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1.5.

- Clasificación de las normas jurídicas

Una vez determinadas la estructura lógica, será preciso preguntarse si todas las
normas jurídicas constituyen una sola categoría o si es necesario distinguir diversas clases o
especies de normas jurídicas. La respuesta está clara: el ordenamiento jurídico está compuesto
de diferentes tipos de normas jurídicas cuya clasificación puede hacerse atendiendo a
diferentes criterios. En un intento de delimitación, ni exhaustivo ni conclusivo, vamos a
destacar seis tipos de normas que, en una primera aproximación, podemos distinguir dentro
de cualquier ordenamiento jurídico moderno:

1º) Normas prescriptivas, taxativas o imperativas. Son aquellas normas que incluyen
órdenes o prohibiciones de hacer algo respaldadas por la amenaza de una sanción. Por lo
tanto, existen:

a) Normas que prescriben abstenerse de realizar ciertos actos:

- Derecho Penal: imputan una pena a un determinado comportamiento, y, por lo tanto,


prohíben ese comportamiento: matar, robar, falsificar un documento, etc.
- Derecho Civil. Art. 7.2: La Ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio antisocial
del mismo. Todo acto u omisión que por la intención de su autor, por su objeto o por
las circunstancias en que se realice sobrepase manifiestamente los límites normales
del ejercicio de un derecho, con daño para tercero, dará lugar a la correspondiente
indemnización y a la adopción de las medidas judiciales o administrativas que impidan
la persistencia en el abuso.
- Reglamento de Circulación: prohibición de adelantar con raya continua, circular en
dirección prohibida…

b) Normas que imponen la obligación de hacer algo indispensable o conveniente para la


existencia de la comunidad. Algunos ejemplos serían:

- Derecho Tributario: la obligación de pagar impuestos.


- Derecho Civil: pagar las deudas contraídas y cumplir las obligaciones válidamente
contraídas.
- Derecho de Familia: las obligaciones entre los cónyuges o entre padres e hijos
- Derecho Penal: obligación positiva de socorrer a la persona que se halle “desamparada
y en peligro manifiesto y grave”.

2º) Normas permisivas. Hablamos aquí del tipo de normas que autorizan a hacer algo,
conceden permisos o facultades. Respecto a la idea de permiso o facultad, señalar que por
permitido podemos entender, en primer lugar, todo aquello que no está prohibido ni
ordenado, pero que tampoco es objeto de ninguna autorización expresa. De forma que, con
mucha paciencia, podríamos catalogar de forma exhaustiva todas las prohibiciones de un
sistema jurídico y obtener así todas las acciones que están permitidas. Sin embargo, cuando
hablamos de las normas permisivas no referimos a aquellas en las que el permiso o la facultad
viene reconocido de forma explícita como, por ejemplo, “el derecho de asociación” (art. 22 de
la Constitución), o “se garantiza la libertad ideológica” (art. 16.1 del mismo texto). Nos
referimos a la figura, ya mencionada, de los derechos subjetivos.

3º) Normas restrictivas. Con frecuencia el supuesto de hecho de una norma jurídica ha
sido diseñado de forma que, según su llano sentido literal, comprende hechos a los que
lógicamente no debe extenderse. Esto en parte es inevitable, sobre todo cuando se trata de
normas jurídicas de carácter muy genérico. Pues bien, lo que se suele hacer en estos casos es
restringir esta norma por medio de otras u otras normas jurídicas. Es decir, se recurre a una o
varias normas jurídicas, que de ordinario se colocan a continuación de la norma jurídica
completa y mediante ellas se limita el ámbito de aplicación de ésta. Las normas jurídicas
restrictivas contienen pues una orden negativa de validez “no vale”. Como es obvio, esta orden
negativa sólo tiene sentido en conexión con la orden positiva de validez dada en la norma
jurídica completa que se restringe.

Para proceder de esta manera, existen dos razones de gran peso e importancia práctica. La
primera y principal, que en cierta manera obliga a ello, es que, en muchas ocasiones, si el
legislador hubiera de regular en una sola norma toda la materia a que ésta tendría que
referirse, tal norma sería con toda seguridad excesivamente amplia en su texto y
literariamente muy torpe de estilo; con lo cual muchas veces sería casi inteligible y daría
motivo a múltiples interpretaciones que la harían inviable, insegura y a veces peligrosa en la
práctica. La segunda razón es más bien de libre elección y de preferencia práctica y consiste en
que el legislador considera más útil servirse del esquema lógico de la regla general y excepción
que no el de hacer distinciones sucesivas en la propia norma.

