Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
oraciones y léxico
Español Superior II
Nexos: final que, a que, para que, a fin de que, con objeto de que, con el
propósito/cometido/fin/objeto/objetivo de (que), con la intención de (que),
con vista(s) a que, para que, …
Ejemplos: Acércame esa camisa, que la vea bien. Entra para que pueda verte.
NEXOS
Ejemplos:
• Los búhos pueden girar su cabeza 360º, aunque sin dar vueltas
completas.
• El organismo del perezoso sigue funcionando unas dos semanas a
pesar de haber muerto.
• El cuerno del rinoceronte es duro, pese a que está hecho de pelos.
• Los delfines suelen tener un ojo abierto pese a que estén dormidos.
Locuciones: a condición de que, a menos que, (con que), con tal de (que), en
el caso/supuesto (de) que, pero si, siempre que, solo con que …
Ejemplos
Es obvio que la cultura digital genera discursos. Esta simple afirmación, constituye,
sin embargo, una madeja interminable de conceptos e ideas que encierra mucho de
lo que nos es necesario comprender e interpretar para abordar los nuevos retos a los
que se enfrenta el lector. La literatura está conectada con esos otros discursos, pues
todos ellos son transversales y están conectados entre sí a través de relaciones de
continuidad, oposición, transgresión, provocación y un largo etcétera de
circunstancias que los conectan y los contraponen, que los identifica en su
particularidad y los asimila en su generalidad. El universo digital ha transformado las
relaciones tradicionales entre el autor y el lector, sin olvidar cómo ha afectado a los
modos de conexión o de transferencia, casi eliminando de un plumazo el papel del
editor (Cordón García, 2016a). La inmediatez del medio ha permitido asimismo forjar
un escenario diferente, en el que el contacto es posible, la comunicación ya no es
diferida o la simultaneidad es, precisamente, lo usual. Por lo tanto, el universo
literario, en toda su complejidad, ha subvertido algunas de las dinámicas asentadas
en la cultura escrita, respondiendo con estrategias comunicativas específicas que
tienen mucho, incluso, de oralidad (Vallorani, 2013) y que apuntan a la supremacía
del lector sobre el proceso comunicativo literario. Como discursos que son, estas
estrategias identifican el modo en el que una comunidad o grupo entiende la cultura,
el arte y la literatura (Cassany, 2006), por lo que es un error plantear el problema de la
lectura de manera aislada, bajo presupuestos tradicionales o con parámetros que no
corresponden a los creados por los nuevos modos de cotidianidad o sociabilidad y,
por extensión, de creación.
Desde este planteamiento, la discusión, por ejemplo, sobre si el libro en papel será
sustituido por el digital o no, entra a formar parte de la misma tradición de
discusiones que aquella que originó la polémica de Platón con sus contemporáneos
sobre la ineficacia de la escritura frente a la oralidad; a Petrarca, respecto a la
valoración de la lengua vulgar como vehículo de expresión poética; a Julio Verne, con
relación a la utilización de la ciencia como argumento literario o a Eiffel por su
concepción de la arquitectura con su Torre de hierro. En este sentido, estamos
convencidos de que ese tipo de debates no son resolubles salvo por el propio devenir
de los acontecimientos históricos, políticos, económicos y sociales que serán los que
consoliden o dejen en el olvido tendencias, usos, hábitos o propuestas estéticas
determinadas (el e Reader ha cumplido una función, pero no se ha consolidado en
muchos aspectos) y, por lo tanto, sea lo que sea, será imparable. En esta línea, José
Antonio Cordón García (2016b) lanzaba, en un artículo publicado en la prensa
española, la siguiente consideración: “El problema no es si dentro de 100 años se
podrán leer libros en papel, sino si para entonces tendrá sentido la lectura en papel”.
Creemos que esta afirmación nos revela la cuestión central del nuevo paradigma:
nuestro punto de partida continúa siendo el mundo analógico y no el digital, luego,
es importante que, por un momento, intentemos “pensar” en digital, esto es,
situarnos en el centro de sus estrategias dialógicas, pues la confrontación entre lo
impreso y lo digital resulta ya estéril (Soccavo, 2015). Es más, al tiempo que
reclamamos las formas tradicionales, estamos inundados de una tecnología a la que
nadie está dispuesto a renunciar, por lo que, en la medida en que esta ha
transformado durante siglos nuestro modo de vivir y de entender la realidad (la rueda,
el pergamino, la imprenta, el automóvil, el teléfono, la electricidad, el ordenador, la
tableta, el móvil…), va a seguir cambiando nuestras formas de expresarlos y
experimentarlos (Landow, 2009).
