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TEMA 1: Unidades y niveles de análisis lingüístico.

Morfología flexiva y
morfología derivativa.

1. Introducción: la morfología como parte de la gramática.


En un sentido estricto…
La gramática estudia la estructura de las palabras, las formas en que estas se enlazan y los
significados a los que tales combinaciones dan lugar. (Gramática: Morfología y Sintaxis)
Comprende la morfología, que se ocupa de la estructura de las palabras, su constitución
interna y sus variaciones, y la sintaxis, a la que corresponde el análisis de la manera en que
se combinan y se disponen linealmente, así como el de los grupos que forman.

La gramática es una disciplina combinatoria, centrada, en la constitución interna de los


mensajes y en el sistema que permite crearlos e interpretarlos.

En un sentido más amplio…


La gramática comprende, además, el análisis de los sonidos del habla, que corresponde a la
fonética, y el de su organización lingüística, que compete a la fonología.

No son partes de la gramática la semántica, que se ocupa de todo tipo de significados


lingüísticos (no solo de los que corresponden a las expresiones sintácticas), y la pragmática,
que analiza el uso que hacen los hablantes de los recursos idiomáticos. Aun así, las
consideraciones pragmáticas se hacen necesarias en la descripción de numerosos aspectos
de la gramática.

2. La morfología y sus unidades esenciales


Los segmentos de la morfología son los morfemas que se agrupan en palabras. (Unidades
fundamentales) Tanto morfología como la sintaxis tienen por unidad fundamental a la
palabra; la máxima en morfología y la mínima en la sintaxis. Las palabras forman grupos
sintácticos y la combinación de estos, oraciones.

La morfología es la parte de la gramática que se ocupa de la estructura de las palabras, las


variantes que estas presentan y el papel gramatical que desempeña cada segmento en
relación con los demás elementos que las componen. Se suele dividir en dos grandes ramas:
flexiva y léxica, según la perspectiva adoptada se distingue entre sincrónica y
diacrónica.

3. Morfología sincrónica y diacrónica


Se llama gramática sincrónica la que estudia los fenómenos lingüísticos tal como se
presentan en un momento determinado; la gramática histórica o diacrónica se interesa por
el modo en que evolucionan a lo largo de cierto período o de la historia de la lengua en su
conjunto.
- Morfología sincrónica.
La formación de palabras está sujeta a múltiples irregularidades que, en su mayor parte, son
resultado de factores históricos. Se suelen proponer estructuras morfológicas que se
apartan de la etimología y buscan apoyo en las relaciones que se establecen intuitivamente
de los hablantes (sabemos que conductor viene de conducir). Se evitan también en el análisis
sincrónico las bases opacas, perdidas o no accesibles de las que los hablantes no tienen
conciencia (calura a caluroso). Para evitar esto, podemos postular las variantes alternantes
(o alomorfos) Ejemplo: calur-/calor- para explicar caluroso. Ha de tenerse en cuenta que la
transparencia de las palabras es variable. Es difícil saber que amilanarse viene de milano.
(Unas son más obvias que otras).
- Morfología diacrónica.
La morfología diacrónica se atiene estrictamente a la etimología.
Nos centramos en la morfología sincrónica pero para atender a las numerosas
irregularidades que ocurren en la formación de palabras.

4. Morfología flexiva y léxica


- Morfología flexiva
No hay cambio de categoría gramatical. Estudia las variaciones de las palabras que
implican cambios de contenido de naturaleza gramatical con consecuencias en las relaciones
sintácticas, como en la concordancia o en la rección (porque es exigido). El conjunto de
estas variantes constituye la flexión de las palabras o su paradigma flexivo. Este es el
conjunto de las variaciones que constituyen la flexión de la palabra.:
- Número (sustantivos y pronombres personales: información cuantitativa sobre las
entidades que designan o bien, están presentes por exigencias de la concordancia:
determinantes, adjetivos y verbos)
- Género (información significativa en algunos casos, y en otros no)
- Persona (propiedad de los pronombres personales y posesivos, que muestra el verbo
en la concordancia)
- Casos (hay un resto del latín que se encuentra en el paradigma de los pronombres
personales. Yo es nominativo, mi oblicuo, me acusativo (CD), me dativo (CI)
Exclusivamente verbales: se reflejan en las desinencias verbales
- Tiempo (información deíctica, ubica una determinada situación con respecto al
momento en que se emite el enunciado)
- Aspecto (Categoría no deíctica relacionada con el tiempo, que expresa la estructura
interna de las situaciones y diferencia la situación de la que se inica de la que se repite,
es decir, si una acción ha terminado o no)
- Modo (la actitud o intención del hablante hacia la información que se enuncia, pero
también expresa la dependencia formal de algunas oraciones subordinadas respecto
de las clases de palabras que las seleccionan o de los entornos sintácticos en los que
aparecen, es decir, necesidades gramaticales, la rección. Ejemplo: cuando en la
subordinación se introduce el subjuntivo)

- Morfología léxica
También llamada morfología derivativa, estudia la estructura de las palabras y las pautas
que permiten construirla o derivarlas de otras. Es la que se ocupa de estudiar la formación
de palabras. Se divide en dos subdisciplinas: la derivación y la composición. En ambas se
estudian procesos morfológicos que se aplican a ciertas voces denominadas bases léxicas.

-Las palabras derivadas se forman a partir de una base léxica por un proceso de afijación.
(Dormitorio a partir de dormir, sensatez a partir de sensato). La parasíntesis se incluye en la
derivación.

-En la composición se unen dos bases léxicas: ceji-junto, sacacorchos

- Morfología flexiva vs léxica.