Como ejemplos típicos de normas jurídicas restrictivas podemos citar los dos siguientes.
Una norma establece que la responsabilidad penal se adquiere al cumplir cierta edad. Sin
embargo, en otras normas, se establece que en determinados supuestos, por ejemplo de
incapacidad psíquica, se excluye esa responsabilidad. Un ejemplo más técnico sería la norma
jurídica que establece que el crédito es transferible; y en otra norma jurídica posterior se dice
que, cuando se den tales o cuales circunstancias, el crédito no es transferible. En ambos casos
se podía disponer lo mismo mediante una sola norma jurídica, añadiendo la excepción en su
propio texto regulativo. De hecho en la práctica es muy frecuente este procedimiento,
sirviéndonos de incisos que indican una salvedad o excepciones, como “…a no ser que”, “…
salvo el caso de…”, o la fórmula “se exceptúan…” u otras similares. Pero el peligro de este
procedimiento es el ya señalado de hacer ininteligible la norma o por lo menos de tal amplitud
que sea difícil retenerla y muy cuestionable aplicarla.

4º) Normas que confieren poderes o normas de organización. Junto a las normas de
conducta, de carácter básico y primario dirigidas especialmente al conjunto de los ciudadanos,
aparecen reglas que confieren poderes o normas de organización, competencia o estructura,
dirigidas especialmente a los órganos encargados de hacer cumplir las normas de conducta.
Este tipo de normas tienen como objeto las normas de conducta e indican el órgano
competente 0para producirlas válidamente, los procedimientos y formalidades para hacerlo y
cómo pueden modificarlas y aplicarlas. En concordancia con su función van dirigidas no al
conjunto de los ciudadanos sino a los miembros de los órganos estatales, como legisladores,
jueces, etc.

5º) Normas remisivas: tienen por función remitir o enviar a otras normas jurídicas. Estas
remisiones pueden ser explícitas o implícitas. Son explícitas cuando indican expresamente a
qué otra norma remite. Son implícitas cuando no declaran a qué norma remiten, pero se
refieren a ella de una manera genérica, como, por ejemplo, cuando indican que se aplicarán las
disposiciones relativas a la indemnización por daños y perjuicios.

En segundo lugar, las remisiones pueden ser particulares o generales. Las primeras son
aquellas en que una norma jurídica envía a otra. Esto se suele hacer mediante incisos o
expresiones como “lo mismo vale…”, “la misma obligación incumbe…”, etc. Las remisiones
generales o globales son aquellas en que se envía a todo un conjunto regulativo. Así, por
ejemplo, algunos Códigos civiles, después de regular el contrato de compraventa, contienen
una norma jurídica que dice llanamente que las mismas disposiciones se aplican a la permuta.
Naturalmente que esta norma se ha de entender en su verdadero alcance, pues es obvio que
no todas las disposiciones aplicables a la compraventa lo son a la permuta, pues en ésta no hay
el pago de un precio, sino el cambio de una cosa por otra. Con todo, aunque las remisiones
generales no son tan frecuentes como las particulares, juegan un papel muy importante en la
labor legislativa, pues permiten evitar repeticiones innecesarias y no hacer demasiado prolijas
las regulaciones.

- Artículo 1 de la Ley Orgánica 5/2000 de Responsabilidad Penal de los Menores: “Esta


Ley se aplicará para exigir responsabilidad de las personas mayores de catorce años y
menores de dieciocho por la comisión de hechos tipificados como delitos o faltas en el
Código Penal o a las leyes penales especiales”
- Artículo 10.2 de la Constitución española: “Las normas relativas a los derechos
fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de
conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y
acuerdos internacionales sobre las materias ratificados por España”
- Los diversos artículos del Código Civil que remiten a la costumbre local para la
interpretación de los contratos.

6º) Normas aclaratorias (también llamadas definitorias, aunque resulta algo restrictivo,
puesto que no todas las normas aclaratorias contienen definiciones). Son aquellas que aclaran,
explican o definen lo que propiamente significa un término o una palabra, un inciso o todo un
enunciado, tanto del supuesto de hecho como de la consecuencia jurídica de otra u otras
normas.

Ejemplos:

- El Código civil, en su artículo 430: “Posesión natural es la tenencia de una cosa o el


disfrute de un derecho por una persona. Posesión civil es esa misma tenencia o
disfrute unidos a la intención de hacer la cosa o derecho como suyos”. Otros ejemplos,
dentro del mismo Código, son los artículos que definen lo que se entiende por
propiedad, bienes inmuebles, bienes muebles, buena fe, contrato, herencia, etc.
- La Ley de Protección de Datos de carácter personal, asimismo, define en su artículo 4
diferentes conceptos (dato, fichero, responsable del tratamiento…).
7º) Presunciones. (iuris tantum / iuris et de iure)- De vez en cuando el resultado que se
pretende conseguir mediante el instrumento de la remisión, y también de la restricción, se
puede conseguir más fácilmente con otros medios, Entre ellos fijaremos la atención en la
presunción.

