.
 Principio de Acceso a la justicia.
 Principio de No Confiscación.
 Principio de Irretroactividad.
 Principio Pecuniario de la Obligación Tributaria.
 Principio de Eficiencia.
DESARROLLO
1. Principio de legalidad tributaria
Principio de legalidad tributaria, llamado también de Reserva Legal, es
considerado por la doctrina como la regla fundamental del Derecho Tributario (Moya
2000). De igual forma, Octavio (2002) lo reconoce como la base fundamental del
Derecho Tributario y su origen se remonta a la Carta Magna impuesta por el Rey
Juan sin Tierra por el parlamento ingles en 1215.
Por su parte, Sainz de Bujanda (1993) señala:
El principio de legalidad o de reserva de ley es un instituto de carácter
constitucional que constituye el eje de las relaciones entre el poder legislativo y
ejecutivo en lo referente a la producción de normas, que persigue precisamente
excluir para ciertas materias la posibilidad formación por vía distinta de la legislativa
(p.102).
Desde esa perspectiva, se descubre la importancia de este principio. Él se
sustenta en la necesidad de proteger a los constituyentes en su derecho de
propiedad el cual se encuentra consagrado en el artículo 115 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, que indica: “Se garantiza el derecho a
propiedad…”. Los tributos importan restricciones a ese derecho, ya que en su virtud
sustrae algo del patrimonio de los particulares a favor del Estado (Villegas, 1999).
Esta norma sobre la formación, como la indican González y Lejeune (2000)
citando a Giannini, se encuentra consagrada en el artículo 317 de la Carta
Fundamental Venezolana que consagra: “No podrá cobrarse impuestos, tasas, ni
contribuciones que no estén establecidos en la ley, ni concederse exenciones y
rebajas, ni otras formas de incentivos fiscales, sino en los casos previstos por las
leyes.”
De igual forma, el principio de legalidad debe tener vigencia también en los
tratados internacionales que en materia tributaria la Republica celebre, siempre que
se cumplan los presupuestos contemplado en los artículos 154 y 236 de la Carta
Fundamental Venezolana.
Finalmente, la vigencia de este principio no puede limitarse al enunciado general,
como se consagra en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
pues la ley tributaria debe contener los elementos estructurales del tributo, tal como
se verifica en el artículo 3 del Código Orgánico Tributario (2020).
En fin, como lo indica Octavio (2002), el Principio de Legalidad Tributaria o de
Reserva Legal constituye un principio rector de la legislación tributaria Venezolana
y es de vital importancia de cara a la consecución de los fines que propugna el
Ordenamiento Jurídico Venezolano, tal cual se consagra en el artículo 2 de la Carta
Fundamental Venezolana. De allí que varios autores, como se ha observado lo
enlacen y apunten a su importancia para que el sistema tributario corresponda a los
criterios de la cara fundamental.
2. Principio de Generalidad
El Principio de Generalidad debe ser comprendido a la luz de los postulados de
la misma Carta Fundamental Venezolana, especialmente en referencia a los valores
que propugna el Ordenamiento Jurídico del Estado Venezolano identificado como
Social y Democrático de Derecho y de Justicia. Desde esa perspectiva, para que
los fines que se ha propuesto la Sociedad Política puedan ser alcanzados, se
implanta el deber de la colaboración por parte de todos los ciudadanos.
En ese sentido, entre otros deberes atinentes a todos, en el artículo 133 se
positiviza esta norma jurídica en relación con la materia tributaria. Se establece en
el artículo: “Toda persona tiene el deber de coadyuvar a los gatos públicos mediante
el pago de impuestos, tasa y contribuciones que establezca la ley.”
Pudiera inferirse que se refiere a la obligación taxativa de pago del impuesto por
parte de todos los ciudadanos, sin excepción. Sin embargo, diversos autores, como
Villegas (1999), Tovar (2003), Sainz de Bujanda (1993) y Garay (2001), señalan que
no se trata de ello, pues se trata más bien del hecho que nadie puede ser eximido
de su pago por algún privilegio especial.
3. Principio de Igualdad
El principio de igualdad, como indica Jarach (1993), es un límite al Poder
Legislativo, por cuanto los legisladores se ven compelidos a dar un trato igual a los
contribuyentes. Si bien no se trata de un principio exclusivo al ámbito tributario, tiene
peculiares caracteres, como señala Valdés (1996), para quien se trata de igualdad
en la ley, pues ella no puede establecer desigualdades, lo que se concretiza en el
marco tributario en la igual de las cargas públicas; se trata de igualdad por la ley, en
cuanto ésta se convierte en herramienta para lograr la igualdad en la corrección de
las desigualdades económicas; igualdad ante la ley, por cuanto la norma se debe
aplicar con criterio estricto de igualdad; e, igualdad de las partes, que corresponde
con la naturaleza de la relación jurídica tributaria de crédito y débito y no con una
relación de poder.
