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DEONTOLOGÍA DE LA EMPRESA

ADE Y MARKETING

IRENE RODRÍGUEZ DÍAZ


CURSO 2023-24
TEMA 1: ÉTICA, MORAL Y DERECHO
1.1 La Ética
Ética (griego-> “Ethos”) significa “hábito”- “usos y costumbres” y hace referencia a la norma de vida.

Es una ciencia normativa que parte del interior de la persona y hace que ésta obre conforme a sentimientos
internos. La ética expone y fundamenta científicamente principios universales sobre la moralidad de los actos
humanos; se ocupa de la conducta libre del hombre, proporcionándole normas necesarias para obrar el bien. Esta
ciencia es teórica en su estructura, pero práctica en su fin. Los principios éticos básicos son:

Principio de autonomía
Es la capacidad de tomar decisiones propias e implica el deber de respetar la autonomía de los demás. Kant la
liga con la libertad, defiende la ética del deber y critica la ética basada en la felicidad (actuar en función del
deber y no de los intereses). Ha de respetarse como norma. Sin embargo, es un principio relativo, que si se lleva
hasta el extremo dará lugar al descontrol y la anarquía. A su vez, está limitado por el principio de no
maleficencia para no dañar a los demás.

Principio de beneficencia
Libertad de toda persona de vivir de acuerdo con sus propios ideales de perfección y felicidad. Consiste en hacer
el bien y considerar valioso a otra persona y procurar su bien. Se aplica siempre, salvo que entre en colisión con
la propia vida. Limita la aparición y la resolución de los conflictos, generando más beneficios que daños o
perjuicios.

Muchas empresas aplican el principio de beneficencia a la sociedad, devolviendo una parte de sus ingresos a la
sociedad (mediante ayudas). Algunas empresas están obligadas a destinar parte de sus beneficios a su obra
social, cuyo fin es la promoción de los sectores desfavorecidos de la sociedad. (De forma voluntaria).

Principio de no maleficencia
Derecho de toda persona a no ser discriminada por razones biológicas (raza, sexo, edad, salud, etc.) Implica el
deber de no hacer daño, incluso si la propia persona lo solicitara expresamente. Se trata de un imperativo ético
aplicado a todos los sectores de la vida. Algunos filósofos incluyen la beneficencia y la no maleficencia en un
único tipo. Sin embargo, hay autores que prefieren referirse a cada uno por separado.

Principio de justicia
Se entiende como la virtud de dar a cada uno lo que le pertenece o corresponde, así como hacer valer los
derechos de cada persona y evitar ser discriminado, respetando la diversidad. Equitativa distribución de
beneficios y riesgos entre los miembros de la sociedad, por lo que se relaciona con la igualdad y equidad.
Incluye el derecho a acceder a BBSS de la sociedad, sin que ninguna salga beneficiada a costa del otro (“No
hagas lo que no quieras para ti”).

Art 1.1 CE “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores
superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político”. Incluye
familia (equidad entre sus integrantes), sociedad (bienestar general, intereses de todos) y empresa (relación entre
miembros y actividad productiva justa).

Hobbes entendía la justicia como aquello acorde a la ley. La Constitución la entiende como uno de los poderes
del Estado. También es un servicio público con acceso para todos los ciudadanos.

Entre las aplicaciones prácticas de este principio está la de partir de la consideración de todos los seres humanos
como iguales.

Conflicto entre principios

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La necesidad de recurrir a fundamentos se evidencia cuando se constatan las inevitables contradicciones
surgidas entre los principios, cuando se trata de aplicarlos para resolver los conflictos. En estas situaciones, se
puede producir una jerarquía entre los principios, según la cual el principio de autonomía y beneficencia se
encontrarían limitados por el principio de no maleficencia y de justicia. Según la citada jerarquía, las
obligaciones derivadas de los principios de no maleficencia y justicia pueden ser impuestas obligatoriamente a
todos los miembros de la sociedad.

1.2. Pluralidad de éticas y morales


Aristóteles (Tratado de ética a Nicómaco), afirma que el objeto material de la ética son los actos humanos
realizados con conocimiento, libertad y voluntad.

Sin embargo, el objeto de estudio de la ética se centra en la moralidad ya que un acto no se considera ni bueno
ni malo. La moral es un sistema de normas, principios y valores que regulan las relaciones mutuas entre
individuos, o entre ellos y la comunidad. En esta formulación la moral sería un comportamiento adquirido a
través de la repetición y constancias de ciertos actos.