La presunción se basa en la equiparación de una cosa que no se conoce plenamente a otra que
sí se conoce bien. Entonces se presume o se supone que lo no conocido es igual a lo conocido.
De esta manera se evitan las múltiples complicaciones que pudieran surgir si hubiera que
indagar la verdad de las cosas hasta donde fueran posible o hasta lograr certeza. Se trata de un
procedimiento que permite aceptar como verdadero lo que no es más que probable. Cuando
esta presunción admite prueba en contrario, se llama técnicamente iuris tantum; pero cuando
va más lejos y no admite en prueba en contrario, se la llama técnicamente iuris et de iure.
Aunque esta terminología se aplica preferentemente a los hechos objeto de prueba en el
lenguaje procesal, también es aplicable tratándose de la forma lógica de las presunciones
legales.
1.5.2.-.- Criterios para la clasificación de las normas jurídicas.-

1º) En función de su validez espacial. Esta distinción se funda en el ámbito territorial de


aplicación de la normas.

- Normas universales: aquellas normas que tienen validez en una pluralidad de


territorios. El Derecho internacional o el Derecho Comunitario serían ejemplos de lo
que se ha dado en llamar normas universales. También podríamos incluir el Derecho
canónico, como aquél común a la Iglesia católica y, por tanto, extensible a una gran
pluralidad de Estados que comparten este credo religioso.
- Normas generales. Se trata de aquellas normas que rigen en todo el territorio del
Estado. (Constitución, Código Civil, Leyes Orgánicas, Código Penal, Ley de
Enjuiciamiento Criminal…)
- Normas regionales, comarcales o locales, que tienen validez en una parte del
territorio, en un ámbito territorial más reducido, por ejemplo en una determinada
región o comarca o en una Comunidad Autónoma (Estatutos de Autonomía,
Ordenanzas municipales, Compilaciones forales…)

2º) En función de su validez temporal. Las normas jurídicas suelen crearse con una previsión
de durabilidad, aunque no siempre sucede así:

- Normas permanentes. Serían normas permanentes aquellas que en principio no tiene


fijada una provisionalidad en el tiempo y se entienden concedidas con una vigencia
indefinida.

- Normas temporales. Se trata de aquellas normas que tienen una validez temporal que
viene determinada, por lo general, en la misma disposición normativa. No son
frecuente, aunque podemos encontrar un ejemplo en los Presupuestos Generales del
Estado, aprobados cada año en las Cortes Generales y que tienen una validez temporal
delimitada: un año.

- Normas transitorias. Las normas transitorias, también llamadas intertemporales, son


aquellas que regulan conflictos originados en el tránsito de una legislación a otra. Todo
cambio legislativo o, en general, la sustitución de una ley anterior por otra posterior
plantea un difícil y delicado problema, consistente en decidir por cuál de las dos
legislaciones, la antigua o la nueva, han de regularse los actos realizados y las
situaciones creadas o nacidas bajo el imperio de la antigua ley, cuyos efectos todavía
persisten al entrar en vigor la ley nueva. Es éste el problema que tratan de resolver las
llamadas normas de transición o normas transitorias. Se trata de normas en un sentido
formal, en cuanto no regulan ellas mismas de una manera directa la realidad, sino que
son normas que sirven para resolver conflictos intertemporales. Son, por tanto,
normas remisivas, esto es, normas que indican que otras normas deben ser aplicables.

Son habituales cuando se produce un cambio en el sistema político. Por ejemplo, en


España las leyes que rigieron en el paso de las leyes franquistas a la moderna
normativa democrática posterior a la Constitución española de 1978.
3º) En función de su validez material (en cuanto al objeto que regulan).

- Normas abstractas. La abstracción de las normas en cuanto a la materia regulada es


una cualidad que se viene propugnando como necesaria desde la aparición del Estado
de Derecho. Las normas abstractas son aquellas que se refieren no a acciones
concretas, sino más bien a categorías de acciones (la prenda, la hipoteca, el depósito,
el homicidio, la compraventa…). Son normas que regulan una acción tipo o una clase
de acciones.

- Normas concretas. Las normas concretas son aquellas que se refieren a acciones
específicas y concretas. Son normas que regulan una acción individual, que una vez
cumplida hace perder la eficacia de la norma (El Juez ordena que una de las partes
aporte al proceso un documento necesario. Una vez presentado se acaba la eficacia de
la norma).

4º) En función de su validez personal (en cuanto al sujeto al que van dirigidas).

- Normas generales. Las normas generales son aquellas que se dirigen a una pluralidad
de sujetos, a una clase de personas, por eso la norma jurídica se refiere a todos los
sujetos que están en esa clase (el estudiante, el arrendador, el padre, el hijo…).Por lo
tanto, una norma será general siempre y cuando se dirija a todos aquellos que se
encuentren en un mismo supuesto de hecho.

