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FÍSICA
La mecánica
cuántica describe
un universo
extraño y
probabilístico
que no parece
corresponderse
con nuestra
realidad
macroscópica.
Nuevos
experimentos
investigan dónde
—y por qué— se
pasa de un
dominio al otro
Tim Folger
L
a mayoría de las creaciones de Simon Gröblacher son invisibles al ojo humano. Uno
de sus dispositivos mecánicos, fabricado en su laboratorio de la Universidad Téc-
nica de Delft, apenas mide unas millonésimas de metro de largo (no mucho más
que una bacteria) y 250 nanómetros de ancho (unas mil veces más delgado que
una hoja de papel). Gröblacher podría encoger aún más sus diseños, pero su obje-
tivo es justamente el contrario: aumentar su tamaño. «Lo que estamos tratando de
hacer es fabricar cosas muy, muy grandes», explica. Para Gröblacher, «muy, muy
grande» significa algo que pueda verse sin la ayuda de un microscopio, «con un tamaño de
un milímetro por un milímetro».
Al llegar a esa escala tan «descomunal», Gröblacher espera «Sabemos que el micromundo es cuántico, y sabemos, de un
abordar una pregunta extraordinaria: ¿puede un objeto macros- modo u otro, que nosotros somos clásicos, signifique eso lo que
cópico encontrarse en dos lugares a la vez? ¿Podría algo del tama- signifique», afirma Angelo Bassi, físico teórico de la Universidad
ño de, pongamos, una cabeza de alfiler existir aquí y allá al mismo de Trieste. «Ignoramos la verdadera naturaleza de la materia
tiempo? Esa situación aparentemente imposible constituye la entre lo micro y lo macro.» Esa tierra de nadie ha desconcer-
norma para átomos, fotones y demás partículas microscópicas. tado a los físicos desde el nacimiento de la teoría cuántica,
De acuerdo con las extrañas leyes de la mecánica cuántica, la hace ya un siglo. Pero, en los últimos años, Gröblacher y otros
realidad desafía nuestras suposiciones lógicas. Las partículas no investigadores han comenzado a llevar a cabo pequeños expe-
tienen posiciones, energías ni otras propiedades bien definidas... rimentos que, con una sensibilidad exquisita, podrían revelar
por lo menos mientras nadie las mire. Antes bien, pueden existir cómo tiene lugar esa transición de lo cuántico a lo cotidiano.
en varios estados de manera simultánea. Nadie sabe todavía si esos esfuerzos resolverán los misterios
Sin embargo, por alguna razón que los físicos no acaban de de la teoría cuántica o los aumentarán. Pero, al explorar los
entender, la realidad que percibimos con nuestros sentidos es indómitos aledaños de la frontera cuántica, los físicos tendrán
muy diferente. Nuestro mundo macroscópico parece ser clara- la oportunidad de descubrir un nuevo dominio de la realidad.
mente no cuántico. Los objetos de gran tamaño (cualquier cosa
con las dimensiones de un virus o mayor) siempre se manifies- El problema de la medida
tan en un solo lugar: hay un único Gröblacher en su laboratorio A pesar de todas sus paradojas, la mecánica cuántica es la teo-
de Delft hablando con un único periodista. Y eso encierra un ría científica más potente jamás formulada. Sus predicciones
misterio: si todo se basa en un borrón cuántico de materia y coinciden con los resultados experimentales con una precisión
energía, ¿por qué no experimentamos esa rareza? ¿Dónde ter- insólita, superior en algunos casos a una parte entre un billón.
mina el mundo cuántico y dónde comienza el universo clásico Al revolucionar nuestra comprensión de la estructura atómica,
de la física newtoniana? ¿Existe una división en la realidad, la teoría cuántica transformó todos los aspectos de la ciencia,
una escala a partir de la cual los efectos cuánticos simplemente desde la biología hasta la astrofísica. Sin ella, no habría industria
dejan de existir? ¿O la mecánica cuántica gobierna todo, pero, electrónica, ni teléfonos móviles, ni Google. Sin embargo, para
por algún motivo, no somos capaces de verlo? Stephen L. Adler, físico teórico del Instituto de Estudios Avan-
EN SÍNTESIS
Los mundosmicro- y macroscópico no encajan ¿Dónde acabaun dominio y comienza el otro? Entre otras posibilidades,varias propuestas han
a la perfección: la naturaleza probabilística de la Durante largo tiempo, los físicos han carecido de intentado modificar la mecánica cuántica para pos-
mecánica cuántica impera en el primero, mientras los medios técnicos para abordar esta pregunta. tular un «colapso objetivo» de la función de onda.
que el segundo parece observar reglas clásicas y Ahora, una nueva generación de experimentos De ser cierto, dicho fenómeno físico podría tener
deterministas. intentará responderla. efectos medibles.
