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V.

LAS INSTITUCIONES EN BUSQUEDA DE JUSTICIA

1. LA JUSTICIA HACE BIEN A LA SALUD DE LAS INSTITUCIONES.

Una institución depende de su grado de justicia, dejando entender que de ella se espera que
promueva, realice, tutele y defienda antes que todo la justicia.

SOCRATES: “La justicia y la injusticia no son en absoluto diversas a la salud o a la enfermedad,


aunque estás interesan al cuerpo y aquellas interesan al alma”.

PLATON: Define como enferma una institución injusta y evidencia que la enfermedad institucional
depende del hecho que, en ella, no hay ninguna justicia que actúe y garantice el verdadero orden.
Esto significa que el alma y la ciudad necesitan de un orden que garantice la justicia.

ARISTOTELES. Considera la justicia como virtud completa. Es completa porque deriva del hecho
que cada uno es requerido para aplicarla no solo en relación a sí mismo, sino también con los
otros.

Aristóteles llega a la conclusión de que la justicia es un hecho político. En términos modernos


diremos que la justicia es la virtud que debe presidir cada tipo de relación, cada tipo de institución:
la justicia es virtud completa en cuanto llama a gobernar todos los movimientos de la ciudad y a
producir y preservar la felicidad de los individuos y de la ciudad.

Para que una institución pueda vivir en la justicia, es necesario que los miembros de ella vivan en
armoniosa existencia.

JOHN RAWLS: “La justicia es el primer requisito de las instituciones sociales, así como la verdad lo
es de los sistemas de pensamiento”. La falta de justicia hace dañosas e inmorales las instituciones.

2. ANARQUIA VS. INSTITUCIONES.

La posición anárquica define a todas las instituciones como patológicamente afectadas y, por lo
tanto, inaceptables, dañosas cuanto inútiles.

E. MOUNIER. La refutación anárquica tiene muchas variantes, pero se puede decir que tiene tres
actitudes fundamentales: “el individualismo, la negación total y el desorden”. Las actitudes
anárquicas parecen ser más un problema antropológico que institucional.

La educación: en muchos casos las actitudes anárquicas son fruto de particulares indicaciones
educativas, ofrecidas en la experiencia relacional e institucional.

3. LA JUSTICIA Y EL ORDEN.

Cada institución necesita un modelo de Orden. En términos clásicos se dice que el Orden
representa una Medida según una cantidad exacta. Así, la justicia es la virtud que preside para
organizar la cantidad según el orden establecido: “el orden dice cómo y cuánto distribuir y la
justicia ejecuta el orden, lo traduce en práctica”.

PLATÓN. Afirma que crear la justicia en el alma significa establecer un orden jerárquico natural,
mientras que la injusticia es expresión de un orden jerárquico in-natural.
DOUGLAS: La idea de justicia no es una respuesta natural, no surge en nosotros como una
emoción o un apetito. La idea de justica no emerge casualmente, es fruto de nuestro modo de ser,
pensar y sentir. “Debemos creer que la justicia es un sistema intelectual más o menos
satisfactorio, entendido para garantizar la coordinación de un particular conjunto de
instituciones”.

Cada persona se caracteriza por estar en tensión hacia el orden y por la precepción de lo justo y de
lo injusto.

No existe orden sin justicia, como no existe vida digna de este nombre sin salud.

PROPUESTA ARISTOTÉLICA: “La justicia es un hecho político; de hecho el derecho es el principio


ordenador de la participación política y es también la elección de lo que es justo”.

4. ¿CÓMO Y POR QUÉ DAR UNA REGLA?

PUNTO DE PARTIDA: Un grupo de personas pacta, se ponen de acuerdo sobre algunas obligaciones
fundamentales, adopta convenciones.

Nos interesa evaluar el modo en que una persona se concibe y se comporta en el momento en que
toma decisiones en materia de justicia.

