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DIFERENCIAS ENTRE EL

CONSULTOR TÉCNICO Y EL PERITO


Año 2012 / N° 2 / Pag. 39 /

Autor

• Bourguignon, Marcelo

Sumario

I. Introducción. II. Prueba pericial. Concepto. III. Consultor técnico. Concepto. IV.
Naturaleza. V. Designación. VI. Idoneidad. VII. Legitimación. VIII. Recusación. IX.
Funciones. X. Dictamen pericial e informe del consultor técnico. XI. Reemplazo. XII.
Valoración. A) Valoración del dictamen pericial. B) Valoración del informe del
consultor técnico. XIII. Responsabilidad. A) Responsabilidad del perito. B)
Responsabilidad del consultor técnico. XIV. Costas y honorarios.

• I. Introducción
• II. Prueba pericial. Concepto
• III. Consultor técnico. Concepto
• IV. Naturaleza
• V. Designación
• VI. Idoneidad
• VII. Legitimación
• VIII. Recusación
• IX. Funciones
• X. Dictamen pericial e informe del consultor técnico
• XI. Reemplazo
• XII. Valoración
• XIII. Responsabilidad
• XIV. Costas y honorarios

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DIFERENCIAS ENTRE EL CONSULTOR TÉCNICO Y EL PERITO

I. Introducción

Actualmente se observa como, día a día, las ciencias experimentales y aplicadas han
avanzado sobre todos los ámbitos de la vida humana. Y el Derecho no ha permanecido
ajeno a este fenómeno. Así los jueces se ven en la necesidad de tener que fallar sobre
cuestiones foráneas a su sapiencia.
Ante esta circunstancia y como consecuencia de la racionalidad del derecho de la
prueba, aparece en el mundo jurídico un medio de prueba capaz de dar respuestas a este
escollo, la prueba pericial.

Con el devenir del tiempo, ésta dejó de ser sólo un medio de prueba para convertirse en
el medio de prueba por antonomasia y el que mayor convicción genera en el ánimo del
juzgador. Consecuentemente, desató grandes controversias en cuanto a su forma de
justipreciación.

La doctrina nos ha hablado de la actividad probatoria como integrante o componente de


la garantía constitucional de la defensa en juicio de las personas (art. 18 de la
Constitución Nacional y art. 8° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos)
por lo cual todos los justiciables tienen derecho a utilizar los medios de prueba
pertinentes para su defensa.

Morello [1] nos habla del derecho constitucional de la prueba como una fase esencial
del debido proceso legal y que el derecho a probar es uno de los elementos que
concurren a definir el proceso justo.

El presente trabajo tiene por norte estudiar dicho instituto y más específicamente, la
primacía que posee, en la praxis judicial, el dictamen emitido por el perito oficial
respecto del informe del consultor técnico.

II. Prueba pericial. Concepto

Palacio [2] ha definido la prueba pericial como aquella que es suministrada por terceros
que, a raíz de un encargo judicial y fundado en los conocimientos científicos, artísticos
o prácticos que poseen, comunican al juez las comprobaciones, opiniones o deducciones
extraídas de los hechos sometidos a su dictamen.

La pericia judicial se presenta en un dictamen como un juicio de valor respecto de


cuestiones de hecho, esencialmente técnicas y acerca de las cuales el experto tiene
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria o actividad técnica
especializada.

Especialidad ajena al conocimiento judicial reservado al juzgador, a quien en definitiva


corresponderá tasar la peritación y fijar en la sentencia la certeza del hecho técnico a fin
de aplicar o no el precepto jurídico al caso particular. Esta consideración de la pericia
como juicio es de fundamental importancia para valorar su eficacia o ineficacia.

III. Consultor técnico. Concepto

Los consultores inauguran en el CPCCN la figura del patrocinio técnico: un verdadero y


propio defensor de los intereses de la parte que lo propuso, en favor de quien aplica su
ciencia y experiencia sobre cuestiones ajenas a la disciplina jurídica.

