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LECCIÓN 3

RELIGIÓN Y FE

La religión es la respuesta del ser humano a la revelación de Dios. Por su pecado, no obstante, el
ser humano que no tiene la revelación especial de Dios, responde erróneamente a la revelación
general. Lo hace, a veces, por equivocación, pero normalmente lo hace adrede, por rebeldía. De
hecho, toda respuesta a la revelación general que no es corregida y guiada por la revelación especial
es errónea.

La principal razón, por supuesto, es la pecaminosidad del ser humano. Este siempre tuerce la
revelación general, aunque reconozca tenues chispas de sentido en ella, para no confrontarse con
sus enseñanzas. Siempre la entenderá de una forma inadecuada y distorsionada, a menos que su
entendimiento sea enderezado por la revelación especial. Otra razón es que la revelación general
nunca fue intencionada por Dios para ser la única revelación. Antes del pecado, Dios se comunicaba
personalmente con el ser humano en una revelación especial; y esta revelación,
muy especial, servía desde la creación como el indispensable suplemento a la revelación general.

El ser humano no puede optar si va a responder o no a la revelación general; pues responder a ella
es parte de su naturaleza. La revelación ahí está, y su alma tiene que responder. No es opcional. Tal
como el ojo no opta reaccionar a la luz, ni el oído al sonido, tampoco el sistema digestivo a la
comida, así, el ser humano, aunque no opte responder a la revelación general, no puede evitar
hacerlo. Sin embargo, su reacción, su respuesta, por el pecado, siempre es incompleta, deficiente,
mal enfocada, desacertada y falsa, a menos que sea completada, enmendada y rectificada por la
revelación especial de Dios.

El ser humano fue creado religioso; esto es, fue creado para responder a la revelación de Dios, tanto
a la general como a la especial. El apóstol Pablo dice que esto es “la ley de Dios escrita en el
corazón”

Ro.2:15
“mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio
su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos”

Desde su creación el hombre necesita las dos revelaciones. Por más que pudiera negar ser religioso,
cada ser humano lo es, por su naturaleza. Los que dicen que no tienen religión se engañan. La
tienen, pero no saben cuál es, ni cuáles son sus doctrinas, aunque seguramente las tienen. Estas
pueden ser en forma negativa, en el sentido de que tienen fe en la no existencia de Dios, por
ejemplo, o en la supuesta imposibilidad de la revelación, aunque en los dos casos todas las pruebas
van en su contra. Sin embargo, el hecho de que estén en forma negativa no cambia el hecho de que
son doctrinas y artículos de fe.
A veces se habla de una “teología natural” y una “religión natural”, o sea, una teología o de una
religión basada solamente en la revelación general y la razón humana. Pero, ya vimos, tal teología
es imposible; cada intento fracasará. Y hay muchos intentos. Cada religión que se basa en tal
“teología natural” es falsa. Como las maneras de equivocarse son ilimitadas e innumerables, hay
tantas religiones falsas como haya tantas personas que no acepten la Palabra de Dios, o sea, la
revelación especial. A veces nos preguntan, como si tuviésemos la obligación de explicar, ¿por qué
hay tantas diferentes religiones en el mundo? La respuesta es doble: (1) porque todo ser humano
tiene religión, pues no puede evitar tenerla y (2) las maneras de equivocarse no tienen límites y cada
una, si responde a la revelación general sin la revelación especial, va a equivocarse a su modo y en
su propio estilo. La presencia de la religión en todos los pueblos, naciones y tribus testifica la
universalidad de la religión en el ser humano. Aunque algunos fingen no tener religión, siempre creen
en algo, aunque, como ya hemos visto, lo hagan de forma negativa.

Es la naturaleza de la religión creer en algo. Y todos creen en algo. La pregunta no es si uno cree,
sino; ¿en qué cree? Si cree en algo, tiene fe. Todo ser humano, entonces, tiene fe. No es
necesariamente la fe correcta. Si no está informada por la revelación especial no es la fe correcta. Si
la fe es creer en algo, entonces no hay fe sin contenido. No se puede creer sin creer algo (o en algo
o en alguien).

