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Caso índice: Primer individuo en el que se demuestra una enfermedad genética en una
familia. Se denomina también probando. Para seleccionar el caso índice en una familia
debemos elegir siempre a una persona afectada con cáncer; si hay varios miembros
afectados buscar los que hayan desarrollado el cáncer a edad más joven, o hayan
desarrollado varios tumores (es decir, los que tienen más probabilidades de presentar la
mutación causal)
Variante Patogénica
Variantes que son idénticas a otras ya descritas en las que existe evidencia respecto a su
papel causal en la enfermedad particular que tratamos.
Variantes que no han sido descritas hasta ahora. Sin embargo, se localizan en un gen que
sabemos que puede causar la enfermedad, y que afecta de forma importante a la
estructura o a la función de la proteína codificada por él.
Variante benigna
Variantes que se han detectado previamente, que son frecuentes en la población general,
y en las que análisis previos han mostrado su efecto no patogénico.
Resultados del estudio genético
Resultado no informativo
Resultado positivo
Se deberían realizar estudios complementarios para situar esta variante entre las
patogénicas o entre las benignas. Estos estudios incluyen:
Se considera actualmente que al menos un 25% de los casos de cáncer tienen asociación
familiar. Esta predisposición reside tanto en genes de alta prevalencia y baja penetrancia (y por
tanto de estudio más complejo) como en genes de baja prevalencia y alta penetrancia. Nos
centramos en estos últimos.
Los síndromes hereditarios de predisposición al cáncer digestivo incluyen un espectro amplio
de cuadros clínicos con diferentes patrones y diferentes órganos afectados. A pesar de que
estos síndromes representan un porcentaje pequeño de todos los pacientes oncológicos, su
diagnóstico e incidencia ha aumentado en las últimas décadas debido a la identificación de los
genes causales y el desarrollo de tecnología para el diagnóstico.
En todos los casos se trata de mutaciones en la línea germinal de determinados genes que, al
perder su función, suponen un aumento del riesgo de desarrollar cáncer. Los individuos
portadores de una mutación germinal en uno de estos genes heredan una de las dos copias
mutada (en general esa mutación induce reducción de función) en todas sus células. A lo largo
de la vida, alguna de sus células sufre una segunda mutación en la segunda copia del gen. Es
entonces cuando esa célula, al perder por completo la función del gen que controlaba la
proliferación celular o reparaba errores en la duplicación del ADN, prolifera, sufre nuevas
alteraciones genéticas, y llega a dar origen a un cáncer. Al tratarse de mutaciones en la línea
germinal (gametos), están presentes en todas las células del organismo desde la concepción, y
además pueden heredarse de padres a hijos. La mayoría de estos síndromes se heredan
siguiendo un patrón autosómico dominante, por lo que la probabilidad de que un hijo herede
la mutación causal es del 50%.
El diagnóstico de estos síndromes es crítico, debido a que es posible en la mayoría de los casos
la prevención de los tumores asociados a las diferentes mutaciones, o al menos su diagnóstico
precoz mediante programas de seguimiento, de forma que los tumores encontrados en
estadios incipientes tengan mayores probabilidades de curación. El manejo de estos pacientes
es complejo y requiere un seguimiento multidisciplinar, que incluye el consejo genético, el
cribado o screening, la vigilancia y el tratamiento. De los tumores gastrointestinales
relacionados con los síndromes hereditarios, el colon es el órgano más frecuentemente
afectado, aunque también existen síndromes que implican un mayor riesgo de cáncer gástrico
y de páncreas.
Los síndromes hereditarios con predisposición al cáncer de colon más frecuentes son: 1) el
síndrome de Lynch (también conocido como “cáncer colorrectal hereditario no asociado a
poliposis” y 2) los síndromes polipósicos que incluyen: Poliposis adenomatosa familiar (PAF),
PAF atenuada, poliposis asociada a mutación del gen MYH, y los síndromes hamartomatosos.