ALDO MORO: “La justicia se edifica como un fermento en lo profundo y tal vez en lo obscuro del
corazón”. “Antes de ser un hecho social, antes de cristalizarse en instituciones y leyes, la justicia es
una virtud, un estado de ánimo personal que aflora en el coloquio cotidiano del hombre con Dios”.

El cristalizarse de cuanto se tiene dentro, en términos de justicia, es el proceso antropológico


fundante. Tal proceso puede dar origen a diversos tipos de cristal, cuántos son los modos en que
las personas y las instituciones explican la necesidad de justicia y lo concretizan en un producto, en
una forma, que hemos llamado Regla, en términos aristotélicos se llamaría Derecho.

En términos de Voegelin el proceso de elaboración y de redacción de una Regla está connotado


por el lenguaje de la tensión (metaxy) porque existe una tensión en el orden social entre los
modelos de orden y el resultado que se traduce en Regla.

ARGUMENTO ARISTOTELICO: “Cada persona posee la percepción del bien y del mal, de lo justo y
de lo injusto, conviene con los otros definir lo que es bueno y malo, lo que es justo e injusto. El
derecho establece lo que es justo”.

Ninguna institución puede vivir en el orden y en la justicia sin una Regla, sin esta no hay justicia. La
Regla es el camino para realizar el bien común.

Custodiar las reglas requiere que las instituciones sigan un camino de justicia que parta de los
aspectos más fundamentales: Justicia Conmutativa, Distributiva y Justicia Social.

5. MÁS ALLÁ DEL SIMPLE CONTRATO.


La Regla de una institución es un tipo de carta de identidad: nace de un pensamiento y de
emociones comunes de sus miembros, del compartir la propia ética y planificación.

La regla de justicia no es el manual de las instituciones para que la maquina institucional funcione
de la mejor manera; es, por el contrario, el pacto fundante de ella, donde está explicado cuál
modelo de orden se sigue, cuál analogía se hace propia, cuál bien se quiere realizar para los
miembros adherentes, cuál justicia se persigue, cuáles principios morales se quieren transmitir,
etc.

El proceso que lleva a las instituciones a producir una Regla compromete a los miembros
adherentes en todo lo que son. Douglas recuerda: “ni la idea de la psiqué ni la idea de la justicia
son independientes de la forma de la sociedad”.

La elaboración de un Regla de justicia necesita del dialogo, que es la capacidad de escuchar las
posiciones de los demás, en un clima de simpatía, estima y bondad.

El proceso de elaboración de un Regla es oportuno que nunca parta, a primera vista, de los análisis
de intereses, es decir, de los costos y beneficios para las personas involucradas. El punto de
partida debe ser, al contrario, el análisis de cuanto se comparte o no en términos de principios
éticos, de historia y sensibilidades personales, sobre esta base se inicia el dialogo y se encuentra el
acuerdo.

6. ¿QUÉ CONTIENE UNA REGLA DE JUSTICIA?

Cada regla de justicia para garantizar la salud de una institución debe responder a cinco
parámetros fundamentales. Estos son:

a). El Bien Común.

b). La Igualdad.

c). La Claridad de la Regla.

d). La necesidad de una pena y rehabilitación.

e). La necesidad de caminos de formación.

7. EL HAMBRE Y LA SED DE JUSTICIA.

Al hambre y a la sed de justicia se opone, como su negación radical, el hambre y sed de ganancia,
en términos clásicos la codicia. Aristóteles precisa con claridad que el hombre injusto es codicioso.
Con presupuestos y finalidad diversa, parecido a la enseñanza bíblica: el justo es aquel que confía
en el Señor y no en los bienes materiales.

Quien se consagra a la codicia y a la avaricia es autor de injusticia profunda y para él está


seriamente comprometido el acceso al Reino, como también la participación en la comunidad
cristiana.
En términos modernos, a la luz de las enseñanzas clásicas y cristianas, se puede decir que no
puede existir justicia si es impulsada por un principio de maximización de la utilidad, con cada
medio y cada costo.

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