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ACCIÓN DE PROTECCIÓN

SEÑOR JUEZ DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES


DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL.
I.
DE LA LEGITIMADA ACTIVA
HILDA GRACIELA OLEAS ARGUELLO, ciudadana ecuatoriana, portadora de la
cédula de ciudadanía No.0200072411, en la actualidad domiciliada en la ciudad de
Guayaquil, por mis propios derechos, en uso de mis derechos garantizados en la
Constitución y en instrumentos internacionales ante usted comparezco respetuosamente
y presento la siguiente ACCIÓN DE PROTECCIÓN.
II.
DE LA ENTIDAD ACCIONADA
La entidad accionada es LA UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL, institución representada
legalmente por el Doctor Francisco Morán Peña, Rector de dicho centro de estudios superiores o
quien haga sus veces.
Por tratarse de una entidad pública, es necesaria la comparecencia en este proceso del
Procurador General del Estado, Doctor Iñigo Salvador Crespo.
III.
FUNDAMENTOS DE HECHO.
La suscrita accionante ha estado vinculada laboralmente con la Universidad de Guayaquil desde
mayo del 2014, a través de la suscripción de contratos de servicios ocasionales (continuos), mis
servicios lícitos y personales la presté como docente de la Facultad de Arquitectura, en la
Universidad de Guayaquil
Sin embargo, la Universidad de Guayaquil a través de la Dirección de Talento Humano, me
notificó con la resolución administrativa No. UG-DTH-0120-2020, resolución con la cual
efectuaron la terminación unilateral de mi contrato ocasional de trabajo el 16 de mayo del 2020.
La terminación unilateral de mi contrato de servicios ocasionales es abiertamente atentatoria
contra mis derechos constitucionales al debido proceso, seguridad jurídica y mi derecho al
trabajo, toda vez que de acuerdo a lo estipulado en el artículo 58 de la Ley Orgánica del
Servicio Público, las actividades que he efectuado de forma recurrente desde el mes de enero
del año 2017, hace mucho tiempo dejaron de ser "ocasionales" para convertirse en actividades
PERMANENTES.
En ese sentido, el Pleno de la Corte Constitucional declara en la Sentencia No. 048-17-SEP-CC,
aprobada el 22 de febrero de 2017, la modulación de los artículos 58 de la Ley Orgánica del
Servicio Público y 143 del Reglamento ibidem, debido a que el espíritu del mencionado artículo
58 es que los contratos de servicios ocasionales sirvan para satisfacer necesidades
institucionales exclusivamente temporales: y si se trata de necesidades permanentes, se debe
crear la partida y llamar al concurso de méritos y oposición para llenar el puesto vacante. Señala
además que este tipo de contrataciones se ha desnaturalizado en su temporalidad, y por ello
estima que en caso de que se celebren contratos por más de doce las necesidades institucionales
se considerarán como permanentes. Que consecuentemente, la Unidad de Administración de
Talento Humano bajo sanción en caso de incumplimiento tendrá la obligación de iniciar el
concurso de mérito y oposición correspondiente, tiempo en el cual se entenderá postergado el
contrato ocasional hasta la finalización del concurso la designación de la personal ganadora.
De lo expuesto se colige que las constantes renovaciones de contratos por servicios ocasionales
por parte de las instituciones públicas respecto a los servidores públicos contratados, y en mi
caso en particular como Docente de la Facultad de Arquitectura, también ha caído en la
desnaturalización de la utilización de esta modalidad, que les ubica en una condición de
indefensión y discriminación porque no se ha respetado lo que la misma Ley Orgánica del
Servicio Público determina y el Pleno de la Corte Constitucional aduce.
La Universidad de Guayaquil al momento de desvincularme no ha tomado en cuenta mi tiempo
de servicio en la institución, mi formación profesional, ni tampoco el mandato expreso de la
Ley.
Además, si bien es cierto que el Art. 58 de la Ley Orgánica del Servicio Público establece los
tiempos de contrataciones para los contratos de Servicios Ocasionales, también es cierto que el
Pleno de la Corte Constitucional declara la desnaturalización de la aplicación del mismo y que
se debería dar paso al concurso de méritos y Oposición; 2.- Que la Constitución de la República
del Ecuador prevalece sobre cualquier otra de ordenamiento jurídico, determinando que en
materia laboral se debe aplicar la que más favorezca a la persona trabajadora.