Esto es otra forma para decir que cada fe tiene un “credo”. Y decimos esto en un mundo en que
muchos dicen (hasta cristianos) que no aceptan los “credos”. “Credo” viene del latín y es la forma
para decir “creo”. La forma antigua para decir “creo” era “credo”. (El proceso histórico fue credo >
cre(d)o > creo). En la iglesia primitiva decían: “Credo en Dios Padre”. Por eso, pusieron el nombre de
“Credo”, a lo que profesaban creer.

La fe es la única respuesta aceptable a la revelación de Dios, es decir, la fe determinada en su


expresión y su contenido por la misma Palabra de Dios. Como hemos mencionado antes, la fe es
una actividad y un contenido. Cuando tenemos “fe” es que “creemos”, es decir, aceptamos algo
como verdad y le tenemos confianza. Esta es la actividad: es la fe subjetiva, como actividad de creer.
Sin embargo, la palabra “fe” también se refiere a lo que creemos. En este sentido, la fe “objetiva” es
nuestro “credo”. Debemos saber el contenido de nuestra fe. Los dos aspectos van juntos, aunque a
veces se hace más énfasis en la fe como actividad, como si fuera posible salvarse por la pura
actividad de creer, sin entender bien lo que se cree.

En estas elecciones, por la naturaleza del curso, el énfasis está en el contenido de la fe, en lo que
hemos de creer para ser cristianos. El énfasis no está en la psicología del creer, aunque esto nos
pudiera ser importante, y vale la pena estudiar también, sin embargo, aquí el énfasis está en la
sustancia y la precisión de nuestra fe.

El Credo
Desde muy temprano en la historia de la iglesia se empezaron a usar resúmenes de las enseñanzas
bíblicas para preparar a los prospectivos miembros de la iglesia, a fin de que pudieran tomar
una decisión bien fundada para afiliarse a la iglesia cristiana. Ya que en estos resúmenes casi
siempre la primera palabra era “credo” (yo creo), entonces llegaron a tener el nombre de “Credo”.
Cuando los “candidatos” (catecúmenos) se preparaban, lo más lógico era que estudiaran su “Credo”.
Cada iglesia, al principio,
tenía el suyo, pero pronto casi todas las iglesias usaban el mismo “credo”, aunque con pequeñas
variaciones. El Credo más usado y el que se ha usado por más tiempo es el Credo de los Apóstoles.
Es casi seguro que no fuera el primer credo oficial, como los hechos por los concilios para responder
a herejías y otras importantes diferencias doctrinales, pero fue el primero para entrar en el uso casi
general en toda la iglesia, aunque sin el respaldo de los con- cilios. Este es el “Credo" que vamos a
usar para fijar el contenido de nuestra fe. (En este punto el alumno debe leer, revisar y hasta
aprender de memoria el Credo de los Apóstoles)'.

La estructura misma del Credo nos indica su principal enseñanza. Está dividido básicamente en tres
partes (aunque son 12 artículos). Las tres partes corresponden a la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu
Santo. La doctrina de la Trinidad es la enseñanza básica del Credo.
El Credo tiene razón porque así Dios se ha revelado a nosotros, como un Dios en tres personas:
Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es una doctrina que trasciende la comprensión humana. No es
irracional, sino suprarracional. La Biblia es la autorrevelación de Dios; en ella Dios mismo se
descubre a nosotros, nos dice cómo
es. Tenemos que aceptar su revelación y hacer el intento de entenderla. Si Dios dice “Así soy”,
tenemos que responder diciendo, “Sí, Señor, así eres”. Si Dios se nos revela como Dios Trino,
tenemos que creer en la Trinidad.