Síndrome de Lynch
Las mutaciones germinales de los genes MMR tienen dos consecuencias a nivel somático,
detectables en los tejidos tumorales (marcadores fenotípicos en el tumor): 1) la inestabilidad
de microsatélites (IMS o MSI) y 2) la pérdida de expresión en el tumor de las proteínas que son
producto de estos genes.
La mayoría de los adenocarcinomas de colon esporádicos inestables (un 15% del total) lo son
por un silenciamiento del gen MLH1, generalmente por una hipermetilación epigenética del
gen nativo. Por eso, ante la ausencia de expresión de MLH1 y PMS2, sobre todo si no hay
muchos casos de cáncer en la familia, hay que descartar esta posibilidad: se puede realizar
estudiando mutaciones en otro gen, BRAF (la detección de mutación en BRAF indica que se
trata de un cáncer esporádico), o estudiando directamente la existencia de metilación del
MLH1.
Cada vez más expertos aconsejan la búsqueda de los marcadores fenotípicos del síndrome de
Lynch en todos los adenocarcinomas de colon (“cribado universal”) ya que la
inmunohistoquímica es una técnica fácil y barata. Existe unanimidad en indicar este estudio si
se cumplen los criterios de Bethesda, y por supuesto si se cumplen en la familia los criterios de
Amsterdam (adjuntados en las diapositivas). En algunas familias se cumplen estos criterios de
Amsterdam y, después de un estudio exhaustivo no llega a detectarse una mutación germinal
causal en los genes reparadores del ADN. El seguimiento de los individuos de estas familias
debe ser idéntico al de los portadores de mutaciones patológicas (ya que, en estos casos, no
podemos discernir quienes están a riesgo y quienes no). Además de los criterios clínicos de
Amsterdam y Bethesda, se han desarrollado en los últimos años diferentes algoritmos
matemáticos ( como el PREMM1,2,6) para cuantificar el riesgo de ser portador de una
mutación patogénica en los genes MMR, basados en la historia familiar y personal de cáncer,
que son útiles para identificar a los sujetos que se pueden beneficiar de un estudio genético
cuando no se dispone de la pieza tumoral y, por tanto, no podemos estudiar los marcadores
fenotípicos en el tumor.
En el síndrome de Lynch está descrito un aumento del riesgo de distintos tipos de cáncer. El
más frecuente (con una penetrancia del 80%) es el cáncer de colon, seguido del cáncer de
endometrio, y en menor medida, de otros tumores: ovario, estómago, vía biliar, intestino
delgado, páncreas, vía urinaria, piel (adenomas sebáceos, que constituyen la variante llamada
síndrome de Muir-Torre), y sistema nervioso central (glioblastomas y astrocitomas, que
constituyen la variante llamada síndrome de Turcot). En los portadores de mutaciones
patogénicas está indicado un seguimiento intensivo que se muestra en las diapositivas y en el
documento adjunto.
Hablamos de poliposis cuando se detectan más de 10-15 pólipos en el colon. Existen poliposis
hereditarias (causadas por mutaciones germinales) y no hereditarias.
Dentro de los síndromes de poliposis intestinal hereditarios, pueden establecerse dos grupos:
Todos los síndromes polipósicos, excepto la MAP se deben a mutaciones en genes que se
heredan de forma autosómica dominante (la MAP es recesiva). Según las características
fenotípicas de cada familia (mostradas en tabla en las diapositivas), se puede sospechar uno u
otro síndrome, y el diagnóstico genético se establece demostrando una mutación patogénica
en el gen que corresponda, en una muestra de sangre periférica (no disponemos en estos
casos de marcadores fenotípicos que evaluar en la pieza tumoral). Una vez establecido el
diagnóstico genético, la detección de los portadores se realiza buscando la mutación específica
que hemos encontrado en el caso índice en sangre periférica de sus familiares de primer
grado. Solo los portadores deberán ser sometidos a un seguimiento específico.