De la misma manera que las partes en el aspecto jurídico cuentan con el patrocinio
letrado, no se advierte por qué no podrían tener el apoyo de un experto en cuestiones
técnicas.
El consultor técnico es un desprendimiento de la figura del perito: experto en
determinada ciencia, arte o profesión, verdadero defensor del actor o demandado que lo
ofrece como tal en juicio. Se crea, al lado del patrocinio letrado, el patrocinio técnico,
con el fin de asistir en el estudio de las cuestiones técnicas no jurídicas. La
inexperiencia de la parte, escribe Carnelutti [3], puede manifestarse también en zonas
distintas de la técnica jurídica, razón por la cual el defensor consultor se distingue en
defensor jurista y defensor técnico. Este último representa un instituto análogo al
patrocinio, que denomina consulta técnica, concluyendo: "El consultor técnico
representa, pues, una figura estrictamente análoga a la del abogado, y opera en el
proceso a la manera de este último".

IV. Naturaleza

1) Algunos autores niegan a la actividad pericial el carácter de medio de prueba,


arguyendo que los peritos son auxiliares del juez. Sostienen, por consiguiente, que el
dictamen pericial sólo configura un medio para la obtención de una prueba, limitándose
a aportar elementos de juicio a fin de que ella sea libremente valorada por el órgano
judicial. En otras palabras, los peritos no serían más que intermediarios en el
reconocimiento judicial de los hechos controvertidos, supliendo conocimientos de los
cuales el juez habitualmente carece.

Cabe observar a la tesis precedentemente expuesta que el carácter de auxiliares


judiciales que revisten los peritos, en tanto se vincula exclusivamente a la estructura
orgánica de la pericia, no resulta de ninguna manera incompatible con la índole
incuestionablemente probatoria de esta última. Si se atiende, en efecto, a la naturaleza
funcional de la pericia, no cabe duda alguna de que ella es un verdadero medio de
prueba, ya que, aun cuando el dictamen sustituya la percepción directa del hecho por
parte del juez, incorpora al proceso un dato susceptible de provocar la convicción
judicial acerca de la existencia o inexistencia de los hechos controvertidos, circunstancia
que constituye la finalidad genérica de prueba [4].

El perito reviste el carácter de un auxiliar del juez y adquiere su condición procesal a


raíz del nombramiento judicial y de la subsiguiente aceptación del cargo, mientras que
el consultor técnico es un verdadero defensor de la parte, quien lo designa para que la
asesore en los ámbitos de la técnica ajenos al específico saber jurídico.

2) El consultor técnico es un defensor de los intereses de la parte que lo propuso.

Su desempeño consiste en el asesoramiento a las partes en materias externas al campo


jurídico, en orden a brindarles un auxiliar eficaz para la mejor defensa de sus derechos
en un ámbito técnico que, naturalmente, le es desconocido.

Su elección es libre para el litigante, toda vez que no es necesario que se encuentre
inscripto en las listas de peritos. Puede, o no, tener título habilitante, aun cuando la
profesión estuviese reglamentada; no debe aceptar el cargo ante el juzgado; no se
encuentra sujeto a causales de recusación y puede, o no, presentar su dictamen al
expediente [5].

Es indispensable tener en cuenta que la actuación del consultor técnico viene


indisolublemente ligada al desarrollo de una pericia, es decir que el consultor técnico
existe en el proceso, mientras exista la prueba pericial, a la que accede; si no hay
pericia, no hay consultor.

En este sentido se ha resuelto que si existe una pericia elaborada por el perito designado
de oficio, que es un verdadero auxiliar de la justicia, y a ella se agrega el dictamen o la
opinión de un consultor técnico de parte, esta última puede ser apreciada y meritada por
el juez como medio de prueba válida; pero, si no existe pericia no corresponde receptar
ni tener en cuenta las conclusiones del consultor técnico [6].

V. Designación

1) En el sistema del CPCCN la prueba pericial estará a cargo de un perito único


designado de oficio por el juez, salvo cuando una ley especial establezca un régimen
distinto (art. 458).

