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Autor
• Bourguignon, Marcelo
Sumario
I. Introducción. II. Prueba pericial. Concepto. III. Consultor técnico. Concepto. IV.
Naturaleza. V. Designación. VI. Idoneidad. VII. Legitimación. VIII. Recusación. IX.
Funciones. X. Dictamen pericial e informe del consultor técnico. XI. Reemplazo. XII.
Valoración. A) Valoración del dictamen pericial. B) Valoración del informe del
consultor técnico. XIII. Responsabilidad. A) Responsabilidad del perito. B)
Responsabilidad del consultor técnico. XIV. Costas y honorarios.
• I. Introducción
• II. Prueba pericial. Concepto
• III. Consultor técnico. Concepto
• IV. Naturaleza
• V. Designación
• VI. Idoneidad
• VII. Legitimación
• VIII. Recusación
• IX. Funciones
• X. Dictamen pericial e informe del consultor técnico
• XI. Reemplazo
• XII. Valoración
• XIII. Responsabilidad
• XIV. Costas y honorarios
I. Introducción
Actualmente se observa como, día a día, las ciencias experimentales y aplicadas han
avanzado sobre todos los ámbitos de la vida humana. Y el Derecho no ha permanecido
ajeno a este fenómeno. Así los jueces se ven en la necesidad de tener que fallar sobre
cuestiones foráneas a su sapiencia.
Ante esta circunstancia y como consecuencia de la racionalidad del derecho de la
prueba, aparece en el mundo jurídico un medio de prueba capaz de dar respuestas a este
escollo, la prueba pericial.
Con el devenir del tiempo, ésta dejó de ser sólo un medio de prueba para convertirse en
el medio de prueba por antonomasia y el que mayor convicción genera en el ánimo del
juzgador. Consecuentemente, desató grandes controversias en cuanto a su forma de
justipreciación.
Morello [1] nos habla del derecho constitucional de la prueba como una fase esencial
del debido proceso legal y que el derecho a probar es uno de los elementos que
concurren a definir el proceso justo.
El presente trabajo tiene por norte estudiar dicho instituto y más específicamente, la
primacía que posee, en la praxis judicial, el dictamen emitido por el perito oficial
respecto del informe del consultor técnico.
Palacio [2] ha definido la prueba pericial como aquella que es suministrada por terceros
que, a raíz de un encargo judicial y fundado en los conocimientos científicos, artísticos
o prácticos que poseen, comunican al juez las comprobaciones, opiniones o deducciones
extraídas de los hechos sometidos a su dictamen.
De la misma manera que las partes en el aspecto jurídico cuentan con el patrocinio
letrado, no se advierte por qué no podrían tener el apoyo de un experto en cuestiones
técnicas.
El consultor técnico es un desprendimiento de la figura del perito: experto en
determinada ciencia, arte o profesión, verdadero defensor del actor o demandado que lo
ofrece como tal en juicio. Se crea, al lado del patrocinio letrado, el patrocinio técnico,
con el fin de asistir en el estudio de las cuestiones técnicas no jurídicas. La
inexperiencia de la parte, escribe Carnelutti [3], puede manifestarse también en zonas
distintas de la técnica jurídica, razón por la cual el defensor consultor se distingue en
defensor jurista y defensor técnico. Este último representa un instituto análogo al
patrocinio, que denomina consulta técnica, concluyendo: "El consultor técnico
representa, pues, una figura estrictamente análoga a la del abogado, y opera en el
proceso a la manera de este último".
IV. Naturaleza
Su elección es libre para el litigante, toda vez que no es necesario que se encuentre
inscripto en las listas de peritos. Puede, o no, tener título habilitante, aun cuando la
profesión estuviese reglamentada; no debe aceptar el cargo ante el juzgado; no se
encuentra sujeto a causales de recusación y puede, o no, presentar su dictamen al
expediente [5].
En este sentido se ha resuelto que si existe una pericia elaborada por el perito designado
de oficio, que es un verdadero auxiliar de la justicia, y a ella se agrega el dictamen o la
opinión de un consultor técnico de parte, esta última puede ser apreciada y meritada por
el juez como medio de prueba válida; pero, si no existe pericia no corresponde receptar
ni tener en cuenta las conclusiones del consultor técnico [6].
V. Designación
El perito puede ser designado por las partes de común acuerdo antes de que lo haga el
juez (arts. 458 y 462).
2) En cuanto al consultor técnico, las partes gozan del derecho de designar un consultor,
lo que debe hacerse en el escrito en que se ofrezca la prueba o se conteste el traslado de
los puntos de pericia, en el cual se indicará nombre, profesión y domicilio (arts. 458 y
459, CPCCN).
