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Lección XII, EL EMPIRISMO INGLÉS y Lección XIII, EL RACIONALISMO.

El empirismo inglés, basado primordialmente en la teoría del conocimiento que gira en torno a la forma delo
idealismo ya que es lo que se encontraba prestablecido en la filosofía y que, se centra primordialmente en lo que
son tres facetas de esta misma filosofía: psicología, ló gica y ontología. Comú nmente estos son desplazados entre
uno y otro entre ellos mismos, sin embargo, el empirismo inglés obtiene su realidad desde una de estas tres esferas
a la otra. La psicología ya que se concentra en todo lo que son vivencias y conocimiento cotidiano, mostrando de
esta manera lo que es un cuadro ejemplar de la evolució n intelectual con cada vez má s intensidad; la ló gica ya que,
endichas vivencias es necesario crear desde proposiciones hasta afirmaciones o negaciones de las mismas para que
de esta manera se puedan establecer enunciados; y tercero, la ontología, puesto que dichas vivencias que se
transforman a enunciados, siempre será n de algo acerca de algo.

Como bien se conoce, John Locke trae consigo el inicio del empirismo inglés, a pesar que en dicho momento de su
llegada los ideales cartesianos eran predominantes. Sin embargo, a pesar de que el punto de partida de Locke fue la
filosofía cartesiana, plantea de una manera excepcional el problema de la metafísica dentro del conocimiento. De
dicho modo Locke emplea las ideas como origen, negando la existencia de las ideas innatas que Descartes
establecía dentro de alma; también Locke se plantea la pregunta alrededor del origen de las ideas, ya que al surgir
todo de la experiencia nos encontramos el problema principal de, entonces ¿Cuá l es el origen de las ideas?
Pregunta-problema el cual Locke trata con mayor profundidad.

Dicha pregunta lleva al planteamiento de lo que es la génesis natural y el origen psicoló gico como un puente
conceptual de ambos caminos. Locke, a diferencia de Descartes que tomó como referencia tanto la psicología como
la ló gica y la ontología, Locke basa sus ideales específicamente entorno a la psicología, ya que establecía en sus
primeros postulados que, al tratar las tres esferas, se impedía el crecimiento de cualquiera de ellas por individual.
Por lo tanto, al centrarse en la psicología misma, el rango de modificació n que existe dentro de la sensació n y la
reflexió n, es mínimo y se encarga en especial de qué acontece cada una de esas cosas y lo que se percibe. Siendo así,
la palabra reflexió n pierde el significado habitual para nuestro filó sofo, ya que lo relaciona con lo que es la
experiencia interna y la sensació n, la experiencia externa. De igual manera, define cualidades primarias y
secundarias girando entorno a la percepció n y las substancias siendo parte del modelo mismo de la
impenetrabilidad.

Ahora si bien Locke fue el encargado de darle inicio al empirismo inglés, el filó sofo inglés obispo Berkeley le dio
una secuencia, modificando de esta manera la importancia principal alrededor de lo que es el aná lisis psicoló gico.
Es decir, que empujó aun mas el modelo de Locke, rompiendo de una vez por todas con el modelo cartesiano; y a
diferencia de Locke, Berkeley se centra en el concepto de substancia extensa, de materia, dando alusió n a la idea de
que las cualidades primarias y secundarias de Locke carecían de razó n cuando las vivencias no tienen otra realidad
má s que ser vivencias y no se puede trascender de ellas como para darle existencia de la misma metafísica en sí.
Dando de esta manera sentido a la percepció n como vivencia, que es lo ú nico que constituye al ser. Ademá s,
tomando en cuenta que, para Berkeley no existía substancia material, pero si la substancia espiritual, entonces
podría pensarse que la razó n misma de este filosofo es la que es realizada con plenitud má xima del Evangelio.

Sin embargo, del mismo modo que podemos observar que Berkeley ataca a Locke, ahora Hume contrastará a este
ú ltimo y su precepto de substancia espiritual con lo que es el análisis psicoló gico, el psicologismo. Por medio del
cual podemos presenciar claramente su método basado en la rectificació n y precisió n primeramente la
terminología psicoló gica desde los antecesores. De manera que, Hume denomina como impresiones a todos los
fenó menos psíquicos de la actualidad.
Por lo tanto, para Hume es necesario hacer una descomposició n en lo que son las nociones complicadas para poder
encontrar la belleza del aná lisis, centrá ndose a su comienzo en lo que es la substancia, estableciendo que una
substancia no se basa en las impresiones y no es tampoco una suma de ellas; ya que, por substancia no se
comprende la suma de dichas impresiones, ya que sirve de soporte a todas ellas. Lo cual quiere decir que, la idea
que él define como substancia no se deriva ni fundamenta de las impresiones que fueron establecidas por Berkeley.
De igual manera no es una idea formada por nosotros, ni siquiera ficticia como lo establecía Descartes.