Por supuesto, no podemos explicar la Trinidad, pues Dios, nuestro Dios, el Dios de la Biblia, es un
Dios que se conoce por la fe, por su propia autorrevelación, y solamente de esta manera. No es el
Dios de la imaginación, de la razón, ni de los sentimientos, sino es el Dios que habla, y lo conocemos
cuando nos habla y en lo que dice. Si tenemos fe, esto es, si creemos lo que nos dice, entonces
conocemos a Dios. Si no tenemos fe, y no creemos lo que Dios dice, no conocemos a Dios, y así
nunca lo vamos a conocer.

Aquí no es el lugar para hacer un estudio sobre la doctrina de Dios y la Trinidad, pues, aunque, es un
estudio largo y profundo, y seguramente de mucho provecho, no está dentro de los límites de este
curso hacerlo. Sin embargo, no cabe duda, un buen conocimiento de Dios, derivado de su propia
revelación, es uno de los elementos más poderosos para establecernos en la fe cristiana.

1 Si el alumno quiere saber más sobre las enseñanzas del "Credo”, puede
encontrar una exposición de este documento en un libro del autor de estas líneas. Está en el libro
Comentario del Catecismo de Heidelberg, lección 7 a la 21.
2 El alumno puede profundizarse en la doctrina de Dios con otro libro del autor de estas líneas. El
libro es El Dios que alabamos.

El estudio de la revelación de Dios en cuanto a Sí mismo hará que nuestra fe sea más robusta,
inteligente y práctica. El que conoce bien a Dios tiene más comunión con Él y, por eso, tiene una
vida espiritual más satisfactoria y vital.

La doctrina de la Trinidad es de suma importancia porque la salvación que la Biblia nos presenta es
obra del Dios Trino. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son igualmente activos en efectuar nuestra
salvación. Cada una de las tres personas juega un papel esencial en la salvación del pueblo de Dios.
Sin la actividad de una de las tres no hay salvación, según la manera de la Biblia de presentar la
salvación. Aquí nos conviene recordar que la Biblia, la autorrevelación de Dios, nos cuenta las
actividades de cada una de las tres personas en la realización de nuestra salvación. No podemos
saber de esta salvación sin conocer las obras que realiza la Trinidad, y sin el conocimiento de esta
salvación, tal como está revelada en la Biblia, no la podemos tener. Sin la obra del Dios Trino no hay
salvación; no hay pueblo de Dios.

Es importante recordar que Dios se conoce exhaustivamente, a la perfección, sin lagunas mentales e
infaliblemente. Y es el único ser que así se conoce, y así se revela. Todo supuesto conocimiento de
Dios que no viene de esta fuente ha de ser pura especulación. Esto es importante recordarlo cuando
discutimos con personas que no creen en la Trinidad (los Testigos de Jehová, por ejemplo). ;Cuál
sería la fuente de su afirmación cuando dicen que Dios no es Trino? ; Tendrán un conocimiento que
no viene de lo que Dios dice de Sí-mismo? La especulación humana, aunque unida con la razón y
los más puros sentimientos, no es suficiente para pronunciar un juicio sobre la Trinidad, ni en su
contra ni a su favor. La única fuente es el conocimiento de Dios, revelado a nosotros por su Palabra.
Toda otra fuente es parcial, distorsionada, inadecuada, insuficiente y falsa. Conocemos a Dios
porque Él mismo se nos revela, y se nos ha revelado como Dios Trino.

El Credo puede hablar del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo por separado porque la Biblia así
habla. Las obras de cada persona son especificadas y descritas como obras de Dios, porque cada
persona es siempre, total e igualmente, Dios; todas las personas a la vez. No hay jerarquía ni
preferencias, sino una perfecta unidad en la esencia de Dios. Jehová nuestro Dios, Jehová uno es y
lo conocemos como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Deuteronomio.6:4
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. Este es el Dios, único y verdadero, de quien
Jesús dijo que el conocerlo es la vida eterna

Juan 17:3
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado".

Solamente nos da la vida eterna el conocer el Dios que se revela en la Biblia como Trino. Y lo
conocemos en Cristo Jesús.

PREGUNTAS LECCIÓN 3
RELIGIÓN Y FE
I. De los siguientes enunciados indique cuál es falso (F) o verdadero(V):

( ) La religión y la revelación de Dios no están relacionadas.