El síndrome polipósico que implica un mayor riesgo de cáncer de colon es FAP clásica,
originada por mutaciones patogénicas en el gen APC, que tienen una penetrancia cercana al
100% a los 40 años. En los portadores, está indicada la colectomía total en cuanto se detecta la
aparición de múltiples adenomas de colon. Existe también riesgo de otros tumores, los más
frecuentes los tumores desmoides (que son la segunda causa de muerte en estos pacientes,
después del cáncer de colon); frecuentemente se desarrollan después de una cirugía
abdominal. También existen pólipos en otros tramos del tubo digestivo, y son especialmente
importantes los duodenales y los localizados en la papila de Vater (ampulomas), porque son de
más difícil manejo. Se ha descrito una correlación genotipo-fenotipo, de modo que la
expresión clínica de la enfermedad varía según la región del gen donde se encuentre la
mutación. Hasta en un 30% la mutación de APC es detectada “de novo”, es decir, no existía en
los progenitores del caso índice.
Además del seguimiento de los pólipos de colon, también es preciso hacer una vigilancia de los
otros tumores que se asocian a cada síndrome, por ejemplo, del cáncer de páncreas en el
síndrome de Peutz-Jeghers.
1) ACA intestinal: el más frecuente, y más relacionado con factores ambientales (sobre
todo la infección por H. Pylori). Su incidencia está disminuyendo.
2) ACA difuso: menos frecuente, pero de incidencia creciente. Su relación con factores de
riesgo ambientales no está clara. Las células características de este tumor son las
células en anillo de sello.
En un 5% de los sujetos con cáncer gástrico existen antecedentes familiares de este tumor, a
veces varios miembros dentro de la misma familia, y puede observarse un patrón de herencia
autosómico dominante. En los casos con ACA de tipo intestinal no se ha demostrado un único
gen cuya mutación en la línea germinal pueda explicar un aumento en la frecuencia de este
tumor, aunque es un cáncer más frecuente en los portadores de mutaciones en genes
responsables de algunos síndromes hereditarios, como el síndrome de Peutz Jeghers, el
síndrome de Lynch, y otros (tabla en las diapositivas). Entre un 1 y un 5% de los pacientes con
ACA difuso presentan mutaciones germinales patogénicas en el gen CDH1, responsable de la
proteína E-Cadherina, que es una molécula de adhesión intercelular que se une también a
estructuras intracelulares formando un complejo de adhesión. La ausencia de esta proteína
hace que se rompa la estructura tanto extra como intracelular, de modo que algunas moléculas
del complejo de adhesión intracelular se liberan y pueden pasar al núcleo donde finalmente
favorecen una disregulación del crecimiento y la capacidad de invasión propias de las células
malignas. La alteración de la estructura de adhesión hace que se pierda la orientación del huso
mitótico y las células hijas pueden crecer hacia la lámina propia por debajo del epitelio, que
puede ser aparentemente normal tanto en visión directa como en el estudio
anatomopatológico de biopsias tomadas durante la endoscopia, lo que hace que el diagnóstico
sea más difícil hasta estadios avanzados.
Desde el punto de vista del consejo genético, si en la historia familiar se observan varios casos
de cáncer gástrico, y tenemos evidencia de que uno o varios son difusos, está indicado el
estudio del gen CDH1 en sangre periférica en un sujeto afecto. Si se detecta una mutación
causal puede indicarse seguimiento específico y realizar un estudio mutacional dirigido a sus
familiares de primer grado, estudiando en ellos la existencia o no de la mutación concreta
evidenciada en el caso índice. En relación con el seguimiento, puesto que en este síndrome
existe un aumento de incidencia de cáncer de colon y sobre todo, de cáncer de mama lobulillar,
estarían indicadas revisiones periódicas mediante colonoscopia y mamografía/ resonancia de
mama. En cuanto al estómago, es importante considerar que el cáncer gástrico suele ser de
inicio multifocal y las lesiones iniciales son difíciles de valorar (por el crecimiento “enterrado”,
en la lámina propia), por lo que cuando las biopsias endoscópicas son positivas, la enfermedad
frecuentemente es avanzada y de peor pronóstico. Por este motivo en los familiares a riesgo
con estudio mutacional positivo se aconseja la gastrectomía total profiláctica.