Está en la página 1de 4

“Las violencias sociales” Capitulo 1.

Graciela Peyrú y Jorge Corsi

En la introducción plantea que el siglo XX se caracterizó por haber sido violento. El


nazismo fue solo uno de sus máximos exponentes de la violencia que se ejerció.

Se produjo una progresiva transformación en el uso de la violencia, dentro de las


guerras, por ejemplo. Antes las principales escenas violentas ocurrían entre los
militares siendo ellos también las principales víctimas. Los civiles quedaban de alguna
manera al margen, “protegidos” de los daños. En las guerras actuales se desplazó el
eje de la violencia a las poblaciones de civiles. Eliminar al otro diferente es una de las
principales acciones.

El poder y la violencia están íntimamente ligados y forman parte de un único complejo.

Construyendo el concepto de violencia:

Suelen usarse como sinónimos los conceptos de violencia y agresividad, pero no lo


son.

Da las definiciones para la Real Academia española que en 1992 define a la violencia
desde el lado de quien la ejerce:

 Cualidad de violento, acción y efecto de violentar o violentarse.


 Acción violenta o contra el natural modo de proceder.
 Acción de violar a una mujer.

En 1988 un diccionario inglés define a la violencia no solo incluyendo a quien la ejerce,


sino que abarca las consecuencias sufridas por otros:

 Fuerza física usada para lastimar, dañar o destruir, acción extremadamente ruda.
 Fuerza o energía poderosa intensa, explosiva o devastadora.
 Uso injusto de la fuerza o poder, como la violación de los derechos de otros.
 Gran fuerza de sentimiento, vehemencia o furia.

El ser humano es agresivo por naturaleza, pero es pacífico o violento según su propia
historia individual y la cultura a la que pertenece. La agresividad es adaptativa, es
inconsciente. Es una potencialidad en todos los seres vivos, es lo que abre camino a la
supervivencia.

La violencia es un producto esencialmente humano, es una modalidad cultural,


conformada por conductas destinadas a obtener control y dominación sobre otras
personas. Opera mediante el uso de operaciones que ocasionan daño o perjuicio
físico, psicológico o de cualquier otras índole. Incluso la violencia por omisión está
vinculada con el poder que permite causar daño por no participar.

Si le preguntamos a cualquier persona que ha ejercido violencia si su objetivo era


causar daño, responderá que no. El agresor no vincula la intencionalidad con el daño,
y esto le permite no aceptar la responsabilidad de su accionar. La intencionalidad se
vincula con el ejercicio del poder. Para que el hecho violento se naturalice y se legitime

1
se lo ejerce bajo propósitos como “disciplinar”, “educar”, “Hacer entrar en razón”,
“poner límites”, “proteger”, “tranquilizar”, etc.

Hace una distinción entre los que ejercen una vez la violencia, de modo “ocasional” y
los violentos. Dice que la diferencia radica en que los violentos no registran su
comportamiento como tal. En cambio, los primeros sí. Se arrepienten y asumen la
responsabilidad de sus acciones.

Cuando el abuso de poder es explícita o implícitamente aceptado por las normas o por
las costumbres, la violencia se “normaliza”, y permanece ignorada u oculta. El poder
tiene por objetivo el control y la dominación de los otros. Quienes detentan el poder
pueden volverse insensibles a sus efectos y referirse a la otras personas de manera
deshumanizada. La deshumanización es una de las operaciones que se llevan a cabo
para anular la empatía con el otro, y por lo tanto, insensibilizarse con los daños que se
les provocan. Las diferencias que son el blanco del ejercicio de la violencia y el poder
pueden basarse, en la religión, en el sexo, en el color de piel, etc.

Violencia y descarga: el método de la catarsis:

La palabra catarsis significa: pureza, limpieza. La idea de la catarsis se usa con


frecuencia para explicar tanto el sentido como el fin de las conductas violentas; quien
realiza una acción violenta se “descarga” así de emociones intolerables y queda “más
liviano, más limpio”.

Las personas que han atravesado alguna situación traumática pueden llegar a
descargar sus emociones a través de la catarsis. Pero las personas violentas no se
descargan ni se calman mediante la catarsis, por el contrario, se vuelven más
violentos:

 Realimentan la ira.
 Aumentan la distancia emocional con respecto a la víctima.
 Bajan la autoestima de la otra parte.
 Impiden la comunicación.
 Perpetúan las conductas violentas.

