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1. Presentación de la clase
¡Hola a todos y todas!
Bienvenidos a la clase virtual del Módulo 3: Nuevas configuraciones estudiantiles y
procesos de formación en la Universidad. Tomando en cuenta lo que han visto en la clase
anterior sobre la enseñanza como práctica social y situada históricamente y la cuestión
pedagógica sobre el diseñar e implementar una propuesta de enseñanza en las aulas
universitarias, nos proponemos con esta clase brindarles algunas herramientas para analizar
las nuevas configuraciones estudiantiles y los procesos de formación en la Universidad. Es
preciso preguntarnos quiénes son los estudiantes que habitan las aulas universitarias, esto
representa el tema central que abordaremos a lo largo de los distintos apartados. Analizar e
indagar sobre ellos en el contexto actual será el eje que guiará la lectura de estas páginas
para posibilitar la reflexión y así contribuir a revisar las prácticas docentes.
Los procesos de formación en la Universidad implican necesariamente poner en el centro
del debate a la enseñanza que, tomando la conceptualización que nos aportó Marina
1
Clase escrita y preparada por la profesora Mg. Claudia Bracchi con colaboración de la profesora Mg. María
Inés Gabbai y el Lic. Santiago Zemaitis.
Paulozzo la define como “un proceso mediante el cual un sujeto intenta provocar el
2
pensamiento del otro al indagar sobre problemas, objetos, situaciones sobre las cuales se
tienen distintos niveles de aproximación y conocimiento”. El que enseña -continua la
autora- piensa el camino de la provocación, anticipa la presentación de incógnitas y
desafíos, organiza la información y las herramientas que hay que tener disponibles para que
el proceso no se limite ni detenga en los problemas sino que pueda completarse y seguir
recorriendo el camino de la complejidad”. Y como es sabido, hay tres componentes
fundamentales que se relacionan mutuamente en todo proceso de enseñanza: “el que
enseña, el que aprende y el objeto o los objetos sobre los que se va a indagar, sobre los que
se va a intentar conocer más, pensando mejor”.
2
Al respecto ver el análisis que realiza Popkewitz respecto a los Paradigmas de la Investigación educativa en su trabajo
Paradigmas e ideología en investigación educativa, Mondadori, Madrid, 1988.
3
Ver: teorías del conflicto social en Karabel y Halsey. Karabel, J. y Halsey, H. : “La investigación educativa : una
revisión e interpretación”. En Karabel y Halsey (comp.) (1976): Poder e ideología en educación, Oxford University Press,
Nueva York. Traducción de Jorge Vatalas, UPN, México.
relativa del sujeto - dotado con un
4
habitus específico - dentro de los
diferentes espacios que estructuran su
acción (campos).
¿Quiénes son los que recién llegan a la universidad? Condición juvenil y condición
estudiantil
Pensar a los jóvenes desde una perspectiva crítica, que vaya más allá de nombrarlos como
alumnos (categoría que tiende a homogeneizar) implica asumir sus heterogeneidades, es
decir, requiere abordarlos desde las transiciones y condiciones que hacen viable el
desarrollo de las subjetividades juveniles. La literatura académica argentina y
latinoamericana viene insistiendo sobre la necesidad de desnaturalizar la categoría de joven
y conceptualizarla en términos socioculturales (Gabbai, 2013).
