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García-Pelayo sostuvo que el poder es una realidad integral de la vida política y social, y
su análisis se centró en comprender cómo se distribuye y ejerce el poder en la sociedad.
Reconoció que el poder puede adoptar muchas formas, como poder político, poder económico,
poder social y otros. Por su parte Josep Vallés hace mención a que es inevitable hablar de política
y de poder como algo separado, pues “los políticos solo buscan poder”. Hasta el punto de ver a
la ciencia política como “cratología” que infiere a la etimología de la palabra, la cual estipula que
la raíz de la palabra proviene de “Kratos” que es traducido del griego como poder, pues para
Vallés sería entonces una ciencia del poder. En el sistema de relaciones que conocemos
entendemos entonces que la política puede ser vista como un medio para la gestión del conflicto
social por medio de decisiones vinculantes, entonces entendemos que existe un componente de
obligación o de imposición en la acción política que se lleva de forma natural al poder. El poder,
a los ojos de García-Pelayo, es la capacidad de algunas personas o instituciones de gobernar e
influir en otras, y el tema de su investigación es cómo se distribuye y utiliza este poder en la
política y la sociedad.
Josep Vallés, en su libro titulado como “Ciencia Política” en la primera parte denominada
como sociedad, política y poder, establece las nociones del poder político, como se mencionó
anteriormente las ideas sobre el poder como una lucha y la ciencia política como la ciencia del
poder o cratología. Contrapone la noción del conocimiento entorno a una forma de gestión del
conflicto mediante acciones vinculantes, estas permiten al hombre incidir en otros hombres, esto
es necesario entenderlo para poder dilucidar entre las dos perspectivas de entendimiento del
poder bajo la mirada de Vallés. La primera manera de interpretación del poder a los ojos del autor
es que el poder visto como un recurso se tiende a ver como un objeto de posesión de quien lo
tiene, “el poder político está en manos de tal grupo o tal persona”, dice el autor. En síntesis, la
idea es que el proceso del poder político consta de apoderarse del poder, para administrarlo a la
discreción necesaria, como cuando un padre de familia compra los suplementos para abastecer
su hogar y dispone de dichos recursos en un tiempo y espacio previamente determinados.
El poder político puede considerarse un recurso porque es capaz de influir y controlar los
recursos y las decisiones de la sociedad. A continuación, algunas razones por las que el poder
político se considera un recurso, ya que es visto específicamente en el control de los recursos,
pues el poder político proporciona acceso y control sobre diversos recursos, como presupuestos
nacionales, leyes, servicios públicos, activos y propiedades gubernamentales u otros. Quienes
tienen poder político pueden determinar cómo se asignan y distribuyen estos recursos,
brindándoles ventajas y oportunidades. De igual manera en la toma de decisiones, pues el poder
político también significa la capacidad de tomar decisiones que afectan a la sociedad o a una
comunidad. Quienes tienen poder político tienen la capacidad de promulgar políticas, leyes y
regulaciones que afectan significativamente la vida de las personas, la economía y la sociedad
en su conjunto, por ejemplo. De la misma manera la influencia y control del poder político sobre
personas e instituciones. Las personas que ocupan cargos políticos pueden ejercer poder y
liderazgo, y su capacidad para tomar decisiones e influir puede ganar el apoyo, la lealtad y la
obediencia de otros actores políticos y ciudadanos. El poder político proporciona acceso a redes
y alianzas y, por tanto, proporciona ventajas y oportunidades. Quienes tienen poder político
pueden establecer contactos con otros líderes políticos, grupos de interés y actores relevantes,
lo que les permite formar coaliciones, obtener apoyo y promover sus agendas. Pero también, el
poder político confiere prestigio y estatus en la sociedad. Las personas con poder político suelen
ser vistas como líderes y autoridades, lo que las hace reconocibles y respetadas en la esfera
política y en la sociedad en general.
Por otro lado, Vallés afirma que cuando el poder político es visto como el efecto de una
relación, este no puede ser visto como un objeto, ya que no se posee. Mas que un conjunto de
objetos o suministros, ahora lo vemos como una situación, ya que quien desee tener poder no
tiene que apoderarse de nada, sino que debe saber cómo situarse. Por ello el autor argumenta
que se atribuye poder a quien está bien situado o tiene una buena situación. Esta visión por tanto
no es aprehensible, brota de las relaciones sociales y fluye en la medida en la que esas
relaciones vayan ocurriendo.