En los procesos de declaración de incapacidad y de inhabilitación, se estará a lo


dispuesto por el artículo 626, inciso 3° del CPCCN (tres médicos psiquiatras o legistas)
y en el juicio por nulidad de testamento, el juez podrá nombrar de oficio tres peritos
cuando por la importancia y complejidad del asunto lo considere conveniente.

El perito puede ser designado por las partes de común acuerdo antes de que lo haga el
juez (arts. 458 y 462).

2) En cuanto al consultor técnico, las partes gozan del derecho de designar un consultor,
lo que debe hacerse en el escrito en que se ofrezca la prueba o se conteste el traslado de
los puntos de pericia, en el cual se indicará nombre, profesión y domicilio (arts. 458 y
459, CPCCN).

La parte que no ofreció la prueba también puede designar consultor [7].

En caso de que los litisconsortes no concordaran en la designación del consultor técnico


de su parte, el juzgado desinsaculará a uno de los propuestos (art. 459, CPCCN). Así el
juez unifica la consultoría [8].

VI. Idoneidad

1) La idoneidad del perito está señalada en el artículo 464 del CPCCN, que exige título
habilitante, lo que se explica en atención a la naturaleza esencialmente técnica del juicio
(dictamen) solicitado al perito.

Pero si la profesión no estuviese reglamentada, se admitirá como perito a "cualquier


persona con conocimiento en la materia", con lo cual reincorporan al campo de la
prueba pericial aquellas actividades que, no considerándose científicas, necesitan los
conocimientos de una persona idónea capaz de apreciar debidamente las circunstancias
o aspectos que le son sometidos.

2) En cuanto al consultor técnico, se presenta controversia, dado que las leyes


procesales no exigen título habilitante para actuar como experto.
Para un sector de la doctrina, si hay título oficial para el rubro, el consultor debe tenerlo
[9].

Otra corriente señala, en cuanto a la idoneidad, que la ley procesal no exige nada [10].

El CPCCN nada dice en forma expresa acerca de los requisitos que debe alcanzar el
consultor técnico para poder actuar como tal. Sin embargo, el artículo 459 impone a la
parte designante, la indicación de la profesión del experto, y el artículo 472 obliga a
asentar en el informe, a similitud del peritaje, los principios científicos en que se funde,
exigencia que no tendría sentido si reducido al interés de la parte, diera lo mismo el
grado de competencia del defensor técnico.

Sin embargo, y ante la ausencia legal específica, en principio, no es dable exigir


indefectiblemente título profesional, sin embargo si la persona designada se convirtiera
en un obstáculo para la labor pericial, el juez podrá requerir -en uso de sus deberes-
facultades- que la designación técnica recaiga en un sujeto de implícita idoneidad en
función de su título habilitante, dependiendo del sentido y alcance de los puntos de
pericia [11].

VII. Legitimación

1) La legitimación del perito, en la realización de sus tareas y sus deberes procesales,


está taxativamente establecida en las normas del CPCCN: a) aceptación del cargo (art.
469); práctica de la pericia (art. 471), y presentación del dictamen (art. 472).

2) La legitimación del consultor técnico para efectuar actos en el proceso se halla fijada
en la ley 22.434, modificatoria del CPCCN, en la cual denota la presencia activa del
mismo; es decir, éste se encuentra legitimado para opinar, observar, sugerir, advertir, en
todo aquello que guarde relación directa e inmediata con la pericia practicada. De esta
manera la ley establece que podrá:

a) Presenciar las operaciones técnicas que realicen y formular las "observaciones" que
considere pertinente, naturalmente en la etapa preparatoria del dictamen que ejecuta el
perito designado por el juez (art. 471). En este sentido la norma es categórica: "La
pericia estará a cargo del perito designado por el juez" (art. 471, 1er párr.).

b) Presentar por separado, por escrito con copias para las partes, su opinión técnica, la
que deberá ser fundada, pues "contendrá la exposición detallada de las operaciones
técnicas realizadas y de los principios científicos en que se funde" (art. 472). Del escrito
no corresponde dar traslado ni puede dar lugar al incidente de explicaciones (doctrina
art. 473, 1er párr.).