( ) El ser humano que no tiene la revelación especial responde acertadamente a la revelación


general.

( ) La revelación general nunca fue intencionada por Dios para ser la única revelación.

( ) La revelación especial es indispensable complemento para la revelación general.

( ) El ser humano puede optar por responder o no a la revelación general. Su respuesta cuando lo
hace es completa.

II. ;Qué le diría a una persona que se niega a ser religioso?


________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

III. ;Por qué la “teología natural” y la “religión natural” son


falsas.
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
IV. Encierra en un círculo las respuestas correctas: ¿Porqué
hay tantas diferentes religiones en el mundo?
a) Porque todo ser humano tiene religión, ya que no puede evitar tenerla.

b) Porque la revelación especial lo conduce a creer en diferentes religiones.

c) Porque las maneras de equivocarse no tienen límites y cada una responde a la revelación general,
sin la revelación especial.

d) Porque todo ser humano cree en algo, tiene fe que no está informada por la revelación especial.

V. ¿Cuál es el Credo más usado (el que se ha usado por más tiempo
y que todavía se emplea)?
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________

VI. Complete los espacios en blanco:


a) La enseñanza básica del Credo es la____________________________________

b) Dios se ha revelado a nosotros en tres personas que son el __________________,


el____________________ y el.____________________________

c) La doctrina de la Trinidad no es irracional, es una doctrina que trasciende la__________________


humana, es una doctrina ________________________________.

d) Nuestro Dios no es el dios de la ______________________ni de la__________________


ni de los sentimientos, sino es el Dios que

e) La Trinidad es igualmente activa para efectuar la ___________________________del hombre.

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
1. ¿Qué entiende por religión y cuál es su importancia en el estudio bíblico?

2. Qué es la religión natural y en qué se basa?


LECCIÓN 4
CREER Y SABER I

Si creemos en alguien, tenemos que tener un conocimiento de él (o ella). Si creemos algo, es decir,
si afirmamos algo como la verdad, y digno de toda nuestra confianza, tenemos que saber lo que es
este “algo”. No podemos creer sin saber, como tampoco podemos saber sin creer. En esta lección
queremos crecer espiritualmente y saber mejor lo que creemos.

Ya hemos dicho que en la iglesia primitiva se emplearon credos para resumir lo que sabían (por la
Biblia) sobre Dios, el Hombre, la Salvación, la Iglesia y la Vida Venidera, que era, al mismo tiempo, el
contenido de su fe. El Credo más usado, como ya hemos notado, y que todavía se emplea, es el
“Credo de los Apóstoles”, que nosotros también vamos a usar como un resumen de lo que sabemos
sobre estos temas, es decir, sobre lo que sabemos acerca del contenido de nuestra fe.

Hemos notado que la enseñanza básica del Credo es la del Dios Trino. Vamos. A comenzar a partir
de esta enseñanza. Empezamos, por supuesto, con lo que creemos acerca de la primera Persona de
la Trinidad. En el Credo afirmamos tres cosas acerca de la primera persona de la Trinidad: 1) es
Padre, 2) es Todopoderoso y 3) es Creador. Afirmamos estas tres cosas porque Dios así se ha
revelado en su revelación especial.

La primera persona de la Trinidad es Padre, es nuestro “Padre Celestial”, y la Biblia dice que es “El
Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Es Nombre de Dios (porque sí es nombre), pues nos enseña
que Dios establece una relación personal con la criatura hecha a su imagen. La relación es de
Padre-Hijo. El pecado rompió esta íntima y amistosa relación. No obstante, la historia que la Biblia
nos presenta, después del pecado, es una historia de cómo Dios el Padre efectuó el restablecimiento
de esta relación, que fue hecha de nuevo una realidad en la obra de nuestro Salvador Jesucristo. Es
una obra que Él realizó cumpliendo con la voluntad del Padre. En este sentido fue el Padre mismo
quien nos dio la Salvación, perdonando nuestros pecados por la obra de Cristo, que el Padre mismo
había enviado. Debemos tener todo esto presente cuando llamamos a Dios, “Dios Padre”.