Aun así, desde Descartes hasta Hume mantenían concepciones distintas del “yo”, lo que quiere decir que, las
vivencias caracterizadas por cada uno, contaban con una variació n intrépida, que a pesar de que en muchos
aspectos se fusionaba como apoyo, en la gran mayoría es lo que ocasionaba la disputa. Por lo cual, uno de los
aná lisis má s celebres de Hume, es la causalidad misma. Puesto que, al asociar la causa como el productor del efecto,
cada una de las representaciones y memorias se encuentra establecida en virtud de la asociació n de ideas; las
cuales, se acoplan a la memoria y se unen entre ellas mismas, siendo así impresiones que se repiten muchas veces
de manera inevitable. Por lo cual, Hume al hacer la relació n de la causalidad, se refiere a nada mas ni nada menos
que un caso particular de dicha asociació n de ideas.

Entonces, al hacer un ú ltimo aná lisis con respecto al empirismo inglés, podemos decir que, en estos pensamientos
filosó ficos, la metafísica es indiscutiblemente imposible. En todo momento se establece y argumenta la teoría del
conocimiento previo como pilar en la fundació n de ideas y, por lo tanto, continuació n de nuevas vivencias; cada
filó sofo coincidiendo en los pilares de “el yo, la extensió n y Dios”, pero ninguno coincidiendo en la consideració n
filosofal de la existencia de cada uno de esos pilares. Por lo que, el empirismo inglés de Hume, considerado uno de
los má s completos, se le puede denominar desde positivismo, negació n de problemas metafísicos o incluso
escepticismo metafísico. Sin embargo, el mundo de Hume, es un mundo sin razó n, ni ló gica, sin embargo, es el
predecesor del positivismo, dejando como clara enseñ anza futura, el pragmatismo como justificació n de la verdad
y lo que es la constancia habitual y la ciencia de lo posible.

Ahora bien, si bien el empirismo inglés fue altamente dubitativo en la época e incluso es casi imposible poder
generar una conclusió n general debido a sus fuertes contradicciones entre sus mismos exponentes, no debemos
descartar lo que es el Racionalismo. En dicha relació n, podemos observar como el sujeto da al pensamiento un
sentido de carácter enunciativo, para los ingleses el pensamiento se reduce a puras vivencias. Como consecuencia
de dicha actitud, el racionalismo se encarga de darle una crítica cruda y sin filtros a dichos estipulados, para que de
esta forma se pueda concretar mayormente lo que realmente fue el empirismo inglés para el resto del mundo
basado en la razó n. Por consiguiente, se analiza la pérdida del objeto mismo dentro de ese empirismo, aun así, llega
a ser la forma má s plena y má s completa del idealismo psicoló gico. Dando paso así a la ruda crítica del
Racionalismo. Si bien el empirismo inglés se encargó de privar al conocimiento de base y del sentido mismo,
¿dó nde queda la ló gica? Y lo que segú n es negado por él, el racionalismo afirma que el pensamiento goza de ló gica
desde el momento en que es enunciativo, debido a que es una afirmació n o negació n de algo. Si, todo pensamiento
se establece como una vivencia, pero también es algo que pone, afirma, niega o justifica algo del objeto mismo,
objeto el cual, fue perdido dentro del empirismo inglés y que esos filó sofos dividieron en lo que era la vivencia pura
y la vivencia enunciativa.