Estas posiciones cuestionan aquellos posicionamientos ideológicos que promueven una
visión unificadora de los jóvenes, como si existiese una “única manera de ser joven”. De
hecho, varios de los análisis desarrollados (Braslavsky, 1986; Urresti, 1996, 2000;
Margulis, 2000; Reguillo, 2000; Miranda, 2007; Pérez Islas, 2000; Chávez, 2005; Kaplan,
2009; Tenti Fanfani, 2008; entre otros) interpelan a aquellos posicionamientos ideológicos
que promueven una visión única y unificadora de los jóvenes – y por ende de los
estudiantes- sosteniendo la necesidad de pensar a las juventudes en plural. Regillo Cruz
sostiene que: “Los jóvenes no constituyen una categoría homogénea, no comparten los
modos de inserción en la estructura social, lo que implica una cuestión de fondo: sus
esquemas de representación configuran campos diferenciados y desiguales” (Reguillo,
2009:9)
A partir de ello, rescatamos el concepto de “condición juvenil” (Reguillo 2008) ya que nos
resguarda de la tendencia a nombrar a los jóvenes como si fueran una esencia, un grupo
homogéneo. Problematizar la heterogeneidad y asumirla implica sostener que hay un
contexto social que atraviesa las biografías juveniles, es afirmar la necesidad de analizar
aquellas situaciones de despliegue de la subjetividad. Dice la antropóloga mexicana
Rossana Reguillo Cruz, reconocida especialista en el campo de los estudios sobre
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juventud:
(…) La condición juvenil es el conjunto multidimensional de formas particulares
diferenciadas y culturalmente acordadas que otorgan, definen, marcan, establecen
límites y parámetros a la experiencia subjetiva y social de los jóvenes. (…)La
condición juvenil refiere a posiciones. (…) No es lo mismo ser un joven de clase
social vulnerada o formando parte de un colectivo punk, que floggers (…). No es lo
mismo el joven en la escuela que el joven en la calle (…) (Reguillo Cruz, 2008)
Resulta interesante vincular la categoría de condición juvenil con la de condición
estudiantil desarrollada por Bourdieu (1964) quien sostiene que esta última no es
homogénea sino que hay una diferencia esencial de condición social entre los estudiantes:
(…) en la configuración de la condición estudiantil (índole, naturaleza o calidad
de una cosa, base fundamental, posición social), intervienen diversos factores
como las trayectorias educativas anteriores, el clima educativo familiar, el capital
lingüístico, es decir, las condiciones materiales y simbólicas. (…) No existe una
única condición estudiantil, es decir que no hay una práctica (…) homogénea,
sino que la supuesta identidad estudiantil está seriamente fragmentada por las
condiciones materiales y disposiciones culturales de los
VIDEO!
estudiantes (…). (Bracchi, 2005: 67)
Sugerimos el visionado de
una entrevista realizada a
Juicios profesorales: frases que sentencian trayectorias y Pierre Bourdieu en un
oportunidades documental referido a su
Cerrando este apartado es importante señalar que los actos de figura “La sociología como
nombramiento, las adjetivaciones o los términos que utilizamos deporte de combate” (que se
para describir a nuestros alumnos se vuelven clasificaciones y encuentra dentro de los
Materiales: “La escuela según
juicios profesorales que muchas veces se basan en prejuicios de
Pierre Bourdieu-parte 1”). Allí
clase social, por ejemplo. Al decir de Bourdieu y San Martin
y en términos muy simples, el
(1998) tales etiquetamientos impactan muchas veces en la
sociólogo francés explica sus
construcción de la autoestima académica de los estudiantes y el ideas centrales respecto al
modo en que ellos mismos miran sus propias trayectorias sistema educativo y a los
educativas ya que dichas nominaciones se van interiorizando, se modos de nombramiento de
van constituyendo como sus límites y también sus posibilidades. los docentes y su crítica a la
Decirle a alguien “no servís para el estudio” o “no sos bueno para ideología de los dones
esto”, son sentencias fatalistas que terminan muchas veces por naturales.
frustrar al estudiante haciendo que pierda interés por lo que
estudia y, por otro lado estas nominaciones condicionan por
ejemplo la evaluación por parte del docente. Es recurrente, por
ejemplo, encontrar frases en el sentido común que se refieren a sentencias de este tipo
como: “La Universidad no es para mí” o “no sirvo para estudiar (matemática por ejemplo)”.
