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¿Dictadura o gobierno militar?

La historia de Chile tiene versiones encontradas con respecto a la situación


que enfrentó a la ciudadanía el 11 de septiembre de 1973. Para algunos el
inicio de la dictadura, para otros el punta pie al gobierno militar. Según la
RAE dictadura es un “régimen político en el que una sola persona gobierna
con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad
de promulgar y modificar leyes a su voluntad”. En el caso de los
acontecimientos ocurridos en esa fecha, el mando no quedó en manos
absolutas de Augusto Pinochet, sino de una junta de gobierno que dio inicio
así al periodo del gobierno militar chileno.
La Junta de Gobierno de Chile en 1973, estaba constituida por el jefe de
Ejercito de Chile, Augusto Pinochet, el comandante en jefe de la Fuerza Aérea
de Chile, Gustavo Leigh Guzmán, el comandante en jefe de la Armada de
Chile, José Toribio Merino y el general director de Carabineros de Chile, Cesar
Mendoza Durán.
Según diversas publicaciones en la web, un gobierno militar, es un tipo de
gobierno encabezado por uno o más militares. Estos grupos realizan acciones
que no están contempladas en la constitución, pero que ellos validan
defendiendo una crisis. Logran sustentarse debido a que gran parte de los
miembros de las fuerzas armadas sienten que;” Están defendiendo al país en
diversos aspectos”.
Este ensayo busca dilucidar por qué se debe llamar Gobierno Militar y no
Dictadura. Mediante investigación cualitativa se realizaron entrevistas a
personas que vivieron este momento de la historia, para conocer distintas
versiones. Además, se realizó investigación en las diversas plataformas web
para conocer más antecedentes del tema que nos permita identificar y
entender este periodo de nuestra historia.
Han pasado casi 50 años del hecho histórico que dio un vuelco en la
República de Chile. Dictadura o gobierno Militar es un tema que no termina.
A lo largo de los años una y otra postura han ido conviviendo, enfrentando
opiniones y ejerciendo acciones que van en una u otra dirección.
Corría el año 2012, el presidente Sebastián Piñera al mando de Chile y el
Ministerio de Educación, cambió el nombre en todos los textos escolares
entregados por el Mineduc donde hablaban de Dictadura a Régimen Militar.
Este buscaba sacar esa palabra de las aulas al momento de enseñar.
Si vamos a los inicios de esta historia, la decisión tomada por la Junta Militar
de tomar el poder utilizó la imagen y el ideario portaliano, que promovía un
gobierno fuerte y centralizado con un sistema político de orden y obediencia
de la sociedad civil frente a la autoridad. Según las palabras de Diego Portales
“La democracia que tanto pregonan los ilusos, es un absurdo en los países
como los americanos, llenos de vicios y donde los ciudadanos carecen de
toda virtud como es necesario para establecer una verdadera República, ellos
no saben de la moralidad necesaria para construir una nación libre, sólo
cuando se hayan moralizado venga el gobierno completamente liberal, lleno
de ideales donde tengan parte todos los ciudadanos”.
Así el Gobierno militar defendió su actuar, que entre otros buscaba destruir
la llamada obra totalitaria soviética, que según el pensamiento militar había
llevado a la destrucción de los cimientos democráticos desde sus bases. Este
gobierno no solo cuenta con el apoyo de las Fuerzas Armadas, sino que
también tiene entre sus aliados a parte importante de la ciudadanía, el
Gobierno central de Estados Unidos y la Democracia Cristiana.
A casi 50 años de dicho acontecimiento, el orden económico-social actual
está fundado sobre la constitución del 80, ideada por la Junta Militar donde
también aparece como ideólogo el ex presidente militar, general Carlos
Ibáñez del Campo, que llamó a “Fundar un nuevo Chile, bajo el clamor
generalizado de la abrumadora mayoría del pueblo chileno, del cual las
Fuerzas Armadas son expresión”.
En ese sentido, podemos destacar lo positivo durante este gobierno, como