Art. 58 LOSEP.- Se considerará que las necesidades institucionales pasan a ser permanentes
cuando luego de un año de contratación ocasional se mantenga a la misma persona o se contrate
a otra, bajo esta modalidad, para suplir la misma necesidad, en la respectiva institución pública.
La Unidad Administrativa de Talento Humano bajo sanción en caso de incumplimiento tendrá
la obligación de iniciar el concurso de méritos y oposición correspondiente, tiempo en el cual
se entenderá prorrogado el contrato ocasional hasta la finalización del concurso y la
designación de la persona ganadora.
Al observar los contratos ocasionales, podemos verificar que los mismos se ejecutan únicamente
cuando existe una necesidad ocasional o temporal dentro de alguna Institución Estatal, el cual
no podrá ser mayor a un año, pero si este contrato supera el año, o como el caso de la actora ha
superado los cuatro años, es evidente que la necesidad ocasional ha pasado a ser una necesidad
permanente, tal como lo indica el antes citado artículo 58 de la LOSEP, que indica"... Se
considerará que las necesidades institucionales pasan a ser permanentes cuando luego de un año
de contratación ocasional se mantenga a la misma persona o se contrate a otra, bajo esta
modalidad, para suplir la misma necesidad, en la respectiva institución pública...". Esta
necesidad permanente únicamente se cubre a través de los respectivos concursos de mérito y
oposición para ocupar estas plazas de trabajo, con garantía de estabilidad laboral.
El derecho a la seguridad jurídica otorga una posición jurídica atribuida a los ciudadanos, que se
concreta en un mandato dirigido a los órganos del poder público, a fin de que se garantice la
existencia de certeza y previsibilidad de sus actuaciones, través de los principios de
"positividad", "operatividad", e "invariabilidad".
En cuanto a la positividad, el requerimiento prevé que las normas que componen el derecho
deben encontrarse previamente fijado a través de normas claras y públicas; y con el objetivo de
que el ordenamiento jurídico se haga operativo en su práctica; lo cual se sintetiza en la garantía
de certeza que deben ofrecer los órganos del poder público que cuentan con competencia para
emitir actos normativos y administrativos de carácter general.
No obstante, la positividad y operatividad del derecho tienen que descansar además en los
presupuestos de predictibilidad y durabilidad, a fin de que se garantice por parte de los órganos
cuya competencia es la aplicación del derecho, en la expectativa razonablemente fundada que
su caso será resuelto en base a las normas previstas en el ordenamiento jurídico; y que se le
otorgará el mismo tratamiento que a casos análogos y/o anteriores.
Es por ello que constituye una garantía derivada del derecho a la seguridad jurídica, que la
aplicación del derecho debe ser consonante a todos los casos que se le presenten; y por lo tanto
de forma igual para todos, como una exigencia y límite al ejercicio del poder que posee, de ahí
que un juez o autoridad administrativa no pueda apartase de lo decidido por él, o sus superiores
a través del precedente en casos análogos iguales, sin que medie una respuesta "motivada
razonable, suficiente y objetivamente”, ya que "no habrá ciudadanos iguales sin iguales juicios".
El derecho a la seguridad jurídica reconocido en la norma constitucional tiene como finalidad
otorgar a la sociedad confianza mediante el conocimiento que sus derechos y obligaciones, así
como el sometimiento de los órganos del poder público a normas jurídicas preestablecidas, de
conocimiento público, y las cuales se aplican por autoridad competente. En último término, la
seguridad jurídica implica la proscripción de la arbitrariedad.
El derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el derecho a la constitución, y en la
existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades
competentes. La Corte Constitucional, respecto de la seguridad jurídica en la sentencia No. 016-
13-SEP-CC, señaló: "Para tener certeza respecto a una aplicación normativa, acorde a la
Constitución, se prevé que las normas que formen parte del ordenamiento jurídico se encuentren
determinadas previamente; además, deben ser claras y públicas; solo de esta manera se logra
conformar una certeza de que la normativa existente en la legislación será aplicada cumpliendo
ciertos lineamientos que generan la confianza acerca del respeto de los derechos consagrados en
el texto constitucional. Mediante un ejercicio de interpretación integral del texto constitucional
se determina que el derecho a la seguridad jurídica es el pilar sobre el cual se asienta la
confianza ciudadana en cuanto a las actuaciones de los distintos poderes públicos”.