VI. Idoneidad
1) La idoneidad del perito está señalada en el artículo 464 del CPCCN, que exige título
habilitante, lo que se explica en atención a la naturaleza esencialmente técnica del juicio
(dictamen) solicitado al perito.
Otra corriente señala, en cuanto a la idoneidad, que la ley procesal no exige nada [10].
El CPCCN nada dice en forma expresa acerca de los requisitos que debe alcanzar el
consultor técnico para poder actuar como tal. Sin embargo, el artículo 459 impone a la
parte designante, la indicación de la profesión del experto, y el artículo 472 obliga a
asentar en el informe, a similitud del peritaje, los principios científicos en que se funde,
exigencia que no tendría sentido si reducido al interés de la parte, diera lo mismo el
grado de competencia del defensor técnico.
VII. Legitimación
2) La legitimación del consultor técnico para efectuar actos en el proceso se halla fijada
en la ley 22.434, modificatoria del CPCCN, en la cual denota la presencia activa del
mismo; es decir, éste se encuentra legitimado para opinar, observar, sugerir, advertir, en
todo aquello que guarde relación directa e inmediata con la pericia practicada. De esta
manera la ley establece que podrá:
a) Presenciar las operaciones técnicas que realicen y formular las "observaciones" que
considere pertinente, naturalmente en la etapa preparatoria del dictamen que ejecuta el
perito designado por el juez (art. 471). En este sentido la norma es categórica: "La
pericia estará a cargo del perito designado por el juez" (art. 471, 1er párr.).
b) Presentar por separado, por escrito con copias para las partes, su opinión técnica, la
que deberá ser fundada, pues "contendrá la exposición detallada de las operaciones
técnicas realizadas y de los principios científicos en que se funde" (art. 472). Del escrito
no corresponde dar traslado ni puede dar lugar al incidente de explicaciones (doctrina
art. 473, 1er párr.).
VIII. Recusación
1) El perito podrá ser recusado por justa causa, dentro del quinto día de la audiencia
preliminar (art. 465, CPCCN).
Son causas de recusación del perito las previstas respecto de los jueces; también, la falta
de título o incompetencia en la materia de que se trate (art. 466, CPCCN).
IX. Funciones
1) Las funciones del perito (derechos y deberes) son aquellas que fundadas en los
conocimientos científicos, artísticos o prácticos que poseen, comunican al juez las
comprobaciones, opiniones o deducciones extraídas de los hechos a probar y además
claramente establecidas en los artículos 457 a 478 del CPCCN.
2) Las funciones del consultor técnico son de dos tipos: de control y de opinión [15].
La ley legitima, desde el comienzo mismo de las diligencias preparatorias del dictamen
que ejecuta el perito desinsaculado por el juez, la presencia activa del consultor técnico.
Las segundas se condensan en los informes que con el carácter de opinión experta
pueden presentar según lo dispone el artículo 472, 2ª parte. Ésta no puede existir sin la
primera y debe ajustarse a sus tiempos de realización; por lo demás, la labor del
consultor queda plasmada en el expediente y sometida al principio de adquisición
probatoria [18].
Cabe mencionar que la opinión técnica del consultor, aun cuando se encuentre matizada
por la parcialidad, no impide rescatarla como un dictamen científico y en consecuencia
encuadrado en la "objetividad de la investigación" que caracteriza a la función pericial
[19].
El perito presentará su dictamen por escrito, con copias para las partes. Contendrá la
explicación detallada de las operaciones técnicas realizadas y de los principios
científicos en que se funde (art. 472, CPCCN).
Los consultores técnicos de las partes dentro del plazo fijado al perito podrán presentar
por separado sus respectivos informes, cumpliendo los mismos requisitos.
XI. Reemplazo
En los casos de renuncia del cargo por parte del perito sin motivo atendible y de
negativa a dar su dictamen o no presentación oportuna del mismo, el juez de oficio
nombrará otro en su lugar, condenándolo a pagar los gastos y honorarios (art. 470).
XII. Valoración
El artículo 477 del CPCCN dice: "Eficacia probatoria del dictamen. La fuerza
probatoria del dictamen pericial será estimada por el juez teniendo en cuenta la
competencia del perito, los principios científicos o técnicos en que se funda, la
concordancia de su aplicación con las reglas de la sana crítica, las observaciones
formuladas por los consultores técnicos o los letrados, conforme a los artículos 473 y
474 y los demás elementos de convicción que la causa ofrezca".