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Estas creencias deterministas, sentadas y naturalizadas en el sentido común dominante y
traducidas en el desempeño académico, generan la imposición de un límite para quien está
aprendiendo y, los docentes en este caso, muchas veces terminan produciendo el propio
fracaso de los estudiantes, basado en estos discursos sociales que aún siendo parte del
inconsciente colectivo, operan en el modo en que los docentes encaran sus clases, en cada
una de ella. Vale preguntarnos; ¿a quiénes dirigimos la mirada cuando damos clases? ¿Qué
ocurre con “los que nunca hablan”? ¿Cuántos prejuicios y creencias sostienen muchas
veces nuestra mirada a los alumnos y al modo en que preparamos las clases y evaluamos?
También frases como: “ahora los jóvenes no saben nada, no les interesa nada” o más aún en
términos de habilidades para el estudio como “no les gusta leer” “no saben escribir”, entre
muchas otras, generan una expectativa en el propio docente que impacta en una baja
expectativa respecto al grupo o a un grupo de estudiantes de una cursada.
Ante estas frases, planteamos: ¿qué oportunidades les damos a los estudiantes para que se
apropien de la propuesta de cátedra?, ¿qué tiempo real de cada una de las clases les
dedicamos a ver estas cuestiones?, ¿qué intervenciones pedagógicas especificas
realizamos para generar mejores condiciones de aprendizaje que vayan a contrapelo de
todo tipo de creencias y prejuicios? ¿Hemos realizado todo lo que está a nuestro alcance
para generar la apropiación del conocimiento?
http://www.pagina12.com.ar/di
¿Quiénes son los que están aquí sentados? Un rápido
ario/universidad/10-192961-
2012-04-30.html
mapeo por los estudiantes de la UNLP
4
La Universidad Nacional de La Plata es una de las más grandes universidades del país, con cien años de
historia cuenta en la actualidad con 98.954 estudiantes, 107 carreras de grado con 157 títulos universitarios,
170 carreras de posgrado y está organizada en 17 unidades académicas o Facultades. A su vez, La Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Educación contiene 7.357 estudiantes y ofrece 30 carreras de grado, de las
cuales una de ellas es Ciencias de la Educación (con inscripción en Profesorado o en Licenciatura). Fuente:
Plan Estratégico de la UNLP. Proyecto Informe Anual Comparado de Indicadores de la UNLP. Anuario
Estadístico UNLP 2010 (sobre datos 2009), diciembre de 2010. Disponible en www.unlp.edu.ar
reciente. Entre algunos de ellos se menciona una expansión de la matrícula. Varios autores
11
afirman que se ha producido el pasaje de la universidad de élite a la de masas: actualmente
están asistiendo a las aulas universitarias estudiantes que son la primera generación familiar
en asistir a este nivel educativo. Esto implica una mayor demanda en el acceso y la
permanencia por parte de aquellos sectores tradicionalmente marginados de la educación
superior. Este fenómeno modifica fuertemente el perfil social del estudiantado en la medida
en que hay mayor presencia de mujeres, de estudiantes del interior, de tiempo parcial,
trabajadores, a distancia, indígenas, discapacitados,
junto a los tradicionales estudiantes blancos, urbanos PELICULA!