c) Formular observaciones a la pericia ante las explicaciones ordenadas por el juez al


perito (arts. 473, 2° y 3er párrs., 474). Pero no está legitimado para pedir explicaciones,
toda vez que este acto debe ser suscripto por la parte. Es decir, el consultor carece de
mandato para actuar en juicio, a diferencia del procurador o letrado apoderado.

d) Comparecer a las diligencias de ejecución de planos, exámenes científicos y


reconstrucción de los hechos (art. 475).
e) No pueden participar en la deliberación y elaboración del dictamen [12]. Ello no
obsta a que el consultor técnico suscriba el dictamen del perito en caso de compartirlo
enteramente [13].

VIII. Recusación

1) El perito podrá ser recusado por justa causa, dentro del quinto día de la audiencia
preliminar (art. 465, CPCCN).

Son causas de recusación del perito las previstas respecto de los jueces; también, la falta
de título o incompetencia en la materia de que se trate (art. 466, CPCCN).

2) El consultor técnico no puede ser recusado o removido, pero sí reemplazado a


voluntad de la parte que lo designó [14].

IX. Funciones

1) Las funciones del perito (derechos y deberes) son aquellas que fundadas en los
conocimientos científicos, artísticos o prácticos que poseen, comunican al juez las
comprobaciones, opiniones o deducciones extraídas de los hechos a probar y además
claramente establecidas en los artículos 457 a 478 del CPCCN.

2) Las funciones del consultor técnico son de dos tipos: de control y de opinión [15].

Las de control (presenciar operaciones técnicas del pleito y formular observaciones,


concretarlas en audiencia, observar las explicaciones dadas por escrito por los peritos,
participar de la reconstrucción de los hechos o en las demás labores previstas por los
incs. 1° y 2°, art. 475, CPCCN) apuntan a preservar la regularidad y el acierto de la
labor pericial.

La ley legitima, desde el comienzo mismo de las diligencias preparatorias del dictamen
que ejecuta el perito desinsaculado por el juez, la presencia activa del consultor técnico.

Este tipo de observaciones y control a la labor técnica efectuada, a estar de la


jurisprudencia [16], debe ser formulado de cuerpo presente y en el acto de efectivizarse
la pericia, para lo cual puede labrarse simple acta. En caso de que el consultor técnico
no estuviere presente, esa facultad puede ser ejercida por los letrados [17].

Las segundas se condensan en los informes que con el carácter de opinión experta
pueden presentar según lo dispone el artículo 472, 2ª parte. Ésta no puede existir sin la
primera y debe ajustarse a sus tiempos de realización; por lo demás, la labor del
consultor queda plasmada en el expediente y sometida al principio de adquisición
probatoria [18].

Cabe mencionar que la opinión técnica del consultor, aun cuando se encuentre matizada
por la parcialidad, no impide rescatarla como un dictamen científico y en consecuencia
encuadrado en la "objetividad de la investigación" que caracteriza a la función pericial
[19].

X. Dictamen pericial e informe del consultor técnico


1) El dictamen pericial debe ser conducente respecto del hecho a confirmar y, éste,
pertinente con el objeto de la controversia; debe contener explicada motivación;
conclusiones claras, asertivas, convincentes; no deben ser jurídicamente imposibles, sin
exceder los límites del encargo judicial; tampoco debe existir otro medio confirmatorio
que desvirtúe el dictamen [20].

El perito presentará su dictamen por escrito, con copias para las partes. Contendrá la
explicación detallada de las operaciones técnicas realizadas y de los principios
científicos en que se funde (art. 472, CPCCN).

2) Por su parte, el consultor técnico no realiza un dictamen propiamente dicho como lo


hace el perito oficial, sino que su informe se limita únicamente a apoyar las
conclusiones a las que arriba éste, o bien a disentir, y en este caso, a explicitar dónde
radica el yerro del peritaje oficial [21].

Los consultores técnicos de las partes dentro del plazo fijado al perito podrán presentar
por separado sus respectivos informes, cumpliendo los mismos requisitos.