Señor Juez, la normativa y los reglamentos vigentes son claros y están para cumplirse, la
seguridad jurídica es un principio y un derecho constitucional y su inclusión en el bloque de
constitucionalidad está dado precisamente para evitar la arbitrariedad y discrecionalidad de
malos funcionarios dentro de la administración pública.
IV.
DERECHOS CONSTITUCIONALES VIOLENTADOS
EL DERECHO AL DEBIDO PROCESO, en la garantía ateniente al denominado principio de
juridicidad, que se establece en el numeral 1 del artículo 76 de la norma suprema.
Art. 76.- En todo proceso en el que se determinen derechos y obligaciones de cualquier orden,
se asegurará el derecho al debido proceso que incluirá las siguientes garantías básicas:
1. Corresponde a toda autoridad administrativa o judicial, garantizar el cumplimiento de las
normas y los derechos de las partes.
EL DERECHO A LA SEGURIDAD JURÍDICA, contemplado en el artículo 82 de la
Constitución de la República.
Art. 82.- El derecho a la seguridad jurídica se fundamenta en el respeto a la Constitución y en la
existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas por las autoridades
competentes.
V.
PETICIÓN CONCRETA
En razón que se han vulnerado mis derechos establecidos en la Constitución de la República
especialmente en sus artículo 82 y 76 numeral 1 invoco la presente acción de protección en vista
que mi situación jurídica se encuadra perfectamente en lo establecido en los artículos 39, 40 y
41 de la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, solicito a usted que
mediante sentencia se sirva declarar la vulneración a mis derechos al debido proceso, a la
seguridad jurídica y el derecho al trabajo devenidos de la terminación unilateral de mi contrato
ocasional de trabajo, ya que la Universidad de Guayaquil terminó abruptamente mi relación
laboral de SEIS años que venía desempeñando en calidad de Docente de la Facultad de
Arquitectura que me vinculaba con la Universidad de Guayaquil y en consecuencia ordene
como reparación integral se disponga:
1.- Se deje sin efecto la resolución administrativa No. UG-DTH-0120-2020 con la cual se me
notificó la terminación unilateral de mi contrato ocasional de trabajo, terminando abruptamente
con mi relación laboral de seis años que venía desempeñando en calidad de docente de la
Facultad de Arquitectura en la Universidad de Guayaquil, ordenando además mi inmediato
reintegro laboral a la institución con el consecuente pago de haberes pendientes que he dejado
de percibir al amparo de lo dispuesto en los artículos 18 y 19 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional.
2.- Que disponga a la entidad accionada, Universidad de Guayaquil, se me reconozca
estabilidad laboral condicionada hasta que se lleve a cabo la declaratoria de ganador del
respectivo concurso de méritos y oposición para cubrir de forma definitiva la plaza laboral que
vengo ocupando hace seis años.
VI.
DECLARACIÓN BAJO JURAMENTO
Declaro bajo juramento que no he presentado ninguna otra acción de índole constitucional por
esta misma causa.
VII.
DOMICILIO PARA CITACIONES
Sírvase citar a la Universidad de Guayaquil en la persona del Doctor Francisco Morán Peña,
Rector de dicho centro de estudios superiores y que actualmente ostenta su representación legal
en el Rectorado de la Universidad de Guayaquil (o quien haga sus veces), ubicado en el
edificio de Administración Central de la Ciudadela Universitaria "Salvador Aliende" (Av.
Delta S/N) ya los correos electrónicos ugrector@ug.edu.es y
francisco.moran.rector@ug.edu.ec.
Además, por la naturaleza de esta acción se requiere la participación del delegado del
Señor Procurador General del Estado, por lo que sírvase citarlo en las instalaciones de la
Dirección Regional de la Procuraduría General del Estado ubicadas en las calles 9 de
octubre y Malecón, edificio Banco la Previsora piso 14, y a los correos electrónicos
notificacionesdri@pge.gob.ec y secretariageneral@pge.gob.ec.
VIII.
AUTORIZACIÓN
Autorizo al David Roberto Orellana García, para que ejerza la defensa de mis derechos e
intereses en la presente demanda de garantías, señalamos domicilio legal el correo
electrónicos davidorellana1682@hotmail.com , y el casillero judicial electrónico 0922512363
para futuras notificaciones.
Sírvase proveer en derecho
Me suscribo con mi defensor privado.

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