Vocabulario hispanoamericano
Las líneas maestras del origen de la diversidad lingüística del Nuevo Mundo,
con específicas referencias al léxico, fueron trazadas ya hace décadas de
manera certera a través de unas cuantas aportaciones imprescindibles: cita
obligada son los artículos de Alonso (1976c; 1976d) sobre la base lingüística del
español del otro lado del Atlántico y sus consideraciones sobre el concepto de
americanismo léxico desde las condiciones sociales y ambientales en que se
genera: en la primera de estas contribuciones, Alonso describe las
circunstancias que favorecen la evolución idiomática del español de la otra
orilla, refiriéndose a la nivelación de las diferencias regionales de los
colonizadores que participaron en la empresa de Indias, su asombro ante una
realidad harto diversa y su contacto con culturas y lenguas desconocidas; en la
segunda, formula el hecho de la diversificación léxica regional de
Hispanoamérica a través de la doctrina de la «forma interior del lenguaje»
(Innere Sprachform). También la diversificación léxica regional de
Hispanoamérica cuenta con páginas esclarecedoras escritas por Morínigo
(1959), en las que la «abigarrada riqueza léxica» de Hispanoamérica es
interpretada a través de su historia sociocultural. Pero quien, sin duda, se ha
acercado de modo muy concreto, con apoyos documentales en la época
colonial, a los factores que originan la diversidad léxica hispanoamericana, es
el recordado maestro Alvar; a través de sus monografías sobre Juan de
Castellanos (1972), Cristóbal Colón (1976), Bernal Díaz del Castillo (1990e), y
también el trabajo de síntesis titulado «El español de España y el de América»
(1985), estudia exhaustivamente los indigenismos que afloran en dichos textos
cronísticos, comenta con detalle los cambios de significado que experimentan
ya en la época colonial las palabras llevadas por los colonizadores al Nuevo
Mundo, advierte sobre el empleo de marinerismos con acepciones que
corresponden a áreas interiores y sobre otros componentes léxicos que
interesa considerar en la formación y en la configuración actual de las hablas
hispanoamericanas.
Español mexicano
El lenguaje de cada pueblo es una estructura muy lógica y original que refleja
la forma en que los hablantes de la lengua organizan su experiencia acumulada
durante siglos, que incluye elementos a través de los cuales se transmite la
herencia cultural de la comunidad.
Desde hace siglos este tema atrae a los filósofos. Karl Vossler, el ilustre
hispanista alemán, creador de la Estilística, declaró como un hecho histórico la
necesidad de identificar el lenguaje de un pueblo con sus sentimientos
nacionales. José Luis Pinillos, escritor y académico numerario de la Real
Academia de Ciencias Morales y Políticas, comparte esta opinión: "
... La organización histórica de los pueblos, su religiosidad, sus costumbres e
instituciones, sus creencias y valores se depositan en el lenguaje. El idioma se
transforma en la expresión del alma de los pueblos, deja de ser un puro
vehículo de la razón abstracta y universal: el genio de la raza y el genio del
idioma se funden en una estrecha unidad de signo particularista"
Son menos evidentes, pero también son muchas las diferencias dentro de las
comunidades distintas que comparten la misma lengua, por ejemplo, el
español de España y Latinoamérica, él de México , objeto de estudio . Una
ilustración de lo dicho la encontramos en los ensayos de Octavio Paz donde nos
hace ver lo impresionante que es la cantidad de sinónimos que utilizan los
mexicanos refiriéndose a sus compatriotas emigrados a los EE.UU. Los que los
censuran, los llaman malinchista (que prefiere lo extranjero sobre lo propio),
vendepatrias, entregado, coco (que es blanco por dentro y prieto por fuera)
pocho (probablemente del español pocho "descolorido", el que desciende de
mexicanos pero es de nacionalidad estadounidense, o que es mexicano pero
emigrado a los Estados Unidos de América y al hablar español introduce
anglicismos y muestra poco conocimiento y aprecio de la lengua, es decir
pierde el colorido de la patria); si no hay intención de herir, ni de expresar su
actitud negativa. los llaman chicanos (que, según el diccionario breve de
mexicanismos, es la modificación de mexicano) o pachucos.