XI. Reemplazo

1) Si el perito no aceptare el cargo, o no concurriere dentro del plazo fijado, el juez


nombrará otro en su reemplazo, de oficio y sin otro trámite (art. 469, segundo párrafo,
CPCCN).

En los casos de renuncia del cargo por parte del perito sin motivo atendible y de
negativa a dar su dictamen o no presentación oportuna del mismo, el juez de oficio
nombrará otro en su lugar, condenándolo a pagar los gastos y honorarios (art. 470).

Igualmente el perito puede ser reemplazado, en el caso de ser admitida su recusación,


por parte del juez de oficio sin otra sustanciación (art. 468).

2) El consultor técnico podrá ser reemplazado por la parte que lo designó; el


reemplazante no podrá pretender una intervención que importe retrogradar la pericia
(art. 461).

El consultor técnico equivale a un patrocinante técnico de la parte que lo propone, de


modo similar al letrado patrocinante. Es de concluir, por tanto, que por decisión de los
profesionales o de sus clientes, el consultor podrá ser reemplazado por desinteligencias
con la parte.

XII. Valoración

A) Valoración del dictamen pericial

El artículo 477 del CPCCN dice: "Eficacia probatoria del dictamen. La fuerza
probatoria del dictamen pericial será estimada por el juez teniendo en cuenta la
competencia del perito, los principios científicos o técnicos en que se funda, la
concordancia de su aplicación con las reglas de la sana crítica, las observaciones
formuladas por los consultores técnicos o los letrados, conforme a los artículos 473 y
474 y los demás elementos de convicción que la causa ofrezca".
Por lo tanto se infiere que el juez no puede dejar de lado el dictamen arbitrariamente;
por el contrario, el precepto le fija una regla de juicio a la cual debe ceñirse en su
apreciación. He aquí esas pautas: a) la competencia del perito; b) los principios
científicos en que se funda; c) la concordancia de su aplicación con las reglas de la sana
crítica; d) las observaciones formuladas por los consultores técnicos o los letrados, y e)
los demás elementos de convicción que la causa ofrezca.

Es decir, no sólo no puede el magistrado ignorar el dictamen, sino que debe valorarlo de
acuerdo con las normas legales enunciadas, aunque después de dicha operación lógica
concluya por apartarse del juicio del técnico, total o parcialmente.

Por lo tanto, el dictamen del perito deberá ser considerado, si bien el juicio técnico no lo
obliga en la fijación de los hechos.

B) Valoración del informe del consultor técnico

Vimos que en el caso de la prueba pericial, el artículo 474 del CPCCN contiene una
regla de juicio que debe tener presente el juez para evaluar la fuerza probatoria del
dictamen pericial.

Lo expuesto no impedirá al juez hacer mérito de los informes de los consultores


técnicos, agregados a la causa, por dos razones: 1) la norma no lo prohíbe y 2) surge
implícitamente del último párrafo del artículo 477: "los demás elementos de convicción
que la causa ofrezca" y uno de éstos puede ser aquella actividad desplegada por los
consultores técnicos. El distintivo reside en la ausencia del "deber" por parte del juez de
considerar estos trabajos; simplemente consistirá una "facultad" de su oficio.

Cabe mencionar que la opinión técnica del consultor, aun cuando se encuentre matizada
por la parcialidad, no impide rescatarla como un dictamen científico y en su
consecuencia enmarcada en la objetividad de la investigación que caracteriza a la
función pericial [22].

De lo expuesto, surge considerar si el dictamen pericial del perito oficial y el del


consultor técnico son iguales o prima alguno sobre el otro. Al respecto, la doctrina y
jurisprudencia mayoritaria se han inclinado por responder que debe prevalecer la
opinión del perito oficial por sobre la del experto designado por la parte, porque el
primero es imparcial, mientras que el segundo defiende los intereses de la parte que lo
nombró [23].

Pero si las conclusiones del perito tienen sobrado sustento lógico y jurídico y no
aparecen desvirtuadas a través de las razones suministradas por el consultor técnico de
la parte que se expide en disidencia, hay que estar al dictamen del perito oficial [24].

