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Relación entre inseguridad y conductas alimentarias de riesgo.

Marco Teórico:

La inseguridad alimentaria, definida como la falta de acceso o disponibilidad de alimentos


suficientes y nutritivos para una vida saludable, es un problema global que afecta a
millones de personas en todo el mundo (FAO, 2014). Numerosos estudios han investigado
la relación entre la inseguridad y las conductas alimentarias de riesgo, como la restricción
alimentaria, los atracones y la purga, con el fin de comprender mejor los factores que
contribuyen a estos comportamientos (Martin et al., 2017; Seligman et al., 2010).
La teoría de la privación alimentaria propone que la inseguridad alimentaria puede
desencadenar respuestas adaptativas en las conductas alimentarias de las personas. Según
esta teoría, la falta de acceso a alimentos adecuados y suficientes puede llevar a la
restricción alimentaria, donde las personas intentan controlar y limitar su ingesta de
alimentos como una forma de hacer frente a la escasez (Widaman et al., 2019). Además, la
privación alimentaria puede aumentar el riesgo de atracones y purgas, ya que las personas
pueden experimentar episodios de exceso alimentario seguidos de sentimientos de culpa y
la necesidad de compensarlos (Franko et al., 2012).
Estudios previos han demostrado consistentemente una asociación entre la inseguridad y las
conductas alimentarias de riesgo (Hooper et. al., 2020; Maynard et. al. 2018). Por ejemplo,
un metaanálisis realizado por Emily et al. (2019) investigó la relación entre la inseguridad
alimentaria y la insatisfacción corporal en niños de los grados 4 a 8. Se analizaron datos de
14,768 niños de 54 escuelas públicas en California. Los resultados mostraron que la
inseguridad alimentaria estaba asociada con un mayor riesgo de insatisfacción corporal en
todos los grupos de índice de masa corporal (IMC) y en todas las categorías raciales y
étnicas. Se observaron asociaciones más fuertes en los niños afroamericanos. En
conclusión, la inseguridad alimentaria se relacionó con una mayor insatisfacción corporal, y
esta relación fue influenciada por el IMC y la raza/etnicidad.
Es importante destacar que la relación entre la inseguridad y las conductas alimentarias de
riesgo es compleja y está influenciada por factores contextuales y socioeconómicos. Por
ejemplo, investigaciones han señalado que la inseguridad alimentaria crónica y la falta de
acceso a alimentos saludables pueden contribuir a patrones disfuncionales de alimentación
(Huang et al., 2019). Además, los efectos de la inseguridad alimentaria en las conductas
alimentarias pueden variar según el género, la edad y otros determinantes sociales
(Nikolaus et al., 2020).
La relación entre la inseguridad alimentaria y las conductas alimentarias de riesgo también
puede ser compleja y variada. A continuación, se presentan algunas posibles variables
asociadas a esta relación:
1. Restricción alimentaria: La inseguridad alimentaria, que se refiere a la falta de acceso a
alimentos suficientes o a una nutrición adecuada, puede llevar a la restricción alimentaria
intencional. Las personas pueden restringir su ingesta de alimentos como una forma de
hacer frente a la escasez o para controlar su alimentación en un entorno de incertidumbre.

2. Atracones y exceso de comida: La inseguridad alimentaria también puede estar


relacionada con la aparición de atracones y la tendencia a consumir grandes cantidades de
alimentos en un período corto de tiempo. La restricción anterior debido a la falta de
alimentos puede llevar a episodios de sobreingesta cuando los alimentos están disponibles,
ya que las personas pueden sentir la necesidad de aprovechar al máximo la oportunidad de
comer.

3. Comportamientos compensatorios: Algunas personas pueden recurrir a conductas


compensatorias, como el vómito autoinducido o el ejercicio excesivo, como respuesta a la
inseguridad alimentaria. Estos comportamientos pueden surgir como una forma de lidiar
con los sentimientos de culpa, vergüenza o miedo asociados con la falta de acceso a
alimentos adecuados.

4. Estrés y salud mental: La inseguridad alimentaria puede generar altos niveles de estrés y
afectar la salud mental de una persona. El estrés crónico y la ansiedad relacionados con la
inseguridad alimentaria pueden contribuir al desarrollo de conductas alimentarias de riesgo
como una forma de hacer frente a estas emociones negativas.

Es importante tener en cuenta que estas variables pueden manifestarse de diferentes


maneras en cada individuo y que la relación entre la inseguridad alimentaria y las conductas
alimentarias de riesgo puede ser compleja. Cada persona puede experimentar y responder
de manera única a la inseguridad alimentaria.
Las variables relacionadas con la inseguridad alimentaria y las conductas alimentarias de
riesgo pueden medirse utilizando una combinación de métodos cuantitativos y cualitativos.
A continuación, se presentan algunas formas comunes de medir estas variables:

1. Inseguridad alimentaria: La inseguridad alimentaria se puede evaluar utilizando


instrumentos de medición estandarizados, como la Escala de Seguridad Alimentaria del
USDA (Household Food Security Survey Module). Este cuestionario consta de una serie de
preguntas que evalúan la disponibilidad y el acceso a los alimentos, así como la calidad de
la dieta de un individuo o hogar. Las respuestas se clasifican en categorías que indican
diferentes niveles de seguridad alimentaria, desde seguridad alimentaria completa hasta
inseguridad alimentaria grave.

2. Conductas alimentarias de riesgo: Las conductas alimentarias de riesgo, como la


restricción alimentaria, los atracones o los comportamientos compensatorios, se pueden
evaluar utilizando cuestionarios específicos. Por ejemplo, el Eating Disorder Examination
Questionnaire (EDE-Q) es un cuestionario ampliamente utilizado que evalúa diferentes
dimensiones de los trastornos de la alimentación, incluyendo las conductas alimentarias de
riesgo. Otros cuestionarios, como el Questionnaire of Eating and Weight Patterns (QEWP),
también pueden proporcionar información sobre las conductas alimentarias de riesgo.
Además de los cuestionarios, es importante tener en cuenta que las variables pueden ser
evaluadas mediante entrevistas clínicas y evaluaciones cualitativas para obtener una
comprensión más profunda de las experiencias individuales y las motivaciones
subyacentes.
Es importante mencionar que existen diversas herramientas de evaluación y métodos de
medición disponibles, y la elección de la herramienta adecuada dependerá del propósito de
la investigación o de la evaluación clínica. Se recomienda trabajar con profesionales de la
salud mental y expertos en trastornos de la alimentación para seleccionar las herramientas
de medición más apropiadas y garantizar una interpretación adecuada de los resultados.

En resumen, la literatura existente respalda una asociación entre la inseguridad y las


conductas alimentarias de riesgo. Sin embargo, se requiere más investigación para
comprender mejor los mecanismos subyacentes y los factores contextuales que influyen en
esta relación. La comprensión de esta relación puede ser útil para el desarrollo de
intervenciones y políticas dirigidas a abordar tanto la inseguridad alimentaria como las
conductas alimentarias de riesgo, con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar de las
personas afectadas.

Referencias:

Emily, A., Altman., Lorrene, D., Ritchie., Edward, A., Frongillo., Kristine, A., Madsen.
(2019). Food Insecurity Is Associated with Body Dissatisfaction among Children in
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