Dios Padre es el Todopoderoso. Es soberano, y no puede haber dos “Soberanos”, porque si fueran
dos, casa uno limitaría al otro y ninguno de los dos sería “soberano”. Como Todopoderoso, Dios es
la fuente de todo poder, energía, fuerza, y vida. No hay límites a su poder; no es "impotente" en
sentido alguno. Se oye a veces un dicho así: "Dios ha hecho todo lo que puede, ahora tú tienes que
hacer tu parte", La intención de animar a uno a hacer algo quizá se pueda tolerar, pero el concepto
expresado en la frase es totalmente equivocado.

El Dios Padre Todopoderoso es también el Creador. Todo debe su origen a Él, y todo lo que hay, por
Él fue hecho.

Hebreos 2:10
“Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas
subsisten, que, habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de
la salvación de ellos”.

dice que todas las cosas existen por Él; en


Hebreos 1:3
“el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas
las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas”,
dice que Él sustenta todas las cosas; en

Hebreos 11:3
"Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que
se ve fue hecho de lo que no se veía".

dice que por la fe entendemos que todo el universo ha sido creado por la Palabra de Dios. A veces
pensamos que solamente los primeros dos capítulos de Genesis hablan de la creación, pero la
verdad es que toda la Biblia habla de ella. El sentimiento del

Salmos 100:3
"Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo Somos,
y ovejas de su prado".

por ejemplo, se extiende por toda a Palabra de Dios. Aquí, en esta lección, no podemos explorar a
fondo la doctrina de la creación, pero debemos afirmarla y saber que es una doctrina que afecta todo
nuestro pensamiento. Siempre tenemos que contemplarnos como una obra creativa de Dios y ver a
todo lo demás también como la obra de Dios.

Junto con la doctrina de la creación, y casi como una extensión de ella, tenemos que afirmar la
providencia de Dios como una enseñanza bíblica. La providencia de Dios es su activo poder de
sostener, dirigir, conservar y preservar todo lo que ha creado. Dios no suelta su creación; esta
camina por las leyes de su Creador porque El así lo ha decretado. La conduce para que cumpla con
sus propósitos, que son para su propia gloria. Dentro de la providencia general, que cuida a toda su
creación, está su pro- pósito especial, el de formar, conservar y bendecir a su pueblo, para una
alabanza especial a su nombre.

Ya hemos estudiado muy brevemente lo que el Credo resume acerca de la doctrina de la primera
persona de la Trinidad. Avanzamos, entonces al estudio de la segunda persona, que es un poco más
detallado. Afirmamos: “Creo en Jesucristo”.

La afirmación en el griego original decía “creo en Jesús el Cristo” que es la forma más correcta para
decirlo. “Jesús” es el nombre, y “Cristo” es su oficio. El nombre “Jesús” quiere decir “Jehová salva”, y
la palabra “cristo” quiere decir “el ungido” (para ser rey). El término “Cristo” es la traducción de
“Mesías”, del hebreo, que también quiere decir “ungido”. La expresión que usamos, entonces, para
referirnos a nuestro Salvador es “Jesús, el Mesías”. Recordamos que Cristo, en griego, y Mesías, en
hebreo, tienen el mismo sentido, es más fácil identificar a nuestro Salvador en el prometido Redentor
desde el Antiguo Testamento.

Cuando decimos que “creemos” en Jesucristo, decimos mucho más que decir que alguna vez existía
una persona con este nombre. Afirmamos mucho más: afirmamos toda una interpretación de este
hecho. Decimos que sabemos que todo lo que la Biblia dice de Él es la verdad, y que todo lo que es
y lo que ha hecho tiene suma importancia para nosotros. Tenemos que preguntarnos. ¿Quién es y
qué ha hecho para que sea tan importante para mí afirmar mi fe en El?