La ética es una ciencia filosófica, teórica y práctica, que investiga la moralidad y sus valores, y conductas con el
fin de la honestidad. El hombre como agente moral busca razones a sus principios morales (justificados en la
vida según sus consecuencias) y actúa conforme a ellos.

Para las éticas teleológicas, los actos son “buenos” si pueden obtener determinadas cosas (placer, felicidad o
utilidad). Esta justifica el hedonismo: busca el placer; o el estoicismo: la virtud es el único bien que se debe
buscar.

Para las éticas deontológicas, la intención no es “buena” o “mala”, ya que es independiente a sus resultados. Lo
importante es actuar con la convicción de que tiene que actuar así (por deber y no por moralidad).

1.3. Ética, moral y derecho


- La sumisión del Derecho a la Ética.
Las normas jurídicas responden a un código de valores por lo que la ética influye sobre el Derecho (afecta a la
vida cotidiana) como un instrumento para reforzar sus valores. Este está sometido a la ética, en aquellos valores
considerados esenciales para el mantenimiento de la organización social. Por ejemplo, el Código de la
circulación refuerza (con sus normas) una conducción más segura y racional.

Hans Kelsen manifiesta que los factores sociales determinan las leyes que deben existir. Para los positivistas la
ley no es justa ni injusta, sino únicamente una ley. Santo Tomás de Aquino decía que “una ley injusta no es
una ley”, para los iusnaturalistas el Derecho debía estar sometido a la ética. Para él, los principios morales son
principios absolutos, desde el momento en que tienen un origen divino. Algunos autores consideran que el
Derecho debe ser moralmente neutral, que responda a opiniones mayoritarias y no a criterios éticos.

En España la asimilación de parte de nuestro Derecho a las normas morales es muy evidente. El art 125 5 CV
permite introducir todos los pactos, cláusulas o condiciones que deseen “siempre que no sean contrarias a las
leyes, moral u orden público”. El ordenamiento jurídico recibe estos patrones, al prohibir tratos y penas crueles.
En el orden penal la sumisión del Derecho a la moral resulta también evidente al definir conductas antijurídicas
(robo, violación, homicidio, estafa…). En este sentido, cuando el Derecho recoge reglas morales trata de
proteger la vida humana.

- Moral y derecho

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El Derecho se tiene que cumplir, aunque no sea justo, pues el único requisito es que se produzca con la
autoridad y los requisitos establecidos para tal fin. Después de la Segunda Guerra Mundial se tenía que decidir si
se juzgaba a personas que habían cometido delitos contra la humanidad. Si el Derecho no tiene por qué ser justo,
aquellas sentencias no se tenían que haber revisado, sin embargo, fueron posteriormente anuladas al considerar
su carácter inmoral. Si se aceptan totalmente estos planteamientos se corre el peligro de animar a los ciudadanos
a descalificar, como antijurídica, una norma que considerasen injusta, negándose a obedecer.

Hay autores que buscan una posición intermedia entre el iusnaturalismo y el positivismo. Finnis admite que el
Derecho injusto se puede considerar como verdadero Derecho (mal Derecho o Derecho defectuoso).

En cualquier ordenamiento jurídico se pueden producir normas injustas, que no invalidan toda la construcción
jurídica. Se supone que el ordenamiento tiene la capacidad para tender hacia un equilibrio pacífico, sustituyendo
aquellas leyes que son injustas y crean tensión jurídica y social.

1.4 La ética profesional


La obligación ética de la empresa experimenta un crecimiento en la década de los 70 del s. XX al surgir con
fuerza, en Estados Unidos, la Business Ethics.

El capitalismo americano consideraba la empresa un negocio de usar y tirar. El europeo considera la empresa
como un grupo humano, valioso para la sociedad y que concilia el beneficio con la producción. El fundador del
liberalismo económico, Adam Smith, creía en la economía como una actividad capaz de generar mayor libertad
y felicidad (“La riqueza de las naciones”). Si la empresa es fruto de la sociedad en la que opera, no es ajena a
sus valores éticos.

No obstante, la joven ética empresarial se enfrenta a problemas muy importantes, como:

- La vulnerabilidad del trabajo, poniendo en entredicho las justas exigencias de un salario digno.
- La empresa difumina a los posibles afectados por la falta de ética, a la vez que favorece unos directivos
muy agresivos.

La ética actual se basa en la libertad, felicidad, derechos, justicia e igualdad, que son valores que nacen de las
grandes tradiciones espirituales y filosóficas de la humanidad.