y de familias de altos ingresos (Rama, 2006 citado
en Varela, Duarte, Atairo, Op. Cit.). Si bien estas Les recomendamos ver la
cuestiones merecen un tratamiento especial, sólo película. El estudiante
pretendemos destacar la heterogeneidad existente en (2011) opera prima del
este grupo que llamamos “estudiantes director argentino
universitarios”. Diferentes historias familiares, Santiago Mitre. La película
distintos recorridos por los niveles del sistema cuenta la historia de
educativo, distintas expectativas familiares e “Roque” (Esteban
individuales y diversas condiciones de vida hacen Lamothe) un estudiante de
que el trayecto por la universidad sea distinto para un pueblo del interior que
cada uno. Al respecto de los estudiantes ingresa a la Universidad de
universitarios de la UNLP, Varela, Atairo y Duarte Buenos Aires. Se muestra
(2012) tras una encuesta realizada sobre 1.659 muy bien desde los ojos de
estudiantes de dicha universidad, señalan que el 78% un “recién llegado” lo que
tiene entre 15 y 24 años. Por tanto podríamos decir significa comenzar a
que se trata de un público joven. Esto nos lleva participar de la vida
directamente a señalar algunas características en universitaria y el espacio
relación con este grupo social en relación a los material y simbólico de la
modos en que actualmente se están desplegando sus facultad como un lugar
trayectorias vitales. totalmente nuevo y
fascinante por los
entramados y vínculos de
La cuestión del ingreso: entre el esfuerzo los actores institucionales.
individual y las condiciones de posibilidad
Una de las problemáticas actuales con las que se
enfrentan muchas universidades tanto nacionales como internacionales, es con las políticas
y las acciones institucionales destinadas al acompañamiento en el ingreso. Las instituciones
universitarias se encuentran desde hace varios años con una doble tendencia: una
masificación del nivel en coexistencia con altas tasas de abandono estudiantil.
Por un lado, es visible el aumento en las tasas de ingreso universitario a partir de los
procesos de democratización del nivel secundario, tanto a nivel nacional como
latinoamericano, donde grupos históricamente excluidos hoy
12
están accediendo a la educación superior. Pero al mismo tiempo VIDEO
se produce un proceso de desgranamiento en los primeros años.
Ahora, en este momento de la
Como señala Ana María Ezcurra, especialista en el tema: “La
clase, te sugerimos el
masificación es una tendencia estructural ya muy comprobada y
visionado del otro video de
reconocida, se da desde hace aproximadamente 40 años en forma Bourdieu “El capital cultural”
intensa y continua y se estima que va a persistir. Esta (que también está en la
masificación implica procesos de inclusión social, de ingreso de carpeta de Materiales) que se
sectores sociales antes excluidos, de franjas desfavorecidas en la trata de una entrevista que le
distribución del capital económico y cultural (…)” Sin embargo hacen unos jóvenes
agrega, que “este ciclo extraordinario de masificación se asocia estudiantes en una radio. Allí
con tasas de deserción muy altas, incluso en países del mismo el autor hablar sobre
capitalismo central. De hecho, Estados Unidos es el país con cómo se da la reproducción
mayor deserción en educación superior.” (Entrevista, Página 12- social y el lugar central en sus
30 de abril de 2012). indagaciones sobre la idea de
capital cultural (como contra
Hay una idea de antaño pero muy difundida hasta nuestros días respuesta a la ideología de los
con respecto al fracaso o al éxito en el desempeño académico. La dones naturales)
misma apunta a que
Actividad para la discusión individualmente, cada
estudiante es el único responsable por sus trayectorias
1) Hacer una lista con de formación y que el logro en los estudios dependerá
todas las acciones dentro del
de las capacidades intelectuales que cada uno tenga.
aula que resultan obstáculos
Esta es la idea de la meritocracia desde la cual se
para el sostenimiento de una
esgrimen premisas como: “llega más lejos solo aquel
cursada.
2) Hacer una lista con que se esfuerza y que ha hecho los meritos suficientes”.
todas las acciones dentro del Si bien se funda como principio moderno en la
aula que resultan “igualdad de oportunidades” (todos tienen las mismas
posibilitadoras o posibilidades de entrar) solo nombra aquellos que llegan
facilitadoras para el más lejos, en este caso, más niveles educativos o logros
sostenimiento de una escolares.
cursada.