Localización
espontánea continua
Por último, otra posibilidad
defiende que el colapso de la
función de onda es un suceso
A B aleatorio que no depende de
influencias humanas o ambien-
tales. La probabilidad de
Dominio clásico colapso es extremadamente
pequeña para una partícula
individual. Pero, en un objeto
macroscópico formado por
innumerables partículas, es ine-
vitable que el colapso se pro-
jen christiansen
—Steven Weinberg, premio nóbel de física 1979 ca que presentan un tipo especial
de correlación que hace que dos
sistemas sigan estando conectados
incluso cuando se encuentran se-
reales y tangibles, como si las hiciésemos emerger por el mero parados por vastas distancias. Un observador no puede aspirar
hecho de observarlas. Pero la teoría no solo no dice por qué las a ver más que una pequeña parte de ese descomunal sistema
mediciones producen esta transformación, sino que tampoco entrelazado, por lo que cualquier medición solo podrá reflejar
explica por qué se manifiesta una de esas múltiples posibili- una esquirla del mundo cuántico.
dades en vez de las otras. La teoría describe cuál podría ser el Dicho proceso, al que Zeh llamó «decoherencia», se ha con-
resultado de una medida, pero no cuál será. En otras palabras, vertido en la opción preferida entre los físicos para explicar por
no proporciona ningún mecanismo para la transición desde lo qué no presenciamos fenómenos cuánticos a nivel macroscó-
probable hacia lo real. pico. Describe cómo una función de onda intacta (que incluye
Para «hacer que las cosas ocurran», uno de los fundado- todos los posibles estados físicos que podría adoptar una par-
res de la teoría cuántica abogó por un truco casi metafísico. tícula) pierde la coherencia cuántica a medida que se mezcla
A finales de los años veinte del siglo pasado, Werner Heisenberg con las funciones de onda de otros sistemas del entorno. Si la
difundió la idea de que el mismo acto de medir provoca que la decoherencia es correcta, nosotros mismos viviríamos entre
función de onda de una partícula «colapse»; es decir, que los los hilos de esa red cuántica entrelazada, pero solo veríamos
múltiples resultados posibles se reduzcan instantáneamente una parte de ella.
a uno, el único observado. No obstante, el problema de esta Sin embargo, no todos los físicos creen que la decoherencia
propuesta radica en que no hay nada en las ecuaciones de la solucione el problema de la medida. Para empezar, sigue sin
teoría que implique que debe producirse un colapso, o que explicar por qué vemos un hilo de la red cuántica y no otros.
proporcione un proceso físico que lo explique. La propuesta «Aún hemos de invocar el postulado del colapso, el cual toma
de Heisenberg introdujo un nuevo misterio: ¿qué sucede exac- un estado entrelazado y dicta que hay que seleccionar uno de
tamente cuando la función de onda colapsa? Ese enigma se los estados posibles. Y eso generalmente se hace por decreto»,
conoce hoy como «problema de la medida». objeta Miles P. Blencowe, físico teórico del Dartmouth Colle-
Puede que, a lo largo de los últimos 90 años, los físicos se ge, en Nuevo Hampshire. Para Blencowe y otros, el proceso no
hayan acostumbrado a la noción de colapso, pero nunca les ha refleja la manera en que experimentamos las cosas. «Creo que
acabado de gustar. La idea de que una acción humana —medir— tenemos un solo mundo que evoluciona», señala. «¿Cómo pasa-
desempeñe un papel central en la teoría más fundamental de mos de un estado entrelazado a la percepción de un mundo en
la física no resulta fácil de aceptar para quienes defienden el el que siempre encontramos un único camino hacia el futuro?
concepto de una realidad objetiva. Muchos piensan que es necesario un colapso para restituir esa
«A nivel fundamental, tengo un ideal de cómo debería ser una unicidad en la evolución del mundo, en lugar de obtener una red
teoría física», señala Steven Weinberg, físico de la Universidad de de entrelazamientos que no para de crecer.» Adler, por su parte,
muy resistente. «Aplicamos muchísima presión sobre ella: seis tos debería, en principio, permitir que esos estados cuánticos
gigapascales», aclara Richard Norte, uno de los colaboradores perduren el tiempo suficiente para ver qué ocurre cuando el
de Gröblacher. «Eso equivale a unas 10.000 veces la presión que objeto colapse —si es que lo hace— a un único estado clásico.