-Las voces flexionadas constituyen variantes de una misma unidad léxica (Leo, leyendo,
leeré). Las palabras derivadas las constituyen voces diferentes. (Leer-lector, lectura).

-Las informaciones flexivas y las derivativas presentan propiedades morfológicas muy


distintas. Las flexivas no alteran la clase de palabras a la que pertenece la base, mientras
que las derivativas lo hacen con frecuencia: escritor, famoso, lavable.

-Las variantes flexivas están ausentes de los diccionarios. Por el contrario, aparece en
ellos la mayor parte de las voces obtenidas por derivación y composición. Se recoge la forma
no marcada; masculino singular.

Se exceptúan las formadas por los afijos derivativos que poseen mayor rendimiento, concepto
que en morfología recibe el nombre de productividad (aparece mucho y se usa mucho en
español). Así, el DRAE opta en sus últimas ediciones por no incluir un gran número de
adverbios terminados en -mente (como decisivamente o abruptamente), ni de adjetivos
terminados en -ble (instalable o solucionable). Tampoco da cabida a la mayor parte de las
voces formadas con sufijos apreciativos (expresan cariño o aprecio) (como arbolito o fiebrón),
salvo cuando están lexicalizadas. (Ya tiene significado por sí mismo, nueva palabra distinta
de la original… por ejemplo; tortilla, bonito)

5. La Nueva Gramática de la lengua española. (Práctica 1)

1) ¿Quién es Víctor García de la Concha y qué lo une a la Nueva gramática?

