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Introducción:
En el derecho penal objetivo formal existen una diferencia entre ley penal y norma
penal.
Norma penal. - Contiene un mensaje prescriptivo que está en estrecha relación con la
función asignada al derecho penal. Es decir que subyace al supuesto de hecho previsto
en la ley penal. La norma penal seria entendida como la prohibición o mandato de no
cometer un delito y la imposición de la pena, pues es el contenido material de la ley
penal.
Ley penal:
Principio de legalidad. - No hay pena sin una ley previa que describa suficientemente
la conducta punible y la entidad de la pena a imponer.
La ley jurídica es la composición que vincula el supuesto de hecho (el delito en sí) y la
consecuencia jurídica (la pena aplicable a un determinado delito) a través de un nexo de
imputación.
El Código Penal:
Son disposiciones jurídicas que regulan las cuestiones comunes a todos los
delitos o a una gran parte de ellos.
Son las disposiciones que establecen las figuras delictivas particulares (las
conductas que están penalmente sancionadas y la entidad abstracta de la sanción
(la pena) que les corresponde a los responsables de su realización
(delincuentes)).
3.3. Los delitos contra la sociedad (de orden económico, seguridad pública o la
tranquilidad publica).
Finalmente, tanto el T.P. y las reglas generales del CP, se aplican igualmente a
las faltas como a las penas, siempre que no exista una regulación específica tal
como se expresa en el artículo 440 del CP.
Las leyes penales:
Esta forma de regulación especial de hechos punibles puede darse de dos formas:
Dato: Estas leyes se deben conformar en consonancia con los principios políticos-
criminales recogidos en el Título Preliminar del Código Penal.
La norma jurídico-penal
En la base de toda Ley penal completa (que contiene un delito como supuesto de hecho
y una pena como consecuencia jurídica) existe una norma penal con un mensaje
prescriptivo (que lo entiendo como esa capacidad disuasoria que tiene una ley penal
completa).
Norma de conducta:
Norma de sanción:
Sostener que las normas penales se dirigen únicamente a los jueces es negarle a la
misma norma penal el carácter de norma de conducta. Pues no es errado señalar que a
veces los ciudadanos orientan también su conducta en base a la norma penal.
La norma penal hecha con la finalidad de servir a los jueces penales en su labor de
administrar justicia correctamente debe optar por una compresión de la norma penal
como norma de sanción, en la que se determina las reglas para decidir la imputación
penal. Esto no significa que la perspectiva de la norma de conducta quede fuera o al
margen de toda consideración de imputación penal, sino que servirá para la medición de
valoración judicial.
Ojo: Esto no quiere decir que la normativa penal no contemple otras consecuencias
jurídicas distintas a la pena y su incidencia en la función atribuida al Derecho penal.
La teoría de la pena:
Desarrollo histórico:
Teorías absolutas:
1. teorías retributivas. - Que conciben la pena como un merecido castigo por la
realización culpable del delito. La justificación o base teórica de la pena
retributiva en esta teoría se mueve en un plano fuera de lo empírico.
Desde los años sesenta del siglo pasado, la doctrina penal rechaza concepciones
absolutas de la pena. Dado que en la opinión general no se concibe la existencia del
Derecho penal desligada de su utilidad social, pues la misma existencia del derecho
supone la previa existencia de la sociedad. Entonces la pena tiene una necesidad de
atender a los requerimientos del concreto sistema social.
Este solo encuentra su justificación en entender la pena como socialmente útil. Esta
utilidad de la pena radica en la reparación o restablecimiento del orden social
quebrantado por el delito. De ahí que autores como Bauer o Lesch dividieran las teorías
relativas de la pena en las de prevención y las de la reparación.
Sostienen que la función de la pena es motivar al autor del delito o a los ciudadanos a
no lesionar o poner en peligro bienes jurídicos penalmente protegidos. Se plantean dos
formas de prevención: general y especial. Esto en función de si el efecto motivatorio de
la pena está dirigida a los ciudadanos o solamente al autor del delito.
Prevención general:
sostiene que el sistema penal apunta a motivar a todos los ciudadanos a que no cometan
delitos. Aquí la pena busca influir en la comunidad para evitar delitos de comisión
futura. Se divide en negativa y positiva.
▪ CRITICA:
o CRITICA:
Prevención especial:
Esta forma entiende que la pena debe evitar la comisión de delitos futuros, es decir que
el efecto preventivo no va dirigido a la población general, sino que se dirige
especialmente al infractor. Así la finalidad preventiva es evitar que los delincuentes
cometan delitos futuros. Para esto la pena no solo debe intimidar al condenado sino
reformarlo e incluso inocuizarlo (retirarlo de la sociedad sin posibilidad de regresar).
Las teorías de la prevención especial no tuvieron acogida general, pero sus ideas
influyeron en las llamadas medidas de seguridad, las que se asentaron sobre la lógica de
la peligrosidad del autor y la idea del tratamiento. Esto es el nacimiento de la doctrina
de la resocialización. Desde tal planteamiento la liberación del delincuente solo sucede
como resultado de la resocialización.