una gran reforma económica en el manejo militar, ya que al momento de
tomar el mando, se hicieron cargo de un país con su economía desintegrada
y virtualmente quebrada, ya que sus activos no alcanzaban para hacer frente
a las deudas adquiridas, por lo que se inició un proceso de saneamiento,
optando por la implementación de un modelo de libre mercado y la adopción
de un programa que se basó en cuatro aspectos fundamentales:
La Apertura Económica: Los aranceles para importar promediaban el 105%
con esto, se hacía imposible poder importar gran cantidad de productos. En
1977 el arancel se había uniformado en 10%, lo que significó que la
producción comenzara a enfrentarse a la competencia externa, situación
desconocida para el país desde hacía varias décadas. Hoy varias
exportaciones nos han posicionado como líderes a nivel mundial como
mineras, frutas, salmones y vino entre varios otros productos.
Ordenamiento Fiscal: El déficit fiscal alcanzó más del 30% a finales del
gobierno de Allende. Los gastos públicos, que ascendieron al 41% del PIB en
1973 se redujeron 20% en el año 1989. Así, mientras se recuperaban los
ingresos, el desequilibrio fiscal disminuyó a un 2% del PIB en 1975.
Este proceso de reordenamiento no sólo contempló recortar gastos
innecesarios, a su vez, exigió cambiar la institucionalidad que regía a este
sector y esto se tradujo en una norma vigente hasta estos tiempos que obliga
a que todo gasto público tenga su correspondiente financiero, sin poder
provenir a préstamos del Banco Central.
Autonomía del Banco Central: Se otorgó autonomía al instituto emisor en las
políticas monetarias y cambiarias, esta independencia con respecto al
Presidente de la República, impidió el manejo político de la institución con
fines electorales o de apoyo a la política económica del Ejecutivo.
Privatizaciones: La implementación de estas reformas fue de enorme
importancia en cuanto a que contribuyeron a lograr los aumentos de
productividad necesarios para sostener la expansión económica en el largo
plazo. Las privatizaciones permitieron, entre otros, la creación de nuevos
puestos de trabajo y permitió a los consumidores chilenos acceder a bienes y
productos de mejor calidad a precios más bajos gracias a la competencia
existente.
Anterior al Pronunciamiento Militar en Chile, Chile vivía una economía
desequilibrada, el Gobierno Militar se encargó de restablecer y reordenar
todo especialmente en la economía. Los analistas dicen que quizás no fue la
manera correcta de haber solucionado los temas de una forma totalitaria y
abrupta pero a la larga su gobierno dio resultados positivos y mejoró sectores
de la economía tales como la agricultura, la minería, el sector energético y las
telecomunicaciones.
Así y con todo esto considerado como positivo acuestas, el Gobierno militar
vio sus acciones como Seguridad Nacional, los militares consideraron que se
encontraban en medio de una guerra, no solo contra el marxismo y los
grupos armados. Entonces el país no fue una dictadura pues todo el Estado
de Chile continúo con sus labores, ya no con los tres poderes del estado a la
cabeza (ejecutivo, legislativo y judicial), sino bajo el mando de las fuerzas
militares encabezadas por el general Augusto Pinochet que por mandato ley
pasó a ser reconocido como presidente de la república el 17 de diciembre de
1974.
Mi conclusión es que puede haber sido gobierno militar o dictadura, pero me
complica saber que fueron 17 años donde nadie pudo elegir a quien dirigiera
el país. Quizá era necesario, quizá trajo cosas buenas, pero eso no iguala el
dolor que provocó durante esos años la falta de derechos fundamentales
como la libertad de expresión y el simple hecho de pensar diferente. Espero
que esa parte de la historia no se repita, que siempre exista el diálogo y no el
enfrentamiento entre compatriotas y que la historia no sea más que una
lección para que no la volvamos a repetir.

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