Desde esa perspectiva, como indica Valdés (1996), este principio tiene
connotaciones políticas, ya que se refiere a la redistribución de la riqueza por medio
de los tributos, algo que debe ser resuelto en concordancia con los postulados de
justicia social que ha asumido el Estado.
Por otra parte, como indica Octavio (2002), se trata de igualdad ante la ley, en
referencia a que la misma debe ser aplicada a todos por igual, lo que, para el autor,
se relaciona con el mismo trato que se otorgue en las actuaciones de la
Administración Tributaria, pues, en el sentido establecido en las normas jurídicas,
no deberá otorgar privilegios o tatos que beneficien a unos o afecten a otros, sin un
criterio jurídico sustentado en la Constitución y las Leyes.
En fin, el Principio de Igualdad es el depositario de valores fundamentales
consustanciales al régimen liberal y democrático, como lo señala el autor precitado,
de allí su importancia para concreción positiva del Estado Venezolano en cuanto su
definición completada en el artículo 2 de la Carta fundamental.
4. Principio de Capacidad Contributiva.
La capacidad contributiva, como indican González y Lejeune (2000), se
relaciona con la capacidad económica, en cuanto a que se identifica con la aptitud
para concurrir al sostenimiento de los gastos públicos. Este principio se relaciona
intrínsecamente con el de igualdad, más aun, como señala Sainz de Bujanda (1993)
“El principio de igualdad en materia tributaria se reduce prácticamente al principio
de capacidad contributiva.” (p. 106). De igual forma, como señala Moya (2000), se
relaciona con el principio de progresividad, identificado también con el de
proporcionalidad, pues se trata de la exigencia de la fijación de los tributos en
proporción con sus ingresos o con las manifestaciones de su capacidad contributiva.
Este principio se encuentra consagrado en el artículo 316 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, así:
“El sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas públicas según
la capacidad económica del o la contribuyente, atendiendo al principio de
progresividad, así como la protección de la economía nacional y la elevación del
nivel de vida de la población; para ello se sustentara en un sistema eficiente para la
recaudación de los tributos”
Se deriva que existe relación entre capacidad contributiva y hecho imponible,
pues, como indican González y Lejeune (2000), el hecho de que no se pueda,
constitucionalmente, exigir tributos a quien carece de la aptitud para concurrir a
sufragar los gastos públicos, se concreta en una serie de presupuestos generadores
de las obligaciones tributarias, por cuanto solo pueden recoger aquellos hechos que
exterioricen esa capacidad.
5. Principio de Progresividad
Este principio se encuentra contemplado en el artículo 316 de la Carta
Fundamental Venezolana, en cuanto que la justa distribución de las cargas debe
atender al principio de progresividad. Para Garay (2001) se basa en que constituye
un sacrificio menos, para aquel que cuenta con gran capacidad económica, entregar
parte de su renta, que aquellos que no poseen tanta capacidad, aunque cuenten
con ella. Por otra parte, González y Lejeune (2000) señalan que:
“…se trata de un modo de tributación en que este es más que proporcional. Es
decir, los tipos de gravamen aplicables (ya que a través de ellos es como
fundamental pero no exclusivamente opera la progresividad) varían aumentando la
progresivamente a medida que varían, aumentando también, las magnitudes de la
renta, patrimonio y eventualmente gasto utilizadas como base para cuantificar el
tributo” (p.160).
La aplicación de la progresividad, constituye una forma específica de conseguir
la igualdad tributaria, en el sentido señalado anteriormente. Pues, como han
señalado los autores precitados, se trata de que la carga tributaria sea repartida de
manera más que proporcional, atendiendo a la capacidad de los contribuyentes.
6. Principio de Proporcionalidad
Ha de entenderse como la progresión aritmética a la riqueza gravada. Esto es
que a mayor riqueza, mayor impuesto, de manera tal que la alícuota invariable o
directamente proporcional al monto de la riqueza es la que realmente expresa un
impuesto proporcional en el sentido constitucional. La proporcionalidad es un
elemento necesario para ciertos tributos en lo que hace real y efectiva la garantía
de la igualdad tributaria, representa una de las bases más sólidas para lograr la
equidad. Como garantía del derecho de propiedad significa que la carga tributaria
sobre la riqueza debe ser adecuada y racional, o sea, que la presión que el tributo
produce sobre la riqueza según la naturaleza de ésta y características del tributo,
guarden una cierta medida que para ser justa no exceda lo que aconseja una buena
prudencia. La proporcionalidad no debe ser tomada exclusivamente como una
progresión aritmética, sino que dentro de ese concepto cabe la proporción
geométrica, es decir, la progresividad.