Las tradiciones, hábitos, mitos, leyendas, cultos religiosos, es decir todos los
factores que cristalizan en la mentalidad, les proporcionan a los individuos de
la comunidad su propia manera de ver e interpretar las cosas, los patrones de
buena y mala conducta que están directamente relacionados con su específica
visión del mundo. Las particularidades del lenguaje se manifiestan con mayor
claridad a nivel léxico, son evidentes las diferencias en la clasificación de
algunos aspectos de la realidad que nos rodea: en cada país la lengua toma su
contexto y lo que en un país como Rusia podría designarse en un sentido en
otro puede tener diferente significado. Por ejemplo, si un mexicano le contesta
que hará lo que se le pide "mañana", fácilmente puede significar "algún día"
según comenta en uno de sus ensayos Jorge Carrión, justificando la falta de
puntualidad del mexicano y explicándola con sus raíces indígenas y los factores
naturales y climatológicos.
" ... Son creyentes, ... aman los mitos y las leyendas. Mienten por fantasía, por
desesperación o para superar su vida sórdida; ellos no mienten pero
sustituyen la verdad verdadera, que es siempre desagradable, por una
verdad sociales”.
Las variedades nacionales del español tienen una historia propia, el léxico
propio y matizaciones semánticas específicas en el léxico común. El corpus de
los refranes, dichos y frases gnómicas que modularon su forma a lo largo de la
tradición escrita y oral de la comunidad, es fundamental para el estudio de la
mentalidad y el carácter de un pueblo porque ocupan un lugar muy especial
dentro de la cultura. Significa que los hablantes de esta cultura aceptan y
respetan las ideas que enuncian los refranes y dichos. El uso de los diminutivos
en el español de México es un importante elemento pragmático de
comunicación mediante el cual el hablante codifica su idiosincrasia cultural y
sus intenciones comunicativas. Según dicen los mexicanos. muchos
diminutivos surgen gracias a su deseo de minimizar aquello que les parece
vulnerable para protegerlo de tal manera. Es interesante otro comentario
sobre el tema que también tiene que ver con la mentalidad:
"Los afijos. especialmente los llamados diminutivos .... le brindan al
mexicano así como a toda persona de habla española - un medio de
exteriorizarse. un vaso sumiso en donde descargar su subjetivismo. En la
formación y aplicación de los "apreciativos" es donde el idioma cede más. y
más libertad le concede al que lo habla".
Lengua estándar
DEFINICIÓN:
Se dice que una lengua estándar es un dialecto particular de una lengua que
ha recibido un estatus legal o cuasilegal en alguna jurisdicción, donde es
considerada la lengua "más correcta". Es la versión cuyas normas ortográficas
y gramaticales siguen la mayoría de los textos escritos en esa lengua, y la que
se enseña a quienes la aprenden como lengua extranjera.
Características de una lengua estándar
1. Un diccionario que unifique un vocabulario y una ortografía
estandarizados.
2. Una gramática reconocida que registra las formas, reglas y estructuras del
lenguaje y que recomienda ciertas formas y castiga otras.
3. Un sistema de pronunciación estándar, que es considerado como
"educado" o "adecuado" por los hablantes y que se considera libre de
marcadores regionales.
4. Una institución que promueve el uso de la lengua y que posee cierta
autoridad, formal o informal, en la definición de sus normas de uso, como
la Real Academia Española.
5. Un estatuto o constitución que le da un estado oficial en el sistema legal de
un país.
6. El uso de la lengua en la vida pública, por ejemplo en el poder judicial y el
poder legislativo.