Victor García de la Concha es un filólogo español que fue director de la RAE entre
1998 y 2010. Durante esta etapa, potenció la relación con las Academias americanas con el
objetivo de alcanzar una política lingüística panhispánica, lo que dio lugar a la Nueva gramática
de la lengua española (2009) y otras obras, como el Diccionario panhispánico de dudas (2005)
y el Diccionario de americanismos (2010).
2) ¿Qué diferencia realmente a esta Gramática de las anteriores?
Sobre todo, la participación de las 22 academias, que es algo de cierta importancia
puesto que la gramática tradicionalmente era la del español de España, elaborada por la RAE,
y aquí no. Recoge la variación del español en su totalidad, no solo el de España y ninguna es
superior o mejor que otra.
3) Describe cuál fue el proceso de elaboración de la Nueva gramática hasta llegar
al borrador final.
Ignacio Bosque hacía el primer borrador, el primer esquema de cada capítulo, que
pasaba primero por una comisión de especialistas en gramática. Esta hacía observaciones y a
partir de ahí salía un segundo borrador que se mandaba a todas las academias. Cada una de
ellas hacía un informe e iban incorporando así el trabajo de cada uno. Por ello, es el resultado
de muchas aportaciones.
4) Las gramáticas anteriores eran firmadas por la RAE (y así se citaban) pero esta
está firmada por la ASALE. ¿Qué significan estas siglas? ¿Qué diferencia implica?
Las siglas significan Asociación de Academias de la Lengua Española y la diferencia
que implica es que las anteriores gramáticas estaban realizadas únicamente por la academia
española, excluyendo a las americanas. Es por esto, que la Nueva Gramática al estar
consensuada por todas las academias hispanohablantes se firma por la asociación de estar, es
decir, la ASALE.
5) En total, ¿cuántas Academias de la lengua española han participado en la
creación de la Nueva gramática?
Para elaborar la Nueva Gramática han participado concretamente 23 Academias de los
países hispano hablantes; se suele dejar fuera a Guinea Ecuatorial, Filipinas y Estados Unidos.
6) ¿En qué tres versiones se ha publicado la Nueva gramática? ¿Qué las diferencia?
La primera versión de 2009, la Nueva gramática de la lengua española, publicada en
dos tomos y la más desarrollada, con mayor nivel de detalle y dirigida al ámbito universitario;
la versión Manual, que es un retrato del español actual y que muestra su variedad y riqueza,
dirigido a los estudiosos y a los hablantes que deseen obtener una síntesis clara y didáctica de
la estructura de nuestra lengua, publicada en 2010 y es un resumen de la anterior en un solo
tomo; y la Nueva gramática básica de la lengua española, de 2011, que es una versión
divulgativa, redactada de una manera más sencilla, pensada para el público no especialista, que
con estudios de primaria y de secundaria deseen comprender mejor el funcionamiento de su
lengua.
El rasgo que las diferencia, principalmente, es su nivel de detalle y el público al que va
dirigida cada una de ellas.
7) ¿Qué versión crees que sería más útil a un profesor de secundaria? ¿Y a un
investigador? Explica por qué.
La versión Manual sería la más adecuada para un profesor de secundaria puesto que
refleja una síntesis didáctica de la estructura de la lengua. Su contenido permitiría que el
docente acercase a los alumnos a la lengua de forma adecuada. En el caso de un investigador,
debería utilizar la versión original y la más extensa y detallada, puesto que contiene todos los
materiales y la especificidad necesaria a la hora de realizar un trabajo de investigación.
8) La Nueva gramática de la lengua española tiene tres tomos: dos dedicados a la
morfología y sintaxis del español y otro a la fonética. ¿En qué año se publica cada uno?
Los dos primeros tomos, los correspondientes a la morfología y a la sintaxis, fueron
publicados en 2009, año de publicación de la Nueva gramática, ya que son los dos tomos que
constituyen esta obra desde un primer momento, mientras que el último tomo, aquel dedicado
a la fonética y fonología, aparece en 2011.
9) Si quisiéramos citar la Nueva gramática (los tomos de morfología y sintaxis),
¿cómo deberíamos hacerlo (APA)?
RAE y ASALE (2009). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa.
10) ¿En qué año se publica la última Gramática académica anterior a esta?
La última gramática de la Real Academia Española se publicó en 1931, hace casi
ochenta años.
11) ¿Qué académico fue el ponente (coordinador) de esta obra? ¿De qué otra
gramática del español es codirector?
Ignacio Bosque Muñoz. Fue codirector junto a Violeta Demonte de la Gramática
descriptiva de la lengua española (1999).
12) ¿Cuál es la signatura de la Nueva gramática en la biblioteca de nuestra facultad
(morfología y sintaxis)?
En nuestra biblioteca la Nueva Gramática presenta la siguiente signatura:
FLA/FE/806.0-5 REA nue.
13) ¿Qué día de qué mes se puso por fin a la venta la tan entonces esperada Nueva
gramática (morfología y sintaxis)?
La Nueva gramática (morfología y sintaxis) se puso a la venta el 4 de diciembre de
2009.
14) ¿En qué año se publica la primera Gramática académica?
La primera Gramática fue publicada en 1492 bajo el nombre de Gramática castellana,
por Antonio de Nebrija. No obstante, es en 1771 cuando se publica la primera Gramática
académica: Gramática de la lengua castellana, compuesta por la Real Academia Española.
15) Según Ignacio Bosque, ¿de qué otras obras son el complemento perfecto las
Gramáticas?
La Gramática es el complemento imprescindible del diccionario. Los diccionarios
aportan las piezas y la Gramática todo aquello que uno necesita saber para combinar estas
piezas y crear elementos más complejos.
16) ¿Qué suceso en España paralizó los proyectos de una Nueva gramática?
La guerra civil paralizó considerablemente los proyectos de la Academia Española.
Aunque el proyecto gramatical nunca fue abandonado por completo, se retomó con mayor
decisión a comienzos de los años 60 siendo director don Ramón Menéndez Pidal.
17) ¿Qué editorial publica la Nueva gramática?
Se encarga de la publicación de la Nueva Gramática la editorial Espasa, adquirida por
Grupo Planeta en 1991, y nacida en 1925 de la unión de las editoriales Calpe (1918) y Espasa
(1860).
18) Antes de que la Nueva gramática viera la luz, se publicó un Esbozo de una nueva
gramática de la lengua española. ¿En qué año ve la luz la primera edición de este esbozo?
Salvador Fernández Ramírez y Samuel Gili Gaya fueron nombrados ponentes para
elaborar una nueva edición cuyo resultado fue un Esbozo de una nueva gramática de la lengua
española publicado en 1973, el cual se trataba de un mero anticipo de lo que posteriormente
sería la Nueva Gramática.
19) ¿En la Academia de qué país estaban centralizados los trabajos de elaboración
de la Nueva gramática?
Los trabajos estaban centralizados en la Real Academia española, habiendo un equipo
de unas doce personas que se ocupaban de centralizar la información que venía de todas las
academias. También incorporaban los informes a los capítulos y las observaciones de todas las
academias americanas.
20) ¿Por qué la parte de la sintaxis es la más extensa de la obra?
A la sintaxis se le ha dedicado volumen y medio debido a que es la parte más extensa
de la gramática, al analizar la combinación de las palabras y las formas en que se encadenan.
21) ¿Por qué Académico está coordinado el tomo de la Fonética y la Fonología?
El tomo de la Fonética y la Fonología de la Nueva Gramática está coordinado por el
académico José Manuel Blecua.
22) ¿Es esta Gramática normativa o descriptiva? ¿Qué quiere decir esto?
La Nueva Gramática es tanto normativa (como todas las gramáticas de la Academia)
como descriptiva; sin embargo, la parte descriptiva posee un mayor peso, convirtiéndola en la
gramática más detallada del español que existe.
23) ¿En qué dos Corpus o bancos de datos del español se apoya la Academia para
elaborar la Nueva gramática? ¿En qué consiste cada uno?
La Academia se ha servido de las nuevas tecnologías para elaborar esta obra,
concretamente de los fondos textuales del Corpus Diacrónico del Español, de usos más
antiguos (CORDE) y del Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) de español
moderno. En ellos se comprueba la existencia, difusión y ámbito de uso de las construcciones
analizadas.
24) ¿Qué quiere decir que esta Gramática es una obra panhispánica?
Es la primera vez que se contemplan las diferentes variantes en todos los países de habla
hispana. (“pan” es la raíz griega referida a “todo”, es decir, la totalidad de la lengua hispana)
Se incorpora la variación lingüística en todos sus niveles, por lo que se incluyen variantes
diatópicas o de lugar.
6. La relación de la morfología con otras disciplinas.
6.1 Morfología y fonología.
Hay fenómenos en español que se solapan entre los fonemas y la morfología.
EJ: El signo lingüístico; significado y significante.