Una postura crítica a estas creencias tiene que ver con
cuestionar y problematizar la desigualdad social y
(En ambos casos se puede educativa. En realidad el desempeño y las trayectorias
apelar a las propias por cualquier nivel de formación se encuentran
biografías universitarias o a vinculados con el nivel socioeconómico y cultural del
relatos de nuestros estudiante y su familia, con el capital cultural y social
estudiantes)
que cada uno porte, con las posibilidades y
oportunidades que cada estudiante ha tenido y con las
estrategias que se despliegan a partir de condicionantes
socioculturales.
Como señalábamos más arriba, culpabilizar a los estudiantes sobre sus fracasos es lo mismo
13
que decir que “no les da la cabeza para el estudio” o que “deberían probar otra carrera u
otra facultad” o que “aún no están preparados para el nivel universitario”, entre otras
representaciones sociales que muchos sostienen. Tales imágenes impactan luego en los
modos que vemos a los estudiantes universitarios. No tendrán iguales trayectorias un grupo
de estudiantes que han tenido acceso diferencial a determinados bienes materiales y
simbólicos (libros, títulos escolares, inversión familiar en los estudios formales y no
formales) que aquellos que han tenido que atravesar y sortear más de un obstáculo y
dificultades diversas para poder continuar su proceso de formación. Por eso, como
docentes universitarios tenemos la tarea ética, política y pedagógica de planificar en
cada clase el acceso a las mejores herramientas para la apropiación del saber (desde
las guías de lectura, la presentación de conceptos básicos, en no dar nada por supuesto
o por obvio, en prestar atención a los diferentes ritmos de estudio, etc.) es decir que es
central mas allá de la transmisión de los contenidos de cada cátedra, la alfabetización
académica, cuestión que abordaremos al cierre de esta clase.
No es por tanto, por una predisposición natural al estudio la razón por el fracaso de los que
ingresan en las universidades, sobre todo en lo que implica atravesar el primer contacto con
la universidad: una institución nueva para todos pero más o menos familiar para otros.
Nuevos lugares, nuevos modos de moverse, otros hábitos de estudio, otros vínculos con los
profesores, otros compañeros de distintas edades y distinta procedencia, etc. Estas
cuestiones suelen pasar por desapercibidas sobre todo en el tramo del ingreso, es decir en el
primer año como momento clave y crítico en las trayectorias estudiantiles universitarias. Al
respecto continuamos leyendo a Ezcurra quien señala que los “(…) procesos de exclusión y
abandono se concentran en primer año, no sólo, pero sí principalmente. El primer año, el
momento del choque con la universidad, es un tramo crítico” (Op. Cit.).
Podemos sostener que el primer año es clave para la configuración del oficio de
estudiante universitario. En él entran en juego los propios sujetos, con sus
atributos personales y familiares y la institución, con las respectivas estructuras
y dinámicas de funcionamiento. El incorporarse a la vida universitaria los
modos de hacerlo, las posibilidades y las limitaciones que se les presenta van
dando forma a la construcción de dicho oficio. Esto último no implica que
existan estudiantes que no construyen ese oficio, en realidad no todos lo hacen
de la misma manera (Bracchi, 2004).
4. La alfabetización académica
Si bien hay muchos modos de abordar los interrogantes que venimos proponiendo,
consideramos que una cuestión central en las clases universitarias se vincula con la puesta
en práctica de nuevas habilidades de estudio y
especialmente aquellas referidas a la lectura y
escritura de textos académicos. Los modos de
aprendizaje y las experiencias de conocimiento
“están siempre mediadas por instituciones,
dispositivos, artefactos, prácticas (…)” (Carli,
2012: 13). No existe, pues, un aprendizaje que no
se enmarque en instituciones, agentes y modos
específicos de transmisión. Los modos de
apropiación de los textos académicos implican una forma leer y de escribir sobre los
mismos. Pero esta es una habilidad que se logra solo con el acompañamiento de un otro.