Algunas de las crisis económicas más graves (1929 y 2008) se deben a la falta ética en el ámbito empresarial.
Todo esto ha llevado a que en aquellos lugares donde la sociedad civil está configurada y posee fuerza, se
demanden comportamientos éticos a las organizaciones empresariales, ante este tipo de actuaciones, que son
consideradas inmorales e incluso escandalosas. Estos movimientos han causado que los empresarios sean cada
vez más sensibles y receptivos, pues sin la confianza de la sociedad y la credibilidad empresarial te condenas al
fracaso en el mercado.

La obligación ética de la empresa


La ética de la empresa no son sólo normas y deberes, sino también valores como: libertad, igualdad, solidaridad,
respeto activo y diálogo. Para su desarrollo es necesario la ética de la responsabilidad, hacia el interés de todos y
de la organización.

Por tanto, la administración de personal debe tender hacia la consolidación de una empresa ética, basada en:

- Una cultura corporativa sólida (valores construidos colectivamente).


- El talento humano como capital principal de la empresa.
- La calidad como aspiración fundamental.
- La combinación de la búsqueda de bienes tangibles (materiales) e intangibles (armonía, cooperación).
- La preocupación por los clientes, trabajadores, proveedores y los competidores.
- Asumir la responsabilidad social por las acciones de la empresa.
- Ejercer una dirección basada en valores y el predominio de un contrato moral de empresa-integrantes.

La competencia y la ética

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La Regla Clave es: Competir.

- Debe predominar la competencia leal, sancionándose la deslealtad. Consiste en luchar con armas licitas. La
publicidad vinculada a la verdad, precio y calidad: no denigrar a la competencia.

- Con el público también hay deberes de competencia: no atentar contra la salud, seguridad ni contra el medio
ambiente.

Virtudes específicas del empresario


Debe ser laborioso, imaginativo, íntegro, veraz y transparente. Además de prudente y asumir riesgos (audaz).
Debe tener presente que faltar a la ética es un costo alto, es una necesidad, de ahí que existan códigos éticos de
conducta (deontológicos) para alcanzar el éxito.

El líder no asume la condición de simple gerente, sino que desempeña un papel de eje central de las actividades
que desarrollan todas las personas en la empresa que dirige. En la empresa moderna las personas no son un
recurso “más”, sino se consideran seres que merecen el mejor y mayor de los respetos. Entre estas personas
encontramos los accionistas, los directivos, los proveedores, los empleados y los clientes.

Los tres valores que deben realizar las empresas son: económico (compensación); psicológico; y ético en la
empresa.

El liderazgo ético y la ética empresarial


El “Liderazgo Ético” es una necesidad que hace mejor y más rica a la empresa. Por el contrario, si se busca el
enriquecimiento acelerado, y sobre bases ilícitas, la empresa se termina perjudicando gravemente, a sí misma. El
cliente es cada día, más y más exigente, y más difícil de engañar. La globalización y el desarrollo de las
telecomunicaciones propician el intercambio de información.

El temor a las reclamaciones judiciales es una preocupación generalizada de las empresas y de sus directivos.
Defraudar a la sociedad, saltándose las normas jurídicas y los valores éticos, no es un buen negocio, pues los
riesgos son más elevados que los posibles beneficios. Por eso, es necesaria una Deontología profesional, que
ofrezca unos criterios claros, para revalorizar las actitudes y valores gerenciales, pues la ética empresarial es
ahora una necesidad y no una virtud.

1.5. La justicia
Viene del latín iustitĭa -> derecho -> “lo justo”.

Representa la virtud de cumplir y respetar el Derecho (exigir y otorgar), y establecer un marco de relaciones
pacíficas entre personas e instituciones de forma que se prohíban y autoricen acciones específicas. La justicia se
entiende como la virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece. Para aplicarla se necesita discernir
entre lo correcto y lo incorrecto (valor moral).

- Art. 1.1. CE: cuando declara que “España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho,
que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y
el pluralismo político”.

Ámbito social: se trabaja por el interés general, poniendo delante los intereses de todo encima de los
particulares; Ámbito de la empresa: mantenimiento de las normas laborales, convenios colectivos, códigos
deontológicos y otras de organización, convivencia y conducta. Es necesario que los que participan en la
actividad productiva, se guíen por criterios de justicia.

Thomas Hobbes y el positivismo jurídico entendían que el fundamento de lo justo era lo que estaba de
acuerdo con la ley. La Constitución la entiende de otra manera -> art 117.1 CE: afirma que la Justicia deriva del
pueblo y es un poder del Estado. Además, es posible entender la justicia como un servicio público (acceso todos
los ciudadanos) -> art. 119 CE: dispensa determinados desembolsos a los que no cuenten con suficientes
ingresos.

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