- En la silabificación o silabeo.
Las sílabas son golpes de voz que influyen en la morfología. Las palabras se segmentan en
sílabas. Cuestiones de fonología que son sensibles a la estructura morfológica del español.
- Variantes alternantes.
Los segmentos morfológicos y fonológicos pueden poseer variantes alternantes. (Alófonos
y alomorfos) Dos variantes de una misma base se diferencian con frecuencia en las
alternancias vocálicas que muestran. Las más sistemáticas en español son las que afectan a
la diptongación, en particular /e/ ~ /ié/ (cerrar ~ cierro) y /o/ ~ /ué/ (dormir ~ duermo).
Entre las alternancias consonánticas figuran las siguientes: /k/ ~ /s/ (/θ/ en gran parte de
España): sueco ~ Suecia, médico ~ medicina…
- Suplencia o supleción.
Se denomina suplencia o supleción la sustitución de una base por otra de igual
significado, y a menudo de su mismo origen.
El fenómeno es muy habitual en las alternancias entre las bases cultas, heredadas
generalmente del latín, y las bases patrimoniales, propias del español. (Los cultismos son
muy parecidos al latin y las patrimoniales han sufrido una evolución). Se crean nuevos
términos con los avances técnicos y científicos, por lo que hacemos uso del latin. Los
cultismos entran más tarde a la lengua.
● Son bases supletivas acu- (acuoso) para agua; digit- (digital) para dedo; lact- (lactosa)
para leche; fil- (filial) para hijo, etc.
● En la flexión poseen raíces supletivas verbos como ir (iré / fui / voy) o ser (seré / fuimos
/ eras).
- Haplología.
La haplología consiste en la supresión de consonantes (a veces, también de sílabas) en
las raíces de algunas palabras derivadas o compuestas, como en Extremad- > extrem-
(extremeño); novedad- > noved- (novedoso); navidad- > navid- (navideño);
Se utiliza para agilizar y no queden palabras muy largas, es decir, por economía.
- Truncamiento o acortamiento
Es propio sobre todo de la lengua coloquial: Rafael > Rafa; bicicleta > bici; televisión > tele.
● Con las abreviaturas se representan las palabras por medio de una o varias de sus
letras, como cap. (capítulo), p. (página), ej. (ejemplo), C. P. (código postal). Las siglas
están formadas por las letras iniciales de varias palabras (ONG, FMI, OTAN) y
designan por lo general organizaciones, instituciones o corporaciones.
● Los acrónimos son siglas con estructura silábica normal que se integran en la lengua
como sustantivos, como ovni, de o(bjeto) v(olante) n(o) i(dentificado), pero también
como unidades léxicas que se forman mediante la unión de distintos segmentos de
varias palabras, como Mercosur a partir de Mercado Común del Sur.
6.2 Morfología y sintaxis.
Donde la morfología termina, empieza la sintaxis porque la sintaxis opera con palabras,
necesita palabras para formar oraciones. En principio, puede parecer que ambas disciplinas
tienen su objeto de estudio bien delimitado.
Sin embargo, son muchos los aspectos en los que la morfología se entrecruza con la
sintaxis hasta el punto de no poder señalar con exactitud si un determinado fenómeno
forma parte de la morfología, de la sintaxis o de ambas a la vez.
Ejemplos:
- En la morfología derivativa, las relaciones entre la morfología y la sintaxis se dan
desde el mismo momento en el que los afijos que se unen a las bases léxicas
seleccionan la categoría sintáctica de la palabra a la que se unen: un sufijo como -dor
se añade sólo a verbos para formar nombres que indican el agente o el instrumento
de dicha acción. El tipo de sufijo y el tipo de base van a delimitar, en muchos casos,
el tipo de combinaciones sintácticas. (La categoría gramatical ya es sintaxis pues
se relaciona con su función en la oración)
- Por otro lado, algunas palabras compuestas surgen de la fusión de oraciones
completas. EJ: hazmerreír. A todas las conexiones que venimos señalando entre la
morfología derivativa y la sintaxis hay que añadir el gran problema de la demarcación:
la dificultad de señalar una frontera clara entre los sintagmas y las palabras.
La llave inglesa es una estructura fija y no se puede modificar. Por ello no pertenece a la
sintaxis, es una estructura morfológica, por lo que es una palabra compuesta. Pero si decimos
que una llave viene de Londres, sí que es parte de sintaxis.

La interrelación entre morfología derivativa y sintaxis es importante, pero donde se da una


verdadera unión entre la morfología y la sintaxis es en la morfología flexiva, porque
muchas de las marcas flexivas que tienen las palabras están señalando directamente
relaciones de tipo sintáctico, como el caso o la flexión derivada de la concordancia.

Las relaciones entre la morfología y la sintaxis conciernen tanto a la morfología flexiva como
a la léxica.
❑Las informaciones flexivas tienen consecuencias sintácticas. Así, mediante la
concordancia se reiteran ciertas propiedades gramaticales de las palabras en varios lugares
de la cadena lingüística.
❑Las propiedades sintácticas de las voces derivadas se heredan muchas veces de las
de sus bases.
El sustantivo producción, por ejemplo, admite el complemento de leche, y el sustantivo lector,
el complemento de novelas, en la misma medida en que los verbos producir y leer toman,
respectivamente, los sustantivos leche y novelas como complementos directos.

El origen de algunos afijos es sintáctico.


El sufijo adverbial -mente (lentamente), que procede de un sustantivo latino, todavía conserva
algunas de sus propiedades sintácticas.
No se forman, en efecto, con otros sufijos, expresiones como simple y llanamente o tan
oportuna como elegantemente, en las que el segmento -mente se omite —y se recupera
contextualmente— en la coordinación copulativa y en la comparación de igualdad.
Las palabras gráficas pueden contener informaciones que corresponden a más de una
categoría sintáctica. Es lo que ocurre con las que constituyen contracciones de varias
categorías: del (de + el), al (a + el), contigo (con + tú).
❑ Así, la expresión del libro está formada por dos palabras, pero son tres las categorías
que componen su estructura sintáctica (una preposición, un artículo y un sustantivo).
❑En sentido inverso, las dos palabras de la expresión a vuelapluma conforman una sola pieza
léxica, concretamente, una locución adverbial.
❑ Por otra parte, el comportamiento sintáctico de los pronombres átonos (me, te, se...)
determina que formen una única palabra escrita cuando se posponen a gerundios, infinitivos
e imperativos (diciéndomelo, dársela, guárdatelos), o más de una si van antepuestos: Me lo
decía

7. Morfología y la mente.
Hacemos preguntas con respecto al habla y la comprensión.
El lexicón son todas las palabras (mental: en la mente) no todos los hablantes tenemos el
mismo lexicón.