7. Principio de Acceso a la Justicia
Previsto en el artículo 26 de nuestra Constitución de la siguiente manera:
“Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de
justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos,
a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente”.
El principio de la tutela jurisdiccional representa la garantía más sólida de un
Estado democrático organizado; la tutela judicial efectiva es un principio general
del Derecho, un derecho fundamental de aplicación directa cuya articulación técnica
es absoluta e inmediata.
De acuerdo con la doctrina mayoritaria, la existencia de la tutela judicial efectiva
obedece al explícito reconocimiento de que los derechos e intereses que el
ordenamiento atribuye al individuo sólo son reales y efectivos en la medida en que
pueden hacerse valer en caso de conflicto frente al Poder Público. La justiciabilidad
de las controversias que se susciten entre los ciudadanos y los poderes públicos,
es la garantía más firme, el mejor barómetro de la juridicidad del todo un Estado.
El derecho a la justicia, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, viene
impuesto a todo Estado por principios superiores, garantizar al ciudadano una
administración de justicia eficaz es algo inherente a todo Estado. La tutela
jurisdiccional garantiza el acceso al Poder Judicial para obtener la revisión de los
actos administrativos de carácter tributario que afectan a los contribuyentes o
responsables, consagra la inviolabilidad de la defensa en juicio a fin de lograr poner
coto a la exigencia tributaria injusta.
Este postulado ha sido recogido en las constituciones contemporáneas como
norma obligatoria supranacional, incluso para la materia tributaria, en la que sin
lugar a dudas, los sujetos deben disponer por igual de las mismas y máximas
garantías de defensa de sus intereses, libre acceso a la justicia, ante un juez
independiente, con limitadas posibilidades de exponer sus argumentos y probarlos.
8. Principio de no Confiscatoriedad
El principio de no confiscación se establece en el final del encabezado del
artículo 317 referido a la legalidad del tributo, concretamente establece que “Ningún
tributo puede tener efecto confiscatorio”. Texto que, para Octavio (2002) se
encuentra inmerso en el sentido de las normas constitucionales que prohíben la
confiscación de bienes, salvo las excepciones de la ley, concretamente con el
artículo 115 de la Constitución Nacional que consagra el derecho a la propiedad
privada, asegura su inviolabilidad, su uso, goce y disposición. Además, en lo
dispuesto del artículo 116 de la Carta Fundamental se establece que:
“…no se decretaran ni ejecutaran confiscaciones de bienes sino en los casos
permitidos por la misma constitución. Por vía de excepción podrán ser objeto de
confiscación, mediante sentencia firme, los bienes de personas naturales o
jurídicas, nacionales o extranjeras, responsables de delitos cometidos contra el
patrimonio público, los bienes de quienes se haya enriquecido ilegalmente al
amparo del Poder Público y los bienes provenientes de las actividades comerciales,
financieras o cualesquiera otras vinculadas al tráfico ilícito de sustancias
psicotrópicas y estupefacientes”
Tomando en cuenta lo expresado, puede señalarse que el principio de no
confiscación protege el derecho a la propiedad privada, como garantía fundamental
de todo estado democrático.
9. Principio pecuniario de la obligación Tributaria
En el artículo 317 se recogió este principio según el cual “no podrán
establecerse obligaciones tributarias pagaderas en servicios personales”.
Se consagra el derecho al carácter pecuniario del tributo, como garantía del
derecho a la integridad personal, es decir, como una garantía del derecho que tiene
toda persona a que se respete su integridad física, psíquica y moral, previsto en el
artículo 46 Constitucional.
En fin, se relaciona con la defensa de los derechos humanos propugnada
intensamente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
10. Principio de Irretroactividad
Si bien este principio no se encuentra explícitamente consagrado en materia
tributaria en la Carta fundamental, es aplicable a ese campo, como indica el autor
precitado. La norma constitucional que lo consagra corresponde con el artículo 24
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que establece:
“Ninguna disposición legislativa tendrá efecto retroactivo, excepto cuando
imponga menor pena. Las leyes de procedimientos se aplicaran desde el momento
mismo de entrar en vigencia aun en los procesos que se hallaren en curso; pero en
los procesos penales, las pruebas ya evacuadas se estimara en cuanto beneficien
al reo o rea, conforme a la ley vigente para la fecha en que se promovieron.”
En el ámbito tributario, este principio se contempla en el artículo 8 del Código
Orgánico Tributario en donde se establece que las leyes tributarias indicaran su
lapso de entrada en vigencia , si ello no ha sido establecido, se aplicaran vencidos
los sesenta días después de su publicación.