Por lo tanto se infiere que el juez no puede dejar de lado el dictamen arbitrariamente;
por el contrario, el precepto le fija una regla de juicio a la cual debe ceñirse en su
apreciación. He aquí esas pautas: a) la competencia del perito; b) los principios
científicos en que se funda; c) la concordancia de su aplicación con las reglas de la sana
crítica; d) las observaciones formuladas por los consultores técnicos o los letrados, y e)
los demás elementos de convicción que la causa ofrezca.
Es decir, no sólo no puede el magistrado ignorar el dictamen, sino que debe valorarlo de
acuerdo con las normas legales enunciadas, aunque después de dicha operación lógica
concluya por apartarse del juicio del técnico, total o parcialmente.
Por lo tanto, el dictamen del perito deberá ser considerado, si bien el juicio técnico no lo
obliga en la fijación de los hechos.
Vimos que en el caso de la prueba pericial, el artículo 474 del CPCCN contiene una
regla de juicio que debe tener presente el juez para evaluar la fuerza probatoria del
dictamen pericial.
Cabe mencionar que la opinión técnica del consultor, aun cuando se encuentre matizada
por la parcialidad, no impide rescatarla como un dictamen científico y en su
consecuencia enmarcada en la objetividad de la investigación que caracteriza a la
función pericial [22].
Pero si las conclusiones del perito tienen sobrado sustento lógico y jurídico y no
aparecen desvirtuadas a través de las razones suministradas por el consultor técnico de
la parte que se expide en disidencia, hay que estar al dictamen del perito oficial [24].
XIII. Responsabilidad
Así, siempre que se den los restantes recaudos que hacen nacer el deber de resarcir y en
la medida en que la labor pericial ha hecho perder a la parte la chance de salir triunfante
en el pleito, el perito debería responder.
Penal: por lo que concierne a las sanciones de naturaleza penal, los peritos pueden ser
pasibles, entre otras, de las previstas en los artículos 243, 256, 265 y 275 del Código
Penal.
Civil: la actividad del consultor técnico constituye una obligación de hacer, en definitiva
el consultor responde ante el proponente o designante, de la falta de cumplimiento de
los deberes de su función y de la morosidad en ese ejercicio. Penal: el Código Penal se
inclina por la punición del perito y no cabe encuadrar al consultor técnico dentro de las
mismas. En cambio el consultor técnico puede incurrir en los delitos sancionados de
cohecho (art. 256), negociaciones incompatibles (art. 265) y exacciones ilegales (art.
266).
Como principio general, la parte condenada en costas debe pagar los honorarios de los
peritos, a excepción de los casos siguientes:
El perito puede pretender el cobro de sus gastos y honorarios frente a quien no fue
condenado en costas, pero su reclamo se limita al cincuenta por ciento de los honorarios
que le fueren regulados (art. 77 in fine, CPCCN) sin perjuicio a lo dispuesto en el
artículo 478, párrafo 1°.
2) Los honorarios remunerativos de la labor del consultor técnico son determinados por
el juez e integran la condena impuesta (art. 461, 2ª parte, CPCCN); cuyo pago es
soportado por el sujeto pasivo de esa obligación según el principio objetivo del
vencimiento (art. 68, CPCCN).
El artículo 461, 2ª parte, del CPCCN establece que el perdedor deberá afrontar, dentro
de la condena en costas, el importe de los honorarios regulados al consultor que hubiese
designado la contraria. La moderación de tal condena podría llevarle en los términos del
artículo 68, 2ª parte, o inclusive en los del artículo 71, a soluciones proporcionales.
Palacio [26] sostiene que "los honorarios del consultor técnico, en tanto comportan
gastos del proceso, integran la condena en costas, pero su pago se halla a cargo
exclusivo de la parte que lo designó si, impugnada por el adversario la procedencia de la
prueba, de la sentencia resulta que aquélla no constituyó uno de los elementos de
convicción coadyuvantes para la decisión, o la otra parte manifestó oportunamente su
carencia de interés en la pericia, salvo que el fallo haya hecho mérito de ésta para
resolver a su favor (art. 478, CPCCN)".
Por otra parte, Atilio González [27] opina que el consultor técnico -al igual que el
perito- no se encuentra vinculado por la decisión condenatoria en costas, pudiendo
perseguir el cobro de sus honorarios contra ambas partes constituyentes del proceso,
indistintamente: contra el condenado en costas, como obligado de responsabilidad; y
contra la parte contrapuesta a ésta, como obligada de garantía; salvo la acción regresiva
de ésta contra aquél.