7. La enseñanza escolar de la ortografía y gramática estandarizadas
Ejemplos
La historia del país marca una constante disociación de los mestizos con lo
indígena. Desde el siglo XVI, se marca la diferencia entre el indígena que "habla
cristiano" (el ladino), y el que no lo habla; entre el mezclado y el no mezclado,
entre el criollo y el mestizo, más adelante —como en casi todas las
sociedades— entre el que tiene tierras y el que no las tiene, entre el urbano y el
rural y, de forma más geográfica, entre el capitalino y el provinciano. Por
ejemplo, la voz chilango denomina al que es "originario de la ciudad de México,
que pertenece a esta ciudad o se relaciona con ella" ( DEM 2010). E
En los últimos años, como una defensa de los propios capitalinos a los
ataques de los provincianos (baste ver los ejemplos que incluye el Diccionario
del español de México (DEM) en la definición para comprender la fama del
chilango: "¡Cómo son neuróticos los chilangos!, una actitud chilanga), el
vocablo empieza a denominar de forma peyorativa a los provincianos que se
han asentado en el Distrito Federal.
Desde entonces, la lengua española ha sido la meta del que quiere cambiar su
condición. El mestizaje español/indio, por su parte, habrá obligado a las
madres indias a preferir la lengua española para sus hijos, a los que tratarían
de integrar a la sociedad novohispana, en vez de reabsorberlos en la
comunidad indígena, que probablemente los rechazara. Así, el español se
convirtió en la lengua de la creciente población mestiza (Lara, 2008: 322).
A finales del siglo XX, concluye Gabriel Zaid, la Academia Mexicana, a través de
su director José Luis Martínez, propuso en el VIII Congreso de Academias
celebrado en Lima (1980) que cada una de ellas revisara lo correspondiente a
su país para mejorar el DRAE, pero no es sino hasta la vigésima primera edición
(1992) que aporta más de seiscientas enmiendas y adiciones a éste. No
obstante, se adoptó la idea de trabajar a largo plazo sobre un nuevo diccionario
de mexicanismos. La primera entrega ha sido el ÍM, base del proyecto para
elaborar un diccionario de mexicanismos.
El buen hablar
Hoy en día, los mexicanos siguen buscando el habla correcta. Así lo demuestra,
en un breve pero muy revelador estudio, José G. Moreno de Alba (2003). El
lingüista mexicano concluye que:
La calidad del español mexicano se sitúa entre bueno y regular. Pocos lo juzgan
muy bueno y muy pocos (4 de 100) lo consideran malo. Se muestran más
severos, los jóvenes que los adultos y, explicablemente, los que estudiaron en
la universidad que los que no asistieron a ella.
Lo religioso
A muchos hablantes se les hace creer que no saben hablar su propia lengua
correctamente. Sin embargo, según Andersson y Trudgill (1990), los
hablantes hablan su lengua materna perfectamente, y lo que
tradicionalmente se ha concebido como un problema de "correcto" o
"incorrecto" simplemente es una cuestión de diferencias dialectales y
actitudes sociales frente al prestigio de éstas: "en nuestra opinión, es muy
triste que a millones de personas se les impida expresarse con la sincera pero
errónea creencia de que no saben hablar su propia lengua correctamente"
(Hernández Campoy, 2004).
Cano dice “En México, sin el mencionado reflejo, se puede llegar a pensar que
todo en el aspecto es un defecto, o sea, que el español de México es vulgar,
grosero, guasón, folklórico ("extravagante", "muy peculiar"), sexual e
incorrecto.1 No existe la idea de que los gestos del otro, los hablantes de otras
comunidades lingüísticas y que se interpretan desde las academias o la
Fundéu,2 no lo describen claramente sino que sólo aumentan los supuestos al
privilegiar una norma sobre las otras. Por ejemplo, se leen en el Diccionario
panhispánico de dudas (DPD) las siguientes soluciones”:
Por otro lado, además de que a veces no nos entendemos entre personas que
hablamos el mismo idioma, agregamos controversias actuales o
generacionales como la reciente discusión acerca de la inclusión que pide que
no otorguemos un género específico al lenguaje utilizando términos como
“compañere” en lugar de compañera o compañero, lo cual considero algo
totalmente carente de sentido.
Bibliografía
Cano Silva, Octavio. Sobre el autoconocimiento del léxico del español de
México: Epítome. Andamios [online]. 2014, vol.11, n.26 [citado 2021-09-09],
pp.91-118. ISSN 1870-0063. Disponible en:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-
00632014000300005&lng=es&nrm=iso .
Adaptación conceptual
Derivación
Composición