11. Principio de Eficiencia
Para que un Sistema Tributario logre eficiencia en la recaudación de los tributos
destinados al sostenimiento de la carga pública, debe reposar bajo criterios de
certeza y comodidad.
En este sentido, todo impuesto debe tener fijeza en sus principales elementos o
característica, para evitar así, actos arbitrarios por parte de la administración
pública, es decir que el impuesto que cada individuo debe pagar debe ser cierto y
claro , el tiempo de cobro, la forma de pago, la cantidad adecuada , para el
contribuyente ya que la incertidumbre da cabida al abuso y favorece la corrupción
de ciertas personas que son impopulares por la naturaleza misma de su cargo ,
aunque cuando no incurra en corrupción o abuso, para evitar las distintas
interpretaciones de las Normas tributarias.
La certeza tributaria es la posibilidad que debe tener el contribuyente de conocer
en forma pronta y definitiva sus obligaciones y derechos, en especial la cuantía de
su deuda tributaria. En esa línea, el Código Tributario ha previsto a la consulta
institucional y la jurisprudencia como herramientas de certeza para el cumplimiento
de las obligaciones tributarias.
Cabe destacar la importancia de la necesidad de la certeza tributaria, que no es
más que la percepción desde el lente tributario que adquiere transcendentalmente
connotación, y se refiere a que toda ley sobre impuesto debe delinear en forma
expresa los elementos constitutivos de las obligaciones tributarias, para que las
personas sepan si es contribuyente, cuando debe pagar, la cantidad a pagar, que
conozca con claridad cuáles son los hechos gravados.
Establecer el impuesto con certeza es obligar al legislador a que produzca leyes
claras en su enunciado, claras al señalar el objeto de la imposición, el sujeto pasivo,
el hecho imponible, cuales son sujeto pasivo y sujeto activo y cuáles son los sujetos
determinante del el nacimiento de la obligación tributaria, la tasa, impuesto,
contribuciones, etc. Por eso es imprescindible que, no basta a la ley crear el tributo,
sino establecer todos sus elementos esenciales, Solo así podrá haber certeza.
Por otro lado, la Administración Tributaria debe procurar comodidad tributaria,
disponiendo que todo impuesto debe cobrarse en el tiempo y la forma que sea más
cómoda para el contribúyete, lo cual se significa que los plazos y fecha debe fijarse
de modo que los contribuyente le resulten más prácticos y poco gravoso el cumplir
con sus obligaciones tributarias.
Para cumplir con este principio, sobre la premisa de que todos los tributos deben
ser cobrados en el tiempo y el espacio más cómodo y oportuno. Siempre se debe
tener en cuenta la disponibilidad de dinero y tiempo del contribuyente y así
garantizar el ingreso de los recursos al Estado, deben escogerse aquellas fechas o
periodos , en atención a la naturaleza del gravamen, sean más propicias y
ventajosas para que el contribuyente realice su pago, implica que los documentos
que los contribuyentes deben elaborar para efectuar el pago (declaraciones de
impuestos, formularios, etc.) aparezcan redactados en forma clara, sencilla y
comprensible, de manera que puedan realizar sus operaciones lo hagan sin incurrir
en error, asimismo, designando lugares adecuados para el desarrollo de las
funciones recaudatorias del Estado, en donde los sujetos pasivos sean tratados con
decoro y atención.
Además, se deben proporcionar otro tipo de facilidades, como el que el pago de
determinadas contribuciones se puedan efectuarse por internet. Que actualmente
las operaciones se están realizando de forma digital, tanto el pago, como las
declaraciones, de esta forma el contribuyente cumple con la obligación tributaria
en el tiempo correspondiente que debe pagar.
CONCLUSIÓN

En conclusión, cada autor enlazó una conexión entre cada principio, como el
enlace entre el principio de igualdad y capacidad contributiva, debido a que ambos
principios imponen la justa distribución de los tributos.
Cada uno de estos principios son importantes porque sin ellos el sistema
tributario no tendría ética ni eficiencia hacia los contribuyentes, afectando su
transparencia y buen funcionamiento. Por ello son establecidos en la Constitución y
el COT en forma de ciertas leyes, como el artículo 316 de la Constitución Nacional.
BIBLIOGRAFIA

 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)


 Código Orgánico Tributario (2020)
 Gonzales, E. Y Lejeune, E. (2000). Derecho Tributario I.
 Jarach, D. (1993). Finanzas Públicas y Derecho Tributario.
 Villegas, H. (2003). El Derecho Tributario y los Tributos.

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