Para empezar, decimos que es el “único” (o unigénito) hijo de Dios. Con esto afirmamos divinidad de
Jesús. Confesamos que Él es Dios mismo, la segunda persona de la Trinidad. No hay nada, ni nadie,
aparte de Dios, que tenga naturaleza de Dios. El afirmar que Jesús es el único, o sea, Unigénito Hijo
de Dios, entonces, es un artículo especial de nuestra fe. Y es una verdad necesaria para nuestra
salvación, ya que un salvador, no divino, no nos sirve.

Este Jesucristo, según el Credo es el Señor nuestro. Es aquel a quién debemos obediencia, servicio,
honor, fidelidad, reverencia, honra, respeto, lealtad, sumisión sincera y absoluta obediencia. El que
no rinde esto a Jesucristo no puede llamarle “Señor Nuestro”. Su voluntad ha de ser suprema y
soberana en nuestra vida. Y, lo que, es más, tenemos que esforzarnos para saber su voluntad para
ponerla por obra. Llamar a Jesucristo “Señor” implica que no hay otro. Él es nuestro Señor. Aunque
no usa la pa- labra, el Credo hace referencia a la encarnación. La encarnación es la palabra que
usamos para insistir en que la segunda persona de la Trinidad, Dios mismo, se hizo carne y moraba
entre nosotros. Esta es la importancia de profesar que Jesús “fue concebido del Espíritu Santo (y)
nacido de la Virgen María”. El proceso de la encarnación se inició con el Espíritu Santo. La
encarnación fue de iniciativa divina.

Pero Dios lo hizo, y lo hizo aquí en la tierra. Usó el vientre de una mujer, una mujer como todas las
demás, una mujer real, verdadera, de carne y hueso, de emociones y pensamientos, y de fe. La
Biblia, tanto en el evangelio de Lucas como en el de Mateo, da la historia de este gran evento. La
encarnación es una realidad histórica. Pablo, más tarde, hace referencia a este hecho. La
resurrección, un dato histórico también, no habría sido posible si la encarnación fuese un mito. Sin la
encarnación, que hace
Posible una resurrección, no pudiéramos predicar las promesas del Evangelio.

Los sufrimientos de Jesucristo también fueron reales. El tiempo esta mencionado; fue bajo el poder
de Poncio Pilato. El énfasis está en lo concreto. No es solamente que Jesucristo sufrió, en general,
bajo el poder de algún gobierno pagano, sino fue un acontecimiento muy concreto, con fechas y
personas. No debemos pensar que Poncio Pilato fue el único que persiguió a Jesús. Los dirigentes
de los distintos grupos religiosos, tanto los fariseos como los saduceos, se juntaron con los
influyentes políticos, quienes estuvieron involucrados también. Pero lo hicieron en el régimen de
Poncio Pilato. La sumisión de Jesús a los injustos gobernantes fue parte de su humillación, o sea, un
aspecto del cumplimiento de su tarea de Salvador.

En lo que sigue, en una sola afirmación, decimos tres cosas: 1) Jesús fue crucificado, 2) muerto y 3)
sepultado. La manera de decirlo “en un solo soplo” muestra claramente que los tres conceptos están
íntimamente relacionados. La idea básica viene de la palabra “crucificado”. La muerte por crucifixión
se daba solamente por sentencia oficial. Para que hubiera una crucifixión el reo tenía que ser
condenado a esta sentencia, no solamente a muerte, sino a muerte de cruz. Cuando afirmamos que
fue crucificado, anunciamos que fue condenado como un criminal al más severo castigo en el código
penal del imperio romano. Sin embargo, lo importante no es la severidad, sino el hecho de que Jesús
cumplió oficialmente con la sentencia. Esto, por supuesto, no mitiga la severidad de dicha sentencia.

La muerte se menciona para indicar que la sentencia se aplicó con todo su rigor. El énfasis del Credo
está en que Jesús sufrió la sentencia a la muerte por nosotros, en nuestro lugar. Con la crucifixión,
que conllevó a la muerte, la sentencia está pagada; no es necesario pagarla de nuevo. Se menciona
la sepultura como una pública declaración de que Jesús estaba real y oficialmente muerto.
Verdaderamente estaba muerto.