XIII. Responsabilidad

A) Responsabilidad del perito

Verificada la aceptación del cargo, el perito contrae el deber de desempeñarlo fielmente


y es pasible en caso contrario de la aplicación de las sanciones de orden civil, penal y
procesal.
Civil: de naturaleza extracontractual, que podría configurarse en varias hipótesis.

Entre ellas, la doctrina menciona: la pérdida de la documentación, la no concurrencia al


lugar donde debía verificarse el examen temporariamente (si ello ocasiona que luego la
prueba no puede practicarse) o la emisión de un dictamen incompleto o equivocado.

Así, siempre que se den los restantes recaudos que hacen nacer el deber de resarcir y en
la medida en que la labor pericial ha hecho perder a la parte la chance de salir triunfante
en el pleito, el perito debería responder.

Procesal: su remoción en el pleito, pérdida a cobrar honorarios y condena a pagar los


gastos resultantes de las diligencias frustradas (art. 470, CPCCN), sanciones varias y
exclusión de las listas. Igualmente les corresponderían las sanciones disciplinarias que
están facultados los jueces a aplicar a los peritos, en su calidad de auxiliares de la
justicia.

Penal: por lo que concierne a las sanciones de naturaleza penal, los peritos pueden ser
pasibles, entre otras, de las previstas en los artículos 243, 256, 265 y 275 del Código
Penal.

B) Responsabilidad del consultor técnico

Civil: la actividad del consultor técnico constituye una obligación de hacer, en definitiva
el consultor responde ante el proponente o designante, de la falta de cumplimiento de
los deberes de su función y de la morosidad en ese ejercicio. Penal: el Código Penal se
inclina por la punición del perito y no cabe encuadrar al consultor técnico dentro de las
mismas. En cambio el consultor técnico puede incurrir en los delitos sancionados de
cohecho (art. 256), negociaciones incompatibles (art. 265) y exacciones ilegales (art.
266).

XIV. Costas y honorarios

1) El perito desarrolla una actividad profesional que debe remunerársele.

Como principio general, la parte condenada en costas debe pagar los honorarios de los
peritos, a excepción de los casos siguientes:

a) Oposición de la contraparte a la procedencia de la prueba pericial (art. 478, inc. 1°,


CPCCN) realizada al contestar la demanda (art. 459, párr. 2°).

b) El desinterés de la contraparte en la pericia y su abstención de participar (art. 478,


inc. 2°).

El perito puede pretender el cobro de sus gastos y honorarios frente a quien no fue
condenado en costas, pero su reclamo se limita al cincuenta por ciento de los honorarios
que le fueren regulados (art. 77 in fine, CPCCN) sin perjuicio a lo dispuesto en el
artículo 478, párrafo 1°.

2) Los honorarios remunerativos de la labor del consultor técnico son determinados por
el juez e integran la condena impuesta (art. 461, 2ª parte, CPCCN); cuyo pago es
soportado por el sujeto pasivo de esa obligación según el principio objetivo del
vencimiento (art. 68, CPCCN).

El artículo 461, 2ª parte, del CPCCN establece que el perdedor deberá afrontar, dentro
de la condena en costas, el importe de los honorarios regulados al consultor que hubiese
designado la contraria. La moderación de tal condena podría llevarle en los términos del
artículo 68, 2ª parte, o inclusive en los del artículo 71, a soluciones proporcionales.

En materia de manifestación de desinterés, impugnación de procedencia de la pericial,


los honorarios de los consultores integrarán o no la condena en costas, según las reglas
previstas en el artículo 478 [25].

Palacio [26] sostiene que "los honorarios del consultor técnico, en tanto comportan
gastos del proceso, integran la condena en costas, pero su pago se halla a cargo
exclusivo de la parte que lo designó si, impugnada por el adversario la procedencia de la
prueba, de la sentencia resulta que aquélla no constituyó uno de los elementos de
convicción coadyuvantes para la decisión, o la otra parte manifestó oportunamente su
carencia de interés en la pericia, salvo que el fallo haya hecho mérito de ésta para
resolver a su favor (art. 478, CPCCN)".