En el caso de las palabras complejas, derivadas y compuestas, una posibilidad sería tener
todas las palabras almacenadas en nuestro lexicón mental (todo por MEMORIA), igual
que ocurre con las palabras simples. Pero también es posible que formemos las palabras
a partir de sus componentes (lexemas y afijos) cada vez que las usemos, o que las
analicemos, separándolas en sus componentes, cada vez que las escuchemos. (por
REGLAS, combinación de componentes)

En definitiva, tenemos dos caminos para recuperar las palabras complejas que ya
conocemos: tomarlas de nuestra memoria o formarlas mediante mecanismos de
computación.

Tomar las palabras directamente de nuestra memoria es mucho más rápido; por eso,
parece que sólo formamos las palabras complejas o las analizamos en sus componentes
cuando las formamos o las escuchamos por primera vez o también cuando su uso es muy
poco frecuente.

En el caso de la morfología flexiva, existe un gran debate sobre si tenemos todas las formas
flexivas de los verbos y de los nombres en nuestra memoria o si aplicamos una regla para
construir las distintas formas verbales y nominales añadiendo el correspondiente sufijo flexivo.
(Porque son la misma palabra en distintas versiones, no cambia el significado, no son
palabras de distinta categoría)

7.1 La organización del lexicón mental


Entendemos el lexicón mental como una especie de diccionario en el que están
almacenadas las palabras en nuestra mente o memoria. De este lexicón, o diccionario mental,
extraemos los términos que queremos utilizar para formar las oraciones. También
identificamos las palabras y accedemos a su significado en la comprensión gracias a este
diccionario mental.
Ahora bien, son muchas las diferencias que encontramos entre los diccionarios
convencionales y las palabras almacenadas en nuestra mente.

1) La primera gran diferencia es el número de palabras que los hablantes tenemos en


nuestra memoria frente a las que se listan en un diccionario. (Hay palabras comunes, pero
también lexicon personal)

2) La segunda diferencia tiene que ver con la frecuencia. Para un diccionario todas las
palabras son iguales, independientemente de que sean más o menos frecuentes y más o
menos conocidas por los hablantes. Sin embargo, para los hablantes la frecuencia de
aparición de las palabras es sumamente importante para su utilización y también para
su comprensión
Esto está relacionado con lo que se denomina “decisión léxica”. Cuanto más frecuente es
una palabra menos tiempo necesita el sujeto para tomar su decisión. (+ frecuente, - tiempo)

3) La tercera diferencia tiene que ver con la productividad, con la capacidad de construir
nuevas palabras utilizando afijos o uniendo lexemas.
Los hablantes formamos nuevas palabras constantemente, casi sin darnos cuenta. Estas
palabras no aparecen en los diccionarios si su significado es completamente
transparente.

4) La cuarta diferencia importante tiene que ver con el tipo de conocimiento que tenemos
de cada palabra. En el diccionario aparece una información sobre la categoría gramatical
(nombre, verbo, adjetivo, preposición...), sobre sus características sintácticas (si es un
verbo transitivo o intransitivo, por ejemplo) y sobre su significado, expresado en forma de
definición de tipo enciclopédico.
En las palabras que tenemos almacenadas en nuestra mente es muy importante su
categoría gramatical y sus posibles restricciones sintácticas. Es necesario que sepamos
si una palabra es un nombre o un verbo (y el tipo de verbo) para poder utilizarla en la oración.
Sin embargo, el significado semántico que tenemos de esa palabra puede ser más o
menos parcial.

5) Otra gran diferencia tiene que ver con la forma de almacenamiento y las relaciones que
entablan las palabras entre sí. En el diccionario encontramos una lista de palabras que se
ordenan alfabéticamente; en el lexicón mental la organización de las palabras y las
relaciones que se establecen entre ellas es multidimensional y muy compleja.
El léxico almacenado en nuestra mente se contempla como un inventario de unidades que
se activan y se seleccionan para ser empleadas en la construcción y comprensión de
oraciones.

Ejemplo: Te voy a llamar por.... Ana está terriblemente.....

7.2 La adquisición del lenguaje


En el proceso de adquisición del lenguaje, el niño descubre en un momento de su desarrollo
la existencia de la morfología y los procedimientos de formación de nuevas palabras. En
español, este componente morfológico se descubre muy pronto en la morfología flexiva,
potenciada por la utilización productiva de los sufijos diminutivos, tan frecuentes en el español
que se emplea con los niños.
El niño pasa por tres etapas:
1) Una etapa premorfológica, en la que la flexión o no aparece o está aún sin analizar como
tal.
2) Una etapa que podríamos llamar protomorfológica, en la que comienzan a surgir formas
flexivas ya analizadas.
3) Y una etapa plenamente morfológica en la que el niño empieza a utilizar las formas
flexionadas de manera productiva.

1) Es habitual que el niño que empieza a hablar generalice una sola forma verbal para todas
las personas y tiempos del verbo. Esta generalización, que en muchos verbos es la tercera
persona del singular, produce la aparición de errores en la utilización de las formas verbales.
Cuando el niño utiliza una forma verbal cualquiera, lo hace sin tener en cuenta que la forma
flexiva va a señalar la persona o el tiempo.