Sin embargo, al analizar ambas postulaciones de ambas corrientes, se percibe con sentido ú nicamente la traída del
racionalismo, porque como bien ha demostrado no es necesario prescindir a la parte enunciativa como un modelo
distinto de la realidad; para luego ser hipnotizados por las vivencias mismas. Habiendo eliminado en el empirismo,
toda la objetividad, los empiristas segú n el racionalismo, cometen un gran error el cual es: la anulació n del ser. Lo
cual, ocurre de la misma manera con la anulació n del sujeto. Lo cual, segú n Aristó teles han separado al objeto y al
sujeto como un residuo del realismo; por lo que dichos filó sofos ingleses, eran aristotélicos sin siquiera saberlo.
Como misma parte de esta crítica a los ingleses, aparecen las postulaciones de Leibniz, quien será el que má s
adelante proporcione las bases de los enunciados de Kant. Leibniz, analiza casi de inmediato cada uno de los
errores del empirismo, y define el principal como lo era el intento de reducir lo racional a táctico; ya que, ambos
eran conceptos distintos, mientras lo racional se basaba en lo que es como tal y es irrefutable, lo táctico se definía
como lo que carecía de la razó n misma. Por lo cual no había ni una sola manera de convertir uno en el otro y
viceversa. Ademá s, así como fue Locke el que comenzó con el empirismo, fue al primero al que criticó Leibniz,
comenzando por negar a la idea de Locke por separar la psicología, ló gica y ontología, ya que este lo define como
un triá ngulo, el cual tiene tres á ngulos los cuales son imposible de concebir que no los tenga, así como los puntos
alrededor de una circunferencia, los cuales
se encuentran a la misma distancia del centro.

Aunque Locke haya sido acertado en el hecho de cuestionar el origen de las ideas, hizo mal enfoque de dicha
cuestió n, mientras que Leibniz se basó en misma pregunta, pero buscando verdades hecho y razó n; ya que, si las
verdades de hecho fuesen entorpecidas por la experiencia, serían oriundas en hechos, porque la experiencia
misma, son hechos. Todo se volvería una contingencia, por lo que se vuelve inú til considerar que las verdades de
razó n se originen de la experiencia.

Ademá s, otra de las maneras en las que Leibniz descarta el empirismo se basa en un viejo adagio latino, aristotélico
de “Nihil est in intellectu, quod non prius fuerit in sensu” (“nada hay en el entendimiento que no haya estado antes
en los sentidos”), se añ ada “nisi intellectus ipse”; nada hay en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos.
Con lo cual, luego Kant define como “a priori”, termino latino que se refiere en estos razonamientos,
independientemente de la experiencia. Por lo que, luego de lo que es el estudio y análisis al empirismo segú n sus
verdades de hecho, se establece que el ideal de dichas verdades, se basa en efecto se refiere al conocimiento mismo
y la objetividad de estos. De manera que, al considerar que cada una de estas verdades se basa en un principio de
razó n, se prolongarían las causas de lo que serían las causas de la realidad y nuevamente, las verdades.

Otro de los puntos a tratar por parte del racionalismo es que, se está catalogando todo dentro del mundo mutable,
contrario a lo que establecía el empirismo inglés. Puesto que, en el mundo metafísico, al tratar la inmanencia, Dios,
ya no existirían las verdades de hecho, todas serían verdades de razó n. Surgiendo de esta manera entonces, un
conocimiento puro y real que nos acercaría lo má s posible al conocimiento divino. El mundo de lo racional cabe en
todo su esplendor siempre y cuando nos centremos en el carácter mutable del hombre. Entonces para Leibniz, un
ideal de conocimiento que es ideal de la racionalidad, se basa claramente en lo que es la ló gica, sin descartar la
psicología y la ontología. Que, nuevamente a diferencia del empirismo, la relació n que existe entre la verdad de
hecho y todos los antecedentes de las razones es la misma que hay entre una recta y una curva. Analogía confusa
pero sumamente acertada, puesto que, se observa como entre el punto, la curva y la recta no existen abismos de
diferencia, todas cuentan con un transito continuo.

Por lo tanto, en efecto podemos decir que el ideal de la racionalidad del conocimiento, es una clara idea la cual se
acerca a los hechos físicos, a una ciencia concreta. Alejá ndose totalmente de lo que el empirismo inglés se encargó
de mostrar, una realidad basada ú nicamente en experiencia, que se basaba en vivencias, y que dichas vivencias se
alejaban del mundo de la razó n y lo mutable a la vez que rechazaba en algunos puntos la trascendencia; un
postulado que careció de total sentido y no lograba mantenerse por si mismo. Mientras que, en el racionalismo,
encontramos la equivalencia de cada uno de esos cabos sueltos, llegando a un equilibrio en el cual, cada á ngulo,
cada esfera, y cada punto, forman parte de uno mismo, siempre y cuando la razó n pueda darle un porqué de por
medio. Siendo así, la razó n como base fundamental del conocimiento, la experiencia, la vivencia y la realidad
misma; que, solo en el mundo de lo divino, puede alterarse esta regla, ya que se da espacio dentro del racionalismo,
el mundo de lo inmanente incluso asiendo así, la ú nica manera de poder volver a los hechos, como verdades de
razó n.

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