Procesos psicosociales de facilitación de la violencia:

Las principales dificultades para reconocer la violencia y corregir sus consecuencias


son resultado de un conjunto de operaciones psicológicas cuyo fin es minimizar,
negar, ocultar y justificar los actos de violencia, para que estos puedan seguir siendo
cometidos. Estos cuatro procesos básicos son:

1) Invisibilización: intenta hacerla menos perceptible, es decir que no se registren las


acciones violentas como tal. Por mucho tiempo se creyó que hay “daño” solo si hay
inscripciones corporales (cortes, golpes, moretones, etc.).

2) Naturalización: son operaciones permisivas que llevan a aceptar los


comportamientos violentos como algo natural, legítimo y pertinente en la vida
cotidiana. Ejemplo: “la letra con sangre entra”, “Una buena paliza a tiempo evita
problemas”. Las víctimas de tales comentarios no son conscientes del modo de que
sus derechos están siendo vulnerados. Esta naturalización está dada por lo que cada

2
uno vive en su casa, la tele, la escuela, la calle, etc. El contexto cultural en el que se
desarrolla tiene diferentes formas de naturalizar la violencia. La historia de cada
individuo y su contexto cultural determinarán cuán natural se torna pensar, sentir y
actual violentamente.

3) Insensibilización: hace referencia a todos los contenidos violentos que tienen los
programas de tv, las películas, etc. y dice que cuanto más se consume ese material,
menos sensible se vuelve uno a esa violencia que transmiten, al punto que uno
“necesita” cada vez una mayor dosis (hace analogía con el consumo de droga: más
consumo/más tolerancia/necesidad de más dosis). Este proceso de acostumbramiento
social da lugar a que sólo los actos más escalofriantes logren conmover a la opinión
pública; los crímenes “menores” no reciben gran atención, pues ya no garantizan
mayores ventas, ni demasiada resonancia, indignación o espanto

4) Encubrimiento: por lo general se da en el marco de las instituciones que con el fin


de conservar el “prestigio” ocultan, enmascaran o negocian las acciones violentas, los
abusos de poder, etc.

Operaciones psicológicas facilitadoras de la violencia:

Estas operaciones son mecanismos más circunscriptos y flexibles que los procesos
psicosociales, y se aplican con rapidez a cada nueva situación violenta. Pueden actuar
de modo unitario o articulados entre sí, formando parte del desconocimiento de la
violencia. “Lubrican” el accionar de la violencia y fomentan la adhesión a la misma.
Son:

1) Negar la propia vulnerabilidad: el que ejerce la violencia cree tener el control


absoluto y que sólo es vulnerable el otro. Por ejemplo, en el marco de la
violencia doméstica, el padre que cree tener el poder sobre sus hijos y les
pega, cree que su acción está legitimada, que está haciendo lo que
corresponde. Pero no se percata, que alguien puede pedir explicaciones de su
accionar, puede suceder que en la escuela adviertan que ese niño es
maltratado y activen un protocolo contra la violencia.
2) Subrayar: un ejemplo es la discriminación. Lo que se subraya es la diferencia,
se genera tanta distancia emocional, que lo que prima es eliminar al otro
diferente sin tener ningún sentimiento de semejanza con él.
3) Exagerar: magnificar la incompatibilidad, que no haya ninguna posibilidad de
coincidencia con “el otro bando”. No existen soluciones negociadas
convenientes para todos.
4) Exaltar e idealizar: es la valorización extrema de los objetivos, aparecen
sentimientos de omnipotencia. Por ejemplo, en el marco de la violencia
doméstica: “yo que trabajo de sol a sombra”, “Yo me mato para que ellos
tengan todo, los visto, le doy de comer…” Estas conclusiones van llevando al
violento a que saque conclusiones que le justifican sus maltratos.
5) Definir y polarizar la pertenencia: generar dos polaridades, la famosa grieta. El
que no está conmigo, está en contra de mí.
6) Minimizar los costos: no se registran los costos emocionales, y de toda índole,
que genera toda forma de violencia. Pensar, sentir y actuar violentamente
implica la imposibilidad de establecer empatía con el sufrimiento del otro.

3
7) Negación de la violencia: por parte del sujeto que la ejerce, como por los
testigos, lo cual priva a la víctima de su única posibilidad de salida de la
violencia. Ej.: vecinos que escuchan las golpizas que le dan a un niño;
maestros que ven el estado psíquico y físico del niño y no hacen nada, etc.

Conclusión:

Todas las características descriptas son comunes a los distintos tipos de violencia
social en todos los niveles, desde el plano macrosocial hasta lo privado y cotidiano.
Hay una creencia social que hace percibir a la violencia más como una solución
que como un problema.

También podría gustarte