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Fátima Fuentes
Catalina Henríquez
Loreto Silva
Dado que nos encontramos frente a una garantía judicial, es conveniente establecer que
para el óptimo desenvolvimiento de un proceso primeramente se debe contar con una
capacidad de acceso a la justicia, así consta como una facultad a la que cualquier persona,
en caso de presentar un conflicto de relevancia jurídica, pueda acudir a los Tribunales de
Justicia para que conozcan, resuelvan y ejecuten la causa. Aparejado a esta aptitud, la
tramitación requiere de la eficacia de un debido proceso, requerimientos indispensables
para asegurar un resultado idóneo del procedimiento.
¿Existe un real criterio de igualdad, aún con intención de equiparar la condición de ambas
partes en litigio, cuando se presenta una ausencia de Tribunales competentes,
independientes e imparciales que conozcan la causa? Es contraproducente el manifiesto de
garantía, cuando la efectiva protección da inicio en el derecho de acceso a la justicia,
extendiéndose en un debido proceso. ¿Cómo se ejerce una eficaz garantía al reclamo de
ilegalidad a falta del más esencial requerimiento de competencia siempre que no contemos
con Tribunales Contenciosos Administrativos? Competencia que asienta una seguridad
ineludible para quien acude al sistema de justicia a propósito de juzgar los actos
administrativos y obtener un válido control judicial.
II. COMPETENCIA DE TRIBUNALES EN ASUNTOS ADMINISTRATIVOS:
JURIDICIDAD
Si bien es cierto que la tutela judicial al reclamo de las de la ilegalidad municipal constata
su base en la desproporción del poder estatal y los ciudadanos, convenimos que el propósito
de igualdad que pretende constatar se desbarata en el debido proceso, cuando prescindimos
de la competencia específica que los Tribunales deben tener al juzgamiento y resolución de
las contiendas. Por lo tanto, la equidad que establece la garantía no se corrobora con toda
seguridad para los interesados que aseguran que sus derechos han sido transgredidos. Al
mismo tiempo, la disposición del amparo judicial queda coartado a una primera advertencia
municipal y a la jurisdicción ordinaria, aplazando el proceso al que el ciudadano, en su
posición, se encuentra en desventaja.
En efecto, la limitada competencia a la que se ven envueltos los Tribunales ordinarios para
dirimir contiendas administrativas obstaculiza la coherencia del fallo, pues no dispone de
un criterio imparcial para fundamentar aquella sentencia, y prolonga la tramitación a
quienes representan un interés público de los derechos quebrantados por decisiones
ilegítimas de la administración.
Bibliografía
Aros Rojas, Pablo Fabián (2021): “La Garantía de la Tutela Judicial a la luz Reclamo de
Ilegalidad Municipal de la Ley 18.695” En: Revista de Derecho - Facultad de Derecho
Universidad Católica de la Santísima Concepción (N°39).