Por ello tenemos dos visiones, ya que en una se presenta como un instrumento que se
posee para ser utilizado sobre otros para conseguir determinados efectos, pero también lo
podemos ver como un sistema que de probabilidades desarrollados para que se produzcan
ciertos resultados favorables para un determinado autor. Una definición desde el punto de partida
de la doble perspectiva, es que puede ser la capacidad de intervenir en la regulación coactiva
del conflicto social. Por ello para comprender los elementos del poder debemos comprender
cuales son los componentes del poder político, los cuales son la fuerza, la influencia y la
autoridad. Hablamos de fuerza o de coacción cuando existe una capacidad para limitar a otros
al acceso a bienes u oportunidades. En un sentido amplio podemos tomar como ejemplo el
cortometraje presentado en cartelera recientemente bajo el título de “Oppenheimer”, el cual relata
el proceso de inmersión de los Estados Unidos de América en la carrera armamentista nuclear,
siendo designado por el teniente general Leslie Groves para ser quien dirija el proyecto
Manhattan, en partes esenciales del rodaje cinematográfico podemos notar la esencia del poder
detrás del poder, cuando el presidente Roosevelt aprueba el inicio de las operaciones en “Los
Álamos” pero que años después el presidente Truman seria el artífice del ataque a Hiroshima y
Nagasaki, sin embargo a ser ellos los conductores del país en sus respectivos periodos, el poder
era determinado en la capacidad de los científicos del proyecto para el desarrollo de la carrera
nuclear, y de igual manera la coacción entre estados por la carrera nuclear dentro de la segunda
guerra mundial y el impacto también de las fuera interna dentro de los componentes del proyecto
para su correcta ejecución sin errores y mucho menos sin espías dentro de la estructura.
Por otro lado, para Vallés, se habla de influencia cuando el poder político se basa en la
capacidad para persuadir a otros de que conviene adoptar o abandonar determinadas conductas.
En consideración a lo desarrollado con anterioridad, también se manifiesta como autoridad,
entendida entonces como la auctoritas de los clásicos, esto sucede cuando las indicaciones de
un individuo son atendidas por los demás ya que cuenta con un reconocimiento previo. Por ende,
podemos entender que, en la praxis, el poder político requiere de la implementación de los tres
componentes, siendo combinados con el objetivo de que su intervención sea lo más eficaz
posible. La otra cara del poder es conocida como la legitimidad, pero ¿podría existir el uno sin el
otro?, haciendo un análisis con base a lo que se ha determinado por Josep Vallés, podemos
afirmar rápidamente que es un sin propósito decir que el poder pudiese existir sin la legitimidad,
pero en esencia se puede desarrollar a profundidad los efectos de esta visión necesaria para el
desarrollo del poder político.
El autor introduce que el sujeto del poder quien lo ejerce en su actividad impone ciertos
límites a la voluntad de otros actores, dentro del mismo grupo social, por ello se busca de parte
del actor principal la capacidad para conseguir que sean aceptados todos los límites que el poder
impone por parte de ese grupo social, esto es conocido como legitimidad. Para Vallés es dada
la legitimidad como un concepto de aceptación de los límites impuestos. De esta manera el poder
político presenta dos caras antagónicas, una de ellas ejerce la coacción cual fuerza del león
como describe Maquiavelo en “El Príncipe”, pero en otras solo basta con dar una explicación
comprendida como la astucia de zorro, procurando el consentimiento. En esencia estas
características en la concepción del poder y de la legitimidad hablan por si solas de la
transfiguración de las relaciones que se interpolan entre sí. Esto se refiere a un cambio o
transformación en el carácter o ejercicio del poder a lo largo del tiempo o en un contexto
determinado.
Así pues, no podemos hablar de poder sin hablar de política como no podemos hablar de
política sin hablar de poder, son conceptos que están unidos en su naturaleza. De este modo las
relaciones de poder, dentro del ejercicio político del mismo dependen de la legitimidad, así como
de los componentes que el poder político detenta en la praxis. Las relaciones de poder son muy
importantes en la sociedad moderna porque influyen en la distribución de recursos, la
participación política, la desigualdad social, la formación de identidad y la dinámica del cambio
social. Para abordar la desigualdad y promover una sociedad más justa e igualitaria, es esencial
comprender y analizar las relaciones de poder.
Referencias Bibliográficas.