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LAS RENTAS DE CAPITAL Y GANANCIAS DE CAPITAL

Walker Villanueva

En derecho comparado se ha debatido sobre si las ganancias de capital deben ser tratadas como una
renta ordinaria más o bajo un régimen especial. El primero se defiende por su igualdad tributaria y
neutralidad, mientras que el segundo busca evitar el efecto acumulativo de la tasa progresiva y
fomentar la inversión y el ahorro.

En Perú, las ganancias de capital para personas naturales no estaban sujetas a impuestos hasta el
año 2003, cuando se incorporaron como un supuesto gravado. Desde entonces, las tasas han ido
variando, pero en el año 2010 se estableció un sistema fiscal dual que grava las ganancias de capital
con una tasa proporcional de 5% sobre la renta bruta o de 6.25% sobre la renta neta.

Esta evolución normativa se considera acertada, ya que reduce la carga fiscal en las rentas de capital
y promueve la inversión en el país. Sin embargo, el IR sigue siendo injusto en términos de capacidad
contributiva y equidad, ya que no se personaliza para cada contribuyente y no se reconocen
deducciones de gastos personales y familiares adecuados.

1. Las rentas de capital y las ganancias de capital como renta gravadas hasta el año 2003

Antes del 2003, en Perú, se gravaban todas las rentas de capital, incluyendo las ganancias de capital
en casos excepcionales. Esto se aplicaba tanto a personas naturales como a empresas domiciliadas y
no domiciliadas. La teoría de la renta producto y del flujo de riquezas justificaban la imposición. La
Ley gravaba los resultados de la enajenación de bienes de cualquier naturaleza que constituyan
activos de personas jurídicas o empresas constituidas en el país, empresas unipersonales
domiciliadas o establecimientos permanentes de empresas constituidas o domiciliadas en el exterior
que desarrollen actividades generadoras de rentas de la tercera categoría.

2. Rentas y Ganancias de Capital a partir del año 2004

A partir de 2004, las ganancias de capital se incluyen como renta gravable. La ley define las
ganancias de capital como cualquier ingreso de la enajenación de bienes de capital, que incluye
bienes muebles e inmuebles, excepto aquellos destinados a ser comercializados en el ámbito de un
giro de negocio o empresa. Sin embargo, para personas naturales, no se gravan las ganancias de la
enajenación de bienes muebles distintos de los señalados en el artículo 2, que incluye acciones y
participaciones representativas del capital, entre otros. En resumen, las ganancias de capital se
gravan con carácter general en la enajenación de bienes inmuebles y en la enajenación de bienes
muebles señalados expresamente en la ley, mientras que la cesión de derechos de llave, marcas,
intangibles o créditos no contenidos en títulos valores o valores mobiliarios no genera una ganancia
de capital gravable para personas naturales, sucesiones indivisas o sociedades conyugales que
optaron por tributar como tal.

3. El sistema dual en el IR

El sistema dual en el Impuesto a la Renta (IR) se refiere a un régimen fiscal en el que se aplican tasas
diferentes a las rentas y ganancias de capital según su origen. Las rentas y ganancias de capital
"nacionales" tienen un trato fiscal más favorable en relación con las rentas del trabajo, sujetas a
tasas progresivas de 8% a 30%, ya que están gravadas con una tasa proporcional de 5%. Por otro
lado, las rentas y ganancias de capital "extranjeras" se acumulan a las rentas netas del trabajo y se
gravan con las tasas progresivas, lo que hace que invertir en Perú sea más atractivo fiscalmente que
invertir en el extranjero.

Este tratamiento fiscal más favorable a los capitales se justifica por la movilidad del factor capital en
un contexto de mercado global, en el que los Estados compiten por atraer inversión a sus territorios.
Por tanto, los Estados están muy atentos a la relación entre inversión y rentabilidad después de
impuestos, ya que el factor capital es muy sensible a los impuestos y puede reubicarse en una
jurisdicción que le ofrezca un mayor retorno después de impuestos.

En cuanto a la evolución de la tributación de las ganancias de capital, se ha pasado de un régimen de


inafectación total a un régimen de gravamen limitado y luego a un régimen de gravamen general
que recae sobre las ganancias de capital inmobiliarias y ciertas ganancias de capital mobiliarias.
También se aplican tasas proporcionalmente más bajas a las ganancias de capital de valores
mobiliarios que se negocian en las bolsas de Santiago y Bogotá (MILA) y a los valores mobiliarios
emitidos por compañías no domiciliadas que se negocian en la bolsa de valores de Lima, sujetas a
una tasa proporcional de 6.25%.

