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Introducción
Siempre que alguien se levanta para hacer la obra de Dios, debe esperar una reacción
espiritual por parte del adversario. Cuando nos disponemos a edificar la muralla de
protección sobre nuestra vida, familia, iglesia o nación, las fuerzas de la oscuridad se
levantarán para oponer resistencia y tratar de detenernos, intimidarnos o desalentarnos.
Nehemías consiguió lo que por varios años nadie se había ocupado de hacer.
Los muros de la ciudad estaban destruidos y nadie se preocupaba por eso.
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Es aquí donde se vuelve crucial intensificar la oración y poner guarda de día y
de noche contra las asechanzas del enemigo. (vv. 9)
El desaliento es una trampa muy común en contra de los líderes y los creyentes en
general. Normalmente no reconocemos este tipo de estrategia diabólica para tratar de
detener la obra de Dios en nuestra vida.
El desaliento no es un ataque frontal del adversario, por eso es tan difícil percibir cuando
se infiltra y logra entorpecer el avance de los creyentes. Existen cuatro causas por las
cuales el desaliento logra paralizar a los líderes y a la iglesia:
- Una de las tácticas mas eficaces del enemigo consiste en inducir el miedo.
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- El temor paraliza y trastorna nuestra capacidad de percepción y de acción.
3. Fortaleciendo la protección
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Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al
pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. 14Después miré, y
me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de
ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros
hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas.” Nehemías 4:13,14
Existen en nuestra vida personal, familiar y en todo ámbito, áreas con las
cuales necesitamos trabajar o proteger más que otras.