Esta es una teoría de corte ecléctico (intermedio) que busca corregir las deficiencias y
excesos a los que se llega con el uso de solo una de las teorías. La idea central de esta
formulación doctrinal es que las distintas teorías de la pena contienen puntos de vista
aprovechables.
Critica:
Respuestas a la crítica:
En vista de las teorías bajo la lógica de la prevención anteriores, puede haber otra
posición que configure la función social de la pena de un modo distinto. Esto analizando
el planteamiento visto de Jakobs, quien asigna a la pena la función comunicativa de
restablecer la vigencia de la norma que ha sido violada por el delito. Dado un análisis
profundo de este planteamiento se llega a vislumbrar que la pena apunta a contradecir
comunicativamente el sentido de la conducta delictiva sucedida.
Dado que la mayoría de las veces los bienes jurídicos suelen ser lesionados a razón del
tiempo o la misma naturaleza sin necesitar del Derecho penal o también cuando el
Derecho penal interviene en casos de tentativa de delito. Jakobs ubica la función de la
pena en reparar lo reparable, con su imposición. Así el delito entendido como la
negación comunicativa de la norma infringida que pone en tela de juicio su vigencia
social, a la pena le corresponde la función de devolver comunicativamente a la norma su
vigencia social.
En Jakobs se nota la necesidad social de mantener en vigencia la norma, ya que solo así
se mantiene el contacto con la misma población. Esto en pro de que la norma se
mantenga a pesar de su infracción, ubicando el error no en la vigencia de la norma sino
en quien cometió la infracción.
Cuestionamientos:
Deja a la pena libre de su concepto de ser un mal para el infractor, llevando a que
existan medidas que restablezcan la norma sin la necesidad de generar una aflicción en
el autor. Desde esta perspectiva, la pena tendría función idéntica tanto en un Estado de
Derecho como en un Estado totalitario.
Respuestas a la crítica:
Jakobs responde. -
1. Frente a un delito, se plantea que este se objetive al nivel del propio hecho del
autor, retirándolo de los medios de interacción a través de la pena. Esto en la
medida de que exista una base cognitiva que evidencie el fracaso del autor, de
ahí que es necesario que esto le provoque una aflicción. Sin embargo, se cae en
una contradicción del entendimiento mismo de la función de la pena, se supone
que la pena tiene como fin restablecer la norma negando al autor de la
infracción. Ante esto Jakobs plantea que no se entienda esa base cognitiva como
una función más de la pena, sino como parte misma de los aspectos de la
realidad del Derecho (una condición para su existencia).
2. Jakobs menciona que al dogmático no le corresponde entrar en la legitimidad
externa de las normas. Pero él considera que su teoría de la protección social
nunca ha considera la protección de las normas si la institución en la que se
apoya no lo es.
A. Punto de partida
B. El concepto de persona
Con respecto a la faceta practica de la persona que implica el libre actuar en la sociedad,
este principio no es ilimitado, sino que es regulado en base a criterios regulativo. Estos
se ordenan en función de roles.
1. rol general del ciudadano, es el deber jurídico negativo que tiene la persona de
organizarse libremente sin lesionar a otros.
2. Roles especiales, los que obligan positivamente al titular de una posición
institucional (juez, magistrado, fiscal, etc.) a mantener o coadyuvar a la creación
de una situación socialmente deseable.
1. Función:
La visión preventiva de la pena parte de la idea de que lo que motiva la culpabilidad del
autor del delito es la norma penal. Por otro lado, lo que motiva al autor a infringir la
norma puede ser de diferente naturaleza. Entonces si el autor carece de dicha capacidad
motivacional o esta se anula por razones excepcionales, la pena como tal no podría ser
aplicada, a falta de una situación de normalidad motivacional. A todo esto, si el autor
independientemente de su naturaleza motivacional respecto a la norma se muestra
peligroso, esto resulta en que probablemente en un futuro tenga una conducta lesiva
contra los bienes jurídicos. De ahí que la medida de seguridad tendría una finalidad
preventivo-especial, pues apunta a incidir en el sujeto peligroso para evitar delitos
futuros. Aquí la prevención no se consigue por la pena, sino mediante unas medidas de
seguridad curativa, tutelar o rehabilitadora, del sujeto.
Opinión contraria:
Esta división funcional asegura la idea de una doble vía, pero esto no quiere decir que
las vías siempre vayan en paralelo, sino que puedan aplicarse en conjunto, esto hace que
no se provoque una unificación forzada de sus funciones. Siguiendo el pensamiento de
Jakobs:
En opinión del autor en cuanto se busque los cambios legislativos que otorguen una
incidencia penal a la reparación de la victima saben interpretarse conforme al tercer
planteamiento de los antes esbozados. Y esta acepción se relaciona con la ya vista
"prevención especial positiva", en relación a su efecto resocializador en cuanto el autor
del delito se enfrente a consecuencias por su acto y busque una reconciliación con la
victima.
Tiene un origen privado, en la que cada cual resolvía sus problemas con la punición
subjetiva. Actualmente y desde hace muchos años el Estado es el titular del poder
punitivo, así controla el monopolio exclusivo de la facultad de imponer penas. Esto ante
la necesidad de un tercero ajeno al conflicto, así se preservaría la respuesta punitiva ante
el riesgo de convertirse en una reacción irracional o desproporcionada.