Sobre todo si consideramos lo novedoso de estos aprendizajes para los recién llegados a las
disciplinas académicas y además porque el conocimiento es siempre práctica colectiva, y
no ensimismamiento intelectual. Por lo tanto, aprender a leer y a escribir es también
aprender a discutir, opinar, argumentar, tomar posición, etc.
Como decíamos líneas arriba, siempre se aprende en contextos específicos, no solo
institucionales sino también históricos. A propósito de las nuevas “experiencias de
conocimiento” Carli (2012) señala algo interesante sobre su devenir histórico reciente; las
mismas “se desarrollaron en una época de debate sobre el futuro de la cultura letrada y
del libro, sobre las nuevas tecnologías en la actividad académica, con la generalización
del uso del correo electrónico y de las bases de dato. Se trató de un tiempo en transición
entre la irrupción de las nuevas tecnologías y su generalización. Las máquinas
fotocopiadoras crearon las condiciones para la reproducción técnica de los libros. Esto
naturalizó el acceso fragmentario a lo textual, que se
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combinó con un relativo debilitamiento del uso de las
bibliotecas universitarias. El apunte universitario como
verdadera “manufactura” institucional o comercial coexistió
Recurso Audiovisual
con el acceso aleatorio a los libros cuando la digitalización
era aún incipiente” (Carli, 2013: 138). Video-conferencia de Sandra
Carli: la experiencia de
Podríamos señalar muchas características más sobre las conocimiento de los
condiciones en que se desarrollan los modos de acceso al estudiantes en la Universidad
saber académico en la actualidad, y por tanto los procesos Pública. Políticas y poéticas
del siglo XXI. Aproximaciones
formativos en el tránsito universitario. Sin embargo no se
desde la investigación.
puede eludir que tales condicionamientos resultan del
quehacer pedagógico. Es por eso que si afirmamos que la http://blogs.ffyh.unc.edu.ar/t
ecnoedu/conferencia-de-la-
entrada a la universidad implica, entre muchas otras cosas, la dra-sandra-carli/
entrada a una cultura académica, estamos afirmando que allí,
los “recién llegados” encontrarán modos particulares de
aproximarse a los textos, formas específica de escribir y de
apropiarse de determinados saberes (conceptos, procesos,
autores, obras, textos académicos en todas sus formas).
En este sentido es clave el trabajo en cada una de las clases
en pos de generar la apropiación de la lectura y la escritura como modos básicos de
acceder a estos cánones académicos (especialmente para las materias que estén en los
primeros años de los planes de estudio).
Paula Carlino (2005) señala que muchas veces los profesores universitarios suelen ubicar al
estudiante del lado del que escucha y toma apuntes, como así también se espera que los
mismos estudiantes luego de las clases lean la bibliografía sugerida, pero la tarea docente
no acompaña en este proceso, así “concebimos nuestro rol como transmisores de
información; recíprocamente, los alumnos se ven a ellos mismos como receptores de
nuestros conocimientos. A pocos sorprende este esquema porque es al que nos hemos
acostumbrado” (Carlino, 2005: 10)
En la misma línea Carli agrega que “Los estudios sobre alfabetización académica han
destacado que en la educación superior prima la actividad cognitiva (de transmisión) de los
profesores en detrimento de la actividad de los estudiantes; unos y otros no siempre
comparten la cultura académica adquirida como miembros de comunidades científicas
(Carli, 2005: 27).
No se puede pretender que, sin las acciones pedagógica necesarias, los estudiantes lean y
escriban todo lo que les es ofrecido por las cátedras y que lo hagan en tiempo, en forma y
correctamente. Por ello, las investigaciones sobre los modos de escribir y de leer en la
universidad, advierten sobre la necesidad de acompañar a los alumnos en habilidades y
prácticas que no están relacionados directamente con los contenidos programáticos de las
cátedras, sino que son aspectos sustanciales para poder afrontar cualquier actividad que
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implique un vínculo ya sea con la lectura o con la producción de textos académicos.