Por otra parte, Atilio González [27] opina que el consultor técnico -al igual que el
perito- no se encuentra vinculado por la decisión condenatoria en costas, pudiendo
perseguir el cobro de sus honorarios contra ambas partes constituyentes del proceso,
indistintamente: contra el condenado en costas, como obligado de responsabilidad; y
contra la parte contrapuesta a ésta, como obligada de garantía; salvo la acción regresiva
de ésta contra aquél.

1 MORELLO, Augusto, La prueba. Tendencias modernas, La Plata, 1991, p. 14.


2 PALACIO, Lino E., Derecho Procesal Civil, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1977, t.
IV, p. 674.
3 Instituciones, t. I, p. 188.
4 PALACIO, Derecho Procesal Civil cit., t. IV, p. 676.
5 FENOCHIETTO, Carlos E., Peritos y "consultores técnicos" en la ley 22.434
modificatoria al Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, en L. L. 1981-
C1119.
6 CNCiv., sala K, 20-11-91, "Aranda de Fernández, Dominga E. c/Marino, Miguel y
otro s/Sumario", AP 10/5650.
7 ABATTI, Enrique L.; GRIFFI, Omar E. y ROCCA (h), Ival, El consultor técnico en
el Código Procesal (ley 22.434); LOBO, María C., El consultor técnico, en D. J.
1994-1-321.
8 Ibídem.
9 QUADRI, Gabriel H., La prueba en el proceso civil y comercial, p. 1300; ABATTI,
GRIFFI y ROCCA (h), El consultor técnico en el Código Procesal cit.
10 RIVAS, Adolfo y BARREIRO NAVAS, Francisco, En torno al consultor técnico, en
L. L. 1993-E-257.
11 Ibídem.
12 COLOMBO, Carlos J. y KIPER, Claudio M., Código Procesal Civil y Comercial de
la Nación, t. IV, p. 399.
13 CNCiv., sala A, 15-9-98, "García, Manuel s/Sucesión c/Ortiz, Emilio s/Nulidad de
contrato", AP 10/378.
14 PALACIO, Lino E., Estudio de la reforma procesal civil y comercial. Ley 22.434,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1982, p. 159.
15 RIVAS y BARREIRO NAVAS, En torno al consultor técnico cit., p. 257.
16 CNCiv., sala B, 26-10-83, "Víctor Santesteban y Cía. SA c/Propietarios Edificio
Colombres 415 y otros", J. A. 1984-II-299.
17 GONZÁLEZ, Atilio C., El consultor técnico en la normación del Código Procesal de
la Nación, en L. L. 1990-D-840.
18 RIVAS y BARREIRO NAVAS, En torno al consultor técnico cit., p. 257.
19 FENOCHIETTO, Peritos y "consultores técnicos" en la ley 22.434 modificatoria al
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación cit., p. 1119.
20 ALVARADO VELLOSO, Adolfo, La prueba judicial (reflexiones prácticas sobre
confirmación procesal), Tirant Monografías, Valencia, 2006, ps. 9103 y ss.
21 GIR, Alberto Santiago, Prueba pericial (aspectos lógicos, jurídicos y filosóficos), en
http://www.academiadederecho.org.
22 FENOCHIETTO, Peritos y "consultores técnicos" en la ley 22.434 modificatoria al
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación cit., p. 1119.
23 CFed., sala B, 21-2-89, L. L. 1989-700, cit. por MARTÍNEZ CRESPO, Mario,
Temas prácticos de Derecho Procesal Civil, Advocatus, Córdoba, 2004, p. 17.
24 GIR, Prueba pericial... cit., ps. 11 y ss.
25 RIVAS y BARREIRO NAVAS, En torno al consultor técnico cit., p. 257.
26 PALACIO, Estudio de la reforma procesal civil y comercial. Ley 22.434 cit., p. 159.
27 GONZÁLEZ, El consultor técnico en la normación del Código Procesal de la Nación
cit., p. 840.

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