Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Da las definiciones para la Real Academia española que en 1992 define a la violencia
desde el lado de quien la ejerce:
Fuerza física usada para lastimar, dañar o destruir, acción extremadamente ruda.
Fuerza o energía poderosa intensa, explosiva o devastadora.
Uso injusto de la fuerza o poder, como la violación de los derechos de otros.
Gran fuerza de sentimiento, vehemencia o furia.
El ser humano es agresivo por naturaleza, pero es pacífico o violento según su propia
historia individual y la cultura a la que pertenece. La agresividad es adaptativa, es
inconsciente. Es una potencialidad en todos los seres vivos, es lo que abre camino a la
supervivencia.
1
se lo ejerce bajo propósitos como “disciplinar”, “educar”, “Hacer entrar en razón”,
“poner límites”, “proteger”, “tranquilizar”, etc.
Hace una distinción entre los que ejercen una vez la violencia, de modo “ocasional” y
los violentos. Dice que la diferencia radica en que los violentos no registran su
comportamiento como tal. En cambio, los primeros sí. Se arrepienten y asumen la
responsabilidad de sus acciones.
Cuando el abuso de poder es explícita o implícitamente aceptado por las normas o por
las costumbres, la violencia se “normaliza”, y permanece ignorada u oculta. El poder
tiene por objetivo el control y la dominación de los otros. Quienes detentan el poder
pueden volverse insensibles a sus efectos y referirse a la otras personas de manera
deshumanizada. La deshumanización es una de las operaciones que se llevan a cabo
para anular la empatía con el otro, y por lo tanto, insensibilizarse con los daños que se
les provocan. Las diferencias que son el blanco del ejercicio de la violencia y el poder
pueden basarse, en la religión, en el sexo, en el color de piel, etc.
Las personas que han atravesado alguna situación traumática pueden llegar a
descargar sus emociones a través de la catarsis. Pero las personas violentas no se
descargan ni se calman mediante la catarsis, por el contrario, se vuelven más
violentos:
Realimentan la ira.
Aumentan la distancia emocional con respecto a la víctima.
Bajan la autoestima de la otra parte.
Impiden la comunicación.
Perpetúan las conductas violentas.
2
uno vive en su casa, la tele, la escuela, la calle, etc. El contexto cultural en el que se
desarrolla tiene diferentes formas de naturalizar la violencia. La historia de cada
individuo y su contexto cultural determinarán cuán natural se torna pensar, sentir y
actual violentamente.
3) Insensibilización: hace referencia a todos los contenidos violentos que tienen los
programas de tv, las películas, etc. y dice que cuanto más se consume ese material,
menos sensible se vuelve uno a esa violencia que transmiten, al punto que uno
“necesita” cada vez una mayor dosis (hace analogía con el consumo de droga: más
consumo/más tolerancia/necesidad de más dosis). Este proceso de acostumbramiento
social da lugar a que sólo los actos más escalofriantes logren conmover a la opinión
pública; los crímenes “menores” no reciben gran atención, pues ya no garantizan
mayores ventas, ni demasiada resonancia, indignación o espanto
Estas operaciones son mecanismos más circunscriptos y flexibles que los procesos
psicosociales, y se aplican con rapidez a cada nueva situación violenta. Pueden actuar
de modo unitario o articulados entre sí, formando parte del desconocimiento de la
violencia. “Lubrican” el accionar de la violencia y fomentan la adhesión a la misma.
Son:
3
7) Negación de la violencia: por parte del sujeto que la ejerce, como por los
testigos, lo cual priva a la víctima de su única posibilidad de salida de la
violencia. Ej.: vecinos que escuchan las golpizas que le dan a un niño;
maestros que ven el estado psíquico y físico del niño y no hacen nada, etc.
Conclusión:
Todas las características descriptas son comunes a los distintos tipos de violencia
social en todos los niveles, desde el plano macrosocial hasta lo privado y cotidiano.
Hay una creencia social que hace percibir a la violencia más como una solución
que como un problema.