CARRERA: Tecnico de farmacia SEMESTRE: V SECCIÓN: E
CAPÍTULO 1
Mediante los estudios que se tenían tiempo
atrás es que se sabía o creía que la grasa era considerada la principal fuente de problemas de salud relacionados con la dieta. Sin embargo, en la actualidad, el enfoque de la nutrición, la medicina y los medios de comunicación se ha desplazado hacia el azúcar y su consumo. Los azúcares pertenecen al grupo de los hidratos de carbono o carbohidratos, que incluyen sustancias químicas similares, aunque no idénticas, y que varían en su utilización por parte del cuerpo. Estos compuestos se componen de cadenas largas de monosacáridos. La fibra es un ejemplo de hidratos de carbono que contiene muchas unidades de monosacáridos y se asocia con diferentes beneficios para la salud. Otros hidratos de carbono incluyen el almidón, que se encuentra en muchos cereales y patatas. Los azúcares simples, que se componen de una o dos unidades de monosacáridos, como la glucosa y la fructosa, o disacáridos, como la sacarosa o la lactosa, son utilizados rápidamente por el cuerpo como fuente de energía. El compuesto principal de importancia biológica es la glucosa, que es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo y se puede obtener a partir de una amplia variedad de alimentos, directamente o después de la digestión de hidratos de carbono complejos. Sin embargo, un exceso de azúcar puede ser perjudicial para el cuerpo, aumentando el nivel de glucemia y generando problemas como la diabetes, la obesidad y las caries dentales. Además de su importancia biológica, los azúcares son conocidos por su sabor dulce, uno de los más valorados e incluso adictivos. Por esta razón, los productos procesados que se encuentran en los supermercados suelen contener grandes cantidades de azúcares, que tienen la función principal de potenciar los sabores de los productos y hacerlos más atractivos para los consumidores. Esto ha llevado a un aumento del consumo de azúcar por persona en los últimos años, lo que se ha relacionado con el aumento de la obesidad y el sobrepeso, especialmente en los niños. Para diferenciar entre los hidratos de carbono más problemáticos para la salud, como los azúcares simples, y los más saludables, como los hidratos de carbono complejos, se ha introducido el término "azúcares libres". Estos se componen de los azúcares simples que se añaden a los alimentos y bebidas durante su fabricación, así como de los azúcares simples que se encuentran en los alimentos de forma natural. La Organización Mundial de la Salud recomienda que la cantidad diaria de azúcares libres no supere el 10% de la ingesta calórica total necesaria, sugiriendo que una reducción mayor, del 5%, sería deseable. Para una dieta estándar de 2.000 kilocalorías diarias, la cantidad de azúcares libres recomendada no debería superar los 50 gramos, lo que equivale a unas 10 cucharaditas. Hay que recordar que no se trata sólo de azúcar procedente del azucarero, sino de todo el azúcar que podemos encontrarlos ya sea en frutas, alimentos, verduras, extractos, golosinas, bebidas, etc., aquellas que son procesadas como: gaseosas, jugos en caja, refrescos, panecillos procesados, entre otros, son incluso más perjudiciales para el organismo que las que se encuentran de forma natural como las frutas y verduras. Precisamente frente al amplio consumo de los alimentos procesados es que se vio incrementada el diagnóstico de muchas enfermedades.