El tener una pérdida de algún familiar o algunas personas cercanas es un
reto muy grande para enfrentar y mayormente en la edad de los adultos medios donde es donde inician las muertes de sus cercanos. Esto puede causar un gran dolor muy profundo difícil de recuperarse ya que la mayoría de las veces suele ser inesperado y puede llegar a causar un gran periodo de tristeza e incluso la depresión.
Cada persona reacciona de distinta manera en relación con la muerte y
cada persona actúa mediante sus propios mecanismos y más dependiendo de quien es la persona que ha perdido, por ejemplo, el duelo por la muerte de los padres existe el sentimiento de orfandad y soledad, aunque la pérdida se produzca en cualquier edad. O en casos el duelo por los hijos el impacto es enorme, aún mayor en las muertes traumáticas por accidentes o violencia Se producen cambios en la pareja con la que se vivió el momento, puede intensificarse el apoyo mutuo, tornarse conflictiva e incluso dar lugar a una separación. A veces reactivarse por el alejamiento, independencia o enfermedades posteriores de otros hijos. Hay circunstancias que llevan a reactivaciones muy tardías. Las enfermedades prolongadas de los niños marcan mucho a los padres y al medio familiar, en ocasiones, este proceso dilatado permite un duelo anticipado; en otros casos es con posterioridad cuando pueden expresarse y elaborarse los sentimientos de dolor, después de una etapa marcada por el cuidado, apoyo, lucha contra la enfermedad. También los casos por viudedad, La muerte del cónyuge interrumpe un proyecto de vida en común está perdida es la más difícil de vivir porque ya no está la persona que te ha acompañado una gran parte de tu vida a veces son muertes repentinas, que modifican la situación y estabilidad del entorno, pueden producir una sensación de desamparo, de sobrecarga para afrontar solo la vida o el cuidado de los hijos o sentirse como un abandono. Las investigaciones han indicado que el tiempo y su paso ayudan a la mayoría a poder recuperarse de su perdida si se cuenta con el apoyo de su entorno y se mantengan hábitos saludables. No existe una duración en general de duelo y tampoco todas las personar pasar por las fases de duelo que están conocidas que son la negación, el enfado, la negociación, el miedo o en algunos casos la depresión y la aceptación. Si se ha tenida una relación difícil con la persona que murió se le puede ampliar su proceso de duelo porque se necesita tiempo para reflexionar para lograr ver esa relación desde otra perspectiva.
Cuando nosotros podemos superar la pérdida y continuar con nuestras
vidas, nos damos cuenta de que los seres humanos, tenemos una gran capacidad de resiliencia. Pero algunas personas lidian con el duelo por más tiempo y se sienten incapaces de llevar a cabo sus actividades cotidianas. Estas personas podrían pasar por lo que se conoce como duelo complicado y les podría beneficiar la ayuda de un profesional de salud mental.
El superar la perdida toma tiempo y existen estrategias para ayudar con la
perdida que son: Hablar sobre la muerte de su ser querido con amigos y personas cercanas para poder comprender qué ha sucedido y recordar a su amigo o familiar ya que el negarse que ocurrió la muerte lleva al aislamiento fácilmente y puede a la vez frustrar a las personas que forman su red de apoyo. El aceptar los sentimientos. Después de la muerte de alguien cercano, se puede experimentar todo tipo de emociones es normal sentir tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento. El cuidarse a si mismo y a la familia, el comer bien, el hacer ejercicio y descansar ayuda a superar poco a poco y poder seguir adelante. El ayudar a otras personas que también lidian con la pérdida. Al ayudar a los demás, la persona se va a sentir mejor y compartir anécdotas sobre los difuntos puede ayudar a todos a lidiar con la pérdida. El rememorar y celebrar la vida del ser querido. La persona puede hacer un donativo a la entidad benéfica predilecta del difunto, enmarcar fotos de momentos felices que vivieron juntos, el ponerle el de nombre de la persona fallecida a un nuevo bebé o plantar un jardín en su memoria.
El duelo puede convertirse en algo patológico cuando después de bastante
tiempo la persona se sigue sintiendo de mal manera y aun tiene los mismos síntomas.
Una perdida no superada puede dar lugar a problemas emocionales graves
e incluso trastornos psicopatológicos, en cambio una ya superada y trabajada puede ayudar a mejorar las capacidades futuras para enfrentarse a las situaciones de perdida o frustraciones.