- Normas individuales. Las normas individuales se dirigen a un solo sujeto,


individualizado y concreto. La norma se dirige a este sujeto y no a otro. (Sentencia de
un Tribunal que ordena al cónyuge a favor de quien se ha declarado la separación que
custodie a los hijos, los mantenga- el destinatario es un individuo concreto, singular, es
ese y no otro, Nombramiento de un miembro de un Tribunal Constitucional o
cualquier otro cargo institucional, Indultos…)

5º) Normas imperativas (taxativas) y normas dispositivas

- Las normas imperativas (taxativas): son aquellas que mandan o imperan


independientemente de la voluntad de las partes. Esto es, aquellas que no permiten el
juego de la autonomía privada, las que no pueden ser desplazadas por la voluntad
individual. Tipo de norma que es más frecuente en el sector del derecho público
(administrativo, penal, procesal o fiscal), ya que regula materias que muy raramente
admiten la capacidad de autorregulación por los particulares.

Las normas dispositivas son aquellas que dan cabida a la autonomía privada, es decir,
que permiten que los individuos antepongan los preceptos por ellos creados a lo
legalmente establecido. Pero en ausencia de autorregulación del problema por los
propios interesados, el derecho positivo cumplirá una función supletoria o subsidiaria.
Por ejemplo, el artículo 1316 del Código civil dispone que “a falta de capitulaciones
(matrimoniales) o cuando éstas sean ineficaces, el régimen (económico matrimonial)
será el de la sociedad de gananciales”. Son un tipo de normas características del
Derecho privado desconocida en el Derecho público.
La diferencia entre las normas taxativas Si la estructura de las normas taxativas o
imperativas sería: Si es A, debe ser B, la de las normas dispositivas sería: “Si es A, debe
ser B, salvo que las partes interesadas dispongan que debe ser C”.

6º) Normas de Derecho público y normas de Derecho privado

La distinción entre Derecho público y Derecho privado es la más significativa de las


distinciones del Derecho por su importancia histórica y porque aún conserva parte de su
interés.

a) Derecho público (Derecho Constitucional, Derecho Financiero y Tributario,


Derecho Procesal –penal y civil-, Derecho Penal, Derecho Eclesiástico del Estado, Derecho
Administrativo y el Derecho laboral o Derecho del Trabajo)

El Derecho público es el que regula las relaciones entre el Estado y los particulares, el
conjunto de normas que regulan la organización y la actividad el Estado y demás entes
públicos, así como sus relaciones con los particulares. Se suele afirmar que las relaciones de
Derecho público son siempre de subordinación, puesto que los sujetos que intervienen se
encuentran en una posición de desigualdad: el Estado, en el ejercicio de su imperium se
encuentra en una posición de superioridad con respecto a los particulares que ocupan una
posición de subordinación. Hay que tener en cuenta que no siempre es así, puesto que el
Estado puede entablar relaciones de Derecho privado con los particulares, siempre que no
actúe en ejercicio de su imperium. Así, el Estado o los entes públicos realizan en ocasiones sus
cometidos sin utilizar su imperium o potestad de mando, como meros particulares en un plano
de igualdad. El Estado o los entes públicos pueden actuar como comprador, vendedor o
arrendatarios de determinados bienes.

b) Derecho privado (Derecho Civil, Derecho Mercantil)

El concepto de Derecho privado es una categoría jurídica que ha venido siendo utilizada en
los sistemas jurídicos de tradición romanista o europeo–continental, paralelamente a la
categoría de Derecho público. La distinción entre estas dos categorías tiene su origen en el
Derecho romano, cuando Ulpiano estableció esta distinción según el interés tutelado:

- la cosa pública (res pública) en las normas de Derecho público (derecho de


coordinación)
- el interés privado en las normas de Derecho privado (derecho entre subordinados y
superiores)

Las normas de Derecho privado están destinadas a regular las relaciones entre
particulares, y a proteger sus intereses privados, es decir, el conjunto de normas que regulan
las relaciones en las que ninguna de las parte actúa revestida de poder estatal. Las relaciones
de Derecho privado, por lo tanto, son siempre de coordinación, porque los sujetos que
intervienen lo hacen, al menos formalmente, como iguales.

Históricamente, el Derecho privado – que se reducía prácticamente al Derecho civil – ha


gozado de una situación de primacía, considerándose tradicionalmente como el Derecho
básico, y alcanzando su mayor apogeo en el periodo de la Codificación. Posteriormente, el
auge del Estado social supuso un retroceso de aquél, debido a una mayor intervención de lo
público en lo privado.

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