2) En una segunda fase el niño comienza a darse cuenta de que la terminación de los verbos
señala la persona y el tiempo, y es significativamente importante. En ese momento empezará
a producir la flexión de manera intencionada adecuándose poco a poco a la situación. En
esta etapa el número de errores desciende considerablemente y también vemos como
empieza a utilizar varias formas verbales en los verbos que conoce.

3) En la siguiente etapa empieza a usar muchos más verbos y el número de formas verbales
diferentes que emplea en cada verbo es mucho mayor. Es también el momento en el que
aparecen las llamadas sobregeneralizaciones.

LA SOBREGENERALIZACIÓN
La sobregeneralización es un fenómeno que consiste en que el niño regulariza formas que
son irregulares. Dice, por ejemplo, sabo en lugar de sé; cabo, en lugar de quepo, o rompido,
en lugar de roto.
Este tipo de sobregeneralizaciones se da en todos los niños y son la evidencia de que el
niño está construyendo la forma verbal partiendo de una regla general que añade a la
raíz verbal el morfema flexivo regular. Es evidente que el niño no ha oído nunca estas
expresiones y que si lo hace está demostrando una gran sabiduría morfológica. Se hace
evidente que tiene la capacidad de utilizar los procesos morfológicos de una manera
productiva.

Este fenómeno de la adquisición infantil se ha presentado como una de las pruebas de que
nuestro cerebro es capaz de almacenar los lexemas y los morfemas de manera
independiente, y es capaz de utilizar reglas de unión que formen nuevas palabras.
Aunque eso no quita que las palabras complejas puedan estar también almacenadas en .el
lexicón. Es decir, una misma palabra puede estar en nuestra memoria y puede ser
formada mediante mecanismos morfológicos de formación de palabras al mismo
tiempo.

Una prueba de ello es que en esta etapa los niños alternan las formas irregulares que han
memorizado previamente, como sé y roto, con las formas que generan con las reglas
morfológicas, sabo y rompido. Es decir, los niños ya aprendieron estas formas irregulares
porque son formas muy utilizadas en el lenguaje que se dirige a los niños.
Pero cuando adquieren las reglas morfológicas, su peso es tan fuerte en la producción de
nuevas formas verbales, que empiezan a aplicar la regla también en situaciones en las que
no puede aplicarse porque no hay una irregularidad.

Los niños también muestran su capacidad productiva y creativa al formar nuevas palabras a
través de la derivación y la composición. En español, esto se produce sensiblemente más
tarde de lo que se produce en la flexión. Un buen ejemplo lo encontramos en la utilización de
la palabra apequeñar que acuña Clara, una niña de cuatro años.
Este término, aunque es inexistente, es completamente transparente y está bien formado, e
indica que hay ya a esta edad un buen dominio de los mecanismos de formación de
palabras.

OTRAS EVIDENCIAS DE LA REPRESENTACIÓN DE LA MORFOLOGÍA EN NUESTRA


MENTE
Los trastornos del lenguaje, denominados afasias, muestran muy bien cómo está
organizado y dónde está almacenado el lenguaje en nuestro cerebro. Hay dos tipos
diferentes de afasias que muestran este tipo de organización.
❑La llamada afasia de Broca presenta trastornos gramaticales, relacionados básicamente
con la flexión verbal y nominal, los artículos, las preposiciones y todo tipo de reglas
gramaticales. La jergafasia, sin embargo, produce dificultad de acceder a las palabras que
tienen contenido léxico. La afasia de Broca se produce cuando un accidente o una
enfermedad dañan esta zona del cerebro, llamada área de Broca.
❑La jergafasia se produce cuando la parte dañada es la zona llamada área de Wernicke.
Todo lo relacionado con la morfología y la productividad morfológica está alojado en el área
de Broca y este tipo de afasia produce una enorme dificultad para colocar las formas
adecuadas de los verbos regulares. En la jergafasia el paciente tiene dificultad al intentar
recuperar los nombres y los verbos, principalmente; es decir, las palabras que transmiten el
significado léxico.
TEMA 2: La palabra y el morfema.
La palabra: Unidad lingüística, dotada generalmente de significado, que se separa de las
demás mediante pausas potenciales en la pronunciación y blancos en la escritura.
1. El concepto de palabra.
El hecho de que todos sepamos de manera intuitiva qué es una palabra se debe
principalmente a que las palabras son los elementos primitivos (desde siempre, desde
hace muchas generaciones) con los que las oraciones se construyen. Podemos alterar en
muchos casos el orden en el que estas palabras aparecen en la oración, pero lo que nunca
vamos a poder hacer es fragmentar una de estas palabras. Además, la palabra es la única
unidad de la lengua que puede aparecer sola en un acto de habla.

Esta claridad intuitiva y el hecho de que palabra sea un concepto tan primario hacen
precisamente que sea tan difícil de definir.

La palabra es una unidad lingüística de difícil y problemática definición. Todo hablante


es consciente de su existencia aunque sea de una manera intuitiva y, sin embargo, no hay
acuerdo entre los lingüistas sobre cuáles son los rasgos que la definen como unidad.

Se han utilizado criterios muy diferentes para intentar definirla :

Criterio fonético: se ha tratado de definir la palabra utilizando como criterio la pronunciación.


La palabra sería entonces “cualquier segmento de una oración limitado por una pausa
potencial”.

Criterio gráfico: Las pausas en la lengua hablada delimitan grupos fónicos, no palabras.
Las convenciones de la escritura dependen muchas veces de factores externos.
En otros casos ciertas expresiones son indisolubles funcionalmente pero se escriben
separadas: Sin embargo…

Criterio funcional: la palabra sería “la mínima forma libre”. Es decir, el signo lingüístico
mínimo que es capaz de tener autonomía comunicativa.