Aunque algunos teólogos quieren quitar la frase “descendió a los infiernos”, del Credo, nosotros
estamos a favor de reconocer el Credo en su forma histórica y, además, creemos que la doctrina es
bíblica e importante. Esta afirmación nos enseña que Jesucristo pagó todos los sufrimientos del
infierno que habíamos de sufrir nosotros, al no ser perdonados por nuestros pecados. Somos
librados de sufrir una eternidad en el infierno porque Jesús cumplió con todo lo que estaba en
nuestra contra.

No debemos pensar que Jesús siguió una serie de pasos, y que el último paso de la realización de
nuestra redención era un descenso al infierno. Se toma como un resumen, una caracterización de
todo el proceso de la efectuación de nuestra redención. La frase que más caracteriza todo aquello es
la que Jesús pronunció en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
El texto que parece hacer una alusión directa al descenso al infierno se halla en

Efesios 4:9-10
“Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de
la tierra?”. “El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para
llenarlo todo”.

donde se hace referencia al descenso de Jesús a las “partes más bajas de la tierra”. Hace énfasis
también en que la muerte que Jesús sufrió por nosotros no fue solamente una muerte física, sino una
muerte en todas sus dimensiones espirituales. Después de todo, la muerte física es el aspecto
visible, palpable, de nuestra verdadera muerte; no es la totalidad de ella. Jesús sufrió por nosotros la
totalidad de la sentencia de la muerte que estaba en nuestra contra, incluyendo la total separación
de Dios y todas las angustias y penas de estar donde nada hay de Dios y de su bondad. Nuestra
salvación en Él es completa, porque los sufrimientos de ÉI, en nuestro lugar, también fueron
completos.

PREGUNTAS LECCIÓN 4
CREER Y SABER I
I. Complete los espacios en blanco:
a) En el credo afirmamos tres cosas acerca de la primera persona
de la Trinidad: 1) ___________________,2)______________________y 3)__________________.
b) No obstante, la historia que la Biblia nos presenta, después del pecado, es una historia de cómo
Dios el Padre efectuó el restablecimiento de esta relación, que fue hecha de nuevo una realidad en
la obra de_____________________________________________________________________
c) La ________________________de Dios es su activo poder de sostener, dirigir, conservar y
preservar todo lo que ha creado.
d) El nombre “Jesús” quiere decir ________________________y la palabra “Cristo” quiere
decir_________________ (para ser rey). El término “Cristo” es la traducción de________________,
del hebreo, que también quiere decir______________________________.
e) La______________________ es la palabra que usamos para insistir en que la segunda persona
de la Trinidad, Dios mismo, se hizo carne y moraba entre nosotros. Esta es la importancia de
profesar que Jesús “fue concebido del____________________ y nacido de la Virgen María”.

II. De los siguientes enunciados indique cuál es falso (F) o verdadero(V):


( ) La resurrección, un dato histórico también, no habría sido posible si la encarnación fuese un
mito.
( ) Cuando afirmamos que fue crucificado, anunciamos que fue condenado como un criminal al más
severo castigo en el código penal del imperio romano. Sin embargo, lo importante no es la severidad,
sino el hecho de que Jesús no cumplió oficialmente con la sentencia. Esto, por supuesto, no mitiga la
severidad de dicha sentencia.
( ) El énfasis del Credo está en que Jesús sufrió la sentencia a la muerte por nosotros, en nuestro
lugar. Con la crucifixión, que conllevó a la muerte, la sentencia no está pagada; es necesario
pagarla de nuevo.
( ) Jesús sufrió por nosotros la totalidad de la sentencia de la muerte que estaba en nuestra contra,
incluyendo la total separación de Dios y todas las angustias y penas de estar donde nada
hay de Dios y de su bondad.

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
1. ¿Cuál es el propósito especial de la providencia general?

2. ¿Qué nos enseña la afirmación “descendió a los infiernos”?

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