4. Normas transitorias que regulan la tributación de las ganancias de capital

4.1. Valores mobiliarios o títulos valores: En este texto se explica que la valoración de las
ganancias de capital obtenidas antes del 1 de enero de 2009 se realizará en función a la liquidez de
las acciones, con el objetivo de no gravar los incrementos de valor anteriores a la vigencia de la Ley.
Se busca evitar un efecto retroactivo en el pago del impuesto a la renta (IR). Además, se establece la
regla del valor mayor para calcular el costo computable de los valores mobiliarios gravados a partir
del 1 de enero de 2010. Se toma como costo computable el mayor valor entre el costo de
adquisición o el valor de mercado al 31 de diciembre de 2009. Si los valores cotizan en bolsa, se usa
el valor de cotización, mientras que, si no lo hacen, se usa el valor patrimonial.

4.2. Inmuebles

En el caso de la enajenación de inmuebles, la ley establece que solo se gravarán las enajenaciones de
inmuebles adquiridos a partir del 1 de enero de 2004, renunciando a gravar el incremento de valor
que hubiera ocurrido con anterioridad a esa fecha, aunque la enajenación se realice después de ese
momento. Es decir, solo se gravarán las ganancias de capital generadas a partir de esa fecha. Este
enfoque es diferente al utilizado en la valoración de ganancias de capital de valores mobiliarios, en el
cual se toma en cuenta la liquidez de las acciones y se mide el incremento de valor en función de
esta liquidez para evitar un efecto retroactivo.

5. Pérdida de capital

La pérdida de capital se refiere al resultado negativo obtenido por la enajenación de bienes de


capital, los cuales no están destinados a ser comercializados en el ámbito empresarial o de negocios.
Esta pérdida solo puede ser deducida si se trata de la enajenación de un bien que derive del giro o
negocio principal, y no si el adquirente está domiciliado en un paraíso fiscal, de acuerdo con la Ley
del IR. Es coherente que la pérdida de capital derive de la enajenación de un bien de la misma
naturaleza que la ganancia de capital, que son los bienes de capital, y no hay ninguna norma que
prohíba la deducción de la pérdida de capital en esta situación.

CESIÓN DE CRÉDITOS

La cesión de créditos es la transmisión del derecho de cobro de un acreedor a otra persona,


mediante un contrato de compraventa. Los créditos son considerados bienes muebles y, por lo
tanto, pueden ser objeto de compraventa. La enajenación de créditos puede estar gravada con el
Impuesto a la Renta como renta producto si se trata de bienes propios del giro de negocio o de
ganancias de capital si se trata de bienes de capital. El Decreto Supremo No. 219-2007-EF estableció
que en las operaciones de factoring, descuentos u otras operaciones reguladas por el Código Civil, en
las cuales el adquirente asumía el riesgo de pago del deudor, la diferencia entre el valor nominal del
crédito y el valor de transferencia calificará como una ganancia por servicios y estará sujeta al pago
del Impuesto a la Renta.

CONCLUSIONES

● La ley del IR tiene normas especiales que regulan y distinguen el régimen jurídico de las
rentas ordinarias de las ganancias de capital. Las ganancias de capital se definen en forma
general (aplicable tanto a personas naturales y jurídicas) y especial como la enajenación de
bienes que no corresponde al giro de negocio de empresa.
● Los créditos derivados de las operaciones activas de los Bancos no constituyen bienes de
capital en el sentido del artículo 2 de la Ley del IR, por cuanto son bienes que derivan de la
actividad principal de intermediación financiera que desarrolla el Banco.
● La ley del IR no tiene ninguna norma que cambie la naturaleza de los créditos como bienes
que correspondan al giro principal del Banco, como bienes de capital cuando se proceda a su
enajenación, más aun cuando la enajenación es una actividad corriente que pueden realizar
los Bancos.
● Si bien la ley del IR no tiene una definición de pérdida de capital, tal definición deriva del
propio artículo 2 de la Ley del IR, como aquella derivada de la enajenación de bienes de
capital, bienes que no correspondan a la actividad de intermediación financiera del Banco.
● Este tipo de pérdidas, en el caso particular del BBVA, no califican como una pérdida de
capital, debido a que los créditos son bienes del giro o negocio del Banco. Bajo el criterio de
interpretación de la SUNAT, este tipo de derechos no califica como activo fijo.
● La regulación establecida en el Decreto Supremo No. 219-2007- EF, para la transferencia de
créditos, contraviene explícitamente lo previsto en la Ley del IR, puesto que reclasifica a un
tipo de pérdida que afecta la determinación de la renta bruta, como un gasto para
determinar la renta neta, siendo que ambos se regulan por diferentes reglas. Por lo tanto, el
Decreto Supremo no varía las conclusiones vertidas en este informe.

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