Nos estamos refiriendo a aquellos aspectos que tienen que ver con la alfabetización
académica, concepto anglosajón que se viene desarrollando hace más de quince años. La
misma autora define este concepto como “el conjunto de nociones y estrategias necesarias
para participar en la cultura discursiva de las disciplinas así como en las actividades de
producción y análisis requeridas para aprender en la universidad (…)”. (Esto no debe
leerse como una medida “reparadora” por los modos de leer y de escribir con que llegan los
estudiantes a las instituciones de educación superior, sino que se trata de un proceso
necesario en cualquier cultura escrita que uno se esté iniciando). Y la autora agrega que
alfabetizar académicamente no significa transmitir un saber elemental, separado del
contenido sustantivo de las materias, transferible a cualquier asignatura.
Alfabetizar académicamente implica, en cambio, que cada una de las cátedras esté
dispuesta a abrir las puertas de la cultura de la disciplina que enseña para que de
verdad puedan ingresar los estudiantes, que provienen de otras culturas” (Carlino, 15).
Aún estando en una misma institución o más aún, estando dentro de un mismo plan de
estudio de alguna carrera, es visible que las materias refieren a campos del saber muy
diversos. Cada disciplina, según sus tradiciones y convenciones, tendrá un modo particular
de leer, de producir, de transmitir, etc. Si bien podríamos decir que todos los textos
académicos tienen el mismo “formato” o “formalidad”, los problemas a los cuales se
enfrenta cada campo de saber implica que el modo de acceso a este sea diferente al de otro:
pues por más que un ensayo sobre Tomas de Aquino y filosofía medieval y la explicación
sobre el desarrollo de un problema algebraico, ambas respeten los cánones de escritura,
cada una de estas producciones habrá sido producida y estructurada de distinto modo, pues
varían sus objetos, problemas, argumentaciones, modos de enunciación y de explicación,
aspectos técnicos, etc.
Con todo esto, pretendemos señalar que los aspectos pedagógicos para el ingreso en las
universidades no se puede reducir solo a ofrecer “talleres o técnicas de estudio” ya que,
insistimos, cada disciplina tiene un modo de abordaje particular (teórico, analítico,
metodológico, semiológico).
Por tanto, cada cátedra deberá resultar ser mediadora entre la cultura disciplinar que
transmite y los saberes previos de los alumnos que, como ya señalamos, provienen de
otra cultura, por tanto son portadores de otros modos y otras vinculaciones con cierta
escritura y cierta lectura: “La lectura en la universidad implica el encuentro de los
estudiantes con un mundo de textos habilitados por profesores que median en una
comprensión por el mundo (...) La lectura requiere (...) problematizar la relación con las
carreras y los campos disciplinares, como universos simbólicos particulares, con sus
modalidades y estilos”(Carli, 142)
17
Para concluir este aspecto y para abrir a una prospectiva de trabajo en las aulas de la
universidad con relación a los modos de vinculación que tienen los estudiantes
universitarios con el conocimiento a través de la lectura y de la escritura académica, se
pueden pensar algunas preguntas: ¿Cómo se enseña el hábito o la práctica de consultar o
participar activamente de las bibliotecas y otros recursos disponibles dentro de las
facultades? ¿Cómo se enmienda el acceso fragmentario a los textos donde solo se conocen
algunos capítulos de un libro desconociendo el resto de la obra? O bien: ¿qué más puede
aportar el docente para la contextualización de los materiales de estudio? ¿Cómo se puede
orientar, mediante guía de lecturas, claves de análisis, modos de aproximación a estos
“nuevos” textos para los que recién llegan? ¿Qué otras instancias de escritura además de los
trabajos prácticos y los parciales escritos (presenciales o domiciliarios) se pueden agregar a
las propuestas de cátedra, para que esto se convierta en una actividad práctica de
producción además de ser un insumo para la evaluación?
Gracias!!
Recursos audiovisuales
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