Según esta definición, no podrían considerarse como palabras los artículos o los pronombres
átonos, pues no pueden constituir por sí mismos un mensaje.

El criterio de definición más coherente (aunque no exento de problemas)


es el que se basa en:

LA COHESIÓN INTERNA de la unidad


Hay dos factores principales que definen qué es y que no es una palabra:
1. Movilidad posicional: una palabra tiene capacidad para modificar su posición dentro de
la cadena hablada. Así, en Lloverá mañana hay necesariamente dos palabras, porque ambas
pueden permutar su posición: Mañana lloverá.
2. Inseparabilidad de elementos: se considera una sola palabra aquella unidad cuyos
componentes no pueden ser separados intercalando entre ellos otra unidad lingüística:
- sacacorchos Saca-los-corchos*
DEFINICIÓN MÁS ACEPTABLE: Signo lingüístico cuyos componentes no permiten la
separación o permutación del orden.

PROBLEMAS
1) Lleva a considerar como una sola palabra muchas de las locuciones que conocemos:
sin embargo (locución adverbial), a fin de que (locución conjuntiva). Se entienden como
unidades léxicas pero no como palabras. Igual ocurre con la unidad sintáctica formada por un
verbo y los pronombres átonos que lo acompañan, como: se lo dije.
2)Dejaría fuera unidades funcionales como las formas compuestas de los verbos, que
sí admiten que entre sus componentes se intercalen otras palabras: No habíamos todavía
comido cuando apareció.

En definitiva, ha de aceptarse que el de palabra es un concepto intuitivo y de límites poco


definidos, como es lógico en un término que pertenece más a la lengua común que a la
terminología lingüística.
Por ello nos encontraremos a lo largo de este tema con unidades léxicas de difícil adscripción:
¿Ha de considerarse una palabra la forma pre en los cuidados sanitarios pre y posparto?
¿Constituyen coche cama o pez espada una sola unidad léxica? Si latinoamericano es una
palabra, ¿lo es también físico-químico?

No hay una única definición que lo aclare, es muy difícil de definir.

2. Las unidades morfológicas: los morfemas.


Las unidades mínimas portadoras de significado que pueden detectarse en una palabra
se llaman morfemas. Los morfemas pueden identificarse porque son segmentos con
significado que aparecen de manera recurrente en otras palabras.

La definición que hemos dado del morfema como unidad portadora de significado implica que
tenemos que ser capaces de entender el significado de cada uno de los morfemas que
integran la palabra.

Sin embargo, la evolución de las lenguas hace que en algunos casos tengamos que
recurrir a la etimología para ser capaces de asignar el significado a un determinado
morfema.

Un morfema puede estar integrado por una sola palabra, como papel, o puede ser una parte
de una palabra con un significado autónomo. En pa- pelito, -ito es un morfema que expresa
el diminutivo, y que encontramos en los nombres masculinos diminutivos (niñ-ito, libr-ito..).
Las palabras que están integradas por un solo morfema se llaman monomorfémicas; las
que contienen más de un morfema, polimorfémicas.
En español, la mayoría de las palabras son polimorfémicas

Los morfemas que son capaces por sí mismos de formar una palabra son los morfemas
libres. Por el contrario, aquellos que sólo pueden aparecer unidos a otro morfema reciben el
nombre de morfemas ligados. Los afijos son siempre morfemas ligados.

Los morfemas se clasifican según la posición que ocupan en la palabra y según el tipo de
significado que aportan.
Los morfemas van uniéndose uno a uno para formar cada nueva palabra, de tal manera que
en la estructura de la palabra encontramos distintos niveles de constitución.
Una palabra como finalmente no está constituida, sin más, por la suma de los morfemas fin-
al-mente. Hay una estructura de niveles. Sobre la raíz nominal fin añadimos el morfema -al
y formamos el adjetivo final, y sobre la palabra final añadimos el morfema -mente para formar
el adverbio finalmente.

3. La estructura de la palabra en español


La resolución a estos problemas pasa por comprender que la palabra constituye en
español, como otras unidades lingüísticas, una ESTRUCTURA.

Es decir, está formada por la combinación de unidades menores, los morfemas, que
ocupan una determinada posición y mantienen entre sí relaciones jerárquicas de las cuales
depende tanto la clase como el significado de la palabra misma.

Convendría distinguir, por tanto, entre forma y función de los constituyentes de la palabra,
de manera similar a como los distinguíamos en la estructura de los sintagmas de las
oraciones.

Para saber a qué clase corresponde una palabra, la morfología tiene en cuenta: (Para
definirla)

1) Significado
2) Forma
3) Función

Hay que tener en cuenta lo siguiente:


- Las funciones del análisis léxico nada tienen que ver con las que encontramos en la
sintaxis. El análisis léxico y el sintáctico son procedimientos diferentes que se
realizan en niveles distintos.(Papeles temáticos, función semántica de una
palabra, no es igual a la función sintáctica.)
- La mayor parte de las palabras que empleamos son unidades fijadas por el uso a
través del tiempo. No somos nosotros quienes las creamos (como sí podemos crear
una oración nunca antes emitida), sino que por lo general están ya creadas cuando
las utilizamos. Se han formado en algún momento histórico, aunque sea reciente, y
por tanto su estructura no depende de la voluntad de quien las enuncia.
- Todo hablante puede formar palabras nuevas, existen diferentes procedimientos de
creación léxica como la composición o derivación: hipoteca>hipotecable.
4. Palabras léxicas y palabras gramaticales
En relación con el significado de las palabras, tenemos dos tipos de palabras en general:
- Las que tienen contenido léxico
- Las que tienen contenido gramatical
- Las palabras léxicas tienen un fuerte contenido léxico-semántico (son las que se
definen en los diccionarios). Están integradas por nombres, verbos, adjetivos y, en
menor medida, adverbios. Estas palabras forman grupos abiertos, con miembros que
se van incorporando día a día y también miembros que van desapareciendo porque
ya no se usan más. (Nos remite a realidades)
- Las palabras gramaticales no tienen contenido léxico, sino que tienen un significado
o una función exclusivamente gramatical. Este tipo de palabras entre las que se
encuentran los determinantes y artículos, las preposiciones y las conjunciones
constituyen grupos cerrados, cuyos miembros sólo cambian en muy raras ocasiones.
A estas palabras se les llama palabras de “función” y están en la lengua al servicio
de la sintaxis porque sirven para señalar las relaciones de dependencia entre las
palabras de contenido. Ayudan a formar los constituyentes que integran la oración y
a señalar la relación que se establece entre dichos constituyentes, así como a
determinar su estructura jerárquica.
Mientras que las palabras léxicas las seleccionamos y evaluamos con anterioridad, a
las gramaticales no les prestamos ninguna atención.
Si queremos expresar una idea o un sentimiento de cierta complejidad, haremos un esfuerzo
por encontrar las palabras adecuadas que mejor expresen aquello que sentimos o pensamos;
sin embargo, esta búsqueda se refiere exclusivamente a las palabras de contenido. Las otras,
las gramaticales, aparecen sin que las busquemos. (Palabras insustituibles)

Las palabras de contenido y las palabras de función van a tener un


comportamiento morfológico muy diferente.

Hemos visto que las palabras de función no admiten la creación de nuevos términos, y por
esa razón, no van a estar afectadas por los mecanismos de creación de nuevas palabras. Es
decir, la morfología derivativa no va a actuar sobre ellas. No van a incorporar afijos
derivativos de ningún tipo: ni prefijos ni sufijos.

Los morfemas flexivos sí van a modificar las formas de estas palabras formando paradigmas
del tipo este, esta, estos, estas. Estas alteraciones se producen en las categorías que se
vinculan al nombre (los determinantes y artículos y los pronombres) y están motivadas por
la concordancia, que es un mecanismo de reconocimiento, una manera de señalar que una
determinada palabra está relacionada con otra, se refiere a otra y están dentro del mismo
constituyente. Podemos decir, pues, que las marcas flexivas en estas categorías cerradas
son secundarias o heredadas. (El género viene impuesto por una palabra)
5. Palabras variables y palabras invariables
¿Son río y ríos son la misma palabra o dos palabras diferentes?
La respuesta no es fácil.

Por una parte, parece claro que se trata de dos palabras; pero, por la otra, sabemos que son
dos palabras que están unidas, que son, de algún modo, la misma. Por eso, nadie esperaría
encontrar estas dos formas listadas por separado en un diccionario.

Lo que sucede es que nos encontramos ante dos formas de un mismo lexema.

El lexema es la base común que tienen todas las formas o realizaciones de una entrada
léxica. Sobre esta misma base se irán añadiendo las distintas modificaciones (género y
número, en el caso de los nombres o los adjetivos, y persona, tiempo, modo..., en el caso de
los verbos).El lexema de la palabra es el que porta el significado léxico de la misma. Algunas
palabras pueden estar integradas exclusivamente por un lexema. Es el caso de palabras
como gas, sol, pan, ayer o león.

Lo más habitual, en español, es que el lexema vaya acompañado de otros elementos que
señalen aspectos gramaticales, como el género, el número y el tiempo. Estos elementos son
los morfemas flexivos. Así estas palabras integradas por un solo lexema pueden aparecer
con morfemas flexivos: gases, soles, panes, leona, leones, leonas. Estos elementos se van
repitiendo y son, por eso, fácilmente identificables, igual que pasaba con los lexemas. No
todas las palabras admiten estos morfemas flexivos. El hecho de admitirlos o no nos
lleva a la primera clasificación de las palabras con relación a su forma: PALABRAS
VARIABLES Y PALABRAS INVARIABLES.

En relación con la FORMA de las palabras tenemos:


Las PALABRAS INVARIABLES no pueden llevar morfemas flexivos y por tanto no tienen
variaciones de ningún tipo.Los adverbios (ayer, bien, fácilmente..) son palabras invariables,
igual que las conjunciones y las preposiciones. El resto de las categorías gramaticales del
español admiten morfemas flexivos y las palabras que pertenecen a estos grupos pueden
variar en su forma.
Las PALABRAS VARIABLES admiten los morfemas flexivos y, por tanto, sufren
variaciones.Todas las categorías excepto adverbios, preposiciones y conjunciones admiten
morfemas flexivos.Al conjunto de variaciones flexivas o posibles formas que puede adoptar
una misma palabra le llamamos paradigma.

6. Palabras simples y palabras complejas


-Si las palabras están integradas por un solo lexema y carecen de morfemas derivativos,
estamos ante palabras simples.
-Si junto al lexema encontramos morfemas derivativos, estamos ante palabras complejas.

Arbol, hombre y romper son palabras simples, integradas por un solo lexema y no pueden
descomponerse en elementos constitutivos. Sin embargo, arboleda, hombruno e irrompible
son palabras complejas en las que podemos distinguir el lexema y los morfemas derivativos.

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